Partida Rol por web

-Quiero decir... la última vez que hubo una fiesta, la comida estaba llena de sangre... y, em, alguien murió. Así, que, ¿supongo que no es una buena idea?-

Shishio estaba hurgando con el pie en la arena.

-Pero, supongo que te acompañaré. Hay, hay algo que quiero contarte, en realidad.-

Con esto dicho, Barbara Custik acompañada de Shishio Uke salieron en dirección hacia el puente que daba hacia la primera isla; quizás ahí pudiera encontrar algo con lo que iniciar los preparativos para aquella comilona que estos iban a tener, esta vez sin restos de compañero de clase... quizás... probablemente... por otro lado, B-Rabbit también partió del lugar hacia la primera isla.

Poco a poco todos iniciaron a irse, al parecer cada quien tenía cosas que hacer, tenía sentido a ser que todo esto paso tan rápido y cada quien estaba en lo suyo, lo malo que la chica Suigin como Uke se fueron por su cuenta, sin mencionar que ya habíamos encontrado a Tsumiko. Ahora no sabía que hacer... Mas que ver el horizonte.

La verdad no se que hacer... Todo fue muy intenso y muy rápido...

Finalmente el ascensor llegó hasta la parte superior de la Cabeza de Monokuma en aquellas montañas, y usando las escaleras mecánicas, los muchachos bajaron de forma más o menos ordenada hasta llegar al suelo firme. Al parecer aquella ejecución y el juicio en sí había sido algo rápido, mucho más de lo que usualmente debería ser... Pero echando un vistazo atrás... Todos los anteriores fueron así... ¿Qué clase de juego de vida o muerte era ese en donde la resolución era un "matalo ya"?. ¿Dónde estaba la emoción?. ¿El Misterio?.... ¿Y la esperanza?. Ahí no había nada, solo dejadez.

Shiro Arakawa, Tsumiko Komachi y Magical Miracle Girl ★ Monomi

En aquella playa aún se encontraban unos cuantos individuos, al parecer habían aprovechado el exterior, pero no por ello implicaba que iban a mover las piernas más de lo necesario, incluso menos que la chica de la silla de ruedas...

Akira Kimura, Joshua Josef, Nanako Kanai

—Creo que es un conejo —apuntó el hacker, ladeando ligeramente la cabecilla— Pero, entre tú y yo, a mi también me da bastante grima eso de que lleve pañales.

Se puso un brazo frente a la cara cuando salieron al exterior, bloqueando parcialmente el sol y suspirando. Parecía que todavía habían quedado unos cuantos de sus compañeros por ahí, así que alzó la otra mano en señal de saludo.

—¿Qué hay? —Los miró uno a uno, y después volvió a fijarse en Tsumiko, torciéndo un poco la comisura del labio— No es que la playa esté mal, pero no me apetece quedarme a la sombra de la esta parodia de estatua. ¿Quieres que echemos un vistazo por ahí juntos?

¡Alumnos reunidos, misión completada!
¡Mantened vuestros ojos en el futuro!

¡Magical Miracle Girl ★ Monomi...
                                                                        ... OUT!

Por su parte, aquel pequeño conejo rosado y blanquecino salió corriendo, saltando y brincando hacia el puente que conducía hacia aquella nueva isla recién desbloqueada. Al parecer, la situación así lo ameritaba.

¿Un conejito? ¿Esa copia tan fea de Monokuma pero con pañales? "Qué horror." contesté negando con la cabeza. Cuando el ascensor terminó de subir recibí la cegera del sol con estoicismo, entrecerrando los ojos lo mínimo. El dolor me recordaría que por desgracia, aún seguía viva y aún debía seguir. La tal Miracle Girl desapareció tan rápido como había aparecido. "...Coneja u osa está claro que es como un Monokub. No os fiéis de esa cosa..." dije en voz alta, también dirigiéndome a los otros tres estudiantes que seguían allí.

Arakawa me preguntó si no me importaba que viniera conmigo. "Hmh..." me llevé una mano a la barbilla pensando. "...Si no te importa explorar en la primera isla en lugar de por donde se ha ido la coneja, hay cierta puerta donde tus habilidades de Ultimate Hacker me vendrían bastante bien para abrirla sin tener que directamente desmontarla o tumbarla como hizo el marinero con la de Kimura-chan... Hablo de la puerta de la habitación de Akemi Eiji. Incluso él necesita dormir, tiene que haber dormido en algún sitio, y si quería 'integrarse'... seguro que también tenía una habitación personal entre las de los demás. Ahora que está 'muerto' no creo que le importe si nos colamos adentro a mirar..." sonreí maliciosamente.

Shiro siguió con la mirada al horripilante conejo e hizo una mueca, negando lentamente con la cabeza. Como parecía que el resto seguía catatónico —Y no les culpaba demasiado por ello, teniendo en cuenta que él también lo había estado— su atención se mantuvo sobre Tsumiko, escuchando su idea.

—No me habría ganado el título de Ultimate Hacker si tuviera reparos en meterme donde no me llaman —replicó Shiro con una sonrisa sárdonica—. Buena idea. Será interesante descubrir qué tipo de seguridad tiene este sitio, y si nuestro querido Akemi Eiji guardaba algo de valor en su cuarto. No es que cuente con ello, pero no hay nada que me guste más que llevarme una sorpresa agradable.

Justamente de esas que parecían ser tan escasas desde que había terminado allí.

—Además, empiezo a echar de menos poner a prueba mis habilidades —añadió, con un cabeceo decidido—. Vamos allá.

Y con esa última afirmación, comenzó la marcha en dirección a los dormitorios.

Shiro Arakawa y Tsumiko Komachi, se marcharon de Monokuma Rock, al parecer aquel dúo de jóvenes parecían tener un plan en mente, pues ambos los dos marcharon hacia el mismo lugar, juntos. Sea como fuera lo que estos dos quisieran hacer, el caso era que lo iban a hacer, o tener un paso intermedio, en la primera isla, y así lo vieron los otros tres.

Volviendo desde la segunda de las islas desbloqueadas, el trío conformado por Akira Kimura, Joshua Josef y Nanako Kanai pudo ver con claridad como la primera muchacha que había salido del lugar, Uma Yugana, volvía a junto ellos. Independientemente de lo que esta hubiera hecho en la segunda isla, ahora estaba ahí. ¿Qué era lo que tramaba?.

En aquella playa aún se encontraban unos cuantos individuos, al parecer habían aprovechado el exterior, pero no por ello implicaba que iban a mover las piernas más de lo necesario, incluso menos que la chica de la silla de ruedas...

Akira Kimura, Joshua Josef, Nanako Kanai

 Uma se acerca a aquel trío que aún se encontraba frente a aquella roca, con un poco de rubor en su rostro luego de haberse ido tan rápidamente hace unas horas atrás y ahora volver luego de haber deambulado por la isla por su cuenta. Pero la búsqueda de compañía en aquella situación no era algo con lo que no se pudiera empatizar.

- No es porque este sola ni nada del estilo, pero... ¿ustedes qué están haciendo? ¿Siempre se mantuvieron aquí?

Me había quedado tan en shock con todo esto que a la que me di cuenta todos se habían ido.

Si, he estado aquí todo el tiempo, pero debería ir a la cocina, dije que iba a ayudar. ¿Vente si quieres?

 A la jinete le sorprendió escuchar que la compañera no se había movido de aquel lugar desde que había terminado el juicio. Quizá Joshua y Nanako le habían ofrecido una buen conversación, o los tres se quedaron parados en silencio durante horas bajo el sol abrasador. De una forma u otra, Uma prefirió no hacer comentarios sobre eso.

- Yo estuve en el restaurante hasta hace unos minutos... no he visto a nadie allí. Lo cual es extraño, porque Barbara prometió cocinar cantidades laboriosas de comida para todos nosotros... ¡y ya tendría que haber empezado si quiere que comamos hoy!

 Calmándose un poco a si misma, Uma acepta el ofrecimiento que le hizo Akira.

- Ok, te acompaño. Quizá ya haya llegado alguien...

yo iba amurar en la cocina de la cabaña. No creo que vayan a la del restaurante con... El cadáver. Pues entonces vamos algo me dice que vamos tardísimo.

Con esto dicho, Akira Kimura emprendió su viaje hacia la primera isla; seguida muy de cerca de Uma Yugana, lo suficientemente cerca para que, con tan solo dos pasos, esta pudiera adelantarla por la derecha y entrar en cualquier zona antes que ella, pues Uma Yugana siempre gana... o al menos eso es lo que repite cada dos por tres.

En aquella zona inicial aún se encontraban unos cuantos individuos, en concreto un par de ellos, al parecer seguían aprovechado el exterior, pero no por ello implicaba que iban a mover las piernas más de lo necesario, incluso menos que la chica de la silla de ruedas...

Joshua Josef y Nanako Kanai