Partida Rol por web

-Entremos.- Aramil accede por el agujero a la siguiente habitación, a pesar de que Arther parezca indicar que no hay trampas en la puerta.

Voy detras de ti. - dijo Arther mientras se colocaba detras de Aramil.

Atravesáis sin aparente peligro el hueco que se había creado en la pared evitando a toda costa la puerta que unía las salas. Y cuando llegáis al otro lado descubrís que el suelo está lleno de astillas y que dos masas amorfas yacen tendidas en el suelo. Aquellas criaturas fueron antes algún tipo de enemigo que alguien derrotó a su debido tiempo. Quizá vuestros compañeros o incluso vosotros mismos.

El tiempo que llevabais en la torre comenzaba a ser algo simbólico, no sabíais los días y las noches que podrían haber pasado, ni si tan solo llevabais algunos minutos. Pero sin duda, si queríais llegar al final del asunto aún estabais demasiado lejos. El mal yacía en la parte superior, y aún ibais por el primer nivel.

Dos puertas os llevaban a dos caminos distintos. Norte o sur.

¿Alguien puede reconocer rastros? Parece que otros han pasado antes por aquí, podríamos tratar de alcanzarles. Cuantos más seamos más fácil será avanzar.- Aramil se dispone él mismo a encontrar algo que le indique que caminos siguieron sus predecesores, aunque con pocas esperanzas dado que carece de conocimientos en ese ámbito.

- Esto me resulta familiar... Dimple, ¿Te acuerdas cuando nos asaltaron dos armarios?

- Así es. Fue la sala dónde nos enfrentamos contra aquellos dos armarios que nos atacaron. Estas masas deben ser el resto de sus cadáveres... ¿Mmmm? Te acuerdas el camino, yo creo que tomaron la puerta de la derecha pero ya no lo recuerdo bien...

- Mi sentido de la orientación es pesimo, asi que confio en tu criterio Dimple.

Avancemos por ese camino entonces. ¿Caísteis muy lejos de aquí?- Señala el pasillo que dice Dimple. ¿Cómo no se me habrá ocurrido que podía ser alguno de ellos quien hubiese matado a las criaturas?

Tomáis el camino de la derecha tal y como os indicó Dimple. Y a juzgar por la decisión, pareció la más acertada puesto que la puerta os condujo a un pasillo, que a pesar de que continuaba en uno de los laterales de éste había una escalera que ascendía hacia la planta superior.

No me gusta dejar nada detrás mio, por lo que propongo continuar con este piso, liberarlo de cualquier peligro para garantizarnos una huida sin problemas en caso de que sea necesaria y luego continuar ascendiendo hasta que esta maldita torre arda

Aramil permanece unos segundos en silencio, meditando una respuesta a la sugerencia de Saleuricos, para finalmente dar su opinión, inusualmente larga.

-Mis recursos son limitados, y estoy seguro de que no soy el único. El poder de esta torre parece incrementarse en la misma medida que los pisos, así que es lógico pensar que su explicación o la fuente de su magia esté arriba. Además, las criaturas de este lugar no se comportan de una forma natural, no buscan activamente invasores, si no que parecen estar estáticas, defendiendo puntos concretos; creo que buscarlas nosotros a ellas sería un desperdicio de tiempo y de fuerzas.

Estoy deacuerdo con Aramil. - dijo Arther mientras pensaba que criaturas podrian encontrarse en lo alto de la torre y se imaginaba nadando en monedas de oro... -Además, los mayores tesoros no se guardan en el hall. 

- Estoy de acuerdo, cuanto antes acabemos con esto mejor, vayamos arriba.

En ocasiones el camino más recto es dar un rodeo, al menos el más seguro. Si nos desplazamos directamente hacia los pisos superiores y lo que allí nos encontremos es fuerte alguno puede caer, todo aquello que nos permita ser mas experimentados nos será de utilidad en los pisos superiores

En cualquier caso no contéis conmigo. Estaba buscando la salida y en vista de que la encontré creo que paso de seguir subiendo. Averiguar que hay más arriba no va conmigo. Así que, no contéis conmigo.

Dijo el semiorco antes de coger el pasillo por el que habíais venido y marcharse dejandoos abandonados a vuestra suerte.

-Es cuestión de sumar. En los pisos superiores encontraremos un número determinado de enemigos; si añadimos los que aún quedan en este piso el número total será mayor, y por tanto también lo serán las probabilidades de que alguien muera. La utilidad de lo que aprendamos en este piso no compensa el gasto de recursos, especialmente teniendo en cuenta que ninguno de nosotros parece poseer capacidades curativas. A menos que fuese probable encontrar alguna pista en este piso sobre como enfrentarnos a lo que haya más arriba, y no veo razones para que esa pista exista, seguir investigando aquí no aporta ninguna ventaja en absoluto.

El tono de voz de Aramil es calmado pero tajante. No tiene ninguna intención de perder el tiempo en este piso, y la única razón por la que no sube por su cuenta es que prefiere que alguien más resistente que él vaya delante hacia el piso superior, aunque si el resto deciden quedarse subirá.

Bien, entonces como querais... vamos allá - digo señalando las escaleras que ascienden

Arther corría a gran velocidad por el interior de los pisos que se iban derrumbando, hasta tal punto era su habilidad que vio como un cascote se iba a caer encima de Aramil y logró empujar al mago justo cuando un pedrusco se le iba a caer encima. Si no hubiera sido por él, el elfo no hubiera sobrevivido y hubiera terminado por sucumbir al mal de la torre.

Por otro lado, Stanley y Falcon no tuvieron tanta suerte, y un par de pedruscos se le cayeron encima. Ya solo les quedaba un último esfuerzo, si lograban alcanzar la última planta, habrían salvado su vida y la de los seres vivos que la rodeaban.

Pronto llegaría el final.

Arther siguió corriendo tras apartar a Aramil de los cascotes que habían estado apunto de aplastarle. Nada lo detuvo, ni piedras que caían ni grietas que surgían en el suelo iban a impedir que saliese de aquella torre de una pieza.