Partida Rol por web

Dark Heresy: Capítulo Segundo.

Planeta Acreage: Olrankan.

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14/01/2013, 18:21
Tercio Veridio.

La idea del bar no había calado y en lugar de eso nos habíamos adentrado un poco más en Olrankan... total, tarde o temprano tendríamos que haberlo hecho, la difencia estaba en si se conseguía algo de información por el camino o no. Aquello me hizo pensar que quizás a nadie le interesaba demasiado lo que yo decía o hacía, cosa por la que no les culparía lo más mínimo, a veces ni yo mismo me presto atención. De modo que decidí estarme un rato calladito y observar, que de vez en cuando tampoco venía mal.

Tanteé el abrigo en busca de mi cajetilla de lho y saqué una de las varillas, mejor esperar con lho que esperar a secas. No habría sido cortés no ofrecer a los demás, así que eso fue lo que hice.

- ¿Alguien quiere? - pregunté mientras enseñaba la cajetilla a mis compañeros.- ¡Venga! No os cortéis, invita la casa.

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14/01/2013, 19:41
Intius Varnias.

Intius observó a Xerxes. Al principio le pareció divertido, pero después se dio cuenta que la actitud de su compañero llamaba demasiado la atención.

¿No podrá dejar de hacer eso? Es tan solo una maldita bota sucia.

Cuando llegaron al barrio de casuchas se hizo evidente que no podían seguir así pues las miradas comenzaban a centrarse en ellos.

-¿Quieres parar ya con la bota? Por mucho que cojees no se limpiará. Está todo el mundo mirándonos. O limpias la maldita bota de una vez o sigues caminando normal
.

Miró a su alrededor en busca de algo adecuado para sus intereses, hasta que Tercio decidió ofrecerles un cigarrillo. El tabaco no era uno de sus vicios, le sobraba con la petaca.

-No gracias. Siguió mirando casa tras casa sin aparentemente encontrar algo adecuado. ¿Veis algo que pueda servirnos?

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14/01/2013, 21:28
Arlan Hex.

Había caminado en silencio. No tenía nada que decir y nadie le había preguntado nada. Miraba sin curiosidad las zonas que atravesaban, los rostros, escuchaba elsonido de la artillería, todo ello con una expresión desapasionada. Escuchó el siseo de Intius y se volvió. Xerxes cojeaba, en efecto, pero nada le indicaba que lo hiciera por su bota sucia, aunque tampoco se había herido o caído. Suspiró por lo bajo. Si aquello era un problema, había que arreglarlo. Hurgó entre sus cosas y extrajo un trapo.

-Detente un instante y levanta el pie. Apóyalo en ese poyo de piedra. Limpiaré esa bota -dijo. Mientras esperaba a que el Munitorum hiciera algo en algún sentido, su miraba resbaló por los alrededores, buscando indicios de que alguna de aquellas casas estuviera libre.

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14/01/2013, 21:36
Arlan Hex.
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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14/01/2013, 22:04
Inquisición.

XERXES VON BRAUN:

- Tirada de Perspicacia +10.

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14/01/2013, 22:06
Anciano ciego.

Arlan Hex está mirando a su alrededor, sin ver mucho de interés, cuando de repente se le acerca un anciano ciego señalándolo y gritando a todo pulmón:

- "¡Brujo!" -

Eso llama inmediatamente la atención de una pequeña turba con cara de pocos amigos.

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14/01/2013, 22:09
Sargento Vladymir Ostrogov.

Aunque el vostroyano había permanecido ojo avizor, aún no habían tenido suerte en su búsqueda de un lugar que usar de base de operaciones. Y para colmo de males, aquel imbécil del Munitorum les estaba haciendo demasiado llamativos. Llegaría un punto en el que la estupidez y mojigatería de aquel payaso pesaría más que las armas y el aspecto del resto, y los matones atacarían. 

"Y entonces llamaremos la atención de verdad, ya verás..."

Y aún había más sorpresas. Un anciano, con aspecto de estar ciego, se había acercado al psíquico y le había acusado de ser un brujo. 

"Emperador, ¿por qué nos pruebas así?"

-Venga anciano, estoy seguro de que no puede ver ni por dónde va, ¿cómo va a poder reconocer a un brujo?

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14/01/2013, 22:17
Inquisición.

VLADYMIR:

- Tirada de Carisma +0.

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14/01/2013, 22:21
Sargento Vladymir Ostrogov.
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

...

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14/01/2013, 22:46
Xerxes von Braun.
- Tiradas (1)
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15/01/2013, 00:09
Insignia Inquisitorial.

- Xerxes se queda distraído sin fijarse en nada de particular, cuando de repente se da cuenta de que se ha formado una turba de linchamiento dispuesta a atacar a Arlan Hex y a Vladymir Ostrogov.

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15/01/2013, 00:14
Mercenarios.

- "¡Eh, vosotros! ¿Cómo os atrevéis a hablarle así a un ciego?" -

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15/01/2013, 00:15
Anciano ciego.

- "¡Herejes, protegen a un brujo!" -

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15/01/2013, 00:15
Acreage: La Escoria del Imperio.

- "¡Vamos chicos, acabad con ellos!" -

La gente se agacha a coger piedras del suelo. Son una veintena de gente pobre de todas las edades, hombres mayores, jovenzuelos, mujeres y niños. Parecen alterados, nerviosos y agresivos.

Están a punto de atacar, a menos que abandonéis el barrio de inmediato vais a empezar a recibir una lluvia de piedras.

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15/01/2013, 02:24
Xerxes von Braun.

Su búsqueda de un refugio se vio interrumpida por un Intius que no dudó en reprocharle que cojeara. La razón que aducía era que llamaba la atención. O sea, la gente les miraba porque en una ciudad asediada, repleta de tullidos y heridos de diversa consideración, un solo hombre en un grupo de mercenarios cojeaba. Era eso lo que llamaba la atención, lo atípico, y no un hombre con un saco casi tan grande como él con veinte kilos de carne, tampoco un psíquico con unos ojos cibernéticos que desprendían una llamativa luz roja y mucho menos un soldado cargado con suficientes armas como para abastecer a todo un batallón en lo que resultaba un caso más que obvio de un síndrome del combatiente de trinchera.

Xerxes enarcó una ceja como respuesta a la orden del líder del grupo, que no le ofrecía más opciones que limpiar la bota o andar de forma normal… Ahora, aunque dudaba que ese mohín resultara lo suficientemente elocuente para el Arbitrador, siguió sin abrir la boca y buscando un lugar en el que descansar.

Al final no encontró nada más que a un Arlan ofreciéndose a ayudarle, al que no tuvo tiempo de responder antes de darse cuenta de que había una turba de descerebrados dispuestos a apedrearles si desperdiciaban la oportunidad de escapar. Obviamente el Cuestor, a pesar de la cojera, estaba más que dispuesto a echar a correr, pues la otra opción en nada beneficiaba a la misión. La cuestión era si sus compañeros eran de la misma opinión y, de serlo, hacía dónde huían. Por eso se tomó un instante para ver sus reacciones antes de echar a correr hacia delante.

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15/01/2013, 03:45
Titus Nihilius.

Por fin veo como el embarcadero queda atrás nuestro y comenzamos a adentrarnos en una zona mucho menos movida. Lamentablemente mis sentidos me dicen que la zona es más pobre pero también más peligrosa pues tipos de mal aspecto nos miran desafiantes, a pesar de que luego se arrepienten ante la visión de nuestro armamento. Miro todo desde detrás de mis gafas de espejo, indiferente y frío como siempre.

Mientras caminamos, mis compañeros conversan acerca de cosas sin importancia, incluyendo las manías de Von Braun, quien siempre tiene una nota que tocar en nuestra orquesta, aunque sea involuntariamente. Rechazo amablemente el ofrecimiento de Tercio a disfrutar de uno de los pequeños placeres de la vida pues, aunque me encantan, no consumo nada que no sea absolutamente necesario mientras trabajo. Es cosa de profesionalismo.

Finalmente, algo ocurre y es algo completamente inesperado. Un anciano se acerca a nosotros y comienza a gritarle a nuestro Psíquico, acusándole de ser un Brujo. Se me pasan por la mente pensamientos de lo que comúnmente haría en un caso similar a este, que no es más que matar al viejo sin ningún miramiento, pero entonces entiendo que no soy el mismo de hace un tiempo atrás y que probablemente esa clase de actuación tampoco sería la más apropiada. Por otro lado, ya no me mando solo, como era cuando asesinaba, donde te daban un nombre y tú decidías como hacerlo. Ahora no soy dueño de mis actos y probablemente matar a una escoria como esta vaya en contra de lo que nuestro líder considera apropiado.

Entonces los tipos comienzan a alterarse. Escucho gritos de arenga en contra nuestra y entiendo que la situación está pronta a alterarse. Saco de inmediato la pistola de proyectiles sólidos que le quité al cadáver del bandido y le apunto en la cabeza al tipo más cercano de los que hablaba. No digo nada, mis intenciones se deducen a través del reflejo oscuro de mis gafas, que sin emoción alguna indican que a la menor orden de Intius comenzaré a repartir muerte sin ningún pesar.

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15/01/2013, 10:33
Inquisición.

VLADYMIR:

- Una vez más notas el estorbo excesivo del armamento que llevas encima. Por lo menos te sobra un arma larga. Tal vez si pudieras convencer a uno de tus compañeros de que te llevase uno de los rifles, te sentirías menos obstaculizado por el estorbo en caso de entablar un combate.

- En la situación actual, te das cuenta de que os van a atacar con piedras, pero que en el fondo no parecen dispuestos a entablar combate cuerpo a cuerpo y que es poco probable que os persigan con mucho entusiasmo si salís corriendo lo bastante rápido (esta turba en el fondo es cobarde).

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15/01/2013, 15:24
Intius Varnias.

Lo del cuestor le parecía algo ridículo, pero Intius no estaba preparado para lo que vino a continuación. Itsua se ofreció a limpiarle la bota mientras el arbitrador miraba la escena con incredulidad e intercambiaba la mirada con sus otros compañeros con la esperanza de no ser el único que viera raro todo aquello.

¿Nos hemos traído a una madre y a su hijo? ¿No se puede limpiar la puñetera bota él solo?

Estaba a punto de decir algo cuando fueron interrumpidos por los gritos de un anciano ciego que acusaba a Itsua de ser un brujo. En aquellos instantes se le ocurrían muchos apelativos, pero el de brujo no entraba en esa lista. De todas formas aquello podía resultar problemático. Y la intervención de Vladymir no pareció suavizar las cosas. La gente parecía realmente dispuesta a sacarlos de allí. Estuvo tentado a sacar su garrote y repartir unos cuantos golpes. Sabía de sobra que estas pequeñas chusmas se disolvían rápidamente cuando llegaban las primeras contusiones, pero ya no era un arbitrador y ahora debían pasar desapercibidos. Tanto sigilo estaba empezando a fastidiarle.
Se puso delante del grupo interponiendo su cuerpo entre la multitud y sus hombres y extendió los brazos como formando una barrera.

-¡Este hombre no es ningún brujo, pero si nuestra presencia os resulta molesta daremos media vuelta y volveremos por donde hemos venido, no queremos causar ningún problema! Se giró hacia sus compañeros. Venga retroceded.

Se quedó anclado en el lugar esperando que eso calmara a la gente y cuando sus compañeros dieron media vuelta comenzó a retroceder sin dar la espalda a la gente, al menos hasta que se sintiera lo suficientemente lejos para cercionarse que algún gracioso no le tiraría una piedra a traición.

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15/01/2013, 16:00
Tercio Veridio.

Ya tenía yo preparada una satírica e incisiva intervención para apaciguar los ánimos de la turba, por supuesto acompañada de una dósis de rifle, para intimidar mayormente. Pero Intius tiró por tierra todo lo que había pensado, después de lo que dijo e hizo no había lugar para mi plan.

"¡Maldita sea! No me han hecho ni caso ¡Un mercenario nunca hablaría así!" - pensé automáticamente.

Y era cierto, un mercenario habría sacado su arma para amenazar a la turba (y seguramente el resto de sus compañeros le habrían apoyado), le habría llamado gilipoyas, les habría apuntado a la cara y les habría hecho mearse en los pantalones diciéndoles que cinco mercenarios armados hasta los dientes acabarían con veinte desarrapados sin pestañear... Y eso, amigos, es precisamente lo que yo pensaba hacer. Reprimí el acto reflejo de llevarme las manos a la cabeza y le susurré algo rápido a nuestro querido líder.

- ¿Qué haces, Intius? ¿Estás loco? - le dije.- Que esta gente sólo entiende el lenguaje de las balas... estoy es la ley del más fuerte, o les amenazamos o no nos tomarán en serio...

Esperaba que Intius recapacitase, así que antes de retroceder me llevé la mano al rifle y me aseguré de que todos lo vieran, mientras les miraba con toda la confianza del mundo, sin miedo alguno.

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15/01/2013, 17:17
Arlan Hex.

Itsua se enderezó, olvidada la bota de Xerxes, cuando oyó la palabra brujo. Su rostro experimentó un sutil cambio, como si envejeciera, como si sus prematuras arrugas se hubieran profundizado, arrojando nuevas sombras sobre su cara. La vieja palabra, las viejas experiencias, el olor del humo y de la madera ardiendo llegaron en una rápida cascada. Ignorancia, miedo, ceguera más allá de la del viejo.

Guardó silencio. Y no hizo lo que cada átomo de su ser le pedía hacer, casi se lo exigía. Demostrar a aquella turba alienada, conducida por la voz de un ciego, lo que era un brujo realmente. Por un fugaz instante, todo el dolor experimentado en su pasado, quiso canalizarse convirtiendo a aquella masa aborregada en lo que casi imploraban ser. Un cúmulo de carne baboso y balbuceante retorciéndose de dolor. Pero era un psíquico. Y estaba inmerso en una misión. Las uñas se clavaron en las palmas y la sangre manó suave y caliente.

Oyó a Intius. No era la mejor solución. Pero era una solución. Oyó a Tercio y su propuesta. No era la mejor propuesta en aquel contexto, pero al menos la ofertaba con lógica. Valoró los riesgos y no merecían la pena. Suspiró, amargado y pálido, y comenzó a andar siguiendo las órdenes de Intius.