Partida Rol por web

Desesperación carmesí

Forja de libertad

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01/02/2009, 16:38
Sadicer

La mirada de Majud al exterior le reveló que tanto Sophie, como los dos soldados de su padre que le acompañaban, se encontraban al otro lado del patio, junto a la entrada que daba a la calle.
Los soldados se mantenían juntos y observaban hacia fuera, mientras que la aya parecía haberse distanciado voluntariamente de ambos y se mantenía a un lado, lanzando miradas, de vez en cuando, hacia la construcción a la que había accedido su señora y amiga.

Mientras tanto, en el interior de la herrería, Zack continuaba con su extenuante trabajo, golpeando el metal aquí y allá para comenzar a darle la forma que ya comenzaba a fraguarse en su mente.
Aquel era un gran don para cualquier persona que trabajase con la manos, y el herrero lo poseía. Era capaz de ver con su mente, antes que con sus ojos, lo que era capaz de ofrecer cualquier materia prima que pudiese utilizar para la confección de sus artículos.
Por lo tanto, únicamente debía dejar que sus manos plasmaran en la realidad lo que ya se encontraba en su pensamiento.

Por su parte, ajeno a lo que ocurría en el exterior así como al trabajo de Zack, Sadicer miraba a Majud con cierta gravedad en los ojos.
No era una mirada peligrosa, sino más bien algo apenada - Conozco a tu padre, niña - dijo finalmente - y no creo que las decisiones que toma sean para que te sientas incómoda, sino para protegerte de cualquier mal. No creo que su corazón soportara otra pérdida.

En su interior pensaba que no había hecho lo correcto al expresar sus pensamientos y recuerdos en voz alta, pues únicamente serviría para llevar el desasosiego a dos espíritus jóvenes cuyas preocupaciones deberían ser otras muy distintas.
Los miró a ambos.....tan diferentes y a la vez tan iguales. A Zack le había tocado vivir en la parte más dura, haciéndole hombre mucho más pronto de lo que debería haber sido. Pero Majud tampoco se había acomodado debido a su medio de vida. Sí, su padre era el Senescal y vivía en el castillo. Seguramente era envidiada por muchos, pero esos tenían la libertad de ir de una lado para otro cuando quisieran, mientras que ella se veía obligada a permanecer en el interior o salir custodiada.
No, desde luego él mismo no la envidiaba.

¿Sabes que Wolfgang estuvo a punto de unirse a mi caravana? - preguntó de repente con una sonrisa en los labios - De eso hace ya mucho tiempo, claro. No era más que un niño y su padre no le permitió durante dos años acercarse a nosotros cuando veníamos a pasar el invierno. Decía que nuestras historias le llenaban la cabeza de pájaros. Lo que nunca supo tu abuelo fue que él siempre encontraba la forma de acercarse, para poder escucharnos......me alegro de que, finalmente, se quedase en Ródennos y llegara a ser el hombre que es. No puede haber hombre mejor para el puesto que ocupa.

Este último retazo de historia había sido expresado con un motivo diferente que el de desvelar sucesos del pasado de Wolfgang. Tan solo esperaba que Majud fuese capaz de entender lo que quería decir.

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04/02/2009, 00:12
Zack Shermann

   Zack seguía a lo suyo mientras mantenía el oido puesto en la conversación entre Sadicer y Majud. Parecía que el viejo mercader conocía bastante bien a la joven aristócrata y a su familia, sobre todo a su padre. La hilo argumental iba tomando una dirección en la que el herrero no podía seguir así que se limitaba a escuchar para evitar meter la pata, lo que era habitual cuando trataba de opinar de temas de los que no tenía conocimientos suficientes.

   Ciertamente Zack no culpaba a Sadicer por desviarse a una conversación de la que se veía excluido. Sabía que su trabajo no era fácil de comprender para un comerciante, ni tampoco para una doncella. También sabía que no se estaba comportando como el mejor anfitrión, pero no podía regocijarse más tiempo con su poco habitual compañía, el encargo debía estar listo. Por todo esto, el herrero, apenas levantaba la vista del metal que golpeaba sobre el yunque. Necesidad de hacer el trabajo y vergüenza de su comportamiento era lo que Zack sentía en aquellos momentos, sin embargo, daría lo que fuera por estar tan bien acompañado más a menudo.

   Afortunadamente, el cobre era un metal que se moldeaba relativamente bien. No necesitaba mucho calor para hacerlo maleable, lo que permitía un trabajo rápido. Además los conocimientos de Zack sobre aleaciones, adquiridos en sus ratos libres por el método de ensayo y error, le habían dado ideas necesarias para endurecer ciertas parte que necesitaban menos adornos mezclandolo con hierro e incluso cambiar ligeramente el color del metal mezclándolo con zinc o estaño o haciéndole otro tipo de tratamientos con agua fuerte y sustancias diversas. El resultado era una armadura sencilla, hecha de piezas simples que se colocaban una a una mediante correas de cuero, sin más detalle que algunos ribetes en las espinilleras y el torso, pero con un acabado de que no dejaba indiferente con un símple pero eficaz juego de matices. Cuando terminaba una pieza, Zack la levantaba y se acercaba a la ventana para estudiarla en detalle girándola de un lado a otro. Al fin y al cabo, todo aquel trrabajo, no era más que un arriegado experimento.

- Debo reonocer que no esta quedando mal del todo. Pero espero que a nadie le dé por atacar al Lord Zaelus durante la fiesta porque esta armadura le protegera más bien poco. -

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04/02/2009, 18:51
Majud Dahatsy

Cuando empezó a hablar de su padre, Majud volvió el rostro de inmediato a su interlocutor, esbozó una sonrisa breve y es que a pesar del encierro, ella estaba completamente convencida de que su padre era un hombre bueno y de que lo que hacía, lo hacía por su bien. Escuchar las palabras de Sadicer acerca de ese tema, lo único que hicieron, fue confirmarlo.

-No me queda duda de que mi padre lo hace por mi bien pero no es agradable permanecer encerrada, aún así, le prometí que no intentaría escapar.

Miró a Zack de reojo, se sentía incomoda, sentía estar entorpeciendo el trabajo del joven herrero y no quería hacerlo más, por suerte los guardias y Sofia ya estaban allí, aunque no lo deseara realmente. Se volvió a Sadicer con una sonrisa.

-No lo culpo, si yo fuera un varón, le pediría que me llevara con usted. Aunque acepto que me hace muy feliz que Wolfgang se haya quedado, de lo contrario yo no existiría.

Una sonrisa sincera se dibujó en mi rostro para dar paso a un leve dejo de tristeza recordando a la que sí había marchado olvidándose de nosotros.

-Supongo que por muy a gusto que esté aquí, no puedo quedarme o no debo. Espero verlo pronto, señor Sadicer. Ha sido todo un placer intercambiar ideas con usted y en cuanto a ti...-se dirigió a Zack que estaba demasiado ensimismado en aquella armadura, que ya se veía casi terminada si es que no lo estaba del todo.-Supongo que os veré más pronto que al señor Sadicer-no pudo evitar volver a ser formal con él, algo le decía que lo había incomodado y no había sido esa su intención.-Lo que veo de vuestro trabajo, tiene la gracia de un artista... Buenas tardes, caballeros.

Hizo una graciosa reverencia y volvió a mirar hacia afuera, la realidad era que se hubiera quedado allí sin ningún pretexto, siempre era mejor estar acompañada por buenos conversadores pero ya era suficiente.

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04/02/2009, 23:22
Zack Shermann

Majud :

Supongo que por muy a gusto que esté aquí, no puedo quedarme o no debo. Espero verlo pronto, señor Sadicer. Ha sido todo un placer intercambiar ideas con usted...

Cuando estas palabras llegaron a los oidos de Zack, soltó rapidamente su martillo y miró a Majud con una expresión que reflejaba a partes iguales decepción y tristeza.

Majud :

...en cuanto a ti...-Supongo que os veré más pronto que al señor Sadicer...

- Eso espero milady - Respondió el herrero mientras se limpiaba las manos en su delantal y se acercaba a despedir a su invitada. - Sabes que esta herrería siempre esta abierta para ti. - Dijo el herrero con el tono más cortés que fue capaz de conseguir.

Seguidamente le abrió la puerta a Majud y observó desde el quicio como fuera la estaba esperando inmutable su guardia personal. Incluso le pareció a Zack que aquella mujer le miraba atraves de un resquicio de la puerta, adivinando su posición y echándole algún tipo de sortilegio.

Majud:

Lo que veo de vuestro trabajo, tiene la gracia de un artista... Buenas tardes, caballeros.

- G... grr.... gracias.... - Respondió Zack al cumplido justo antes de Majud saliese de la estancia.

Notas de juego

Bueno, la armadura no está terminada ni mucho menos. Apenas habrá hecho parte de las perneras en este rato, pero ya que tenía la imagen completa al puse. XD

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05/02/2009, 19:09
Majud Dahatsy

Hizo un gesto pronto con la cabeza, mirando a los ojos a Zack y tratando de descubrir qué era lo que había en aquella mirada. Los apartó pronto porque sabía que ella era tan transparente como su padre y no quería hacer alguna cosa tonta. Sonrió o al menos lo intentó.

-Será un placer volver, si me dejan salir. Ya he dicho que deberías hacerme una reja con truco para la ventana de mi alcoba. Hasta luego, señores.

No dijo más, se encaminó lentamente hacia donde su aya la esperaba y una honda tristeza se clavó en su corazón, porque a pesar de no querer abandonar a su padre, la idea de volver a un encierro donde sólo la voz de aquella mujer, a la que apreciaba sin duda pero sólo a escuchar su voz. Miró unos instantes hacia atrás, volvería, aunque fuera con un bastón.

-He terminado, seguro que padre está pensando que demoro mucho... Así que vayamos.

Pero había un brillo en sus ojos y Sophia la conocía, así que Majud estaba convencida de que pronto vendrían las preguntas. Se montó con suma facilidad grácil pero no se atrevió a azuzar a Viento, volvió a mirar a la puerta por donde sus pies habían pasado; pocas veces le había costado tanto separarse de un lugar. Miró al cielo, no eran buenas horas. Había que volver.

Notas de juego

Sí, imaginé lo de la armadura. Lo siento :$.
Y vaya post :S Se nota que el estado de animo del jugador, traspasa las fronteras psicológicas del personaje y lo digo por Majud. Bueno, vendrán tiempos mejores.

Saludos.

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05/02/2009, 23:37
Sadicer

El rostro de Sadicer se iluminó con una sonrisa cuando Majud repitió, por segunda vez, la cuestión de la verja trucada de su alcoba......en una situación diferente, ese comentario hubiese podido tomarse como una invitación bastante clara y precisa, pero aquella muchacha no parecía dada a esa clase de comentarios.....aún podía verse cierta ingenuidad en su mirada, por mucho que su situación personal la hubiese obligado a madurar más rápido de lo que podría considerarse como normal.
Miró a Zack. Ambos habían madurado pronto.

Espero poder disfrutar nuevamente de su compañía. - respondió a Majud cuando esta ya se marchaba - Quizá si le dice a su padre que Sadicer la ha invitado, a una de las cenas de los mercaderes, le ponga menos impedimentos para salir, e incluso se anime a acompañarla. Él las conoce bien.

Con la simple presencia de la aya y los soldados, Sadicer había pasado nuevamente a un tratamiento más cortés, evitando así que pudiesen extenderse rumores innecesarios.
A la gente le encantaba cotillear para así colorear sus grises vidas. Siempre era mejor criticar a lo que te rodea que observar en el interior de uno mismo.

Justo cuando Majud se encontraba a punto de salir por la puerta, una mujer se acercó desde el exterior, dirigiendo sus palabras en dirección a aquellos que esperaban la salida de la joven.
Todos los allí presentes sabía quien era. Se trataba de la mujer que atendía la casa del doctor Folson, el único médico de Ródennos.
Aquella mujer, de nombre Meredith, solía mostrarse bastante callada siempre que se la veía por la calle, lo cual sucedía en pocas ocasiones y únicamente el tiempo necesario para comprar las viandas que requerían sus tareas.

- Señora. Señores... - dijo acercándose a ellos - Espero no importunarlos con una pregunta.

Notas de juego

Meredith entra en escena. Marcadla en el siguiente post que escribáis.

Por cierto......esa armadura es la del Caballero de Oro de Aries ¿verdad?

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08/02/2009, 22:52
Zack Shermann

Zack permaneció sujetando la puerta de la herrería mientras Majud salía y Sadicer se despedía de ella.

Al poco yua estaba todo dicho y Majud había montado en su majestuoso corcel, no había nada más que hacer allí y el herrero se disponía cerrar la puerta para volver a sus labores. Pero justo antes de que la puerta se encajase, una nueva voz se coló por la rendija. Parecía dirigirse a Majud y su séquito. Lleno de curiosidad, Zack, se asomó entreabriendo un poco más la puerta.

Al asomarse vio que la voz pertenecía a Meredith, la chica que ayudaba al médico. Zack se sorprendió bastante porque, si raro era escucharla hablar, más raro era verla por las calles del pueblo y tan lejos de la casa del doctor.

- ¡Qué raro!... ¿Qué querrá?

El herrero se quedó obserbando la escena desde la herrería con la puerta entreavierta.

Notas de juego

Dire: ¡Friki! XD

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09/02/2009, 17:53
Majud Dahatsy

-Será un placer volver a verlo, señor...-hizo un gesto con la cabeza.

Se dio media vuelta, presta a marchar con un cierto desasosiego más cuando estaba por azuzar al caballo, una mujer se dirigió a ella con premura. Majud hizo un gesto confundido, era la sirvienta del médico y a Majud le sorprendió realmente verla allí y más aún, ver que se dirigía a ella. Enseguida pensó en lo peor, quizás le había pasado algo a su padre y ella por haber estado ausente en lo que creía mejor compañía que estar encerrada, no lo sabía pero pronto se obligó a mentenerse en calma, pues aquella había dicho que quería hacerle una pregunta y no que debía decirles algo. Se apeó del caballo de un salto, aunque algo bastante incomodo debido a los ropajes y se paró frente a Meredith.

-Perded cuidado y hablad tranquila, ¿qué se os ofrece?

El tono de Majud era tranquilo, sereno; había aprendido a mantener las formas y no porque quisiera, sino porque así le habían enseñado. La mayoría de las veces parecía más fría de lo que en realidad era, aunque la verdad es que no lo era. Sonrió a la joven y la instó a hablar con un movimiento suave de su cabeza; de reojo miró hacia atrás para ver si Sadicer y Zack aún estaban allí, cosa que intuyó debido a las palabras de la sirvienta.

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09/02/2009, 23:07
Meredith Gailast

La repentina concurrencia de aquellas personas dejó a Meredith en silencio. No había esperado que la puerta de la herrería se abriera, y menos que tras ella pudiera ver a la persona a la que estaba buscando. Sin embargo, era la aparición de la hija del Senescal lo más inesperado, algo que encajaba allí tan poco como el cielo carmesí sobre la ciudad. Alzó los ojos para mirar a la joven cuando oyó que le hablaba; pero lo hizo con una falta de fijeza tal que era como si estuviese mirando al suelo. La contempló largos segundos mientras los cabellos y las telas volvían a su sitio, por el brusco movimiento que la joven había hecho para desmontar. Luego parpadeó, y sus ojos no volvieron a levantarse. Inclinó la cabeza y repitió la suave reverencia hacia ella.

- Señora - saludó, con el mismo respeto con el que se había dirigido a la aya y a los soldados - Iba a preguntar por el mercader Sadicer, ya que su puesto estaba vacío.

La voz de Meredith era suave y clara, aunque falta de fuerza. La mujer se irguió, y miró hacia la puerta de la herrería, lo que le permitió darse cuenta que estaba entreabierta. Creyó divisar parte del rostro de Zack. Hacía tiempo que no lo veía, por no decir que debía ser la quinta o sexta vez que lo hacía, pero no olvidaba sus facciones. Sus miradas se encontraron por un momento, y luego Meredith apartó la suya para mirar al suelo. No había nada allí que tuviera su nombre, ni que realmente buscara nada de ella. Apretó en su puño el papel, y volvió a hablar. Ya creía saber la respuesta, por lo que la pregunta había quedado fuera de lugar.

- Sin embargo, no deseo demorar su partida. Agradezco que se haya detenido a responderme.

Inclinó la cabeza a modo de saludo, y luego hizo silencio. Esperaba que Majud partiera, y la situación se disolviera, para poder golpear la puerta de la herrería.

Notas de juego

Edito: Okey, lo había entendido pésimo. Mensaje editado ;)

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11/02/2009, 21:10
Majud Dahatsy

La joven sirvienta del médico, no deseaba hablar con ella y aunque se sentía intrigada por lo que tuviera que hablar con Sadicer, no era asunto suyo y lo mejor era que se marchara.

-No hay problema alguno, hasta pronto.

Respondió con una sonrisa a Meredith y volvió a montar sobre viento con la misma agilidad en que se había bajado de él. La verdad era que no tenía ganas de volver pero ya había retrasado mucho lo inevitable. Hizo una seña a la guardia y por supuesto a su aya y emprendió el camino de regreso a casa.

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12/02/2009, 23:09
Zack Shermann

Tras escuchar como Meredith menciona al comerciante, Zack se giró rápidamente para encarar a Sadicer.

- ¡Eh, amigo!, Aquí fuera preguntan por ti. -

Seguidamente volvió a girarse hacie el resquicio que quedaba entre la puerta y el marco para ver como proseguía la conversación entre las dos damas.

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12/02/2009, 23:13
Zack Shermann

Al ver como Majud montaba de nuevo su corcel y se ponía en marcha con su séquito camino de su tan odiada morada, Zack describió un pequeño arco con el ojo que asomaba por el hueco de la puerta para ver como la ayudante del médico comenzaba a acercarse.

El herrero se retiró un poco de la puerta y se planchó un poco el peto de trabajo con las manos, dejando volar limaduras de alguno de los metales que había estado trabajndo el herrero. Tomo aliento y abrió la puerta de par en para, pero cuidándose de que desde fuera no se viese la silueta de su acompañante hasta que este no expresase su deseo de ser visto.

- Tenga usted muy buenos días, señorita Meredith. ¿Qué le trae por aquí? ¿Tiene el doctor Folson algún encargo para mi? -

Zack calló y dejo hablar a la mujer. Era evidente que el herrero sabía lo que venía Meredith, pero tenía la esperanza de que ella no se hubiese dado cuenta de que había estado atento a su encuentro con Majud.

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14/02/2009, 02:40
Meredith Gailast

- Señora - alcanzó a decir Meredith antes que Majud montara de nuevo.

La última imagen que la hija del Senescal tuvo de ella fue la de una mujer que, si bien se había erguido hasta quedar con la espalda recta, daba la impresión de alguien encorvado hacia delante bajo un peso demasiado fuerte para ser cargado. Con los hombros bajos y los párpados en alto, Meredith levantó la cabeza y los ojos, pero su mirada no daba la impresión de levantarse nunca. De mirar hacia atrás, Majud podría haberse dado cuenta que la sirvienta del médico le había dedicado unos últimos segundos de atención a su partida, aunque parecía que continuaba mirando al suelo, al polvo y a sus pies.

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14/02/2009, 02:48
Meredith Gailast

Los cascos aún resonaban cuando Meredith volteó para dirigirse a la herrería. Sabía bien que Sadicer estaba allí dentro y que el herrero, por estar detrás de la puerta escuchando, ya sabía qué la traía por allí. Relajó la mano que contenía el papel, y decidió guardarlo en uno de sus bolsillos, por un súbito temor a romperlo o a ultrajarlo al punto de que no se pudiera leer. Estaba a dos pasos de la herrería, con la mano en el medio de los pliegues de su falda, cuando la puerta se abrió de par en par. Eso era algo que Meredith tampoco esperaba, y que le hizo frenar en seco a la distancia que se encontraba en ese momento. Permaneció quieta mirando a Zack Shermann aparecer, dejando a Sadicer entre las sombras de su cuerpo y sus palabras; palabras que le decían a Meredith que pretendían que nada había sucedido, y que se avergonzaban de haber escuchado.

- Buenos días, señor Zack - respondió ella, aún cuando usualmente no se dirigía a nadie por su nombre; pero tal como había decidido seguir el juego de que nada había sido oído, podía responder la cortesía con un pequeño desliz de su parte - Lamento molestarlo esta mañana por algo que no tiene que ver con usted, y espero no importunarle por mucho tiempo. Estoy buscando al mercader Sadicer que no se encuentra en su puesto. ¿Tiene idea si se ha marchado por mucho tiempo?

Notas de juego

Lo pongo con estos destinatarios porque interpreto que Majud ya ha salido del alcance de la vista.

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16/02/2009, 23:27
Sadicer

El tiempo siempre es relativo. - respondió el mercader asomándose a la puerta tras los robustos hombros del herrero, haciéndole parecer más menudo de lo que en realidad era. Su mano derecha atusaba la espesa barba que circundaba una franca sonrisa que permitía ver sus ya algo maltrechos dientes.
Lejos habían quedado los tiempos en que simularan perfectas perlas blancas, pues los años les habían hecho adquirir un tono ligeramente amarillento, aunque no tanto como para que pudiera resultar incómodo de ver.
De hecho, muchas bocas de aldeanos más jóvenes que Sádicer se encontraban en peor estado.

Como seguramente imagina, no suelo alejarme demasiado de mi carromato - prosiguió - aunque claro, aquí no tengo por qué preocuparme ¿verdad? Y más aún si soldados de lord Zaelus se encontraban apostados en la entrada.

Había algo en su tono que permitía dudar acerca del significado de sus palabras. Aún así, sus frases habían sido pronunciadas de tal forma que el sarcasmo podía llegar a considerarse una ilusión. Nadie podría echarle en cara ni el más mínimo reproche, o por el contrario cualquiera podría entrever el insulto intrínseco en los sonidos emitidos.
De todas formas, los soldados no eran los únicos que podrían haber estado vigilando el carromato, puesto que muchos de los hombres, integrantes de la caravana del mercader, se encontraban en la calle atentos a todo lo que sucedía, pero sin perder la oportunidad de mostrar las mercancías que habían llevado hasta Ródennos.

¿Qué puedo hacer por vos, señora? - preguntó adelantándose unos pasos hasta atravesar la puerta saliendo al exterior.
Miró en la dirección que había marchado Majud, pero ya no podía verse a la joven.

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16/02/2009, 23:39
Sophie

Los momentos de distensión, en que Majud había podido gozar de algo de libertad, habían pasado y ahora se veía nuevamente rodeada por su guardia y por la mujer que se encontraba a su lado.
No cabía duda alguna de que Sophie podía haber entrado con ella al interior de la herrería, pero entonces los soldados se hubiesen puesto nerviosos por la espera e interrumpido la conversación que tenía lugar en el interior.

La aya la miraba con curiosidad, puesto que en su interior había crecido la curiosidad de qué podía haberla llevado tanto tiempo.
Simplemente tenía que hacer entrega de las medidas de lord Zaelus, por lo que su tardanza implicaba algo más.
Recordó al muchacho que se encargaba ahora de la herrería.....y no pudo evitar sonreir. ¿Sería posible? No estaba segura, pero desde luego no pensaba preguntárselo delante de los soldados de Wolfgang, puesto que ellos no tardarían ni un segundo en dar parte a su padre de lo sucedido.
Los conocía, casi todos eran iguales, aprovechando cualquier momento para intentar hacer daño de la forma que les resultase más entretenida.
A Majud no le tocarían un pelo.....no como a otras mujeres que no tenían la suerte de ser hija del Senescal.....pero podían entretenerse sabiendo que habían causado una nueva reclusión de la joven.

¿No deberías dejar que tu caballo hiciera algo de ejercicio? - preguntó con toda intención - Si sigue permaneciendo mucho tiempo en el establo se volverá gordo y no podrá ser montado por nadie.

El día era espléndido, a excepción de la extraña tonalidad que lo dominaba, pero la temperatura era idónea para cabalgar. Quizá fuese una de las últimas oportunidades que tuviera, puesto que las nieves no tardarían en llegar hasta allí.

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16/02/2009, 23:57
Majud Dahatsy
Sólo para el director

Majud iba un poco ensimismada en aquel asunto, en especial en lo dicho y escuchado en la herrería. El rostro molesto de Zack ante la mención de aquella profecía, se le repetía una y otra vez en la cabeza. Estaba un poco molesta con ella misma por haber permitido que la conversación diera aquel giro, aún a pesar de que el joven hombre ya había dado su punto de vista acerca de aquel tema. No sabía exactamente por qué estaba tan preocupada acerca de lo que el herrero pensaba, la verdad es que no podía darle un nombre a la sensación. Levantó una mirada cuando escuchó la voz de Sophie y sonrió, ella tenía razón; por mucho tiempo, Viento no volvería a salir o al menos era lo que ella creía en ese momento y por lo visto, su aya también. La miró con una sonrisa entre divertida, cómplice y un toque muy infantil que Majud sólo solía demostrar ante la gente que quería y que la conocía.

-Tienes razón, Sophie...

Y dicho esto azuzó a Viento para que se echara a correr, el animal relinchó gustoso, le gustaba sentir el peso de Majud sobre su lomo, la quería tanto como ella a él y no iba a defraudarla. El veloz trote del animal, dejó un tanto atrás a los guardias y quizás a Sophie, a quien no quería tener tan lejos pero estaba tan emocionada la hija del senescal que no era capaz de pensar, el moño de su cabello se deshizo ante el movimiento natural de la cabalgata y sus cabellos rubios volaron al viento, la sonrisa en el rostro de la joven era imposible de borrar al menos por nada que viera en el horizonte, azuzaba a Viento a viva voz como cuando era niña y apretando los pies sobre la panza del animal, se sentía a gusto, libre como pocas veces se sentía. Aquello era simplemente sensacional. Deseaba que aquel momento no terminase nunca.

Notas de juego

Mmm, ocuparé este espacio para postear pero tengo una duda. Estamos ya de nuevo en mis aposentos o vamos de camino a casa???

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16/02/2009, 23:58
Zack Shermann

El herrero se disponía a responder a la mujer cuando, de pronto, escuchó a su acompañante responder por sí mismo a la pregunta. Zack cerró la boca de inmediato sin llegar a articular ningún sonido y se hizo a un lado abriendo completamente la puerta para dejar via libre a la nueva conversación que habñia comenzado a forjarse. - ¡Vaya!... Esta herrería siempre parece una tumba pero, en cuanto aparece Sadicer, no dejan de ocurrir cosas y me entero de más cosas que en todo el resto del año. -

El herrero permaneció dentro de su casa apoyado en la puerta, esperando a ver como se desarrollaban los acontecimientos. No es que le gustase en demasía cotillear los asuntos ajenos y, de hecho, tenía sus propios asuntos que le corrían bastante prisa, pero prefirió quedarse allí por si Sadicer tenía algo más que comentarle. No le habría gustado que el mercader se fuese y ni siquiera tuviese la oportunidad de despedirse.

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17/02/2009, 00:09
Director

Notas de juego

De camino a casa. Sólo os habéis alejado un poco de la herrería.

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17/02/2009, 05:06
Meredith Gailast

Un ínfimo asomo de sonrisa, algo tan ligero como inapreciable, pareció formarse en los labios de Meredith. Pero reaccionó ante la repentina irrupción de su interlocutor de la misma forma que había reaccionado antes: dejando su mirada donde Sadicer pudiera verla, pero tan poco firme que era igual que si la tuviera clavada en el suelo. Con la mención de los soldados, movió la cabeza y desvió los ojos, para dejar que el mercader continuara hablando. Sus manos se habían quedado aparentemente quietas donde estaban; pero los dedos dentro de su falda, cercanos al papel, se movían acariciando la textura una y otra vez, involuntariamente. Al final, cuando sintió que se dirigía realmente a ella, y en su campo de visión aparecieron unos pies desconocidos, Meredith irguió la cabeza de inmediato.

- Señor Sadicer - saludó con rapidez, y con más suavidad de la que esperaba que apareciera en su voz - Vengo de parte del doctor Folson, a comprar por su mandato un grupo de componentes que necesita para las medicinas. Pero, si le parece, lo esperaré en su carromato - dijo, y miró por un momento a Zack que continuaba allí - El doctor no los necesita con urgencia... y no quisiera interrumpirlo a usted en sus asuntos.

Dicho esto, Meredith permaneció con toda calma mirando a Sadicer, dándole el perfil a Zack. Era una mujer cuya juventud empezaba a alejarse de su rostro, aunque no hubiera nada de blanco en su cabello oscuro y aunque en su porte se apreciaran todos y cada uno de los signos de la corta edad. Pero cuando uno veía su gesto u observaba sus ojos, se daba cuenta de algo. No había nada que se encontrara más lejos de ella que la vida misma.