Partida Rol por web

-Básicamente el ultimo pringado la palmo y buscas un nuevo capullo que se juegue la vida ahí abajo- Manteniendo el tipo ante la propuesta del hombre gato no parecía que realmente quisiese una respuesta a su suposición, y estaba valorando realmente la oferta pero había demasiados agujeros, empezando por...- No bajo ahí solo, a mi no me importa realizar pedidos personales pero no puedo sacar cosas a escondidas del grupo. Dependiendo de lo que quieras ahí abajo y el precio tal vez pueda convencer a mi grupo, pero si es algo muy turbio mi capi nos saltará los dientes en cuanto lo descubra y paso de jugarmela con ese monstruo - Tras aquella historia de su antigua familia no veía a Aranis tolerando algún tema de dudosa legalidad, además no quería ser expulsado por una tontería como traficar con cosas peligrosas.- Asique, ¿Cuál sería la carga?

—Oh, entonces tuvisteis una gran aventura ¿eh?.—Comento la joven, parecía contenta ante la idea de que habíais salvado allí abajo.—Seguramente serian de la casa Eunomia. En el pasado fue una gran familia, pero ahora tiene pocos miembros, seguro que os está agradecidos.

Finalmente se detuvo frente a un edificio unas puertas dobles de madera daban entrada y sobre ella estaba colgado el mismo logo que adornaba la tienda en la que habías estado. Por la parte superior de la casa podías ver como una gran chimenea asomaba soltando humo

—Y llegamos.—La joven no toma mucho en empujar la puerta para entrar. Donde puedes ver un amplio rellano adoquinado con puertas en varias direcciones.—¡¡DOLPHIIIN!! TIENES UN CLIENTEE.—La voz de la joven retumbo en el interior de la casa haciéndote dar un brinco por la sorpresa.

Tras un momento de silencio se escucha una voz desde algun lado.

—Está en la forja, no creo que te haya escuchado Nal.

Tu compañera al escuchar aquella voz de quien no sabias la procedencia resoplo levemente.

—Y yo que quería darme un baño… en fin te llevo hasta el.—Comenta mientras te hace una seña y empieza a andar hacia la izquierda donde tras salir a un pasillo toma unas escaleras hacia abajo. Aquel lugar parecía un laberinto en si mismo.

Tras bajar las escaleras puedes notar como el ambiente está cargado, tanto en temperatura como en posibles partículas de forja en suspensión. Parece que allí tienen varias forjas y yunques preparados para el trabajo y puedes ver como una persona de estatura casi inferior a la tuya esta subida a un taburete martilleando sobre algo.

—Ahí lo tienes.—Te dice Nal’vi dando una palmada sobre tu hombro. Aquel herrero parece no haberse percatado aun de vuestra presencia y está enfrascado en su trabajo, el cual desde donde estas no llegas a ver.

El dueño de la tienda se encoje de hombros ante tu pregunta.

—De todo en mayor o menor medida. Dependiendo de lo que pages o que me des puedes rebuscar en una caja u otra. Por lo habitual a mayor valor tenga lo que traigas mayor valor tendrá lo que puedas encontrar en la caja.

El hombre va posicionando los libros en el mostrador.

—La idea fue de mi nieto. Si bien en cada caja hay algo de un valor mucho superior al resto casi nadie lo consigue encontrar… y aun con ello la gente sigue eligiendo la caja. Por ejemplo quizá en el fondo de la caja haya un cuchillo mágico o en la librería tengas un cuaderno con el mapa de pisos del laberinto. A la gente le gusta ponerse a prueba buscando en mis estantes y cajones el objeto valioso.

—Pero te aviso que si empiezas a rebuscar tendrás que coger algo de ahí, ya no podrás tomar el dinero.—Dijo el anciano de forma severa.

El joven se encogió de hombres ante tu suposición, pero algo te decía que por la sonrisa que tenía en los labios, casi confirmaba que fuera así.

—Depende de la diumanda. Los compradores son asi —Responde cuando mencionas el tipo de objeto que estaría solicitando.—Quizá un día sea musgo del gran bosque, otro día huesos de esqueleto añil o miauta a saber qué. Por ejemplo ahora tengo un comprador para sangre de miaunutauro, por lo visto en la manos correctas se puede crear un afrodisiaco veinte veces más potente de lo miausual.

—Y sobre el dinero... depende de lo que miautraigas, ¿Quizá un 60-40?

—Pues no me vendría mal una mano de ayuda.—Dice Aranis haciéndote una señal para que le acompañes. Puedes ver como se dirige hacia la zona de los baños de la parte inferior de la casa.

—En teoría lo mejor de esta casa era la piscina de agua caliente que teníamos, la diseño la familia Ptah con un intrincado diseño de tuberías de agua caliente que se calentaba en una estufa de esquirlas magicas, pero creo que por el deshuso se ha debido de estropear algo.

Recordabas de como para serte habías vito una gran superficie alicatada vacía en los baños y con las palabras de Aranis no dudaste en entender que esa era la “piscina a la que se refería, era pequeña, pero si era para que contuviese agua caliente podía cobrar algo más de sentido.

Así te guio a una habitación pequeña donde solo había una estufa de metal de la que salían muchos tubos y unas cuantas cajas vacías.

—He puesto unas pocas esquiarlas en el interior. ¿Puedes echarlas un vistazo y avisarme cuando se empiecen a consumir brillando tenuemente?.—Te encargo mientras se ponía detrás de la estufa y empezaba a cacharrear.

Cuando llego tu pregunta sobre la familia Aranis se tomó un momento antes de mirar para responderte.

—Ahora que lo mencionas, quizá cuando os di tanta información antes fui un tanto abrupto, ese estigma que tenemos debido a los miembros de la familia que tomaron un mal camino suele resaltar rápidamente, peor también hicimos cosas buenas.

—Hace muchos años, aunque éramos una familia de asedio, actuábamos de apoyo para la familia Hera, la cual era una de las dos grandes familias que hubo junto la de Zeus. Bajábamos al calabozo con intención de encontrar el último piso de ese lugar junto a ellos y alcanzamos los pisos inferiores. Si bien había cierta enemistad con otras familias, nos llevábamos bien con muchas.

Hubo una pequeña interrupción en la cal escuchaste algunos chasquidos metálicos y una maldición por parte de Aranis.

—Por ejemplo con la familia de quien hizo esta endiablada cosa, la herrera que habia el otro dia en el gremio era la hija de una buena amiga—Siguió hablando tranquilo mientras seguía intentando reparar algo.—O la familia de Hermes, ¿Recuerdas la  joven de pelo azul que apareció en la reunión en la que buscábamos integrantes? Ella era parte de la familia de Hermes, el regalo que presento fue una broma dirigida por parte de su dios a Eris.—Pudiste escuchar una leve risa por parte de Aranis como si recordara cual había sido el regalo.

—En fin, a lo que me refería es que en su momento fue una familia tan buena como cualquier otra, el problema como dije fue cuando la familia de Hera desapareció. —Dio un pequeño suspiro.— Ahí fue cuanto todos los problemas empezaron, cuando algunos de nuestra familia no querían perder ese “estatus” de mano derecha de una de las familias más fuertes…

De pronto se escuchó un fuerte CLAC y la cara de Aranis cubierta de polvo asomo por un lado de la caldera.

—¿Puedes mirar si brillan las esquirlas?.—Pregunto haciendo un gesto.

Al hacerlo no tardaste mucho en ver como levemente algo parecido como a pequeños cristales empezaban a brillar en tonos verdes y azules.

—Uy, es muy tentador. No soy muy amiga de la suerte, pero por la forma en que lo pones, parece hasta divertido.

Entonces es todo o nada, qué pena, porque pensaba dejar la mitad de los valis para el fondo común. Si hago esto no podré, pero... bueno, nadie tiene por qué enterarse, ¿verdad?
Con una sonrisilla de placer culposo asiento enérgicamente al enano.
—Muy bien, ¡quiero ver qué hay en ese cajón! —Y añado riendo—: Lo que pasa es que a la gente le gusta la emoción de lo desconocido, por eso siempre eligen esto, supongo.
Si termino perdiendo dinero, lo consideraré como un pago por la experiencia, que resulta interesante y divertida, sea lo que sea que consiga a cambio.

Muchísimas gracias por tu ayuda y tu compañía. digo sonriente antes de añadir en tono burlesco. Ahora... a ver si tengo suerte.

Me acerco a la forja armadura en mano repitiendome, como si de un mantra se tratará, "Directo y al grano" una y otra vez en voz baja.

Al llegar extiendo muestro la armadura y espetó nervioso Necesito ajuste. Armadura. Señor Dolphin.

Aquellas 5 palabras mal estructuradas distaban mucho de formar una frase completa pero intentaba consolarme a mi mismo diciéndome "bueno... he sido directo, no certero pero si he ido al grano."

No sabía si me había oído o si me ignoraba y, ante la duda y los nervios, acabo soltando también al cabo de unos pocos segundos: Siento interrumpirle. Esperando alguna respuesta que no fuera un gruñido como los que parecía estar farfullando a cada golpe en el yunque

Dispuesta a ayudarlo, no dudó en arremangarse para estar preparada. Además en teoría, era recuperar aquella piscina que al parecer tenía su historia. 

—Claro, yo te aviso. 

Al escuchar su versión, estuvo todo el tiempo en silencio muy pendiente de cada palabra. En verdad que le creyó, se mostró muy sincero, incluso cuando estaba arreglando la tubería y no podía verle la cara. 

—Fueron épocas desafortunadas, quizás asociaron todo para mal pero fue una decisión personal—comentó por arriba mientras estaba pendiente del trabajo que hacía Aranis—. Sabes, me gustaría mucho cambiar esa mirada. He estado hablando con la Familia Ganesha, incluso con dos chicas de otra familia y me estoy enterando de todo. Lo siento mucho si he dudado, quería entender... 

Se mostró arrepentida y cuando le indicó que preste atención, así lo hizo. Con una sonrisa, descubrió que si, finalmente las esquirlas brillaban. 

—¡Brillan! —gritó contenta y agregó—. El primer uso, tiene que ser para nosotros. ¿No crees?

- 70-30 sería más justo- Propuso con decisión rechazando la primera oferta- La parte del vendedor es importante pero yo me juego la vida ahí abajo y para colmo mi parte se divide…Aunque, para empezar tendré que convencerlos y conseguir el material, que se dice rápido…- Rascandose la cabeza no se le veía muy convencido de poder meterles en algo de dudosa legalidad, y no tenía la experiencia para saber donde y como conseguir los distintos materiales que le solicitaran- Por ahora lo máximo que puedo hacer es poner tu trato sobre la mesa y si algo de lo que necesites cae en nuestras manos intentar traértelo, pero no prometo nada. ¿Algún lugar donde encontrarte o me tengo que perder ahí dentro?

No tardaste en ponerte a rebuscar en el contenido de aquel gran cajón y justo cuando empezabas a introducir la mano hasta el fondo el anciano te alerto.

—Cuidado muchacha, ahí puede haber de todo y cuando digo de todo es que no me extrañaría si hubiera una espada sin funda.—Dice advirtiéndote del peligro de introducir las manos a ciegas allí dentro.

Con más cautela y paciencia fuiste poco a poco quitando cosas de la parte superior en tu afán de mirar el interior e inspeccionar todo. Pasado un rato ya empezabas a sumir que te habían timado, pues todo lo que había allí parecía de una u otra forma basura, a decir verdad… ¿Eso que había allí al fondo era un cristal? Demonios, la gente podía hacerse daño con eso si no iba con cuidado.

Ibas a pasar a mirar el resto de cosas cuando ese mismo cristal reflejo la luz llamando tu atención de nuevo .¿Sería posible que…? Tras dudar poco mas de un momento parpadeaste usando uno de tus trucos antes de sonreir. Si, lo era. Tu mano se introdujo con cuidado para sacar de allí aquel cristal ligeramente opaco color azul. Era alargado, de aproximadamente treinta centímetros y con uno de los extremos cubierto con una tela, como si simulara un mango sin hacer para evitar cortarse.

Lo sacaste de la caja y te quedaste mirándolo durante un momento, definitivamente aquello no era simplemente un cristal. La manufactura era tosca y burda, a ojos inexpertos podría ser igual de útil que una botella rota,  pero no era su aspecto lo que había llamado tu atención. Aquel cristal estaba imbuido con magia. Era inestable, sí, pero estaba allí.

Aquel que estaba allí, el herrero al que habías venido a solicitar el cambio para tu armadura, resulto ser un pallum, también llamados hobits. Bastante parecido a un enano pero con menos cuerpo y más apariencia infantil, el joven pallum martillaba lo que parecía una espada corta o na daga en el yunque.

Cuando tus primeras palabras salieron de tu boca el joven no se giro para mirarte si no que siguió martilleando y no fue hasta tu disculpa sobre que sentías interrumpirle que no alzo un brazo pidiendo que esperaras.

Después de dar un par de golpes más al acero acerco su oído al metal candente antes de asentir e introducirlo en una pileta con agua haciendo que la estancia se llenara aún mas de vapor.

—¿Medidas?.—Pregunto por primera vez con una voz aguda mirándote y tomando la armadura que tendías y desplegándola para volverte a mirar. Ante una respuesta que no llego por tu parte resoplo.—Si no las sabes dilo, ¡Pero no me hagas esperar todo el día!

Así, dejando la armadura en una mesa cercana cogió una cinta métrica y empezó a tomarte medidas de forma rápida, no parecía importarle si te incomodaba aunque después de tomar la medida de hombros se posiciono ante ti y te miro de arriba abajo.

—No pareces tener busto suficiente como para realizar ajuste en esa zona.—Dijo volviendo a enrollar la cinta métrica y dándose la vuelta hacia la armadura.

Tenías la sensación de que había confundido, como muchos ante que él, lo que tenías entre las piernas y quizá fuera así mejor, si eso se lo hubiera dicho a alguna de tus hermanos o, aún peor a tu madre o tía, posiblemente estaría un par de días en poder usar la forja.

—Tardare poco, puedes esperar aquí si quieres… aunque si no estás acostumbrado a los vapores de la forja no te lo recomiendo. —Dice mientras camina a un armario a paso rápido y saca unas grandes tijeras y algunas otras herramientas.

Cuando llega a la mesa empieza a trabajar y sin girarse vuelve a hablarte.

—Quizá va a sobrar bastante material, ¿Quieres que te haga una cofia con lo sobrante?

—No te preocupes, a decir verdad me esperaba algo de ese estilo. Las cosas buenas se olvidan rápido, las malas se recuerdan de por vida…—Dijo con un tono algo pesimista Aranis.— Si me sorprendió que mandaran alguien a seguiros, pensaba que más que en vosotros pondrían los ojos en Eris y en mi pero… supongo que uno se equivocan.

Cuando te escucha decir sobre el primer uso rio levemente.

—Ojala, pero con esa cantidad creo que no llegaríamos siquiera a templar el agua del todo.—Responde triste ante la idea de quitarte el entusiasmo.

El joven sale de detrás de aquel aparato y mira al interior donde las pequeñas esquirlas brillaban. En parte era cierto, allí había menos de medio puñado de aquellas esquirlas mientras que el receptáculo para contenerlas podría fácilmente llegar a un cubo entero.

Mientras la mira el hombre se mesa la perilla durante un momento.

—Quizá puede que haya en algún saco de la bodega de abajo…—Comenta pensativo.—Aunque me da miedo la cantidad de polvo, telarañas y otras cosas que vaya a haber ahí abajo después de diez años.

—¿Te animas a ver realmente lo más “sucio” de esta casa?.—Dice haciendo un juego de palabras en relación a los malos secretos de los que tanto se hablaban.—Aunque si tenemos suerte habrá agua caliente para limpiarnos después.

¿Quieres cobrar aún miuenos?.—Respondió a tu propuesta de cómo mover los porcentajes con una sonrisa en el rostro, parecía que él era quien pensaba quedarse con el sesenta por ciento propuesto.—Aunque me has caído bien, si finalmente decides entrar al negocio lo dejaremos en un todo a medias. O puedo aceptar tu propuesta y decirte un precio inferior a lo que lo venderé.—Comenta dejando claro que daba igual que porcentajes pidieras.

—Si finalmente lo haces hay un lugar de encuentro, tu simplemente pregunta por mí en el lugar que te encontré y ya apareceré.—responde sin darte un lugar concreto, lo cual era demostraba que no tenia confianza suficiente para contarte donde podías encontrarlo directamente.

La actitud del joven era mucho más sosegada de lo que me esperaba y suspiro relajado.

Gracias. No quisiera robarle mucho más de su valioso tiempo. Digo en respuesta a la cofia, no tengo dinero como para pagar por extras. Además siempre me había parecido que reducían demasiado el campo de visión. He visto que estaba trabajando y ya me siento suficiente mal por interrumpir esa creación. Añado intentando excusarme.

Acostumbrado a los hornos de la panadería donde trabajaba mi padre, aquel calor no era tan insoportable por lo que me encaminé a un apartado, para no molestar, donde esperar a que concluyera la tarea.

Mientras esperaba, pensé en su equivocación respecto a mi aspecto. Desde luego, si yo realmente fuera mujer su actuación hubiera sido muy descortés. Por fortuna no lo soy y a mi esas cosas me dan igual. 

Esas equivocaciones ya formaba tan parte de la rutina en mi vida que se habían normalizado para mi. Era lo lógico. No es que no me molestara, es que lo consideraba al mismo nivel que confundir el color turquesa y el menta... ¿Acaso con esta luz alguien sería capaz de distinguirlos?

Es posible que les pasase lo mismo a Nal'vi o al hombre de la tienda e incluso a muchos en el bar... solo que ya ni me doy cuenta hasta que hacen algún comentario de ese tipo.

Cuando me doy cuenta, el joven parece que está casi acabando y le digo: De nuevo, gracias por su labor.

Negó con la cabeza. 

—Quizás como grupo somos un poco llamativos, pero estoy segura de que con el correr de los días se demostrará las buenas intenciones por parte de esta familia—comentó y agregó—. Además, yo estoy conociendo a varios aventureros y doy fe que incluso sabiendo cual es mi lazo, me han tratado muy bien. Quizás con un poco de preocupación. 

Le confesó todo aquello a sabiendas de que bueno, era importante crear vínculos porque nunca se sabe que puede suceder en las mazmorras. Ayer ayudaron a una chica, hoy podía ser alguno del grupo y al menos para Marianne aquello sí que era vital para estar en armonía y cambiar un poco la imagen que tenían de Eris. Una que incluso la misma peliverde había cuestionado. 

Después se mordió el labio nerviosa, claro con lo obtenido no podrían hacer nada y por ello al escuchar la propuesta, asintió contenta. 

—Venga, lo tomamos como un paseo a las mazmorras. Sólo que en nuestra propia casa—dijo riendo por primera vez—. Por eso, lo compensa. Además deseo estrenar esto, así que el esfuerzo lo vale. 

Dispuesta a ir de aventura entre el polvo y el caos de un lugar en desuso, Marianne estaba dispuesta a seguir sus pasos. 

-Preguntar por el gato cabronazo ahí dentro, lo tendré en cuenta.- Bromeando y sabiendo que el tema del dinero iba completamente en serio, Lance dejo el tema estar por el momento, no es como si hubiera decidido trabajar con él de momento pero al menos sabía con quien buscar trabajo si la cosa se ponía fea con el gremio. Además había otra cosa en la que aquel traficante le podía echar un cable en el futuro-Ya que estamos, ¿Cómo se te da la información?, por si se da la necesidad no tener que tratar con alguien demasiado malo, ya sabes.

—Amable con la miauindicaciones, cabrón con el dinero.—Confirmo haciendo una reverencia exagerada ante tu alusión de gato cabronazo, como si aquello mas que insulto le resultara un cumplido.

—¿Miauformacion? miaupaño, uno no sobrevive en lo mío si no sabe miaunejarla. Aunque toda tiene un precio, dependerá de esa necesidad que tengas.—Te respondió encogiéndose de hombros.

—Miaueno, ya nos veremos, se me hace miau tarde.—Dijo mientras te daba una palmadita en la espalda y se giraba para introducirse en los mismos callejones de donde había salido.

Estabas viéndole marchar cuando tu mirada capto a Gerda venir andando por la avenida, venia de la parte exterior de la ciudad, así que desconocías de donde venía. El caso es que quizá quisiera acompañarte a la torre, después de todo habíais quedado en ir juntos de compras le día anterior.

El pallum asintió ante tu negativa de la segunda pieza mientras seguía trabajando. Viste como después de tomar medidas a la armadura corto con aquellas grandes tijeras y empezó a retocar la parte inferior con unas pinzas y lo que parecía alambre negro.

Después de tun tiempo finalmente volvió a quitar la mirada de la armadura y la levanto tendiéndotela

—Lista, puedes probártela por si quieres algún ajuste, y vuelve en un par de días, pagaste por el material que no se ha usado, intentare hacer algo con ello cuando tenga tiempo.—Dijo señalando el trozo que había cortado de la malla y que seguía sobre la mesa.

Efectivamente había una cantidad de material que no se había usado y el joven no parecía haber hablado en ningún momento de dinero.

Sin decir nada más volvió  dirigirse hacia donde estaba haciendo la espada corta y sacaba el metal del agua donde había estado sumergida. Pudiste ver como colocaba únicamente la punta sobre el yunque y golpeaba el metal en la zona media haciendo que el metal se partiese en dos. Tras un gesto de negación echo las dos partes de metal en un cubo cercano lleno de trozos de metal.

Viendo como era preferible no molestarle en lo que fuera que estuviera haciendo y tras comprobar que la armadura efectivamente te quedaba correctamente decidiste salir de aquel sótano herrería. No había mucha gente por los alrededores en tu rumbo así que tras dudar durante un momento mirando algunas de los grabados que había en las paredes y lo que parece un estanque de arena fina con surcos sobre él,  finalmente dejaste la casa volviendo a las calles de la ciudad.

Aun estabas pensando si tomar rumbo a casa directamente o no, cuando viste como de un callejón de la avenida en la que estabas salía Lance acompañado por una persona gato con rasgos bastante andróginos. Vestía ropas con algunos retales cosidos y costuras bastante sucias. Estuvo durante uno momento hablando con Lance antes de darle una palmadita en el hombro al guerrero y marchar de nuevo por el mismo callejón que habían salido.

—Entonces me hubieras ofrecido guantes, ju —reprocho al enano—. No te perdonaré si me lastimas estas manitos delicadas y suaves.

Es evidente que no se lo digo en serio, pero lo que sí va en serio es que me enfadaré si me arruina la piel tersa un corte feo hecho con algún filo tonto perdido aquí dentro.

Pero no ocurre nada de eso.

Me siento un poquito mal de haber hecho trampa, pero nunca perderé una oportunidad de vencer a la suerte con astucia.

—Se lo agradezco mucho, señor, trataré de darle un buen uso.

Nos despedimos con Vilfain y abandonamos la tienda.

Y ahora...

—Muy bien, las compras están hechas. Es una pena que no hayamos podido hacerlas todos juntos, pero bueno.

Dado que ya me libré del petate y no traigo mucha carga encima, levanto a Vilfain en mis brazos.

—¡Arriba! ¡Wii!

Y riendo con él, lo subo sobre mis hombros para que se siente alli.

—Estás bastante pesadote...

No, no aguanto mucho antes de bajarlo de allí.

—Lo siento... quise hacer lo mismo que hacías con papá, pero... bueno...

Pucha, no quiero que me vea llorar ahora, con lo lindo que estamos pasando.

—¿Te parece si regresamos a almorzar? —pregunto rápidamente, para pasar a otra cosa.

—Es parte de la gracia… y no serias la primera que encuentra un dedo ahí dentro.— Dijo antes de reir levemente.

Algo en ti quería pensar que aquello había sido una broma, pero por alguna razón alguna duda se quedo en tu interior.

Después de elegir el objeto que habías encontrado el enano se limito a mirar por encima lo que era, asentir y  sacar de debajo del mostrador un gran libro sobre el que tacho algo.

—No dude en volver si tiene que vender alguna otra cosa.

Despues de aquello no dudaste en dar una vuelta con un Vilfain que contento camianab contigo preguntándote que eran muchas de las cosas que había en los espositores de las tiendas. Cuando empiezas a ver que el cansancio se apodera en parte de el le levantas a lo que el responde riendo, pero viendo como no ibas a poder cargarle mucho finalmente propones volver a almorzar, a lo que el muchacho no duda en asentir.

Así os encamináis hacia el hogar y no puedes evitar en reparar como Vilfain tose en algún que otro momento y como en vez de ir agitando la espada ya la lleva hacia abajo casi arrastrando. Habías tomado una buena decisión ya que el joven no debía pasar mucho tiempo fuera de casa, o al menos así te lo habían recomendado.

Cuando finalmente llegais a casa y abres la puerta te encuentras con un Aranis en el pasillo seguido de Marianne