Partida Rol por web

En tu paseo también encontraste dos cosas interesantes, escondidas en la sala donde las ilusiones de los esqueletos músicos: una daga muy cursi de manufactura melifica y una espada larga del mismo estilo, hundidas en un pequeño estanque de agua entre unas estalactitas.

Tras registrar la parte que habían visto de la cueva, Babo regreso junto a sus amigos, para preparar una suculenta barbacoa con trozos seleccionados de las diferentes criaturas que habían matado. Mientras estas se asaban hasta quedar en su punto. Les enseño lo que había encontrado:-He encontrado esto (dejo allí en medio) una daga, que si os parece bien usaré yo, ya que ese es mi arma para atacar de cerca, y esta espada, que podría usar alguien, parecen buenas armas, y lo suyo es aprovecharlas. Ya que no sabemos lo que puede haber ahí abajo.-

Y se puso a ir terminando el asado, y disfrutarlo con sus amigos.

Mientras el resto estaba a sus cosas, Mongui estaba jugando con la cuerda, que en aquel momento era su mejor amiga*, ajena al desayuno, a la exploración de Babo y a todo en general. La kobold se dedicaba a hacer subir a la cuerda por la pared, como una serpiente, y luego saltar tratando de capturarla. Se lo estaba pasando en grande. De hecho, cuando por fin se sentó a desayunar, lo hizo con la cuerda enroscada en su cuerpo, como si fuese una serpiente mascota.

—¿Groruuuk graaa rruuuuu?— dijo señalando la caverna de donde había vuelto babo dispuesta a avanzar a toda velocidad si nadie la detenía o comenzaban a caminar juntos

El animo de Panza estaba por las nubes. La verdad era que nunca la había pasado tan bien en su vida. Había conseguido algo de experiencia en batalla, y había disfrutado de banquetes de comida recién cazada todos los días. Qué más se podía pedir?

Tan feliz estaba que se acercó a la pequeña Kobold para ver como jugaba e intentar participar de esos juegos con la soga antes de irse a dormir. 

El descanso le estaba sentando muy bien. Cuando regresó Babo dando las noticias, cogió las armas y en lo que iba desayunando tanto él como los demás, estuvo mirando las armas.

Babo en ningún momento había dejado la daga, esa se la había guardado. No así la espada, que sería lo que Drang cogió para estudiar. Durante el descanso Babo trato de hacerse con esa daga y su manejo. Era muy chula, como iba a fardar ante las churris con una daga tan elegante.-Daga bonita, daga buena. Mi tesoooorooo. Daga bonita.-

Babo estuvo un buen rato del descanso concentrado en esa daga, cortando el aire y observándola en todos los ángulos posibles. Esa iba a ser su daga y no había nada ni nade que fuera a arrebatársela. Tardó en darse cuenta los efectos secundarios que provocaba pues empezó a crecerle una bonita melena rubia de elfo, larga hasta el final de su espalda. Olía a rosas y a flores frescas y era suave como la seda.

Observaste ambas armas, eran realmente bonitas y estaban en perfectas condiciones a pesar de estar por ahí tiradas, sin duda iban a ser mágicas. Pero era difícil averiguar su funcionalidad real sin establecer un vínculo con ellas.

Lodo estaba herido, cansado y, en cierto modo, taciturno. Ni siquiera el buen asado ayudó a Lodo a animarse, puesto que había quedado malherido.

- He visto una luz blanca al final de un túnel - dijo en voz alta - Creo que era otra cueva a explorar. Dejadme descansar, dormir. 

Y Lodo se durmió entre sonoros sollozos de niño grande. 

Babo estaba absorto viendo aquella daga, cuando comenzó a notar primero un cosquilleo, y más tarde un picor irritante y notables molestias en su brillante verde calva. Caían hilillos de oro, no pelos dorados, y al rato se vio con una melena alucinante. Vamos, que ni en los mejores bosques élficos lucían pelos así de bonitos. Tal vez pudiese cambiar de profesión y dedicarse al mundo de la publicidad y el espectáculo. Para anunciar champú se lo iban a rifar. La putada, la gran putada, es que el era un goblin, y los goblins son calvos.-Mecaguen la puta. Pero que cojones me ha pasao. La madre que me pario, ya me decía que dejase de tocar todo lo que veía, que algún día iba a tener un disgusto.-

Un poco más tranquilo, tras cortar varias veces aquella melena, y ver que volvía a brotar, se hizo un lazo y la recogió a la espalda como una brillante y dorada cola de caballo. Si hasta estaba guapo, a ver si con esto se iban a fundir en lujuriosos deseos todas las goblinitas del clan. Desde luego, ya no era como el resto, no sabía si podría regresar al clan, o le matarían nada más verle, pero la verdad es que estaba muy guapo y apuesto. Menudo pedazo de goblin que estaba hecho.

Y por casualidad se encontró en uno de sus bolsillos, un pequeño token orco de la suerte, con trece lascas en un lado. Que puso allí en medio, y dijo.-Que bonico, ¿alguien lo quiere?-

-Ala vamos al lio, que la corona, no vendrá sola a nuestras manos.-Todo ello acompañado de un movimiento Pantene de los que quitan la respiración, de la pedazo cola de caballo que llevaba a la espalda. 

Mongui abrió los ojos al ver el pelo de Babo y no pudo evitar tocarlo. Era suave y sedoso, pero parecía que su portador no estaba muy conforme. Ladeando la cabeza hizo el gesto de lanzar fuego.

-¿Mongui?

Ella podía arreglarlo, aunque no parecía que a Babo le hiciese especial ilusión, así y lo dejó. Lo que si hidráulica fue coger un token que le ofrecían y atarselo al goblielfo al pelo. Era llamativo, personas no era el pelo de un amigo. Necesitaba oler a perro muerto y tener cosas enredadas. 

Tadaaaaaa Mongui gruuuuur 

DIcho esto caminó feliz y sin preocuparse por nada en la diré que Babo había indicado

Una vez descansado, Lodo observó la espada, que nadie parecía hacerle caso. La cogió e hizo varias piruetas, aunque Lodo no era muy ducho en el arte de la esgrima.

Tuvo un cierto cosquilleo en un determinado momento... 

Lodo se sintonizó con la espada larga.

Se trataba de una poderosa espada que contenía el espíritu de un elfo vengativo, un elfo guerrero que murió portando la espada, pero no blandiéndola. Toda su vida había querido tener una muerte honorifica en combate y ser recordado. Murió en esta misma cueva, cuando quiso usar el retrete para hacer sus necesidades, pues no quería hacerlo de cuclillas.

Su espíritu vengativo ahora estaba en tu ser y no ibas a poderte desprender de él fácilmente.

Después de que Drang estuviera mirando la espada y darse cuenta de que no recordaba haber visto algo igual, la dejó en el suelo y vio que después de unos segundos, Lodo era quien cogía la espada. Siguió comiendo y le dio por mirar a Babo - ¡Ostras! ¡Estás demasiado distinto! ¿Eso es normal en los de tu familia? - soltó. Luego lo miró sorprendido - ¿Pero de dónde sacas esas cosas? - su sorpresa tornó a confusión.

Luego comenzó a seguir a Babo - Vamos chicos, pongámonos en marcha.

Mongui seguía con la cuerda jugando como si como si fuese su mejor amiga y algo así debía ser porque a la hora de bajar, la cuerda le sirvió de ayuda para no romperse la crisma 

Ya estaban listos para continuar con la búsqueda de la dichosa corona. Así que le dijo a Mongui que con aquella cuerda tan bonita, sería más fácil bajar al siguiente nivel de aquella cueva.-Mongui con esa cuerda tan maja, tal vez no nos partamos la cabeza al bajar, nos la dejas un rato y luego sigues jugando con ella.-

Todavía estaba acostumbrándose a su nuevo look, pero que mata de pelo tan hermosa que tenía. Eso tenía que volver locas a las churris. Y tras moverlo esplendorosamente, dejando un horrible aroma de rosas y florecillas silvestres por toda la cueva. Se agarro a la cuerda y bajo con cuidado al siguiente nivel, alerta por lo que allí podría encontrar. Igual estaba lleno todo de hermosas goblins.

Panza se despertó y tardó en decidir si el compañero, ahora rubio era amigo o enemigo. Estaba seguro de que era un elfo enemigo, pero al ver qué sus compañeros no lo atacaban, dudó. 

Será que cayeron en el hechizo del elfo? 

Sus dudas se despejaron después de que el elfo cocinará el desayuno. Esto no puede ser obra de otra persona que Babo, se dijo y de repente estaba tan metido en saborear el desayuno que olvidó hacer ningún comentario al respecto.

Vio que Babo y Lodo tenían juguetes nuevos. Y recordó que él tmbn tenía algo que encontró en la cueva. La seta brillante. La aplastó entre sus manos y la roció para sazonar su plato.

Tiempo después estaban todos preparados para descender. Y Panza fue de los primeros en bajar

Babo propuso usar la cuerda animada de Mongui y le pareció una magnífica idea. Comenzaron a descender y Drang fue detrás de Panza.

Se agarró a la cuerda y fue descendiendo - Uff... creo que he comido demasiado - dijo. Se sentía un poco torpe en su descenso.