Partida Rol por web

[D&D 3.5] La Torre de las Almas Perdidas 2: El Plano de la L

Capítulo 10. El Fin del Hielo y la Nieve.

Cargando editor
16/11/2017, 09:14

Ella había creado el refugio encantado. ¿De veras pensaba Serge que iba a quedarse fuera si perdía en un juego de azar? Lo llevaba claro. Antes desharía el conjuro y enviaría sus enjutas posaderas al suelo.

-En casos como este, un auténtico chevalier se sacrificaría por las damas -señaló, antes de lanzar un hondo suspiro-. La caballerosidad ha muerto. Y por cierto, te he dicho que no me llames cherie.

El ladrón había demostrado su animosidad, y también que no tendría ningún reparo en dejarla atrás a cualquiera de las dos con tal de salvar su pellejo. Tomó buena nota de este hecho mientras accedía al refugio extradimensional.

 

Cargando editor
16/11/2017, 13:06
Gwindra D'Pasthel

Miro la nube de la tormenta que se acerca a nosotros. Pienso rápidamente. Suspiro. Vaya par. Vaya mierda de refugio. Cuando Serge dijo que nos apretásemos sonreí imperceptiblemente. En esta situación y quiere apretujarse con nosotras dos. Que listillo.

Detrás de él, miré hacia arriba, suspiré de nuevo y empecé a subir.

-Espero que quepamos.

Una vez arriba...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Intento saber de que va esa tormenta.

Cargando editor
16/11/2017, 16:54
Serge Leblanc

 -¡Ha! ¡Ya te gustaría que te lo hubiera llamado a ti, ególatra desfachatada! Évidemment hablaba con Gwindra, que, a diferencia de ti, sabe socialiser correctamente. Oh, y ya que yo te hice caso y dejé de llamarte cherie, hazme un favor y deja de decir palabras en mi langue maternelle. Tu pronunciación me da escalofríos.

Tras decir aquello, Serge aceleró para subir rápidamente al refugio. Y en cuanto llegó arriba y comprobó que era más grande de lo que la maga había dicho, se asomó a la abertura para gritar:

 -¡Aquí cabemos los trois de sobra y otros tantos como nosotros si hace falta! Maldita maga menteuse

Que sí, que el refugio les iba a salvar la vida y todo eso, ¡pero Lyris tenía un problema de actitud gordísimo! Tan gordo que era incapaz de ver que sólo estaba viva porque era útil. Ya podía rezar a sus dioses para no dejar de serlo.

Y suspirando cansadamente, el ladrón se tumbó en el suelo del refugio para descansar mientras la tormenta pasaba. Ya que no iba a poder apretujarse con la encantadora elfa, una siestecita era una muy buena segunda opción.

Cargando editor
16/11/2017, 18:46

Lyris no contestó.

Seguir por aquellos derroteros no iba a traer nada bueno. 

«Tal vez, cuando te calmes, te des cuenta de que no seguirías vivo de no ser por mi. Y que yo, en cambio, no te debo nada. Puedes rezarle a tus dioses porque mi magia siga pudiendo sacarte de atolladeros de los que que tú no eres capaz de salir.» pensó Lyris «Y de que siga mostrándose tan magnánima a la hora de compartir mi don.»

Notas de juego

He vuelto a redactar el post para enfatizar que eso lo piensa Lyris, no un servidor.

Cargando editor
17/11/2017, 09:21
Gwindra D'Pasthel

Meneo la cabeza. Mejor pasar de estos dos. Me dan jaqueca.

Acabo de subir los escalones y veo el gran espacio interior. Miro a la maga inquisitivamente, pero no digo nada.

Me siento y saco una daga. Empiezo a pelar "patatas".

-Supongo que pasaremos aquí algún tiempo hasta que pase la tormenta. ¿Hay alguna forma de hacer un fuego, Lyris?- Le pregunto a la altiva maga intentando que en mis palabras no haya ningún tono hostil.

-Por cierto, ahora tal vez sea un buen momento para que nos cuentes más en profundidad de que va este sitio. Así podríamos entenderlo mejor todos-Miro a Serge y luego de nuevo a Lyris.- y evitar más discusiones. Nos necesitamos todos. Al menos hasta volver a casa.

Cargando editor
19/11/2017, 11:42

«No necesitamos al rarito.» pensó Lyris «No ha demostrado servir para nada más que para sacarme de mis casillas. Sí, eso lo hace muy bien.»

-Puedes hacer fuego sin problemas- respondió.

Se pellizcó el puente de la nariz. Estaba agotada. No tanto por enfrentarse a los peligros de aquel lugar sino por bregar constantemente con sus compañeros de desventuras. 

«Van a volverme loca antes que una visita guiada a la Ciudad de la Demencia.»

-No sé mucho sobre este lugar, y prefiero que así siga siendo -señaló-. Pero os exhorto a dejar de aplicar la lógica de nuestro mundo a un plano cuya mera existencia se opone y se rebela contra el concepto de lo racional y lo razonable. Lo único previsible es que todo es imprevisible. 

Cargando editor
19/11/2017, 21:45
Serge Leblanc

Gwindra les estaba sermoneando como si fueran críos. Y... la verdad era que sus razones tenía. Desde que habían llegado a ese plano, lo único que había hecho era lamentarse y discutir con Lyris. Claro, que la maga no es que se lo hubiera puesto fácil siendo tan cretina, pero… Siempre podía intentar poner un poco de su parte, ¿no? Al menos para tener una oportunidad de sobrevivir.

 -Je suis désolée ma chérie. Es cierto que nos necesitamos los unos a los otros, al menos hasta que salgamos de ici. -se incorporó para mirar a la maga- Lyris…

Serge hizo una pausa para tragarse toda la bilis que le estaba produciendo el mero hecho de pensar en decir:

 -Siento… Haber sido tan intransigente. Entiendo que estamos todos nerveux porque no sabemos donde estamos y eso. Prometo portarme meilleur hasta que volvamos a casa sanos y salvos.

Le estaban entrando ganas de vomitar, pero para sobrevivir había que hacer todo lo necesario. Y era innegable que necesitaba a aquellas dos mujeres si quería salir de allí con el pellejo íntegro.

Cargando editor
19/11/2017, 22:26

«No hagas promesas que no sabes si vas a cumplir.» replicó mentalmente Lyris.

La maga melómana dedicó unos instantes a observar a Serge con una ceja enarca.

-¿Volver a casa? ¿Sanos y salvos? -repitió, en un tono incrédulo-. Añadiría cuerdos a ese deseo, y aunque aprecio tus buenos deseos, creo que deberíamos vivir el momento y plantearnos cada momento como el último de nuestras vidas. Porque puede serlo.

Extendió su mirada grave a Gwindra. Era el momento de decir la mala noticia: aunque no le gustaba pensar mucho en ello, su magia tenía límites. 

-Tenemos cinco horas. Si la tormenta no ha parado para entonces...

Dejó la frase en el aire, bajó la mirada y se hizo un ovillo.

-Descansad un poco.

Cargando editor
20/11/2017, 13:30
Gwindra D'Pasthel

-Estaba pensando en algún tipo de fuego mágico, no llevo leña encima.- Le digo desilusionada a la maga. Me siento y me intento relajar. Cuando Serge me sorprende enterrando el hacha de guerra, y Lyris parece que también lo hace un poco. Suspiro, mitad satisfecha mitad aliviada. Decido no intervenir en la conversación.

Me tiendo e intento conciliar algo de reparador sueño. Noto una palpitación en el mordisco. Pese a los cuidados mágicos de Lyris, noto el mordisco de vez en cuando. A lo mejor es algo en mi cabeza, o es que las cicatrices son más sensibles.  El caso es que ese recuerdo al menos me llevaré de este sitio.

Coloco mi mochila como almohada. cierro los ojos.

Pienso en mi antiguo mentor. ¿Qué te ocurrió? ¿Por qué? ¿Por qué? Yo confiaba en ti. Más que en mis padres. Por qué...

Cargando editor
20/11/2017, 19:40
Director

El rugido de aquella tormenta de arena se incrementaba mientras los tres ocupantes de aquel cobijo mágico trataban de descansar. Pronto todo a su alrededor se vio rodeado por una densa nube de polvo. A medida que el epicentro de la tormenta se desplazaba hacia su posición se hacía más y más complicado conciliar el sueño debido al ruido procedente del exterior y la sensación de bamboleo que incluso parecía sentirse en aquel espacio extradimensional.

La ventolera que se levantó hacía que hasta el suelo se estremeciese. Eran pocos los elementos del firme que podían verse afectados por aquel extraño y devastador fenómeno natural, pero sabían que de haber permanecido a descubierto muy probablemente hubiera salido volando impulsados por aquella tormenta que más bien parecía un huracán de proporciones garganturescas que otra cosa.  

El temor de Lyris se fue incrementando a medida que las horas pasaban y la tormenta parecía no querer cesar. De hecho era evidente que a medida que su curso avanzaba más fuerte e intensa se tornaba su fuerza devastadora. Cuando parecía que tendrían que emplear a fondo su cabeza para tramar un nuevo plan por tal de no morir a causa de aquel fenómeno, la fuerza de la tormenta empezó a menguar con relativa rapidez.

Para cuando dejaron de escuchar el rugido del viento, el polvo comenzó a disiparse y la visión del desolado campo cubierto de arena rojiza que dejó aquella tempestad les partió el alma. No había ni rastro de aquel territorio intermedio que tanto les había dado a sus famélicos estómagos. No querían era penetrar en el desierto rojo, por lo que éste pareció querer ir a donde ellos se encontraban. Ya no habría más patatas, pues éstas se encontrarían sepultadas bajo una capa de arena tan profunda como cuatro cuerpos.

La buena noticia era que el sol parecía brillar ahora con mayor fuerza que nunca desde que llegaran a aquel plano, aunque eso a la larga podía acabar siendo un inconveniente. Descendieron del escondite mágico a tierra firme y fue entonces cuando se dieron cuenta de que la tormenta no se había disipado sino que había migrado en otra dirección y aún se podía observar muy a lo lejos la nube de polvo que la constituía.

Siguieron caminando durante horas y por fin el sol comenzó a desaparecer por el horizonte recobrando su color rojizo habitual. Aquel amanecer había durado mucho más que cualquiera de los vividos hasta la fecha en aquel lugar. También su calor había sido más intenso y eso había provocado que las reservas de agua menguaran demasiado rápido.

No fue hasta el momento en que la oscuridad volvió a reinar cuando Gwindra observó una errática figura humanoide desplazándose en la lejanía hacia su posición. Enseguida hizo partícipe del descubrimiento a sus compañeros y todos llegaron a la conclusión de que quien parecía estar acercándose a ellos era un humano, aparentemente agotado y desorientado.

Cargando editor
20/11/2017, 19:53

Ahora sí.

Ése era el momento.

-Os lo dije -canturreó mientras saltaba fuera del refugio mágico-. Si nosotros no vamos al desierto, el desierto viene a nosotros. Y si jugamos a los adivinos creo que no será el último tipo de paisaje que veremos.

Dejó la frase en el aire, como si fuera a añadir algo más pero se hubiera arrepentido.

«... antes de llegar a la Ciudad de la Demencia.» terminó para sus adentros «Creo que la clave para volver a casa está ahí. Ojala me equivoque esta vez.»

El hecho de que hubiera vuelto a acertar no implicaba que le gustara ni un ápice dar una caminata por aquellas vastas soledades. Tenía un pergamino de soportar los elementos, pero prefería reservarlo para cuando no pudiera más. ¡Lo bien que le hubiera venido agregarlo a su libro, si hubiese tenido el oro!

Estaba agotada cuando vieron aparecer a una figura tambaleándose en el horizonte. ¿Otro viajero perdido o una amenaza en potencia? Tal vez ambas. ¿Tendría agua? ¿Y comida?

Intercambió una mirada con sus compañeros de vicisitudes. 

-Cautela -pidió.

Notas de juego

¿He recuperado conjuros? ¿puedo cambiar repertorio?

Cargando editor
20/11/2017, 20:10
Director

Notas de juego

Has recuperado conjuros. Cambia los que quieras.

Cargando editor
20/11/2017, 22:26
Serge Leblanc

Durante el tiempo que durara la tormenta, el ladrón pensaba quedarse durmiendo apaciblemente, pero al parecer la perturbada naturaleza que regía aquel lugar tenía otros planes. Tal y como rugía el viento, no había quien conciliara el sueño con comodidad, aunque bien mirado, la cosa podría ser mucho peor. Al menos estaban protegidos del viento y la arena que de otro modo les habría matado.

El tiempo pasaba y la tormenta parecía arreciar más y más. El nerviosismo empezaba a flotar en el ambiente ya que Lyris les había dicho que el hechizo no era permanente. ¿Y si el espacio desaparecía y la tormenta se los tragaba? Ojalá fuera cierta la teoría de la maga de que ese lugar les manejaba como peones. Al menos significaría que tenía un plan para ellos y que de momento no pensaba matarles, ¿no? Ojalá fuera así. No quería morir sepultado en una tumba de arena.

Pero finalmente la tormenta amainó, dejando a su paso arena y desolación. El ladrón suspiró amargamente. Tanto que había deseado evitar el ardiente desierto y al final se lo iba a tener que comer por narices. Y encima Lyris restregándoselo por la cara como si en vez de entrar en un sepulcro ardiente hubiera ganado el concurso a la más listilla de la biblioteca local.

 -Vale, tenías razón, ¡estupendo, viva la maga que nunca se equivoca! Ahora pensemos en cómo vamos a sobrevivir en este lugar sin una fuente de agua decente.

Lo único positivo del cambio de paisaje era que las temperaturas eran mucho más agradables. Mala suerte que aquello fuera a ser también su perdición si no encontraban agua potable. Y encima el sol brilló más y durante más tiempo que cualquier otro día pasado en aquel lugar. Esa maldita dimensión quería asarles cual codillo de ternera fresco y jugoso… Y al pensar en aquella comparación, su estómago se quejó con un rugido. Las patatas de aquel lugar, aunque comestibles, no se acercaban para nada a una buena comida de su tierra. ¡Cómo echaba de menos las tabernas de su plano de existencia!

No pudieron relajarse ni siquiera cuando el sol decidió finalizar su jornada de trabajo. Gwindra había visto en la lejanía una figura que parecía la de un hombre caminando tambaleante. Lyris aconsejó prudencia, pero para cuando habló, Serge ya tenía las manos en las empuñaduras de sus armas.

 -Listo para lo que sea.

Cargando editor
21/11/2017, 08:59
Gwindra D'Pasthel

Inquieta por el transcurrir del tiempo, al acabar el cual nos quedaríamos a la intemperie, unido al ruido ensordecedor, impidió finalmente que durmiense Gwindra.

Pero finalmente la tormenta se retiró. Y Lyris no pudo evitar el "os lo dije". Y Serge no pudo evitar la puya posterior. Pasado el peligro,  volvimos a las mismas.  Gwindra miró ambos, alternativamente, con cara de mala leche. Pero decidió no decir nada.

Empezaron a caminar. El día hoy era largo. El agua me preocupaba.

-Deberíamos racionar el agua. Parece que no encontraremos agua en....- Gwindra se calló. Puso una mano a modo visera -¿Que es eso?¿ O quien,  más bien?

Una fora humanoide  se acercaba a nosotros.  -Parece agotado,  pero hagamos caso a Lyrirs y no nos fieros de las apariencias o la lógica en este sitio- Añadió  poniendo en valor los conocimientos de la maga y sacando el arco y colo cando una flecha, aunque sin adoptar una actitud agresiva en exceso, solo precavida.  

-Espemos  a que se acerque.

 

 

 

Cargando editor
21/11/2017, 18:47
Director

Los tres desavenidos compañeros de desventuras se quedaron observando el errático deambular de aquel individuo que parecía provenir del mismo centro de la tormenta. Caminaba de forma dubitativa y sin cuidado. Sus pies se hundían en los desniveles del terreno y trastabillaba. Llegó a caer tres veces al suelo y torpemente se puso en pie para continuar en una dirección completamente aleatoria distinta de la que llevaba en el momento en que fue detectado por los ojos de la elfa.

Su miraba permanecía fija hacia lo que tenía por delante, no miraba a los lados, no parecía ser consciente de donde se encontraba ni hacia donde se dirigía. Por la caída de su mandíbula y la flojera que aparentemente sufrían sus miembros, era evidente que su estado mental no era el óptimo. Posiblemente había sufrido una insolación y estaba a punto de desfallecer, o bien su cordura había sucumbido definitivamente a la locura.

Tras trastabillar una cuarta vez en su errátil vagabundeo la dirección que tomó fue justamente en la que los tres atónitos espectadores de aquel dantesco espectáculo se encontraban. A medida que se acercaba pudieron distinguir sus facciones. Se trataba de un humano de mediana edad. Vestía un extraño hábito de monje bien ceñido al cuerpo. Lucía una barba descuidada, al igual que se cabello castaño. Sus duras facciones contrastaban con su mirada desenfocada de ojos verdes, la cual estaba enmarcada por una grotesca cicatriz que atravesaba su ojo izquierdo.

Pese a que se dirigía hacia ellos no apreció reparar en su presencia. Lyris tuvo que apartarse para esquivar a aquel hombre que no osó en virar su dirección al llegar a su altura. Continuó caminando alejándose unos pasos de los tres incrédulos viajeros planares hasta que finalmente cayó de nuevo contra el áspero y caliente suelo rojo de aquel desierto. En esa ocasión  no volvió a ponerse en pie y aunque movió sus piernas no pudo o no tuvo las fuerzas necesarias para ponerse en pie.

Cargando editor
21/11/2017, 22:38
Serge Leblanc

Serge Leblanc aguardó, tenso y listo para saltar a la mínima señal, a que el caminante se les acercara. Sin embargo, la sensación de peligro disminuyó progresivamente a medida que el evidente agotamiento del hombre misterioso se hacía patente, con sus tropiezos y sus andares tambaleantes. Para cuando pasó a su lado sin reparar en ellos, el ladrón estaba bastante seguro de que no era una amenaza.

Cuando el misterioso caminante cayó al suelo, Serge esperó a que se levantara de nuevo. Y cuando no lo hizo, se acercó a él para ponerle boca arriba.

 -Allô? ¿Me puedes oír?

Agitó una mano delante de la cara del hombre, esperando cualquier tipo de reacción. Y si resulta que estaba muerto o catatónico, se aseguraría de saquear sus pertenencias a base de bien. Él les daría la utilidad que un cadáver no podría.

Cargando editor
22/11/2017, 08:38
Gwindra D'Pasthel

Al ver como iba el tipo, guardé de nuevo la flecha y el arco en el carcaj, pero mantuve una mano en la espada. Después de haber visto los cambios en mi mentor, no me extrañaría nada que este tipo más muerto que vivo de pronto se convirtiese en un asesino con sed de sangre o algo así.

Serge se acercó al cadáver, yo me puse detrás del mismo por si había que intervenir. Cuando le dio la vuelta, me puse en tensión. Espero que Lyris esté equivocada por una vez.

-Ten cuidado Serge...

Cargando editor
23/11/2017, 11:59

Lyris observó el deambular del hombre con fingida indiferencia. Aunque fue molesto que eligiera, precisamente, su dirección para avanzar. Y no la del rarito, por ejemplo.

El caso es que se derrumbó como un fardo.

-Genial -dijo en tono ligero y expresó el voz alta los pensamientos de Serge-. Veamos si lleva encima algo de utilidad. Aunque lo dudo, teniendo en cuenta cómo ha terminado él.

»Y... Serge. No es el momento de volvernos avariciosos ¿eh?

Cargando editor
23/11/2017, 12:10

Lyris está observando atentamente para que Serge no haga ninguna triquiñuela como afanarse algo y quedárselo para él en vez de compartirlo.

Cargando editor
23/11/2017, 19:28
Director

Aquel hombre ignoró por completo la mano de Serge y las palabras que tuvo con él. No estaba inconsciente, pues sus ojos estaban bien abiertos y miraban hacia el frente. Prácticamente no parpadeaba y cuando lo hacía parecía volver a abrir los ojos de forma precipitada. Aunque parecía intuirse cierta inteligencia en su mirada, por otro lado no parecía ser plenamente consciente de lo que sucedía a su alrededor y de serlo, evitaba realmente bien reaccionar a cualquier estímulo.

Al no reaccionar, Serge bajo la supervisión de Lyris, comenzó a registrar a aquel hombre que evidentemente parecía encontrarse bajo algún estado de catatonía. El rintorino primero realizó un cacheo superficial. No notó nada voluminoso sobre su túnica de monje bien ceñida al cuerpo gracias a un cinturón. No portaba arma alguna y no parecía tener ni una sola pertenencia.

Aquel hombre desmelenado no trató de evitar el cacheo por parte de Serge, como tampoco parecías ruborizarse cuando el pícaro rebuscó entre su zona noble, por si era ese el lugar donde ocultaba algún útil de interés. Tras unos instantes quedaba patente que, de haber llevado consigo algún objeto personal o arma, o bien lo había perdido o bien ya había sido desplumado por otros viajeros como ellos.

Lo que si era evidente era que si le dejaban vagabundear a sus anchas por aquel páramo, moriría en pocas horas. No obstante, acogerlo entre ellos tan solo serviría para tener que repartir sus provisiones entre un miembro más del grupo. Un miembro que poco o nada podía aportar salvo preocupaciones y dificultades para aquellos tres viajeros que ya de por si tenían suficientes problemas.