Partida Rol por web

El avance por el camino hacia la capital parecía más tranquilo de lo que un principio habíais esperado, teniendo en cuenta la cantidad de caravanas que se dirigían hacia allí. La imagen de la capital Ahrynn pronto dejó ser parte del horizonte para imponer su grandeza frente a vuestros ojos. No hubieran pasado apenas unos minutos hasta llegar cuando unos gritos os sorprendieron a la derecha del camino. Vuestros pasos se aceleraron alertados en dirección hacia el lugar en el que se confirmaban los temores del barón.
Al fondo de una pendiente se veían los restos de una pequeña caravana destrozada, con ligeros restos de sangre que anunciaban un fatídico desenlace. Al poco de acercaros, el cuerpo de un guardia aterriza cual muñeco de trapo frente a vuestros pies. Pese a las heridas, la sangre deja entrever la insignia del Barón Greigory en su armadura. Su débil mano se eleva con su mirada hacia el grupo de héroes y exhala escuetas palabras con dificultad. Detenedlo… por favor, Mutilador conoce el camino… La tos se apoderó de su voz. ¿cómo es posible? Deb… su consciencia se desvaneció desplomando su brazo en el suelo.

En dirección contraria al soldado, se confirmaba con facilidad el culpable de tan desalmado acto. La figura de dos imponentes ettins de dos cabezas despachaban a un par de soldados más por los aires con tal facilidad que pareciera tratarse de pura diversión. La sonora celebración de uno de los ettins tras acertar con su garrote a uno de ellos aclaraba las dudas.
Entonces fue cuando una de las cabezas demostró una inteligencia más desarrollada de lo que cabía esperar de tal criatura. ¡Vamos pequeños! ¡Corred! La profundidad de su voz se apoderaba de vuestros corazones ¡O Mutilador os comerá! Tras su amenaza las tres cabezas restantes repitieron al unísono con escasas muestras de inteligencia. ¡Mutilador!

Un grupo de goblins se escurrió entre la maleza armados con arcos para alcanzar el camino. Uno de ellos, lleno de cicatrices, los iba guiando desde una maltratada rama, para dirigirse hacia la ruta secreta que daba acceso a la capital. Cómo habían llegado hasta allí. En vuestro interior sentíais el deber de detenerlos, tenían que pagar por sus crímenes. Haciendo acopio de coraje, vuestras miradas se cruzaban formando un extraño vínculo que os unía, había llegado la hora de demostrar vuestro valor, aquello por lo que se os consideraba héroes de Terrinoth.

Andira era consciente de que aquellos goblins eran rápidos y escurridizos, por lo que la discípulo se acomodó el escudo en el brazo izquierdo, y tras compartir con sus compañeros una estrategia adecuada, - Krutz, Laughin, que esas cosas con dos cabeza no salgan de su campamento! De los goblins nos encargamos Quellen y yo! - salió a la carrera, moviéndose con claro destino en mente, el bullicioso centro de aquel grupo de verdes criaturas.

Mientras pasaba al lado del paso al campamento Ettin, la experimentada sanadora lanzó un rápido vistazo a ambas criaturas, y aún antes de seguir, no pudo menos que apretar los dientes, consciente de que ni mucho menos todo iba a ser tan fácil como habían hablado. Y quizás por ello, cuando alzó su maza para golpear, su mente no estaba todo lo concentrada que debía, y su golpe apenas si supuso un ligero esfuerzo para que el goblin lo detuviera sin sufrir daño alguno.

En cuanto el fornido guerrero avistó la carnicería que estaban llevando a cabo los ettin, sus músculos se tensaron para poder levantar su hacha de guerra, cuya hoja casi superaba en tamaño al propio berserker. 

-¡Krutzbeck! -respondió, por su cuenta, al grito enviado por las monstruosidades al otro lado de los restos de la caravana. Confiando en la inteligencia de Andira echó a correr sin perder ni un sólo segundo en dirección al enemigo que más terrible le pareció. Avanzando a marchas forzadas, haciendo acopio de fuerzas para lograr bloquear el paso de los ettin hacia sus compañeros, Krutzbeck descargó un terrible golpe nada más trabar contacto con aquellas criaturas.

Su destreza con el hacha no fue tan significativa como su entusiasmo por el combate, ni como el movimiento defensivo de su adversario, pero aún así logró hacer un daño considerable, esperando que Buldar resultase más letal aún.

- Ja, ja, ja, tu cabeza sera un buen trofeo para el gran salón, Mutilador, ja, ja, ja Por algo le hacían llamar el Sonriente Buldar. El mas temerario guerrero que se reía de la propia muerte. Avanza en pro de su colega Krutzbeck y carga a su lado, dando un fuerte tajo al goliath bicefalo, pero su dura piel resiste el abate.

"Esta gente, siempre tan impulsiva" pensó mientras los veía tirarse de cabeza al peligro, mas que iba a hacer él sino ayudarles, de repente se dio cuenta de que quedaba atrás, así que se apuró para seguirles el ritmo

ACTUALIZADO (no tengo tiempo de escribir, lo siento)

Estaba concentrado en el goblin que tenía delante, pero este se escabullo por uno de sus lados cuando quellen levanto la vista un breve espacio de tiempo para ver a un enano volar sobre su cabeza, calló poco mas allá con un sonido aparatoso, pero ese no fue el único goblin que aprovechó para marchar a la carrera, los demás huyeron como cobardes, Quellen los persiguió lanzando conjuros a través de su varita.

Al ver como el plan trazado con sus compañeros se desmoronaba con la misma facilidad que una torre de cartas, Andira miró a su alrededor, comprobando que no solo los malditos trasgos se alejaban a toda velocidad, sino que los monstruosos Ettin, su líder en cabeza, parecían unos adversarios mucho más temibles de lo que creía en su primera impresión. Al ver como Quellen caía con el primer golpe de estos, la discípula se inclinó para ayudarlo a ponerse en pie, y acto seguido, vertió su poder curativo sobre él.

- Encárgate de esos escurridizos goblins, Quellen. Yo entretendré a esa coas con dos cabeza!

Y dicho y hecho, la sanadora se lanzó, maza en alto, dispuesta, pero sin éxito, a golpear el duro cuerpo de aquel gigante

Lejos de amedrentarlo, el golpe recibido no hizo sino espolear sus ansias de combatir. En cuanto se puso en pie asaltó sin demora al nuevo goblin que había surgido de la maleza, clavando su hacha con furia en el torso del oponente, y regocijándose después con el ruido de las vértebras deshechas al retirar su arma de aquel cadáver.

Mirando con respeto a Mutilador, rival ciertamente digno, se detuvo un momento a recuperar fuerzas para poder reincorporarse al corazón de la batalla en medio de un ataque de rabia asesina.

- Ja, ja, no lograreis escapar de nosotros, y menos tu gobo. De un espadazo degolla al pobre goblin y cae al suelo. Sin perder la sonrisa da dos tajos mas a Mutilador, pero este ni siquiera parece notar sus heridas sangrantes.

ACTUALIZADO

En cuanto el enano percibió la presencia de un nuevo enemigo no perdió ni un segundo, trazando un arco con su enorme hacha desde el mismo punto en el que se hallaba mientras corría al encuentro de un nuevo y escurridizo goblin. Su pericia no estuvo a la par de su fuerza, por lo que necesitó volver a cortar el aire con su arma para que sólo una de las cabezas de aquellos contendientes siguiese permaneciendo sobre los hombros de su dueño. 

La decapitación fue limpia y brutal a un mismo tiempo, y las energías de Krutzbeck se vieron renovadas ante el éxito conseguido.

-¡Mutilador, más te vale plantarnos cara tú mismo, porque tus juguetes se rompen con sólo mirar para ellos!

Quellen se dio cuenta de que a los goblins ya no se les podía dar alcance así que retrocedió hacia los que venían, no les iba a dejar atravesar el paso con impunidad

Encabezonada con aquellos monstruos de dos cabezas, Andira comprobó de reojo como su magia curativa no era necesaria para ninguno de sus compañeros, y decidida a hacer algo más que eso, golpeó con sus maza, y por dos veces, el férreo cuerpo de su enrome adversario, y solo cuando sintió como su brazo se resentía del golpe, se percató de que su fuerza había sido insuficiente para herir, y mucho menos abatir, a su enemigo. Aún y así, sus golpes no habían sido inútiles, y bien sabia que el Ettin no los olvidaría a decir de su aturdida mirada. Rauda, la discípula se movió hacia atráss, alejándose del alcance tanto del arma como de las garras de aquella bestia.

- Será una batalla dura, muy dura...

- Ja, ja, ja toma brabucon bicefalo,  ja, ja, bicefalo. El letal guerrero golpea con su espada y logra atravesar la dura piel del Ettin, causandole una fea herida. Aprovecha que esta fijandose de su herida para retirarse y abrir un cofre que le habia echado el ojo anteriormente, que se encontraba escondido entre matorrales.

- Anda, la osa, una pocion propinosa, jaja, he hecho un paleado.

ACTUALIZADO

Ja ja.. ja eso no ha tenido gracias criatura De un golpe horizontal abate la criatura, pero por le momento parece que hoy efecto algo... hasta que esta empieza a dividirse en dos partes casi iguales.

Ja, ja, ja, la criatura se parte con mis chiste, ja, ja. Y que me decias antes, dos cabezas que no haceis ni un cerebro. Da otro golpe al Ettin que solo le provoca un rasguño, el cual se mira con sus dos cabezas con indiferencia para luego mira a Buldar a la vez con una ancha sonrisa.

Advirtiendo que el Ettin era un temible rival, y más ante la muestra de ella con el duro golpe lanzado sobre Quellen, Andira apretó los dientes, y tras una rápida valoración, lanzó una mirada a su espalda, en busca del recio enano.

- Krutz!! Encárgate tú de esa mole, Quellen y yo te cubrimos las espaldas! - tras sus palabras de ánimo al berserker, la discípula se arrodillo junto al mago, y con ambas manos, lo zarandeo para volverlo en si antes de ayudarlo a ponerse en pie. - Vamos amigo, tenemos cosas más pequeñas por las que preocuparnos. - le informó, indocándole con la mirada la maleza a su espalda donde acababa de aparecer otro de esos escurridizos goblins.

Visto que los estragos causados por el lugarteniente de Mutilador resultaban ya algo excesivo, Krutzbeck se sintió impelido a colocarse frente a frente con tan colosal rival. No sin antes, sin embargo, dar un pequeño rodeo para destruir al nuevo goblin que había aparecido.

-¡No hay nada que cubrir, Andira! -gruñó a la discípula. El elfo y tú podéis seguir jugando a las muñecas: este goblin le dará un nuevo color a mi hacha, y con la carne del gigante podrás entretenerte muchas lunas entre pucheros.

Fue el goblin un adversario digno, capaz de encajar el primer golpe de su hacha sin caer al instante. Pero la segunda acometida del enano resultó imparable, devolviéndole a la criatura la paz del más allá. Casi sin notar el esfuerzo, se giró a continuación hacia el ettin, y corrió hacia él con tanta furia que a punto estuvo de arrollar al Alto Mago. Dispuesto a resistir el empuje de su nuevo enemigo con más determinación incluso que el gólem que se alzaba a su vera, preparó su arma para descargar sobre aquella desafortunada criatura el golpe más duro del que pudiera ser capaz.

Quellen aturdido por el golpe del enorme gigante bicéfalo se ayudo de la mano que le ofrecía adria para incorporarse, según lo hizo pudo ver al goblin morir bajo el hacha del enanoy presa de la ira invocó el poder de las lineas de ley para descargar su rabia y su poder sobre el gigante

¡Muere!

Luego aprovechando la oportunidad de que el enano se precipitara sobre el gigante se dirigió a el cofre que había atisvado en la maleza.