Partida Rol por web

Una vez fuera, se dirigió a Jamal en un tono neutro.
Sé que en el pasado Bethany sufrió mucho, así que sé un caballero con ella. dijo algo serio, sin insistir más, no fuera a pensarse el doctor que tenía algún tipo de interés en ella.

La primera reacción fue sorpresa, y de inmediato humor. Pero no podía mostrarlo, no podía faltar el respeto a su compañero y no podía demostrar espontaneidad.

Así que endureció su rostro y respondió afable: - Tal vez mi reputación no me precede tanto como pensaba. Descuida Ken, no soy un mujeriego o un jovencito enamoradizo. Soy un hombre respetable, y nunca tomo nada que no se me haya ofrecido libremente -

Confió que sería suficiente. Tenían cosas más importantes que pensar, pero no dejó de tomar nota mental sobre el comentario de Ken y su expresión corporal. Tal vez había más que una vieja amistad entre ellos. 

-Vale chica dura.- Dice el pandillero levantando las manos a modo de tranquilizar la situación. -Las cosas gordas ahora se mueven por Garaje 88, una gasolinera reformada. Jackie es una de las encargadas, siempre está abajo, donde está la grasa y los motores. Decidle que vais de parte de Josh y Jeff.

- Muchas gracias corazón - contesta Frankie mandando un beso volado y sonriendo. - necesito un poco de adrenalina. Ustedes necesitan ayuda con algo para darles una mano en algo, con total confianza. 

-Gracias doctora-. Despidió asi a su contacto mientras el chamán salía al puerto escuchando a sus compañeros.

-Como sea. Necesitamos ir a ese sitio para encontrar a ese Ambort y comunicárselo al resto del grupo.

Las miradas que te dedicaron ambos pandilleros no expresaban cariño precisamente. Os subísteis en la furgoneta y arrancasteis en dirección al Garaje 88, contactando con Doc y el resto del grupo, los cuales estaban arrancando el coche para ir a la misma ubicación, cortesía del contacto de Bleidd. 

Al arrancar el Bentley, una llamada entró por el sistema del altavoz. Al parecer, Diésel y Francine habían obtenido la misma información, exceptuando contactar con Mcnolian, de unos pandilleros que se les acojonaron en el último momento. Estaban de camino al Garaje 88. 

El Garje 88 o como se le conoce popularmente, Colina Gnomos, es un sitio muy popular entre los enanos. De hecho, el noventa por ciento de la gente que veíais allí eran enanos.

Situado en la I-90, esta gasolinera reformada en pub de carretera atrae las visitas de todos aquellos aficionados al mundo del motor (riggers sobre todo). Su nombre, iluminado con neón azul y verde lo dice todo, ya que los ochos tenían la forma de dos neumáticos superpuestos con llantas iluminadas en su interior. Diésel os informó de lo espectacular del letrero, pues las llantas estaban en continuo movimiento, la G del principio se convertía en un volante que giraba produciendo chispas al inclinarse las demás letras con ella, a medida que tomaba curvas en un trazado de carretera flanqueado por los neones azul y verde que hacían de pista. Y además con sonidos. Todo ello en AR por supuesto, un detalle para aquellos amantes de verdad del motor con conexión neural aumentada.

El edificio era de ladrillo sólido y tres pisos. En el piso de abajo, tres portones grandes, para camiones, daban paso a seis boxes de reparaciones donde podías alquilar uno de los elevadores donde reparar o modificar tu vehículo. Justo en el medio, se encontraba una ventana con mostrador donde estabais seguros de que podíais encontrar cualquier pieza, legal e ilegal, para modificar y tunear los vehículos. Al lado se encontraba una escalera de caracol de hierro forjado por la que subían y bajaban clientes al segundo piso. Este piso contaba con ventanas a lo largo de su fachada, todas tintadas, donde suponíais debía estar el bar y discoteca, aunque no debía de ser muy grande por el tamaño. 

Sin duda el lugar estaba mas enfocado a tomar algo mientras en el piso inferior, reparabas, modificabas y les comprabas las piezas necesarias para tu vehículo.    

  Las fosas nasales de Diésel se dilataron y gruñó enseñando los colmillos en respuesta a la explosión de ira de Frankie. El orco abandonó su habitual postura desgarbada y se irguió sus casi dos buenos metros de estatura. Si esos dos paletos querían hacer las cosas por las malas que así fuera.
  El rollo es que Diésel conocía a Francine desde hacía mucho tiempo y sabía muy bien de que era capaz la orca, y más si estaba cabreada como un demonio. Pero el calvito rápido se dio cuenta de que se metían con la "orkita" equivocada y se le soltó la lengua; ya tenían un lugar por donde empezar: el Garaje 88.  

  Garaje 88, la Colina Gnomos. Diésel conocía el lugar de oídas, incluso había adquirido alguna piezas en el Garaje; pero nunca había ido en persona, siempre las compró a través de unos de sus contactos habituales, el viejo Max "Dedosnegros". El hecho de que la búsqueda del doctor los fuera a llevar hasta la Colina le dio muy buen rollo al orco y le calmó un poco el cabreo que tenía con los dos humanos. Así que, sin decir ni mu, les dedicó una reverencia a los tipos, miró a Frankie señalando la furgo con la cabeza y se encaminó al vehículo. 

  No tardaron mucho en dejar atrás Snohomish recorriendo la I-405 y al llegar a la circunvalación se incorporaron a la I-90. Desde ahí, recto hasta el Garaje 88. Los dos compañeros no hablaron mucho durante el trayecto, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Diésel, de vez en cuando, le lanzaba alguna mirada de reojo a Frankie pero fue incapaz de averiguar qué podía pasar por la cabeza de la orca. 
  

  La van entró en el amplio área de descanso del Garaje 88 y se detuvo de un frenazo. Un estupefacto Diésel abrió los ojos como platos y bajo el volumen de la música cuando vio el alucinante  letrero del garito. - ¡La ostia puta! ¡Jajjajajajaja! Estos enanos son unos flipaos. ¡Jooooer, que guapo! ¡Juajajajaja! - En un mundo hiperconectado donde la Realidad Aumentada lo saturaba todo de publicidad virtual era difícil sorprenderse y el logo del Garaje 88 sorprendía, era una jodida maravilla.

  Un icono se iluminó en el navegador indicando que el Bentley de Doc estaba cerca, en el aparcamiento. Diesel dejó la van en automático, que recorrió los últimos metros y aparcó al lado de la limusina, mientras que él con unos rápidos gestos de la mano redujo el AR HUD  de conducción que se mostraba en el parabrisas y lo sustituyó por una imagen ampliada de su commlink para que Frankie pudiera disfrutar del espectáculo en la amplia luna. Sin dejar de reír Diésel bajó de la furgoneta.

  Con una maniobra perfectamente automatizada la furgoneta aparcó al lado del Bentley Concordat. La puerta del conductor se abrió y del vehículo salió un risueño y efusivo Diésel que avanzó unos pasos hacía el Garaje 88 con los brazos alzados y gritando a la noche.
  - ¡Woooouuhhhhhhhhhh! ¡Tios, estáis viendo esta pasada! Apuntar vuestros comm hacía el letrero y vais a flipar. - el orco habló muy rápido describiendo la loca carrera del logo por una autopista de neón mientras señalaba con el dedo. 

  La fascinación de Diésel por el lugar no hizo más que aumentar cuando vio los enormes portones que conducían a los boxes y un ARO flotó hasta él para mostrarle los diversos servicios que ofrecía la Colina Gnomos. Era el sueño loco de cualquier flipao de los motores.
  - Frankie y yo hicimos nuevos “amigos”. Nos dijeron que preguntemos por Jackie, es una de las que manda aquí. ¡Venga tios! Vamos pa dentro. ¡Arriba sirven hamburguesas gigantes! -

  Estaba claro que el orco se moría de ganas por entrar  en el edificio de ladrillos rojos pero esperó a ver si sus compañeros tenían alguna otra información que aportar. Al fin y al cabo estaban ahí por trabajo.

- No hay razón para no disfrutar del trabajo, señor Waltz - saludó Jamal, celebrando el entusiasmo de Diesel pero desentonando con el ambiente - nosotros conseguimos otro nombre, "Mcnolian". Creemos que el doctor Ambort se mueve con ese apodo* -

Miró a Frankie y le sonrió con ternura, una mirada muy distinta a la que usó con la doctora Blue minutos atrás.

- Parece que fue una eternidad, ma chére. ¿Cómo estás? ¿el señor Waltz supo tratarte bien? -

Había un tono de juego en la manera en que llamaba a Diesel como "señor Waltz", o a Frankie como una indefensa niña. Jamal estaba tratando de construir una dinámica de grupo, otro experimento social para buscar cohesión en el equipo. 

Se reunieron en el Garaje 88, un local que parecía una suerte de parque de atracciones para amantes del motor.
Kenjuro no era especialmente aficionado a los vehículos, los cuales consideraba eso, herramientas para moverse de un sitio a otro.
Pero supuso que para el orco aquello sería como entrar en una iglesia o algo así.
Saludó al tal Guren y también a Frankie, por suerte ninguno de los dos grupos había tenido problemas y además habían obtenido información útil.

Pues demos una vuelta a ver si encontramos a alguno de esos dos… sugirió, puesto que aunque no era el local más grande del mundo, podrían abarcar más terreno en caso de dividirse, y avisar al resto cuando encontraran algo.

El chamán aparcó la moto entre la furgo de Diesel y el Bentley de Jamal. No le gustaban esos sitios donde el metal y la electrónica sustituían a la naturaleza. La esencia se difuminaba y el velo mágico, oculto durante generaciones y que ahora había vuelto al mundo, se volvía tenue.

-Sin saber quien es no puedo buscarla astralmente, y no me emociona la idea de adentrarme en un lugar así, desprovisto de vida-. Dijo el chamán, a pesar de que la planta baja, y presumiblemente la de arriba también, rebosaban de actividad.

La cara de Frankie es como de una niña en un parque de diversiones, le gustan los motores. Y mas aún le gusta juntarse nuevamente con todos.

Luego mirando a J le sonrie - Mon Cher, obvio que me trato bien, es mas como te dijo hicimos nuevos amigos y hasta les pude demostrar mi douceur, jajaja no es cierto Diesel jajajaja. - 

Luego, mirando el lugar les dice - creo que deberiamos entrar Diesel y yo, si entramos todos vamos a llamar mucho la atención no les parece? - 

-Es una buena idea, aunque Doc debería ir también-. Dijo el chamán apoyándose en su moto. -Yo vigilaré que nadie desguace los vehículos mientras estais dentro.

- Bien, Bleidd nos cubre afuera. El resto, vamos. - respondió Jamal con tono neutro.

Tuvo que disimular una mueca de disgusto. Trataba de no ser pretencioso, pero a veces su gusto por el jazz y los bares elegantes no podía ocultarse. Por eso dejó que Frankie y Diesel tomaran la delantera.

- Arriba será un caos, busquemos a Jackie aquí abajo, aunque creo que mis modales no servirán de mucho - 

MCnolian. En cuanto oiste ese nombre te preguntaste si sería la camarera buenorra a la que se refieren todos, todos los enanos. Puede que para un orco el estándar sea otro.

Por supuesto, de estar estará en el piso de arriba.

La parte "taller" del garito era un conglomarado de chasis, ruedas, aceite, herramientas y enanos yendo y viniendo mientras hablaban una extraña jerga incapaz de comprenderla excepto para los adictos a la gasolina.

Por suerte para vosotros solo había dos humanos en la parte de abajo. Uno de ellos llevaba camiseta negra de tirantes y gafas protectoras mientras soldaba a la parte delantera de un Bugatti Beiron un armazón metálico que parecia el soporte de un cabestrante. El otro estaba inmerso en una conversación con un enano, a los pies de un coche destartalado subido en un elevador, mientras se tomaba una de esas bebidas energéticas.