Partida Rol por web

Leni frunció el ceño un poco. La armonía era frágil y valía más mantenerla, así que se contuvo. De todas formas, lo que dijo le pareció interesante.

- Intentemos rebajar el tono, doctor Harlan - dijo con voz lo más asertiva posible. - Disculpa mis palabras. Yo en ese momento no sabía qué relación tenías con esa mujer ni qué te llevaba a ocultarla. No fue hasta que hablé con Amara y Tryss que supe de esos contactos.

Leni sonrió.

- Pero me alegro que por fin nos sinceremos. Todo se está aclarando - exclamó con satisfacción. - ¿Así que esa persona intentó captarte? ¿Sabes quién es? ¿Qué pasó? ¿Te amenazaron de alguna manera?

Cuanto más averiguaran acerca de esa gente, mejor. Debían estar alerta mientras rondaran el hotel.

Tryss permanecía callada, miraba de vez en cuando la conversación, en seguida entraron en materia y escuchó atenta a lo que realmente les interesaba. No tardó en aparecer el primer infantilismo "pues tu peor que yo"

- Cierto Esa discusión no parece productiva ahora mismo ¿Era un hombre o una mujer ese alguien? ¿Ofreció algo? ¿Os invito a su habitación?

Amara permanecía en silencio, con la mirada fija en su plato pero no comía, disponía de manera simétrica los trozos de comida a lo largo del plato. Era evidente que escuchaba con toda su atención lo que decían sus compañeros de mesa. 

Harlan tenía más dudas ahora que al principio del almuerzo. Parecía ser que todos sabían algo, pero ninguno estaba dispuesto a soltar prenda con la excepción de Kowalsky... y tampoco era seguro que hubiese contado todo cuanto sabía. No obstante, y exceptuando la parte en la que habían intentado captarle para la misión clandestina, para todo lo demás que estaba por venir tendría que confiar en esas personas con las que se había sentado a la mesa.

—En mi caso me dijo que se llamaba Tanya, así que imagino que sería una mujer —comenzó a contar el científico no sin cierta sorna—, y quería que le consiguiese todos los datos científicos de la base. Imagino que estaba pensando en alguna emisión codificada desde allí o algo parecido, no lo sé. Tampoco estuvimos hablando tanto tiempo. Supuse que habría micrófonos en la habitación o algo similar —los temores y las paranoias de Harlan, probablemente acertadas, acababan de hacer su aparición.

Se calló de nuevo y mantuvo la mirada fija en los edificios colindantes. Así pues, todo parecía sugerir que la reacción exagerada de Leni se debía más bien a algún «percance» parecido al suyo más que a una arrebato de indignación. ¿Habría recibido alguna visita por parte de algún otro miembro de esa compañía farmacéutica de actuación cuasi mafiosa o solo era su faceta periodística buscando escándalos por todas partes (incluyendo donde realmente los había). Desde ese momento era mejor escuchar un poco y aprender algo de lo que los demás tenían que confesar.

Puñales por la espalda, aquello se ponía interesante.

Algo que había aprendido con la experiencia es que los mentirosos son fáciles de engañar, porque les conviene que todo siga su curso, instintivamente saben que una revelación lleva siempre a otra y a otra, en una cadena imparable que no conviene a nadie.

Así que después de lo dicho sabía que el que hubiera ocultado algo, seguiría haciéndolo.

—Bien, si Ulises ya está informado, no creo que tengamos más de lo que preocuparnos.  Y ahora que está todo aclarado, no se ustedes, pero yo aún tengo que resolver el problema con mi admisión, y tengo un maldito test que repetir. Así que, si me disculpan, espero poder terminarlo y poder contarles en unas horas que por fin estoy efectivamente dentro de la misión. Sería una lástima perderme este viaje.

Kowalsky se levantó de la mesa al terminar la comida y se retiró despidiéndose con su típica sonrisa cínica.

Me retiro con otro alarde de hipocresía y cinismo. Manteniendo mi máscara de inocencia y sin revelar nada de lo sucedido con Tanya.

Kowalsky se levantó de la mesa, al parecer debía prepararse para conseguir ese puesto.

- Adios, Kowalski. Mucha suerte - se despidió Leni con un gesto de su mano y una sonrisa.

Antes de que el mecánico se alejara, Leni prosiguió la conversación. A pesar de todo, aún había demasiado silencio y algunas cosas no encajaban.

- Es extraño que a vosotros os abordaran pidiéndoos directamente los datos de la misión - dijo dirigiéndose a Harlan. - ¿Os lo dijeron directamente? ¿No os rondaron primero con circunloquios? A Amara le ofrecieron una misión sobre un viaje a Marte, o algo así - la psicóloga pensó que no cuadraban las historias en ese aspecto.

- ¿No es así, Amara? - dijo volteándose hacia la joven piloto. - ¿No te dijeron nada acerca de robar los datos de la misión?

Leni se dirigió también a Tryss, parecía que apenas había tenido contacto con los reclutadores, pero no había dado muchos detalles tampoco... ¿por qué?

- Tryss, ¿a ti como te abordaron? ¿Te hablaron de los datos de la misión? ¿De Marte? ¿O qué dijeron? - interpeló a la compañera que restaba. - Poniéndo esto en común podremos deducir su modus operandi.

Al fondo, Kowalsky se alejaba cada vez más...

Andrew Harlan intentó recordar cómo había sido su conversación con la rusa de principio a fin, pero aunque había ocurrido hacía no demasiado tiempo, sus recuerdos no seguían una trayectoria lineal. Su posterior disgusto con su compañera, además de la visión de un grupo de gamberras rayando un coche, había restado importancia a todo lo demás.

—No —dijo al fin—. Fue directa al grano. De hecho, creo que no me dio muchos detalles que me hubiera gustado saber. Especialmente si lo que iba a llevar a cabo era una traición —reflexionó un poco—. Lo cierto es que no me amenazó, lo que me hace pensar que, o bien decía la verdad o bien tenía más gente preparada para hacer lo mismo que yo.

Cuando te alejas al final del pasillo zona de recepción escuchas jaleo, algo no marcha en ese lugar.

- A mi me abordó un idiota que me invitó a ir a su habitación, maldito prepotente... - Negó con la cabeza - Pareció perder el interés en mi en cuanto el dije que no estaba seleccionada para la misión, pero incluso entonces no dejo de hacer promesas - Explicó a Andrew

Se calló la información que le habían sacado al recepcionista.

Harlan sonrió por la situación. Tenía miedo de contar algo que, por lo que parecía, le había sucedido a todos sus futuros compañeros de una forma u otra.

—Así que se puede decir que nos han intentado abordar a todos —afirmó—. ¿Nadie ha sufrido ningún tipo de amenazas? ¿Todo han sido peticiones amables y referencias a la guerra de empresas farmacológicas?

Entonces recordó la imagen del coche y las risas de las chicas.

—Y ya de paso, ¿qué demonios le estabais haciendo a ese coche antes?

- Mejorarlo.... - Bromeó Tryss - Pues con la excusa del rayón queríamos conocer a sus dueños, se nos antojo parecido al que nos olía el culo de cerca de la que venimos. Ya sabes, rompes algo, has de arreglarlo... y de paso marcarlo, por su vuelve a haber una escena parecida saber que es inequivocamente ese mismo coche.

-No saben que iré -interrumpe de pronto la conversación Amara, respondiendo a la pregunta formulada unos minutos antes. Una especie de sonrisa aflora en su rostro.

-La mención a Marte fue un retazo de conversación. Jorgensson era el elegido... -se queda unos momentos pensativa y retoma las palabras de Tryss.

-¿El coche? Sí. Las mejores mentiras son las reales. Jorgensson tuvo un accidente... de coche. En la isla, aquí. Me llamó.

Por primera vez en toda la comida mira a sus tres compañeros, podía haber ocupado el sitio de Kowalsky para integrarse en la conversación, pero eso no es propio de Amara.

Me aparto disimuladamente a ver si puedo echar un vistazo y ver de dónde proviene ese jaleo.

Si veo que es de mis compañerso o solo del personal del hotel me retiro discretamente y sigo intentando pasar desapercibido hasta mis encuentos con la rubia.

Cuando te acercas escuchas que en la habitación 6 hay un Cadaver de un hombre joven registrada al nombre de Dionisio, esta pidiendo que vaya a ver al de la recepción, este coge presuroso la tarjeta llave y sube con la chica de limpieza d las habitaciones.  -Hoy lo que nos faltaba- se escucha el hombre mientras el ascenso se cierra para subir a la habitación 6 que esta  enfrente de la habitación de Herlan...

La conversación se fue apagando después de aquello. Leni decidió retirarse.

- Voy a descansar un rato. "La siesta" como dicen los lugareños - los periódicos de Alemania se habían encargado de que todos conocieran esa perezosa costumbre del sur. - Si os parece bien, intercambiemos teléfonos. Así si me llama Gumther con novedades os podré poner al corriente y viceversa.

Después de compartir los números, la novelista se despidió y se alejó con paso elegante.

Aunque no sospechaba de todos por igual, Leni asumió que no podía confiar al 100% en ninguno de sus compañeros, pues todos habían sido abordados y cualquiera podría haber sido tentado. Decidió investigar la habitación de Dionisio por su cuenta, al menos en principio.

Llegó al corredor indicado y observó la puerta. Asegurándose de que nadie más podía verla, se quitó los zapatos para hacer el menor ruido posible mientras se acercaba a la puerta. Puso la oreja sobre la misma para escuchar en su interior. Sabría de esta manera si la habitación se encontraba ocupada en ese momento y si había en ella más de una persona. Con suerte podría escuchar alguna conversación. Por lo que tenía entendido, las mejores reuniones se llevaban a cabo dentro de aquella habitación.

Tras escuchar un poco, tenía planeado situarse en algún lugar poco visible cerca de las escaleras, desde donde pudiera controlar si alguien sale o entra por esa puerta y cambiar de piso si escuchaba que se aproximaba alguien por ellas.