Partida Rol por web

Dark Heresy: Capítulo Segundo.

Donaris, luna del planeta cementerio Granithor. Jurdiscción.

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21/04/2014, 17:15
Placa de Datos.
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SEGMENTUM OBSCURUS, SECTOR CALIXIS, GOLGENNA REACH, PLANETA CEMENTERIO GRANITHOR, LUNA DONARIS:

JURISDICCION:

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21/04/2014, 17:21
Inquisidor Globus Vaarak.
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- El grupo de Acólitos y aspirantes acude a la llamada de su señor y maestro el Inquisidor Globus Varaak, a la órbita, donde embarcarán en la fragata ligera imperial "Garra Veloz" con rumbo a una misión inquisitorial en Donaris, luna del mundo cementerio de Granithor.

Notas de juego

// Entran en escena: Arlesha Rais, Cerberus, Intius Varnias, Novicio Valerius, Titus Nihilius. - Proceden de: Planeta Escintilla, Finca Specula Maris.

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21/04/2014, 17:23
HOROLOGIO.
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HAN TRANSCURRIDO DIEZ DIAS ESTANDAR.

001.811M41.

HORA LOCAL: INDETERMINADA.

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21/04/2014, 17:30
Cerberus-v3.0.
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Nos encontrábamos en la finca Specula Maris, cerca de la Colmena Sibellus, en Escintilla, sector Calixis, nuestro recinto; cuando escuchamos por los altoparlantes que se requería nuestra presencia en la nave Garra Veloz. 

Me aprovisioné de gachas, unas cuarenta raciones, poniendo diez raciones en cada una de cuatro mochilas, además de hacer en el taller otro vox de mano, después salimos en nuestra nave hacia nuestro destino, invoqué a Vidicus a modo de plegaria para ganarme la simpatía de los demás en especial de Valerius, pero detectaron mi argucia. A propuesta de Intius examiné todas las armas por si estaban en perfectas condiciones para ser utilizadas y así parecía.

Llegamos a nuestro destino, en la nave nos esperaba el inquisidor Globus Varaak, nuestro señor. Nos encomendó una misión, debíamos de encontrar a un contrabandista llamado Yorgos Macin que supuestamente estaba en Donaris, luna de Granithor. Uno de sus oficiales nos aprovisionó yo pedí un vocotransmisor.

Había una trifulca entre dos comitivas, la del Adeptus Mechanicus dirigida por el Tecnosacerdote Austos Sann, con un grupo de Skitarii; la del Adeptus Ministorum por el Confesor Predicador Bernardus, los del Adeptus Arbites también una intermediadora la Arbitradora Maigrit. Tras presentarse Intius y dialogar con los dos bandos de manera infructuosa notificaron la huida del tal Yorgos nos adentramos en su cuartel y examinamos la celda del contrabandista. Descubrimos un túnel que llevaba hacia un desfiladero al final de éste aparecían unas huellas que se perdían al Oeste.

Después de seguir investigando una parte del grupo se reunieron con los que ya estábamos en el desfiladero seguimos las huellas hacia una zona de total niebla cuando nos atacó un servidor que casi acaba con la vida de Titus. Tenía una sierra gigante en una de sus manos y su armadura de metal estaba recubierta con tejidos humanos, mi habilidad para cortarle la hemorragia fue exitosa y la habilidad con las armas de Intius y la Agente Arlesha hizo que acabaran de forma efectiva con el gigante de metal, gasté una carga de pistola en este combate. Seguimos y nos encontramos con una tribu que nos amenazaba con sus jabalinas después de acompañarlos a su campamento Intius y parte de nuestro grupo hablaron con ellos y les convencieron de que no eramos enemigos, parecía que nos acusaban de llevar una máquina "es decir a mí", quizás por los asesinatos que aquel servidor había despertado por la zona.

Seguimos hasta encontrar una base. Titus acabó con sus torretas de vigilancia y nos adentramos en su base que contenía varias salas donde se experimentaba y se hacían aquellos servidores de los que dimos buena cuenta con el que nos atacó en la niebla, después llegamos a un hangar completamente cerrado dentro de él había una nave, fuera habían dos puertas una al norte y otra al sur. La agente Arlesha inspeccionó la zona y la encontró segura me adentré después de ella para abrir las puertas norte y sur pues no me fiaba del hangar fueron infructuosos los intentos para abrirla, pero cuando intentaba abrir la puerta norte, unos servidores que no conseguimos detectar que estaban en el hangar nos atacaron, a mí en concreto uno que parecía gigante con un arma que disparaba numerosos proyectiles que me destruyó en el acto el brazo izquierdo y me dejó inactivo.

Cuando me reinicié mis compañeros habían acabado con todos, aunque Valerius se encontraba a punto de morir y fue un milagro que sanase. Me adentré en el hangar y después en la nave utilizando todos mis recursos para abrir ambas puertas ("gasté un punto de destino"). Después estuve con mi brazo hábil programando la nave para salir mientras que Intius y la Agente Arlesha investigaban la zona en busca del tal Iorgos.

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21/04/2014, 18:20
Intius Varnias.
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Se viera como se viera, la misión no había tenido éxito en su cometido principal. Esa idea, casi aniquiladora, atravesó el pensamiento de Intius mientras contemplaba como su decisión de arrancar los cables acababa en el fallecimiento de aquél a quien deseaban interrogar. Mentalmente, hizo memoria. El novicio Valerius y Cerberus, mutilados. El resto con heridas de cierta consideración. Sin embargo, no podía menos que estimar que, en buena parte, sus decisiones habían sido las correctas. ¿Y no era después de todo una señal mandada por el Sagrado Emperador el que todos siguieran vivos y que los únicos mutilados fueran, precisamente, los sacerdotes? 

Allí, aún vivo, aún sirviendo al Emperador, Intius hizo un rápido examen mental del curso de las últimas semanas, intentando dilucidar si había cumplido sus atribuciones fiel y eficientemente. Todo había empezado en la finca Specula Maris, cerca de la Colmena Sibellus, en Escintilla, sector Calixis. Las investigaciones sobre los mutantes que presuntamente habían atacado hacía algunos días no habían llegado a nada, y ningún rastro se había logrado encontrar. Siendo los únicos miembros del grupo que quedábamos allí fui, repentinamente, consciente que si había cualquier problema yo sería el responsable. Era el líder en estos momentos, y eso me preocupó.

Recuerdo que estaba arrodillado, rezando mis oraciones al Divino Emperador, cuando sonó el aviso de un mensaje. Se requería nuestra presencia en el Garra Veloz. Tras mandar la señal convenida indicando que se había recibido el mensaje, dispuse lo necesario para partir de inmediato, y eso hicimos. En la nave nos esperaba el inquisidor Globus Varaak quién nos indicó que la misión sería en Donaris, luna de Granithor.

Al guardar silencio tras esas palabras comprendí que el inquisidor esperaba que alguno supiera algo sobre dicho lugar, lo que era el caso, y así demostré mi conocimiento cuando le pregunté qué problemas podían haber surgido en la luna de un mundo funerario. Aunque ya sospechaba para mí que habían surgido nuevos problemas entre el Adeptus Mechanicus y el Ministorum.

Así era. Granithor era un mundo funerario desde que en la época de la Cruzada de Angevin el general Drusus eligió ese mundo para que fuera el último reposo de los héroes caídos en la Cruzada. Como mundo funerario que era se encontraba bajo la jurisdicción de la Eclesiarquía. Sin embargo, distinto fue lo que ocurrió en el satélite de ese planeta, Donaris, que fue reclamada por el Adeptus Mechanicus. No encontrando nada de valor la Eclesiarquía en esa luna, no se opuso.

Y los siglos pasaron. El número de enterramientos en Granithor se hizo elevado, hasta el punto de amenazar con saturar el espacio disponible. Y a cambio de obtener materia prima para nuevos servidores, ahora fue el Adeptus Mechanicus quién estuvo conforme con que algunos fueran enterrados en la luna que seguía bajo su autoridad.

El problema que nos planteó el inquisidor requería de astucia y diplomacia. Un traficante de poca monta, Yorgos Macin, ocasionalmente confidente del Adeptus Arbites, había sido capturado entrando material tecnológico para la creación de servidores en la luna de Donaris (¿y no era peculiar introducir ilegalmente este material precisamente en un planeta del Adeptus Mechanicus?) El problema era que tanto la Eclesiarquía como el Adeptus Mechanicus deseaban interrogarlo en exclusiva. Y que el inquisidor dejó muy claro que una vez acabada la misión debía dejarse el status quo entre Eclesiarquía y Adeptus Mechanicus incólume. Se esperaba que se usara no la fuerza bruta, sino la diplomacia; así como que no actuara la inquisición. Para este fin se me dio una tarjeta con una nueva identidad, la de un Juez del Adeptus Arbites. Yo sería, como había temido, el líder de la misión.

¿Es posible explicar el cúmulo de sentimientos contradictorios que sufrí al ver la identidad? ¿Acaso ese no había sido uno de los primeros de mis propósitos? Ahora, como Acólito del Ordo Hereticus, fingiría ser el Juez que nunca fui. Loado sea el Divino Emperador por esa oportunidad que se me brindó. El inquisidor también nos señaló la posible relación de todo esto con el culto herético de los Logitivistas. Creo recordar que miré, un instante, a Arlesha, ¿cómo serían sus sentimientos enfrentándose a sus antiguos raptores? Esperaba que pudiera mantener la calma, puesto que conocía que su habilidad era mayor que la mía en considerables extremos.

Poco más había que decir. Tras ser informados por el inquisidor partimos en la misma nave y se nos entregó algo de material para cumplir la misión. Al atracar en el planeta la primera persona que nos recibió fue la responsable de nuestra presencia allí, y responsable también del Adeptus Arbites en el planeta: la Arbitradora Maigrit. Lo primero que pensé de ella es intraducible, siquiera en mi pensamiento. En mi descargo sólo puedo afirmar que su actitud, que consideré prepotente, casi insultante, dejándome con las palabras en la boca, hasta el punto de estar a punto de ordenar a mis compañeros que la detuvieran, estaba plenamente justificada. Afortunadamente la prudencia me evitó hacer algo de lo que luego me hubiera arrepentido enormemente. La seguimos, sí, y el motivo de su descortés premura pronto se hizo evidente. Junto a la puerta de la base del Adeptus Arbites se encontraban dos comitivas, la del Adeptus Mechanicus dirigida por el Tecnosacerdote Austos Sann, con un grupo de Skitarii; la del Adeptus Ministorum por el Confesor Predicador Bernardus. Decir que estaban tensas sería quedarse corto. Entre Maigrit y yo empezamos a intentar convencerles de la conveniencia de dejar que el detenido fuera interrogado primero por los miembros del adeptus Arbites, y concretamente por mí. Pero tales argumentos no parecía que fueran a ser aceptados por ellos prontamente. No obstante la actitud tensa de los líderes de sendas comitivas no me decepcionó. Creo que hubiera podido convencerles.

Pero no fue posible. Al poco una joven cohorte del Adeptus Arbites dio a la Arbitradora Maigrit la noticia que lo iba a cambiar todo: el preso se había fugado.

Obviamente me sentí estafado y lo primero que pensé fue que a la lista de sospechosos debía añadirse uno: la propia Maigrit. Porque, ¿acaso tenía sentido que todo ocurriera justo cuando llegábamos? ¿que justo en ese momento su preso se le escapara de las manos? No dejé traslucir mis sospechas que, en ese momento, incluían a todos los presentes en la luna, salvo a mis propios compañeros, y ordené que se nos llevara hasta el lugar. Después permití que los dos jefes de las respectivas comitivas fueran conmigo, con Maigrit y con mis compañeros y examinamos la celda. Alguien había hecho un agujero enorme en la misma, de fuera adentro, como pudimos comprobar tras examinar por donde habían caído los cascotes. En un primer momento, salvo los rastros que iba adentro del tunel, nada más pudimos sacar en claro. Ante esas circunstancias ordené que las comitivas del Adeptus Mechanicus y del Adeptus Ministrorum fueran alojadas en alguna sala de reuniones, en un primer momento intenté que fuera en lugares separados, pero las exigencias del espacio hicieron que tuviéramos que reunir a ambas comitivas en una misma sala. Tras esto ordené que el grupo siguiera las huellas, acompañados por un soldado de cada una de las comitivas. Mientras Arlesha y yo interrogamos a los miembros del adeptus arbites que nos indicaron que ninguno había hablado con nadie de donde estaba el preso, ni de nada relativo con el mismo, y que únicamente habían ido hasta la base del Adeptus Arbites durante ese tiempo varios técnicos del Adeptus Mechanicus para arreglar algunas deficiencias, así como el Confesor Predicador Bernardus. En otras palabras, nada que sirviera siquiera mínimamente para eliminar a ninguno de los sospechosos.

Nuevamente revisamos la celda y, en esta ocasión, nuestra tenacidad tuvo recompensa por la intercesión del Dios Emperador. Encontramos algo de sangre en un lavabo y cerca de la boca de la entrada al túnel de huída. Aunque más que huída habría que llamarlo túnel de secuestro. Era evidente que Yorgos Macin no había deseado precisamente acompañar a sus rescatadores. Examinando el lugar con los artefactos adecuados (adecuadamente empleados por mi compañera, la acólita Arlesha), la conclusión era clara: el detenido había atacado a los que entraron, y la sangre era de tres sujetos: del propio Yorgos, de un desconocido y de otro desconocido. Tras rastrear en las bases de datos no hayamos a los desconocidos, pero sí nos dimos cuenta que la sangre tenía parte de aceite y componentes no orgánicos. Eso, sumado a lo enorme del túnel y sus características, parecía conducir a uno, o varios, servidores excavadores. Con esa idea Arlesha y yo emprendimos viaje por el túnel, para unirnos al resto de nuestras fuerzas, y empezar a seguir el rastro.

Tal como me temía tanto el soldado Adeptus Mechanicus como el del Adeptus Ministrorum probaron en el viaje una incompetencia rayana en la traición. Si eso se debía a la falta de entrenamiento, al miedo o a instrucciones de sus superiores es difícil determinarlo con precisión. El Emperador les castigó no protegiéndoles ante los peligros que nos acecharon, y ambos fallecieron. Esos peligros fueron, de un lado Servidores alterados, en los que se habían usado sobre los implantes tecnológicas más partes biológicas. De otro, depredadores animales de la luna. Y por último un grupo de Indígenas, con toda seguridad provenientes de una nave destruida, y que habían hecho un campamento en la zona. Fue un momento tenso, y hubieran podido causarnos bajas e incluso poner en peligro la misión. Sin embargo, no tratándose de nuestra misión, y siendo entiendo posible redimirlos a la mayor fe, no los atacamos, interrogándolos, y obteniendo de ellos importante información que, junto a la sagacidad de la exploración principalmente dirigida por Titus, nos permitió llegar a la base.

En todo caso anoto los datos de localización de los citados infieles en la esperanza que unidades especializadas al efecto puedan encontrarlos y llevarlos a la luz del Emperador, puesto que a pesar de su obvia degeneración, creo podrían llegar a ser siervos útiles del Imperio.

Finalmente llegamos a la base, y tras nuevos enfrentamientos con los indicados servidores modificados, que a este exponente le hacen pensar claramente en prácticas heréticas o, cuando menos, tremendamente poco ortodoxas, encontramos a Yorgos Macin. Se le había puesto en unas máquinas para empezar a convertirle en un servidor. En la esperanza de poder detener un proceso que implicaría necesariamente la pérdida de todo pensamiento y, por ende, de toda posibilidad de interrogatorio, desconecté los cables.

Pero era tarde para salvarlo. La cuestión, ahora, cuando mi grupo herido me observa es, ¿ahora qué? He ordenado a Cerberus que prepare una nave para salir de aquí. Aun cuando no hemos podido interrogar a Yorgos, creo que lo que él podía decirnos lo hemos descubierto. La localización de esta base, y todo lo que hemos averiguado, debe ser comunicado a nuestro señor el inquisidor Globus Varaak.

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21/04/2014, 21:33
Agente Arlesha Rais.
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Hace diez días aproximadamente me encontraba de guardia en mi puesto en la Finca Specula Maris cuando recibí por línea interna un mensaje de Initius diciendo que reuniera a todos los miembros desocupados de la célula en el hangar de aerodeslizadores ya que había sido requerida nuestra presencia en el Garra Veloz, la nave del Inquisidor Varaak, nuestro inquisidor al cargo. Hice la llamada a los miembros usando el sistema de megafonía interno y fui a preparar el equipo para la operación.

Unas horas después, partimos desde el hangar hacia el puerto estelar más próximo, en una hora más nos encontrábamos en órbita en la nave inquisitorial. Allí nos reunimos con el Inquisidor Varaak, que nos informó que necesitaba el testimonio de Yorgos Macin, un traficante de poca monta y confidente ocasional que se encontraba cautivo por tráfico de componentes tecnológicos en Donaris, la luna del planeta Granithor.

Granithor es un mundo funerario bajo el control de la Eclesiarquia en el que reposan los restos de los miembros más relevantes de la sociedad, por otro lado Donaris, su luna, es habitable, pero carecía de interés, por lo que fue colonizada por el Adeptus Mechanicus. Esto produjo un problema diplomático que se solucionó según el siguiente tratado: Debido a la falta de espacio en Granithor solo los miembros más selectos de la sociedad pueden ser sepultados en el planeta, así aquellos individuos que no son aptos para su sepelio en Graithor son enterrados en la luna y su comitiva sirve como materia prima para la construcción de servidores por los tecnosacerdotes. Si bien ambas facciones están en disputa de forma casi permanente.

Utilizando la tapadera de la visita de un Juez (Initius) y su comitiva (el resto de la célula) tendremos que obtener el testimonio del reo sin que ninguna de las dos facciones en disputa se sienta ofendida por nuestras acciones. Para redondear el asunto se sospecha de actividad logitivista en la zona.

Una vez finalizada la entrevista recibimos el equipo necesario para sostener nuestra tapadera así como armas, munición y equipos de comunicación, partimos hacia Donaris. Tras diez días de tedioso viaje por la disformidad llegamos a nuestro destino y descendimos a la luna mediante una lanzadera, a nuestra llegada nos recibió el agente de mayor rango de la zona del Adeptus Arbites, la agente Maigrit, la cual no fue demasiado agradable.

La luna era deprimente, era un desierto barrido por el aire con complejos del Mechanicus. Según avanzábamos a las instalaciones locales del Arbites nos encontramos con un grupo de cada una de las facciones en pugna dialéctica, si bien ambas estaban armadas. Initius intentó poner orden en la situación aprovechando su estatus burocrático, sin demasiado éxito. En medio de esta confusión un agente del Arbites informó que el preso se había fugado. Todos los presentes nos dirigimos hacia la celda, antes de entrar debido a las dificultades logísticas de la situación, Initius consiguió organizar a los presentes de tal modo que a la celda accedimos los miembros de la célula, el Confesor Bernardus (líder de la Eclesiarquia local) y Austos Sann tecnosacerdote de mayor rango presente y también la agente Maigrit.

La celda presentaba un orificio que se adentra en el planeta y cuyo tamaño permite el paso de un hombre sin problemas, aparte de eso no encontramos más indicios útiles en la zona. En este momento Initius decidió enviar a Titus, Cerberus y a Valerius junto con un representante de cada una de las facciones a investigar el orificio.

Mientras Initius y yo nos encargamos de interrogar a los agentes del Arbites sin encontrar nada de relevancia. De vuelta a la celda para llevar a cabo una inspección más en profundidad encontramos en la letrina restos de lo que parecía sangre, los cuales analizamos mediante equipo forense del Adeptus Arbites descubrimos restos de sangre de tres individuos. Uno de ellos era de Yorgos (según la bases de datos) los otros dos eran desconocidos si bien uno de ellos estaba mezclado con lubricante por lo que seguramente perteneciera algún tipo de servidor. Así todo parecía indicar que Yorgos había sido secuestrado seguramente por un grupo con acceso a servidores mineros.

Decidimos avanzar por el túnel hasta reunirnos con el resto del grupo una vez juntos, avanzamos por un escarpado cañón siguiendo los restos de los servidores cuando fuimos emboscados, por uno de ellos que consiguió herir a Titus pese a mis esfuerzos por impedirlo. Las armas de nuestros compañeros consiguieron impactar sin mayores consecuencias para el servidor el cual fue destruido finalmente por un disparo afortunado de mi escopeta. El estudio de los destrozados restos del servidor evidenció la presencia de implantes orgánicos colocados sobre los mecánicos, algo extraño y prohibido por el Culto a la Máquina, según nos informó Cerberus.

Seguimos avanzando hasta que nos encontramos con un pequeño poblado de formas de vida primitivas que nos indicaron donde encontrar el lugar del que provenían los servidores (o eso extrapolamos de su jerga). Siguiendo la ruta que nos indicaron fuimos emboscados por fauna local, lamentando la baja de uno de los agentes externos a la célula. Pasa un tiempo caminando nos encontramos un complejo que seguramente no fuera visible desde el cielo fuertemente defendido. Destruimos las defensas y nos aventuramos en su interior el cual estaba finamente decorado y presentaba los mecanismos necesarios para la construcción de los servidores.

Conseguimos abrirnos paso por el interior del complejo gracias a las habilidades de Cerberus hasta llegar a un pequeño hangar con una lanzadera donde fuimos emboscados por varios servidores mineros y un servidor construido a partir de un ogro que tenía un poder de fuego envidiable. Tras una dura batalla de la que salimos bastante mal parados (Cerberus perdió un brazo y Valerius una pierna), Initius dejó a Cerberus y Titus preparando la lanzadera y cuidando de Valerius, mientras yo y él seguíamos con la exploración. Avanzando por las partes más profundas del complejo encontramos un "taller" de servidores donde Yorgos estaba siendo modificado, lamentablemente no conseguimos nada de información del sospechoso.

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23/04/2014, 22:38
HOROLOGIO.
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001.811M41.

HORA LOCAL: DEBE SER DE NOCHE.

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23/04/2014, 22:38
Inquisición.
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SITUACION:

- Con su brazo natural izquierdo arrancado, Cerberus recurre a la fuerza que le da el Omnisiah a través del Manto para permanecer activo pese al intensísimo dolor. Lleva a cabo lo mejor que puede los preparativos para el despegue de la pequeña lanzadera de transporte orbital hallada en el complejo tecnoherético.

- Valerius ha perdido una pierna y se debate, inconsciente, entre la vida y la muerte.

- Titus observa como los Arbitradores Rais y Varnias se alejan, dispuestos a cumplir la misión pese a las bajas sufridas. El líder del grupo, Intius Varnias, le ha ordenado permanecer en esta sala (en la que se ha producido la mayor matanza de servidores modificados) para proteger a la unidad Cerberus mientras prosigue con los complejos protocolos y oraciones para el lanzamiento. Sin embargo, no se siente tranquilo. No está seguro de que ellos dos puedan enfrentarse sólo a los peligros que puedan seguir acechando en el complejo.

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23/04/2014, 22:52
Cerberus-v3.0.
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Algo había que no encajaba con los datos almacenados en Cerberus ese era Valerius, sí allí estaba en la nave agonizando, pero con unas heridas que le tenían que haber provocado la muerte, ¡Valerius estaba vivo! ¿milagro? ¿qué es un milagro para mí? una fe en un ente superior que transmite poder al ser, no no podía ser no había sido diseñado para ello, sino para servir al gran Omnissiah el culto al Dios Máquina.

Únicamente sólo yo conozco los rituales de innumerables aplicaciones, liturgias de la ignición y cánticos de visioingeniería. Puedo conversar con los espíritus de antiguas máquinas y tecnologías, desde el corazón guerrero de un tanque de combate hasta la secreta sabiduría de un cogitador.

Sí debía de ser humilde me descalcé delante de la sala principal de navegación de la nave luego hablé en el lenguaje secreto ordenando a la nave su activación, a los motores que se encendiesen...

Había dolor en aquel brazo un dolor que podía llevar a la desactivación más seguía manteniendome activo ¿milagro? No, era aquellos interludios de códigos indescifrables que se media en probabilidades, sí eso era, el daño recibido provocó mi desactivación más mi reinicio me hizo otra vez estar en funcionamiento ¿hasta cuándo? Sólo podía mantenerme sí mantenerme hasta completar el complejo ritual de funcionamiento del aerodeslizador ¿fe? No la fe no existe sólo los complejos rituales para entablar contacto con la parte mística de las máquinas, y si así era ¿porqué seguía activo? era el programa debía de tener injertado un programa de reinicio para poder seguir con mi tarea tras el daño recibido, ¿puedo soportar el dolor hasta cuándo? no sabría decirlo los tejidos eran los que provocaban esa sensación de quemazón ¿me desactivaría por el dolor? ¿a quién debía pedir? a nadie sólo intentar que el dolor no se intensificase desconectarme del dolor  pensar...pensar en el trabajo trabajar y olvidarme del dolor...

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24/04/2014, 06:03
Titus Nihilius.
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Un mal recuerdo, un mal plan o quizás simplemente mala suerte. Algo, lo que sea, provocó que todo lo que llevamos de misión efectuada haya terminado mal. No lo habría pensado así en el momento en que nos dieron la información de que debíamos abordar la nave llamada "Garra Veloz" y que nos llevaría a Donaris, la luna de un planeta llamado Granithor. Según lo que me enteré, ese mundo era utilizado como cementerio por la Eclesiarquía pero su luna era propiedad del Adeptus Mechanicus.

Nos despidió nuestro maestro, el poderoso Inquisidor Globus Varaak, para hablarnos de los detalles de la misión. Resultó que hay un tipo en aquel lugar, un contrabandista detenido por meter materiales en la luna. Eso no importa nada a la Sagrada Inquisición, pero existe una posible relación entre ese hombre y un culto de herejes llamado los Logitivistas. Según recuerdo de los expedientes leídos, ellos fueron quienes mataron al anterior Tecnosacerdote del grupo y marcó a Arlesha con implantes heréticos en una misión fallida que jamás olvidarán sus participantes.

Cuando llegamos después de diez días, noté de inmediato el agradable y familiar olor de las instalaciones del Mechanicus. El planeta no era nada especial, pero las construcciones y los metales es algo que se extraña de vez en cuando.

Allá nos recibió una Arbitradora nada simpática que nos llevó a ver la lucha de poder entre ambos cultos. Por tendencia personal tiendo a sentirme más cercano al Mechanicus, pero mantuve mi imparcialidad pues mi fachada es la de acompañar a Intius, un supuesto Juez designado para interrogar al detenido. Intenté mantenerme al margen pues no soy un hombre de muchas palabras y la verdad es que parecía que ambos grupos deseaban pasar a las armas. No quería darles un motivo para ello.

Una noticia nos detuvo por urgencia: El detenido había escapado de su celda sin que nadie lo notase. Nos dirigimos de inmediato a su celda y logramos ver que había un enorme túnel por el cual aquel hombre había huido. Nuestras órdenes fueron las de seguir el camino del túnel, que cumplimos sin dilación alguna sin Intius ni Arlesha, que se quedaron a interrogar a las comisiones. Nos asignaron un agente de cada una de ellas para acompañarnos, pero nada saco de hablar de tipo débiles y cobardes que murieron sin pena ni gloria.

Al rato llegaron los Arbitradores, que se unieron a nosotros justo antes de que los ataques empezasen. Servidores modificados para el combate nos atacaron sin piedad, uno de ellos con una sierra casi acabando con mi vida debido a una emboscada. Me lamenté y avergoncé por haber sido alcanzado por tamaña aberración inferior, pero nada puedo hacer ahora por remediarlo.

Luego nos encontramos con una tribu de miserables que querían matarnos por llevar lo que confundieron con un Servidor. De seguro que aquellas bio-maquinas habían matado a más de uno de los locales, pero nuestro técnosacerdote es distinto a mis ojos. Puede que solo sea por mi cercanía al Mechanicus. El punto es que no hubo lucha sino que utilizamos la información que Varnias consiguió diplomáticamente.

Luchamos contra bestias locales hasta que llegamos al complejo que buscábamos. Ahí luchamos con unos servidores que acabaron con el brazo de Cerberus-v3.0. y con una pierna del Novicio Valerius. Con ellos fuera de combate y yo muy herido, Intius nos ordena preparar la lanzadera mientras decide internarse con Arlesha solos en las profundidades del complejo.

Ahora mirando todo eso hacia atrás, entiendo que ha sido difícil pero sobre todo que nosotros no hemos estado a la altura. Sé que es mi segunda misión recién, pero no aguanto la idea de sentirme relegado. No me gusta tampoco dejar a ambos Arbitradores solos pues son pocos y no especialmente veteranos. Arlesha tiene lo suyo pero Intius es tan novato como yo. El lugar es peligroso y sé que puede necesitarme. Sé que me necesitarán.

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24/04/2014, 06:53
Titus Nihilius.
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Miro a Cerberus mientras intento aguantar el dolor que aún siento del ataque de aquel maldito descerebrado. El Tecnosacerdote está ocupado preparando nuestra huida pero hay algo que debo preguntarle, pues para mí es sumamente relevante en este momento:

 - "¿Cerberus, tienes conocimientos en el arte del Medicae? Quiero sanar un poco de mis heridas antes de desobedecer a Varnias."

Reviso mis armas pues quiero tener todas mis municiones listas, cargadas y dispuestas para ser utilizadas en el momento en que sea necesario. Sé que el Arbitrador estará en desacuerdo, pero prefiero que esté enojado y vivo a que me elogie de forma póstuma.

Notas de juego

Si le falta alguna bala a mis armas se la recargo.

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24/04/2014, 09:10
Cerberus-v3.0.
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- El contacto con el espíritu máquina del aerodeslizador había sido correcto.

- Mi disposición humilde los rituales y presentación en el lenguaje secreto había sido exitoso.

Ahora debía de seguir manteniendo el vínculo o contacto para una vez introducido empezar a asumir el control de las diferentes piezas de la máquina para su correcto funcionamiento ésto me hacia estar en una especie de trance que me mantenía ajeno a todo lo demás.

El movimiento de mi cuerpo se caracterizaba ahora por movimientos lentos y esforzados debido al dolor continuo que sólo podía ser aislado mediante la absoluta concentración en el trabajo.

-  Experiencia de Cerberus con el aerodeslizador del Hangar 7834  -

Empecé a hablarle a los espíritus de la nave contándoles mi dolor mi frustración ellos empezaron a reírse a burlarse de mi pérdida se mostraron malévolos y crueles entonces empecé a proyectarles un retazo de escena en la cual algunos de los disparos que hicieron mis compañeros dieron en el ala de la nave. "No había estado allí cuando sucedió estaba reiniciandome pero la observación que después hice de la nave mi hizo hallar este suceso que lo utilicé para mi beneficio."

Se silenciaron los espíritus para luego empezar a gemir y gritar empecé a calmarlos le dije que no era grave que se podía pilotar pero de todas formas arreglaría la avería ellos empezaron a colmarme de elogios a comprender mi pesar y abrieron su mecanismo para que pudiera manipular la nave...

Notas de juego

Lo siento pero Cerberus está en un estado de trance que le mantiene aislado de lo que le rodea.

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24/04/2014, 20:17
Titus Nihilius.
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Al terminar de recargar mis armas, miro a Cerberus pero noto que está en un trance para comunicarse con Omnissiah. Niego con la cabeza pues sé que nada puedo obtener ahora del técnosacerdote.

 - "Da igual."

Empuño mi rifle de caza mientras me adentro silenciosamente detrás de los Arbitradores.

Notas de juego

Voy detrás de los Arbitradores, pero deseo ir escondido y en silencio, que ni ellos sepan de mi presencia para así no ser emboscado junto a ellos en caso de producirse eso.

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24/04/2014, 23:10
Inquisición.
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- Titus termina de recargar bala a bala su rifle de caza con mecanismo de cerrojo. Después, silencioso como una sombra, sigue el camino por donde han ido los dos Arbitradores, dejando a Cerberus completamente absorto en su cometido de apaciguar a los espíritus-máquina de la pequeña lanzadera de transporte orbital.

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24/04/2014, 23:18
Insignia Inquisitorial.
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- Tras dejar atrás el pozo de aterrizaje os adentrás en un corredor en el que podéis ver amplia evidencia de actividad reciente.

El sonriente cráneo y engranaje en la puerta se retira lentamente a un receso en la piedra, revelando detrás un largo corredor oscuro.

Verdes cascadas de luz se desparraman desde las alcobas espaciadas a intervalos regulares a lo largo de su superficie - la única iluminación presente - revelando tubos ribeteados más gruesos que el brazo de un hombre que ordenadamente serpentean a lo largho de la conjunción entre las paredes y el suelo. Algunos parecen cubiertos de escarcha, otros enjoyados con condensación y aún otros no muestran adorno alguno.

Justo podéis ver los bordes de tanques entorno a la esquina de las dos primeras alcobas, el brillo verde evidentemente emanando de su interior.

Al final del túnel parece haber una sólida compuerta.

Notas de juego

DESTINATARIOS:

- Arlesha Rais, Intius Varnias, Titus Nihilius.

- Nota importante: Titus tenía orden de permanecer atrás protegiendo a Cerberus. Ha desobedecido, siguiendo a los Arbitradores, pero ninguno de los dos es consciente de ello pues es muy sigiloso y les sigue en completo silencio a cierta distancia.

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27/04/2014, 22:49
Inquisición.
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¿Qué hacéis ahora?

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29/04/2014, 01:18
Titus Nihilius.
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Mi rifle pesa en mis manos de forma agradable a medida que recorro la distancia que me separa de los Arbitradores. Ambos se han ido a terminar de registrar las instalaciones heréticas que parecen ser propiedad de los Logitivistas y donde han de hacer sus actos impíos.

Las ganas me sobran de meterle un tiro en la cabeza a cualquiera a cargo de este lugar, pero todos los disparos han atravesado metal o cerebros que solo chorrean de líquidos artificiales. He matado solo máquinas y servidores, nadie que realmente necesite una buena lección.

Veo a los Arbitradores y me mantengo a distancia para no ser detectado antes de que llegue el momento, pues no deseo tener que discutir para apoyarlos en lo que sea que les depare este lugar.

Notas de juego

Espero a que Arlesha e Intius sigan avanzando para seguirlos a cierta distancia.

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29/04/2014, 16:27
Intius Varnias.
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Intius miró a su alrededor con gesto pensativo antes de sonreír con cierta diversión interior y activar el comunicador

- Cerberus.... avisa en cuanto podamos salir de aquí. Seguro que vamos a ir justos de tiempo.

Tras esas palabras, y musitando una oración para el Sagrado Emperador, el antiguo arbitrador avanzó observando los tubos y las cubas, tratando de comprobar lo que hay en las mismas, antes de llegar a la gran compuerta del fondo y tratar de escuchar o ver algo

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30/04/2014, 09:10
Insignia Inquisitorial.
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INTIUS:

- Tirada de Competencia Tecnológica +0.

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30/04/2014, 09:11
Inquisición.
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CERBERUS:

- Te llega comunicación del Arbitrador Varnias diciendo que avises en cuanto la lanzadera esté lista, pero aún te faltan unos cuantos minutos y estás seguro de que él lo sabe perfectamente.