Partida Rol por web

- Joder. - digo al ver en que se ha convertido la "anciana".

Rápidamente me preparo para lo peor.

- Veamos que pasa. - me digo a mi mismo.

- Suiza dices... ¿qué trabajo en Suiza? ¿Acaso conoces a alguien que se "lleva" a gente a trabajar a Suiza y no regresan jamás?

Por un lado Milos dudaba en haber encontrado a la primera de cambio a un tipo que pudiese estar relacionado con el asunto en el Vaticano pero las pistas sonaban muy difusas. La referencia a Suiza sonaba extraña y ya no sabía si las palabras de Toby eran efluvios del alcohol, estrategias para ganar tiempo o, simplemente, desvaríos producidos por la combinación de los dones de los dos cainitas sobre su persona.

- Suiza... dinos, ¿quién es el contacto? Imagina que estoy interesado en ir a Suiza a trabajar. ¿Con quién habría que hablar?

La referencia a Suiza le extraña tanto a Milos como me ha sorprendido a mi y lo demuestra pidiendo mas información sobre el viaje maldito .Callo y sigo escuchando intentando entender adonde diablos nos lleva esta conversación  hasta que una idea me viene a la cabeza .

- Preguntale cuando se organizó el ultimo viaje a Suiza ?.

El chico asiente con la cabeza ante la primera de las preguntas sin hacer ninguna señal de querer resistirse

- El hombre no dijo su nombre... aun que podría describíroslo.

El ex-soldado inglés suelta aire

- ¿Por qué no volvemos a los tres leones y os lo cuento todo? No hará falta que paguéis nada, conozco a las camareras de ese local y puedo conseguir que no nos molesten mientras hablamos.

Dice en tono conciliador

Jäger había visto cosas más horribles en su vida, y los cadáveres putrefactos eran una, y los Nosferatu otra más tarde. Por circunstancias lo que aquella mujer le inspiraba era mucho más revulsión que asco, pero el instinto de querer destrozar a todo el mundo era algo con lo que se convivía siendo un vampiro. No era tan raro. Se pasaba, se aceptaba.

-Sí. Que vaya a la Iglesia si quiere cama y cobijo -se limitó a decir- ¿Eres la que llaman Madame Cloaca?

El hedor en cambio era poco soportable: mierda apelmazada, inmundicias y meados por purgar. El acostumbrarse al físico era una cosa, pero aquello...

La mujer hace caso omiso de tu pregunta, en lugar de ello mira hacia Sav y también observa tus botas y atuendo.

- Impertinente y arrogante, si no es un brujah se le parece mucho,

Madame Cloaca mastica repetidamente, haciendo extraños movimientos o tics con la boca. Finalmente decide voltearse hacia Tadeo que sigue de pié calmado observando lo que ocurre.

- ¡Y sabe mi nombre! eso es que algo quiere, algo quiere... todos quieren algo

La mujer sigue masticando y mirando de forma errática a todos los presentes. No parece acostumbrada a tener tanta audiencia.

- Pero normalmente es la mendiga la que pide y los... carpinteros dan. No al revés, no, nunca al revés ...bueno, pocas veces.

Jäger trató de que no se viera lo que opinaba de esos estúpidos jueguitos. Después de todo no era uno de sus estúpidos hermanos de la Via que no sabían el mundo en el que se movían, pero los asuntos de los vivos se le daban diez ardites. Sólo vivía entre ellos y fingía que le preocupaban, ocasionalmente. Lo bastante como para mezclarse entre ellos, no tanto como para despertar miradas indeseadas. Mejor que vivir en el bosque... mejor que vivir en el bosque.

-Algo quiero -asintió, teniendo que seguirle el juego- Soy Jäger, de los Brujah. ¿Un favor ahora por un favor en el futuro? ¿Lo ves justo?

Asunto estándar entre toda la estirpe de Caín. Algunos podían ver cuestionable que un Clan Mayor tratara con un Clan Menor, pero como quien era y en quien se había convertido el Brujah no podía darle menos importancia a todo ese asunto. En su transición de hombre a engendro de satanás algunas cosas simplemente no habían cambiado, como el concepto de que el puchero es siempre lo primero y todo lo demás es accesorio. Muchas... muchas otras cosas habían cambiado. Pero no esa.

Milos acarició el pelo del hombre con mimo... con paternalismo. ¿Estaba asustado? ¿Realmente lo estaba o los efluvios del alcohol hacían de las suyas?

- Vamos Toby... solo estamos charlando. Solo hablamos, ¿verdad? Dinos cómo es... cómo podemos dar con él y te irás a la taberna de Los Tres Leones. Y ya está. Es fácil. Nosotros nos debemos marchar. Se nos hace tarde. Dinos cómo dar con ese tipo y nos esfumaremos como la niebla. Te lo prometo.

El gitano rubricó su frase con una sonrisa siseante y bonachona.

- ¿De verdad aún crees que queremos quitarte tu dinero? Vamos, Toby... solo estamos hablando. Terminemos la conversación como seres civilizados y luego... cada uno seguirá por su camino.

Odiaba todos estos tejemenejes de la urbe.

- A ver cuanto nos lleva y cuanto nos cuesta todo este tinglado. - pienso mientras dejo a Jäger actuar.

- Tan sólo espero que todo esto sirva para algo más que escuchar a un Norferatu loco.

Miro al tabernero, de arriba a abajo. Horrible, sin duda. Asqueroso, solo con mirarlo. Pero aún así, quizás útil.

- ¿Qué necesita una chica para hacer negocio aquí? - digo, sin molestarme mucho en tapujos, con el porte alto. Ya bastante hacía con insinuar lo que insinuaba. - Espero que entienda a que me refiero. Pero no soy como esas niñatas ptísicas que tiene por ahí, que conste.

De reojo, miro a Giani, y como se le acerca aquella mujer. El cura había conseguido carnada fresca. Curioso. Jamás pensé que llamara la atención de una prostituta. No tiene demasiada pinta de llevar dinero encima. Quizás simplemente, es muy novata o muy tonta.

Lo que percibo en la posada no es nada alentador, no parece haber nadie que pueda estar conectado con el colegio episcopal, ningún comentario sobre un robo en la biblioteca vaticana. ¿tal vez alguno de los hombres que ocupan las habitaciones en el piso de arriba? una apuesta a ciegas. Una figura fantasmal en un rincón se rie de mi, pero procuro ignorarla.

"señor, si tuvieras la bondad de orientar a tu siervo"

Mientras la sencilla oración se forma en mi cabeza una chica se me acerca, respondo a su burda insinuación con silencio mientras la examino detenidamente. Dios no acostumbra a atender mis oraciones, pero es una escusa tan buena como cualquier otra para subir a los pisos superiores, y lo cierto es que necesito alimentarme

-... compañía, si, es lo que necesito esta noche. ¿vamos arriba?-

La nosferatu mira al cielo mientras le hablas, luego vuelve a repetir el movimiento de mandíbula y mira a los ojos de Jäger. Otra vez mira al fondo del callejón y de nuevo a Sav. Vuelve a masticar.

- No.

Responde Madame Cloaca de forma seca

- Te acabo de conocer, quién sabe si tienes futuro o palabra. Prefiero algo que se pueda tocar. Dinero

La mujer da un paso hacia adelante arrastrando una pierna ranqueante y con la palma abierta

- ¿Una limosna?

- Está bien, está bien.

Dice el chico apartando su cara de los dedos del gitano tratando de evitar que su expresión delate un "pero no me toques"

- Creo que trabaja en el puerto, o escuché que alguien le había visto por allí, quien sabe, puede que ya hayan partido. Los mercenarios veteranos le llaman "viejo suicidio" por lo que os conté antes. Ofrecía un buen pago para realizar ese trayecto de varias paradas, la gente conoce su fama, pero si siguió inflando el precio no me extrañaría que alguien hubiera picado tarde o temprano.

Toby duda un segundo pensativo y reencauza su respuesta

- Era un hombre bajo y atezado, vestido de rojo y negro con la barba castaña y los ojos azules. Llevaba un estoque al costado, sus ropas eran ricas y lucía un grueso anillo de plata en la mano en la mano izquierda.

El posadero arquea los labios en una sonrisa de reafirmacion, como si se hubiera esperado aquel tipo de oferta de una mujer que acudía a su posada a altas horas de la noche, sin embargo había tenido el decoro de no insinuarlo él mismo.

- Tus forma de hablar y tu belleza bien parecen sobresalir a la mayoría de por aquí. Pero no es a mí a quien tienes que convencer, sino a ellos.

el hombre hace un gesto con la cabeza hacia los mercenarios a la otra punta de la barra, agenos a la conversación que estabais teniendo con el posadero.

Entre tanto la niña asiente con la cabeza a las palabras de Gianni y prácticamente sin mirarle a los ojos le agarra de la mano y le conduce escaleras arriba

- Mi nombre es Tomás Frascatore, y el trato con las chicas es sencillo. Si quedan habitaciones libres os las alquilo por un tercio de lo que les cobréis a mis clientes por vuestros servicios, a cambio se os ofrece la habitación y un desayuno caliente.

El hombre se frota la barba

- Quedaban dos habitaciones libres, pero creo... que va a ser solo una. 

dice viendo como Gianni sube detrás de aquella a penas niña que se había interesado por él.

- Y si quieres un consejo, por muy buena que seas en tu trabajo no te conviene quedar mal con las demás. - refiriéndose a las otras prostitutas a quienes se dirige con la mirada. - No son malas chicas, pero muchas no han tenido la mejor suerte en sus vidas.

La niña se apresura a arrastrarte escaleras arriba como si temiera que al demorarse pudieras cambiar de idea y decidir que no quieres disfrutar de sus servicios.

Las habitaciones escaleras arriba son más vulgares que lujosas: están decoradas de acuerdo con la idea que tendría un hombre pobre de la casa de un rico.

Media docena de habitaciones se suceden a lo largo del corredor, tres a cada lado. La chica te lleva a la del final a la izquierda, y al pasar junto a las demás puertas escuchas un repentino chasquido de un látigo restallar contra la carne.

Una vez dentro de la habitación iluminada por velas, te das cuenta que la niña que tienes delante no aparenta tener más de 15 años y sin embargo empieza a desnudarse con premura, quedándose pálida y todavía de alguna forma tímida ante la arrugada cama. Te percatas por su forma de moverse que ésta siempre intenta cubrirse el lado izquierdo del cuello o ladearse para que no puedas verlo.

- No es tan tonta. - pienso al escucharla. Fea un rato pero de tonta no tiene un pelo.

- Si esperáis dinero de este Gangrel me temo que no podré satisfaceros. - le digo para luego matizar. Pues nunca llevo encima.

Tras esto espero a que Jäger actúe como se espera de él.

Resolló, apenas un poco.

-Si no tuviera palabra en estas cosas el resto de la gente me despedazaría. Pero bueno. De cuánto estamos hablando.

Es bastante tonta, de hecho. Los señores de los vampiros no son los señores de los mortales. Los vampiros tienen casi mejores razones para no traicionar la estructura fundamental de su sociedad ante los demás... toda la gente que se les podría en contra.

O es bastante tonta o está radicalmente en contra de todo ello, claro. Sigue siendo la opción.

Me dejo arrastrar con docilidad hasta la habitación, mas atento a lo que me muestran mis sentidos de las otras habitaciones. Me sobresalto un poco por el sonido del látigo, no parece la diversión de la plebe.

Al entrar en la habitación una forma oscura se escurre bajo la cama, y a punto estoy de saltar tras ella antes de comprender que es uno de los espectros que me acompañan, tras lo que finalmente presto atención a la niña.

Es una criatura patética que despierta mi compasión mas que otra cosa, podría considerar interrogarla, pero aun sin mis sentidos es es evidente que tiene poca experiencia y es muy poco probable que haya compartido cama con alguien vinculado con el caso. Pero que oculte el cuello si me llama la antención.

-¿que ocultas ahi niña? eres una criatura preciosa y nada has de temer de mi. Muestramelo por favor- le hablo con voz y gesto amable y acaricio con dulcura su mejilla derecha