Partida Rol por web

Armand no hacía nada más que tratar de zafarse de aquel perro que intentaba morderle rabiosamente. Volvió a emplear los mismos movimientos que antes, tratando de predecir las garras y cabeza del animal, pero era inútil. Las garras rozaron su hombro y penetraron la armadura, pero esta vez el ataque había sido débil.

Acto seguido el sargento trató de disparar con su pistola pero su hombro estaba más dañado de lo que parecía en un principio, por lo que erró el disparo... Esperaba poder esquivar esta vez al animal.

Gaius hizo un amago de levantar el rifle para disparar a una de aquellas criaturas. Pero vio que sus compañeros tenían el asunto bajo control y no quiso arriesgarse a provocar fuego amigo. Aún así, se mantuvo con el arma en la mano, a la espera de no tener que usarla.

El piloto vuelve a disparar esta vez hacia su izquierda donde otro de esos rápidos bichos se enfrenta al sargento. Su disparo parece que va medianamente bien, pero el mamífero ya no está donde estaba medio segundo antes.

Stigga vio como ese gerbal que la había mordido era destrozado por un disparo de lo que parecía plasma, pero ahora no era momento de averiguarlo. Al verse libre y ver a Jeremías muy separado del grupo, no dudó en lanzarse a por ese gerbal- Vejete, conmigo -dijo mientras cargaba cuchillo en mano contra ese animal, aunque falló estrepitosamente.

Chasqueo mi lengua al retirarme del combate. Que yo desenvaine una espada... un cuchillo.. y mate a algo tiene las mismas posibilidades de que me corte a mi mismo o a alguno de mis compañeros. 

Giro la cabeza para ver la situación y me da la sensación de que todo sucede demasiado deprisa. Escucho a mi sargento enzarzado con algo que parece ganarle terreno. Me acerco con la intención de ayudarle. Aunque sea darle golpes con el arma que pesa lo suyo. 

Maldita sensación de llegar tarde a todos los sitios... 

Entonces un ardor inmenso recorre mi brazo. Se lo que significa y no tardo nada en reaccionar. Inmediatamente suelto el arma.

- ¡otra vez no! - digo mirando mi rifle sobrecargado y resoplo. 

Confío en que esto acabe...

La habilidad marcial de los guardias imperiales estaba quedando en entre dicho, disparos fallados, ataques a cuerpo a cuerpo errados... solo Logan había logrado abatir con una certera ráfaga al Gerbal que se enfrentaba y Liam, por otro lado, le salvó la vida a Armand después de vaporizar al último Gerbal que quedaba con vida con su pistola de plasma... por fin, el combate había terminado, y el hangar de proa había sido reconquistado por los Imperiales.

Rápidamente, el pater entró corriendo en la estancia y repitió el mismo ritual que anteriormente, comenzó a examinar los cadáveres de los herejes buscando los que aún estuvieran calientes para sacar la sangre que pudiera... con un suspiro de frustración solo pudo aprovechar uno de los cuerpos...

Liam, nervioso, se fue relajando poco a poco y miró a los heridos, que sangraban con cierta timidez - joder... menudos chuchos - comentó algo nervioso - debemos encontrar información del planeta... Malakias, allí hay una consola - señaló la pared opuesta - mira a ver si hay algo en el banco de datos si aún esta operativo - luego se puso a comprobar el estado de la mercancía de aquel hangar leyendo el manifiesto de carga, curiosamente colgado sobre la pared, donde debería estar...

Jeremias, herido, se acercó al grupo con una mano presionando la fea herida que le había hecho el Gerbal en un momento de despiste. Observó a Stigga y a Armand, ambos heridos al igual que el, aunque la herida del segundo era notoriamente peor en aspecto - doctor... dígame que tiene medicinas - le dijo casi con suplica

No, el doctor no tenía medicinas...

Armand se vio sorprendido ante su lamentable actuación, no era posible. El sargente se enorgullecía de ser un combatiente temerario en el cuerpo a cuerpo, y de poseer una resistencia inquebrantable, no obstante el resultado le había decepcionado.

Rápidamente olvidó aquellos pensamientos y los sustituyó por otros mucho más alentadores. Para los soldados, ver que su sargento es el primero en enfrentarse al enemigo, en sangrar por sus hombres a cualquier precio, solía ser un símbolo de enaltecimiento del líder. Y así pensaba Armand que sería, por lo que rápidamente añadió... - Malakias, haz lo que te dice. Vosotros - dijo sin referirse a nadie en especial y a los guardias imperiales en particular - Hay que asegurar este hangar, no nos relajemos.

Pater, quiero al bicho alejado de este sitio. Si necesita más muertos seguro que los encontraremos...

Acto seguido desatascó el arma, dejando claro que la mala suerte se había cebado con él - ¡Tiene cojones! Cargas al hombro durante días con una mierda como esta y al primer instante que debe ser de utilidad te falla estrepitosamente...

Una vez desatascado el arma se acercó a Jeremías y le preguntó - ¿Tan desagradable es el mordisco de estos perros?

Zora, comprobó otra vez el rifle largo, satisfecha con su actuación, de tres tiros tres aciertos, un 100% de perfección, aunque solamente un muerto directo en la cabeza, esos putos perros eran duros de roer.
Se acerco a Sttiga, y le miro la herida mientras decía, Sttiga, un rasguño, con un apósito del Doc estarás como nueva. o eso espero...

El piloto, guardó su arma con gesto impasible, tras haberla recargado de nuevo a tope, y se dirige a la consola, estaba familiarizado con los protocolos de esta nave. Así que no tardó en poder hacer un simple status, a ver que se puede sacar en claro...

Hago ademan de golpear con el pie el rifle de plasma asqueado por lo que ha sucedido pero en el último instante recojo mi pierna de nuevo y miro al sargento. Parece bastante determinado en su trabajo y comienzan las órdenes de nuevo.

 Reviso lo que hay alrededor y espero hasta recoger de nuevo el rifle de plasma. 

- Eso no tiene buena pinta - digo algo preocupado mirando las heridas tanto del sargento como de la pelirroja. - Si hay algo que podamos hacer..

La información a la que Malakias tuvo acceso después de reactivar los buffers de almacenamiento era escasa pero precisa, era algo de esperar dado que aquel planeta no era demasiado importante para el Imperio, pero aún así, constaba su presencia y datos dentro de las cartas de navegación Imperiales

Logan se relajó casi imperceptiblemente cuando aquellas bestias dejaron de moverse. Tras dar una palmada en el hombro al montaraz que le había ayudado, felicitándole por su labor, observó lo que Malakias sacaba de la computadora. La referencia a los Gerbals no era para nada prometedora.

-Muerte a los cuatro días...-dijo entre dientes, casi en un susurro. Bien, estaban jodidos-doctor, de verdad espero que tenga medicinas y desinfectantes, o que los encontremos. 

El buen doctor colgó el rifle sin haber disparado ni un solo tiro y miró a los heridos, que siempre venían a quejarse a él cuando un perrito les mordía.

¿Medicinas? ¿Yo? ¿Acaso no hemos venido a la nave a buscarlas? Yo no tengo ni para mí; y son muchos los dolores que padezco. ¿Qué haré lo que pueda para que ese misterioso veneno le aleje un poco más de rato del Emperador? ¡Desde luego! Pero de medicinas nada. Que los chicos se ocupen de buscarlas mientras hago lo que pueda, ¿no?

Lanzó una mirada a los demás, esperando que hicieran algo al respecto.

Tras la información Armand bramó con una sonrisa - ¡Muerte a los cuatro días! Ya sabemos dos cosas... La primera, que ahí están vuestros queridos árboles de Nal - Dijo mirando al Tanith, sin ningún ánimo de ofender - Y la segunda, que dispongo de 128 horas para beberme cuatro botellas de amasec y fumarme quince habanos.

Y dicho esto se acercó a Stigga y le ofreció lo que quedaba de su anterior puro, sacando uno nuevo del bolsillo de su guerrera y chupeteando el borde. Acto seguido, tomó de su petate una botella a la que le quedaba un cuarto de líquido ambar, y la destapó - Va por ustedes - Añadió jovialmente antes de proceder a vaciarla.