Partida Rol por web

Sonrío amablemente al tabernero. No se le veía mal tipo. No maltrataba, simplemente hacía negocio. Era algo interesante.

- Gracias por la información. - digo, quitando la sonrisa pícara y volviendo a mi altiva mirada, sin importar la reacción. Ya no era útil seguir fingiendo con él. Ahora me tocaba fingir con los nidos de enfermedades venéreas que serían aquellas prostitutas de pueblo mal pagadas.

Me acerco a ellas, con paso decidido pero no desafiante, hasta estar a una altura donde poder conversar.

- ¿Qué es, la primera noche de aquella novata? La que ha engatusado al monje que entró después de mí. - comento, esperando ver sus reacciones. Tenía que ver quien llevaba la voz cantante, así como quien podía haber escuchado rumores.

La mujer que no baja en ningún momento la mano abierta pidiendo limosna, le responde a Jäger:

- De lo que estés dispuesto a dar.

Dice arqueando una maliciosa sonrisa.

​- Tu tampoco has hablado de qué favor se trata. Depende de lo que tengas veremos lo que puede hacer Madame Cloaca por ti.

La nosferatu menea su mano cubierta de vendas sucias y podridas, indicando que empieza a impacientarse.

Detrás vuestro, el padre Tadeo resta impasible en su erguida posición habitual.

La chica desnuda e indefensa de un paso hacia atrás, negando con la cabeza mientras se lleva las manos al cuello. 

- No es... no es nada

Luego se te queda mirando y sus ojos bailan sobre ti dudosos de la situación, hasta que finalmente sus facciones se relajan y sus dedos se deslizan por la piel oscura hasta dejar los brazos caer a ambos lados.

Su expresión refleja la más vulgar de las vergüenzas y ni si quiera se atreve a mirarte a la cara, temerosa de observar en ella la repugnancia o el rechazo.

En su cuello hay unas marcas amoratadas alrededor, por el color te atreverías a pensar que son recientes, un día o dos como mucho. Desde donde estás y con la luz tintineante de las velas no se distingue bien, por lo que tienes que hacer uso de tus dones sobrenaturales para distinguir que aquello no es el resultado del beso de ningún vástago, sino las heridas producidas por los mordiscos de un mortal. 

- ¿Me pagaras de todas formas, verdad? te puedo complacer igual, si.

Dos mujeres delante tuyo te escuchan y la del pelo claro responde con un tono dulce

- Se llama Lucinda, lleva un tiempo por aquí.

Otra de las mujeres que parecía distraída observando el fondo de su copa, se gira entonces hacia ti

- La fiebre se llevo a su madre hace unos meses sin nadie ni nada que dejarle a parte de esta vida de perdición. Le echamos una mano para que al menos pueda tener una habitación donde dormir y algo que llevarse a la boca. ¿Y tu quien eres? nunca te había visto por aquí.

Asiento, con un rostro neutro. Tampoco iba a fingir pena o sufrimiento ajeno si no lo sentía realmente.

Una historia muy triste. - digo tras la breve historia, aunque no termino de creerme nada sobre esas almas caritativas según comentan. No, una mujer huérfana que acaba prostituyéndose no es ayudada por el gremio, es explotada.

Podría decirse que soy nueva en la ciudad, más o menos. Ando buscando un hombre. Tiene algo que me pertenece. Un libro, uno bastante valioso. ¿No habréis oído nada de eso, verdad?

-Quiero que me acompañes a hablar con unos amigos, que tienen necesidad de contactar con los tuyos. Eso es lo que busco de tí.

No perdió el tiempo en representar nada: no tenía necesidad de nada en aquel momento. Como mucho estaba irritado con la situación y tenía hambre, pero siempre estaba irritado y siempre tenía hambre.

"¿y porque un mortal se dedica a morder el cuello de una niña?" no soy precisamente ajeno a la locura, y si algo se es que tras ella siempre hay algo

Con gesto deliberadamente lento saco de mi bolsa unas monedas y las dejo sobre la mesa -estas por tu compañia- a continuación saco algunas monedas mas y las dejo junto a las otras -y estas para que hablemos de.. eso-

Ella no tiene porque saber que lo que he dejado sobre la mesa es prácticamente todo mi dinero. Ya encontraré alguien con quien debatir la pobreza de cristo

Me siento en la cama y doy unas palmaditas para que venga a mi lado 

-primero me contaras los detalles sobre esas marcas, quien te las ha hecho y porque. Luego ya nos ocuparemos de complacerme-

-y tapate, no me gustaria que empezaras a toser-

- Buscas a un hombre, eh? ¿de qué me suena esto?

bromea la chica morena ante tu comentario, haciendo reír a las demás simpaticamente. Parece que las mujeres están bastante receptivas a tu conversación. 

- Aun que eso de los libros si que, ni idea. Como no se trate del viejo Alfonse...

Se nota que no tienen por costumbre conversar con gente que las trate como algo más que lasciva mercancía, y el hecho de que seas una mujer parece haber despertado su curiosidad.

- ¿Qué Alfonse?

Responde la otra

- Creo que se refiere al librero, el que tiene la tienda en la Via Frattina

Ambas se embarcan en una conversación trivial

- Ah claro, pero ese ya nunca viene por aquí

- No, pero no se me ocurre nadie más mi niña

Hasta que la otra las interrumpe para referir-se a ti de nuevo

- Oye, no nos has dicho tu nombre: yo soy Victoria, y ellas son Eliza y Emmelina

Las dos chicas te sonríen de vuelta

- ¿Te vas a quedar por aquí esta noche? las calles son peligrosas a estas horas

Dice Eliza con tono preocupado y la esperanza de que te quedes a amenizarles el resto de la velada

Los rasgos de la nosferatu se endurecieron, arrugando su maltrecha frente quizás alertada por el eco de unos pasos resonando a lo lejos en el callejón que no pasaron desapercibido a ninguno de los presentes.

- ¿Me vas a dar algo o no?

dice la mujer con claros signos de impaciencia y un matiz moderadamente enojado 

La chica tímidamente hace lo que le indicas, avanzando con precaución y mirando de refilon tus ojos a la espera de una contra-orden en cualquier momento que la obligue a pararse donde se encuentra.

Con delicadeza y sin atreverse a mirarte directamente tan de cerca, se sienta a tu lado en silencio y suavidad. Es entonces cuando tu sientes el calor que emana su piel desnuda y el olor a dulce sangre bajo su piel.

La chica estira la colcha vieja de la cama y se cubre el torso tal y como le habías aconsejado

- Eso fue un cliente,

A la niña le cuesta hablar del tema

- Él tiene sus gustos... a mi no me gusta que me hagan daño

se apresura a dejar claro

- Pero es un hombre temperamental

Lucinda se ve bastante lastimosa al verse obligada a contar esto, se nota que probablemente no tuviera alternativa. Cuando viste su cuerpo desnudo te diste cuenta que no es una chica nada bien alimentada y si su único recurso es la prostitución puedes imaginar que no es el tipo de persona que pueda rechazar muchas oportunidades de negocio.

Poca información claro, esta niña no es de la clase de mujeres con la que los hombres se entretienen contando sus historias, una pena

Apoyo un dedo en su barbilla y hago que gire un poco su cabeza levemente, puede pensar que para no ver las marcas de mordiscos en el otro lado, pero admiro el pulso y color de su arteria carótida. Tan tentadora y dulce incluso en una niña mal alimentada que me hace tragar saliva

-¿y no conoceras el nombre de ese hombre?¿donde puedo encontrarlo?¿como es?- una idea peregrina cruza mi mente

-¿Sabes si se apellida Giovanni o trabaja para alguien con ese apellido?- la relación de los Giovanni con su familia mortal es bien conocida, y algo así podría ser fuente de trastornos para una mente perceptiva

Gruñendo, rebuscó en el bolsillo y encontró algo. Cinco croats de plata. Más valía que le gustase lo que veía, porque no había más. Literalmente.

-Toma. Esto es lo que te doy.

Milos frunció levemente el ceño para luego relajarlo y esbozar una sonrisa paternal. Por un lado no estaba demasiado satisfecho con la información obtenido pero, al fin y al cabo, era lo único que habían conseguido aquella noche que ya comenzaba a llegar a su fin. Las calles pronto empezarían a clarear y buscar un refugio sería la prioridad.

- ¿Eso es todo...? - preguntó arqueando las cejas. - ¿Tanto alborozo para una información tan trivial...? Toby... amigo mío... ¿te das cuenta ahora cuan desconfiado has sido hacia nosotros? ¿Cuán injusto comportándose de un modo tan insidioso? ¿Qué mal había en darnos esa información de primeras...?

El gitano esbozó una vez más aquella sonrisa afectiva esperando alguna respuesta por parte de aquel desgraciado. Tanto daba... no había más que sacar. ¿Nada más...? Por supuesto, el alimento tan necesario y deseado. Milos y User compartieron una mirada fugaz. Ya no había mucho más que hacer y estando como estaba el muchacho atrapado en el embrujo serpentino del setita, acabar con él sería rápido y extremadamente sencillo.

Milos aproximó su cara al rostro del hombre... desviándose ligeramente hacia el cuello. Apestaba a sudor y a turugio. A miseria y repugnante vino rancio. Pero igualmente poseía sangre vibrante en su interior. Deseada. Los dientes del depredador se clavaron impunes en aquella carne extranjera. El líquido comenzó a verterse en el gaznate del cainita que, mientras le sujetaba con firmeza, invitaba a su compañero a compartir aquel bocado.

Observo desinteresado como el humano comienza a ser vaciado por el gitano y es que ya no me llamo a engaños ahora somos lo que somos y no podemos apiadarnos  de la presa.Acaba rápido tenemos cosas que hacer .

Sonrío, contenta, pues aquello había parecido demasiado simple. Se mostraban abiertamente simpáticas, o quizás sólo interesadas, pero daba un poco igual, el resultado podía ser el mismo, si sabía manejarlo a mi interés.

- Me temo que no busco un librero, sino un ladrón de libros. - digo, directamente. - Uno muy bueno, pues ha robado un libro muy especial de un lugar bastante especial.

Vuelvo a sonreír, afable, como si el tema no resultara importante ni mucho menos.

- En cualquier caso, pasaré un par de horas aquí, pero me iré antes de que amanezca. Estoy segura de que alguien aquí tiene que haber oído hablar del libro y estoy muy, pero que muy interesada en saber su paradero. ¿Sabéis si ha llegado algún viajero importante a la ciudad? ¿Alguien de renombre o que destacara de alguna forma?

La chica se encoje de hombros tímidamente

- Se llama Bernini, pero no me suena haber escuchado ese apellido que usted menciona

su mirada entonces se pierde, notas un aire atormentado en la forma como su frente se tensa mirando al suelo de la habitación

- Debe ser alguien importante, sino Frascatore no habría intercedido por él la última vez

los ojos de Lucinda empiezan a brillar conteniendo las lágrimas a duras penas

La nosferatu te arrebata los cinco croats de plata de la mano de un revuelo y se los lleva al bolsillo de aquella maraña de harapos que llevaba por vestimenta.

- ¿Eso es todo? ...asegurate de llevar más encima y puede que nos volvamos a encontrar.

Te ordena con sus desagradable modales mientras se da la vuelta y se apresura ranqueando hacia el fondo del callejón

- Contigo, o con tus amigos.

La mujer desaparece, y os quedáis solos en el callejón. El silencioso Padre Tadeo parece haberse esfumado en algún momento de vuestra conversación con la mujer, quizás al darse cuenta que el trato no tenía buenas expectativas de llegar a buen puerto.

En la mirada de Toby no viste otra cosa que odio cuando esbozabas amables palabras cargadas de sátira mientras el hechicero egipcio le hipnotizaba con sus dones oscuros cada vez que el chico terminaba de hablar.

Por supuesto, no hay resistencia por parte del desdichado ex-militar y el beso se sucede irremediablemente.

Emmelina te responde henchida de orgullo:

- Pues claro que hay viajeros importantes, y todos pasan por "los tres leones", esta el señor Ber...

De repente Victoria la corta elevando la voz para interrumpir su charlatanería

- Un libro tan importante bien debe merecer un importante pago,

La primera prostituta en hablar parece entonces darse cuenta de su error y lo que pretende Victoria, pues su rostro de sorpresa ante la suspicacia de la compañera habla como un libro abierto.

- yo al menos si buscara algo de semejante valor, estaría dispuesta a recompensar bien a cualquiera que aportara información valiosa al respecto ... pongamos por ejemplo, una lista de los mercaderes más importantes de la región.

- Oh, y de qué trata ese libro tan especial??

Añade Eliza con la curiosidad de una niña pequeña a quien le están contando un nuevo cuento de aventuras, más preocupada por el contenido del relato que las triquiñuelas económicas que discuten sus compañeras.