Se rió sin poderlo evitar, cruzando una pierna por debajo de la otra, sentandose de forma algo infantil en el asiento, girada un poco hacia el. - Exagerado, seguro que sirve. - Sonrió y le acarició suavemente la mejilla con el dedo indice, aun enternecida por el.
Luego, le extendio la bolsa con bichos de gominolas, moviendola frente a su cara despacio.
- Venga valiente, afronta tus miedos y experimenta nuevas formas y texturas.- le retó, con una mirada divertida. Ese seria su ''castigo'' por meterse con sus manias de pelicula.
-Si me como todas estas palomitas, lo dudo...- ríe y mira cómo te sientas. Aquello parece agradarle, el que tengas cierto aire infantil en tus formas, tus movimientos... Sigue con la mirada cada uno de tus gestos, con agrado y una sonrisa que no borra. Se acerca a volver a besarte por ello, pasando las yemas de sus dedos por tu cuello, en sentido descendente desde la oreja hasta tu clavícula.
Mira las chucherías. -Eres malvada...- bromea, cogiendo una y, tras mirarla, se la come. -Saben mejor de lo que esperaba... A pollo.
Se ruborizó al sentir su mirada, como la acariciaba y la besaba. Se estremecio por el simple roce de sus dedos y se movió para acercarse un poco mas a el y apretar muy brevemente los labios contra los de el, separandose tan pronto como ambos continuan las bromas de las gominolas. Pone cara de horror cuando se la come y de nuevo. Rie. Pocas veces se ha sentido tan agusto con nadie en su vida, como para perder la timidez en el sentido de reir sin parar, sin ataduras.
- Pues si saben a pollo tenemos un problema.- se rió, comiendose un gusanito de colorines. Miró de reojo los anuncios que empezaron a ponerse en la pantalla, asi como la gente que se iba sentando y despues, vago la vista a el, mas interesada en sus gestos que en lo demás.
-Ningún problema, es lo que dicen de todas las cosas que no tienen un sabor concreto, que saben a pollo porque es una carne un tanto insípida si no la aderezas bien- sigue bromeando en su lógica de "los bichos saben a pollo". Coge otra gominola de la bolsa y se la come.
La película no tarda en comenzar y él posa su mano sobre tu rodilla, acariciándola de forma distraída. Con su otra mano come alguna palomita, aunque a ese ritmo dudas que se vaya a comer todas las que compró.
Ella tampoco come con prisa. Mas bien juega con las palomitas, se come unas cuantas y luego no come... Y las alterna con las chucherias, por el cambio de sabor dulce-salado. La mano en su pierna hace que se ruborice un poco en la oscuridad, pero lleva la mano sobre la de el, acariciandosela tambien y entrelazando los dedos. Al rato, deja de prestar atención a la pelicula, observandole a el de forma discreta, con una sonrisa en los labios.
- Oh venga... el protagonista no para de mirarle las tetas... no se como la tia no se da cuenta.- bromeó en un susurro, en algun momento de gracia en el que la chica hace el torpe para que se fije en ella.
De buen agrado entrelaza sus dedos con los tuyos, tras acariciar su mano. Le susurras un apunte y se gira a mirarte.
-¿Crees que solo le mira las tetas? Si a ese tipo le funciona, debería probar a hacer yo lo mismo...- dedica una mirada pícara a tu escote, pero breve, sus ojos no tardan en encontrarse con los tuyas a la vez que te sonríe.
Se ruborizó cuando oyó eso y lo hizo, aunque fuese brevemente. Le dio la risa, tapandose los ojos con la mano y como castigo, le dio un pequeño empujón en el hombro con la frente.
- A ti no te hace falta, ya me tienes ganada. Eres todo un aventurero comiendo bichos.- sonrió un poco más si podia, manteniendo la frente apoyada en su hombro, sintiendo su aroma y el calor que desprendia. Era demasiado bonito para ser verdad.
Robert huele a colonia cara, fuerte y almizclada. Te da un beso suave sobre la coronilla y sonríe.
-No creo que quisiera solo mirarte las tetas con esos preciosos ojos que tienes, sinceramente...- susurra. -Y creo que tú has comido más bichos que yo...
Se rió, tapandose la boca para no hacer mucho ruido y no molestar a los de los lados. Le miró en silencio, enternecida y a la vez divertida por sus palabras. Todo lo que decia causaba en ella esa sensación, que seria una persona que jamas dejaria de hacerla reir y ser feliz, y de la que nunca sentiria el amor apagado. Pero era el primer dia que le conocia. Era increible.
- Sobre lo de los bichos...- cogió una especie de arañita de la bolsa y se la puso en los labios... pero se la dió con un pequeño beso, apenas rozandose entre ellos, sino pasandole la gominola.
- Me has ganado.-
Te quita la araña de los labios, pero él si te da un beso como prenda a cambio. Alarga un poco el beso y después se conforma con la gominola, mientras te sonríe.
-Si sigue distrayéndome, señorita, no podré acabar de ver la película...
Se ruborizó por el beso, pero lo correspondió feliz de la vida, jugando suavemente con sus labios, aun mas dulces por culpa de la vil golosina, cosa que los hacia casi mas irresistibles. Pero se tuvo que alejar. Se le noto la cara de pena al oirle decir eso. Fingida, por supuesto.
- Disculpeme usted, vea la pelicula...- se hizo un poco la victima, separandose. Se mordia los cachetes por dentro para no sonreir.
-No me trates de usted, me hace ver viejo...- sonríe y se acerca a darte un pequeño mordisco en el cuello. Mordisco que transforma en varios besos suaves y ascendentes hasta llegar detrás de tu oreja.
- Oh venga, era una bromi-... - se entrecortó al sentir el mordisquito y despues los suaves besos, que hicieron que se estremeciera y soltase una risita por lo bajo, encogiendo el hombro y el cuello, para alejarle despacito de el. Le miró levemente de reojo con una sonrisilla que demostraba la venganza que se le iba a avecinar. - Tienes suerte de estar viendo una pelicula.-
Te apartas de él, pero vuelve a atacarte antes con un último beso sobre el lóbulo de la oreja. Luego sonríe de forma traviesa, más cuando le miras de reojo. -¿Y si no estuviera viéndola...?
- Pues... Me vengaria de ese mordisco. - lo susurro de nuevo, acariciandole la mejilla muy suavemente. Con la tonteria, no habia ni prestado atencion a la pelicula, solo a el. No podia evitar sonreir, nisiquiera parar. Era un momento tan especial, que siempre habia querido vivir...
-Vengarte... Adelante...- te invita a ello, pero antes siquiera de que lo pienses, él ya te ha besado. Un beso que nada tiene que envidiar a los besos que se estaban dando en esa película, de los que paran el tiempo. Un beso profundo en el que sus labios rozan con suavidad los tuyos, mientras su lengua explora con delicadeza tu boca. Lo finiquita con un pequeño mordisco en tu labio inferior. -Sabes a bichos...- bromea.
Era... esa sensacion que te hacia pensar en nubes. En flotar. Un alivio que incluso te adormece, una caricia algodonosa. Esa deberia ser la explicacion a lo que sacudia su cuerpo tras ese beso, que correspondió hasta el ultimo roce de sus labios, sintiendo el sabor de él en los propios. Pero lo cierto es que era algo bastante menos suave. Un calor agradable, y un cosquilleo en el vientre. Quizás un poco mas abajo. Cosas que pasan. Le beso el hombro, y luego el cuello, pero se acomodó sentada correctamente en su asiento, marcando distancias.
- La pelicula, se te olvida...- Sonrió, inclinando la cabeza.
Acoge tus besos como si llevara tiempo esperándolos y su cara es un poema cuando te apartas y te sientas bien. Frunce levemente el ceño y sonrío.
-Que le den a la película...- dice acercándose más y volviendo a besarte.
Habia una extraña sensación en todo eso, realmente habia gente a sus lados, y detrás, y ellos estaban como dos adolescentes besandose. Le daba verguenza, pero a la vez estaba increiblemente feliz de que a el le diera igual el sitio como para demostrar lo que le gustaba estar con ella.
Le correspondió cada nuevo roce de sus labios, atreviendose a mover timidamente la lengua contra los labios de el, muy sutil, solo saboreandole.
Tu movimiento tímido de lengua es suficiente para él para tomar posesión de tu boca por completo, intensifica el beso. Su mano va a acariciar tu cuello, tu nuca y tu cuero cabelludo. Notas las yemas de sus dedos como susurros al tacto de tu piel, electrizándote por completo.
-Me vuelves loco...- susurra a tus labios, sintiendo su cálido aliento.