Partida Rol por web

Ejem...Carraspeo un poco ya que el ligero toque en el hombro es ignorado.Milos que borracho estas! Aqui estoy compañero.Pongo el brazo en su hombro y lo aparto de su interlocutor .O yo estoy loco o me has metido en un bar de vastagos o alguien esta jugando con mi cabeza 

Cuando Milos se acerca al hombre solitario, éste responde con pasmosa velocidad y se aprieta la jarra al cuerpo protegiendo cuidadosamente lo poco que queda en ella del preciado líquido que todavía contiene.

El chico mira sorprendido como Milos se hace el borracho y parece relajarse al ver que su acercamiento es amistoso, sin embargo no suelta la jarra.

- Encargos y desapariciones... esta maldita ciudad acaba con todos nosotros de la misma forma

Un destello de melancolía o miedo surca la mirada del hombre por un segundo.

- olvídate de tu amigo ... lo siento por él. Y por ti.

En estas, llega la camarera en su camino de vuelta con algunas copas vacías en la mano:

- ¿Te pongo otra, Toby?

Distracción que User aprovecha para poner la mano en el hombro de Milos y susurrarle desde sus espaldas:

 - Ejem...Carraspeo un poco ya que el ligero toque en el hombro es ignorado.Milos que borracho estas! Aqui estoy compañero.Pongo el brazo en su hombro y lo aparto de su interlocutor .O yo estoy loco o me has metido en un bar de vastagos o alguien esta jugando con mi cabeza 

 - ¡Ja! si a penas tengo para pagarte esta ronda, querida...

La camarera chasquea la lengua y añade:

- ¿Y tu amigo qué? - dice refiriéndose a Milos que esta sentado en la misma mesa - Chico, qué te pongo

dice la mujer en un derroche de paciencia y con la naturalidad de tener que tratar borrachos noche si y noche también.

Entre tanto, al ver a User allí de pié, dos de las mujeres de oficio se acercan al egipcio quien sí parecía tener dinero para costearse copas.

- Pareces cansado, por qué no me invitas a una copa o... algo más

dice una, mientras la otra añade:

- Apuesto a que puedo hacerte olvidar todos tus problemas.

El duque Folieri asiente validando las palabras de Jäger, y se queda mirando a Sav expectante. No esta especialmente sorprendido por la rigidez del gangrel o como mínimo sabe guardar las apariencias perfectamente.

 - Acompañadme por favor, - le insiste a Savio - Supongo que habréis venido a cumplir vuestras obligaciones y presentaros al príncipe.

Sigue diriguiéndose al gangrel esperando que éste se decida a alejarse de su compañero y dejarse guiar por el tono amable de la conversación.

 - ¿Mi rebaño?

Le responde mientras tanto el viejo Tadeo a Jäger frunciendo el ceño y entornando la mirada, en un gesto humano sin acabar de comprender. 

- explícate chico.

El anciano no esta dispuesto a soltar prenda sin algo más de información.

Milos comunica a las damas  que lamentablemente mi bolsa esta muy vacia  asi  que no puedo ni siquiera agasajarlas como me gustaria y comprueba lo que te he dicho .Digo a mi compañero sin ni siquiera mirar a las  dos mujeres como si su sola presencia me turbara .

- Presentarme al Príncipe. - pienso mientras escucho al "Duque". No tengo otra cosa que hacer que perder el tiempo con memeces de ese calibre. Putos protocolos de mierda. Me cago en todos estos papanatas y su maldita corte.

Luego centro mi atención en Jäger al que fulmino con la mirada.

- Luego hablaremos tú y yo.

Finalmente desisto de hacer l oque se me pasa por la cabeza que no es otra cosa que arrancar la cabeza de ese engreido "Duque" y decido seguirle a regañadientes.

- Detrás de vos. - le digo. Gilipollas lameculos.

Milos dirigió una significativa mirada a User... ¿jugando con su mente? Si era cierto y en aquel lugar ahbía algún vástago el peligro era inminente. Pero aquella críptica frase del borracho le había picado la curiosidad. Quizá merecía la pena preguntar un poco más.

- Ey... Rahim - apuntó refiriéndose a User. - Mira... he encontrado a Fabio. Bueno... no es Fabio pero, ¿no te parece que se parecen muchísimo? Hablábamos de... eh... estooo... señoras, por Dios. - comentó a las prostitutas que se acercaban. - Dejadnos con nuestros asuntos y buscad a otro a quién vaciarle la bolsa. - el plausible doble sentido de la expresión divirtió muchísimo a Milos que comenzó a reír al lado del borracho. Intentando, quizá, contagiarle con su descarado sentido del humor. - Mi amigo no tiene dinero y yo... ¿crees que estoy forrado? ¿Acaso quieres verme el forro? - apuntó de nuevo soltando una carcajada.

La actitud de Milos era cordial con el boracho... amistosa incluso. Pero a User lo miraba con la terrible incógnita de lo que planteaba. ¿Quién podría ser el cainita entre aquellos malolientes parroquianos? 

Una vez las prostitutas se hubieron ido* Milos retomó el asedio. 

- Bueno, Fabio... ¿y por qué dices que en esta ciudad todo el mundo le pasa lo mismo? ¿Te ha pasado a ti? ¿Acaso has desaparecido? Porque yo te puedo ver perfectamente. - nuevas risas. - Cuéntame tu historia, amigo.

Recibió la mirada fulminante del Gangrel. Asintió tranquilamente.

"Seguro que sí..."

Rebelde de pastel dispuesto a insultar a todo y todos sin saber muy bien cómo lo hacía o si servía de algo y que confundía independencia con estupidez supina... y que cuando le salía mal buscaba culpar a todos menos a él. Le recordaba a cierto sire Brujah que había nacido odiando y que, posteriormente, había llegado a medio-tolerar. Aunque seguía siendo un tremendo imbécil, al menos hasta hacía 50 años. No lo volvió a ver desde entonces.

-Su rebaño. Sus fieles. Aquellos con quienes comparte pensamientos y la llamada de Dios -dijo- Estaría interesado en entablar conversación con algunos de ellos.

Puestos a ser directo, aquello era de lo más directo, pero bueno, él lo quería así y Jäger estaba encantado de hacerlo.
 

Las chicas de compañía se miran al gitano con cierto desprecio, como diciendo: "¿a ti quién te manda meterte?" pero en seguida recobran su encanto para volver a dirigirse a User.

- Si te lo piensas mejor, estaremos por aquí

Dice una de las prostitutas en tono sugerente antes de volver al rincón donde se encuentran las escaleras que suben a la segunda planta.

La camarera resopla y apoya el puño de su mano libre en la cintura.

- Eh, te he hecho una pregunta. Que qué te pongo.

La mujer dio un vistazo a la sala calculando todo el trabajo que tenía

- Si no vas a tomar nada será mejor que te largues, esto no es ninguna parroquia ¿entiendes?

Ésta espera unos segundos por si Milos quiere responder, pero tanto si lo hace como si no,* acaba por desaparecer hacia detrás de la barra.

 - No es así siempre... - dice vuestro contertuliano con una sonrisa en los labios, partícipe de los dobles sentidos del borracho de Milos - Pero tiene razón, eh? si no te pides nada y espantas a las prostitutas vas a tener problemas con Frascatore

el chico hace un gesto con la cabeza señalando al corpulento propietario, un hombre que parece un oso por su tamaño, con una rizada barba negra y brazos como árboles vestido con un mandil manchado de vino.

- Y no me llamo Fa.... - el chico desiste a media frase - mi nombre es Toby Entwhistle, y si quieres que te cuente mis desdichas podrías invitarme a una ronda ...it's the fair thing to do! 

- Eso me parece una gran idea... - completó Milos sacudiendo el brazo del tipo. - De hecho, ahora mi socio y yo íbamos a otra taberna. Era el lugar favorito de nuestro querido Fabio y... y... pensamos que quizá haya regresado allí. Además... el vino de Frascatore... - Milos se acercó al oído de Toby bajando el tono de voz hasta el susurro. - ... está aguado. 

El gitano se separó agitando poderosamente la cabeza verticalmente en gesto de asentimiento. 

- Tu tienes pinta de hombre de mundo... vamos. Conmigo puedes ser sincero amigo, Toby. Te habías dado cuenta al primer sorbo... ¿a qué sí? Vente con nosotros a la taberna de la que te hablo. Eso si es vino... Santa Virgen... y tanto que lo es. La primera ronda va a cuenta de mi socio... Rahim es un comerciante, ¿sabes? Además en este tugurio no saben tratar a personas de nuestra categoría. Ya has visto a esa moza deslenguada...  no como las otras, que tienen exceso de lengua. - refiriéndose a la camarera y las prostitutas con otro claro doble sentido.

El viejo monje chasquea la lengua, como si la respuesta que le acababas de dar fuera una absoluta necedad

- ¿A caso tu me darías acceso a tus hoscos amigos solo con pedírtelo?

dice haciendo referencia a Sav con lo de "hosco" quien se alejaba junto al peligroso duque

- Dime qué es lo que buscas de mi rebaño y por qué debería hacerte este favor

El duque al percatarse de la brevedad de tus respuestas, te responde con una pregunta igualmente directa:

- ¿Os ha traído el señor Jäger a Roma?

dice el hombre mientras se dirige a una de las puertas del lado opuesto por el que entrasteis

- Piensa lo que quieras maldito imbécil. - pienso al ver lo desorientado que estaba el muy idiota.

- ¿Señor Jäger? - prosigo con mis pensamientos mientras me descojono interiormente. Señor Jäger. jajaja. Sin duda un buen chiste.

- En verdad no. - respondo igual de seco que antes. Realmente han sido mis pies los que me han traido. No creo que el "Señor" Jäger se sintiera muy cómodo haciendo de animal de monta. - añado mientras una sonrisa burlona se dibuja en mi cara al imaginarme la escena.

Eso le faltaba, ser aleccionado ahora. Ya había pasado por eso décadas, no necesitaba una noche más.

-No es mi amigo, es sólo un conocido -matizó- Pero si fuera lo que hiciera falta para ampliar mi círculo de conocidos... sí. Do ut des.

Aquello no iba a ser fácil, pero al menos dejaba la puerta abierta. Debía querer dar la oportunidad.

-Busco a uno de los Nosferatu, necesito preguntarles una cosa -dijo- A cambio de este favor, os deberé uno de igual o menor valía si así lo deseáis. Ese es el trato.

¡Favores...! Sus compañeros le habían hecho meterse en favores. Décadas de limpieza tiradas por la borda por los favores. Grumfffff... esperemos que al menos merezca la pena.
 

La imágen de Jäger haciendo de animal de carga alegró sin duda las facciones del vástago que sonríe educadamente ante tu inflexión al pronunciar "señor".

- Y sin embargo si se siente sumamente cómodo diciendo cómo debes comportarte.

La puerta al fondo del salón principal conduce a un pequeño espacio con una escalera de caracol que os adentra en las profundidades de la fortaleza. Las paredes cada vez más gruesas y las aperturas a su vez más pequeñas te hacen pensar en lo difícil que puede resultar entrar o salir de allí sin ser invitado a hacerlo.

Tadeo piensa durante largos segundos, sospesando tu propuesta.

Finalmente correspondiéndose con tu cita en latín "Do ut des" el hombre sigue la conversación en la lengua madre:

- Solo porque simpatizo con tu clan, brujah, te llevaré ante Madame Cloaca,

 pero su resolución todavía no había terminado.

- con la condición de presenciar personalmente vuestra reunión.

Toby se encoge de hombros como diciendo "Por mi bien" mientras apura el contenido de su jarra y se queda mirando a User, consciente que es él el tesorero de la extraña pareja.

La sonrisa torna de divertida a burlona mientras escucho al pomposo hablar.

- ¿Y acaso crees que me importa lo que diga o deje de decir? - le pregunto sin dejar de sonreir. No tiene ningún tipo de poder o influencia sobre mi.

- Como bien sabrás hay quien es feliz pensando que tiene sobre quien mandar cuando realmente no es más que una mera marioneta. - comento.

Asiento con una sonrisa y hago un gesto indicando la salida .Por supuesto que si uno mas siempre es bienvenido a .Dejo que pasen los demás y yo cierro la marcha deseando salir de allí lo antes posible.

- Justamente es eso lo que me intriga de vos, que hayáis elegido la compañía de presuntos titiriteros.

El hombre se detiene en frente una pesada puerta de metal al final de un largo pasadizo.

- No parecéis el tipo de hombre al que agradan los teatros y las falsas apariencias.

Joder. El padre es LISTO.

-Estupendo -se sintió orgulloso de haber podido recordar tan rápido cómo se decía eso en latín- Si es lo que queréis a cambio de ponerme en contacto con ella, estoy de acuerdo.

Aceptó. No las tenía todas consigo, pero trató de que no se viera demasiado. Aunque claro... que el Padre viera que tenía dudas con respecto al trato no le sentaría como algo particularmente extraño.

Además, asi se libraba de que le trabaran en compromisos. Odiaba esa clase de cosas. Las deudas cuando antes se resuelvan mejor.

No pudo dejar de preguntarse si el Padre Tadeo sabía que pensaba eso y por eso lo había propuesto...