Partida Rol por web

Drang seguía manteniendo todo aquel espectáculo - ¡Qué gran trabajo chicos! Creo que este es el grupo que mejor le está yendo en su misión... ¡Estoy tan contento de que tengáis tanta fe en Bane! - echó un vistazo a sus compañeros y vio que Lodo andaba en apuros. Lo veía cansado y herido.

Se acercó por detrás y colocando sus manos en sus hombros, realizó una oración. De sus manos salió una ligera luz verdosas y Lodo podía sentir en sus hombros, que aquella luz y toque, no solo lo reconfortaba, sino que también sentía cierto calor agradable y cómo recuperaba energías.

Babo que estaba muy concentrado en el combate, había visto que Lodo andaba bien jodido, así que respiro aliviado cuando Drang le curo. Y a continuación, le lanzó otro flechazo al trácnico. Y como no, sorpresa, volvió a fallar.-Puta mierda de arco, me lo han gafado.-

Su enfado le permitió echar un vistazo, para ver si venía aquello de lo que había huido corriendo. Ya que eso podía ser su final, con aquel bichejo de las arañas, el otro que había llegado tras Panza, como llegase algo más, de lo mismo no la contaban.-Hay que tener cuidado, que ahí arriba había un bicho muy chungo, y aquí con estos dos ya tenemos bastante.-

Lodo sólo recuerda una cosa: haber matado una araña, recibir un mordisco y, luego, un fogonazo de una luz al final de un túnel. Poco a poco se iba acercando a ella, porque una fuerza oculta le impelía a acercarse hasta ella ...

Pero algo le toco en el hombre y, otro fogonazo de luz verde, le trajo de vuelta a la realidad. Y esa vuelta a la "realidad" fue con mucha más fuerza, así que sabía cuál era su próximo objetivo: el Trácnico.

Panza lanzó un tremendo ataque contra el Reptador que atravesó al gusano por la mitad, luego Mongui se acercó y terminó de matarlo, haciéndolo arder como si fuera un chorizo criollo gigante.

Lodo seguía peleando con el Trácnido que aun aguantaba pero no era capaz de impactar. Drang apareció en su ayuda pues aunque el orco no se daba cuenta, tenía medio cuerpo rígido por el veneno de las arañas.

De la esquina finalmente salió una extraña criatura, era difícil de describir, una masa deforme de una extraña sustancia llena de ojos y bocas. Las bocas no paraban de balbucear y emitir extraños sonidos, terribles, parecidos a música élfica. Los que estaban mas cerca (en este caso Mongui) tenían que resistir el impulso de dejar de hacer cualquier cosa y taparse los oídos para dejar de oir a esa cosa.

Una de las bocas mas grandes y centrales escupió lo que parecía un ojo que cuando impacto en el suelo cerca de Drang, explotó en un haz de luz desagradable que cegó a varios de vosotros que no tuvisteis tiempo de apartar la mirada (Mongui, Drang y Lodo)

Mongui se quedó mirando fijamente al bicho escuchando su melodía hasta que esté le escupió en la cara. Ahí se acabó la curioso por la música. Dando manotazos a todo lo que estaba cerca de dispuso a acercarse para tocar al monstruo, ya que no podía verlo... Pero como no veía por dónde iba,  en lugar de ello retrocedió.

Lo bueno del sonido era que podía atacarlo ¡Así no haría daño a sus compañeros! Sin ver ni un pimiento, Mongui lanzó un hechizo (que ella creía que era su habitual saeta de fuego) contra el bicho apestoso, pero entonces algo comenzó a pasar...

- ¿Pero qué coj...? - dijo mirando aquella bola. Una luz cegadora hizo que Drang se llevara las manos a sus ojos pra poder protegerse un poco más. No hizo nada más que taparse, se sentía intranquilo si atacaba con los ojos cerrados.

Bueno, pues antes de lo que le habría gustado, había llegado el engendro de los cojones, y vaya entrada el muy cabrón. Casi los deja ciegos a todos. Babo trato de calmarse, se acerco unos pasos al trácnico y volvió a dispararle, usando el arma a muy corto alcance. Y le pego de lleno, menudo flechazo le había metido en toda su arácnida jeta, los sesos se desparramaron por el suelo y las paredes.-Menos mal, ahora a ver que podemos hacer contra esa cosa, tal vez tengamos que salir corriendo.- Dijo al resto mientras se alejaba de lo que cerca estuvo de comérselo.-

Mongui empezó a elevarse y flotar por el aire, quedando suspendida a 6 pies del suelo. 

Lodo iba a atacar de nuevo a aquel tan bicho tan feo pero, de repente, se quedó totalmente ciego.

- Magia, brujería ... ¡Nos están hechizando! - y se tira gimoteando en el suelo, cuan largo es.

Desde el suelo, ataca al trácnido, como orco valiente que es.

Después de derrotar al reptado, Panza decidió ayudar a su amigo Lodo que la estaba pasando mal. Dejó su escudo para que no le estorbara en el ataque y con las dos manos tomó su espada! Buscando acabar con el aracnoide. 
 

- Ya muérete de una vez! - le gritó al monstruo y por las dudas añadió. - Tu no Lodo, que se muera el bicho! 

Al final los héroes se pusieron las pilas cuando se vieron rodeados, un hachazo por aquí, un espadazo por allá, una bola de fuego por ese lado y un flechazo por el otro. Todo orquestado por Drang, el maestro de ceremonias que parecía trasladas el ímpetu de los rezos a Bane a sus "acólitos" personales.

Al final la cueva quedó en silencio, tras aquel alboroto, tan solo roto por vuestras respiraciones y jadeos. Bueno y por las pequeñas hogueras que aún quedaban de todas las cosas que podían ser quemadas y habían sido quemadas.

Al deshacerse toda esa telaraña pudisteis ver como una gran grieta descendía a las profundidades de la cueva y salía aire de ella por lo que debía contener una nueva gran caverna seguramente.

—Wooooowoooooo ooooooooo woooooo

En lugar de asustarse por flotar, Mongui comenzó a dar volteretas en el aire, feliz y riéndose a carcajadas, sin saber muy bien que estaba pasando. Poco a poco, empujándose contra las paredes consiguió llegar al lado de Panza y ¡era más alta que él! Aquello le hizo reír de nuevo antes de caerse de culo.

—Au...

La verdad era que estaba siendo una excursión muy divertida. Con tanto jaleo no se acordaba de como había conseguido convencer al grupo para ir de excursión, pero se lo estaba pasando bien. Por qué era ella la que se lo había pedido, ¿no?

No sabía como había sido, pero de alguna manera habían acabado con todos los enemigos, y aun estaban todos ellos allí. Lodo parecía herido y Mongui flotaba como una nube por la cueva. Y allí había un pasaje que debía de conducir a otra galería, parecía que habían visto el primer nivel, y tendrían que ir más al interior, a la búsqueda de ......de algo. ¿Qué cojones estaba el haciendo allí? ¿Dónde estaba?

Tras los habituales instantes de incertidumbre, recordó algo de una corona. Así que se puso a registrar la cueva, la parte que ya habían visto antes de proseguir.-Supongo que tendremos que descansar un ratito. Pero antes de preparar una deliciosa barbacoa con los mejores trocitos de estos seres que hemos matado. Iré a registrar la cueva, no sea que la corona este por algún sitio de los que ya hemos visto.-

Dicho y hecho, allí se fue Babo a registrar la cueva, con un poco de suerte, recordaría volver con el grupo a preparar una barbacoa. Y como el hambre viva, era algo que no le abandonaba por mucho tiempo, iba ya babeando pensando en la deliciosa barbacoa que iba a preparar. Y también mirando por las galerías, por si había allí algo de interés, como por ejemplo una corona o unas chuletas al ajillo. O, lo más importante y principal motivo de su excursión, alguna churri. 

Todo el espectáculo de voces y luces que tenía en aquel rincón de la cueva terminó - La gracia de Bane ha estado de nuestro lado y por eso hemos conseguido todo esto - dijo señalando a su alrededor y a los amigos derrotados. El hobgoblin no tenía ninguna duda, aquel grupo, a diferencia de los anteriores, creía en Bane. 

Echó un vistazo a su alrededor. Todavía quedaba fuego en algunas zonas. Se acercó a la pared de la cueva y se apoyó. Lentamente, su cuerpo fue deslizándose hasta acabar por sentarse. Suspiró cansado - Creo que después de esta lucha, no nos vendría un descanso... Necesito reponer fuerzas... - Miró a sus compañeros, sobre todo a Lodo y Panza. Volvió a ponerse en pie para ver si tenía alguna herida grave.

Una nueva batalla finalizada, una nueva cena ganada. Esto se sentía muy efusivamente en las entrañas deo buen Panza. Al ver todos los enemigos caídos, la adrenalina seguía a flor de piel y costaba bajarla. Comenzó a aullar.

Y segundos después, con la respiración algo agitada todavía, sintió como el clerigo comenzaba a revisarlo. Creo que estoy bien dijo mirando por si mismo para ver si estaba perdiendo sangre por alguna herida. Solo necesito descansar un poco. Pero antes debo ir a buscar algo.

El pago se tomó su tiempo dando una vuelta por la cueva, ya no buscaba hongos ni comida por la cueva, lo que buscaba era las hachas que había arrojado en combate. El escudo ya lo había recuperado ya que lo había soltado cerca. 

Mongui había descansado bien. Despues del combate, oyó a Dragg ordenar descanso, y cuando Dragg ordenaba algo, si era algo que le gustaba, obedecía al momento. De modo que la Kobold levantó una de sus piernas, se quedó un segundo parada y cayó al suelo como golpeada por un rayo. Uno hubiese podido pensar que había muerto, pero no tardaron en resonar unos fuertes ronquidos que confirmaban que seguía viva.

Cuando despertó, Babo ya no estaba. Mongui se acordaba vagamente de que eran más, pero no le dio importancia. Se quedó muy quietecita, escuchando, esperando que los grandotes le dijesen que tenía que hacer.

Tras la vuelta que se dio Babo aseguró que no quedaban mas monstruos morando aquella cueva superior, aunque echando un vistazo por aquella grieta estaba claro que la cueva seguía por allí abajo y había varias marcas de que alguna criatura había pasado por ahí recientemente. Pero la caída era de unos 60 pies (~20 metros) por esa grieta así que habría que ir con cuidado.