Partida Rol por web

Tras varias jornadas de viaje donde vuestra integridad física quedó a salvo, llegasteis al territorio que comprendía al Erlkazar.

Todo el páramo parecía abandonado, árido, no era normal puesto que en las indicaciones que habíais recopilado a lo largo del viaje daban por hecho que algo de vegetación habría.

Aquello era extraño, y os indujo a estar alertas ante cualquier tipo de movimiento sospechoso por parte del entorno.

Dedicasteis varios minutos a dar rodeos por la zona hasta encontrar algo que fuera de interés, estaba claro que si estabais intentando buscar al Genasí, su localización debería estar en un lugar oculto a simple vista o al menos lejos de la civilización.

Seguimos avanzando durante unos días aunque el camino no fue fácil, al menos no sufrimos ningún percance. Ahora estábamos en un lugar árido, vacío de vegetación. Pero no podía ser lo que sabía de esta tierra era que había vegetación, pero esto era un desierto, sin rastro de ella "¿Acaso estaré equivocado?" pero no era así, estaba seguro que pasaba algo pero no podía decir el que.

Aunque al final me centre en nuestro objetivo el Genasi, se ocultaría en una zona deshabitada y alejada de la civilización "Esta zona como esta podría ser perfecta y eso respondería a que estuviera así desierta". Con cuidado trato de buscar algo que me indicara algo, tanto del Genasi como de lo que ocurría en este lugar.

Lunnaris ayudó en su búsqueda a su compañero elfo. Se sentía más agusto ahora que habían esquivado aquellos pestilentes escarabajos y que sus compañeros no los habían considerado una amenaza.

Pero ahora que iban en busca de aquel ser, se acordó de su cuerpo lleno de gusanos y la relación que podían tener con los escarabajos, quizá todo estuviese relacionado, además, tanta aridez en aquella zona no era normal. Así que, con aquellas pistas, Lunnaris hizo por buscar todo lo que pudo, confiando también en encontrar alguna fuente de agua, pues aquel viaje la estaba agotando y además la estaba dejando sedienta.

Qué raro... Parece como si no quedara un solo ser vivo en este lugar. ¿Nos habremos equivocado de camino?
Me extrañaría bastante que se tratara de eso. Ya que nuestro enemigo era el Genasí de fuego, tenía cierto sentido que, por cualquier razón, si hubiera pasado por aquí podría haber arrasado con la zona. Pero sería demasiado evidente... Quizás está jugando con nosotros... O la pista es errónea...

-No se si podremos aguantar demasiado tiempo en esta zona. Deberíamos hacer las cosas rápido- dije, y me puse a buscar indicios que permitieran descubrir algo.

Mientras investigo el terreno me tropiezo con un sospechoso cúmulo de rocas. Como no me apetecería que por un error tonto nos saltáramos lo que estábamos buscando, inspecciono el lugar hasta el último rincón. Una de las rocas más grandes parece un poco inestable, y cuando aplico sobre ella algo de fuerza noto cómo puedo moverla, como si alguien lo hubiera hecho ya antes y por el desgaste en el suelo fuera más sencillo quitarla. La separo un poco de su lugar inicial y tras ella encuentro lo que parece la entrada de una cueva. Alguien se ha tomado las molestias de ocultarla bien... Devuelvo la piedra a su lugar para no levantar sospechas y marcho a buscar a los elfos.

-He encontrado la entrada de lo que podría ser una gran cueva. Estaba bien oculta tras unas roca, pero he podido moverlas con facilidad- les explico-. Quizás haya algo de utilidad en su interior, si no lo que buscamos, quizás algún refugiado que nos hable de lo que ha sucedido en la zona. ¿Habéis hallado algo?

Por mucho que trate de encontrar algo me fue imposible, estaba algo decaído por ello, la entrada debía estar aquí en algún lado pero por alguna razón no la veía. Odiaba fallar me superaba, pero algo llamo mi atención. Damakos decía haber encontrado la entrada "Bien". Así que me acerque a él para verlo con mis ojos.

Buen trabajo Damakos. Le digo con alegría. Bueno si deseáis podría adelantarme un poco e investigar soy hábil en moverme sigilosamente. Años me llevo de entrenamiento conseguir evitar ser detectado, aunque siempre estaba la posibilidad de fastidiarla y ser descubierto. Pero entre los tres creo que era mejor que yo me arriesgara. La posibilidad de encontrar nuestro objetivo me motivaba y ahora aliviaba mi ánimo anteriormente hundido.

-Si, estaría bien, así nos aseguramos de que no haya peligro- algo había en Aerandir que me daba la sensación de que podía fiarme de sus habilidades-. Tan solo te pediré que vayas con sumo cuidado. Ya nos atraparon una vez... No queremos que vuelva a ocurrir.- noto que mis palabras suenan desesperanzadoras, pero realmente necesitamos ser cuidadosos.

Decidiste adentrarte en la cueva como mejor opción. La zona de sus alrededores estaba totalmente deshabitada, a simple vista podía haber sido un lugar de extracción de minerales, pero una vez en su interior comprobaste que sus entrañas no habían sido visitadas por nadie con vida en mucho tiempo. ¿porqué existiría una cueva oculta y aislada en un lugar como este? Para ti era muy sospechoso.

El lugar era oscuro, pero no lo suficiente para evitar una exploración mayor. La entrada era pequeña pero el interior se iba ensanchando cada vez más. Viste que había un estrecho pasillo a unos 10 metros de ti que conducían a las profundidades de aquel lugar, ahora interesaba saber si era adecuado o no hacerlo.

Lo primero fue desenvainar mis espadas, esta era una misión de infiltración y reconocimiento pero podía pronto convertirse en otra cosa. Avanzaba con sumo cuidado, poniendo un pie donde pisaba el otro. En estos casos la prisa no era la mejor compañía ni el mejor método. Mi cuerpo estaba completamente en tensión, como lo estaba una mangosta ante una cobra. La entrada comenzó a ensanchar, cuando ande un par de metros pude comprobar que un estrecho pasillo llevaba hacia el interior.

Me detuve un segundo, para lanzar una plegaria. Luego volví a avanzar, con el mismo cuidado de antes, preparado por si una trampa saltara.

Una vez Aerandir se adentra en la cueva, empiezo a re-inspeccionar los alrededores. Nunca se sabe si habrá algo de interés por ahí, o algo que se me haya pasado por alto.

Inspecciono los alrededores, pero por más que busco lo único que consigo es cansarme un poco más. Justo cuando estoy a punto de rendirme levanto la vista. ¿Qué ha sido eso? He visto como algo se metía detrás de una especie de montículo de tierra. Me dirijo hacia él, espada en mano, pero cuando llego parece que se ha marchado. ¿Puede que fuera un animal? No... Parecía grande... Busco un poco más en los alrededores, pero no hay nada.

Conforme regreso extrañado al lugar en el que se encontraba Lunnaris, un ruido de pasos me pone en alerta. Me giro hacia todas direcciones. Esta vez creo que si que he visto algo... Empiezo a correr hasta que alcanzo por fin a Lunnaris. Jadeando, miro hacia todas partes.
-Hay... Hay alguien más aquí... Creo que... Nos están vigilando.- le digo. Noto algo de nerviosismo en mi voz. Cuando recupero algo el aliento, reempuño mi arma y me pongo en guardia, listo en caso de que llegue alguien.