Partida Rol por web

— Mierda — dijo Lyra al ver que Zak sacaba su bláster —. Baja el bláster, podemos discutirlo por el camino, pero esto tendrá consecuencias...

Le puso la mano sobre el hombro a Jade e hizo presión para que esta accediera al vehículo, para luego entrar tras ella.

Jade se quedó mirando el intercomunicador mientras le llamaba su marido. Entonces vio el blaster de Zak y negó un par de veces con la cabeza. 

— Guarda eso y haré como que no he visto nada. —  comentó. Miró a los otros compañeros y cuando vio que se ponían de su lado respiró tranquila. —  Me necesitáis para salir de este planeta, me necesitáis despierta. No hagas preguntas para cuya respuesta no estás preparado, Zak, no te voy a dar más oportunidades. —  dijo e ignoró por completo la amenaza. 

— Vamos no hay tiempo que perder. 

Cogió la llamada de su marido mientras se montaba en el deslizador.

—  Jade Lynfor. —  respondió. 

— ¿Jade? ¿Jade donde estás? — La voz de Robert parecía más excitada de lo normal. 

— Estoy llegando al colegio, a recoger a William. La rebelión nos ha dicho que el Imperio está llegando a este planeta con una estación de combate masiva. Nunca antes se ha visto nada parecido. —

Guardó silencio, quizá esperando una respuesta... o reaccionando a algo de su entorno.

— Es una invasión cariño. Parece que esos cabeza cubos vienen con todo. —

Jade se quedó helada cuando escuchó lo que su marido le contaba. Tenía que salir de ahí con Williams, tal vez dejar a Robert atrás era algo que su conciencia podría soportar, pero no a su hijo. Valoró sus opciones y supo que no tenía más que dos. O decirle a Robert que fuera al hangar con el niño o decirle que le esperara en casa. 

— Cuando tengas a William contigo llámame, te mandaré una dirección en la que encontrarnos. —  dijo. —  Tenemos que estar juntos, amor mio. Separados somos vulnerables. —  dijo y colgó. 

Miró a sus compañeros. 

— Sé que la misión era que saliera yo sola. Pero he cumplido con mi misión todos estos años como infiltrada en la alta sociedad de Alderaan. Me casé con uno de ellos y tuvimos un hijo, una tapadera que nadie habría destapado nunca. Puedo dejar atrás a mi marido pero no a mi hijo. No creo que pueda soportarlo. 

Zak no hizo caso de ninguno de los comentarios, ni guardó la pistola, aunque si uno se fijaba podía ver que estaba en modo aturdir.

-La misión eres tú. Sacarte de aquí con vida. Esas son mis ordenes, y pienso cumplirlas. Y te aseguro que para eso no te necesito consciente. No obstante...-

Lo que escuchó sobre qué era lo que se acercaba a Alderaan confirmó sus sospechas sobre el bombardeo orbital. Aunque no sabía qué podía ser esa estación de combate masiva que decía aquella escoria rebelde, pero sí que era obvio que no debían estar allí cuando llegaran.

-Se acaba el tiempo. Vamos al hangar. Seguro que no te será dificil convencer a tú marido de que traiga al niño allí.-

— Vayamos al hangar, no hay tiempo que perder. —  apremió a sus compañeros.

Jade sopesó durante el camino la conversación que debería tener con ellos antes de llegar al hangar. Pero esperaría a ver cómo estaba la situación una vez llegaran.

Lyra respiró con cierto alivio cuando la situación quedó en cierto estado estable, dentro de la tensión. Sacó su datapad envió un mensaje.

No podré pasar por el taller, me he enterado de que el Imperio está acercando a Alderaan 

— Andur, avisa a quien tengas que avisar sobre lo que ha dicho el marido de Jade, si no pueden acompañarnos, al menos que tengan una posibilidad — dijo al piloto.

No tardaron demasiado en llegar hasta el acceso más cercano que daba al círculo intermedio, en donde se encontraba el hangar y su preciada y flamante nueva nave. Cual fue su sorpresa cuando vieron una marabunta de gente amontonada en la misma puerta. Cuando preguntasteis no tardasteis en descubrir que al parecer se habían cerrado las puertas de acceso entre los cinturones por razones de seguridad.

Los rumores de un ataque imperial se estaban esparciendo y el ambiente se estaba caldeando por momentos.

— ¡¡ Tenemos derecho a salir !! — 
— ¡¡ No podéis retenernos !! —
— ¡¡ Dejadnos pasar, no podemos quedarnos aquí !! —
— ¡¡ Si no nos dejan pasar nos abriremos camino nosotros !! —

Diferentes grupos coreaban las consignas que poco a poco iban tomando fuerza. La situación era inaudita para vosotros y por lo que sabíais para todo el mundo. Jamás se habían cerrado las puertas. Nunca.

En ese momento el comunicador de Jade volvió a sonar. Era Robert.

— Ya tengo a William Jade. Pero no podemos salir del círculo interior, la rebelión está preparando las defensas y me necesitan aquí. Llevaré a William a un lugar seguro. Tienes que encontrar la forma de llegar hasta nosotros. Tenemos un bunker preparado. —

Casi al momento a Lyra le entró un mensaje.

¿Un ataque del imperio? ¿En Alderaa? Joder... ahora entiendo a esos cabrones que querían la nave reparada. Seguro que sabían algo. ¿Dónde estas? ¿Estás bien?

-Joder. Esto no me lo esperaba. Está claro que el ataque no ha sido lo suficientemente discreto si tanta gente se ha enterado.-

Aunque quejarse de aquello no iba a ayudar a entrar, por lo menos le sentaba bien a Zak. Casi le relajaba.

-Sé que hay una forma de atravesar los circúlos, lo he escuchado alguna que otra vez en alguno de los locales que me muevo. Algunas zonas menos vigiladas o con agujeros para pasar. Pero no estoy seguro de que estén cerca. Podríamos tratar de buscar alguno.-

Miró a toda la gente y los guardias.

-O podemos liarnos a tiros también. Eso siempre resuelve mucho. Organizamos una revuelta con toda esta gente y nos colamos en el follón.-

Andur vio a Jade tratando de convence a los guardias que la dejaran pasar y escuchó a Zak hablar de los huecos en la muralla. Bogdono le había hablado de estos "atajos" que utilizaban todo tipo de gente a la que no le convenía pasar por los controles oficiales. Sin embargo, sospechaba que ese tipo de opciones no eran ni baratas ni muy seguras, sobre todo ahora, con toda la ciudad en pánico por la amenaza del ataque imperial.

—No podemos liarnos a tiros sin más, borrico. Dile a Jade que vuelva al deslizador y vamos a buscar una de esas entradas que has mencionado. Creo que podría encontrarla sin muchos problemas.

— Señora, las órdenes son no dejar pasar a nadie. Lo siento. — El hombre parecía en cierta medida apurado, aunque no dio demasiados detalles ni se explayó, ya que tenía a otro montón de gente tratando de convencerle de lo mismo.

Andur por su parte recordó las palabras de Bogdono, que resonaban en su cabeza en el momento adecuado "Solo para situaciones de emergencia. Como nos pillen o lo descubran se nos acabó el chollo". ¿Acaso no era esa una situación de emergencia?

No les costó casi nada bordear aquel muro hasta el punto, sin embargo... conforme llegaba, el sonido de una batalla cobraba intensidad. Decidieron dar un pequeño rodeo de un par de manzanas para ver que estaba ocurriendo sin meterse en medio del fregado^[1], y terminaron sobre la azotea de un edificio pequeño de dos plantas a la que se accedía por una escalera exterior pegada a la pared.

Desde allí pudieron ver los dos bandos enfrentados. En un lado, custodiando el pequeño agujero estaba Lady Vanila y cuatro de sus guardias parapetados. Disparaban contra Cargo y los suyos. Cargo se protegía detrás de su deslizador, dos de sus soldados ya habían caído y solamente quedaba uno de ellos que se cubría la cabeza cuando las chispas saltaban al impactar en el metal del vehículo.

— Acabad con ellos. ¡¡ Esa babosa pagará con su vida hoy y ahora !! — A pesar de ser la jefa, era sin duda la que más agresividad demostraba, disparando de forma incesante...

— ¿Esperamos a que se maten entre ellos? — preguntó Lyra en un susurro — ¿O apoyamos a uno de los bandos para evitar que se nos echen encima si uno de ellos sobrevive?

Si había suerte y los jefes de ambos bandos caían quizá el resto simplemente huyera en direcciones opuestas y entonces el grupo podría seguir avanzando, pero si uno de los dos bandos se imponía y no era el de Cargo, probablemente sufrieran un ataque que no podrían eludir.

—No podemos esperar; nos conviene que gane Cargo aunque vayan a por la misma nave que nosotros. Sólo son dos y podremos derrotarlos más fácilmente luego —sacó su pistola—. Creo que debemos atacar a Lady Vanila y a sus cuatro matones. ¿Alguna estrategia que nos ayude? —preguntó mirando a Zak.

-Sí claro. No palmar.-

Fue todo lo que dijo Zak antes de agarrarse bien al asiento. A pesar de que aquello era un choque voluntario, y que se suponía que Andur era un piloto de los buenos, nunca estaba de más prepararse para esas cosas.

-Si lo hacemos bien podemos pillar a esa zorra de Vanila desprevenida. Pero lo importante es lograr pasar, así que en cuanto veáis un oportunidad meterse en el agujero y no esperéis por nadie. Y os cubriré si es necesario.-

Claro que aquello sólo tenía la pega de que saliera bien el atropello de aquella odiosa mujer.

Jade se dejó llevar en aquella situación. Había poco que pudiera hacer. Confió en que Andur consiguiera sacarles de ahí o al menos darles alguna ventaja.

—  Vamos, no tenemos más opciones. —  comentó. —  O llegamos a la nave o moriremos todos. —  dijo convencida tratando de que sus palabras causaran algún efecto épico en su compañero. 

—  Como dice Zak, en cuanto veamos el agujero, sin piedad.

Finalmente decidieron por una aproximación directa, tratando de embestir al grupo de Lady Vanila, que bloqueaba el paso al anillo interior. En cuanto giraron la esquina del edificio y encararon hacia la posición de la mujer esta se percató de los cuatro.

— Zak... Maldito hijo de un bantha —

Seguramente nadie la oiría, pero esas fueron sus palabras antes de girarse y apuntar directamente al deslizador. Fueron cuatro disparos que finalmente provocaron que Andur perdiera el control y chocara contra una caja que salió despedida, rompiéndose y dejando un montón de ropa de trabajo desperdigada por todos los lados.

El deslizador volcó y con él sus integrantes, Algunos se llevaron más daños que otros^[1], pero la fortuna quiso que entre el grupo de Lady Vanila y ellos quedara el vehículo a modo de parapeto^[2]. Para cuando os recuperasteis pudisteis ver como todos esos monos de trabajo volaban por el aire al rededor de los otros dos grupos... de nuevo la fortuna os sonreía y gracias a ello no habían comenzado a disparar todavía... ¿O quizá solo pensaran que no habíais podido sobrevivir?

Lyra pensó que habían tenido mucha suerte a pesar de la accidentada entrada en escena que habían tenido. Haciendo un esfuerzo se colocó tras el deslizador para que le sirviera de parapeto a la vez que desenfundaba su bláster, lo alzó y disparó a uno de los guardias que acompañaban a Lady Vanila.

El haz de luz fue a perderse contra una pared.