Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Paso del Demonio

Capítulo 3. Carretera a Terhes.

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19/10/2019, 07:56
Narrador

Nindra puso orden en el caos que se había convertido aquella conversación. Tenían dos habitaciones para seis personas, cuatro mujeres y dos hombres. Las cosas estaban bastante tensas entre Lurzca y Alderic. Ciertamente la mestiza era una mujer de armas tomar y a la mínima saltaba con amenazas. Que Guideon respondiera a las amenazas de Lurzca con más amenazas, no ayudó a rebajar el ambiente de tensión. Quizás eso le costó dormir caliente esa noche.

Finalmente hombres por un lado y mujeres por otro se acostaron. Nindra lanzó una serie de conjuros de protección para custodiar las estancias y no tardaron en quedarse dormidos. Había sido un día realmente agotador, mucho más largo de lo deseado y de intensa actividad física para todos, aunque para unos más peligrosa que para otros. La Infanta y su grupo de aguerridos guardaespaldas casi pierden la vida y en el caso de Nindra y Guideon, el mayor riesgo que había corrido, era el de pillar una seria deshidratación o un embarazo no deseado.

Pese a los miedos que todos podían tener, la noche pasó sin mayores altercados que los ronquidos de Lurzca. Al amanecer un gallo cantarín les despertó a todos. Aunque le hubieran lanzado una bota, un virote o una bola de fuego según el caso, al final agradecieron que les marcase la salida de Seyran, pues al fin y al cabo, debían partir al alba. El tiempo que tenían para cumplir la misión que ahora habían hecho suya, era escaso y estaba contado al minuto.

Los seis descendieron a la sala ya con sus equipajes ensamblados y listos para marchar. No había ni rastro del Marqués. Sin duda debía dormir. Su trabajo se limitaba a las tardes y a las noches, que era cuando la mayor parte de sus clientes se acercaban a sus famosos baños. En la sala del bar, tan solo se encontraba una mujer, la cual se encontraba barriendo la sala. Al ver como llegaron los seis inquilinos les miró con gesto de extrañeza.

No suelo tener clientes a éstas horas... - Dijo encarando una ceja. - ¿Se van de viaje? 

Tras la indiscreta pregunta les preparó un desayuno consistente en huevos fritos, panceta y pan tostado. Para beber les ofreció agua, zumo de naranja y una infusión con muchos tropezones, como a Nindra le gustaba. El típico desayuno continental.

Notas de juego

Lista de conjuros nueva Nindra?

Cómo hacéis lo de los caballos finalmente?

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19/10/2019, 10:45
Guideon

Después de la extenuante tarde, Guideon había dormido como un bebé y ahora se sentía de buen humor. Dio los buenos días, y a todo el mundo le regaló una sonrisa. A sus amigos, añadió un abrazo, y a Nindra un recatado beso en los labios. El día era largo: no era cuestión de encender a Nindra tan pronto.

Guideon devolvió la mirada de la muchacha cuando esta se extrañó de su presencia, y después miró a los que se iban a convertir en sus compañeros de viaje. Quien más, quien menos, estaba armado hasta los dientes. Tentado a responder que formaban parte de un circo ambulante redujo el comentario jocoso a:

—No, no nos vamos de viaje. Somos turistas. Madrugamos para que nos de tiempo a conocer la ciudad. Nos han dicho que la catedral se llena y luego no hay quien entre.

El sacerdote de Saule dio las gracias a la muchacha cuando trajo la comida, y devoró su plato con fruición. El día anterior habían cenado frugalmente, y tenía un hambre de mil demonios. Se comió los huevos fritos, la panceta y todo el pan que le sirvieron, y le pidió otro plato igual a la muchacha, acompañado de una buena jarra de leche, si podía ser. Tenía que coger energías, el día iba a ser largo y agotador. Lurzca probablemente querría forzar las marchas, no sabía cuándo iban a volver a comer caliente ni, sobre todo, cuántas veces haría el amor con Nindra.

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19/10/2019, 11:49
Nindra

Nindra durmió bien, pero se levantó con el cuerpo cansado y lleno de agujetas. Se sentía como si le hubiesen dado una paliza y a los pocos minutos de quitarse las greñas del roto, empezaba a sospechar que su cansancio se debía a la actividad física llevada a cabo y a la que no estaba acostumbrada. Se sintió un poco decaída, había mandado a sus amigos a otra habitación para evitar roces (físicos y psicologicos) con las mujeres, pero ella se había quedado con las ganas de compartir la cama con Gideon y dormir calentita junto a su cuerpo.

Bajó temprano a los baños para lavarse bien, mientras los demás todavía se desperezaban. Estudió su libro, eligiendo lo que pensó que más convenía a un viaje como aquel. Era la primera vez que hacía algo así (en realidad era la primera vez que hacía muchas cosas) y le preocupaba no hacerlo bien y se vistió de nuevo con la túnica verde y recogió todas sus cosas. Se entretuvo un poco mientras se arreglaba el cabello y se maquillaba, la verdad era que con tantas prisa tuvo que sombrearse los ojos con discreción y colorear sus labios apenas un poco. Cuando bajaron a desayunar, Gideon le dio un beso que fue tan fugaz que Nindra se sintió decepcionada, por lo que lo agarró de la pechera para llevarlo a un lado del pasillo y estampó un beso que emborronó todo el color que se había puesto en los labios. Riéndose, volvió al salón para desayunar. 

No comió demasiado, distraida como estaba transcribiendo uno de los conjuros de su libro a un nuevo pergamino. Ya preparada, se dispuso a salir de la casa de baños. Se puso el abrigo forrado, los guantes y se ajustó las botas.

-Bien, ¿quién entonces va a conseguir las monturas para el viaje?

Notas de juego

Lista de hoy:

Nivel 0: sonido fantasma, detectar magia, sonido fantasma, prestidigitación
Nivel 1: armadura de mago, montura, grasa, grasa, transposición benigna (la gasto para hacer un pergamino)
Nivel 2: telaraña, imagen múltiple, truco de la cuerda, partículas rutilantes
Nivel 3: convocar monstruo III, convocar monstruo III, tormenta de aguanieve

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19/10/2019, 14:25
Alderic

Alderic no volvió a hablar hasta que todos se separaron para pasar la noche, tampoco dijo nada a Guideon cuando se acomodaron en la habitación y de hecho, mientras su compañero se preparaba para ir a la cama salió sin una palabra del cuarto. Cuando el clérigo se levantó el guerrero no estaba en la habitación, y era evidente que su cama no había sido utilizada, cuando bajó al comedor lo vio sentado a la mesa en la esquina opuesta a la de la Infanta y asintiendo a un comentario de Murron. 

El asesino se levantó cuando llegó su compañero y respondió a su abrazo con una sonrisa, de hecho Nindra había recibido un abrazo cuando llegó a la mesa unos momentos antes. De hecho las mujeres lo encontraron en la mesa cuando bajaron al salón, separando gemas y monedas en diferentes montones, a ellas las saludó con una educada sonrisa y un cabeceo pero sin contacto físico. 

Mientras desayunaban Alderic movió un montoncito de monedas en dirección a Lurzca cuando la mujer que los había servido estaba fuera del alcance de la vista. - Compra una armadura de cuero y una maza para Thyga, algo simple y cómodo que no la moleste cuando cabalgue pero que le permita pasar por una mercenaria, también cubran cualquier insignia que las delate como sus guardias. - luego acercó una bolsa al centro de la mesa - Aquí hay joyas por valor de unas seiscientas lunas, suficiente para seis caballos ligeros e impedimenta sencilla. Habrá que cambiarlas a menos que las acepten en las caballerizas, no soy buen conocedor de caballos ni buen negociante, le dejo esa tarea a quien crea que lo puede hacer mejor. 

La bolsa quedó en la mesa mientras el desayuno desaparecía, Alderic estaba relajado y de buen humor mientras comía, tarea que acometió con ganas y método, sin apresurarse y disfrutando del desayuno. Se permitió guiñarle el ojo a la mujer cuando trajo las bebidas y cuando ésta se fue miró a la maga - ¿Has pensado en hacer el papel de protegida por el grupo? estás bien vestida y será fácil hacer ver que somos tus guardaespaldas... y no te pareces a Thyga por lo que no podrán confundirte con ella y tendremos una chance de pasar desapercibidos.

Cuando terminó el desayuno y ante la pregunta de Nindra, el asesino señaló la bolsa. - Yo debo ir a reponer el equipo perdido ayer, pero si nadie reclama la tarea puedo también encargarme de los caballos. De todos modos recomiendo que no nos separemos todos más que cuando sea necesario. Los caballos los dejaría para el final, cuando todos tengamos lo que nos falta. - Cuando todos estuvieron de acuerdo se puso la capa de invierno sobre su ropa y se preparó para salir.

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20/10/2019, 19:30
Lurzca

Lurzca miró a Alderic fijamente durante unos instantes. La tensión se mascaba en el ambiente. ¿Todavía le guardaba rencor por haber tocado a la infanta de una manera tan cercana? Desde luego mantenía muy celosa a su protegida y podía ser que llevara bastante tiempo cuidando de ella. Pude que las normas de decoro de Ultar fueran bastante más estrictas que las del Imperio. Fuera como fuera, cuando Lurzca asintió y agarró esas monedas, ambos respiraron aliviados.

Es una buena idea, Alderic. - Afirmó la mestiza. De nuevo asintió con la cabeza y relajó el gesto. Era como si su lento cerebro hubiera procesado la propuesta del asesino y hubiera llegado a la determinación de que efectivamente, era una buena idea. - Iré a buscar algo adecuado para ella.

Lurzca ya había acabado de desayunar. Comía bastante más rápido que el resto. Era como si tuviera que estar siempre alerta y comiera porque debía hacerlo si deseaba mantenerse con fuerzas, pero lo hacía rápido y sin degustar lo que comía. Más bien engullía como un pato. Se puso en pie y se dirigió a la puerta del establecimiento.

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20/10/2019, 19:36
Thyga Redfrid

- Gracias Thyga. - Dijo la infanta aliviada por el hecho de que aceptase la proposición. Eso podía acercar posturas entre Alderic y su guardaespaldas. - No tardes. - Le ordenó. Ella sin girar el cuerpo pero si levemente la cara, asintió y abandonó la posada del Marqués.

Thyga comía con hambre. A diferencia de Lurzca, ella parecía estar disfrutando de aquel desayuno. Mojaba el pan en el huevo, saboreaba la panceta relamiéndose y emitiendo ciertos gemidos de placer, aunque muy diferentes a los que se escucharon en la habitación compartida por Guideon y Nindra la tarde anterior, mientras Alderic estaba matando el tiempo y a los aspirantes a asesino de la Infanta.

Me gusta el plan. - Desveló la Infanta. - Nunca he lucido armadura. Mi padre no me dejaba de pequeña y cuando me hice mujer, ya nunca más llevé pantalón. - Se introdujo un trozo de huevo y panceta en la boca y masticó con avaricia. - De pequeña me gustaba jugar a las espadas con mis hermanos. No debe ser te difícil llevar una mafa de esas... - Alzó la mirada para encontrarse con la de Alderic. - ¿A qué no Alderic?

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20/10/2019, 19:43
Murron Dra

Puedo ir a por los caballos, si usted así lo permite Infanta. - Intervino entonces Murron Dra. - El trabajo de guardia real es algo complicado de alcanzar para una mujer. Tuve que trabajar durante siete años en las caballerizas hasta que el capitán me permitió empuñar un arma y servir en las guardias nocturnas de la ciudad. Sé de caballos. Obtendré un buen precio. Os lo aseguro.

Thyga no puso pega alguna a aquello tampoco. Murron se marchó de la posada en busca de una buena oferta por seis caballos. Era imprescindible hacerse con monturas para todos, de lo contrario si alguno debía compartir montura, ésta se agotaría más que el resto y les acabaría por retrasar. Murron se encargaría de ello.

Volveré pronto. - Les dijo a todos. - Si no vuelvo... vengad mi muerte. - Dicho ésto sonrió y se marchó.

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20/10/2019, 20:07
Alderic

El momento en el que Lurzca aceptó el encargo, y la forma en la que lo hizo, le demostró al asesino que no se había equivocado con respecto a ella. Sus disculpas del día anterior habían caído en saco roto, para ella que hubiera pensado en como hacer pasar a la infanta desapercibida tenía más valor que unas palabras vacías. 

El guerrero no pudo evitar sonreir ante la manera en la que la Infanta atacaba su comida, todo parecía indicar que nunca en su vida había comido algo tan delicioso y lo estaba disfrutando en serio. Sus comentarios acerca de la armadura, sus juegos de niña y la relación con su padre le recordaron cuan poco preparada estaba la mujer para la travesía que había emprendido y la valentía con la que se enfrentaba a su propia muerte. 

- Definitivamente será más fácil que blandir una espada o cualquier cosa con filo, con lo que tendrás que tener cuidado es con su peso. Podrías pedirle a Lurzca o a Murron que te enseñen como usarla para no cansarte ni dislocarte un hombro, pero espero que no tengas que usarla en combate. - Alderic pareció pensar en algo - Por cierto, sería bueno que eligieras otro nombre, uno simple y fácil de recordar para que podamos llamarte sin delatarte.

Cuando Murron salía Alderic salió tras ella - Te acompañaré a las caballerizas y compraré lo que necesito en el camino, no quisiera tener que vengar tu muerte y será más fácil traer a los caballos hasta aquí entre dos. 

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21/10/2019, 07:44
Nindra

Mientras almorzaban, terminaban de ajustarse los planes para salir cuanto antes. Nindra pensó que todo eso podría haberse cerrado por la noche antes de acostarse, pero como las pasiones de todos estaban desatadas, consultar con la almohada había sido lo mejor. Para la maga, ya se estaban retrasando en la salida, ella había madrugado bastante más que todos para tener listos sus conjuros y estar a la hora señalada en el camino. Así pues, se la veía ligeramente impaciente.

-De acuerdo, Alderic -le dijo a su compañero, cuando la mitad del grupo hubo salido. No le parecía buena idea separarse cuando habían insistido tanto en ir juntos-. Puedo hacerme pasar por la princesa Margarita y vosotros seréis mi escolta.

¿Por qué había escogido semejante nombre? Debió haberlo leído en algún sitio...

 

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21/10/2019, 07:51
Nindra

Antes de darse cuenta estaba sola con la Infanta y con Gideon.

-No me gusta que se hayan ido todos -comentó con un mohín. Pero sin pensarlo demasiado, movió la mano hasta ponerla sobre el muslo del sacerdote. Su contacto la hacía sentir más segura. Con un suspiro, continuó con el almuerzo-. Thyga, cuéntame un poco más sobre Ultar. ¿Qué es exactamente lo que Mediocrus hace en la corte de tu padre? ¿Cuanto hace que lo conoces?

Debía tener su misma edad.

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21/10/2019, 15:01
Thyga Redfrid

¿Qué hace Mediocrus? - Preguntó extrañada. - Es el mago real. Hace cosas de... - Tragó saliva. - ...cosas de mago.

Era evidente que aquella mujer, que hasta ahora había tratado de aparentar ser una digna aristócrata, no era más que una niña de papá, aunque en éste caso, su papá había sido un verdadero hijo de puta al enviarla a una misión como la que tenía entre manos. Al fin y al cabo, las decisiones políticas siempre o casi siempre se cobraban un precio y en ese caso, el precio de la paz entre dos reinos, era una hija. También se hacía evidente que poco o nada sabía aquella joven acerca del funcionamiento del reino de Ultar. Su vida, toda su existencia, se basaba en disfrutar de la vida que la nobleza podía proporcionarle y en el momento dado, si éste llagaba, acabar casada con algún príncipe o noble que pudiera garantizar una buena alianza para su padre y su reino.

Sé que asesora a mi padre en materias mágicas. Una vez le aconsejó que defensas mágicas debían introducir en palacio. Sin ir más lejos, estoy aquí para evitar la red arcana de los Doce Ojos. - Dijo aquello sin creérselo demasiado, dadas las últimas revelaciones. - Eso fue algo que desveló Mediocrus. - Tomó aire. - Le conozco desde siempre. Lleva siendo el mago real desde que yo era muy pequeña...

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21/10/2019, 18:18
Narrador

Ni Murron ni Alderic tenían ni la más remota idea de donde podían comprar caballos. La ciudad de Karkaba no era para nada un lugar ordenado. Sus calles eran estrechas y retorcidas, oscuras y solitarias por la noche y muy concurridas durante el día, al menos las más cercanas al centro. No obstante, el casco antiguo de la ciudad no estaba en el centro de la misma, como solía estar en muchas ciudades de interior, aquella era una ciudad portuaria, lo que bien podría haber significado que el centro se encontrarse en el puerto. Craso error, por alguna razón el casco antiguo estaba al noroeste casi a dos kilómetros del puerto.

Fuera como fuera, perdieron bastante tiempo buscando la zona comercial y para cuando llegaron al puerto, allí tan solo encontraron comercios, ya fueran en edificaciones o ambulantes, relacionados con la pesca. Fue allí cuando preguntaron a unos pescadores donde podían comprar caballos y les enviaron al casco antiguo. Una hora después se habían hecho con seis buenas monturas. Murron había negociado bien y aunque el ganadero pedía en un buen principio setecientas lunas, al final hubo acuerdo por cuatrocientas setenta y cinco y además les regaló una mula para cargar con las provisiones.

Murron prácticamente no había abierto boca en todo ese tiempo. No parecía una mujer especialmente abierta, ni muy simpática. Lo cierto era que Murron era bastante tímida. No le resultaba fácil encontrar tema de conversación y menos con un casi desconocido como Alderic. Eso fue algo que el asesino descubrió por sus propios medios. A Murron le costaba mantener la mirada, contestaba de forma dubitativa y enrojecía fácilmente con alguna de las bromas de Alderic. Fuera como fuera, en el camino de regreso a la posada del Marqués, Murron adoptó una pose menos introvertida y se decidió a hablar con Alderic.

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21/10/2019, 18:29
Murron Dra

He escuchado que tú, al igual que Nindra, también estás escapando de alguien. - Dijo de pronto la joven guardaespaldas. Enseguida enrojeció. Acababa de meter la pata. ¿Cómo se le ocurría preguntar por algo así? - ¡Perdona yo...! - Tragó saliva. - No sé porqué he preguntado eso. No creo que sea de buen gusto hacer este tipo de preguntas yo... 

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21/10/2019, 18:47
Alderic

Alderic sonrió, y a punto estuvo de largar la carcajada por el azoramiento de la chica, pero logró contenerse y disimular con una tos. - No se si sea de buen gusto o no, pero no me importa que preguntes - dijo encogiéndose de hombros. - Lo cierto es que espero que mis perseguidores no se encuentren demasiado activos en esta zona, son un culto de maniáticos del Valle Gris que actúan al norte en Keatar principalmente. - mientras hablaba había estado ajustando las tiras de su nueva mochila - Puedes preguntar lo que quieras, si me molesta la pregunta te lo diré y no hay resentimientos.

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21/10/2019, 18:49
Murron Dra

Un culto de maníacos... - Repitió aquella frase como tratando de encontrarle un significado mayor del que realmente tenía. - No se cuanto tiempo permaneceremos juntos, pero si aparece alguno de esos maníacos, te aseguro que te devolveré el favor que nos has hecho. - Sonrió. - ¿A qué te dedicas? Quiero decir... uno no vive de viajar por aquí y por allá. Necesita un oficio, un trabajo. El mío es vocacional. Thyga no es la más instruida de sus hermanos, pero tiene buen corazón. No me gusta el destino que ha escogido. Casarse con un hombre al que no has visto nunca... - Chasqueó la lengua asqueada. - Yo no podría. Creo que no podría. Se ha estado guard... - Calló. Eso era algo que no tenía porqué desvelar.

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21/10/2019, 19:26
Alderic

Alderic se esforzó por no reir ante la casi indiscreción de la guardaespaldas, no por el contenido sino por la forma en la que ella misma se reprendía por hablar de más. - En el culto me entrenaron para asesinar gente, soy bueno en eso, pero no comparto los motivos por los que me hacían matar. - el asesino miró a Murron para ver su reacción - Desde que los dejé sólo he matado por necesidad, ya sea para defenderme a mi o a mis compañeros, y supongo que si tuviera que ejercer un oficio sería el de mercenario... que es lo que hago ahora. - rió esta vez - Como verás uno no siempre tiene el lujo de elegir a que se va a dedicar en la vida, me entrenaron de niño para matar y hasta que aprenda a hacer otra cosa lo único que puedo elegir es la causa por la cual lo hago. No creo que para Thyga sea muy diferente, y me alegro que tu estés haciendo lo que elegiste para tu vida. Valóralo porque es un don que pocos poseen.

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21/10/2019, 19:29
Murron Dra

Entonces... ¿Eres un asesino? - Hizo una breve pausa. - Bueno un mercenario, si, pero un asesino. - Tomó aire. - Lo cierto es que peleas como ellos. - Le comentó. - Tu forma de pelear es muy especial. Te mueves de forma grácil eres rápido, eres letal... - Le miró de arriba abajo. Alderic detectó algo en su mirada. ¿Admiración? ¿Resquemor? ¿Deseo?

Ya casi estaban de vuelta en la posada del Marqués. Quedaban pocos metros hasta llegar a la entrada. Quizás fuera por eso o quizás no, pero fue entonces cuando Murron dejó de de hablar de Alderic. Una vez estaba de nuevo junto a Thyga, todo su universo se reduciría de nuevo a ella.

¿Entramos? - Le preguntó.

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21/10/2019, 19:36
Alderic

Alderic enarcó una ceja, divertido ante el tono del comentario - Todo guerrero tiene el potencial de ser un asesino, a mi me entrenaron específicamente para matar con sigilo, pero lo que me convertía en asesino eran mis motivos. - se encogió de hombros. - Quizá quiera convencerme de que puedo cambiar y arruinarle los planes a los sectarios, quizá siga siendo un asesino. Como sea estoy de vuestro lado y eso me convierte en uno menos del cual preocuparse. - le palmeó el hombro y le guiñó un ojo con una sonrisa.

- Entra a buscarlos, los espero aquí con los caballos y las provisiones. No tarden.

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21/10/2019, 20:07
Narrador

Poco después de que Murron se internara en la posada del marqués, llegó Lurzca con cara de pocos amigos. Portaba una armadura de cuero y una maza, por lo que al menos eso le había salido bien. Si había tenido problemas o no en sus compras, no lo dijo, tan solo saludó a Alderic y asintió complacida al ver que estaba custodiando a su medio de transporte. La mestiza se introdujo en la posada del Marqués dejando a Alderic solo otra vez.

Justo cuando Lurzca acabó de subir las escaleras, escuchó como se cerraba la puerta de la habitación donde se hallaba su protegida. Instantes después tocó a la puerta y al abrirle comprobó que había sido Murron quien llegara tan solo unos segundos antes que ella al lugar. Entre Murron y Nindra, ayudaron a ceñir bien la armadura de cuero a la Infanta. Declaró en un par de ocasiones su incomodidad a la hora de llevar una prenda tan pesada e incómoda como aquella, pero no había opción a debate.

Tardaron casi quince minutos en que la rubia aristócrata diera el visto bueno a su nueva apariencia y se decidiera a abandonar el local. Colgó la maza de su cinturón y tras varios suspiros comenzó a bajar las escaleras. No se despidieron del Marqués. No había ni rastro de él. Sin duda dormía. A quien si dijeron adiós y dieron las gracias fue a la mujer que les había servido el desayuno y Thyga le ofreció una generosa propina.

Una vez en el exterior observaron como Murron había hecho bien el trabajo. Seis preciosos corceles jóvenes y ligeros para ese viaje les esperaban. Tres marrones, uno negro, uno blanco y otro de un marrón rojizo. También había una mula, la cual estaba cargada con todas las provisiones, aparatejos de acampada y demás útiles para el viaje que Lurzca y Guideon habían cargado en los quince minutos previos, mientras Alderic guardaba los caballos y las chicas ajustaban la armadura a la Infanta.

No tardaron en montar y en dirigirse al norte de Karkaba. Primero marcharon en línea de a uno. Las retorcidas y estrechas calles de la ciudad dificultaban cabalgar en paralelo en muchos puntos. Cuando salieron a una avenida, se posicionaron en fila de a dos y no abandonaron la posición hasta que dieron con la carretera del norte. En vanguardia marchaban Lurzca y Murron, en el centro la princesa Margarita junto con Thyga y en retaguardia Guideon y Alderic, junto a la pobre mula.

Dejaban atrás Karkaba y el mar interior de las Sierpes dirigéndose a la zona más septeptrional de Umnia por la carretera del norte. A su izquierda, las montañas se veían nevadas y los árboles que otrora fueran verdes, ahora lucían un tono blanquecino. La nieve del suelo era de un color puro y estaba endurecida. Llevaba tiempo allí y aún tardaría bastante en descongelarse. Por suerte, el astro solar coronaba un cielo despejado y los rayos con los que Seyran les regalaba, calentaban sus cuerpos y les ayudaba a contrarrestar la fría brisa procedente de las montañas.

Notas de juego

Iba avanzar un poco más... pero se borró... y ay me tengo que ir a casa!

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22/10/2019, 15:51
Thyga Redfrid

Thyga montaba a caballo realmente bien. Era algo sorprendente teniendo en cuenta la manera en que se le daban otras cosas como la discreción o el empuñamiento de un arma. Posiblemente aprendió a cabalgar en palacio. Pocas cosas tendría que hacer una aristócrata en su tiempo libre y si le gustaban los animales, ¿que mejor que pasarlo aprendiendo algo de equitación?

Hace bastante frío... - Habló entonces la Infanta. - Esmeralda. - Dijo de pronto sin venir a cuento. - ¿Qué os parece ese nombre? Es fácil de recordar y es bonito. Tengo un anillo de esmeralda en mis aposentos del palacio de Lurbier. Me gusta ese anillo. - Suspiró melancólica. - Ojalá hubiera nacido pobre...