Partida Rol por web

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HORA LOCAL: 06:01.

Sí, aquel reencuentro no había sido precisamente conmovedor. No podía serlo, realmente, pero si estaban condenados a trabajar juntos como parecía, más valía mantener las hostilidades al mínimo. Además, lo último que deseaba era ver estallar de nuevo al condenado psíquico, bastante había costado reducirle la última vez. Por si acaso, habría que tener un ojo puesto encima, por si volvía a verse embargado por lo que sea que acudiera a él en aquella ocasión. 

Sin embargo, Xerxes tenía razón. El Inquisidor Vaarak les espera, y nunca es sensato poner a prueba la paciencia de los Ordos. Acude con el resto, tomando el primer asiento al que logra echar mano. Cuando el servocráneo llega a él, elige un vaso de kvas con el que pasar toda la situación. Al fin y al cabo, un fantasma se les acababa de aparecer. Y que los muertos volvieran a la vida no era precisamente algo tranquilizador. 

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HORA LOCAL: 06:01.

Que el Inquisidor les ofreciera bebidas era un detalle. Solo eso. Un gesto que podía tener muchas finalidades e interpretaciones, o ninguna en absoluto. Solo el Inquisidor lo sabía y juzgar sus intenciones no entraba entre las atribuciones del cuestor. No obstante no perdió la oportunidad de tomar buena nota de lo que cogía cada uno y, cuando la bandeja finalmente flotó frente a él, declinó con un leve gesto, claro y económico en su sencillez. Después de todo ya había bebido. Lo había hecho antes de partir. No necesitaba hidratarse o aliviar condición psicológica o fisiológica alguna, al contrario que otros.

Poco después, renqueando con el característico toc toc del bastón acompañándolo, se acomodó en uno de los asientos que quedaban libres sin perder de vista al resto, pero muy especialmente a aquel que suponía un peligro real para el resto.

Enarcó una ceja hacia el desconocido ante su respuesta, ¿le dice que los intentó matar pero no dá el nombre? Sonrió hacia Vladymir, por lo menos él daba más información que un “intenté matarlos mujajaja”, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el servidor apremió para que lo siguieran a la reunión. Renata se encogió de hombros y siguió al grupo, pero sin dejar de observar al nuevo, aunque sin saber en ese momento si por desconfianza o por curiosidad o por una mezcla de ambas.

Al entrar en la habitación donde les esperaba el Inquisidor, cogió una de las bebidas no alcohólicas que servía el servo-cráneo (dudando durante unos instantes de coger una de las alcohólicas que era una delicia… pero no era precisamente el momento) y se sentó en una de las sillas que quedaban libres, posando en silencio la copa con la bebida en la mesa. Aprovechó el silencio antes de que empezara la reunión para observar curiosa la estancia y los presentes, sobretodo el Inquisidor y el desconocido.

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HORA LOCAL: 06:03.

- "Bien. En primer lugar, demos la bienvenida por su regreso a mi séquito inquisitorial al Acólito Arlan Hex.

Como la mayoría de ustedes saben bien, sufrió un grave "incidente" hace unos años, en el transcurso de una misión.

Desde entonces, ha pasado una larga ordalía, en las Naves Negras y en la fortaleza secreta del Ordo Malleus en el Sistema Solar.

Ahora es un Exorcizado, y su cuerpo resulta una casa muy desagradable para las entidades que habitan en la Disformidad.

Confío en que su aguda inteligencia e ingenio, y la inusual perspectiva de las cosas que sus experiencias le han proporcionado resulten de particular utilidad para esta célula inquisitorial, por lo que me encargué de reclamar su vuelta al servicio activo con la mayor celeridad que fuera posible.

Y ahora está aquí, con nosotros y listo para servir al Emperador." -

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“Nota mental:

- Arlan Hex: bebida no alcohólica. Caliente. Probablemente una infusión. No ha dudado en exceso.
- Valerius: bebida no alcohólica. Fría. Parece familiarizado con ella. No ha dudado.
- Titus Nihilus: bebida no alcohólica. No muestra predilección por ninguna. Parece escoger algo tan solo por cortesía, aunque en el proceso esquiva toda bebida espirituosa.
- Vladymir Ostrogov: bebida no alcohólica. Blanca. ¿Leche? No. Parece de consistencia más espesa que la leche. Probablemente un derivado fermentado.
- Intius Varnias: bebida alcohólica. Está de servicio.
- Renata Canaglia Garibaldi: bebida no alcohólica. Parece mostrar la misma indiferencia que Titus Nihilus a la hora de escoger.
- Kurt Brokenbone y Tercio Veridio: aún por determinar, aunque en ambos casos sorprende su silencio, no así su falta de iniciativa.

Debo determinar si es pertinente incluir una mención sobre su comportamiento en un futuro informe.”

Entonces el Inquisidor intervino compartiendo el destino y la justificación de la incorporación del acólito cuya ineptitud le había costado un pie y casi le había matado. Sin duda tenía sus razones, razones que, si bien podían considerarse perfectamente lógicas una vez tenidas en cuenta las variables suficientes, implicaba un riesgo que podía no llegar a compensar las ventajas.

Al final era una apuesta en la que el Inquisidor esperaba ganar, una apuesta que Xerxes no creía que, en su situación y con los conocimientos de los que disponía, hubiera llegado a tomar. Pero él no era el Inquisidor Globus Varaak. Él no sabía lo que él sabía, pero sí sabía que la decisión había sido razonada. Eso era, en principio, suficiente.

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HORA LOCAL: 06:03.

Así que eso era... Un antiguo acólito reformado durante su estancia en las Naves Negras de la Inquisición.

Valerius observó que el resto de los presentes tardaban un poco en reaccionar, así que decidió ser el primero en cumplir con la petición informal del Inquisidor.

- Bienvenido, Acólito Hex. - Saludó con un leve asentimiento y levantando un poco la copa son su bebida.

Lo de que fuera un Exorcizado, aparte de un punto a su favor para incluirlo en el grupo, indicaba que había tenido algún problema con entidades de la Disformidad en el pasado. Entidades intentando habitar su cuerpo... Eso más sus habilidades lo convertían en una herramienta útil, y una bomba de relojería en potencia.

Una combinación intensa. Valerius dio un pequeño sorbo de la bebida, y esperó a que el Inquisidor continuara. Sin duda no les había convocado para presentarles a un nuevo miembro de su Séquito.

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HORA LOCAL: 06:03.

Una ordalía. Un juicio de Dios. Fuego, hierro y agua para enderezar lo que creían torcido. Cinco años de agonía y un cuerpo cuya piel constituía una panoplia de oraciones para asegurar el éxito del exorcismo y un mensaje claramente evidente para los demás.

No le pasaban inadvertidas las miradas de los demás, aunque sus ojos cibernéticos, incapaces de mostrar variaciones en función de sus emociones o sentimientos, le ayudaban a no mostrar reacción alguna ante su suspicacia, temor o rechazo. Nada nuevo cuando uno era psíquico. Nada con lo que no pudiera vivir. 

Concluida la explicación de su presencia, paseó su mirada por todos los rostros. 

-Por supuesto, Inquisidor Varaak -la absoluta atonalidad de su aseveración impedía calibrar el peso de la misma-. Gracias por tu bienvenida. 

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HORA LOCAL: 06:03.

Las palabras del Inquisidor nos dejan claro lo que ha pasado con Arlan Hex, claro que no ha entrado en detalles, permitiendo que nuestra imaginación sea capaz de llenar aquellos agujeros. En mi caso, no son precisamente detalles agradables los que complementan aquella historia y eso vuelve en mi mente a Itsua como alguien de más respeto.

No me ha sido indiferente que el resto le mira con suspicacia y miedo, lo que debe ser incómodo para quienes están acostumbrados a confiar en las personas a su alrededor y apoyarse mas para mí, acostumbrado a desconfiar de todo el mundo y con una bala en mis armas siempre preparadas para incrustarse en el cráneo de mis potencialmente traidores compañeros, no me hace mucho ruido:

"Que me traicione porque lo desee a que lo haga porque un demonio se mete en él otra vez, es para mí la misma mierda y se soluciona con el mismo tipo de munición."

Así que mientras no lo intente, es un aliado y merece tanto respeto como cualquiera de los que no han intentado matarme previamente. Quizás y considerándolo, el factor involuntario de su traición previa le brinda una segunda oportunidad que una traición voluntaria no daría. De todas formas, si para el Inquisidor está bien, para mí también pues ya sea que él confía en Arlan como que es una prueba para el resto, de cualquier forma debo seguir con el asunto y no brindarle más importancia de la necesaria.

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HORA LOCAL: 06:03.

Exorcizado... Eso no sonaba mal, cabía suponer. Al menos, para ellos. Para el psíquico debía haber sido un infierno, pero eran las posibilidades de la maldición que cargaba en su existencia. En la Guardia siempre se decía que la distancia de seguridad mínima respecto a los psíquicos era de 5 metros, pues a veces se "sobrecargaban". Seguramente una "sobrecarga" habría sido mejor que lo que pasó. 

Pero el pasado era pasado, y si a los Ordos les valía, a él también. 

-Bienvenido de nuevo, Arlan. 

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HORA LOCAL: 06:03.

No había abierto la boca desde que la reunión había comenzado. Vuelta al ruedo, vuelta a jugarse la vida en alguna misión loca que les encargaran. Sortear la muerte y la disformidad de forma improbable, un plan muy apetecible. Al ritmo que iba las canas iban a adornar todavía más su cuerpo.

Saludó con un movimiento de cabeza y una corta sonrisa mientras se cruzaba de brazos. Estaban allí para trabajar así que con limitarse a los formalismos más básicos debería de valer. Quería entrar en faena pronto pues el desconocimiento le incomodaba aunque en su interior más profundo tampoco quería entrar en acción pronto. No tenía ganas de volver a romperse los huesos en algún planeta alejado y fangoso, pero tampoco tenía mucha opción. No tenía el privilegio de elegir lo que quería hacer.

El teórico viaje que había convertido a Arlan en un exorcizado, fuera lo que fuera eso, no se le antojaba nada apetecible. Miró al hombre con un poco de compasión, aunque no duró mucho porque no quería incomodarle.

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HORA LOCAL: 06:05.

- “Caballeros, dama, gracias por venir. Vuestros esfuerzos en Iocanthos arrojaron más luz hacia un elusivo rompecabezas que he estado tratando de resolver. He leído vuestros informes con mucho interés en los últimos años.” –

Vaarak hace un gesto hacia el frente con su brazo izquierdo metálico pesadamente aumentado y toca un panel de control. Se ilumina una proyección holográfica que muestra la figura vacía del Magus, la carta del Tarot del Emperador que los Acólitos recuperaron en la Catedral Negra en Iocanthos. Se hace visible, con cierta intermitencia propia de la proyección sobre la mesa y comienza a rotar lentamente.

- “Estoy seguro de que reconocéis vuestro souvenir, al menos aquellos de vosotros que estuvisteis allí. Aristarchus era un buen hombre y un aliado de confianza durante muchos años. Todavía quiero saber lo que le pasó. Pienso que la caída del vidente fue orquestado, aunque no sé con qué propósito. He invertido muchos recursos en este regalito vuestro. Una extensa investigación no ha revelado nada, excepto que tres de mis autosabios casi mueren en la tarea. Entonces, el último mes contactó un viejo amigo mío.

Laurent Strophes, antiguo oficial de la Armada Imperial, retirado con honores, de noble familia conectada con los Maechenko. Le conocí en los tiempos en que yo todavía tenía un esbelto físico. Una de sus sobrinas ha desaparecido. Es algo que pasa, especialmente en Escintilla, donde vive actualmente… aunque no es tan usual en la Colmena Sibellus. En todo caso, él no hubiera contactado conmigo normalmente por un asunto así. Puso a a algunos lugareños habilidosos a investigar discretamente. La única pista fiable que obtuvieron está contactada con un pequeño credo nuevo llamado el Coro del Júbilo.” –

- Les entrega el Pamfleto del Coro del Júbilo.

- “Parece que ellos piensan que el Emperador quiere que todos seamos felices, o algún sinsentido por el estilo. Incluso se aseguran de que cierta gente esté feliz utilizando “medidores de armonía”. Los hombres de Strophes se hicieron con algunos. La mayoría no contenían sorpresa, pero uno tenía esto.” –

Una segunda proyección cobra vida junto a la primera, mostrando una serie de líneas intrincadas entrecruzadas con pequeños nodos. Incluso los Acólitos sin conocimiento sobre los secretos ocultos de la tecnología pueden darse cuenta fácilmente que los patrones mostrados en ambos hologramas son idénticos.

- “¿Qué os parece esto?” –

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HORA LOCAL: 06:05.

El Inquisidor Globus Vaarak comienza a hablar, contando como todo el asunto comienza con una carta el tarot imperial que fue encontrada en Iocanthos. Yo no estuve en esa misión pero he pasado tanto tiempo en ese planeta que conozco la historia, sin considerar que he leído los informes a los que he tenido acceso, por lo que conozco el asunto de aquella extraña carta del psíquico Aristarchus.

"Así que nuestro Inquisidor ha seguido la pista de aquella tecnología. Interesante."

Miro los hologramas mientras escucho la historia de boca de nuestro líder. Al concluir, entiendo que esto claramente no es una coincidencia, como dice Ostrogov, por lo que hablo:

 - "Entiendo que este grupo, esta secta, tiene acceso a la misma tecnología que tenía Aristarchus, por lo que puede que haya algún distribuidor de tecnología ilegal. Ahora, para ser sincero, no estuve en aquella misión y desconozco los detalles más escabrosos, así como una de las cosas que me parece más importante de averiguar: ¿Se conoce cual era su función realmente?"

"Pues la verdad es que conociendo bien su función, es mucho más fácil presuponer el motivo para que una asociación intente acumular aquella tecnología."

La verdad es que la pancarta ya es suficientemente sospechosa como para movilizar una célula inquisitorial pero la presencia de aquella extraña tecnología pues ser algo mucho peor. No he olvidado los informes de la misión en la División Coscarla, que mostró a uno grupo de herejes que manejaba tecnología ilegal y esto podría ser un poco de lo mismo.

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HORA LOCAL: 06:05.

Renata sonrió levemente cuando el Inquisidor presentó al desconocido, se conseguía la información siempre de alguna forma… Aunque hubiera sido más educado presentarse en el pasillo, pensó agudamente, aunque el resto de la explicación termina siendo más importante que el nombre y apellido. ¿Un exorcizado? Se preguntó a si misma, volviendo a repasar a Arlan con la mirada.

Se estaba distrayendo demasiado en tonterías, pensó cuando el Inquisidor volvió a hablar, olvidándose del nuevo y volviendo su atención a Vaarak. Leyó el pamfleto con curiosidad y casi suelta un bufido, pero se retuvo. ¿En serio alguien caía en esa idiotez? Se preguntó, dejando el pamfleto en la mesa para que lo cogiera alguien más.

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HORA LOCAL: 06:05.

- Alguien de este... Coro del Júbilo - dijo poniendo especial cuidado en la pronunciación de esas palabras - tiene acceso al origen de esta tecnología. Igual que Aristarchus. Tenemos una nueva ocasión de dar con el origen y poner fin a esto. Los artefactos xenos no deberían pulular con alegría en nuestras civilizaciones. - Afirmó categórico.

Se llevó una mano al mentón. - Nos interesa saber de dónde han obtenido la tecnología... Pero para ello debemos pasar por averiguar por qué esta secta - No dudó en utilizar este término para referirse al Coro del Júbilo - está intentando reclutar gente... ¿Para qué? Primero hay que ser muy incauto o estar muy desesperado para caer en algo así. Pero una vez dentro les lavarán el cerebro... seguro. Si vamos ahí nos vamos a encontrar con fanáticos. -

Con los datos que acababa de mostrarles el Inquisidor, el interés de Valerius por la misión había subido considerablemente.

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HORA LOCAL: 06:05.

Con su rostro pétreo, inmune en aquel momento a las inclemencias de las emociones que despertaba en él lo que se estaba diciendo, Xerxes permaneció sumido en su acostumbrado mutismo. No tenía nada que decir, al contrario que el resto, que por demostrar lo que creían saber no dudaban en compartir con todos los presentes, las obviedades y temores que la mayoría ya había deducido o imaginado.

Claro está que el Inquisidor había formulado una pregunta, pero esta tenía la apariencia de ser tan solo una cuestión retórica, una forma de expresar un "eureka" o un "observad qué sospechosa casualidad". Al fin y al cabo al Cuestor le extrañaba que el Inquisidor necesitara de las observaciones y opiniones del resto para llegar a una conclusión a la que ya había llegado mucho antes que los acólitos, antes de decidirse a realizar de aquel modo la presentación del caso que deberían empezar a investigar tan pronto la reunión se diera por finalizada.

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HORA LOCAL: 06:06.

- "Lo que sabemos de cierto es que el Coro del Júbilo merece ser investigado.

Alguien de ese culto dispone de una tecnología xenos prácticamente idéntica a la hallada en la una carta del Tarot Imperial que se utilizó para destruir a mi viejo amigo y aliado Aristarchus. Más allá de eso, no conocemos en absoluto la verdadera función de esa circuitería xenos." - El Inquisidor parece reflexionar sobre ello.

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HORA LOCAL: 06:06.

Si bien, por un lado es molesto carecer de toda la información que quisiera, entiendo perfectamente que somos nosotros quienes debemos recabar aquellos datos y eso es, en el fondo, un honor también. Lo importante es descubrir todo aquel asunto de la tecnología que parece ser xenos y, por lo tanto, una amenaza para todos quienes estén en contacto con ella.

"Entonces lo investigaremos, como se debe."

Pero prefiero permanecer en silencio pues esta célula ha funcionado de momento con la elección de un líder, que en mi experiencia ha sido siempre un arbitrador, por lo que supongo que Intius será quien responda en nombre de todos. Si no será ese el caso, no me corresponde a mí tampoco manifestarlo.

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HORA LOCAL: 06:06.

Las cosas no habían cambiado demasiado en un lustro. Bastaba arrojar algo de grano para que las gallinas se pusieran a cacarear alborotadas. De algún modo, la falta de cambios resultaba reconfortante. De otro, tremendamente aburrido.

-Inquisidor Varaak, en el proceso de investigación, ¿qué papel ocupa la liberación de la secuestrada?