Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Dificultad: 42-
Resultado: 19 (Exito)
¿Puedo tirar Percepción, para ver si veo algo fuera de lo común o que pueda estar conectado de algún modo con la investigación? Y, por curiosidad, ¿las lentillas dan algún bonus?
Te dejo la tirada anyway.
Cuando el camarero levantó la vista, era obvio que también se había metido algo. Sin decir una sola palabra, sacó unas latas poniéndolas sobre el mostrador.
-Sinco toronos.- Dijo con voz ausente mientras se le tarbaba la lengua e intentaba mantenerse erguido.
Las latas eran de una cerveza que no habías oído hablar en la vida. No estaban frías y dudabas que la gota que resbalaba por una de ellas fuese de agua, viendo la limpieza del camarero.
- ¡Se los cobra bien! - Exclamó el granuja en tono de broma. - ¡Está bien, está bien! No importa que me mires así, solo era una broma... - Dijo sacando los cinco tronos y depositándolos sobre la barra.
Xazhum agarró su lata y antes de abrirla la limpió con su camiseta. No es que estuviera mucho más limpia, pero preferiría su propia mugre a la mugre ajena. Finalmente la abrió y le dio y trago. Sabía a boñiga fermentada y la razón más plausible era que se trataba de boñiga fermentada...
- ¡Buen sabor... Si señor! - Exclamó complacido. Al menos en apariencia. - Bueno... Y qué dicen por aquí. ¿Han desaparecido más tipos? - Preguntó.
¡Cinco tronos! Menudo robo por cuatro latas de cerveza matarratas barata... ni que les hubiera servido amasec, el jodido tabernero...
Grunda agarró su lata con desprecio, pero tras limpiarla bien con el lado interior de su túnica, parecido a lo que antes hiciera Xazhum, la abrió y bebió un trago. Levantó las cejas.
Dioooooses....
Apoyó parte de sus nalgas en un taburete desvencijado, que alguna vez había estado tapizado del mismo tono que el cuero sintético de los sillones, un poco más allá. Miró al tipo grasiento y melenudo, y colocado, y levantó la lata a modo de brindis.
Iba a decir algo, pero se lo pensó mejor. No, no tenía el día, así que calló y esperó a que respondiera al bueno de Xazhum.
Motivo: Empatía
Tirada: 1d100
Dificultad: 27-
Resultado: 85 (Fracaso)
Motivo: Adivinar (Oficio)
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 92 (Fracaso)
Mis tiradas ahora son las que tocan: un desastre. Ya avisé que la suerte de la prueba era un espejismo...
:(
el nombre del lugar no hacia honor a dicho sitio, ojala hubiera sido como el nombre, el sitio era un asqueroso lugar donde la impureza y las drogas se mostraban a plena "luz", por no decir que había tenido que esconderse de unos moteros, que en otras circunstancias los habría detenido, pero no era el caso, y para empeorar, el idiota del camarero no hacia mas que pasar de nosotros, y cobrarnos por una bebida que debía ser ilegal, pero puede Xazhum consiga sacar algo.
El camarero miró a Grunda como cogía la lata, la abría y se la bebía. Todo ello ignorando a Xazhum completamente y su pregunta hasta que se volvió hacia él para hablar.
-Sinco toronos cada nuna. Eh casera.-
Lo dijo como si la última palabra justificara el gasto y, además, al mirarlo daba por sentado que Xazhum iba a pagar la cerveza de la chica.
Dispuesta a no volver a dar otro trago más, esperas con la lata de la mano a que el camarero sea capaz de hilar coherentemente alguna información que pueda seros beneficiosa.
Al oír que son cinco tronos cada una, un bufido interior inunda tu cabeza pensando que no darías ni cinco por todas juntas. Intentas parecer impasible y seguir escuchando cuando en tu campo de visión aparece algo inusual. Percibes un leve movimiento, entre un reservado y una de las puertas al otro extremo de la barra.
Te echas hacia atrás en el taburete para ver mejor. Allí en el suelo, acurrucada junto al reservado, ves a una temblorosa niña que abraza un osito de peluche, tan raído y sucio como ella.
Te colocas en el centro del tugurio activando las lentillas fotosensibles. Un fogonazo de luz inunda tus ojos. A pesar de que el antro donde estás tiene una iluminación deficiente, las lentillas la han amplificado hasta casi dejarte ciego.
Sacudes tu cabeza intentando que las luces que ves se alejen de tu campo visual y enfocas tu mirada hacia el lugar más oscuro para que tus ojos se acostumbren antes. Pero algo te llama la atención. Entre el último reservado y la puerta de los servicios hay algo en el suelo, un bulto que permanece quieto, observando con unos intensos ojos azules. Una sucia niña te observa acurrucada, con un vestido que parece mas bien un saco de patatas con agujeros y en su pecho, abrazado fuertemente, un osito de peluche tan sucio y desaliñado como ella.
-Está caliente... -murmuró.- No me gusta.
Dejó la lata en la barra, y le guiñó un ojo a Xazhum. Podía servirle como argumento para entablar conversación con el seboso. Si luego había que echar cuentas, ya lo haría. O quizá lo que echaría al camarero sería una mirada dolorosa. O un hachazo. Estaba por ver.
Se separó del taburete con tranquilidad, pero sin dejar de tamborilear sobre su hacha, cualquiera que la estuviera mirando comprendería que el arma era para ella como una parte de sí misma.
Sin parecer que iba a alguna parte en concreto se fue andando lentamente hacia la punta de la barra.
Sonrío, como sé hacerlo cuando me conviene. Me dirijo hacia donde está la niña, y la miro, y cuando ella me devuelve la mirada, rauda, le guiño un ojo. Y chisto con el dedo, con complicidad, como si quisiera esconderme yo también.
-Shhhh... no digas nada. -Susurro.- ¿Se está bien aquí...?
Le pregunto mientras me dejo caer deslizándome al suelo, junto a ella. Miro a un lado y a otro, como si no quisiera que nadie me viera.
-¿Puedo esconderme contigo...?
- ¿Cinco cada una? - Dijo sorprendido Xazhum.
Automáticamente miró a Marcio y al otro. No recordaba su nombre. Les hizo un claro gesto para que no abrieran sus latas. No tenía tantos tronos...
- Creo que no los valen... - Se acercó un poco a aquel hombre. - ...pero si las cervezas vienen acompañadoas de algo de información... ¿Esta desapareciendo gente? ¿Qué se sabe de ello por aquí? - Le preguntó.
Motivo: Empatía
Tirada: 1d100
Dificultad: 41-
Resultado: 66 (Fracaso)
Soy un fracasado de la empatía.
La niña se acurruca más contra la pared y el reservado aferrando su peluche a medida que te aceras. Ves que sus ojos, unos intensos ojos de color azul no se diferencian mucho de los tuyos. Lo que sí os diferencia es la cara de miedo de la niña y los chorretones de lágrimas que surcan su cara limpiando la mugre de sus mejillas.
-¡Ey! No llores. ¡Con esos ojazos que tienes! Mira, yo también los tengo azules, pero más pequeños. Me ganas, ¿eh?
Sigo sonriendo, y hablo con dulzura, intento ser maternal. Maldita sea, no soy maternal, pero puedo ser tierna si me lo propongo. Y me lo propongo.
-Me llamo Grunda. ¿Y tu osito? ¿Y tú?
-Sinco...- dijo el camarero extendiendo la mano. Después se la quedó mirando, como si fuera un objeto alienígena que nunca había visto.
-Col...millos- dijo volviendo a mirarte como si algo le hubiera despejado la mente. -Dos comlillos sagrientos yeban meses pelándose con dos dentes de sable. ¿Sables? y me ¡Bum! y ¡Bamg! y ya no mas clintela. Solo esos.- Dijo señalando a los dos colgaos.
La niña te mira, tímida, desde detrás de su osito. Pero ves un atisbo de sonrisa en sus labios.
Al parecer la salvaje también se ha percatado de la presencia de la niña, pues se dirige donde está ella, e incluso se sienta en el suelo a su lado. Intentas despejarte y volver a la normalidad.
Lo siento, ella posteo antes.
- Hemos venido a solucionar tú problema, amigo... - Dijo entonces el granuja. - Pero necesitamos saber por dónde empezar a buscar. ¿Dónde encontramos a los causantes de toda esta mierda?
Bien, bien. Lo estoy haciendo. La niña no es tan distinta de una Grunda a su edad, pienso. Asustada, pero cabezota. Sola. Me mira y la barrera empieza a caer.
Ladeo la cabeza, y asiento.
-¿Ves? ¡Sabía que podías sonreír! ¡Y también tu osito! Oye, ¿también te escondes? A mi es que toda esa gente mala me pone los pelos de punta. Por suerte voy con amigos, nos protegemos los unos a los otros, por eso no tengo miedo. ¿Ves? Ese de ahí es uno de ellos, el de la cerveza, el que parece que lleve un mapa en la cara. Se llama Xazhum. Sí, como si lanzaras un huevo y estallara en el trasero de alguien, ¡Xaaaaz... hum!
Crassus no parecía estar muy atento a la conversación, y no hizo ningún caso a la lata de cerveza que el camarero les había servido. No la tocaría ni aun con un servobrazo, ni se la daría de beber al peor de sus enemigos. Por supuesto, tampoco pensaba pagar por ella. Parecía que algo había llamado su atención. Con el dorso de la mano dio un golpe a Xazhum en el hombro, y después apuntó en la dirección hacia donde caminaba Grunda. Entre el último reservado y la puerta que daba acceso a los servicios, una niña desarrapada de intensos ojos azules y su osito de peluche observaban desde el suelo al grupo de recién llegados.
Perdonad la tardanza, un día largo.
- ¿Una niña aquí en medio? - Se preguntó a si mismo con un murmullo caso inaudible.
Fue entonces cuando miró al camarero buscando algún tipo de explicación acerca de la presencia de una niña por esos lares. Pronto supo que aquel jodido drogadicto sólo les iba a servir para perder el dinero de la forma más absurda.
No es que creyera que aquella niñaja les fuera a servir de algo, pero... No podía ocultar que se sentía incómodo con la situación. Estaba preparado para miradas furtivas de beodos, maleantes y todo tipo de rufianes, pero no de una niña.
Xazhum se agachó quedando de cuclillas. Se quedó varios segundos mirando fijamente a la niña casi don parpadear.
- ¿Qué pasa niñaja? ¿Qué haces allí que nos miras tanto? - Le preguntó.