Partida Rol por web

Ciertamente, esperé la respuesta de Iván (ese tipo de ojos saltones), y debió notarse que, pese a tener oculto mi rostro en la capucha de mi capa, ladeé la cabeza, pues me interesaba la respuesta de la tía o la sobrina. Cada vez aquestas dos parecíanme tal cual, como una en la otra, como iguales.

Marta continua junto al carro hablando en voz baja con su sobrina que le responde con risitas. Seguís caminando a buen paso; pasais un camino que se adentra en la sierra al oeste, y continuais por el camino principal. Al cabo de unos 15 minutos veis como en camino se estrecha y a los lados del mismo, tanto al este como al oeste, dos paredes de piedra os cierran la vista lateral. Uno de los soldados que está en la vanguardia os dice, -aquí el camino está muy embarrado como metamos el carro lo mismo no salimos-. El guardia que parece el lider se gira hacia vosotros-¿que hacemos seguimos o nos damos la vuelta?, tengo órdenes de llevarla a Toledo cuanto antes pero como el carro quede atrancado aquí va a ser peor el remedio que la enfermedad, he visto un camino que rodea la sierra, lo mismo si damos el rodeo nos conviene más y además podríamos encontrar cobijo hasta que pase la tormenta-. La lluvia arrecia, y el charco con agua que teneis ante vosotros es de casi 15 varas de largo.

Cerca del que afirma no poder pasar, me detengo y observo el material del terreno, pero aun así no distingo bien si este esta en lo cierto, 

-Si hay que demorar un poco el viaje, no se yo probaría de pasar por aquí, pero que dice ud juan el carro es suyo.

Me quedo mirando a la muchacha y a su tia, sin tener ni idea de qué pasa.

Me encojo de hombros y respondo a Moshe sin levantar la voz. La historia que estas dos se traigan lo desconozco, mas pensaba que habían pillado a la moza con unas amigas y otros individuos del pueblo faciendo cosas ajenas a la fe cristiana y para evitar la culpa cuando la sorprendieron acusoolos.

Pero que vayan tan alegres a hablar con el Santo oficio me inquieta, y haceeme sospechar que guardan algún ardid que las faga escapar cuando la situación les resulte propicia, metiéndonos a nos en problemas con el nuestro pagador

Seguimos camino hasta el paso.

La verdad que ya ando cansado de tanta lluvia y barro en el camino, pero no estoy cómodo con la situación y no me agrada la idea de quedarme a pasar noche a la intemperie.

¿No abrá unos tablones en el carro que podamos poner en el camino para facer al carro pasar?

Tenemos buenos brazos para empujallo si hubiera menester. Estoy con Francisco en lo de pasar por aquí. ¿Qué opináis buen Juan? ¿Y vuesas mercedes?

Echo una mirada a la tia y a la muchacha a ver si siguen con sus cuchicheos o parecen afectadas por la situación (para bien o para mal).

Puede funcionar, saca el hacha y busca árboles cerca, que les parece si llenamos de troncos este paso para que no no encallemos. Si pasamos por aquí será más rápido. cuanto antes entreguemos el paquete antes cobraremos y a otra cosa. Si no lloviera como esta, llegaría a temer a una emboscada, el terreo es propicio, pero hay que tener ganas con la que esta cayendo de esperar que pase alguien.

Un rayo impresionante golpea la pared oeste del paso, desprendiendo algunas rocas que caen al otro lado del enorme charco de 15 varas, y ocasionando un gran estruendo. Por suerte el paso no ha quedado bloqueado.

Francisco tantea el terreno y aprecia como la tierra del charco es bastante lodosa pero no aprecia nada más, en principio el charco parece tener un pie de profundidad, pero más adelante no se sabe cuanto tendrá a no ser que se meta alguien para comprobarlo. Sigue lloviendo sin parar y con fuerza, estais empapados y empieza a soplar un viento del norte bastante frio.

Marta permanece sobre su mula cubierta con su capa de viaje. Lucia en el carro de vez en cuando suelta una risita, lleva puesta una capa de viaje también y una capucha, y bajo ella el pañuelo negro cubriéndole la cara.

Escupiendo al un lado José le dice a uno de los guardias -Maldita sea, esto es obra del diablo, no he visto llover asín en mi puta vida. Yo no meto el carro en el charco que nos quedamos ahi atrancaos y eso no hay cojones de sacarlo de ahí. Amos a dar media guerta o aqui no murimos de una pulmonia, ¡cojones!-

Tras sopesar la situación se cruza de brazos.

-Creo que la mejor opción sería dar un rodeo. Sería mucho peor un carro atascado y tener que llevar a la niña a pie fuera de la jaula, que tardar unas horas más en llegar.

Mira a su derecha y a si izquierda.

-Además, esos árboles están bastante lejos de aquí... me temo que tendremos que darnos la vuelta.

'Aunque puede que eso mismo quiera la niña...' piensa.

Creo que será lo mejor -profería ante la propuesta primero del carretero José y luego la de Rodrigo-. Si permanecemos mucho más aquí, otro rayo nos alcanzará,  sin contar con la lluvia y el frío, que nos helará y también a nuestras monturas.

Entoces hice recular a mi caballo, y di unos pasos hasta Marta, la tía.

Señora, adelántese unos pasos, me gustaría hablar con vos mientras andamos por el camino que rodea la sierra... -mi intención era charlar en privado con ella: la tía alejada de su sobrina y yo del grupo, mientras ella andaba y yo cabalgaba a su paso-.

Ea, rodeemos pues digo volviendo la vista a mis compañeros. Ya lo dice el dicho, más vale rodear que malpasar

Cuando veo a Moshe llevarse a la tia aprovecho para acercarme a la jaula y hablarle a Lucia en un susurro, intentando que no se entere la tia y con la intención de sonsacarle algo. Intento poner la cara mas solemne posible dadas las circunstancias.

Rara es esta situación mi señora. Mala suerte que os pillasen y os hagan a vos pagar por el pecado de tantos. Pero si el Santo Oficio es misericordioso ,solo os hicieren confesar los nombres de los que allí hubiesen y facer que os arrepintáis de los vuestros actos. Pero a fe mia que la vuestra actitud nos está poniendo los pelos de punta.....non tengo buena apariencia con el pelo seco, menos aún de punta...perdonadme. ¿Qué os ocurre para en tal desafortunadas circunstancias seguir conservando el humor? ¿o es que acaso habeisde perdido el juicio? Decidme señora pues si bien es cierto que me han tocado la suerte de ser vuestro custodio, también soy hombre de bien y sabrede comprender las vuestras aflicciones, y llegado el caso hablar a vuestro favor en el juicio que abrá de producirse en Toledo

Me quedo mirandola y esperando a ver si le he tocado algo, pero parece que mi discurso no ha surtido efecto.

La chica deja de sonreir y gira su cara cubierta con el pañuelo a a Ivan, lleva un dedo a su boca y hace .-Shhhhhh....- después baja su dedo y se encoje un poco más dentro de su capa resguardándose del frio y la lluvia.

Veis como Marta e Moshé se alejan un poco del grupo y hablan entre ellos.

Marta se aleja con Moshé ya que él se lo ha pedido.-Decidme, ¿que quereis de mi?.- Le pregunta mirándole fíjamente a los ojos.
 

Estar ahí parados con la lluvia no nos servía de mucho, es más, íbamos a terminar en un camposanto del frío que iban a pasar. Podía ver cómo Moshe hablaba con Marta y cómo Iván con la niña.

-Venga vamos, como sigamos aquí se va a embarrar la tierra a neustros pies y nos vamos a aquedar clavados. Ayudemos a este carro a salir de aquí y demos ese rodeo.
 

Pero.... digo mirando a Lucia con aire suplicante.  ¿Ella?  digo señalando a la tia discretamente, pero no espero respuesta. Mi oportunidad pasó y la he desaprovechado.

La voz de Rodrigo me saca de mi ensimismamiento, vuelvo la cara hacia el y digo con aire sonriente  Adelante pues, ya tengo ganas de llegar a ese pueblo.  Pero las palabras de Moshe me hacen dudar, ¿no es raro lo de la tia? Echo una mirada hacia ellos para ver si todo va bien, palpando el cuchillo , más para darme confianza que para usarlo.

  Valiente babieca estás echo, sospechando de viejas y creyendo en supercherías.

La mujer accedió, y nos alejamos unos pasos por el camino de vuelta. Yo no me bajé de mi montura.

Señora... -le dije con cáida voz-. No me compete a mí hablar demasiado en esta compañía, pero tampoco suelo hacerlo cuando no es necesario, mas... -miré un poco al frente, vislumbrando el camino y las nubes que amenazaban tormenta-. He de decirle que viajé mucho, y probablemente este caballo que me lleva por los reinos de Sefarad ha viajado más que vos en la su vida entera, créame -intentaba crear ambiente-. Y es bien el decirle que he tratado con acompañantes de caminos, mercaderes, verdugos, prostitutas, campesinos, locos o infieles ajenos a Jehová y todo su esplendor, y creo que su sobrina, de ser lo que dicen que es, no es excepción... al menos para mí.

Dejé que caminara unos pasos, e hice yo lo propio, para que pensara en mi posición.

Ninguno de esos de ahí atrás -señalé a mis compañeros-, aunque son rectos y duchos con la espada, lograrían comprender los poderes que recorren los caminos de los hombres, y sus castillos, sus feudos, sus aldeas, y sus gentes. Sin embargo, conmigo... conmigo puede hablar en confianza, pues conozco ritos más profundos y devastadores de los podría haber estado haciendo su sobrina Lucía... ¿Acaso ha visto arma junto a mi zurrón o cinto*, espada o daga? ¿Qué le diría si le digo que no lo necesitos para derribar a un gigante de diez varas, a un noble y todos sus vasallos... a un rey en su propio castillo cuajado de mesnada?

Empiezo a tener los huevos como dos ciruelas pasas, joder el agua me ha calado y de aquí solo puede salir un buen resfriado, esto empieza a cansarme, aligeremos el paso

 Mientras los demás se concentraban en relacionarse con la mercancía, el solo estaba alerta de el entorno, como siempre solía hacer. Eso no quitare que de vez en cuando despotricara de las mujeres y de las brujas que le daban asco y miedo.