Partida Rol por web

Mis disculpas si en algún momento pareció que no había aceptado la oferta. Lo hice en el mismo momento en el que decidí seguir las indicaciones que me han traído hasta aquí

Kid estaba tranquilo. Sabía que hacia bien en progresar poco a poco a mejores posiciones. Y siempre que hubiera alguien del régimen guiando sus manos podía sentirse seguro.

Cambiar de hábitos, lugar de residencia, mentir a quien fuera necesario y meterse en sitios peligrosos había sido la tónica general de su vida. Así que sus nuevos cometidos no le hacían querer salir de allí, si no era como agente del SIC

- Tengan estos dosieres que les introducirán en la Agencia. Cuando salgan de la sala, el agente les llevará a su despacho. Mucha suerte camaradas.

Salís de la sala y el agente os lleva a la habitación que habíais picado antes de entrar. Está acondicionada para vosotros y se encuentra una mesa con dos butacas de piel, así como un portátil encendido.

También hay una serie de libros sobre derecho internacional, mapas,...

El agente, antes de irse, os dice:

- Mañana les acompañaré al área de logística, donde les equiparemos con algunos objetos que podrán ser útiles para su misión. Que pasen un buen día.

El agente sale de la sala y cierra la puerta tras de si.

Dejo el dosier sobre la mesa, cerca del portátil y me siento en la butaca que tiene el la pantalla de frente. Cotilleo un poco el menú del escritorio y navego por un par de carpetas hasta que me canso en seguida y pliego la pantalla. Me estaba dando pereza volver a personalizar los menús de este nuevo portátil porque hacía pocos meses que había comprado uno para la empresa.

Me levanto de la mesa y recojo los documentos y el ordenador. Me coloco todo bajo el hombro y salgo del despacho. Antes de llegar a salir de la habitación, me despido con un gesto con la mano que me quedaba libre al hombre que iba a ser mi compañero sonrío levemente por cortesía y me marcho.

Mi compañera se entretiene con el único portátil, así que retiro un poco la otra butaca, y me siento.

Lo primero que hago es darle un vistazo más exhaustivo a la habitación, buscando cosas fuera de lo común, y finalmente me pongo con el dossier.

Levanto la tapa de la carpeta y la giro para que quede detrás, y empiezo a leer. Aun no he avanzado mucho cuando mi compañera parece cansarse del portátil, y se marcha de la habitación.

Le dedico una sonrisa, y porque no, una mirada a su culo cuando sale, y luego me ruedo de nuevo a la mesa, aun me queda mucho que leer. 

La chica se ha llevado el portátil, lo que hace que me ahorre tener que lidiar con la parte informática de lo que había en mi nueva oficina de trabajo. Si es que esa oficina estaba allí al día siguiente.

Tras el primer vistazo a la habitación le había quedado claro que todo se podía desmontar y montar en muy poco tiempo, y sin duda podía ser que al día siguiente nada de lo que veía estuviera allí.

Cuando llevaba menos de la mitad del dossier me di cuenta de que solo me había preparado para llegar a la entrevista, si ahora tenía que quedarme en la ciudad, era interesante saber si podía procurarme algún lugar para quedarme a dormir que fuera seguro.

Aunque ya andaba pensando en alguna alternativa.

Abro la puerta, esperando encontrarme al hombre de color, o al otro hombre, para poder preguntarles por las dudas que tengo. 

Pasáis la noche con ciertos nervios. Dudáis si habéis hecho lo correcto tomando la decisión de alistarse en una agencia gubernamental dedicada al espionaje y el manejo de información. Decidís tomar una pastilla para relajaros y finalmente lográis conciliar el sueño.

Al día siguiente, nada más entrar en la oficina, el hombre del día anterior os está esperando. Se presenta como Miàntiáo (fideo en chino).

- Buenos días. Espero que hayan descansado. Aún recuerdo lo que me costó conciliar el sueño la primera noche en la que me alisté en el SIC. Vamos a pasear por el departamento de I+D y allí podrán ver y seleccionar el equipo que deseen. Si me acompañan.

Cogéis un ascensor y bajáis durante un tiempo que parece una eternidad. Se abren las puertas del habitáculo y entráis a una plataforma que pasa por encima de trabajadores con bata blanca con todo tipo de objetos extraños encima de sus mesas y aparatos de metal apilados. Están todos concentrados en su trabajo y en alguno de los departamentos podéis ver como saltan chispas.

Miàntiáo os muestra algunos de los objetos y os pide que le deis vuestros teléfonos móviles. Se los da a uno de los técnicos y al cabo de pocos minutos os los vuelve a traer.

- Sus teléfonos han sido preparados para ayudarles en sus viajes. Disponen de aplicaciones específicas del MI6 y todas las comunicaciones son encriptadas, proporcionando seguridad a sus transmisiones. También tienen acceso a una base de datos global con información de todo tipo que precisen y un localizador para poder saber donde se encuentran en caso de problemas. Finalmente les proporcionamos unas fundas para que puedan transportar los terminales que en caso de necesidad pueden usar como explosivo plástico con potencia suficiente para acabar con todos los miembros de una habitación normal o reventar puertas blindadas.

Finalmente os proporciona todo el equipo que solicitáis.

- Bien, volvamos a la habitación de arriba.

Volvéis a subir al ascensor y entráis de nuevo en la habitación en la que estábais.

- El motivo exacto de su misión... Queremos que se infiltren en el barco e investiguen al señor Miletti para conseguir información sobre el tráfico que pueda existir en su barco y cómo lo realiza. Creemos que trafica con diamantes obtenidos en Brasil y que usa sus cruceros para introducir las gemas en Estados Unidos, donde se distribuyen al resto del mundo ya blanqueados. Queremos usar su infraestructura para nuestros propios fines, así que deberán convencerle, si es el caso, de que "colabore" con nosotros. Les hemos preparado los alojamientos en el barco y aquí tienen los billetes de avión para desplazarse a Miami. ¿Alguna pregunta?

En las manos de Simón había unas gafas de sol tipo “policía” americano. Estas tenían integradas unas lentes de visión nocturna, su único hándicap, la duración de la batería.

Pero contaba con no tener que usarlas durante largos periodos de tiempo.

Por otro lado, el hombre que se había presentado a la entrevista del día anterior completamente trajeado, ahora pasaba por llevar una ropa muy “Casual” y no destacar entre la multitud de neoyorkinos.

Había pasado la noche en un hostal del barrio chino, que se encontraba también en el lower Manhattan, justo en la zona norte del distrito financiero. Y se había ocultado allí tras hacer una compra bastante variada de ropa.

No se había complicado mucho la vida con el equipo, puede que fuera porque era un novato, o puede que fuera porque solía improvisar y salir de las situaciones según le venían. Pero le pareció oportuno enseñarle a su compañera que también llevaba un reloj con la opción extra de detección de escuchas telefónicas.

Si iba a trabajar en el SIC, e iba a trabajar con la mujer, tenía claro que era la única persona de la que debía fiarse. O al menos eso quería pensar por el momento.

Simón solo tenía una duda, y no tardo en expresarla.

Si vamos a formar equipo la señorita y yo, nuestras identidades de cobertura tendrán algún tipo de nexo de conexión. Y si no es así, quien está al mando, o vamos completamente por libre.

Le interesaba saber cómo iban a presentarse en esa embarcación, y hasta qué punto debían colaborar.

El agente que había procurado ir siempre detrás de ella, y evitar mirarle de nuevo el culo, al menos dentro de las oficinas de nueva york, estaba preguntándose porque la agencia necesitaba a dos agentes para esta misión. En su caso, porque lo necesitaban a él, porque si el dueño del barco era un hombre, seguro que su compañera podía “hacerle participar en sus operaciones”.  

Siempre me habían llamado la atención los chismes y la tecnología puntera así que de vez en cuando me quedaba embobada mirando cada uno de los artilugios de I+D. Mi padre también me había acostumbrado a ver tecnología electrónica ya que su empresa se dedicaba a ello y hasta hace poco yo me encargaba de promocionar sus productos a nuestros clientes.

De pequeña siempre quise un dispositivo de rastreo minúsculo para pegárselo a alguien y espiarle por mera curiosidad. Ahora tenía ante mis manos la posibilidad de ello. Sonreí para mí misma y pedí permiso para llevarme un par o tres de ellos. Nunca se sabía a quién tendríamos que seguir o espiar. Finalmente, observé un anillo simple, no muy ornamentado, pero elegante, de un metal color blanquecino; puede que un anillo de platino o de oro blanco, no sabía distinguirlo. No suelo llevar joyas en mis manos por norma general pero estaba segura que si ese anillo estaba ahí era porque tendría alguna utilidad y las cosas prácticas me llamaban la atención. Tras preguntar a los hombres con la bata blanca me aseguraron que era un prototipo de un dispositivo con forma de anillo que era capaz de emitir una frecuencia ultra sonora capaz de fragmentar casi cualquier tipo de cristal, siempre y cuando no tuviese un grosor de un metro, por ejemplo.

Escuché con atención las instrucciones de Miàntiáo. Como siempre, tenía muchas preguntas, pero antes de comenzarlas dejé hablar a mi compañero y esperar mi turno. Mientras él hablaba usé el teléfono para buscar en la base de datos información sobre Miletti, tenía curiosidad por su aspecto y de alguna forma había que reconocerle una vez dentro del barco.* 

 — Con colaborar se refiere a que tenemos que convencer al señor Miletti de que esos cruceros se lleven a cabo en nuestras costas y hacernos con esos diamantes, ¿me equivoco? — inquirí sin saber muy bien si había comprendido bien—.

- Creo que lo más adecuado para infiltrarse en el barco es que simulen que son compañeros de trabajo a los que han regalado un viaje debido a su trabajo, una pareja en viaje de novios o bien que sean hermanos que se toman unas ligeras vacaciones, lo dejo en sus manos. Pueden tener camarotes separados o un camarote para ambos.

Aquí está la información sobre el señor Miletti.

Sonreí con sorna en cuanto dijo "hermanos que se toman unas ligeras vacaciones". Somos tan genéticamente tan parecidos que seguro que nos tomarán por mellizos. 

 — Mejor camarotes separados, si no es mucha molestia —contesté primero—, seguro que nuestro moreno de ojos azules será capaz de seducir a la señorita Miletti —añadí con una sonrisa—, para sacar información y eso, —continué encogiéndome de hombros con tono divertido e inocente—. Ya habrá tiempo para crear una coartada por el camino. Compañeros de trabajo está bien y no se aleja de la realidad. Así no habrá que mentir —finalicé esperando a ver que decían mis compañeros—.

Simón no pudo hacer otro cosa que sonreír ante el expediente. El tipo era medio siciliano, y la comparación con el personaje del padrino, aunque solo fuera por pura teatralidad le llamo la atención.

Se leería los expedientes hasta memorizarlos. Era parte del trabajo. No es que fuera especialmente inteligente, pero si eran cosas que te podían salvar la vida no había que escatimar en esfuerzo.

Sin embargo antes de poder añadir cualquier otra cosa su compañera se desmarco sobre la opción de tener un solo camarote. Lo cual era contraproducente, porque podrían atacarlos por separado.

Sin embargo, vio por donde iban los tiros, y se dio cuenta de que la joven estaba bastante despierta y atenta a sus palabras, y todas las opciones. No dijo nada sobre compartir habitación pero si quería añadir algo sobre la coartada.

Bueno, las coartadas deben de ser solidas, será importante rematarlas, pero de encontrarnos en dificultades me gustaría cuadrar contigo algún código de aviso.

Dijo por primera vez dirigiéndose a su compañero directamente. No obstante su atención volvió hacia su interlocutor para hacer una pregunta que parecía del todo retorica.

La comunicación se hará conforme al protocolo 17 de operaciones encubiertas, o tendremos otra vía de contacto.

Simón tenía claro que comunicarían de la manera estándar, aunque fuera algo predecible, dudaba de que alguien en aquel crucero paradisiaco estuviera al tanto de cómo lo hacia el SIC, el mismo no lo había sabido hasta el día anterior al leerse los informes y los libros en profundidad.