La pantalla volvió a encenderse, mostrando nuevamente a aquel oso.
¡Enhorabuena para el dueño de la habitación!
¡Has sido invitado a la presentación en el Parque Jabberwock!
¡Recordad que es OBLIGATORIO asistir!
Upupupupupupu...
Los ojos de me encendieron de la emoción.
- ¿Una presentación? Seguro que eso quiere decir que luego habrá una fiesta y dónde hay fiesta hay dulces. ¡Voy enseguida!
Me vestí tan rápido que casi me olvidé de subirme los calcetines. Después, salí corriendo y dando saltos.
Después del leve rapapolvo que el Director les había dado en la Zona de las Habitaciones por no haber realizado un trabajo decente a la hora de capturar y eliminar al Virus que los estaba asolando. El alumno decidió meterse en su habitación por miedo a volver a ser regañado... o lo que es peor, castigado por el oso.
Sea como sea, parecía que esto llegaba justo a tiempo, pues... tu PDA acaba de vibrar...
¡Monokuma! ¡Necesito que me hagas un favorcito!
Apareciendo en el lugar como si nada, Monokuma hace acto de presencia. Este parecía estar ligeramente entusiasmado por el hecho de que lo hayan hecho llamar, pero aún así, pese a que se encontraba algo curi-oso, parecía temer acerca de qué le iba a preguntar.
¿Qué quieres ahora?
¿Acaso no tienes ya suficiente?
¡Estoy muy ocupado así que dime rapidito!
Ya veo...
Así se hará...
Upupupupu...
Y con esto, Monokuma desapareció lanzando un par de cosas a Nanako Kanai.
Pese a que la puerta estaba desbloqueada por Monokuma, aún así no se lograba abrir, requirió la fuerza de una Beta-Tester y de un Panadero para finalmente abrirla y ver no solo una sino dos sorpresas completamente distintas y casi igual de desagradables ambas, o placenteras... depende de lo mire...
Frente a la ventana, ocultado del exterior por las cortinas se encontraba... "eso" de Lego.
Al parecer lo que estaba bloqueando la puerta no era otra que el cuerpo muerto de Nanako Kanai, la dueña de aquella habitación, o al menos pequeña cabaña en el exterior del Hotel de la Primera isla.
Realmente aquella muerte parecía pillar por sorpresa a ambos. En su alrededor había unos pequeños hilos alargados así como una jeringa vacía en el suelo. Probablemente la causa de la muerte de la muchacha en aquella habitación cerrada.