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[D&D 3.5] El Destino de Lucarrion

Prólogo. Sir Haldir.

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08/05/2018, 09:17
Narrador

Primavera del año 644 de la Primera Edad del Dualismo.

Aposentos de Sir Haldir en el temmplo de Iakhesis. Primera hora de la tarde.

Un olor familiar llegó al olfato del mago. Olía a descomposición, a excrementos. Xelaver se acercó poco a poco hasta la fuente de ese apestoso olor, y entonces lo vio, entre unos arbustos se encontraba una mole de más de diez pies arrodillado de espaldas a él y con el culo al aire. El veneno del dardo que le había clavado dos días atrás había surtido efecto. Aquel pobre indefenso andaba demasiado "suelto" y ese apestoso olor había sido un gran guía para el mago.

Sir Haldir cerró la tapa de aquel libro donde se leía: “Cronicas de Kodram Thorgrimr” por Anarion. El caballero meneó la cabeza en señal de desaprobación. Lo hizo de una manera automática sin pensarlo, pues ya había tenido bastante con aquel etológico manuscrito en el que se describían con pelos y señales, las más dantescas y sucias escenas que aquel hombre de fe, podía soportar.

El almuerzo había sido algo ligero. Debía conservar la forma en tiempos de paz. Podía llegar a acostumbrarse a la vida monacal. Lo cierto era que desde que regresara Aventria y se pusiera a disposición del Abad de la Iglesia de Iakhesis, el caballero Sir Ragchel, su vida hasta el momento aventurera, se había tornado de lo más monótona. Oficios matinales, cultivar el campo, oficios del mediodía, almuerzo, estudio de las arcanas escrituras, oficios de la tarde, práctica de la magia, cena y oficios otra vez.

Casi se arrepentía de haber escuchado a Sir Alois. “Debes internarte en el estudio de la magia para perfeccionar tu técnica. Sólo así alcanzarás la sabiduría necesaria para poder desarrollar todo tu potencial”. No estaba del todo de acuerdo con aquello. Él siempre había sido un hombre de acción. Posiblemente por eso había cometido todos los errores de su pasado. Por ser demasiado temperamental, quizás no vio más allá. Quizás por eso confundió a unos simples dolientes con un culto que practicaba la magia negra, la magia demoníaca. Cuanto más lo pensaba, mayor era su incomprensión.

- ¿Cómo pudo pasar? - Gruñó para sí mismo. - ¡No éramos simples principiantes, éramos...!

Sonó la puerta de su alcoba. Alguien la estaba aporreando desde el otro lado. Casi era una suerte que quien fuera que hubiera llegado a perturbar sus pensamientos y su descanso, lo hubiera hecho en aquel recurrente punto de su pasado. Lo cierto era que aquel pensamiento rondaba por su cabeza demasiado a menudo. Tanto que su redención se había convertido en una obsesión para él.

- ¿Si? - Preguntó el caballero Rubí.

- Un buen amigo vine a verte. - Dijo una voz conocida tras la puerta.

Sir Alois se hallaba del otro lado, su voz profunda y cavernosa era inconfundible. Lo cierto era que no era normal que fuera a visitarle a sus aposentos, pues nunca lo hacía. Limitaba sus encuentros con otros caballeros y monjes a los momentos dedicados a los oficios o durante las comidas. ¿Qué querría?

- ¿Es que no vas a abrir a un viejo amigo? - Preguntó entonces.

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08/05/2018, 10:35
Sir Alois

Sir Haldir se puso en pie y se acercó hasta la puerta rodando la llave y abriéndola para descubrir que efectivamente allí se encontraba su tutor y amigo. Aquel hombre ya anciano sonrió al ver la cara de su ahora compañero, pues para nada parecía ser el mismo joven que antaño quiso salir a comerse el mundo. Había mutado en un hombre maduro, con canas en el pelo y si bien todavía se le veía cierta chispa, ciertas ganas de salir y conocer mundo, a ojos de su tutor, Sir Haldir se estaba acomodando.

- Veo amigo mio, que empiezas a ganar barriga. - Sonrió. - ¿Te gusta tu nueva vida tras estos muros? - Fue entonces cuando Sir Alois penetró en la cámara de su antiguo alumno y avanzó hasta un sillón recostándose sobre éste. - ¿Qué edad tienes ahora? ¿Rondas la cuarentena, no es así?

- Treinta y dos... - Respondió el caballero.

- ¿Sólo? - Sir Alois arqueó una ceja. - Te hacía más viejo...

- Marché de casa muy joven... - Añadió. ¿Qué diantre quería? Sir Alois conocía perfectamente su historia y desde luego sabía que no rondaba los cuarenta.

- ¿Y piensas quedarte atrapado tras estos muros hasta marchitarte y convertirte en uno de esos viejos monjes...? - Se fijó entonces en el tomo que se encontraba junto a la mesilla de noche de Sir Haldir. - ¡Pero que diantre lees! ¿Esa basura de Anarion? En que te has convertido... - Dijo en tono de burla con una sonrisa en los labios.

Definitivamente ese no era Sir Alois. Alegre, bromista e incluso mordaz. ¿Qué quería de él? ¿A que venía tanta crítica? Al fin y al cabo era él quien le había “recluido tras esos muros”. Fuera lo que fuera, algo tenía en mente y ese algo le involucraba él.

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08/05/2018, 10:57
Sir Haldir

Haldir retrocedió como si le hubieran pegado una bofetada. ¿Le acababa de llamar cuarentón acomodado? Bajó la mirada para mirarse el abdomen. Era cierto que su cuerpo estaba empezando a experimentar algunos cambios: no se recuperaba igual de los esfuerzos ni de los excesos. Ya no era un jovenzuelo. Pero se cuidaba más en aquellos tiempos, y mantenía en un estado de forma bastante aceptable. O eso quería pensar.

Levantó la mirada hasta trabarla con la de su mentor, con el ceño fruncido. Pero la apartó enseguida.

—Quizá sea mejor así —gruñó con cinismo. 

Volvió a revivir una vez más aquella batalla perdida contra Uldinus, cien veces maldito. Si se quedaba tras esos muros, no haría daño a nadie.

—No siempre es mejor actuar que quedarse de brazos cruzados —señaló.

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09/05/2018, 16:14
Sir Alois

Sir Alois arqueó una ceja ante aquel comentario. Sin duda alguna no le había sentado del todo bien aquel comentario. Posiblemente le había pillado desprevenido. El mismo no era demasiado dado a las bromas, no obstante aquella mañana estaba contento y lo demostraba de aquella manera.

- Toma asiento, amigo mío. – Le sugirió su antiguo mentor y ahora compañero de orden. – Tenemos que hablar. – Pronunció mucho más serio.

Cuando Sir Haldir se hubo acomodado. El veterano caballero le miró con una nueva sonrisa, aunque en esta ocasión no era una sonrisa socarrona, sino más bien todo lo contrario. Le miraba con cierta ternura y casi devoción. Aquel hombre se había puesto serio, como de verdad era. Un hombre severo al que pocas veces se le veía bromear. Sir Haldir lo prefería así, era aquella versión de Sir Alois la que conocía bien, la única que le había mostrado su camarada hasta la fecha.

- Verás… - Comenzó de nuevo a hablar aquel hombre que había irrumpido en sus aposentos sin solicitar permiso alguno. – Sé de buen grado que todavía ronda por tu cabeza aquel fatídico hecho que… - Cerró la boca. Era evidente que para él tampoco era de su agrado recordar lo que sucedió. – No lo podáis saber… - Se rascó la frente respondiendo a un acto reflejo. – Uldinus es un ser poderoso y Sadiki se dejó llevar por… - Volvió a cortar la frase a medias. – Nadie os culpa…

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09/05/2018, 22:28
Sir Haldir

Haldir no duró mucho tiempo sentado, y se levantó como un resorte cuando Sir Alois pronunció entrecortadamente la última frase.

—¡La culpa es de Uldinus, desde luego! —estalló Haldir, caminando de una lado a otro de la habitación—. Pero él sigue vivo y libre, llevando a cabo sus nefarios planes con impunidad. ¿Y los Siete Honorables? Disueltos por el deshonor y la vergüenza. 

Se mesó la perilla.

—El de Uldinus es un ejemplo claro de los abusos de la magia contra los que siempre me preveniste...

...junto al de mi propia hermanastra...

—... el tipo de abusos que la Orden Rubí combate. ¡Deberíamos hacer algo

Una idea brilló en lo profundo de los ojos de Haldir.

—¡Quizá en el gremio de Bythuador sepan algo de Uldinus! Un mago poderoso no se forja sin tener contactos con otros de su profesión.

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12/05/2018, 09:00
Sir Alois

Sir Alois se puso en pie y se acercó hasta donde Sir Haldir se hallaba. Abrazó a su antiguo discípulo y amigo tratando de contenerle. Cada vez que se mencionaba algo acerca del fatídico día en que aquellos dolientes fueron asesinados, su compañero sufría una crisis parecida.  Su mentor le besó la frente y comenzó a acariciarle la cabeza mientras le susurraba al oído.

- Tranquilo… - Y le acarició la mejilla. – Tranquilo, Haldir… - Repitió. – Todos tenemos un pasado. Yo también me arrepiento de algunas cosas. En otra época fu conocido por otro nombre y mi oficio no era el de servir Iakhesis. Vivía en una tierra muy lejana y me convertí en soldado de fortuna llegando a ostentar un cargo de importancia en una pequeña ciudad de una República recientemente creada… - Tragó saliva. – Lo que pasó allí… - Suspiró. -, Algún día te lo contaré, hermano. Pero no hoy.

Sir Alois soltó a Sir Haldir y dio dos pasos hacia atrás dándole la espalda. Sus ojos enrojecidos habían empezado a desprender lágrimas y no quería que le vieran así. No lo podía permitir. Tardó tan solo unos segundos en recomponerse, se secó los ojos y carraspeó para dirigirse de nuevo hacia su amigo.

- No he venido a hablar del pasado. – Confesó entonces Sir Alois. – Me han encargado que busque un candidato propicio para llevar a cabo una peligrosa tarea. – Desveló al fin. – Las altas esferas de Bythuador me han pedido que seleccione al más apto para llevar a cabo una empresa de la que depende la seguridad del reino. No confió en nadie más que en ti. Sé que eres el hombre adecuado, pues necesitas redención y esta misión puede dártela en cierta manera. Algunos inocentes murieron por tus actos, pero muchos son los que vivirán si aceptas la misión que se te encomienda y la llevas a buen puerto. ¿Qué me dices?

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12/05/2018, 16:43
Sir Haldir

Haldir agradeció el gesto de su mentor; en cierta manera había sido el padre que nunca tuvo. Pero se sentía raro en el abrazo. Acostumbrado a una juventud en el monasterio, prefería el silencio y la soledad de la meditación que el contacto físico y contar sus problemas a los demás.

Las palabras de Sir Alois le hicieron fruncir el ceño, pero cambió de tema y planteó el auténtico motivo por el que había ido a visitarlo antes de que pudiera preguntar por ellas.

El Caballero Rubí ahora sí tomó asiento.

—¿De qué se trata? ¿Es por ese gremio de magos?

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14/05/2018, 17:03
Sir Alois

Sir Alois arqueó ligeramente una ceja al escuchar la pregunta de su antiguo discípulo. Sin duda si le había seleccionado a él en una misión de esa clase era en parte por ese tipo de cosas. La intuición que mostraba aquel hombre era digna de elogio. Tan solo le hacía falta olvidar el pasado y perdonarse a sí mismo, para llegar a ser el gran caballero que la orden Rubí intuyó que podría llegar a ser, al aceptarle entre sus filas.

- Si, Haldir. – Respondió su antiguo tutor. – Es algo que me ha pedido la Cofradía. Creen que es necesario involucrar a alguien de fe en un asunto delicado. Me han pedido opinión acerca de quien creo que es el mejor candidato de nuestra iglesia para acompañar a uno de los más respetados miembros de la Cofradía a un viaje que os puede llevar muy lejos de estas tierras. un viaje de vital importancia para el reino… - Hizo una pausa mirando a los ojos de Sir Haldir y cuando pareció que encontraba lo que estaba buscando en ellos continuó. – Creo que eres un hombre de fe. Un hombre con más que sobrada experiencia. Un viajero incansable. Hay muchos con todas esas características, pero además tú tienes algo más. Eres un hombre decidido y un hombre que necesita redimirse. Creo que esta misión te va como anillo al dedo. ¿Qué me dices?

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14/05/2018, 23:18
Sir Haldir

Sir Alois contempló el rostro inexpresivo del que había sido su escudero. Cuando "terminó", Haldir se encogió de hombros.

—No lo sé, Alois. Todavía no me has dicho de qué se trata, exactamente —señaló el Caballero Rubí—. ¿A qué viene tanto secretismo? Puedes hablar con franqueza, estamos entre amigos.

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15/05/2018, 16:03
Sir Alois

Sir Alois tomó aire mientras posaba la mirada fijamente sobre Haldir. Durante unos segundos barruntó algo en su cabeza hasta que tomó la decisión de abrir de nuevo la boca. Aunque no parecía muy convencido de la idoneidad de hablarle a Sir Haldir en demasía sobre los pormenores de la misión en la que pretendía involucrarle, sabía que podía confiar en él. Además, la mejor manera de convencerle era sin duda despertando su curiosidad.

- Verás amigo mío... – Hizo una breve pausa para ordenar las palabras que tenía en mente. – Me han pedido que sea discreto. Que elija al mejor candidato para la misión, pero que mantenga en secreto cuantos más datos en referencia a ella, sean posibles. Sé que puedo confiar en ti. – Aseveró. – Uno de los magos más poderosos de la Cofradía, Rataxes… - Sir Halois conocía ese nombre, como también ponía cara al que fuera mano derecha de Rargzorg, el Mago Real de Bythuador y director de la Cofradía de Magia y Hechicería. - …ha estado planeando en secreto ciertas actividades que podrían poner en jaque la defensa de la nación. Actividades que podrían dar al traste con la hegemonía actual. Sabemos que ha enviado a un grupo de agentes al sur. Ni a mí me han comunicado los pormenores, pero sin duda es algo peliagudo. Sé que pretende crear un grupo de gente competente, para que los persiga y los detenga y ahí entras tú. - Al parecer, allí se acababan todos los datos su antiguo mentor podía ofrecerle. 

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15/05/2018, 17:14
Sir Haldir

—¿Rataxes, el héroe de guerra? —preguntó Haldir —. Si resulta que todo este tiempo ha sido un agente doble de Du Haib, ha sido muy convincente. Quizá sea otra cosa. O simplemente lleve la traición en sus venas.

Se rascó la barbita de chivo.

—Bueno, es un mago. Supongo que es adecuado que un miembro de la Orden Rubí se ocupe del asunto —dijo haciendo inflexión en el "un". Parecía obvio que Alois no le iba a acompañar en esta misión—. ¿Pero qué sabes de los demás "agentes de confianza" que van a enviar para interceptar a Rataxes? Aparte de ese "respetado miembro de la cofradía" que, por cierto, se llama...

Dejó la frase en el aire para que su antiguo mentor la terminara.

- Tiradas (2)
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16/05/2018, 20:05
Narrador

Sir Alois tragó saliva. Parecía como si no esperase aquella pregunta. Parecía que no tuviera las respuestas preparadas a tales cuestiones. Ciertamente la Cofradía era muy hermética en cuanto a la información se refería. Una de sus máximas era: “quien controla la información controla Gante”. Para aquella hermandad de magos y conjuradores de todo tipo, era importante mantener el más puro secretismo en cuanto a los temas importantes de los cuales ellos eran sus atesorados.

No obstante, la Orden de Caballería del Rubí algo debía saber aparte de lo que Sir Alois ya le había desvelado, si es que la Cofradía de Magia y Hechicería requería de su colaboración. Al fin y al cabo el propio Sir Alois trabajaba para la Cofradía. Era un importante agente destinado en uno de los más importantes despachos, el de Integridad Mágica. A Sir Haldir le parecía increíble que le hubieran dicho tan poco.

Empezaba a pensar que Sir Alois estaba perdiendo facultades. Desde hacía un tiempo a ahora, se le veía envejecido y menos mordaz que como le conoció en su día. Al fin y al cabo, el tiempo pasa para todos y Sir Alois, por mucho que le doliera, no era una excepción a esa regla. Era como un padre para él. Por mucho que le doliese un día le vería morir, como es normal en la naturaleza, que los hijos despidan a los padres y no al revés. Eso al menos si no moría antes en una arriesgada misión o en la guerra.

Lo cierto era que sentía cierta lástima por su mentor. Era una verdadera pena que aquel hombre no hubiera llegado más arriba. Tenía el potencial suficiente como para ser una figura notoria dentro de la Orden Rubí y sin duda alguna, con capacidad notable para dirigir el Despacho de Integridad en vez de Whilermina. Pero por una cosa u otra, las cosas nunca habían acabado de salirle bien. Se podía decir de él, que en cierta manera era un perdedor.

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16/05/2018, 20:05
Sir Alois

- Gambrinus. – Dijo finalmente Sir Alois sorprendiendo gratamente a Sir Haldir. – No me fio de él desde el Evento Verde. – Añadió. – No soy el único. Ab-Rahim, quien fuera su compañero durante años, también me ha comentado cierta preocupación por él desde el incidente. – Se rascó la barba antes de soltar lo que iba a decir. – No quiero que… - Chasqueó la lengua. – No me malinterpretes. Igual son cosas mías, pero quiero que vayas con mucho ojo. Vigila a Gambrinus y cualquier cosa… - Negó con la cabeza. - ¡Estate atento, vamos!

Le había sorprendido gratamente que su antiguo mentor si tuviera información acerca de los compañeros que iban a viajar al lado suyo durante aquella misión de tan alto secreto. Una de las quejas constantes de aquel hombre era que nunca le contaran las cosas. “Nunca me cuentan nada”, “Que puñetas pinto aquí, si no me quieren decir las cosas”, eran frases recurrentes en su antiguo tutor.

- La otra compañera no es mejor… - Sir Alois bajó la mirada y comenzó a frotarse las manos. Tomó aire y volvió a mirar a Sir Haldir. Dio una palmada y con una sonrisa renovada continuó hablando. – Es una moza de buen ver. – Bromeó, salvo por la cola y los cuernos. – Soltó una carcajada. – Lo cierto es que es una buscatesoros que ha ganado cierto renombre en Aventria en los últimos tiempos. Niren se llama. Creo que fue un paladín quien la recomendó. Ándate con ojo también con ella. Nunca sabes cuándo puede sacar su lado infernal. – Hizo una pequeña pausa para cavilar la broma que tenía en mente. - ¡Mientras saque su lado demoniaco sólo en la cama, ya ira bien! – Rió de nuevo como un obseso. - A parte de esos dos, creo que también viajaran con vosotros varios guardaespaldas, pero ellos como apoyo extra. No sabrán de los pormenores de la misión. Sus identidades son irrelevantes...

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17/05/2018, 10:43
Sir Haldir

Que le afeitaran la barba y le llamasen elfo si entendía algo.

—¿A quién, en toda la Cofradía de Magos, se le ha ocurrido la brillante idea de enviar a un mago en el que no confían detrás de un mago traidor? —inquirió Sir Haldir, sin contagiarse de la jocosidad de su maestro—. ¿Y qué demonios...

«...Nunca mejora dicho...»

—...pinta una cazatesoros bastarda de los Nueve Infiernos en una misión tan delicada para el futuro de la nación?

Cogió el libro de Anarion y lo agitó delante de Alois.

—Ni en las más ridículas invenciones de Anarion he oído algo semejante.

Le arrojó al libro al regazo como para que comprobara que aquella trama tenía más sentido que el galimatías ininteligible que había pintado. 

—Dime la verdad: ¿te lo estás inventando sobre la marcha?

«¿O es que te han dado una misión inexistente para quitarte de en medio un tiempecito?» agregó con amargura para si mismo.

Notas de juego

Tengo la teoría de que Sir Alois (El Señor Alfonso) es esquizofrénico paranoide, que Sir Haldir (el Señor Javier) es su terapeuta y que Niren y Gambrinus son personajes imaginados por Alois. Haldir se va a embarcar en la aventura imaginaria para demostrarle que toda esa mierda de seres fantásticos, y las traiciones y conspiraciones que describe, están sólo en su cabeza.

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19/05/2018, 12:25
Sir Alois

Aquella tromba de preguntas pilló despistado al bueno de Sir Alois. Como si se tratara de un combate de boxeo, fue encajando golpe tras golpe hasta casi quedar tendido sobre la lona. Ciertamente todas aquellas preguntas tenían su porqué. Él no se lo había llegado a plantear seriamente. Si era cierto que alguna de las decisiones le había extrañado, pero no solía cuestionar a los que se encontraban por encima de él.

Sir Alois era un buen hombre. Era un buen caballero y un buen amigo. Muy probablemente por eso, no había seguido ascendiendo dentro de la orden del Rubí. Sin cierta maldad, bien entendida, no se podía llegar a atesorar un alto cargo. Le faltaba picardía, le faltaba astucia para plantar cara a ciertos asuntos con la determinación necesaria. Algo que por el contrario le sobraba a Sir Haldir.

- Bu… bueno yo… - Sir Alois trataba de encontrar las palabras adecuadas. – Como mi hermano Beef me dijo una vez: “no cuestiones a tus superiores si no quieres que ellos te cuestionen a ti”. – Sonrió satisfecho tras haber hecho aquella mención. Por la cara de Sir Haldir dedujo que para nada había quedado satisfecho. – ¿Sabes que hay veces que los de arriba saben más que los de abajo, no? – Preguntó de forma retórica. - ¡Esta es una de esas veces! – Replicó algo airado.

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19/05/2018, 21:41
Sir Haldir

Sir Haldir no contestó, sino que se pasó una mano por la cara y se masajeó las sienes durante un buen rato.

No había palabras para expresar la mezcla de lástima y vergüenza ajena que le estaba produciendo el que había sido su maestro, y algo más, casi un padre. Al menos no sin herir sus sentimientos. Todos ellos.

Dejó escapar un hondo suspiro de resignación y puso un gesto de fastidio.

—Está bien. Dime qué tengo que hacer y cuándo he de partir.

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21/05/2018, 16:15
Sir Alois

Sir Alois bajó la mirada completamente abrumado y en cierta manera avergonzado. Acababa de quedar en evidencia tantas veces que ya no sabía si abrir la boca de nuevo o simular que había quedado mudo de forma repentina. Siempre había existido una relación de respeto y camaradería entre su antiguo discípulo y él. Esperaba no haber quedado retratado de por vida en aquella conversación, aunque lo veía difícil.

- No soy yo quien te encomienda esta misión… - Habló entonces Sir Alois tratando de recuperar su tono solemne. – Sólo soy el mensajero podríamos decir. – Confesó de nuevo lo evidente. – Y quien te ha recomendado.

Aquel hombre se acercó a Sir Halir, con aire renovado. Como si hubiera cogido fuerzas de lo más profundo de su ser, calvó su profunda y decidida mirada sobre él. Sir Alois parecía más seguro de sí mismo que nunca, al menos en los últimos tiempos. Permaneció unos segundos en silencio mirando a su compañero con rostro serio para finalmente sonreír.

- He cometido muchos errores en mi vida, Sir Haldir. – Dijo finalmente. – Pero elegirte a ti como discípulo no ha sido uno de éstos.

Si, muchos eran los errores que sir Alois había cometido durante su juventud y su madurez. Muchos los defectos que aquel anciano atesoraba, pero trataba de sobreponerse a ellos. Por muchas que fueran las habladurías sobre él, siempre estaba para echar una mano a quien la necesitara o para colaborar en cualquier asunto en el que pudiera aportar su granito de arena. Muchas cosas eran las que se podían decir de Sir Alois, pero nadie podía decir de él, que no fuera un gran compañero y un buen amigo de sus amigos.

Pese a todos los reveses que le había dado la vida, intentaba siempre hacer lo correcto. Podía faltarle iniciativa, podía no ser la figura carismática que podría haber llegado a ser. Después de tanto toda una vida dentro de la orden Rubí, era incongruente que no hubiera alcanzado la dirección de la orden como gran maestre, o la menos hubiera obtenido una posición bastante más elevada de la que se encontraba. Pero sin duda era y seguiría siendo un referente para muchos en cuanto a la constancia que demostraba y la cabezonería para llevar a buen término las laboras que se le encomendaban.

- Ésta misma tarde Whilerina ha convocado una reunión a la que debes asistir. – Dijo al fin el caballero. – Vendré contigo si así lo deseas. – Parecía que no de pedírselo Sir Alois se abstendría de dicha reunión. – Acudirá el rey, la princesa Mena, Rargzorg y los compañeros que te he nombrado para la misión.

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22/05/2018, 10:03
Sir Haldir

—Lo sé —replicó Haldir con paciencia—, me refería a dónde tengo que ir y si debo hacer algún preparativo especial.

Haldir no estaba seguro de si quería que Alois acudiera a la reunión con cargos tan importantes como el rey Téfanos III o su legítima heredera. Se temía que en algún momento le dejara en evidencia. 

Si este es el maestro, imaginad al discípulo —se imaginó diciendo a la princesa Mena.

Pero no podía dejar a su amigo en la estacada.

—Claro. Acompáñame. Tu compañía siempre es grata.

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22/05/2018, 17:58
Sir Alois

Para sorpresa de Sir Alois, Sir Haldir no declinó su oferta para acompañarle. Parablemente no había encontrado ninguna excusa convincente para apartarle de tal tarea o quizás todavía quedaba algo de dignidad en su persona. Era posible que pensara que todavía podía ser útil, aunque fuera sólo por una última vez. Sólo esperaba que Sir Haldir hubiera aceptado que le acompañara no por pena o por la amistad que les unía, sino porque realmente deseaba que lo hiciera.

Fuera como fuera, ambos irían juntos a la transcendental reunión que el mago real Rargzorg, había convocado y a la que asistirían tan distinguidas personalidades. El rey Téfanos III no solía convocar audiencias junto con la princesa. Normalmente delegaba ese tipo de actos en su hija. Por todos lo que conocían a su majestad, como Sir Alois lo hacía, era sabido que la princesa Mena era quien realmente mandaba en palacio. Que en esa ocasión el rey se pusiera al frente de dicha reunión era algo extraño, que podía indicar muchas cosas. Eso, aunque Sir Alois no lo imaginara, también era de conocimiento de su antiguo discípulo.

- En dos horas en el ala oeste de palacio, en la sala Azul. – Dijo de forma escueta Sir Alois. – Sólo tienes que traerte a ti mismo. – Bromeó.

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22/05/2018, 22:23
Sir Haldir

Haldir estaba pensativo, de modo que no le rió la gracia a Alois.

—¿Tienes algo de ropa decente que pueda valerme? —preguntó antes de añadir:—. No creo que deba presentarme ante la realeza con mi guadaña y mi armadura de combate.