Partida Rol por web

Al revisar sus bolsillos Izan pudo comprobar como, en efecto, aquella figura de ajedrez aún se encontraba guardada en él, casi como un tesoro oculto de miradas indiscretas, este volvió a guardarlo en aquel bolsillo luego de comprobar, que, en efecto, ahí seguía estando, con su mensaje "Y.A." y todo.

Todos abandonaron la playa, excepto Akira Kimura, la cual parecía seguir en estado de Shock, ya que no dijo nada desde que toda esa escena había vuelto a ocurrir ante sus ojos. Pese a ello, nadie parecía importarle en absoluto lo que aquella muchacha opinara o le pasara pues todos en grupitos o de forma solitaria, habían abandonado el lugar.

La repetición de la historia me dejó sin saber actuar. Decidí que me apetecía estar sola un tiempo ya que mis fantasmas aún me atormentaban. Así que me dirijo sin rumbo tratando de ordenar mis pensamientos.

Y finalmente Akira se movió sin rumbo hasta que se percató que el puente a la segunda isla se encontraba abierto, por lo que decidió investigar, o quizás su cabeza estaba en otro lado y ni se percató que por el puente que estaba caminando no era el de ir a su habitación, sea como fuera, ella hubo salido de la playa finalmente.

El grupo llegó a la Playa en donde, tumbados en la arena, pudieron ver los tres cuerpos de personas bien distintas, el primero el de Ryoko Minami, completamente azul y con una ligera mancha en la parte posterior de su cabeza; por otro lado, los otros dos cuerpos parecían más recientes, el primero lleno de balazos, el cuerpo de Kaori Hamasaki, y el segundo casi descuartizado por completo por unas terribles y afiladas garras, incluso "Kaori" estaba destrozada. Este era sin duda el cuerpo de Katsumoto Obinata.

Me quede mirando a Tsumiko preocupada esperando su reacción por si necesitaba apoyo.

No estoy segura de que  debas acercarte mas.

Debí hacer caso a esa chica, Akira. Debi hacerle caso, pero no la escuché, y me acerqué. Pensé que tenía que verlo con mis propios ojos. Que tenía que ir, que debía asegurarme. Después de haber visto tanta muerte, después de perder a prácticamente casi todos mis compañeros de clase... pensé que no iba a afectarme. Qué tonta e ilusa que fui, otra vez más. Con los cuerpos de los desconocidos no me pasó nada, pero con el de Katsumoto... fue igual de impactante que las primeras veces. No, no, peor. Fue igual que la última vez.

No me quedaban ya lágrimas que llorar, así que no lloré, pero eso solo empeoró las cosas. Acrecentó el dolor. Hizo que la negra desesperanza se acumulara en mi... como una niebla tóxica y punzante, absorbiendo mis energías rasgando un agujero negro en mi corazón. Doliendo, doliendo y doliendo con fuerza. Pensaba que estaría inmunizada frente a la muerte, pensaba que estaría ya inmunizada frente a la pérdida, frente al dolor de perder a un ser querido más.

Qué va. No podía haber estado más equivocada.

"Khh..." bajé la cabeza parar mirar el suelo, dejando el cabello tapara mi rostro. Unas pocas, únicas lágrimas, por fin descendieron por mis mejillas. "Dijiste... que sobreviviríamos juntos..." La pena se convertía en más dolor, el dolor se convertía en ira. "Dijiste que valdría la pena... que era lo que debía hacerse... que si no Tafuna-tan habría muerto en vano..."  apretaba mis dientes con fuerza. Me dejé caer sobre la arena, frente al cuerpo hecho trocitos de la persona que amaba.

"¡ME PROMETISTE QUE SOBREVIVIRÍAMOS JUNTOS!" golpeé el suelo arenoso con ambos puños de la frustración. Qué ilusa, qué tonta había sido... "...Nunca debí hacerte caso... nunca debí dejarte. Nunca deberíamos haber venido a salvar a nadie..."

...De vuelta a la casilla de inicio otra vez. No, peor que eso. Ya prácticamente ni siquiera quedaba tablero para mí.

Me acerco a Tsumico y le poso una mano en el hombro, no se muy bien que decirle ni que hacer. Noto como se me parte el corazón con cada grito que da. Me gustaría decir que todo estará bien, pero... ni yo misma lo creo.

Yoshimatsu también se acercó a Tsumiko, le dedicó una sonrisa.

A pesar de que acabas de decir que era mejor dejar que nos pudriéramos absolutamente todos los demás en esta isla, también tienes mis condolencias. - no podía evitar sonreír, estaba disfrutando mucho con el espectáculo que estaba dando la chica de pelo negro.

Ahora se puso un poco más serio, aquella chica había dicho algo interesante y muchas dudas le habían surgido. - Dices que habéis venido a rescartarnos... ¿Dónde estamos exactamente? ¿De dónde venís? Y lo más importante ¿debería llamar a Monokuma y preguntarle si participas tú también en el juego de matanza mutua? ¿O eres solo una espectadora más?

Contigo serían ya tres espectadores, dejaría de ser tan especial ser solo espectador.

Los dos me dejaron cierto tiempo para poder despedirme, cosa que agradecí. Me pasé la mano por los ojos para secar las pocas lágrimas derramadas. La chica me puso una mano al hombro en gesto de comprensión y ánimos, y el chico trató de distraerme con algo de sarcasmo, una sonrisa carismática y algunas preguntas. Cerré los ojos, suspiré. Nada me apetecía menos en aquel momento que conversar, que estar cerca de gente, pero me habían llevado hasta allí y les debía un mínimo de cortesía y sí, contestarles a las preguntas.

"Sí, para mi habría sido mejor. No soy una santa o algo así... una súperheroína capaz de sacrificarlo todo por un puñado de desconocidos..." negué con la cabeza, apreté los dientes con frustración. "Estoy segura de que tú pensarías y te sentirías igual. Pero esto es lo que nos ha tocado, y son las cartas con las que hay que jugar."

Preguntas sobre dónde estaban, de dónde venían ella y el muerto... Por desgracia, no iba a ser yo una fuente de información demasiado útil. "...No creo poder deciros nada que no sepais ya." avisé. "Estáis... estamos en el Océano Pacífico, en el Archipiélago de las Islas Jabberwock. Es un complejo turístico de cinco islas que rodean a una sexta isla central, veo que conectadas por puentes. El edificio de la Hope's Peak de la segunda isla no es el de la Academia principal. Como imagino ya sabéis, la Academia de la Hope's Peak se encuentra en el centro de Tokyo, Japón. De ahí es de donde vengo yo. Toda la ciudad está... ...igual de desierta que esas ruinas. "

"Monokuma ya sabe que estoy aquí. Me habrá visto con eso." señalé con la cabeza a las cámaras, dispuestas por toda la isla. "¿Espectadores?" ladeé la cabeza, confundida. "¿Quienes son esos... espectadores de los que hablas?" eso era interesante. En el primer juego no hubo nada de eso. ¿Y en este ya había... dos?

Um, Este es un anuncio del Viaje Escolar del Comité Ejecutivo de la "Hope's Peak Academy"

Ya es la hora, ha comenzado el Horario Nocturno.

¿¡Se puede saber qué estáis haciendo aquí!?

¡Mañana hay algo muy importante y no permitiré que no estéis al 100% de vuestras capacidades!

¡Id a las Habitaciones de Inmediato!

Tras esto, Monokuma dio un salto al velero y comenzó a escalarlo para irse de aquel lugar.

Sin demasiado que hacer por el momento, y temiendo incumplir las normas, el grupo hizo lo que el oso había indicado, moviéndose cada uno a sus habitaciones, en donde encontraron en el buzón de sus respectivas puertas, sus queridas PDAs que al parecer no tenían... nuevamente. Y ahora las habían recuperado.

Excepto Tsumiko Komachi, la cual ni tenía PDA, ni tenía habitación. - Pese a ello, tanto ella como Akira acordaron compartir la habitación de la que sí era una alumna, al menos durante esa noche.

Tsumiko llegó a la playa. Los cuerpos seguían ahí. Esta pudo reconocer el cuerpo de Katsumoto Obinata, así como el de Ryoko Minami, a parte de ellos, en el suelo se encontraba el cuerpo de una persona de pelos azules que no reconocía. ¿Quién era esa persona?. Sea como sea, no tenía ni la más remota idea.

El arma de Katsumoto Obinata, "Kaori" , estaba destrozada al igual que el resto de su cuerpo.

...Enterrar a un ser querido nunca es fácil. Me hubiera gustado hacer una tumba en condiciones, como la que le hice a Kazuhiko Yamada. Las flores de papel de aquella lápida tenían un significado especial para mi, ya que las hice junto a Tafuna-tan. ...Sigh. Aquella chica no se despegaba nunca de mí. Al principio me resultaba molesto, pero nunca quise tampoco echarla, porque no sé... necesitaba una amiga, y yo... aunque huraña, también. Al final... acabó convirtiéndose como en una hermanita para mí.

Me confesé a Katsumoto Obinata cuando creí que estábamos a punto de morir. Él, siempre tan dulce e idiota, tan egocéntrico y huraño a veces, pero también amable y cariñoso... Ni siquiera esperaba una respuesta, ni mucho menos que fuera a corresponderme, pero sí que lo hizo, besándome. ...Aún hasta hoy recordaba aquel beso en una mezcla de sensaciones, felicidad y angustia. Ya que el día en que me confesé, nuestro último día en aquel infierno... fue también el día en que perdí a Tafuna-tan.

De aquel recuerdo medio feliz, medio triste, ahora sólo me quedaba la angustia. Para siempre, por siempre, sólo quedaría la angustia. Enterré a Katsumoto Obinata, la persona que amaba, aquel día en lo más profundo de la playa donde murió. Allá donde no había ya arena sino ya tierra. Le enterré con una pala que saqué del rancho y que no me molesté en devolver. La lápida fue una tabla de surf que partí en dos, sobre la que grabé el nombre completo de Katsumoto junto a su título, el de Ultimate Mistery Novel Writer. Le dejé unas flores de la zona, a falta de tiempo para hacer unas propias de papel.

Katsumoto Obinata

Ultimate Mystery Novel Writer

Murió intentando salvar a un puñado de desconocidos de pasar por el infierno que él pasó en la Hope's Peak Academy.

Se sacrificó aún sabiendo que muy probablemente iba a morir, para darme una oportunidad de salvaros.

 

Siento no haber estado a la altura, Katsumoto.

 Tsu-Tsu

No era la mejor de mis obras. ...Pero era todo lo que podía hacer. No quería pasar demasiado tiempo haciendo eso, no cuando en cualquier momento podía aparecer Monokuma a fastidiarme aún más el día. ...Y lo hizo. No aparecer, pero sí fastidiarme la vida. Recibí un mensaje en la MonoPDA de Akira Kimura. La saqué parar mirarlo... "¿Una nueva norma?" No, algo peor.

...Matarme era el primer motivo de asesinato.

La PDA de Akira Kimura sonó, su configuración era similar que la que esta conocía, por lo que, tras buscar un poco, vio el mensaje nuevo, al parecer habían actualizado las normas de aquel juego de matanza mútua.

"Ya veo..."

Aparte del de Katsumoto, en la playa había dos cuerpos, según la PDA de Kimura-san, se llamaban Ryoko Minami y Karoi Hamasaki. Este último parecía haber recibido los balazos de 'Kaori'. Por lo que supuse Akemi Eiji le había usado como escudo humano con aquel poder. Ya me preguntaba yo por qué Katsumoto no había sencillamente muerto ahogado como yo, sino prácticamente... a zarpazo lindo. Ni Yoshimatsu ni Akira me habían querido contar cómo había ocurrido. Pero sumé dos y dos y comprendí que a Katsumoto no le había matado directamente Akemi Eiji... sino Monokuma. Y ahora creía entender el por qué.

"Akemi Eiji ya no puede matar directamente a nadie... porque el Juego ya ha empezado. Así que manda a sus perros a darme caza..." Yo era el motivo del primer asesinato. Apuesto a que luego seguro ejecutaría Monokuma al asesino, diciendo que todo era una provocación, o sencillamente no les dejaría escapar después de aquello. Tal vez incluso sí, estuviera diciendo la verdad y los dejaría 'ganar'. ¿Importaba? No. Porque fuera el que fuera de todos los casos... no podía permitir que ninguno ocurriera. "No pienso dejarme matar tan fácilmente..."