Partida Rol por web

- Mi prior… - Breko llamó la atención de aquel enfurecido hombre. Todo el mundo a su alrededor pensó en que el clérigo de Asthar casi desde su nacimiento, iba a tratar de rebajar la tensión que había surgido entre Liam y Cleon y poner un poco de cordura. – Debemos enviar a alguien en busca de los incompletos… - Dijo entonces sorprendiendo a la mayoría.

Pese a que para los recién llegados, aquella referencia "los incompletos", era totalmente nueva, el resto parecía muy bien sobre lo que hablaba. Liam asintió con la cabeza ante dicha afirmación y se llevó la mano a la barbilla, pensativo.

- Es cierto… - Respondió Liam mucho más calmado. - Haz que vayan en busca de esos pobres diablos. – Ordenó entonces el prior. – Pero no vayas tú, Breko. A ti te necesito para defender el baluarte y ayudarme en la oración de Asthar que servirá para reponernos de todas nuestras heridas y retornar el alma de éste difunto… - Señaló a Khorvin. - …si es que está tan loco de querer regresar a este pútrido plano.

Breko asintió con la cabeza y comenzó a dar instrucciones a alguno de los hombres que se encontraban al fondo del baluarte. Lo hizo en el idioma propio de aquel plano, aunque todos parecieron entenderle, tan solo dos hombres de mediana edad parecieron hacerle caso y se apresuraron a subir al piso superior a la carrera.

- Los incompletos son las almas de los hombres que vinisteis a buscar. – Le dijo Breko a Loperick. – No son plenamente conscientes de… - Dudó un instante. - …de nada. Vagan como almas en pena. No hablan. No comen si no les fuerzas. Parece que nada queda en su mente. Salvo Helga y un par de casos más, ninguno de ellos ha podido recuperarse de ese trance… - Breko suspiró apenado. – Sólo espero que con su regreso, uniendo de nuevo cuerpo y alma, vuelvan a ser los que un día fueron.

Tenia que dejar que Helga invocara el portal o hiciera el conjuro... Cleon no entendía de magia pero tenía clara una cosa.

- Si tú puedes sobrevivir aquí, yo también podré hacerlo, y si mueres aquí, lo haré a tu lado.

Los demonios finalmente habían atravesado las defensas, apenas quedaban unos instantes.

- ¡¡ Helga, mándalos a casa de una vez !!

Cleon se interpuso entre los demonios y su mujer en posición defensiva, aguantaría hasta que el resto no estuviera ya aquí.

Lope entendía los sentimientos de Cleon, no es que él hubiera estado nunca enamorado, como mucho habia tenido leves romances con posaderas, agricultoras e hijas de los nobles de Vilerrés que se enfrentaban a las imposiciones de sus padres, es mas, su última etapa, que implicaba el celibato, no le había afectado demasiado, para que estaba el celibato sino para saltárselo en los breves permisos que tenían en la prisión? Pero entendía razonablemente que alguien que había jurado fidelidad eterna a otra persona, hiciera cumplir su palabra.

-Cleon, siempre te recordaremos, y si hay una sola posibilidad de volver a por vosotros, no dudes que lo haremos! Buena Caza Cazador!!! Dijo mientras le daba un abrazo y se retiraba triste donde estaban preparando los rituales

EL clérigo de Ashtar miró atónito como el explorador no atendía a razones, quería morir junto a la Paladina de la Muerte, a la que ellos conocían como Helga, una mujer de gran valor para su Diosa, que les había permitido llegar tan lejos a pesar de los inconvenientes, todo ello existiendo alternativas menos dolorosas, era su vida, que hiciera lo que quisiera.

-Si quiere morir innecesariamente, que lo haga! es su decisión! yo ni loco le llevo la contraría a la Paladina de la Muerte, el último que lo hizo tiñó de sangre su armadura durante unas cuantas semanas. Señor! Lope! vayamos a iniciar el ritual, debe ser ahora! Dijo mientras se movía rápidamente hacía una sala anexa donde habían llevado el cadáver el marinero.

Los tres entraron en la sala, pequeña y lúgubre, con calaveras de humanos, demonios y seres no identificados por Lope, quien las veía colgando de cadenas del techo, con cierto temor y repulsa, pero eran sus costumbres y debía respetarlas, lo mismo que hizo cuando entró al servicio de la orden de Gorant el gris y se escandalizó con lo que hacían con los novicios de menor edad los clérigos importantes de la orden.

-Cógele de la mano, tu serás su vínculo con su cuerpo, seras el encargado de atraerle hacia aquí, pero te indico que no hay ninguna garantía, quizás en Gea este ritual tendría casi la total certeza de éxito, pero a este lugar solo un loco o alguien con mucha fe en su trabajo querría volver y dejar atrás el reposo eterno. Dijo juntando la mano de Lope a la aún cálida y rígida mano del Bribón marino.

El batidor se encontraba aferrado a la mano, pendiente de lo que iba a pasar, ¿Como atraería de nuevo a su amigo a esa locura en la que se encontraban? Algo se le ocurriría.

El Prior fue el último en entrar en la sala, con un pavo vivo cogido del pescuezo, el cual no paraba de mover la alas intentando soltarse de la presa en la que estaba sumido, sin duda era consciente de que su final estaba cerca y no parecía hacerle especial ilusión, quizás la vida de un pavo en el plano de la locura no era especialmente cruel y por eso se resistía a morir sin luchar.

-Para devolver una vida, otra debe finalizar, así lo dicta Ashtar, así cumplimos con su dicha!!. Dijo Liam Brestcol mientras abría en canal al ave, que tras un primer glugluteo y un espasmo dejó de moverse mientras su alma abandonaba el plano y su sangre regaba el cadáver del marino de la cabeza a los pies.

El ritual acababa de empezar...

Por fin habían dejado de discutir acerca de su futuro y se centraban en los asuntos realmente importantes.

El primer paso parecía que era devolver la vida a Khorvin. Cleon observaba desde cierta distancia los preparativos mientras seguía atento a los golpes que los atacantes daban en la puerta principal. No sabía el tiempo que tendrían antes de que cayeran las defensas.

- Helga, ¿qué necesitas para el ritual? No se el tiempo del que disponemos, pero no va a ser mucho. Si te puedo ayudar en cualquier cosa dímelo.

Sin otras instrucciones, Cleon se mantenía un poco rezagado, entre la zona donde se iba a hacer el conjuro y el portón de entrada a la torre, con la espada desenvainada y listo para luchar.

- Tan solo necesito algo de tiempo y concentración. No es mucho lo que puedes hacer... – Respondió Helga con una sonrisa dibujada en su rostro y una mirada enamorada hacia el cazador que tanto amor demostraba por ella. – No creo que la puerta aguante mucho más… - Confesó. – Gracias al conjuro de santuario que los monjes están llevando a cabo, es muy posible que los demonios se mantengan a raya al menos un tiempo. – Cogió aire profundamente y acto seguido suspiró. – No son los demonios los que me preocupan. Sino los otros seres que moran en este plano de locura y que sin duda acudirán junto a la horda para acabar con nosotros. Debéis impedir que entren en la Bastión antes de que complete el hechizo.

Sin precio aviso Helga se acercó a Cleon fundiéndose en un sincero abrazo. Comenzó a acariciar la nuca del cazador con sus otrora delicadas manos, ahora algo más ásperas debido a los trabajos que había tenido que llevar a cabo en las últimas fechas y al combate con espada, del que antes de su llegada al plano, poco conocía. Posó su cabeza contra el pecho del cazador e inspiró profundamente recordando el olor de su amado. Alzó la vista, miró a los ojos de Cleon y besó sus labios suavemente.

Breko y Lope se mantenían ocupados con el ritual del pavo, por el cual el espíritu de Khorvin tendría una oportunidad de regresar a la vida. Mientras tanto, los monjes que marcharon raudos al piso superior en busca de aquel grupo de personas al que se referían como “los incompletos”, empezaban a descender las escaleras.

Marchaban acompañados por una decena de hombres y mujeres con muy mal aspecto. Vestían únicamente con un camisón blanco, aunque bastante oscurecido por la falta de limpieza. La mayoría de ellos iba descalzos y con el pelo desaseado. Todos sin excepción estaban extremadamente delgados. Mantenían la mirada perdida y en algunos casos hasta parecían estar babeando. Sin duda eran poco conscientes de lo que tenían a su alrededor.

Cleon reconoció a muchos de los allí presentes. Al igual que él, fueron presos de la Prisión de las Almas Perdidas. Lope, Markku, y también Edzard bajaron la mirada al reconocerlos también. Se trataba de personas que habían estado a su cargo durante su estancia en prisión. No sabían por qué habían sido condenados, pero era evidente que el castigo había sido desproporcionado.

- ¡Son las almas de los reos que vinimos a buscar! – Exclamó Markku remarcando la evidencia. – Si logramos regresar con ellos a Gea… - Se frotó los ojos antes de acabar la frase, como si quisiera comprobar que no se encontraba ante un espejismo. - …habremos logrado nuestro objetivo. ¡Parecía imposible! Después de todo hay que reconocer que Gorant es grande… - Dijo esto último en un susurro casi imperceptible.

Miró entonces a Edzard y asintió con la cabeza. Sin duda se sentía orgulloso del que fuera lo más parecido a un padre que había podido tener. Markku dio varias palmadas sobre la maltrecha espalda del ya anciano guardia y acto seguido le ofreció su mano para acto seguido fundirla en un fuerte apretón con la de su buen amigo Ed.

- No sé cómo, pero nos has traído hasta aquí. - Le dijo con orgullo. - No creo que Gorant te haya guiado hasta este lugar para dejarnos morir aquí. ¡Regresaremos!

- Gorant debió guiar mis pasos. – Respondió Edzard sin demasiada gesticulación, pues quedó mirando fijamente al suelo, como dudando de sus propias palabras. – Gorant o la locura propia de este infesto lugar. – Aclaró finalmente.

No obstante, el amisto gesto de Markku pareció sacarle de su ensimismamiento. Sin llegar a sacarle una sonrisa, su rostro lleno de pesadumbre se tornó en uno algo menos consternado y cuando notó el fuerte apretón de manos, pareció reaccionar del todo.

- Es una suerte que hayamos encontrado las almas perdidas y el modo de salir de aquí en el mismo lugar. – Dijo de forma más alegre aquel hombre. – Parece mentira que el plano finalmente nos vaya a brindar un final amargo, pero feliz...

Mientras los monjes trataban de seguir taponando la entrada para evitar que los seres del averno que se hallaban tras los muros del bastión, penetrasen en su interior, el conjuro del santuario, pareció que finalmente se dio por concluido. Los monjes que oraban en círculo se pusieron en pie y se apresuraron a ir en busca de sus armas y sus escudos.

Un aire renovado parecía envolver ahora el recinto. Se respiraba una extraña paz surgida de la propia divinidad del conjuro realizado. Sin duda el conjuro había dotado a aquella sala de cierto halo sagrado. Probablemente y como esperaba el prior, mantendría a los demonios en el exterior, al menos por un tiempo.

Fue entonces cuando el prior Liam Bestcol, se arrodilló ante una estatua de Asthar, la diosa de la muerte. Con los brazos en cruz, los ojos cerrados y la cabeza gacha, comenzó a orar. Sus oraciones que en un principio sonaban lejanas, pronto comenzaron a envolver toda el área de aquella estancia. Todos los presentes pudieron sentir el poder divino de sus palabras y notaron como las heridas que habían sufrido comenzaban a sanar de forma milagrosa y los lanzadores divinos, veían restituida su reserva de conjuros.

- ¡Danos fuerza Asthar! – Gritó finalmente el prior. - ¡Danos fuerzas para salir victoriosos de esta última batalla!

Y todos los mojes allí presentes alzaron sus puños o sus armas hacia el cielo mientras repetían las palabras de su prior. Estaban preparados para la última batalla y la defensa de Helga, la única de todos los presentes que podía llevar a cabo el ritual que les haría regresar a casa, aunque no a todos. No todos podían regresar.

Tras empezar el ritual sangriento, con el pavo ya muerto y sus ojos en blanco, el Prior que acababa de curar a todos los presentes hizo una señal a Breko, quien empezó a pronunciar una serie de indescifrables palabras en un idioma desconocido mientras una especie de neblina y luces azules envolvían la pequeña estancia.

-Broli, olong, espupovich, Dabra, Popó! dijo. BROLI, OLONG, ESPUPOVICH, DABRA, POPÓ! gritó  BROLI, OLONG, ESPUPOVICH, DABRA, POPOOOOOOOO!!!! grito con tanta fuerza que todo el mundo se giró hacia la sala.

Por su parte el Prior, sentado con las piernas cruzadas empezó a levitar y con sus manos apuntando al davader del guerrero le instó a levantarse.

-Levanta gran guerrero!!! POR ASHTAAAAAAR!!!  PODER ILIMITAAADOOOOOO!!!!!

Tras ese ultimo recital, unos rayos de color rojo sangre salieron de su mano, los cuales hicieron que el cuerpo sufriera unos espasmos los cuales hacían creer que se levantaría, pero en su lugar se quedó quieto, soltando un humo que olía a chamusquina.

-No puede ser mi Prior! no ha funcionado! que ha pasado?? no es un tema de almas que no retornen, es algo diferente, lo ha notado verdad? algo ha parado el conjuro! algo mas poderoso que nosotros mismos y quizás mas que la mismísima Dulce Muerte. Gritó aterrado el clérigo.

- Si Breko, fuerzas que no podemos entender han hecho que el conjuro fallase, no hay nada mas que podamos hacer, su destino está sellado, coged el cadáver y tirarlo por una ventana, quizás así los demonios se deleiten con su carne y nos den unos minutos de margen para terminar el portal. - Dijo el prior.

- ¡Ahora mismo mi Señor! - Respondió entonces Breko muy seguro de que la voluntad de su prior era lo más adecuado en ese moment

El abrazo de Helga pilló desprevenido a Cleon, pero se dejó en sus brazos y sus labios. Una intensa oleada de puro amor les envolvió por un instante. Parecía por un momento que hubieran regresado a su querida granja, a la paz de su hogar, al aire fresco del monte al principio de la primavera. Solo duró un instante, pero Cleon hubiera dado cualquier cosa por poder mantener esa sensación un poco más.

Sonrió a su mujer que seguía acurrucada en su pecho y le besó suavemente los labios. Dolorosamente la retiró de su lado con una sonrisa.

- Eres maravillosa, la luz de mi vida y mi guía en la oscuridad. Ahora debes concentrarte en el conjuro que les devolverá al plano normal. Yo velaré que nada te toque ni te moleste. 

"Y cuando hayan partido y quedemos atrás... sobreviviremos" - Tenia tan poca confianza en sus palabras que no se atrevió a pronunciarlas. La tomó por los hombros y le dio un último suave beso en los labios.

Con la espada lista se situó unos metros alejado de su amada, camino a la entrada, cubriéndola de cualquier cosa que vomitase la puerta y que consiguiera atravesar la defensa de los monjes.

El genial Loperick contempló estupefacto como aquellos poderosos clérigos de Ashtar eran incapaces de resucitar a su amigo, según parece una fuerza sobrenatural, quizás el mago rojo lo había hecho a postas para quitarse enemigos de encima.

-No podéis hacer nada mas? ha sido el mago rojo? le destriparé!!! No os atreváis a tirar a mi amigo a esas bestias, merece un entierro marino en Gea! Dijo con lagrimones en sus ojos y un nudo en la garganta.

Preparémonos pues para la batalla! hay que defender el bastión hasta que Helga abra el portal! Ancianos, mujeres, niños y espectros preparados para partir en cuanto el portal se abra, nosotros resisitirémos junto a los monjes hasta que sea posible la marcha! Colocad bancos y mesas delante de la puerta para usarlos de defensas y resistir la primera acometida! Dijo el batidor organizando rápidamente la defensa del bastión.

Breko O'Mol-lio, clérigo de Ashtar acababa de llegar a una encrucijada, hacer caso a su Prior o al que acababa de jurar lealtad. Una vorágine de sentimientos inundaron la mente del Locurense que debía tomar una decisión trascendental.

-Mi señor, lo siento, pero le debo lealtad a Lope de Vilerrés, he hecho el juramento pues estoy vivo por obra y gracia del Geasiano. Y a él debo seguir hasta que Ashtar de el pacto por cumplido.  Dijo agachando la cabeza.

-Te entiendo Breko, no podemos ir en contra de los designios de la Dulce Muerte, sigue tu camino y mucha suerte, nunca has sido especialmente feliz aquí, muchos te temían o no te comprendían. Dijo posando su mano sobre el hombro de su ex-subalterno.

-Todo el mundo, preparado la batalla está a punto de empezar! POR ASHTAAAAR!

 -En un final joyeux no hay amargura que valga, Edzard.

Sobre todo si ese final implicaba abandonar aquel plano de locura y regresar al mundo real. ¿Qué varios de sus aliados habían caído? Bueeeno, ya les llorarían más tarde. Y comerían y beberían a su salud también. Pero antes tenían que salir de allí.

Mientras la belleza pelirroja se preparaba para realizar aquel maravilloso ritual, el conjuro destinado a resucitar a Khorvin falló estrepitosamente. Lope comenzó a lamentarse por la inevitable pérdida de su amigo e impidió a los monjes que arrojaran su cuerpo a las bestias que intentaban entrar. No es que el ladrón no le comprendiera, a él tampoco le haría gracia que una vez muerto usaran su cuerpo para alimentar a unos demonios, pero… ¡Qué diantres, que estaría muerto, no se iba a enterar! A esas alturas poco le iba a doler a Khorvin sacrificarse para darles algo más de tiempo. Pero Lope tuvo suerte de que alguien estuviera tan loco como él. Se quedarían con un cadáver y con menos tiempo para evitar que la puerta de la torre callera. Hurra.

Sacando su arco, el ladrón se colocó en una posición lo más estratégica posible para disparar a lo primero que entrase por allí.

 -¡Listo para lo que sea! ¡Acelerad ese rituel antes de que nos convirtamos en bocadillos!

Lope tras comprobar como nadie defenestraba el cadaver de Khorvin el Marinero sacó su arco y una flecha y apuntó hacia la puerta listo para descerrejar un flechazo al primer demonio que se atreviera a invadir la fortaleza.

Lope se encontraba en paz, el aura de los hechizos le hacía estar calmado y listo para matar demonios.

-Dejad que entren! aun queda un Geasiano vivo en Peliati! gritó fruto de la emoción de la batalla que estaba por llegar.