Partida Rol por web

¡Habeis vuelto sire! ¡Estuve tan preocupada! ¿Estais bien? Te pregunta acercandose a ti con una amplia sonrisa y sosteniendo la bandeja contra su pecho. ¿Que ha ocurrido?

         El calor después del paseo resulta de lo más agradable, y la sonrisa de bienvenida de Vane mejora las cosas... Esta taberna se ha convertido en el primer lugar agradable que he pisado en Desembarco, y esta muchacha en mi primera anfitriona agradable, asique se merece una buena explicación...

¡Hola, Vane! Me alegro mucho de verte de nuevo, después de un dia tan ajetreado... Estoy estupendamente, y creo que la pregunta acertada sería qué no ha ocurrido... Te veo muy atareada, pero si tienes tiempo sirvenos unas cervezas a los dos y te cuento... Corren de mi cuenta, que tengo buenas noticias... ¡Ah!  Y no te preocupes por la cena, ya vengo cenado.

Un momento sire. La muchacha corre a por una jarra de cerveza y con muchos cumplimientos te la pone delante. Sonrie picaramente. ¿Buenas noticias? Eso es magnífico sire, ya sabia yo que nadie se atreveria a causaros ningún mal. Seguro que ni tan siquiera tuvisteis miedo cuando los guardias os rodearon... de hecho estoy segura que hubieseis podido derrotarlos a todos sin problemas...

     Ante las palabras de la muchacha, mi sonrisa se ensancha notablemente y con gestos muy forzados doy el primer trago de la cerveza, un trago largo, para despejar las tensiones del dia...

Ahhh... No creo que esos dos haraganes estuvieran por la labor de enfrentarse realmente a mi pasado el primer contacto de espada, pero no estoy aqui para meterme con la autoridad... Aunque he de decir que su jefe es harina de otro costal, un tipo duro... Pero bueno, se limitó a recitarme un par de advertencias y dejarme marchar... Y efectivamente aquí empiezan las buenas noticias, que resumiré en que estoy invitado a la justa de mañana y ahora soy el maestro de armas del joven pupilo de Lady Chyttering, que se ha ofrecido a instalarme en su casa... ¿Qué te parece? Un dia productivo, ¿No crees? - De pronto caigo en que quizá le perturbe que no vuelva a aprecer por aquí, despues de todo parecia sinceramente preocupada por mi bienestar... - Pero no te preocupes, vendré por aqui a menudo, y si quieres quizá podrias asistir al torneo... No se me da tan bien como la espada, pero seguro que me das suerte...

¡Oh! Habeis sido nombrado maestro de armas, realmente suena emocionante. Aunque espero que cumplais vuestra promesa y sigais viniendo a verme. De lo contrario os echaria de menos. Medita unos instantes. Bien supongo que puedo pedir a mi patrón que me permita ausentarme... la mañana suele ser bastante tranquila ¡y me encataria veros justar!

Por supuesto que vendré a verte... No le tratan a uno tan bien en todas partes, y no se cocina tan bien... Asique tengo buenos motivos para seguir viniendo mientras tu trabajes aqui. - Alzo en su dirección la jarra antes de dar un trago - Entonces deacuerdo, espero verte mañana... Dime, ¿te creó algun problema lo sucedido a mediodia? Espero que no...

La muchacha sonrie contenta. No sire, no me causa ningún problema que vengais de hecho... me gusta mucho veros por aqui. Añade con una risilla, en ese momento la llaman para que atienda una mesa y se levanta para irse. Pero en el ultimo momento se gira y besa tu mejilla con ternura. Enrojece y corre a meterse entre las mesas a despachar cervezas.

       El beso de Vane me desconcierta, y me quedo mirándola sin decir nada cuando marcha a atender otra mesa... En mi vida, mi relación con las mujeres había sido mas bien escasa, tan centrado estaba en el entrenamiento... Mis amigos solian decir que yo terminaria casado con mi espada sin conocer mujer, no obstante, si había mantenido relaciones con un par de criadas...

       Pero nunca así. Nunca me habian entrado tan directamente, y dado que estaba aqui con la intencion de terminar casandome de verdad con mi espada... Por qué no probarlo una vez más. Desde mi mesa me dediqué a contemplar a Vane, viendola totalmente distinta... Sus suaves curvas, sus generosos pechos... Con cada trago de cerveza me parecía mas irresistible...

Sigues bebiendo cervez atras cerveza sin hacer mucho caso ha lo que sucede a ut alrededor, flotando en una nube. Los Siete te son propicios, o al meno lo parece mucho ¿quien te hubiese augurado tal exito nada mas llegar?

     Mañana tengo un torneo importante, asique no debo propasarme... Cuando noto que la cantidad de cerveza consumida empieza a nublar mi mente, lo dejo y, tras recordar que Vane no llegó a mostrarme mi habitación, me dirijo a ella.

Perdona, Vane... debería irme ya a acostar. ¿Podrías indicarme mis aposentos?

La muchacha te acompaña escaleras arriba y te enseña la habitacion. Esta es pequeña y austera pero esta limpia y se nota que ha sido aireada y ordenada recientemente. Contiene un camastro y un arcon en el que ha guardado tu ropa doblada. En una percha ves tu armadura lista y bruñida.

Aqui teneis sire, espero veros vencer mañana.

     Magnífico Vane... Vaya, veo que te aplicaste al disponerlo todo...

     Una mirada de reojo a la muchacha hace que vuelva a perderme en sus curvas, y con un ligero rubor por la falta de costumbre, el atrevimiento del alcohol me desata la lengua en una petición de la que mi sentido común me dice que me arrepentiré.

    ¿Quizá querrias acompañarme? - La pregunta va acompañada de un gesto de la cabeza en dirección al camastro

La muchacha duda durante un momento pero finalmente entra contigo y cierra la puerta tras de ella. En la oscuridad solo notas su presencia por el calor de su aliento en tu rostro.

Cuando despiertas a la mañana siguiente ya debe ser tarde por que el sol invernal entra por la ventana de tu cuarto, Vane duerme tranquila a tu lado. Sus hombros se mueven pausadamente al ritmo de su respiracion.

      Al despertar, me entra la aprensión de que quizá podría habérseme hecho tarde... Intento serenarme y, con gesto cariñoso, despierto a Vane moviéndole ligeramente el hombro... Cuando abre los ojos le sonrió.

Buenos días... Es hora de irse preparando, al menos si vas a venir al torneo... ¿Podrías ayudarme con la armadura? Yo te explico lo que hay que hacer...

Cubierta con apenas una sabana Vane sonrie y asiente.

Nunca habia visto una armadura de tan de cerca asi que ya me direis que he de hacer. Id vos primero al Torneo, yo he de despachar la taberna durante un rato, luego os seguire.

      Tras explicarle cómo debe abrochar las sujecciones de la espalda y finalmente verme equipado con mi armadura, pido que me preparen al caballo y bajo todo lo rápido que me permite la armadura para montar y partir en dirección a la justa, no sin antes pagar y despedirme de Vane, con una sonrisa en los labios y los ojos ligeramente brillantes de emoción.

Muchas gracias, Vane, espero verte en las justas.

Montas en tu caballo y sales hacia la Puerta. Tras cruzar la ciudad, y darte cuenta de lo avanzado de la hora, llegas al campo extramuros donde se librara la justa. Ahi ya hay dispuesto un campo de honor y ves que hay una veintena de muchachos y algunos caballeros alrededor del mismo. En un lateral se ha instalado un pabellon con unos braseros para que tomen asiento en el las damas y otros cortesanos ociosos que han acudido como espectadores.

Compruevas con un punto de nervios que ya hay dos caballeros justando y esperas que no te hayas dormido demasiado. Ves como la pequeña figura de Matt se acerca corriendo.