Partida Rol por web

Mr.Castle vio de pronto una luz a lo lejos, pequeñita, y sin esperarlo, y después de unos agitados pasos, la luz parecía cada vez mas y mas cercana, volando por el aire, hubiera jurado que a cámara lenta, hasta que tras ella, o mejor dicho, agarrado a ella, llegaba el señor Sauke con un gran estruendo al pisar de nuevo suelo firme.

- Señor Sauke, ¿está usted bien? - dijo mientras trataba de amortiguar junto al guía la llegada del hombre - Nos tenía muy preocupados - añadió tras conseguir que la verticalidad del saltador fuera de nuevo completa -Si llega a tardar un poco mas creo que ambos hubiéramos saltado hacia su posición. ¿Ha conseguido ver algo mas? ¿Había alguna salida? ¿Algo extraño en las paredes? - Howard meditó por un instante las palabras que acababa de pronunciar - Bueno, más extraño de lo normal, quería decir....

Observó detenidamente al joven, hacía escasas horas perfectamente impecable e impoluto y ahora mostrando un aspecto totalmente desaliñado. A pesar de todo lo vivido había mostrado una entereza y un valor fuera de toda duda. Howard estaba seguro que, por muchos conocimientos que atesorara junto con el guía, debido a su ámplia experiencia estudiando o viajando por aquellos lugares, sin la energia del joven dificilmente podrian encontrar la salida.

Desvió si mirada hacia la entrada de la sala. La luz de la antorcha parecía hacerla bailar al son de sus vaivenes.

- Creo que deberíamos volver al pasillo y seguir hacia la izquierda, hasta la próxima sala, creo recordar que era la número 5 - miró de nuevo a sus dos compañeros - ¿Que opinan caballeros?

Tras el salto, levanté rápidamente y me dirigí corriendo a mis compañeros. Me miraban con los ojos como platos, quizás no se explicaban por qué corría de aquella manera, como si escapada de algo, pero para mí era así, cuando cogí el medallón salí corriendo sin mirar atrás por si activaba algún tipo de trampa o lo que fuera.

Cuando llegué a la altura de mis compañeros me frenaron con sus brazos, mientras me preguntaban si estaba bien y que había pasado. Pero yo solo pensaba en salir de aquella sala, - No había ninguna salida, solo la estatua y el medallón, nada más, por esa razón estoy aquí, ahora tenemos que seguir avanzando sin detenernos. - Salimos de la instancia, yo el último, empujando levemente a mis compañeros mientras miraba hacia atrás y muy atento a aquel ruido que salía del foso.

Una vez fuera de la sala, giramos a la izquierda hacia la sala 5, me coloqué el primero, ya que era yo quien tenía la antorcha, había salido de la sala 7 totalmente revolucionado y ni siquiera me había percatado de devolverle la antorcha al señor Mahfuz. Mientras avanzábamos, me fui calmando poco a poco, y me empecé a preguntar cómo es que el señor Castle, con su personalidad y su interés por todo lo egipcio, no indagara sobre el medallón, sobre si lo había cogido o no...

Pero rápidamente dejé de pensar en ello porque llegamos a la entrada de la sala 5, me paré, - Y ahora, ¿qué?, a la derecha tenemos la sala 15, que según el mapa es la sala central, o a la izquierda para entrar en la sala 5... - me quedé en silencio esperando la respuesta de los expertos.

Tras agruparnos nuevamente los tres, me convertí en un mero pasajero de la aventura, no se si fue por el rostro desencajado del señor Sauke, o las divagaciones del señor Castle, el caso es que perdí por entero el dominio de mi mismo, limitándome a seguirlos con total carencia de voluntad.

Avanzamos por el pasillo PJ mientras poco a poco iba recuperando el autocontrol, notando con un resquemor que estábamos perdiendo gran parte de la luz que nos ofrecía la antorcha, un error imperdonable. Mecánicamente impregné un poco más tela con parafina y con la habilidad adquirida a lo largo de los años la enrollé en el extremo incandescente de la tea, aprovechando el gesto y de manera natural recuperé mi antorcha.

Señores, tanto da una sala como otra, pues no estamos traduciendo las inscripciones, ni interpretando los múltiples signos que estamos viendo a lo largo de los pasillos, por lo que cualquier cámara puede ser tan buena o tan mala como cualquier otra. Ergo, propongo inspeccionar primero las que se salgan de lo "normal". Tenemos una disyuntiva, y si me lo permiten...

Sin dar tiempo a réplica me giré a la derecha, iluminé la entrada a la sala central y entré

La mente de Howard funcionaba a 1000 por hora. Tras incontables años de lecturas y relecturas de tomos antiguos repletos de información, por fin estaba viviendo su propio descubrimiento. pero a la vez, el miedo a no poder salir absorbía sus pensamientos no dejándole razonar con tranquilidad. En cierta forma parecía como si los acontecimientos les llevaran a ellos y no eligieran ellos lo que ocurría. Tenía la sensación de que siempre iban un paso por detras y que algo malo siempre estaba a punto de ocurrir.

Siguió a sus compañeros por el lúgubre pasillo. Infinidad de dibujos y ornamentos dibujados en las paredes se movían al son de la antorncha y llenaban la cabeza de Howard sin que llegara a pararse a intentar descifrar ninguno. Se detuvieron en mital de aquel pasillo. Todos miraban hacia todos lados. El señor Naguib, de pronto, se internó en una nueva sala hacia la derecha, que según decía tras mirar el mapa, era la sala central de aquella construcción. ¿Conectaría el centro de aquel lugar con alguna salida? ¿No solían estar las salidas en los lados? Mr. Catle ya se esperaba cualquier cosa. Miró por un instante al señor Sauke y después siguió los pasos del guía. Su desconcierto creía por momentos. Nada en aquellos cientos de tomos antiguos que había devorado en su vida con tanto interés lo había preparado para esto, para una prueba real de supervivencia bajo miles de toneladas de arena del desierto a kilómetros y kilómetros del lugar habitado mas cercano.

Tras cruzar sin problemas los pasillos anteriores, llegasteis hasta una cámara (15) donde una gigantesca puerta adornada con motivos egipcios bloqueaba el paso. Aquella puerta tenía aspecto de tener tanta solidez como la mayor de las cámaras acorzadas de un banco. ¿Qué se escondería allí?

Era fácil comprobar que en mitad de la puerta había un jeroglífico que podría descifrar un experto en la materia

Este es mi santuario, donde reposa la hija del Sol

A cada lado había una estatua, una de ellas con forma de gato y la otra con forma de leona. En el centro de cada una de ellas había un hueco circular, como hecho a medida para colocar algo dentro ¿se trataría de algún mecanismo?

Cuando me acerqué a la puerta que parecía ser la de la sala central, contuve el aliento, pues no esperaba encontrar lo que encontré. Una gran puerta de bronce, maciza, flanqueada por dos estatuas, una leona y una gata, representando a las diosas Bastet y Sekhmet, ambas con lo que parecía contener una especie de mecanismo en el que encajar alguna especie de llave.

Y al frente, una inscripción.

Tras pasar los dedos por los relieves de los jeroglíficos, murmuré más para mi que para el resto: éste... es mi... refugio, morada, ¿santuario?, reposo de la hija del Sol... - ¿Sol? curioso... lo representa con un símbolo diferente al habitual, y por supuesto no lo nombra como Aton, pero, hija del Sol debe de referirse al dios Sol, su imagen en la Tierra, Anh-ken-Athon, el rey hereje... ¿podríamos estar ante la tumba de una de sus siete hijas? ¿tan al norte?....

Mis pensamiento divagaron demasiado tiempo, hasta que noté como el nerviosismo hacia mella en mis compañeros.

Señores, creo que podemos encontrarnos ante el centro de este templo. Según la inscripción, podría tratarse de la tumba de una de las hijas de Akenaton, si es así, las trampas a las que nos enfrentaremos para entrar serán muchas, y complicadas. Y del mismo modo, creo que si mi razonamiento es correcto, la pista que nos permitirá abandonar este lugar, se encuentra en el interior. No obstante, veo 2 pegas. Una, obviamente la puerta no se puede forzar, aun teniendo herramientas, que no las tenemos. Las dos estatuas que flanquean la entrada, tienen lo que parece ser el hueco para una especie de llave, y por mi experiencia, ambas deben activarse simultaneamente, ¿está de acuerdo conmigo, señor Castle?

Estaba claro de que esa puerta no cedería, por mucho que nos esforzáramos por empujarla. Estábamos ahí los tres, parados con la mirada fija en aquella puerta... - No podemos pasar por aquí, hay dos estatuas con dos huecos, y nada para cubrirlos, creo que la mejor opción es investigar la sala 5, buscando todo lo que nos pueda servir, y estando atentos por si encontramos algún objeto que pueda encajar en los huecos. Siempre podemos volver a esta sala, es la principal y esta en el medio del laberinto. - dirigí los pasos hacia la sala 5 con la esperanza de que el señor Mahfuz me siguiera, dado que el había recuperado su antorcha y era la única fuente de luz que teníamos... donde fuera el, tendríamos que ir los demás. No obstante, al ver que mis compañeros no paraban de mirar la puerta, en especial el señor Castle, que estaba mirando cada detalle, me vi obligado a preguntar, - ¿señores, no tendréis por casualidad otra antorcha o una linterna?, yo tenía la de mi teléfono móvil pero en la caída se me rompió. - dije sin detener mis lentos pasos hacia la entrada de la sala 5.

Buenas Director,

te pregunto primero para evitar un nuevo mal-entendido por mi parte,

¿es posible que el medallón de oro con el águila, pudiera entrar en uno de los huecos de las estatuas que guardan la puerta de la sala 15?

Sin dejar de mirar las inscripciones en la base de las estatuas, extractos del libro de los muertos y cantos alabando a las deidades que custodiaban las puertas, seguí  al señor Sauke hacia la sala 5.

Howard se quedó embobado mirando aquella maravilla de la construcción. Una puerta recia y firme oculta bajo capas y capas de arena, sólo accesible para los mas osados.

- Lamentablemente tiene usted razón, señor Sauke. Y usted también señor Naguib. Ambos. Necesitamos dos objetos que, claramente no tenemos, y si, esta es la sala central, alrededor de la cual, el arquitecto que ideó esta construcción, planificó el resto. Todo fluye de alguna forma para acabar aquí - detuvo su soliloquio al observar que la luz menguaba a su alrededor. Miró a sus compañeros que ya avanzaban lentamente hacia  la sala 5 - Esto...ehh, si, si, creo que será mejor que sigamos buscando.....
 

Nada más acceder a la sala (5), pudisteis ver que en el suelo había un jeroglífico grabado que a ojos de un experto podía ser fácilmente traducido.

El sol es justicia

La sala encerraba un gran secreto: estaba vinculada a un dispositivo que estaba ubicado en el centro de la sala; se trataba de un pequeño pedestal donde sobre él recaía lo que parecía ser un pequeño rompecabezas donde había que colocar una serie de piezas en un orden concreto.

Por desgracia, la puerta que había tras de ustedes se había cerrado ¿significaba aquello que no se podía salir de allí hasta resolver el puzle?

¿Qué ocurriría si se tardaba demasiado en resolverlo o se hacía de manera incorrecta? Mejor no querer comprobarlo.

Entramos en la pequeña sala, algo agachados pues el dintel de la entrada se encontraba a escasos metro y medio del suelo. Luego de iluminar de manera global la cámara, nos percatamos del escaso mobiliario que la decoraba, tan solo una especie de pedestal en piedra con un tablero sobre él... y una extraña inscripción en el suelo. 

Avanzando hacia los jeroglíficos para poder verlos mejor, noté como la entrada quedó bloqueada... algo habíamos activado que nos había dejado encerrados... miré a mis compañeros y vi señales de alarma y desesperación, y un brillo especial en los ojos del señor Castle. Cuan diferente hubiese sido esta exploración si ese hubiese sido nuestro objetivo, y sin haber perdido a la señora Márquez por el camino. Todo cuantos nos íbamos encontrando resultaba fascinante...

Pasé la tea al señor Sauke para poder agacharme y traducir los jeroglíficos del suelo. Volvían a hacer referencia al dios sol, el Sol como instrumento de Maat, el sol imparte lo que es justo, el dios sol es justo, el Sol es Justicia... - pensé - El Sol es Justicia, o el Sol es la Justicia, parece que dice... interpreto por esta inscripción que nuestra lectura anterior es correcta, es probable que nos encontremos en la tumba de una de las hijas de Akenaton - murmuré a mis compañeros. La atmósfera opresiva de la cámara me impedía hablar en voz alta.

Dicho esto, recuperé la antorcha y la aproximé al pedestal, cuidándome mucho de no tocar nada, las piezas formaban lo que parecía un acertijo. 70 piezas de lapizlazuli, una de ellas con una inscripción blanca, y 62 doradas, todas con el Ahkn excepto 3, con el mismo símbolo en blanco. Podían significar el orden en que había que desplazarlas, o cualquier otra cosa... me devané los sesos intentando interpretar el juego haciendo algo de sitio a mis compañeros para que pudiesen ver...

Entramos en la sala 5 aún pensando en la puerta de la sala 15, de cómo poder abrirla, cuando de repente la puerta de la sala en la que nos encontrábamos se cerró de golpe. 

Me quedé fijamente mirando la puerta, y después al señor Mahfuz. Todos teníamos los rostros pálidos, una mezcla de susto, por el ruido que hizo la puerta al cerrarse, y de miedo, ya que una vez cerrada la única salida de aquella sala... ¿Cómo seguir avanzando?

Mis compañeros se acercaron a una especie de pedestal, les seguí y me paré justo delante de él, mientras observaba una especia de rompecabezas que estaba situado en el pedestal. No tenía ni idea de qué era eso, miraba todas aquellas piezas buscando algo que me ayudara con todo aquello, pero nada.

En ese momento, el señor Mahfuz me pasó la antorcha para que él pudiera estudiarlo más detenidamente, y cuando lo hizo la recuperó, dejándome ahí a su lado sin hacer ni decir nada.

Me quedé allí delante, de pie y totalmente quieto mientras el señor Mahfuz jugueteaba con las piezas. En esta ocasión era imposible que pudiera aportar, ya que mis conocimientos eran nulos.

Incluso acelerando un poco el paso Howrds entró a la sala 5 un poco despues que sus compañeros. Con gran estrépito algó se movió tras él y, una vez recuperado de la impresión, al volverse, pudo observar como la entrada como tal ya no existía y se había convertido en otra pared inflanqueable a privera vista. Volvió su pálido rostro y su asustada mirada hacia el resto del grupo y los descubrió observando con detenimiento algo en el centro de la sala. Se acercó a ellos y entonces, iluminado con claridad por la antorcha, pudo ver el pedestal con aquel extraño rompecabezas justo encima.

- Un rompecabezas... - murmuró para si mismo. Sus ojos recorrieron todas las piezas con avidez mientras escuchaba atentamente las explicaciones del guía - Es cierto señor Naguib. Todo en este lugar hace referencia al sol. Todo parece girar entorno al sol. Y si, estoy totalmente de acuerdo con usted, es muy probable que nos encontremos en la tumba de una de las hijas de Akenaton - hizo una pausa - Recuerdo haber leído en algún legajo antiguo que Akenaton era un gran amante de los juegos de mente y lógica. No es de extrañar que sus subditos incluyeran este tipo de divertimentos en sus construcciones - meditó sus palabras mientras seguía observando detenidamente aquel rompezacebas - La disposición parece indicar que debemos crear una nueva combinación en el centro moviendo alguna de sus piezas. Pero la clave está en cual debe ser la primera... - sentenció mientras jugueteaba con los dedos de la mano derecha en su alborotada barba - Estaba pensanso que la primera en moverse podría ser la única pieza diferente, pero al ser una construcción dedicada al sol, justamente puede ser lo contrario, pues las otras son doradas - comentó mientras sus gruesas manos bailoteaban cerca de las piezas sin llegar a tocar ninguna - Una disposición cuanto menos curiosa, desde luego....pero me recuerda a algo..... - dijo mientras extraía su pequeño bloc de apuntes repasando sus anotaciones con nerviosismo.

Las piezas del puzzle encajaron perfectamente mostrando la silueta de un sol con un ojo de Horus en el centro. Segundos más tarde la puerta que os había dejado encerrado en la sala se desplazó para permitiros abandonar el lugar con total libertad: habíais superado aquella prueba.

Tras un breve lapso de tiempo de contemplar el rompecabezas, buscando patrones, etc, en uno de los comentarios que hizo el señor Castle vi la clave. Al desviar la mirada para hablarle a los ojos, me pareció reconocer el ojo de Horus en el puzzle del pedestal. Fue fugaz, pero ahora que lo había reconocido, y tras hablarlo con Howard, decidimos que valía la pena intentarlo.

Con movimientos precisos formamos la figura en el tablero y, tras dejar caer la última pieza, la puerta de la entrada se abrió, con lo que volvimos a respirar normalmente... no fui consciente de haber aguantado la respiración mientras movía las fichas por el tablero.

¿Por qué el ojo de Horus, señor Castle? Es algo que me desconcierta, a pesar de haberlo visto claramente. Si realmente se trata de la tumba de una de las hijas de Akenaton, no tiene mucho sentido. Será algo en que pensar cuando estemos arriba, a salvo - Me giré hacia el señor Sauke y le guiñé un ojo en un gesto de complicidad. - Señor Sauke, saldremos le aquí y volveremos con seguridad a por su esposa, se lo prometo.

Bien, si les parece, volvamos al corredor. Tenemos dos opciones, continuar hacia el oeste hacia la sala 4, que es la siguiente, o regresar a la 8 y enfrentarnos a los gatos. En mi opinión, la sala marcada con una X debe de seguir siendo nuestro objetivo pero, estamos los tres en esto, debemos decidirlo juntos... y rápido - le dije, tratando de animar a mi joven cliente. Mientras, saqué una pequeña linterna de bolsillo, de esas que tienen una dinamo, y se la ofrecí - tenga, señor Sauke, solo tiene que apretar el mecanismo cinco o seis veces y tendrá unos 20-30 segundos de luz, escasa, pero al menos podrá ver algo.

Acto seguido tomé de nuevo la antorcha y me encaminé hacia el pasillo PJ donde decidiríamos nuestro siguiente paso. 

Me quedé por detrás de mis compañeros, en silencio para dejarles trabajar. Tras unos minutos jugueteando con las piezas, escuché un ruido a mi espalda, a esas alturas ya me esperaba cualquier cosa de aquel lugar, pero esta vez el ruido lo provocaba algo bueno, la puerta se estaba abriendo.

Escuché al señor Mahfuz hablarme de lejos sobre salir del laberinto y sobre Marlen, lo cierto es que yo cada vez me sentía más negativo, y cada minuto que pasaba allí, más complicado veía salir. Marlen perdió su vida en el laberinto, y me daba la sensación de que yo la acompañaría tarde o temprano, de que nunca volvería a mi casa. Quizás sería lo apropiado, irme con Marlen y volver a estar los dos juntos.

En ese momento, el señor Mahfuz llamó mi atención, me dio una pequeña linterna, cosa que me sería muy útil en caso de separarme de mis compañeros. Mis compañeros habían demostrado sus habilidades con el rompecabezas, y cuanto más conocía al guía, más confiaba en él y en su juicio. Pero había algo en lo que discrepábamos, él estaba convencido de que la sala X era la salida, pero yo no, y probablemente cuando llegara el momento me separaría de ellos y tener una fuente de luz era esencial.

- Tenemos que seguir avanzando, creo que nuestra mejor opción es continuar explorando salas, y la sala 4 es la más cercana. - dije mientras empezaba a encaminarme hacia la sala 4, con la esperanza de que me siguieran.

- Por curiosidad, ¿que significaba el águila en el antiguo Egipto? En detalle, un águila con las alas extendidas y tres gemas azules, una en cabeza, y una en cada pata. - pregunté con la intención de encontrar una relación entre el medallón que vi en una de las salas y todo lo que nos rodeaba.