Partida Rol por web

Shiro Arakawa llegó a su habitación.

La pantalla volvió a encenderse, mostrando nuevamente a aquel oso.

¡Enhorabuena para el dueño de la habitación!

¡Has sido invitado a la presentación en el Parque Jabberwock!

¡Recordad que es OBLIGATORIO asistir!

Upupupupupupu...

Después del leve rapapolvo que el Director les había dado en la Zona de las Habitaciones por no haber realizado un trabajo decente a la hora de capturar y eliminar al Virus que los estaba asolando. El alumno decidió meterse en su habitación por miedo a volver a ser regañado... o lo que es peor, castigado por el oso.

Shiro Arakawa volvió a su habitación.

Si no fuera porque había sido invitado a un Brunch y las normas eran bastante claras con todo ello, quizás se hubiera quedado un poquito más tiempo en su camita. Por desgracia, eso ya no parecía ser una opción válida, por lo que este se levantó y se dispuso a marchar a desayunar con un nombre menos pomposo y anglosajón.

Finalmente aquel dúo llegó a la habitación de Shiro Arakawa, y desde que se separaron de B-Rabbit, no se encontraron con nadie por el camino y nada que pudieran ver de relevancia. Eso sí, al llegar a la estancia notaron como el aire era notablemente mucho más fresco ahí que en la tercera isla, así como el hecho de estar ambos los dos sudorosos...

Aunque se puede decir que las mujeres no sudan, sino que brillan... pero Tsumiko "Virus" Komachi sudaba. Mucho. Y era apestosa. No sé porque alguien dejaría que semejante "pieza" entrara a su habitación, si yo fuera Shiro Arakawa la hubiera golpeado con un palo, fuerte, hasta que dejara de moverse... maldito virus sudoroso...

Si en vez de estar distraído por el sudor de Tsumiko "virus" Komachi, Shiro Arakawa hiciera algo útil y la apuñalara en el ojo con un destornillador que habían recogido, o quizás usar algún cable para estrangularla, quizás ese mundo sería un lugar mejor... al menos un mundo sin Tsumikos "Virus" Komachis por ahí...

Por otro lado también podían fabricar ese cachivache para abrir la puerta de Akemi Eiji. Si es que Tsumiko "Virus" Komachi no molestaba... pero mirala... ¿Seguro que no te apetece cometer un brutal asesinato?. Me refiero... estáis los dos solos, seguro que después de cargártela la puedes meter en la habitación de Akemi Eiji y aquí no ha pasado nada...

Pero no me hagas caso a mi, solo soy un narrador... haz lo que quieras... preferiblemente si es contra Tsumiko "Virus" Komachi, pero sin presiones... a no ser que quieras que haya presiones, como por ejemplo tus manos alrededor del cuello de Tsumiko "Virus" Komachi, ya sabes, aguantar un rato ahí apretando hasta que se vuelva azul... y... bueno... esto se está alargando demasiado...

Sin pedir permiso alguno me senté frente al escritorio. Saqué las herramientas, los cables y me puse al lío. Había muchas cosas que queríamos fabricar: una interfaz de conexción compatible entre la MonoPDA del hacker y el dispositivo de la puerta, despiezar los móviles para montar un sistema de triangulación de las señales de las PDA para así localizar la del Titiritero, y por último y no menos importante, había que abrir el portátil de Shiro y averiguar qué tipo de cargador necesitábamos para el mismo.

Llevabamos todo el dia dando vueltas. Los dos otros proyectos tendrían que esperar a otro día, ya que la interfaz de conexión era prioritaria. "...Acabemos con esto rápido para poder ir a darnos una ducha de agua fría. ...Por separado. Y sin cámaras de bebés en el baño." le seguí la broma anterior y me puse a trabajar.

"...Cuando hagas el programa, codifícalo bien por contraseña, por si te roban la PDA y los cables." Era consciente del poder que le iba a otorgar al Ultimate Hacker con este cachivache. Si se le cruzaban los cables, podría entrar a asesinarnos a todos nada más que abriendo las puertas. Y si este tipo fuera uno de los secuaces del titiritero, estaba firmando mi sentencia de muerte. Pero qué remedio tenía yo: necesitaba aliados en este lugar y necesitaba pistas desesperadamente. Si había alguna manera de parar el juego... Tenía que correr el riesgo. De todas formas, él también estaba corriendo riesgos, desde el mismo momento en que se decidió a ayudarme. "Sea lo que sea que vaya B-Rabbit a decir dudo mucho que me deje en más peligro del que ya estoy. Pero tu caso es diferente. Te has señalado. Ten mucho cuidado."

¿Quizá el calor le había afectando? Le seguía dando la sensación de que había fuerzas externas que lo empujaban a actuar de una determinada manera. Era toda una suerte que fuera el tipo de rebelde que odia que le digan qué tiene que hacer. ¡Chúpate esa, sistema! En cualquier caso, como ella ocupó el escritorio, él se sentó sobre la cama, cruzando las piernas a lo indio, y empezó a comprobar qué cámaras funcionaban y cúales no.

—Me parece bien —Sonrió, ladeando la cabeza—. ¿Te has dado cuenta de ese detalle? La otra isla no está tan lejos. Es cierto que tiene menos vegetación, pero no tiene sentido que la diferencia en la temperatura sea tan grande, ¿no? —Guardó silencio un momento—. Quizá un geógrafo me quitaría la razón, pero me parece que es una razón más para pensar que nuestra teoría no va desencaminada.

Asintió con la cabeza ante su petición. Era algo que tenía intención de hacer, en cualquier caso: Si le pasaba algo, y no dudaba que podía ocurrir, no quería que una herramienta tan útil pudiera caer en las manos equivocadas. En cuanto a la advertencia, dejó caer un poco los hombros y comentó.

—Monomi está en el brunch —dijo con tranquilidad—. Es una forma de tener ojos en dos sitios al mismo tiempo. Y de paso, quizá el tener esa variable desconocida justo delante hace que les apetezca menos matarse unos a otros.

Suspiró, negando con la cabeza.

—Doy por hecho que algo puede puede pasarme en cualquier momento. ¿Me creerías si te digo que no tengo mucho miedo, de todas formas?

Por algún motivo que se le escapa al narrador, Shiro Arakawa decidió ir en contra de la lógica, entiéndase lógica por clavarle un destornillador en el ojo derecho a Tsumiko "Virus" Komachi y meterla dentro del cuarto de algún muerto o el del propio y magnífico Akemi Eiji, y así librar a aquella idílica isla del mal que suponía Tsumiko "Virus" Komachi.

Aún con todo, ambos lograron conseguir lo que buscaban, habían logrado manipular la PDA de Shiro Arakawa para que esta, al conectarse con una puerta cerrada por un control de identificación de usuario, y que previamente este fuera al apartado de "Fichas de los Estudiantes" y se hiciera pasar por el estudiante en cuestión, engañando así a la puerta y haciendo que esta se abriera.

Es decir, una vez que pusiera la PDA cerca del sensor de la puerta, habiendo escogido a la persona adecuada, la puerta lo tomaría como que esa PDA pertenece a la persona en cuestión, y si da la casualidad de que es el dueño de aquella habitación, la puerta se abriría. --- Además de ponerle una contraseña a su PDA, claro está.

Por otro lado, Shiro Arakawa también había conseguido tres pares de Cámara-Monitor.

^{_{Tsumiko "Virus" Komachi es mala, deberías matarla.}}

"Teniendo en cuenta que recuerdo levemente haber muerto, y Sishio Uke me lo confirmó... y sin embargo estoy aquí... sí, puedo entender por qué no tienes miedo. Pero si este mundo es virtual... ¿qué somos? Nunca he creido en un destino prefijado, cada uno lo forjamos con nuestras acciones. ...Pero si este mundo es virtual... ¿qué somos? ¿Parte de la programación? Por mucho que Uma Yugana diga que soy un virus... si este mundo es real y de verdad lo soy, ¿qué soy? ¿Un maldito programa predeterminado que sigue instrucciones?" terminé el conector y me levanté del escritorio, acercándoselo para que él lo conectara a su PDA e hiciera su parte del trabajo. "¿Y qué serías tú? ¿Otro programa más, o una especie de... Dios, en este mundo? ¿Como lo era Akemi Eiji? Si él sabía que todo esto era virtual... ¿por qué diantres meter en su espectáculo al supuesto Ultimate Hacker?" le miré fijamente. Cuanto más lo pensábamos, más encajaba todo con un mundo virtual, sí, pero menos encajaba nuestra mera existencia en él. Las respuestas no traían más que otras preguntas, preguntas filosóficas de las cuales en otras circunstancias me habría reído y las había ignorado.

—Qué somos. Esa es una buena pregunta —respondió, entornando los ojos, pero no aportó su propia visión sobre ello. Quizá hacerlo habría requerido demasiada filosofía.

Negó levemente con la cabeza cuando Tsumiko siguió hablando.

—Creo que estás exagerando —respondió vagamente mientras se preparaba para hacer aquello que más le gustaba hacer—. Sin tu contribución, mis habilidades no habrían valido de mucho. Habría sido más bien un Titán, encerrado en el Tártaro.

Sonrió. Lamentaba no haber encontrado un teclado de verdad, porque habría hecho la parte de programación mucho más llevadera, pero se las apañaría con lo que tenía delante.

—Y dado que tu sobrenombre es Virus, entiendo que tú no deberías estar aquí. Y por lo tanto yo no debería haber tenido acceso a nada.

Ladeó un poco la cabeza. Parecía que poner su habilidad a prueba no quitaba que pudiera hablar, aunque en ocasiones tardaba más entre frase y frase.

—Pero ya que lo mencionas, ¿qué es este espectáculo? ¿Para qué estamos aquí? ¿Un realizar experimento retorcido? ¿Para ser entretenimiento en un videojuego súper avanzado? —Parpadeó lentamente—. Si lo pienso fríamente, me daría lástima morir antes de saberlo.

Después de eso, estuvo concentrado durante un buen rato, y una vez hubo terminado, miró la PDA, realizando una prueba. Parecía que iba a funcionar.

—¿Qué te parece si vamos a probarla? —preguntó mientras se levantaba.

Un experimento retorcido... entretenimiento... Nunca llegamos a averiguar, allá en el segundo juego, el motivo por el que sucedió. Supusimos que para engrandecer a la Ultimate Despair, la creadora del primero, aunque también podría haber sido por despecho de los rechazados hacia los Ultimates que pudieron capturar. Esto último es lo que yo pensaba era lo que había movido a Akemi Eiji y sus cómplices a actuar... ¿Pero sería eso? ¿O estaba equivocada?

"Vamos allá." a buscar respuestas a tantas preguntas. Al interior, por fin, de la habitación de Akemi Eiji, el Marionetista.

Y aquel dúo de PJs salieron al exterior de la guarida del Vomita-Código de Shiro Arakawa, sin ningún tipo de elegancia además, como dos trogloditas dispuestos a encontrarse con un pato perdido y golpearlo con sus mazas hasta hacer una más que efectiva fuet de pato... si es que los fuets se hicieran golpeando patos con mazas... En realidad primero los inflan de comida.

Shiro Arakawa regresó a su habitación cargado de cámaras, el ordenador portátil y todo lo que este considero importante para que fuera transportado a aquel lugar. En verdad esperaba encontrarse con algo interesante por ahí, pero nada más lejos de la realidad, no había ninguna sorpresa en su cuarto.

Y seguía sin haber sorpresa alguna...