Partida Rol por web

[DM 07/2019] Unas Merecidas Vacaciones.

Escena 3. El Extraño Lodazal.

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19/08/2019, 15:46
Narrador

El ascenso fue duro y bastante penoso. En más de una ocasión resbalaron acabando cayendo contra el duro y cortante suelo de afilados riscos. Su ropa se enganchó continuamente en las rocas afiladas y acabó rasgándose y hecha jirones con las continuas caídas. Hubo un momento en que John cayó al suelo y se golpeó con dureza quedando aturdido y dolorido en el suelo durante unos instantes, aunque pudo recuperarse finalmente y proseguir con el ascenso.

Al final, salvo algunas heridas menores, no sufrieron más contratiempos serios que amenazaran su vida, aunque cierto era que el ascenso durante la noche fue realmente arriesgado.

Una vez lograron ascender a la cima, observaron frente a ellos, que del otro lado de la montaña, había una gran sima cuyo fondo era imperceptible a sus ojos. La oscuridad de la noche les impedía ver nada más que un enorme manto oscuro. Agotados, sudorosos y lacerados por aquel terreno lastimero, se detuvieron unos instantes a reflexionar ante aquella insondable inmensidad. Se encontraban ante un lugar insospechado olvidado por eones de tiempo, que había resurgido de las profundidades sólo para capturarles a ellos en un cúmulo de extrañas y desafortunadas coincidencias.

Ni rastro había allí arriba de nada que pudiera hacerles entender que era lo que había refulgido llamándoles poderosamente la atención. Lo que si hacía era frío. Un frío que llegaba con la helada brisa procedente del otro lado de la montaña que acababan de ascender. Un frío helado que cortaba como cuchillos. Quedaban todavía algunas horas para el amanecer y ya se habían arrepentido de no haber esperado a que el sol se elevara por encima del horizonte. Pero fuera como fuera ya estaban allí arriba y no iban a descender sin poder apreciar lo que había del otro lado.

Aguantaron el frío como pudieron y al alba les despertó un sol abrasador. Desde lo alto del monte, vieron que del otro lado de este, se abría ante ellos una inmensa sima o cañón, cuya oscura concavidad no llegaba a iluminar por completo la luz del sol. Les pareció encontrarse al borde del mundo conocido, escrutando desde el mismo canto hacia un caos insondable de noche eterna. Eso era lo que tenían delante, un descenso hacia lo que podía considerarse el mismísimo Gran Abismo en el que caían las almas de los difuntos para ser olvidados para siempre.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Tirad espíritu todos.

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19/08/2019, 15:56
John Graham

Me quedo boquiabierto, pasmado, ante lo que ven nuestos ojos cuando la luz nos muestra, en toda su plenitud, lo que hay al otro lado de la cima de la jodida colina...

-No me jodas...

Alcanzo a decir... no entiendo nada de esto; la gran masa de tierra que ha emergido de las aguas... es más grande de lo que cabría esperar... simplemente, es de locos. Y no importa nada, ni los rasguños y magulladuras provocados por los tropiezos constantes de la subida a oscuras, ni la ropa hecha una mierda por el mismo motivo,... ni... joder, casi me olvido de la gente del barco...

Echo una mirada hacia atrás, allá abajo, donde dejamos el barco. Ciertamente la distancia es... la que era, una jornada.

A un lado, el barco en el que vinimos; a este otro... algo que no termino de entender,.... tal sima... no, no se como cojones puede estar aquí... (por un momento, la asimilo a una parte de la anatomía femenina, pero por un momento, nada más)

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tooooma tirada!

Ostras,... el Beny, se me olvidó que podía usarlo... SI ESTOY a tiempo, ahí va la tirada... si no, asumo los ojos de serpiete esa también...

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19/08/2019, 16:07
Hugo Petersen

Hugo llegó a la cima tras John, cuando la luz empezó a mostrarle la magnitud de lo que tenían delante.

Pero donde cojones estamos tío...

El malestar, las arcadas, las náuseas. Todo había desaparecido de golpe. Su cabeza daba vueltas, intentando entender como era posible aquello en una supuesta isla. 

Envolviéndose sobre si mismo con sus brazos, solo alcanzó a preguntar... ¿Y ahora?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Gasto beni en la pifia.

Lanzo notar, buscando algún sitio por que descender o algo que me llame la atención.

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19/08/2019, 18:32
Oliver Roberts

¿Creéis que nos han visto? Puede que tengamos que ayudarlos. Oliver no quería pensar en ello, pero puede que uno de sus amigos se hubiera hecho daño y no pudiera andar bien. Podría haberse torcido un tobillo o algo parecido.

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19/08/2019, 19:06
Stacey McKenzie

-No se, no se si serán ellos, pero por fuerza tienen que haber visto la bengala. Sea quien sea. Si es que no fue el reflejo fortuito de otra cosa.

Joder, ni fumados a tope no verían la bengala.

No hay respuesta. Qué asco. Cada vez más intranquila, solo me relajo un poco con la marihuana. Negó con la cabeza hacia Oliver- No pensemos en eso ¿vale? No podemos hacer mucho ahora, de noche. Mañana...

Mañana deberían tomar una determinación si no regresaban. Se le ocurrió algo entonces- Pásame la linterna, Lucie.

La encendió y comenzó a enviar un mensaje con lenguaje en Morse, aunque lo tenía un poco oxidado. «"Chicos, decid algo. Manifestaos. Los petas se acaban. En serio, enviad señales".»

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19/08/2019, 21:59
Lian Chu

Creo que estamos a buena altura como para ver - Oh, vaya, ¿qué es eso, cómo es posible? - Todo un cañón con su mundo ahí, parecía increíble que todo ésto hubiera emergido de las profundidades, era tan extraño todo. Se me ocurrió que, ahora de día, debiéramos de hacer señales a nuestros amigos del barco, para eso aprovecharía la salida del sol con el espejo que llevaba para hacer el típico reflejo esperando que fuera visto por alguien ahí abajo.

También por tentar a la suerte, compruebo si hay cobertura de teléfono, no vaya a ser que la hubiera, y yo andar con reflejos pudiendo llamar y hablar con ellos. Y espero a ver si hay respuesta, a ver si nos responden. Ahora que lo pienso, habría sido mejor mandar señales con la linterna al barco, en plan código morse.

¿Cómo estáis, chicos? ¿Qué hacemos? - Igual era bueno juntarnos con el resto antes de adentrarnos más a través del cañón, no parecía que aquello fuera a desaparecer de la noche a la mañana - ¿Volvemos y les contamos lo que hay? ¿Vuelve alguien de los tres, mientras que dos se quedan por aquí a explorar, cómo lo veis?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Paso la tirada de Espíritu, estoy de suerte!!!

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20/08/2019, 00:07
Lucie McCollum

No estaba muy convencida que malgastar las bengalas fuera buena idea pero, al ver la determinación de mis amigos a hacerlo, di mi visto bueno y esperé expectante a ver qué sucedía. Nada. No sucedió absolutamente nada. Quizás el reflejo que habían visto Oliver y Stacey había sido cualquier otra cosa o simplemente sus amigos estaban ocupados y no habían visto la bengala, pensamiento que no me podía creer ya que el cielo estaba despejado y no había obstáculos que dificultaran la visión.

¿Un reflejo fortuito? Lo dudo. No parece que haya nada en kilómetros a la redonda... —pero algo había lanzado aquel refeljo ya que yo no ponía en duda lo que habían visto los otros dos—. Pero si no fueron ellos entonces eso quiere decir que hay más gente que ha llegado a esta especie de isla ¿no?

No sabía que pensar al respecto. Por una parte me parecía una buena noticia saber que no éramos lo únicos que habíamos tenido problemas y habíamos encallado en aquel lugar pero por otra parte no podía evitar pensar de dónde habían podido salir y si serían buenas personas.

Si mañana por la mañana no hemos tenido noticias de ellos... Habrá que ir a buscarlos —dije totalmente convencida de mis palabras ya que, desde hacía ya unas horas, me arrepentía de no haber ido con ellos.

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20/08/2019, 06:53
Narrador

No se repitieron más destellos. Nadie respondió más a sus llamadas. La bengala se perdió en la distancia y su fulgor se apagó sin respuesta alguna. Poco podían hacer de todas formas. Viajar de noche era imposible. La luz que se reflejaba en la luna no era suficiente como para avanzar a través de aquella inmensa llanura de lodo. Lo mejor era esperar al alba y decidir una el sol les obsequiara de nuevo con su calor.

Comieron algo antes de retirarse a los camarotes. Todavía conservaban la esperanza de una respuesta, una señal indicando que todo iba bien. Una señal que no llegó de ninguna de las maneras posibles. Decidieron dormir los tres en un mismo camarote, pero a decir verdad, no conseguían conciliar el sueño. Todo era demasiado raro, demasiado misterioso. Lo que deberían haber sido una tranquilas, felices y etílicas vacaciones, se había convertido en una pesadilla de las que no desaparecen al deprenderse uno de los brazos de Morfeo. 

Fue entonces cuando percibieron algo. Un sonido. ¿Eran pasos? Si, desde luego lo eran. Alguien estaba caminando en la cubierta de la embarcación. Alguien había subido al yate, estaban seguro de aquello. Podía ser que fueran sus amigos de regreso, al menos alguno de ellos, porque allí no había nadie más que ellos. Aguardaron unos instantes en los que, quienquiera que fuera que acababa de subir a la embarcación, debería haberse puesto en contacto con ellos, al menos si fuera sus colegas de regreso, pero no fue así. Si no eran sus amigos... ¿Quién era? Y si eran ellos... ¿Por qué no les llamaban, les anunciaban su regreso?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Estáis asustados, así que si alguien quiere subir a cubierta, tirada de espíritu dificultad 4.

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20/08/2019, 09:05
John Graham

Sigo mirando la sima... es como si algo me atrayese a ella, pero...

-Tíos, tenemos que volver... lo de la bengala me da mala espina; ya hemos visto que desde aquí, ni rastro de más gente, y los de abajo nos pueden necesitar; si salimos ahora, llegaremos al anochecer...

... no lo digo pero si "están en problemas" por la presencia de otros... llegar al anochecer nos daría una ventajilla en la aproximación final, supongo

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20/08/2019, 09:23
Hugo Petersen

Una extraña sensación de curiosidad había invadido a Hugo, que realmente quería descender y seguir explorando, pero las palabras de sus amigos le devolvieron de golpe la sensatez.

- Si, deberíamos volver. Esa bengala no tenía buena pinta... - susurró - Cuanto antes empecemos a andar, antes llegaremos.

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20/08/2019, 14:07
Lian Chu

Bueno, viendo las respuestas, coincido con mis amigos - Bien, pues volvamos. Creo que nos será más fácil y rápido llegar al yate, tan sólo hay que bajar- habrá poner cuidado en no bajar más rápido de lo prudente y aconsejable, pero creo que siendo realistas llegaremos al yate, si sigue en el mismo lugar, al anochecer.

Pues venga, recojamos y para allí.

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20/08/2019, 14:59
John Graham

-Bueno, todos de acuerdo... vamos allá

Un último vistazo a la gran grieta en la tierra... reconozco que atrae explorarla, pero más nos preocupan nuestros amigos...

Tras una pausa para comer algo y beber, ya estamos listos para iniciar el descenso; en esta ocasión, el camino es cuesta abajo, a la luz del día, y por una ruta que parcialmente hemos recorrido, así que deberíamos ir más rápido que el día anterior.

-Hugo, tío, espero que estés ya bien del todo, porque si no, estos paseos van a acabar contigo

... intento trivializar un poco, y ver como andamos de moral antes de la caminata que no espera; lástima que no haya una mísera sombra... ni que tenga pinta de llover 8ups, mejor no lo pienses, no sea que le de por caer chuzos de punta)

-Lian, cuando quieras

... mejor ir con buen humor, mientras podamos

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20/08/2019, 16:01
Stacey McKenzie

No hubo respuesta al mensaje en morse. No hubo nada más. Solo angustia, intranquilidad. Malos pensamientos que espanto de mi cabeza a golpe de calada del porro.

-A fin de cuentas tienen que llegar, investigar, regresar. Lleva tiempo.

¿Y por qué no envían alguna señal? No son tres bobos, John, Lian, Hugo. Tienen cerebro. ¿Qué les estará pasando? Se encoge de hombros.

-No vale la pena preocuparse. No podemos hacer nada más, así que mejor ahorrar energías -decide- Supongo que sí, que mañana nos podemos poner en marcha- asiente a Lucie. "O pasado. Podemos darles un margen mayor".

Lo único bueno de la noche es la compañía de Oliver y Lucie. Nos contamos anécdotas, fumamos y bebemos un poco. Reímos, una risa triste, con su pizca de optimismo.

Pero la mañana no trae nada bueno.* Mis ojos asustados reparan en Oliver. Es el capitán, ¿no? Que haga algo. No se. Empiezo a temblar.- En la cocina hay cuchillos...¿y las herramientas, Lucie, las tienes aquí?

Notas de juego

* ¿O es de madrugada?

Aún es de noche

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20/08/2019, 20:40
Oliver Roberts

Oliver paso toda la noche en vela. Era la primera vez que estaba rodeado de chicas y no intentaba nada, estaba demasiado tenso pensando en todo lo que estaba pasando. ¿Cuánto duraría esta extraña broma? Rodó de un lado a otro del pequeño camastro, cambio diez veces de postura y cundo miraba el reloj sólo habían psaso diez minutos. Finalmente tiro el reloj a una esquina del camarote y trato de dormir. 

Entonces, cuando estaba sumido en un duermevela, los ruidos le despertaron. ¿Quién sera? Puede que sean pescadores o los de salvamento. Dijo poco convencido, tratando de animar a las chicas. Mientras busco con la vista un objeto que pudiera usar como arma.

Si, tranquila, si entran en el barco ya decidiremos que hacer. Por ahora esperemos en silencio. 

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20/08/2019, 22:08
Lian Chu

Hugo, ¿tienes hambre? he traído peces para desayunar - no me he podido resistir, es broma.

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20/08/2019, 23:05
Stacey McKenzie

-Oliver...las pisadas son en cubierta...están en el barco...-No veo al capitán con mucho ánimo de investigación. Pues nada, yo desde luego no subo, y le hago señales a Lucia de que tampoco se le ocurra ir a ella. De eso nada, si vamos, vamos todos. 

A ver si tenemos herramientas contundentes. En caso contrario me deslizaré muy muy sigilosamente hacia La Cocina para pillar un cuchillo.

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20/08/2019, 23:33
Lucie McCollum

Ni una sola respuesta, ni un solo atisbo de que sus amigos hubieran visto la bengala y hubieran decidido enviar alguna señal para tranquilizarlos. Nada de nada. La espera era más terrible y angustiosa que cualquier tipo de noticia, aunque fuera mala, pero ellos poco más podían hacer con la oscuridad devorándolo todo.

Se juntaron en el mismo camarote para pasar la noche, esa era una forma de darse ánimos y de sentirse más arropados pero, por mucho que lo intentara, Lucie era incapaz de pegar ojo. Ni los petas de Stacey, ni el par de cervezas que se bebió mientras charlaban consiguieron apartar las preocupaciones que agobiaban a la joven y que impedían que el sueño la venciera de una vez por todas.

No fueron los rayos de sol los que la pusieron en alerta levantándola de golpe de la litera sino unos pasos en cubierta. Por unos instantes se sintió contenta al pensar que sus amigos estaban de regreso pero, cuando se paró un par de segundos a pensar con claridad, se dio cuenta que eso era imposible ya que no les hubiera dado tiempo a regresar. Pero entonces ¿quién coño estaba caminando en cubierta?

Si fueran los de salvamento o pescadores como tú dices Oliver, habrían gritado preguntando si había alguien a bordo —o por lo menos eso le parecía lo lógico a Lucie—. Las herramientas quedaron guardadas en uno de los armarios bajos de la cocina —al igual que los cuchillos pensó acto seguido.

No iba a negar que tenía miedo, pero aún así la espera hasta descubrir quien había subido al barco la estaba matando y, por más que lo intentaba no podía estarse quieta. Necesitaba saber qué coño estaba pasando.

¿No sería mejor ir a mirar? —preguntó después de escuchar a Oliver su propuesta de mantenerse en silencio—. Por lo menos deberíamos armarnos de alguna forma —terminó de decir secundando de esa manera la idea de Stacey.

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21/08/2019, 00:12
Narrador

Lucie tenía ganas de subir y ver que era lo que estaba sucediendo en cubierta. Se moría de curiosidad por descubrirlo, pero también de miedo. Ni Oliver ni Stacey accedieron a la propuesta de la rubia. Eran quizás más cobardes aún que ella. Lo que si que hicieron fue asegurarse de que la puerta del camarote donde se habían encerrado, estaba bien atrancada. Y allí aguardaron.

Los pasos se sucedieron durante un buen rato sobre la cubierta. Pronto dedujeron que se trataba de más de un individuo y al parecer, cada vez parecían ser más los seres que se encontraban en la embarcación. Los tres amigos, desarmados y a merced de que en cualquier momento alguien abriera la puerta y la emprendiera a golpes con ellos, les tenía aterrados. Casi ni se atrevían a respirar por tal de no hacer ruido.

Fue entonces cuando escucharon un extraño sonido. No era una voz, ni el sonido de un animal. Se trataba de un extraño chirrido que sonaba profundo y lejano, pero a la vez con un tono muy elevado y agudo. Era evidente que se trataba de algún sistema de comunicación, pues de inmediato fue respondido por otros tantos chirridos igual de desagradables y ensordecedores. Aquello acabó de helar la sangre de los ocupantes del camarote, quienes tenían claro que en cualquier momento no les iba a quedar más remedio que enfrentarse a lo desconocido.

Fue poco después cuando escucharon como alguien caminaba con poderosos pasos hasta el pasillo que daba acceso a su camarote. Varios pasos por los alrededores alarmaron a los tres chicos y finalmente observaron como la manilla de la puerta se movía de arriba abajo sin llegar a hacer el juego completo para llegar a abrirse. Fuera quien fuera estaba allí, detrás de la puerta y tratando de abrirla.

Ya se temían lo peor, cuando escucharon un sinfín de pasos saliendo a la carrera y alejándose de la embarcación. Minutos más tarde, la quietud regresó al yate. Aquellos intrusos de habían marchado. ¿La razón? Posiblemente nunca la sabrían. ¿Quienes eran o que querían? Esperaban tampoco llegar a saberlo nunca...

Amaneció muy pronto y decidieron salir a cubierta. Allí no había nadie, pero su quedaban signos de lo que había sucedido. La cubierta estaba llena de algas y agua de mar. Además alguien había saqueado las provisiones. El suelo estaba lleno de botellas abiertas, bolsas de patatas vacías y paquetes de embutidos sin su contenido. No obstante y salvo todo aquello, no habían tocado nada más.

Pasaron todo el día adecentando la cubierta y haciendo acopio de las provisiones que les quedaban. Entre las que se habían llevado sus compañeros y las que habían saqueado las criaturas, tan solo les quedaba alimento para unos dos días, tres a lo sumo, por lo que tendrían que racionar.

- Tiradas (1)
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21/08/2019, 00:23
Narrador

El descenso de la montaña, como bien habían intuido, fue más rápido de lo esperado. En menos de tres horas estaban de nuevo abajo. Entonces comenzaron el camino de regreso al yate. Por suerte, Hugo había dejado de vomitar y sentirse mal. Todavía tenía el estómago revuelto, pero quizás por el viento de la cima de la montaña o porque ya no le quedaba nada más que sacar afuera, ya se encontraba bastante mejor, e incluso empezaba a soportar el hedor que desprendía aquel lugar.

El camino de regreso fue monótono y tedioso, como ya lo fuera la marcha en dirección opuesta. El paisaje no cambiaba demasiado. Algas, peces muertos en putrefacción y poco más era lo que se encontraban cada cierto tiempo. Ni el sonido del mar, ni el de las aves disturbaba aquel intenso silencio que imperaba en todas direcciones. Tan solo el sonido de sus pasos y de la conversación que mantenían rompía aquella monotonía silenciosa.

Se detuvieron un par de veces para descansar y para comer, pero lo cierto es que aunque estaban agotados, las paradas fueron bastante más cortas que durante el viaje e ida. Estaban preocupados por sus compañeros y caminaron a paso ligero durante todo el trayecto. Deseaban volver a ver a sus amigos y la incertidumbre de saber si estaban bien o no, les estaba matando.

Finalmente, al atardecer del día, vislumbraron en la lejanía el yate. Aun estaban bastante lejos y aunque desearon empezar a correr, sabían que no podrían mantener la carrera los casi cuatro kilómetros que les separaban de la embarcación, por lo que simplemente mantuvieron el buen ritmo que habían llevado hasta el momento.

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21/08/2019, 00:34
Narrador

Fue Lucie quien al atardecer observó tres figuras acercándose en la lejanía. Primero se asustó, pero luego, al enfocar bien la mirada, descubrió que se trataba de sus amigos. ¡Estaban de regreso! Eso le alegró mucho y pronto se lo comunicó a Stacey y a Oliver. Los tres salieron a cubierta para recibirles.

Hugo, Lian y John saludaron con las manos a sus tres amigos que les esperaban en la cubierta del St. Louise. Pocos minutos más tarde, los seis volvieron a estar juntos abordo de aquella nave que inexplicablemente seguía sin funcionar, al igual que tampoco funcionaban los teléfonos ni la radio.