Partida Rol por web

Crónicas Giovanni: La última cena

1. El arte del buen comer

Cargando editor
04/09/2019, 14:26
Anna Katarzyna Zaleski

¡Y ESTE ME MIRA!

Me alarmé al cruzar la vista con el tal Allan. Seguramente se hubiera dejado embaucar por las palabras del pordiosero junto al que estaba sentado y habría hecho lo mismo que yo, así pues, ¿cómo se atrevía a tomarse esas confianzas? Seguro que si estuviéramos en Zale, Ivan le habría dado un castigo ejemplar por aquella osadía.

Ivan...

Recordar a mi hermano mayor consiguió que ese y todos los pensamientos previos se esfumaran, justo en el momento en que doña Constanza agarraba mis manos, dándome la falsa sensación de que la suerte por fin me sonreía.

- Anna Katarzyna Zaleski, soy la hija menor de Zaleski. Pero mi familia me llama Anka, mi señora.

Reconocí con la voz algo más baja de lo habitual gracias a la ayuda de Ivan y mi característico acento, luego tomé asiento, una vez ella también lo hizo, y volví a alarmarme cuando sentí sus ojos observándome.

¿Por qué lo hacía? ¿También habría escuchado a ese malnacido? ¿¡Lo estaría considerando!? Fuera lo que fuera podía notar como mi respiración comenzaba a agitarse. No estaba preparada para esta situación.

Cargando editor
04/09/2019, 21:25
Duquesa María Borgia

        Después de días de interminable viaje por fin la carroza enviada por el señor Giovanni se detuvo frente a una posada a las afueras de un poblado cercano a los Carpatos al anochecer, entonces tras tantas jornadas encerrada con pocos descansos para contactar a su criada personal y al par de guardias que las acompañan en su carroza personal, la duquesa María de Borgia reza agradecida por llegar al dichoso lugar y respira resignada al ver lo ... pintoresco del mismo, permite que con la vigilancia de uno de sus 2 guardias personales unos mozos del mesón descarguen su baúl y un par de maletas de viaje de su propia carroza para llevarlo al cuarto que le designaran ... tras decirles en italiano:

        - Tengan mucho cuidado con ese equipaje, que si algo se pierde o se rompe seguramente no les alcanzará para reponerlo, pero el dueño del lugar deberá intentarlo, el caballero uno de los guardias, llamado Mario les acompaña para revisar que todo salga bien -    Cansada por el larguísimo viaje la viuda Sforza desciende de la carroza con un vestido elegante, largo, sencillo, cómodo y de color oscuro con detalles en dorado, con poco maquillaje y escasas joyas para demostrar su reciente luto; despide al aún más parco e desconcertante cochero de la carroza enviada por el señor Giovanni en italiano:
        - Que dios cuide su alma señor y le depare un feliz camino de vuelta con los suyos " -  Mientras los mozos trasladan su equipaje a algún lugar del caserón con el mas menudo de sus guardias, la noble mujer camina junto a una linda y joven mujer llamada Ana, su dama de compañía y delante de toro con armadura llamado Pietro, su guardia de mayor confianza en la Posada.    Entonces saca de una pequeña bolsa de mano la invitación a la fiesta organizada por el señor Giovanni, un pequeño monedero con monedas locales intercambiada en el último Inn que se detuvieron y colgado a mi cuello la cruz de un rosario con una daga oculta adentro, esperando no tener que usarla para protegerse, también lleva puesta abrigadora ropa para cubrirse debido al frío del lugar cuando entra y después de una rápida mirada en el interior saluda a los parroquianos, percatándose de la presencia de muchas personas diferentes, que le dieron un poco mas de confianza, de manera que saludo a los presentes con la mano en silencio y avanzó hasta donde se hallase el posadero, a quien le saluda su guardia mientras que su criada desliza un par de monedas por la mesa:
      - ¡Buen día caballero!   La duquesa María de la Concepción Borgia, viuda de Sforza ha venido de paso a su establecimiento, de camino hacia el castillo del Señor Giovanni, cerca de estas tierras .... le agradecería mucho que nos diese su mejor habitación para poder pasar la noche en su posada, le preparen agua caliente para un baño, la mejor comida y botella de vino que nos puedan ofrecer en la mesa mas cercana a su chimenea -      Después de dedicarle una ligera sonrisa al posadero María la noble mujer mira de reojo a su alrededor con ligera altivez mientras que espera que sus pertenencias sean llevadas por el muchacho que las recibió con Mario, su otro guardia; entonces la mujer le susurró a Ana, la criada en italiano:

      - Ve con el Mario y mis ropas a preparar me un baño para poder relajarme antes de ir a dormir para descansar placenteramente! -    Solo después de que subieran los dos la bella, joven y noble mujer caminó a una mesa ocupada por las viudas y nobles mujeres del otro lado de la barra junto con su guardia Pietro, correspondiendo con una sonrisa a quien le saludara de camino discretamente y solo hasta llegar a la mesa saludó a los allí sentados para decirles con voz tan solo un poco mas alta que un susurro:
      - ¡Buenas noches señoras!   Ignoro si me entienden o no sus mercedes, pero ... ¡Buena noche tengan damas y caballeros!  ¡Buen provecho!  ¡Y que dios con su inmenso amor y sabiduría nos acompañe esta noche a todos nosotros!   -   Mientras que Pietro mira atento a su alrededor la duquesa sonríe a los presentes como si estuviese en su feudo

Notas de juego

      Hola chicos, espero no haber metido la pata por no conocer lo dicho antes ... y que juntos nos divirtamos bastante!

 

Cargando editor
04/09/2019, 22:11
Etienne de Bourgogne

Etienne escucha con atención a su pupilo, antes de reclinarse de nuevo en su asiento.

 - Gracias, Lui - se limita a contestar hieráticamente.

 - Tiene buena vista, el chico - pensó - Poco tiempo le podré retener como escudero, me temo: tanto mejor para él.

 

Y, en cuanto su compatriota se sentó, Etienne hizo lo propio, sin dejar de mirarla. En aquel momento, Etienne hubiera querido acribillar a Constanza a preguntas, como una lluvia de saetas en un asedio: por el duque, por la frágil alianza con el rey de Francia, por la guerra contra los ingleses, por su antigua orden... por su familia. ¿Conocería a su esposa?  Sophie no era de cuna tan noble como aparentemente pudiera serlo esta dama, pero ambas tenían la misma edad, y en una corte tan bulliciosa cabía la posibilidad de que se hubieran tratado en algún momento. ¿Sería posible que se conocieran? ¿Se atrevería Etienne a preguntárselo?  Aquella mujer quizá tuviera respuestas que podrían herirle.

Viajaba sola, y vestía de negro. ¿Guardaba duelo por alguien? ¿Y Sophie? ¿Le estaría guardando luto Sophie, como si hubiera muerto?

En cuanto se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo mirándola con fijeza, Etienne bajó la vista hasta su jarra de cerveza.

Cargando editor
04/09/2019, 23:16
Paolo -pj muerto

Cuando empezaron a entrar las mujeres de la nobleza vestidas con ricas ropas de encaje, joyería fina y un ejército de sirvientes Paolo trató de respirar hondo para mantener la compostura y recordar todo cuanto sabía del protocolo y la etiqueta de una corte que nunca en su vida había pisado. Se levantó a la entrada de la dama Constanza de Tournai, realizando una reverencia silente con la cabeza y volviendo a tomar asiento. observando en silencio y algo de incomodidad como intercambiaban frivolidades.

Cuando iba a presentarse entró otra de las nobles, de acento italiano y desplegando sus recursos como las plumas irisadas de un pavo real. Volvió a levantarse de nuevo realizando una leve reverencia y sentándose a su vez. Al final iba a tener que tomarse el mismo el preparado de Tila, azahar y milenrama. Un sudor frío le recorrió tratando de mantener la compostura, escuchando a los presentes y con una media sonrisa dibujada en el rostro.

Señora Constantza de Tournai,Duquesa de Borgia, caballeros. Soy Paolo, abad de Fossanova. Si en algo puedo serles de utilidad tengo conocimientos en medicinas y remedios naturales. Y si lo precisan puedo escucharles en confesión.

Aunque las preguntas seguían intrigándole, mas aún ahora que se habían mezclado entre los invitados a zíngaros buscavidas con caballeros, soldados, nobles damas y hasta musulmanes.

- Aunque confieso estar intrigado en el motivo que nos ha reunido en torno a esta celebración en honor a Claudius Giovanni a tan dispares personalidades. Quizás alguna de sus mercedes, conocedoras de los misterios de la corte, puedan aportar luz a las dudas de un pobre sacerdote.

Cargando editor
05/09/2019, 00:30
Nicolae Dobrich

Conforme llegan más y más personas a la posada mi curiosidad crece. Muchos de ellos parecen fuera de lugar, sobre todo las damas de alta alcurnia. Las saludo con un gesto de la cabeza. No soy más que un soldado que cuando no es llamado al campo de batalla cambia las armas por herramientas para trabajar la tierra, así que no estoy acostumbrado a esos refinamientos de la nobleza. Mejor mantener un cortés silencio que meter la pata.

El grupo que se va reuniendo es verdaderamente dispar y eso es lo que llama la atención. Parece que casi todos los presentes, o casi todos, estamos aquí por lo mismo. Y eso me lleva a preguntarme qué criterio ha seguido el señor Giovanni para traer a un grupo tan heterogéneo.

La algarabía que están montando los zíngaros resulta hasta un tanto molesta pero me olvido completamente de ello cuando el sacerdote, Paolo, hace la pregunta a las damas. Quizás dispongan de alguna información sobre las intenciones de Giovanni.

Cargando editor
05/09/2019, 01:19
Anna Katarzyna Zaleski

Y de repente la suerte volvía a girar, esta vez con la llegada de una nueva señora con su séquito, lo cual me brindó la oportunidad de volver a incorporarme y disimular mi nerviosismo ante Constanza.

- Buenas noches tenga usted también doña María.

Le devolví el saludo con mi torpe italiano, señal inequívoca de que no era de la zona por si mis rasgos no lo anunciaran a los cuatro vientos. También la habría invitado a sentarse con nosotros, tal y como parecía dispuesta a hacer, pero en compañía de otra señora dicha labor ya no era mi potestad, aunque no tenía por qué quedarme callada ante la pregunta del abad.

- En mi caso, por mi hermano Ivan. Fue él quien recibió la carta del conde - reconozco públicamente no haber recibido la invitación - desgraciadamente al día siguiente tuvo una mala caída y quedó en compañía de Nuestro Señor.

Ese era el motivo por el cual vestía el luto, un infortunio como los hay a mares, solo que se trataba de uno que había coincidido con todo esto.

- Padre y madre consideraron oportuno que don Giovanni era merecedor de algo más que una simple carta comunicándole su defunción y por eso me encuentro aquí.

Concluí de narrar mi justificación para este evento mucho más serena que cuando me había incorporado.

- Desconozco si habían mantenido algún tipo de trato, por lo que temo no puedo seros de más ayuda.

Me disculpo con Paolo con honestidad, aunque no era el único que se preguntaba por los motivos esta reunión.

Cargando editor
05/09/2019, 07:30
Bilyana Strakovski

Mientras termino mi plato miro a la gente que va entrando, preguntándome si todos ellos serán invitados de Giovanni. Alguno sí ha mostrado una carta, como la que yo tengo guardada en mi pecho, pero otros simplemente están aquí.

Por ejemplo, los zíngaros. Seguramente estén de paso, ¿no? Por otra parte, la presencia de las nobles me hace soltar un bufido. No por ellas, nunca tuve problema con la nobleza, sino por confirmar que voy a estar tan fuera de lugar como un Otomano en el Vaticano.

Terminó mi plato y suspiro, aliviada. No estaba mal el estofado, la verdad. ¿Cuántos de los aquí presentes creen que irán a ver a Giovanni? pregunto, inclinándome un poco sobre la mesa. Por ejemplo, los zíngaros se me hace muy difícil no pensar que son simples búho eros ambulantes de paso hacia algún sitio.

Cargando editor
05/09/2019, 10:22
Luigi di verona

Me aventuro a pensar que todos mi señora, restando lacayos y siervos. -Dijo con convicción a la par que retiraba el plato. 

He prestado mi interés a los apellidos de los aquí presentes y hay de todos los rincones de viejo mundo e incluso el árido oriente. Gentes de los estados itálicos, de algún reino de Iberia, de Valaquia, del reino de Francia, una gitana y otros que ni conozco pero intuyo de mas allá del Mar Negro.  

Algo asi no es casualidad, veo la mano de la divina providencia en esto, o quizá solo la mano de alguien poderoso  como puede ser Claudius Guiovanni.

Cargando editor
05/09/2019, 13:32
Piero Mantegna

Escuché en silencio cómo mi compañero de mesa exponía que era mercader, lo que indicaba que tal vez Claudius Giovanni le hubiera invitado a su mansión para hablar con él sobre negocios. Eso me hizo preguntarme cuáles serían los motivos por los que habría invitado a los demás. Estaba seguro de que él había sido invitado para elaborar alguna pintura para el señor Giovanni o cualquier miembro de su familia. Además, estaba al tanto de que uno de mis mejores amigos de Florencia, el también pintor Enrico di Empoli, también había sido invitado por Giovanni, por lo que era evidente el gusto de Claudius Giovanni por las artes.

-Soy pintor -le revelé al mercader musulmán, mientras tomaba un trago de mi jarra de vino-. Mi nombre es Piero Mantegna. Puede que hayáis oído hablar de mí si habéis estado en Italia. Mis mecenas son los Albizzi, quizá haya comerciado con ellos en alguna ocasión. -El comentario de mi compañero acerca de los zíngaros me hizo sonreír, mientras observaba que el joven Paolo parecía estar entretenido con uno de los acompañantes de la chiquilla-. Descuidad, puedo permitírmelo. Tal vez ellos necesiten más un florín que yo.

Observé aproximarse a la chiquilla zíngara, tomando asiento en aquella mesa, frente a mí. Me llevé una mano a la bolsa del dinero, sacando de esta algunas monedas que deposité sobre la madera, al alcance de Nezayem para que pudiera cogerlos cuando lo creyera conveniente. Después, extendí mi mano izquierda sobre la mesa, depositándola junto al dinero, con la palma hacia arriba.

-Buenas noches, muchacha. Oí a vuestro pariente decir que sois diestra en la lectura de manos -dije, en tono amable, mientras esbozaba una afable sonrisa-. Me gustaría que pudierais leer qué es lo que me deparará mi futuro.

Cargando editor
05/09/2019, 15:49
Constanza de Tournai (pj muerto)

La condesa viuda notó la mirada del caballero borgoñón, sintiéndose por un momento en un conflicto emocional. Estaba segura de que aquel hombre añoraría el hogar y que sentía ganas de recibir noticias prontas acerca de la dulce Borgoña. Justo cuándo separó los labios para decirle algo, escuchó la llegada de María de Borgía y como la anunciaban sus criados. Constanza había preferido dejar atrás a sus criados, consciente de que dada la riqueza del señor Giovanni estaría atendida en todo momento, pero en ocasiones echaba de menor tener alguien del hogar en quién confiar.

Duquesa — cabeceó con elegancia, moviendo la cabeza sin dejar traslucir ninguna emoción o sentimiento más allá del respeto y la educación que se ligaban al rango de ambas—. La entendemos; al parecer el italiano nos será a todos de buen provecho como lengua franca esta noche. Espero que la cena también le sea de buen provecho.

Reparó entonces en las palabras del abad de Fossanova, observando los modos y el proceder del monje. Parecía aliviada ante sus palabras, precisamente porque tener un confesor cercano y un abad tan educado en las artes de Avicena le resultaba agradable. Inclinó la cabeza ante las palabras de Paolo, con tal de mostrarle la deferencia que lo había oído y le sonrió con suavidad, agradeciendo su ofrecimiento. Sabía que con la iglesia siempre había que andarse con cuidado, pero entreveía un componente de sinceridad por parte del abad y aquello la reconfortaba. 

Constanza entonces se volvió y asintió con suavidad ante las palabras que escuchó después de Anna Katarzyna. No se le había pasado por alto que también vestía el luto debido a la muerte reciente de alguien cercano, pero cuando se hubo enterado de que había sido su hermano el fallecido, un destello de tristeza le cruzó el rostro. Anna parecía joven y bien podría haber tenido el difunto Iván la edad de su propio hijo mayor, Jean Henri.

Lamento mucho el deceso de vuestro hermano, Anna. Yo también he sufrido pérdidas cercanas hace poco —explicó, llevándose la mano derecha al corazón con gravedad y un auténtico rictus de pena—. Compartimos mucho, aunque intuyo que vos ya lo habíais supuesto por los ropajes de negro rigor que llevamos ambas. Podéis disponer de mí en lo que preciséis, de verdad os lo digo. ¿Venís del reino de Polonia, verdad? ¿O estoy equivocada?

A todas luces, las palabras de Constanza eran sinceras. Había algo en su tono de voz que emanaba un instinto casi maternal hacia Anna, que al fin y al cabo había acudido a aquellas tierras tan lejanas en sustitución de su pobre hermano. Aunque los medios de los que disponía a tanta distancia del hogar eran escasos, por lo menos se sentía bien teniendo cerca a alguien con quién compartir la pena. Aunque intuía que para la fiesta tendría que deshacerse de los hábitos del plañir para complacer a su anfitrión, el señor Claudius. Tan solo por mera educación tendría que sonreír, bromear, beber y comer, por lo menos a la medida que se esperaba de una dama de su linaje.

Sobre nuestro noble anfitrión, poco sé —admitió, no sin cierta pesadumbre. Ya en Borgoña había intentado investigar sobre él, con poco éxito—. Me intuyo que provendrá de Italia, porque amén de lo evidente que es su apellido, todos nos encontramos hablando el mismo idioma y yo no invitaría a mi corte a alguien que fuera ignorante en la lengua con la que me comunico. Que posea dominios en los Cárpatos posiblemente nos sea indicativo de que su familia posee lazos con Hungría, aún pese a la amenaza del Turco que pesa sobre estas tierras. ¿Vos sabríais decirnos algo más, Etienne? 

Se dirigió al caballero directamente, aún con la esperanza de saber algo más de él. Los ojos verde claro lo examinaron, buscando infructuosamente algún rastro de blasón que explicase su procedencia exacta o algún símbolo heráldico lo bastante explicativo como para desentrañar el misterio. Aquel hombre le producía una gran curiosidad.

Cargando editor
05/09/2019, 18:49
Duquesa María Borgia

        - ¡Pero como se atreve joven a insinuar que la duquesa requiera con urgencia confesarse con el primer religioso que se encuentra en el camino! -   Dijo el guardia Pietro molesto y con voz alta al abad, pero se detuvo a continuar cuando la duquesa tosió una vez mientras que le miraba intimidante, entonces suspiro y guardo silencio para dejarle responder:

        - ¡Por favor abad Paolo disculpe la actitud de mi guardia, quien no trata sino cuidar de mi persona en un lugar tan lejano de .. nuestras tierras a las afueras de Florencia ... le agradezco su proposición y tal vez mas adelante haga uso de sus servicios ... los motivos por los que el conde haya invitado a alguien mas me son desconocidos, sin embargo en mi caso deben estar relacionados ... con la muerte de mi querido esposo, de lo que me entere con la invitación! -     Entonces la joven y noble viuda se interrumpió para soltar unas lágrimas, justo cuando escuchó las palabras de Anna, a quien sonrió con empatía antes de responder le con sinceridad:

        - Lamento su pérdida ragatza, no se si era cercana a su hermano pero supongo que  me dolería mucho si perdiera a mi hermano en Valencia, solo espero que se encuentre bien con mis padres ... ¿Supongo que ambas debemos consolarnos con nuestros seres queridos aún vivos!   ¿Me permites por favor? -    Dijo la duquesa a la bella joven polaca, esperando su permiso para darle un abrazo para que ambas se consolaran por su pérdida, tras darle un abrazo corto pero emotivo María escucha a la condesa dirigirse a ella de manera cortés pero menos efusiva, entonces le sonrió sutil como se frecuenta en las cortes que seguramente esa mujer debería frecuentar y le responde mas enfática y prudente, tratando de hablar con un italiano un poco menos fluido:

        - Perdón pero aunque no es mi lengua natal el italiano es lo que mas hablo últimamente y espero que no se les complique usarlo,  tras mi ... larga presentación no les he dejado presentarse señoritas -    Termina por decir la duquesa Borgia con una sonrisa mientras que Pietro se mantiene de pie y ayuda a alguno de los meceros de la taberna cuando traen una copa de vino para los presentes en la mesa y un estofado de venado con ensalada para que las damas puedan degustarlo

Cargando editor
05/09/2019, 19:23
Duquesa María Borgia
Sólo para el director

          - Mientras que la petulante duquesa se pavonea frente a unos desconocidos en una posada en este lugar nosotros podríamos aprovechar bella Ana para Divertirnos en la habitación de la duquesa sin que ella lo sepa!   ¡qué te parece preciosa? -   Dice Mario con un tono ambivalente de italiano cuando ingresaban a la habitación tras haber subido las escaleras junto con los trabajadores de la posada que les ayudaron a cargar las maletas de María y antes de que este se fuera le susurra con cierta picardia después de que la joven entró:

           - ¡Hola amigo!   ¡Acaso has visto por aquí una mujer tan linda como esta Ragatza?   Si me haces un gran favor tal vez en un rato con un poco de vino que te regale y nos consigas te la podría presentar ... ¡Piénsalo!   ¡Pero primero me gustaría saber todo lo que sabes acerca del Conde Giovanni!  ¿Has visto últimamente a un noble hombre italiano como este? y ¿Si han habido antes mas reuniones con tanta gente tan diferente, invitadas por el Conde? -    Susurra Mario al joven que carga las maletas afuera del cuarto apartado para la duquesa mirando a su alrededor atento de que no les espiara alguien mas

Cargando editor
05/09/2019, 20:03
'Amr-Bashîr 'ibn Al-As

Escuchó con atención al compañero pintor mientras terminaba su comida, a la vez que agradecía a Alá por la ingesta de estos alimentos. Recordó que no había agradecido a Dios antes de comer, bajó el rostro y murmuró para sí algo en su idioma natal, repitiéndolo en italiano para que su compañero no sienta que está diciendo algo indebido a sus espaldas. - Bismilláhi awwálahu wa al-ájirahu. En el nombre de Dios, desde el comienzo hasta el final. - Entonces miró hacia arriba y agradeció nuevamente a Alá. - Al hámdu lilláh hámdan kazíran táiyeban mubárakan fihi, gair makfíyin wa la muwádda’in wa la mustagnan ‘anhu rábbana. - Hizo una pausa y continuó. - Alabado sea Dios, alabado sea abundantemente y lleno de bendiciones. Dios nuestro, Tú no necesitas a nadie, y nosotros nada podemos hacer sin Tus favores.

Terminado de agradecer, tomó el cáliz con agua o vino, y tomó para enjuagar su boca y terminar de pasar los alimentos por su garganta. - Conozco a los Albizzi - replicó -, aunque no en persona, claro. Alá los ha bendecido con buena fortuna y gustan vestir sólo la mejor calidad, es por eso que siempre compran mis telas, pues yo sólo comercio con la mejor calidad. Seda china y algodón egipcio, no puedes conseguir nada mejor que eso. - Afirmó, verdaderamente convencido de los productos que vendía.

Le devolvió el gesto de la sonrisa. - Puede que en verdad lo necesiten más que vos, pero de ella no obtendrás más que habladurías y falsos testimonios. - Entonces observó en silencio como la niña se acercaba a practicar la quiromancia sobre la mano del pintor.

Cargando editor
05/09/2019, 22:15
Nicolae Dobrich

Me enderezo hacia la mesa para tomar la jarra y volver a llenar mi copa, aunque no tomo trago alguno de inmediato.

- Me inclino a pensar lo mismo - digo a la soldado señalando a Luigi con la copa -. Si no todos, lo más probable es que casi todos hayamos sido invitados por Claudius Giovanni. La finalidad, no lo sé. Incluso los zíngaros - observo a la niña leer la fortuna al pintor. No es que crea en esas artes pero puede ser interesante oír lo que dice -. No están arraigados a ninguna tierra; siempre están de viaje. Pasan muchos por los caminos cercanos a mi hacienda y, la verdad, nunca he tenido problemas. Pero no suelen buscar posadas para pasar la noche, o las noches en realidad. Buscan un lugar en los bosques cerca del camino pero ocultos. Así que, querida Bilyana, el que estén en la posada se sale de sus costumbres.

Cargando editor
05/09/2019, 23:36
Nezayem Vaduva

Hay muchas cosas que podían averiguarse simplemente con la observación, sin que otras fuerzas entraran en juego. Y no cabía duda de que en Piero Mantegna había mucho de donde sacar...

Por su aspecto rechoncho y generoso estaba claro que no pasaba penurias. Añadía a ello dos criados, por lo que su oficio -cual fuera- era lo bastante importante o bien remunerado como para soportar el gasto de tres personas en un viaje a tierras lejanas. Por su acento quizá no tanto (habida cuenta de las distancias) ya que sonaba curiosamente parecido al toscano que ella misma hablaba. ¿Siena, Florencia, Pisa...?. Su relativa juventud hacía presuponer que o bien provenía de una familia adinerada o contaba con un extraordinario talento en su trabajo. Se decantaba por lo primero, habida cuenta de que las arrugas de su rostro no mostraban un padecimiento excesivo
-Vuestras manos cuentan la historia de vuestra vida, mi señor, y también vuestro futuro -comenzó en un susurro de voz cálida, al tiempo que las yemas de sus pequeños dedos recorrían la palma del pintor con suavidad y lentitud. -No simplemente por sus líneas. Vida, corazón, inteligencia... (las delineaba al nombrarlas) sino por los cartílagos nobles y sus formas. Las manos son verbo, y también son alma. Sin importar si amartillan, enhebran, cepillan o aran

Guardó silencio y se centró en la lectura. No había ningún signo de callos o verrugas, por lo que sin duda Piero no estaba acostumbrado al trabajo manual. Y la pulcritud de las uñas lo confirmaba. ¿Había un leve rastro de pigmentación en un lateral de su dedo corazón, apenas visible...?. Sin duda aquel hombre gozaba de los placeres de la vida de un modo u otro, y daba igual que la niña supiera o no leer líneas y montes: su suerte posiblemente no cambiaría. Más si estaba allí, como parecían todos, para una audiencia con Giovanni, un caballero tan misterioso como poderoso. -Os auguro una vida larga y próspera, mi señor. Observad, observad con atención la línea de la fortuna -y la señaló recorriéndola. -Su marca indica buenos negocios para vos. Sin embargo os advierto, cuidaos de los malos consejeros pues no a todos agradará vuestro éxito

Se reclinó hacia atrás, como si estuviera visiblemente cansada. Como buena zíngara practicaba el arte de hablar sin decir nada, y podía pasarse horas haciéndolo. Lo había hecho cien mil veces antes, y continuaría haciéndolo. Siempre había quien quisiera escuchar virtudes que alimentaran su orgullo, con una sutil mezcla de peligros y tribulaciones que no harían que se detuviera sino que lo alentaran
-¡Parece que los hados os favorecen, amigo! -aulló su pariente, en falsete. La enhorabuena era sincera, claro, tanto como el sólido metal de los florines que había (sí, había) sobre la mesa

Cargando editor
06/09/2019, 03:57
Anna Katarzyna Zaleski

Estaba preparada para responder a doña Constanza cuando el criado de doña María rompió el ambiente de cordialidad que estábamos mantenimiento. Si bien la hispana actuó con celeridad para recordarle las buenas maneras, unos azotes le ayudarían a que jamás volviera a actuar tan impulsivamente. Desgraciadamente no podía sugerir ese castigo cuando todas andábamos recordando a nuestros difuntos y, quizás, por eso mismo no me hizo mucha gracia el tener que abrazar a doña María. Claro que las buenas maneras podían justificar ese gesto, solo que entre dos desconocidos no lo veía tan adecuado y especialmente cuando empezaba a sospechar que sus lágrimas eran totalmente falsas, porque ¿cómo podía alguien cambiar sus sentimientos con tanta rapidez? Eran mucho más lógicas las reacciones de doña Constanza e incluso invitaban a empatizar con ella. No obstante me di cuenta de que no era buena idea profundizar en los difuntos y no solo por mi, sino también por ellas mismas.

- Los accidentes ocurren - comenté antes de cambiar de tema - pero tenéis razón, no nos hemos presentado. Yo soy Anna Katarzyna Zaleski y la señora es doña Constanza de Tournai. El caballero se ha presentado como Etienne de Bourgoña

Opto por finalizar las presentaciones de los más cercanos y que aún no habían podido presentarse ante ella, tras ello me decido a resolver las preguntas que me habían formulado.

- El condado de Zale está al norte de la Pequeña Polonia, en la frontera con los voivodatos de Mazovia y Podlaquia.

Matizo su apreciación sobre mi lugar de nacimiento, aunque dudaba que supiera situarlo en un mapa, luego inspiro profundamente y me fuerzo a recomponerme y mostrarme algo más sonriente. Iba a necesitar ser Anka de nuevo y esta noche iba a ser un buen recordatorio antes de llegar a casa del conde.

Cargando editor
07/09/2019, 01:45
Enzo Bonacelli

Finalmente había llegado, después de dos largas semanas que parecían interminables había llegado finalmente a mi destino, una posada. Al salir del carruaje estiro los brazos, sintiendo cierto dolor en la espalda mientras miro con cierto disgusto hacia el interior de este recordando aquella travesía por la que tuve que pasar todo este tiempo, pero finalmente había llegado.

Con un abrigo de color marrón oscuro con el cual me cubría de cuerpo entero entro hasta la posada, quitándome la capucha así revelando mis cabellos dorados al igual que mis ojos color miel, mirando así a los presentes mientras terminaba de pasar el umbral de la puerta, mirando los diferentes grupos de personas que estaban, de seguro eran otros invitados que venían al evento del señor Giovanni.

Doy un par de pasos, miro hacia los lados y me dirijo hacia alguna mesa vacía, no conocía a nadie y tampoco es que fuera del todo confiado para acercarme a alguna que ya estuviera ocupada, de momento solo quería comer algo para saciar el hambre que tenía.

Cargando editor
07/09/2019, 04:26
'Amr-Bashîr 'ibn Al-As

De no ser porque el islam repudia de aquellos que afirman practicar las artes adivinatorias, aquel pequeño espectáculo le habría parecido gracioso. Es cierto que hay hombres y mujeres que, poseídos por demonios son capaces de obtener saberes y conocimientos que, de no ser por la escoria de Satán, jamás podrían llegar a saber. Él los había visto.

Con los brazos cruzados miró a Piero y una vez que la niña terminó de “leer” su futuro, replicó. – En mis muchos viajes y no pocos años, he visto cosas. En Cairo, vi a una mujer armenia poseída por Satán recitar el Éxodo en arameo y a un sacerdote copto forcejear con el Demonio dos días y tres noches hasta que lo sacó del cuerpo de esa mujer. Demonios embusteros, seductores, que hacen pecar contra Alá. – Un largo soplo le quema el suspiro, parecía decepcionado con la gitana. – Pero esto… bueno, es tu florín. – Dijo al mirar a Piero y encogerse de hombros. – Podrías haberlo tirado al Mar Caspio o echárselo a los cerdos y no habría ninguna diferencia. -Remata, sonriendo, elevando el cuenco donde tiene servido un poco de vino, y lo bebe de un sorbo.

Cargando editor
07/09/2019, 07:03
Duquesa María Borgia

          - ¡Por favor señorita Anna, disculpe mi atrevimiento si la perturbe con mi abrazo!     ¡Un placer señoritas!  ¡Buenas noches señor Etienne! ...  ¿Polonia?   ¡Lo he escuchado antes pero no lo ubico exactamente! -    Responde la duquesa primero sutilmente sonrojada por reconocer una reacción inapropiada para desconocidas nobles, después de escuchar acerca de sus nombre y del caballero cerca de ellas, también le sonríe sutil, pero por un momento parece sorprendida al darse cuenta que la dulce criada Anna regresa sola con ella después de haber llevado sus pertenencias a la habitación asignada junto con el guardia Mario quien al parecer se había desaparecido

          - Si no hay diferencia en entregar le el dinero a la señorita o tirar el dinero al mar caballero de mundo, a mi me parece mejor que la enigmática señorita albina lo pueda aprovechar o ... ¿Ustedes que opinan? -    Susurra en italiano pero con un ligero acento de otras tierras desde las sombras de una columna desde el otro lado de la taberna un joven y espigado guardia con el escudo nobiliario de los Sforza, pero con una chaqueta diferente encima y una capucha clara que le daba un aspecto misterioso

Cargando editor
07/09/2019, 09:27
Enrico di Empoli- pj muerto

Abro la puerta con el pie cargado con el petate y un cuadernillo en la otra mano, girándome para entrar de culo de fotma que parece que entra un petate con piernas y pelo. Me engancho con la puerta. Me giro. 

-MAldición porqué harán puertas tan estrechas en estos sitios...-Entonces me quedomirando las bisagras,dejo el petate en el suelo y abro el cuadrenillo empezando a hacer un boceto.-Interesante modelo-. Alguien tropieza conmigo y se queja, finalmente acabo el boceto y me giro,viendo la sala por primera vez. Entonces agarro el petate de nuevo, sonrío y me dirijo a la mesa en la que está Piero.

-¡Piero! ¿Aún no te han echado?-Digo alegre a mi amigo mientras dejo mi petate descuidado y busco una silla, estrechándole la mano y fijándome en quién le acompaña en la mesa.-¿Todos invitados? Enrico di Empoli para servirles-Hago una breve reverencia-Pintor, escultor, innovador, ingeniero.

Notas de juego

Situación?