Partida Rol por web

-¿Los ojos? ¿La lengua? Muy bien -dijo apartando el hierro candente y yendo hacia unas tenazas y un cuchillo que se veía bastante afilado-. Necesito respuestas así que no comenzaremos por la lengua, ¿la oreja quizás? ¿O el ojo como le hicisteis a mi hombre? -tiró sobre la mesa las tenazas para simplemente pasar el dedo por la hoja del cuchillo sopensando la idea de arrancarte la oreja o sacarte uno de tus ojos, o quizás ambos

Un hombre desde las sombras os mira mientras la puerta se abre, un nuevo guardia agarra a Enrico y lo saca del lugar

Te separan de los demás llevándote a una habitación que contiene varios utensilios de tortura, una vez allí te atan. En esta ocasión no está Hardestatd, sino que quien se encuentra allí es otro hombre, el que estaba fuera de la celda; una mujer, una anciana vestida con falda y un pesado mantón está sentada en una silla en una esquina presenciándolo todo. Se mantiene sentada en silencio, observándolo todo con sus ojos preternaturalmente brillantes.

-Cuentame los detalles del plan de los conspiradores y los nombres de los implicados -dice el hombre que está en frente a ti

Observo a quienes me acompañan en esta nueva sala. Asumo que vosotros, como yo, dijisteis lo que habíamos podido oir, ¿verdad?

Miro hacia la puerta. No sé si quiero seguir viva, pero tampoco que me torturen. Aunque pueden hacer lo que quieran, supongo. ¿Sabéis qué van a hacer?

Había conseguido que empezara a hablar, eso era bueno, aunque algo decepcionante dado que cuanto más hablara menos opciones había de que siguiera con la tortura.

- ¿Como yo lo hice? - pregunto siguiendo sus manos y deteniéndome un momento en la anciana - Si, podemos representarlo exactamente como fue, pero necesitaríamos de su colaboración.

Le ofrezco dejando entrever que la tortura no iba a ser tan efectiva en esta negociación como pudiera serlo tenerme contenta.

- ¿Qué le parece anciana? Yo haré el papel del espía, el señor se hará pasar por mi y usted hará del joven que hizo avanzar mi mano mientras sentía mi corazón acelerarse - iba a ser una escena muy divertida - Y recuerde que debe regodearse con el contacto de sus cuerpos. Necesita sentir todo lo que él sintió y puedo asegurarle de que era capaz de notar toda la emoción que atravesaba todo mi ser.

Una emoción que estaba a la altura de la que me provocaba que mi torturador pudiera seguir con su trabajo, pero quizás el contacto con aquella vieja le hiciera replantearse si repetir lo que le había pasado a su subordinado o no.

- Y recuerde que su hombre nunca dijo nada.

Añado a modo de burla final para obligarle a jugar a mi juego.

No supe qué me sucedió. La visión de aquella luz del sol me había hecho perder el control y, después, todo había sido oscuridad para mí. Lo siguiente que recuerdo fue ver llegar a aquel inmenso hombretón que se hacía llamar Hardestadt y que aparentemente había pensado que nosotros éramos Giovanni y sus conspiradores.

Los guardias de Hardestadt estaban comenzando a sacar a los otros invitados, uno por uno, hasta que de pronto uno de ellos se llevó consigo a mi amigo Enrico di Empoli. Si de alguien estaba seguro que no era parte de los conspiradores, ese era mi amigo y compañero de correrías.

-¡No! ¡Enrico! -grité, desesperado, intentando liberarme de las cadenas-. ¡Nosotros no sabemos nada de ninguna conspiración! ¡Solo somos pintores! ¡Giovanni y los suyos querían acabar con nosotros cuando llegasteis al castillo!

En esos instantes, en mi corazón solo albergaba odio: hacia Claudius Giovanni, hacia Wenceslas, Lothar y toda esa tropa de demonios que había terminado convirtiéndome en lo que fuera que era ahora. Observé a mis compañeros, horrorizado de ver cómo habían convertido a uno de ellos prácticamente en un monstruo a ojos de cualquiera, y cómo la crueldad de Giovanni había hecho que incluso Nezayem y Marco hubieran sido desangrados y convertidos. Ni siquiera habían perdonado a los niños.

-A ver, me voy a ganar dos hostias, pero lo tengo que decir.... las estupideces las tolero, pero una tan gorda como esa...- dijo Antón al escuchar a Bilyana -¿Como que no sabes si quieres vivir? Baja 2 octavas el drama, aún no sabes lo que eres o si te van a dar la oportunidad de elegir...- carraspeó - Si nos dejan con vida será con una condición y vasallaje y todavía nos abemos quienes son nuestros captores, pero no nos han puesto encima de una bandeja ni a matar becerros...

              - Dejen de discutir ustedes dos!    Noo!  Dios mío!    Nada de lo que he dicho es mentira señor Hardestat! -.     Dice visiblemente adorida la duquesa Borgia mientras mira con un rictus de preocupación como apartan a 8 de sus recientes hermanos de abrazo vampirico antes que a ella, sin poner demasiada resistencia, pero reza por cada uno de los presentes

Tras el golpe el medico queda medio inconsciente, no puede hacer ni decir nada mientras lo arrastran de la sala.
Tras el trayecto cuando vuelve en ver que está en una nueva sala  acompañado de una bella joven y una anciana que lo observa de una manera que le hace sentirse intranquilo.

Al despertarme y verte pensé que estaba en el cielo- dice el joven - pero después de ver esto bien parece que sigo sumiéndome en este infierno personal  al que me ha condenado Don Giovanni y sus lacayos.

-Quieres respuestas, te daré respuestas- dice seriamente-  no puedo recordar el nombre de Todas esas inmundos bestias , algunos si quizás aparte de Giovanni serían los siguientes: el mayordomo Lothar, El viejo loco Lord Casmir, Lord Micezyzlav el benefactor de lady Ana, Lady matrona  la misteriosa mujer que ocultaba su cara, las bellas lady Jadviga y Lady Dimitra quien podria  olvidar a tremendas herejes tras tanta belleza y otro anciano con pinta de monje un tal Sir Wenceslas, de todos los que allí estaban son los únicos que puedo recordar, ah no espera había otro cierto un tal Valdemar, eran 13 o asi contando a giovanni- acaba de enumerar su lista  sabiendo que faltan nombres, pero por mucho que se esfuerza no logra recordarlos-  lo siento son los únicos que me acuerdo, en cuanto lo que planeaban era sencillo, servirnos como  diversión y sacrificio  para celebrar una fiesta en honor a una victoria que pronto se aproximaba, al parecer era una reunión anual  basada en la conspiración de un tal Isaac contra Japheth el Capadocio,  el cual parecía que iban a eliminar en breves  para hacerse con sus riquezas y poder- se exprimió el cerebro todo lo que pudo pero no recordaba más- lo siento es todo lo que se, después de que me paralizaran las pernas y bebieran mi sangre no tenía tiempo para quedarme con los detalles 

Recibe la bofetada y opta por quedarse mirando al suelo. Cuando se llevan a su amigo no le queda mas via que la resignación.

-Normal, si yo tuviese a mas de dos docenas de cautivos y a la hora en interrogarles todos me hablan a la vez habría hecho algo peor antes de hablar con algunos uno a uno. Esperaba tocarle la fibra sensible repitiendo lo que dijo Guiovanni pero ha sido en balde.
 

Se los están llevando individualmente uno a uno, esto lo he vivido hace poco... ¿Habrá un equivalente a Lady Jadviga aqui?

-Las palabra de su Etienne lo sacan de sus pensamientos. -Es posible, pero visto la predisposición a hablar de algunos y sobre todo algunas igual no hace falta tortura alguna.

Si la culpa os consume, cuando salgamos de esta situación aún podeís armarme caballero, luché mejor que algunos ayer, si está bien que yo lo diga.

-Hará dos noches ser caballero era una de sus sueños y ahora se le antojaba nimio.

Bueno, debo darte la razón. Pero también deberás darmela en que ni siquiera sabemos si estamos vivos. Aunque, si las historias que se contaban en mi tierra son ciertas... bueno, no me late el corazón, tengp dientes afilados, una sed que nada apaga... Voto por vampiros.

Tiro un poco de las cadenas. Igual podría soltarme pero, ¿para qué? No íbamos a poder salir de aquí y esto es una cárcel.

-No te pega rendirte... pero tienes razón, escapar sin un plan es complicado.- reconoció Antón - La única libertad que nos queda es la de sernos fieles a nosotros mismos.

Creo que los tres les hemos contado lo que sabíamos , que por otro lado era lo mas inteligente que podíamos hacer , y eso es lo que hace que sigamos aun en este mundo .Suspiro  y me acurruco  contra la pared  .Si eso bastará para que nos suelten solo el tiempo lo dirá.Por ahora descansemos y esperemos que suerte  nos tienen dispuesta.

Miro a Anton y luego a Basilio. Exacto. Rompo las cadenas, ¿y luego qué hago? Encerrada en una habitación, sin armas, quizá en una fortaleza, sin saber qué hora es y con un ejército sobre nosotros. No, haré lo que dice Basilio e intentaré descansar un poco, para cuando llegue nuestra oportunidad. Te aconsejo hacer lo mismo.

El golpe de su guantelete me hace virar la cabeza pero no grito. Ha sido doloroso y noto la sangre correr por los cortes que me ha causado, pero no emito sonido alguno por simple orgullo. No tengo intención de darle la satisfacción.

Se llevan a varios de mis nuevos compañeros. Ya empiezan los interrogatorios y, desde luego, sé que no van a ser en absoluto corteses. Cuando entran nuevos soldados espero que se acerquen a mi pero terminan por llevarse a las dos damas. No puedo dejar de fijarme en el hombre cubierto de pústulas y la joven mujer que esperan en el exterior de la celda. Deben de ser compañeros de Hardestat y quienes van a interrogar. Y luego un tercero, un hombre que se lleva a Enrico.

Y me sorprendo a mi mismo descubriendo que siento curiosidad por saber quién me requerirá para el interrogatorio. Eso me arranca una amarga sonrisa. Y cierro los ojos. Sólo queda esperar; y un poco, seguramente.

              - Buenas noches damas!    Realmente no es necesaria la tortura para facilitar la información que me piden, con mucho gusto les diré cuánto he escuchado conforme lo recuerdo, para comenzar la lista de los participantes en la conspiración es la siguiente! -    La duquesa trata de identificar las miradas entre ambas mujeres conforme habla para saber si reconocen a algunos en particular:

              -  Claudius Giovanni, Bajazet Al-Nasir, Gabrin, Sire wenceslas,  Lady Dimitra, Lady Jadviga Almanov, Lady Theophana, Lord Casmir,   Lord Micezyzlav, Marchetus el Bravo, Matrona Violetta, Leopold Valdemar y Lothar el mayordomo del Conde!

Me arrastran  a la sala de tortura, allí miro a la señora mayor mientras me atan, apenas tengo fuerzas para nada.

Miro al que me pregunta.

-Claudius Giovanni, Bajazet Al-Nasir, Gabrin, Sire Wenceslas, Lady Amisa, Lady Dimitra, Lady Jadviga Almanov, Lady Theophana, Lord Casmir, Lord Micezyzlav, Marchetus el Bravo hijo de puta, Matrona Violetta, Lady Jadviga Almanov  y Leopold Valdemar. Creo que no me olvido de ninguno. De los planes no tengo ni idea, pero creo que ya habían sido llevados a cabo. Celebraban que la "conspiración de Isaac" estaba a punto de alcanzar su victoria y destrucción de Japheth, hijo de Cappadocius. Querían hacerse con su poder y riquezas.

Me encojo de hombros y retomo aire para seguir hablando.- El resto fue un disparate, si es que eso no lo era ya. Nos controlaron con algún tipo de brujería, bebieron nuestra sangre y entonces llegaron vuestros hombres, nos vaciaron y nos dieron su sangre. Y nos controlaron mentalmente de nuevo para que luchásemos. No sé quien es Japdheth ni quienes son los Capadocius, soy artista e inventor. Trabajo con el maestro Donattelo.

Bajo la mirada.-¿Qué somos?¿Es cierto lo que dicen, somos vampiros? ¿los de las leyendas? ¿Estamos vivos o muertos? ¿Podéis darme agua? La sed me está volviendo loco.-Acabo añadiendo en un susurro desesperado.

Allan tenía frío y calor al mismo tiempo, pero no era su cuerpo lo único que sentía extraño su cabeza muy bien asentada hasta ahora parecía confusa quizá fuera fruto del golpe y tuviera una conmoción pero sus ojos solo mostraban muerte a su alrededor.

Veía cadaveres por todas partes, hablando como si nada, quizá fueran drogas o quizá el mismo estuviera muerto también.  No hubo tiempo para resolver las dudas pues uno de los guardias se lo llevo a una sala contigua donde una horrible mujer, muerta a los ojos de Allan como los demás parecía dispuesta a interrogarle.

¿Estas muerta? ¿porqué todos estan muertos? ¿Como puedes hablar? 

Allan no dejaba de moverse, nervioso tirando de sus cadenas al límite de su recorrido

Robert permaneció en silencio. Escuchó a todos y trató de observar algún patrón en el comportamiento. Técnicas de interrogatorio usadas durante su etapa de policía o investigador, comportamientos que le resulten familiares,... En cualquier caso siempre en silencio.

Observó a todos los que entraban, tratando de quedarse con sus rostros. No estamos muertos, nos han apresado así que por ahora todavía tenemos alguna utilidad para ellos. Si es la información en nuestro poder acerca de Giovanni estamos jodidos; así que será mejor averiguar que necesitan de nosotros o que podemos ofrecerles que pueda salvar nuestro pellejo.

Robert observó a aquel que los observaba desde las sombras y finalmente se atrevió a hablar.

- ¿Por que seguimos con vida? - Dijo mirándolo directamente. Antes de realizar o exponer ninguna suposición propia quería ver si estaban dispuestos a compartir algo de información con ellos...

Constanza resopló todavía aturdida por los golpes de Hardestadt y por la falta de sangre que hacía que su organismo funcionara a toda prisa, acuciado por una sed que no había sentido hasta aquel momento, que le quemaba la garganta y no le hacía pensar en otra cosa que no fuera sangre. Se pasó la lengua por los labios secos mientras miraba hacia Von Bauren con la mirada vidriosa, notando como el dolor de su cabeza retumbaba a cada instante.

— No... no los recuerdo exactamente. Claudius Giovanni, ese demente sanguinario, les lideraba. Eran muchos —Tenía la voz quebrada, pero aún así intentó sobreponerse—. Necesito... necesito algo para beber. ¿Me concederéis esa merced, por lo menos?