Partida Rol por web

Me giro hacia el chico, sonriendo amistosamente.

-No somos policías, muchacho. Sólo investigadores. Para la familia- afirmo, sin especificar de “quien”.

- ¿Recuerdas qué compró y a donde os pidió mandar los envíos de material? Nos sería muy útil para esclarecer algunas cosas…

- ¿Sabe qué creo? - Dice, desconfiado, el Dr. Malone. - Que son periodistas, sensacionalistas, y buscan chismorreos. - Y volviendo a ponerse las gafas y a su tarea de ordenar las piezas en cajitas, añade dirigiéndose a su hijo: - William, hijo, ya nos advirtió la policía que vendría la prensa a husmear.

- Nada más lejos de la realidad, caballero. - Le digo al  Dr. Malone. - Como mi buen amigo ha señalado, aunque colaboremos con la policía, trabajamos para la familia, de forma confidencial, además. Le puedo asegurar que ninguna información que saquemos de aquí se hará pública. Digamos que... no nos conviene a ninguno. Por otro lado, tampoco necesitamos nada personal de ustedes, tan solo seguimos la pista de esos paquetes que el Señor Fearn enviaba. Es probable que tuvieran algo que ver con lo sucedido. Le aseguro, en todo caso, que nada de lo que averigüemos afectará negativamente a su negocio.

Hago una leve mueca con la boca ante la reacción del propietario de la ferretería. “Bendita policía, nosotros intentando colaborar con ellos ¿y qué hacen ellos? ¡Fastidiarnos!”, pienso para mis adentros.

-Señor, no puede estar más equivocado. No somos periodistas. De hecho, colaboramos con la policía en este caso y no sería la primera vez- afirmo, con toda la convicción que mi alta autoestima me puede dar.

-El detective Fix nos conoce. Así que relájese, buen hombre- bajo el tono a uno más calmado –No somos chismosos. Como le he dicho, nos han contratado para ayudar a esclarecer algunos detalles oscuros del caso- me encojo de hombros, con indiferencia (fingida).

-No buscamos la carnaza escabrosa de los tabloides, sólo queremos saber si el señor Fearn les pidió enviar material a algún sitio en concreto o si han escuchado, por un casual, si tenía un taller o un sitio donde trabajar, cerca de aquí. Nada más- finalizo, en tono conciliador.

El Sr. Malone chasquea la lengua y mira a su hijo. William, a su vez, parece haber sido influenciado por el acento de la "exótica" Irina.

- Papá...

- Vale, vale. Está bien. Déjenme comprobar... - El Sr. Malone no termina la frase y se pone a buscar entre carpetas repletas de facturas hasta que finalmente contesta. - Aquí está. - Lee... - Hay envíos a una dirección de un tal P. Williams, aunque el grueso de los envíos iban para... el Sanatorio Springhaven.

“Sanatorio… ¿Por qué no me sorprende?”, pienso para mis adentros. Casi se me escapa un suspiro de resignación.

-Al señor Williams ya le conocemos. Imagino que los envíos a nuestro amigo serán al faro, ¿no?- le pido que nos confirme, antes de pedirle más datos acerca de la casa de chalados.

-Los que mandaba al Sanatorio Springhaven, ¿eran a nombre de alguien en concreto? Ya sabe, un colega o alguien que recepcionase la mercancía y asegure la entrega al señor Fearn…- añado, con firmeza y seriedad.

-Sería bueno saberlo, para la investigación policial que realizamos.

Entonces me paro un momento, haciendo una leve pausa.

-Esto… ¿se lo contó a la policía? ¿A nuestro colega, el detective Fix?- mera curiosidad. Siempre es bueno saber por dónde van las indagaciones de la “competencia” profesional.

- Sí, sí, al faro. - Confirma el Sr. Malone. - Lo que iba al sanatorio, simplemente era recibido allí en el muelle de carga por los mozos de almacén. No vi necesidad de decirle nada a la policía - dice, confundido por no saber si ha actuado bien o mal -, ya sabe... Pagaba todo lo que compraba. No se me ocurrió...

Me quedo pensando... Ese sanatorio me resultaba conocido. Intenté recordar cuál era su especialidad, pero no terminaba de confirmarlo.

-Disculpe, ese sanatorio... Yo mismo soy doctor, pero no recuerdo de qué especialidad es. ¿Puede ser un sanatorio mental, quizás?

- Claro, señor. Donde "los locos". - Responde el joven.

- El delito de Williams, si es que cometió alguno - maticé para no escandalizar al hombre - no fue comprar y enviar piezas, por supuesto. - Me pareció que el dueño estaba inquieto por no haber avisado a la policía y prefería que permaneciese relajado. Así hablaría más. - Solo intentamos saber para qué quería esas piezas. ¿Podría decirnos qué tipo de piezas eran las que compraba? A ver si nos da alguna pista de sus intenciones y... creo que después ya podremos dejarle tranquilo.

El joven comienza a revisar facturas y envíos para poder hacer una interminable lista de material.

- Tenemos de todo, señorita. Tornillería, paneles aislantes, bobinas, válvulas de vacío, filamentos de carbón, tríodos, imanes... También algunos artículos que nos costaba más encontrar: ópticas especiales, baterías químicas, alternadores, tubos de rayos catódicos, cristales... De todo, como ven.

A mí los últimos componentes que nombró me resultaron más que curiosos. Lo de las "ópticas especiales" y demás me recordaron a cierta máquina que nos había trastocado la vida hace unos días.

Curioso que los ensamblase (quizás) en un sanatorio mental... Me da que los pobres internos sirvieron de conejillos de indias para él.

-¡Muchas gracias por su inestimable ayuda! Creo que deberíamos ir a hacer una visita al Sanatorio Springhaven, si mis amigos no tienen más dudas. Quizás allí puedan decirnos algo más al respecto.

El listado de piezas que nombra el chico no parecen nada que no encaje con la famosa máquina de Polton. Pero sigue sin encajar los envíos a un Sanatorio. ¿Qué demonios hacía allí montando nada? ¿O es que no fue él quien hizo el montaje? Igual uno de sus pacientes le ayudo a crear ese efecto psicotrópico de la condenada maquinaria…

-Sí, creo que se han ganado una merecida visita…- me giro hacia el dueño de la tienda –Le estamos infinitamente agradecidos por la información. Y quédese tranquilo. Daremos un buen uso de ella. Y desde luego, le pedimos lo mismo que nuestro compañero, el agente Fix. No divulgue nada de lo que sabe o nos ha escuchado decir. Eso dificultaría aún más la investigación policial que estamos llevando a cabo- sonrío amistosamente- Y nadie quiere eso.

Me encamino hacia la puerta.

-De nuevo- me giro para despedirme del propietario y de su hijo –Muchas gracias por todo.

Tiro del pomo de la puerta de la tienda y la abro, dispuesto a marcharme ya.

-¿Nos vamos, compañeros?

-¡Te sigo, Leroy! Gracias de nuevo, señor Malone. Acepte esta pequeña contribución por las molestias ocasionadas. ¡Volveré a visitarle! He visto que tiene a la venta algunos objetos que me interesan en mis experimentos... ¡Hasta pronto!

Me despedí, dejándole un billete de no mucho valor, y la promesa de una futura venta. Le habíamos interrumpido en su trabajo para preguntarle y no llevarnos nada... Por un momento me sentí culpable. Mi conciencia estaba así tranquila, y además volvíamos a tener un hilo del que tirar.

-¡Creo que vamos por el buen camino! -auguré a mis amigos, optimista.

El Sr. Malone coge el billete con ambas manos y agacha la cabeza, sin mediar palabra, a la vez que salís por la puerta.

Decididos a visitar el sanatorio, un taxi os lleva a través de la ciudad hasta una construcción apartada del centro de la ciudad, rodeada de un jardín amurallado salpicado con alguna fuente y caminos de grava. El edificio propiamente dicho constaa de tres plantas de base rectangular, más una pequeña torre en uno de los lados. Apenas posee elementos decorativos y, de hecho, su estado parece el de semiabandono por parte del ente público, probablemente debido a la falta de ayudas de la ciudad. La entrada principal, de doble reja metálica, está abierta. Por ella se permite el acceso de vehículos. Las puertas del edificio dan acceso a un interior desangelado, frío y con personal desganado. Camilleros y enfermeras deambulan por pasillos casi vacío donde el eco de algunos de los internos se cuela, rebotando en las paredes.

- Mucho estábamos tardando en acabar en un sanatorio. - Digo una vez montados en el taxi, con un ligero tono jocoso para dejar en el aire el doble sentido de la frase entre "ir a buscar locos " y "volvernos locos nosotros". - No suelen ser lugares muy agradables, a pesar de que en algunos se esfuerzan mucho para que lo parezcan. Espero que al menos la visita nos sirva de algo...

-Con lo que hemos visto y vivido, creo que no hay sanatorio que pudiera servirnos de ayuda, Irina -respondí a mi amiga. Desde aquel naufragio en la isla maldita mucho habíamos pasado ya, y si algo aprendí desde entonces fue a no ser tan pragmático como era. La vida aún podía sorprenderme de modos inexplicables más allá de la razón.

Una vez allí, intenté abordar a alguna de aquellas enfermeras.

-Disculpe, soy el profesor Brush... ¿podríamos hablar con algún responsable de este centro?

Una señora que ronda los sesenta años, enjuta y con dientes amarillos os sale al paso detrás de un mostrador de madera desgastada.

- Buenos días, ¿le puedo ayudar yo misma?

Sonreí ante las palabras del profesor. En realidad, la mejor ayuda estaba siendo tener compañeros como ellos que, habiendo compartido la experiencia, te hacían sentir que no estabas loca. Que no estabas sola. Miré a ambos con alivio en los ojos.

¿Cuántas de aquellas personas en realidad no lo estaban, y el problema es que nadie les creía al contar lo que sabían, lo que habían visto, lo que habían oído... lo que aún veían y oían?

Un escalofrío me recorrió la espalda al pensar en aquello, y luché por apartar esa sensación y centrarme en la conversación entre el profesor y la enfermera.

Aunque algunos de los envíos fuesen para un tal P.Williams, cosa que no convenía olvidar, la mayoría de ellos fueron para este sanatorio en el que estábamos. Ojalá pudiésemos sacar algo en claro.

Lo malo es que nos tocó lidiar con la subordinada cabezota de turno, cosa que resulta frustrante cuando pretendes tener resultados válidos.

-¡Buenos días! -respondí a su saludo-. Como dije, nos gustaría hablar con algún responsable del centro, a causa de unos paquetes que se han recibido aquí hace un tiempo. ¿Sería posible que nos pusiese en contacto con la persona adecuada? ¡Muchas gracias!