Partida Rol por web

Durante toda la semana, vuestros criados han ido a las aldeas cercanas, las cuales quedaban lejos de vosotros y vuestra necesidad de dormir por el día, lo cual ha hecho que varias docenas de personas se hayan acercado a vuestro futuro castillo; albañiles, carpinteros y varios peones. Junto a ellos vienen mujeres, que probablemente se dedicarán a cocinar, lavar la ropa y otras tareas de la epoca. Durante estos días, los restos de los cimientos ya han sido niveles, lo cual da la señal de que pronto se podrá iniciar la planta baja del castillo.

Os fijais que esta noche hay alguien nuevo en la ciudad, un hombre de rasgos angulosas y de un color grisaceo se mantiene entre las sombras...

Ramírez deambula de aqui para allá mas inquieto e incómodo cada día que pasa que tiene que permanecer en el mismo sitio.
Estar tan adentro en tierra firme ya es una molestia considerable, pero tener que permanecer en un mismo lugar semana tras semana.... Parece un animal encerrado, cada vez mas huraño y arisco.
Por todo ello por las noches suele desaparecer en las sombras y dar largos paseos por el bosque, muchas veces regresando poco antes del alba.

Al final la tragedia de estar a solas con mis compañeros de cuadrilla se iba haciendo más llevadera a medida que nuevos obreros llegaban al lugar. Mi papel era recibirlos como buen amo y señor, quedándome cerca de aquellos más aduladores y agradecidos al tiempo que seducía y captivaba a los más atractivos y sus esposas para hacer algún bocado eventual.

Así pues, el hombre nuevo no me pasa por alto y cuando veo que intenta mantener un perfil bajo y esconderse en las sombras, no me corto un pelo.

- Ei, tu! Ven aquí.

Le ordeno que se acerque señalándole con el dedo para que no hubiera lugar a equívocos sobre a quién le estaba hablando.

- No te había visto antes, ¿Cómo te llamas?

Te queda claro que el tipo en sí es un vampiro, y que está contento y motivado mientras parece que mira las obras del castillo. No ves a nadie más alrededor.

Salgo de mi absorta mirada de la construcción del castillo en el momento que uno de los vástagos que controlaban esas tierras me llama, lo sé por el hecho de que me siento atraído por su encanto.

Rapidamente intento taparme ante los posibles ojos humanos y me acerco a el tranquilamente.

Buenas noches mi señor. Digo poniendo una rodilla en el suelo para levantarme despues. Mi nombre es Zelios. He sido enviado por el príncipe Radu para ayudaros a la costrucción de vuestro castillo, pues yo fui quien diseñó el suyo.

 - ¡Ahh! ¡Fantástico!

Abro los brazos para darle un abrazo hasta que me percato de la verdosa piel del chico. En lugar de eso, rectifico y le doy unas palmadas en la espalda, donde cubra la ropa.

- Bienvenido, soy Lazar Damjanich. Demos un paseo, te enseñaré el castillo y de paso conversamos para que nos des tu opinión sobre todo esto.

Durante un rato me dedico a adular al maestro de obras por el magnífico trabajo que pudimos observar en el castillo de Radu, un trabajo que sin duda me dejó embelesado; aunque mi intención era meterme en el bolsillo a Zelios y que se relajara para ver si de esa forma soltaba prenda.*

- ...como te decía, increíble. Entonces hace mucho que estás al servicio de Radu, no? por lo poco que lo hemos conocido, parece un hombre severo... tienes esa sensación?

- Bienvenido, maestro Zelios – salgo a saludarlo un par de pasos por detrás de Lazar – Es un honor tener entre nosotros otro de nuestro estirpe de su genialidad. – ayudo a Lazar a adularle para soltarle la lengua y para ser educado en cualquier caso.
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Me uno a su pequeño paseo. Las últimas noches han sido bastante tranquilas a excepción de los pequeños bocados que he ido tomando. Ver a Lazar en su versión aduladora siempre es un entretenimiento para pasar un rato divertido.

Doy el paseo con gusto junto a Lazar y Markus, y voy observando como van las obras, golpeo contra los cimientos de la primera planta con la mano, asegurándome que todo está siendo construido de forma perfecta, que por ahora, parece serlo.

En realidad no demasiado. Voy construyendo de un lado a otro, ultimamente he estado por estas zonas, pero si es cierto que mi ultimo trabajo fue su castillo y me ha enviado para ayudaros a construir el vuestro.

Lo que si me gustaría, es poder hablar con los trabajadores para poder darles nuevas sugerencias.

Ramírez aparece salido de alguna oscura sombra
--Bienvenido Maese, soy Ramírez-- se presenta.
--Puedo acompañarle en busca del jefe de obra-- dice ansioso por hacer algo y sobre todo por acabar rápidamente aquel trabajo y espacar de su infierno perticular.
--Y dígame ¿hasta cuando estara con nosotros?

- Veo que tenemos una nueva cara en la región. - El caballero se acerca al revuelo que sus camaradas están montando junto al recién llegado. Siendo justos, en un rincón tan remoto y pequeño, cualquier acto de Lazar podría considerarse "revuelo", pero el ver que su cuadrilla se agrupa entorno a la figura es lo que hace que el Ladrón de Tumbas se acerque.

Además, aparte de asegurarse que su ghoul sigue trabajando con los antiguos escritos y que los guardas no abusen demasiado de los aldeanos, había pocas maneras de romper la monotonía que estaba rápidamente convirtiéndose en rutina en aquella obra.

Ajustándose los guantes que siempre cubren sus manos, tras saludar a sus compañeros (con los que poco a poco se va encontrando más cómodo y menos desconfiado) se inclina ante el recién llegado. - Mi nombre es Yago de la Cruz, mi señor; bienvenido al Paso de Tihuta.

tras los últimos días en los que la única tarea aparente era pasearse por las obras que avanzaban demasiado lento, observar las idas y venidas de unos y leer lo poco que habia conseguido salvar del catastrófico viaje, la legada de un nuevo vastago resultaba interesante al menos.

Sin embargo lejos de presentarme, me limito a observar la conversacon desde segundo plano.

Sigo dejando a Lazar llevar la batuta, pero parece distraido. Ramírez acude a tomar su turno. Me mantengo en un segundo plano al igual que Teodor disfrutando de la escena nocturna. 

El resto de mis compañeros se unen a la conversación con el adefesio de Zelios.

Asiento a las palabras del entrometido de Ramirez.

- Me encantará ver cómo trabaja el arquitecto del castillo de Radu. Si aquí podemos lograr algo la mitad de decente quizás decida instalarme aquí definitivamente!

Sigo trabajándome al nosferatu, tratando que se relaje para soltarle de la lengua.

¿Instalarse aqui definitivamente?
Ramirez mira a Lazar como si este estuviera loco