Partida Rol por web

DelCojón se puso manos a la obra y comenzó a husmear como sólo él sabía hacer. Sigiloso como una rata y perceptivo como un águila, avanzó hacia la obertura y antorcha en mano se adentró a través de la misma, seguido por sus mucho más ruidosos compañeros, aunque no fue hasta que les invitó a seguirle cuando se atrevieron a pasar del otro lado de la pequeña entrada.

Se encontraban en unas húmeda catacumbas iluminadas únicamente por la antorcha del bribón. El techo de aquel lugar era bajo y a los más altos del grupo casi les rozaba el casco o la peluca. Las paredes eran de piedra y tenían algunas antorchas enganchadas, todas ellas apagadas. El suelo, que otrora estuviera adoquinado, ahora tenía más zonas de viva tierra que de baldosines. 

Había un total de seis cámaras funerarias, todas ellas ocupadas por dos cuerpos amortajados de arriba abajo, salvo uno de los espacios, en el que tan solo había un cuerpo. No obstante, en dicha cámara se abría paso un largo, estrecho y oscuro pasillo que discurría en dirección oeste.

Además, había dos puertas dobles de madera, reforzadas en acero. Una en la zona norte y otra en la zona sur. Ni un sólo sonido se escuchaba allí abajo, tan solo el más puro de los silencios sepulcrales y por supuesto, ni un solo glugluteo terrible.

-¡Ah....! Mi buén Delcojón. Así que mis suposiciones eran correctas... Te deslizaste cual alimaña hasta la cocina para catar el buen vinazo del Castillo y tastar algunas viandas comestibles y distes con tu trasero en aqueste fétido lugar, ¿Eh?- Señalándole con su dedo acusador entrecerró los ojos en gesto severo, si bien únicamente le dió un pequeño capón entre carcajadas.

Tener razón le solía poner de buen humor al Conde.

-Aguardemos al buen Hassim. Es hombre sabio más de seguro seguirá mis pasos hasta aquestas catacumbas...

Con desgana se sacudió el polvo de desgastada vesta con el blasón de su familia.

Una vez que If Hassim se adelantó, pudo ver que pasado aquel estrecho pasillo, se abría paso una húmeda catacumba iluminadas únicamente por una antorcha que portaba el bueno de DelCojón, porque sí, allí estaba ese apestoso bribón, al igual que también estaban Dwama, Urma y el conde Godofredo.

El techo de aquel lugar era bajo y a los más altos del grupo casi les rozaba el casco o la peluca. Las paredes eran de piedra y tenían algunas antorchas enganchadas, todas ellas apagadas. El suelo, que otrora estuviera adoquinado, ahora tenía más zonas de viva tierra que de baldosines. 

Había un total de seis cámaras funerarias, todas ellas ocupadas por dos cuerpos amortajados de arriba abajo, salvo uno de los espacios, en el que tan solo había un cuerpo. No obstante, en dicha cámara se abría paso un largo, estrecho y oscuro pasillo que discurría en dirección oeste.

Además, había dos puertas dobles de madera, reforzadas en acero. Una en la zona norte y otra en la zona sur. Ni un sólo sonido se escuchaba allí abajo, tan solo el más puro de los silencios sepulcrales y por supuesto, ni un solo glugluteo terrible.

Era un lugar endemoniado, exactamente lo que cualquiera hubiera podido esperar de un castillo como aquel. Para un orco, no resultaba malo del todo; era incluso apropiado. Pero en otras circunstancias, cuando hubiésemos sido nosotros quienes tuviéramos el control del lugar, y uno una criatura extraña, sardónica y sobre todo, falsa.

-Está bien. Lo mejor será intentar abrir las puertas, sea como sea, porque o mucho me equivoco o lo que estuviera guardando la vieja, no tardará en manifestarse y aquí tenemos todas las de perder. Así que mientras tanto, mucho cuidado con las sombras -dije, acercándome a una de las puertas para ver si conseguía abrirla.

Seguramente, no era cuestión de fuerza bruta, sino de fuerza mágica.

— Ah, estáis todos aquí, y estáis bien. Menos mal. — dijo If al llegar. Incluso el siervo idiota del no mucho menos idiota de Godofredo estaba allí, con unas telas cubriendo sus calzones sucios.

Observó la estancia, las posibles salidas y a Urma acercándose a una de las puertas.

— Sí, estoy de acuerdo. Lo que fuera que guardase esa vieja deleznable debe estar tras alguna de esas puertas...

If cerró los ojos para concentrarse. Si el causante de los glugluteos demoníacos exudaba maldad, él lo notaría por encima del olor a humedad del ambiente.

Mientras Urma y DelCojón parecían estar comprobando si las puertas estaban abiertas, o por contra cerradas, se escuchó un nuevo glugluteo terrible procedente del pasillo que tenían frente a ellos. Este reverberó con fuerza rebotando contra todas las paredes y causando una gran impresión a todos los presentes. Fuera lo que fuera que emitía ese sonido perturbador, era sin duda un ser muy grande.

La puerta del norte, la que estaba examinando el bribón, estaba cerrada a cal y canto. En cambio la que estaba examinando Urma no. Ésta daba paso a un pasillo y a unas escaleras ascendentes.

If Hassim detectó un aura maligna procedente del pasillo del que había surgido aquel inquietante y pavoroso glugluteo.

Hassim abrió los ojos de golpe y se irguió como accionado por un resorte ante el fuerte sonido. Fue tan brusco que su hermoso y brillante cabello, el cual él juraba y perjuraba que era natural, llegó a tocar el bajo techo.

Desenvainó su sable bastardo (que era tan grande como una espada bastarda) y con él señaló hacia la oscuridad del pasillo abierto.

— ¡Mis compañeros, aquí! Ahí delante se encuentra el responsable de tan pavil sonido, y no tengo la menor duda de que apesta a maldad.

-¡Recojones!-exclamó el buen Conde tras la advertencia de If Hassim.-¡A mi, mis valientes!-proclamó con su voz atronadora, alzando la maza al cielo, la cual empezó a brillar.

Una vez sus aliados le estuvieron rodeando, se lanzó de rodillas e inició su oración

-¡Oremos! ¡Señor,  pido tu auxilio y socorro,  cúbrenos con tus brazos altísimos y poderosos, purifica nuestra mente, corazón, cuerpo, alma y espíritu, no permitas que nada perjudicial nos pase!

Y en verdad se sintieron reconfortados, como si pudiesen notar la mismísima protección divina sobre ellos.

En verdad había una puerta abierta y sin embargo, todos parecieron querer ir en la otra dirección, en la del pasillo desde el cual sonaban aquellos glugluteos que tan malas sensaciones me daban.

Con la mano aún dispuesta para abrir, miré en dirección al pasillo, suspiré, resignada, y seguí a los demás hacia aquel lugar.

-Está bien. Acabemos con esto de una vez por todas. Veamos que hay allí dentro -dije, moviéndome para entrar después del Conde, porque a buen seguro que lo que no iba a hacer era marchar en primer lugar.

-Eh, DelCojón. No estaría de más que mirases qué hay al otro lado de las puertas. La otra creo que está abierta. Lo digo por si tenemos que salir de aquí a toda prisa.

Dicho y hecho. Según había pronosticado Godofredo, el infame e infiel sarraceno apareció por delante de nosotros. Ya estábamos todos y ahora tocaba investigar este mausoleo o cripta o nido de la bestia o lo que fuera. Avanzamos hasta donde estaban los sarcófagos, los cuáles daban mal fario. Me puse a investigarlos, por si hubiera enterrado allí algún familiar del señor del castillo. De seguro que le habrían metido con la mortaja llena de joyas, que acabarían en mis vacíos bolsillos.

Después me acerqué a la puerta del norte, la cuál se encontraba cerrada. Me dispuse a hacer mi magia, por lo que saqué mis pequeñas herramientas y miré por si hubiera alguna trampa. Al no verla, empecé a trastear con las ganzúas en la cerradura. Cuando ya llevaba un rato, el glugluteo horripilante volvió a sonar, alto y claro, proveniente del pasillo que salía al este. Los pelos se me pusieron como escarpias y un oloroso recado de que me había asustado fue recorriendo las fosas nasales de mis compañeros. El tener una cortina de pantalón ayudaba a ello. Mi señor conde empezó a rezar para darnos fuerzas renovadas y protección de nuestro señor, pero la idea de la mujerona verde me pareció mucho mejor.

-"Sí, creo que lo mejor será que investigue las puertas por si acaso. Vosotros podéis ir a ver qué es esa cosas que ruge-maulla ahí dentro." Dije acercándome a la puerta sur, la que ascendía hasta la libertad.

Inmediatamente después de que If Hassim revelara que un gran mal les estaba acechando en aquel pasillo dirección este del que procedían extraños y terribles glugluteos, Dwama agarró su urgrosh y se puso a la cabeza del grupo con la intención de descubrir de una vez por todas que era lo que estaba sucediendo en aquel lugar. If Hassim le siguió los pasos junto con Godofredo unos pasos atrás y Urma algo más retrasada.

DelCojón en cambio y como bien había sugerido Urma, se quedó husmeando en la habitación de los cuerpos amortajados. Descubrir que había tras la puerta del norte se había convertido en ese momento en su prioridad, así como seguir explorando la estancia en busca de joyas, tesoros y una vía de escape en caso de ser necesaria.

Una vez traspasaron aquel pasillo, se abrieron paso a una nueva estancia. Se trataba de un nuevo deposito de cadáveres amortajados, muy antiguos la mayoría de ellos. Un pasillo se abría hacia la zona norte, pero no obstante, este estaba impracticable pues parecía que el techo había colapsado. Hacia el sur un estrecho pasillo en el que a duras penas cabían dos personas en paralelo, desembocaba en otro pasillo perpendicular a éste. Ambos pasillos estaban flanqueados por decenas de pequeñas celdas, en las que en cada una de ellas, se encontraba un nuevo cuerpo amortajado.

Y entonces, girando desde el oeste hacia su posición, apareció lo que parecía ser un enorme ser de más de dos metros de altura y lo mismo de ancho. Se trataba de una ave de deteriorado plumaje, con muchas zonas descubiertas de dichas plumas que hacían patente que aquel ser estaba sufriendo una avanzada descomposición. La cabeza de aquel ser era la de un pavo de ojos ciegos y sin expresión. Todavía conservaba la caráncula, comúnmente conocida como "moco de pavo", aunque está estaba también en descomposición y al igual que el resto del organismo, acaparaba centenares de gusanos, moscas y otros insectos necrófagos que parecían esta devorando en vida a aquel ser... o mas bien en su no-muerte.

No los vio. No podía, pues estaba ciego, pero de alguna forma detectó a los recién llegados. Ya fuera por el sonido o por una especie de vista ciega, se percató de que no estaba solo. El pavo alzó sus desplumadas y pustulentes alas y abrió el pico para lanzar un nuevo glugluteo. Sin duda, no le gustaba la presencia de aquellos visitantes en lo que se había convertido en su corral.

DelCojón pudo abrir la puerta del norte sin demasiada dificultad. Al otro lado una escaleras ascendían hasta una pequeña sala en la cual se hallaba una escalera de caracol que ascendía a un piso superior.

Rápidamente DelCojón corrió para descubrir que había al otro lado del pasillo descubierto por Urma, acabado en unas escaleras ascendentes. Éste conducía hasta lo que parecía ser un panteón familiar, con varios sarcófagos en un lateral del mismo, dos enormes estatuas de caballeros con armadura sobre dos lápidas y un pequeño altar dedicado a un dios desconocido para el buen bribón.

Por desgracia, a simple vista, no veía sobresalir joyas o objetos de valor en ninguno de los cuerpos amortajados, como tampoco en el panteón, salvo varios candelabros dorados y un par de pinturas que colgaban de las paredes y que representaban una campiña en la que estaba teniendo lugar una batalla.

Bien! No esta mal la selección, pero hay un par de peros.

Primero, el agrandar persona es algo que suele lanzarse antes del combate. Para sucesivos combates, tienes que tener claro que conjuros es mejor lanzarlos cuando prevés un combate y cuales durante el mismo. Para esta aventura ya no, pero para subsiguientes, te especificaré mejor que hacen tus conjuros.

Agrandar persona no obstante, es buen conjuro para un melé, y cualquiera de tus compis lo son.

Segundo, el conjuro de convocar, es mejor lanzarlo el primero. Pasas todo el asalto convocando, pero en el siguiente asalto tienes un bicho que lucha por ti y recibe golpes que no recibirán tus colegas y eso ayuda bastante.

Tercero, grasa es un conjuro que está bien, pero es de nivel 1 y tienes cosas mejores. Por ejemplo tentáculos negros que tiene capacidad para hacer perder el tiempo al enemigo más tiempo y además hacerle algo de daño. Al final grasa y tentáculos son dos conjuros de control, por lo que puestos a elegir, me quedo con el de más nivel. Eso si, siempre que no preveas que habrá más combates y quieras guardarlo.

Abajo te pongo la descripción de los conjuros. Si luego tengo tiempo, pongo el link de todos tus conjuros en tu ficha.