Partida Rol por web

La muchacha llegaría finalmente a Monokuma Rock, también llamado Monte Monokuma. Lo único que parecía ser de interés era aquella pequeña cordillera montañosa con las caras esculpidas de Monokuma en la roca. Así como el evidente mecanismo interno que tenía para llevarlos a la sala de juicios por medio de unas escaleras mecánicas que aparecían de la nada, así como de un ascensor en el interior de una de las bocas.

Al parecer antes de que esta llegara, ya había gente esperando por el Monte Monokuma, en este caso los que se encontraban ahí esperando simplemente eran Yoshimatsu Arai, Akira Kimura y Barbara Custik. Realmente aún faltaba gente por llegar, por lo que la tardanza de esta no parecía ser un problema o nada que echar la culpa a nadie... al menos no a ella.

La Cuarta muchacha en llegar, desde la primera isla, no sería otra que Uma Yugana; al parecer esta muchacha se habían quedado a limpiarse del vómito que le había caído encima, o a borrar pruebas, sea lo que fuera, el caso era el mismo. Aún faltaban la mitad de los sospechosos.

El muchacho llegaría finalmente a Monokuma Rock, también llamado Monte Monokuma. Lo único que parecía ser de interés era aquella pequeña cordillera montañosa con las caras esculpidas de Monokuma en la roca. Así como el evidente mecanismo interno que tenía para llevarlos a la sala de juicios por medio de unas escaleras mecánicas que aparecían de la nada, así como de un ascensor en el interior de una de las bocas.

Al parecer antes de que este llegara, ya había bastante gente esperando por el Monte Monokuma, en este caso los que se encontraban ahí esperando eran Yoshimatsu Arai, Akira Kimura, Barbara Custik y Uma Yugana. Realmente aún faltaba gente por llegar, por lo que la tardanza de esta no parecía ser un problema o nada que echar la culpa a nadie... al menos no a el.

La quinta persona en llegar, desde la primera isla, no sería otra que Joshua Josef; al parecer este muchacho se habían quedado a limpiarse del vómito que le había caído encima, o a borrar pruebas, sea lo que fuera, el caso era el mismo. Aunque apenas le dio tiempo a llegar al lugar, aún faltaba alguien más por venir.

Llegando Monokuma al lugar, este daría la usual bienvenida a aquellos muchachos que, finalmente, habían logrado llegar hasta aquí, sobreviviendo en contra viento y marea...

¡Animo! ¡Animo! ¡Animo!

¡Ya queda muy poco para el gran final!

¡Y si perdéis pues quedara mucho menos!

¡Vamos! ¡Juicio! ¡Traición! ¡Muerte!

La alegría de Monokuma rapidamente se disipó al percatarse de quiénes se encontraban por ahí, señalando por encima a cada uno de los presentes, uno a uno... este empezó a contar.

-Uno... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... y... -Le faltaba una persona- ¿¡Dónde se metió la última?!. ¡Si alguien la ha matado que sepáis que no os lo perdonaré!. ¡Voy a buscarla!.

Y tras decir esto, Monokuma simplemente se desvaneció de ahí, tal y como solía hacer habitualmente. Al parecer iba a buscar a alguien más por la isla...

La muchacha llegaría finalmente a Monokuma Rock, también llamado Monte Monokuma. Lo único que parecía ser de interés era aquella pequeña cordillera montañosa con las caras esculpidas de Monokuma en la roca. Así como el evidente mecanismo interno que tenía para llevarlos a la sala de juicios por medio de unas escaleras mecánicas que aparecían de la nada, así como de un ascensor en el interior de una de las bocas.

Al parecer antes de que esta llegara, ya había bastante gente esperando por el Monte Monokuma, en este caso los que se encontraban ahí esperando eran Yoshimatsu Arai, Akira Kimura, Barbara Custik, Uma Yugana y Joshua Josef. Realmente aún faltaba gente por llegar, -si es que se consideraba a Akemi Eiji- pero al parecer no iban a esperar por este... por lo que la bronca de Monokuma por ser una tardona tuvo sentido...

Por fin, la última de los presentes, la Sexta Persona, llegaría al lugar acompañada del oso monocolor. Y aunque aún podían esperar por Akemi Eiji el cual había desaparecido de la nada hacía ya bastante tiempo, esto no parecía ser una opción del todo viable, al menos por como Monokuma había reaccionado. 

Al parecer las ansias por el juicio eran algo que hizo que Monokuma les hablara ya con todos los nervios que tenían perdidos. Y aunque era cierto que ninguno de los juicios anteriores había sido del agrado de nadie (aunque el anterior estuvo medio bien... ¿no?), ni al propio Monokuma, esperaba que el cuarto intento fuera el vencido de hacer algo bien.

¡SUBID LAS ESCALERAS DE UNA VEZ!

¡VAMOS A TENER UN JUICIO ESCOLAR DECENTE DE UNA VEZ POR TODAS!

A la cuarta va la vencida, o al menos eso era lo que pensaba el Oso; la cuestión era qué es lo que esto pudiera significar ante los demás... Independientemente de las intenciones del oso, estos tenían que subir las escaleras y comenzar el juicio escolar, de eso ya no se libraban... cualquier duda que hubiera se tenía que resolver en pleno directo.

"Kimura-san... gracias." le devolví con cuidado su MonoPDA. "Me temo que... um... ha habido problemas de fontanería pero... lo-lo he conseguido arreglar. Pero no he tenido tiempo de limpiar las gotas de sangre del suelo... Si sobrevivimos a esta... te ayudaré a fregar..."

ah gracias a ti. Cogí la PDA y me la guardé en mi bolsillo. si, no te preocupes luego lo arreglamos. Estaba tan cansada de todo y encima me tenía que encargar de la fontanería luego. ¡Espera! ¡¿Que?! ¿Que le pasó a la fontanería? Primero la puerta y ahora las cañerías, pero qué clase de cabañas son estas.

    Sniff... snifff... - iba olisqueando mis ropajes a medida que caminaba junto a Kimura - Iugh.... si que apesta esto, ¿ no lo crees ? - mientras le acercaba parte de mi delantal a mi compañera para que también tuviera el incomodo aroma en la cara -aun no entiendo el como siquiera logro el oso para expulsar todo esto, digo... en la comilona parecía que la comida le chocaba contra los labios de metal.... todo muy raro la verdad -  para entonces ver como el resto de gente iba llegando al lugar.

   Antes los comentarios de Komachi, no puedo evitar mirarle con cierta... curiosidad...

      Mu'fufufufu... d-detengan por favor las rotativas.... ¿me quieres decir que no solo  usaste tu tiempo para embellecerte... si no que además te pusiste a reparar el baño ?  - tras ello guardaría por unos segundos un silencio acompañado de una respiración un tanto pesada - prométanme que si salimos de esta vamos a tener una pequeña clase de compañerismo llamada "prioridades 101", descuiden... las tutoría las cobro baratas Mu'fufufuf....

"Ehm..." a ver, ¿cómo explicarle a Kimura-san lo que había pasado? "Sí... bueno... pero esta vez no fue..." mis murmullos fueron extinguidos por la llegada esperpéntica de Custik-san, quien se rió en mi cara porque en lugar de investigar el asesinato. No me ofendió. ¿Qué le iba a decir? ¿Que su muerte me había pillado tan de imprevisto y había sido tan traumática que, a pesar de que venía ya de otro juego de matanza mutua, sencillamente no tuve la fortaleza psicológica que siempre tenía para dejarme de tonterías y ponerme a investigar? Fue así, fue estúpido, y no había mucho que replicar. "Sinceramente..." suspiré y negué con la cabeza. "Tienes razón."

Era así de simple, tenía razón, no fue una elección sensata de prioridades. Huí. Sencillamente huí de investigar porque no tenía tripas corazón para hacerlo. Mi yo de antes del primer juego de matanza mutua se habría reído en mi cara. Qué demonios, la de después del primer juego también. Pero la muerte de Katsumoto me había afectado, muchísimo, y más aún descubrir la realidad de este mundo. Mi espíritu era fuerte, pero había llegado a su límite. Al menos parecía que la pelirroja estaba de mejor humor. Bueno, el mejor humor que una puede tener cuando se ríe de la vida, y de la muerte, y le importa bien poco que a una compañera le reviente la cabeza y empiece a echar sangre. O quizá era su manera de evadir la realidad. Al menos ella sí había investigado, aún con el vómito encima.