Partida Rol por web

Me cruzo de brazos observando las proezas de cada uno de mis nuevos "compañeros de aventuras". No esta nada mal, el grupo es variado y consistente. Todos tienen un talento innegable, desde el parco "Observador" hasta el buscapleitos de Chafakra. Sin duda los que más me llaman la atención son los poderes de Enlace, me sentí alarmada inmediatamente tras ver la facilidad con la que la muchacha pudo enlazarse de alguna manera con mi mente.

Compruebo que las palabras de Bastión no eran en vano y hace honor tanto a sus palabras como a su nombre.

El rubio es el segundo que me llama la atención, sus... "poderes", son magníficos, provenientes de las fuerzas naturales. Sin duda algo a que considerar por si las cosas se ponen feas.

El comentario sutil de Juan Lázaro no me pasa desapercibido, aunque no me sienta para nada bien eso de estarme exhibiendo como si fuera algun tipo de show. Pero comprendo la necesidad que representa para el resto como expresión de confianza.

De pronto, con la última exhibición del grupo, siento el silencio y las mirada inquisitivas mirándome expectantes.

Suspiró sintiendo la derrota.

Hago un movimiento con la cabeza y camino hacia la piscina. Con solo un vistazo comprendo su amplitud y profundidad, si bien no es mar abierto será suficiente para demostrar al menos un poco lo que puedo hacer. Trago saliva, sintiéndome algo incómoda por lo que estoy apunto de hacer, me refiero a exhibir lo que soy capaz de hacer ante un grupo de desconocidos.

Si pudieras verme hermanita... auguraría alguna broma.

Llevo mis manos al borde de la camiseta negra que llevo puesta y me despojo de ella, tirándola a un lado de la piscina. Luego deslizo mis manos liberando los botones y bajando el cierre de los vaqueros azules que traigo puestos, permitiendo que la tela caiga desde mi cintura, mis caderas, muslos hasta los tobillos. Levanto cada tacón para hacer a un lado los jeans, los cuales coloco a buen recaudo junto a mi camiseta. Luego me acuclillo y me retiro los tacones lanzandolos cerca a donde se encuentra mi el resto de mi vestimenta.

Vistiendo solo mi ropa íntima, dos piezas color blanco, me sitúo en el borde de la piscina y hago un grácil clavado dentro de la piscina. El agua rodea y sumerge mi cuerpo trayendo consigo alivio y comodidad. Juego un rato en el fondo sin siquiera necesitar emerger, hasta llegar al extremo opuesto de la piscina, desde donde súbitamente nado a velocidad descomunal, ondulando mi cuerpo con desenvoltura llegando de un extremo a otro en menos de un parpadeo.

Me dirijo al fondo otra vez, en lo más hondo intento juntar y concentrar la masa de agua en forma, fracaso en primera instancia, tratando de modelarla a mi antojo, haciendo que en la superficie el agua salpique caóticamente, como si alguien hubiera sacudido una vaso lleno de agua y esta se hubiera desparramado por doquier.

Asciendo un poco más y lo intento nuevamente, un tanto contrariada por el primer desastre, tardo un poco más de lo planeado en conseguir que una corriente de agua empiece a girar alrededor de la piscina, hasta concentrar su foco en el centro, mientras el agua circula y se arremolina ganando velocidad y por ende peligrosidad. La detengo tras unos momentos y con un cuarto de esa fuerza, creo una pequeña ola a la que dirijo alrededor de la piscina a mi antojo.

Finalmente, manipulo el agua hasta lograr lanzar un chorro de agua liberando el disparo contra una pared en donde no se hallaba nadie. La fuerza del agua impactó peligrosa contra la estructura en la forma correcta y luego volvió líquida sobre el suelo.

Me acerco al borde y con la fuerza de mis brazos salgo de la piscina, llevo mi cabello mojado hacia atrás.

- También puedo cambiar el estado del agua, ya saben, sólido, gaseoso y líquido nuevamente. Aunque porsupuesto tengo mis limitaciones, no esperen que congele algún lago u oceano -me senté en algún banquito y escurrí la humedad de mi cabello- ¡Ah! y esa parte de que puedo hablar con, "Nemo", es cierta. Puedo comunicarme con algunas criaturas marinas.-recogí mi ropa con cuidado de no mojarla, la puse cerca de mi y me quedé callada. 

Ante la exuberante y sobrenatural belleza de Comodora Icantia, los varones no pueden sino quedarse mirando embobados su escultural cuerpo semidesnudo mientras realiza la demostración de sus capacidades. Su piel húmeda, su escasa ropa íntima completamente mojada, su rostro angelical y sugerente a la vez...

Parpadeáis cuando alguien da unas palmadas a vuestra espalda. Al giraros, comprobáis que un chico joven vestido con un traje negro observa a Icantia ensimismado, con la boca semiabierta y lo que parece un cigarrillo electrónico a punto de caérsele. Cuando se percata de vuestras miradas, recupera la compostura sin demasiado éxito y recoge del suelo un maletín con el logotipo del gobierno impreso en la tapa, acercándose mientras carraspea.

Señor Lázaro, le traigo los impresos que solicitó. -Ante un gesto de Juan Pedro, el joven se gira hacia vosotros para presentarse- Oh, disculpen. Buenos días, mi nombre es Carlos Gutierrez y soy el encargado de material. Les traigo los impresos de solicitud de equipo, aunque les advierto que el equipamiento más raro y costoso suele tardar en aprobarse. También puedo orientarles acerca de lo que puedan necesitar y lo que podemos facilitarles. Estoy a su... -Su mirada se desvía hacia Icantia, dibujándose en su rostro una sonrisa algo bobalicona- Estoy a su entera disposición.

En el momento en que los pantalones de Icantia tocan el suelo me llevo las manos a la boca y suelto un silbido libidinoso.

- Oh tio, ¡Este es el mejor puesto de funcionario público del planeta!- exclamé, dándole un codazo a Toraño, que casualmente estaba a mi lado.- ¡Ay omá! ¡Guapa!- añadí, haciendo bocina con las manos.- ¡Quien fuera zapatero, para trabajar ese cuero!

Luego llega el panoli del equipo, perfecto. Cojo varios de los formularios, voy a exprimir el gobierno a tope. Le paso el brazo por encima del hombro y me lo llevo a un lado, en aire conspirador.

- Oye, plumilla, ¿Crees que podrías conseguirnos un buen buga?- le pregunto.- Necesitamos un buen cacharro para llevar una monada como esa de un lado a otro, pero claro, también tiene que tener sitio para, ya sabes, los niños- añado, señalando a Bastión.- Y luego, ¿Puedes conseguirme una escopeta o un fusil de asalto de los buenos? Digo algo decente, no esas mierdas que lleva la poli. Una Striker 12 o una POW serían lo ideal. Oh, y si me consigues, ya sabes, uno de esos trajes que copian los poderes, ya sabes, para que se estire conmigo que si doy de si los chandales me echan la bronca en casa y eso.

- Mjummm - Carraspeó cuando Icantia se desnudó, cubriéndose la boca con un puño en un vano intento de disimular que se había quedado pasmado mirando a la que era la muchacha mas hermosa que había visto jamás. ¡Menuda moza! Si en ese momento fuera de la edad de Chafakra estaría exactamente haciendo lo mismo que el chaval, pero con mucho mas tacto y estilo. Con muchísimo mas estilo. Le soltó un capón.

- Compórtate chaval. - Dijo con tono reprobatorio, escondiendo una media sonrisa bajo el bigote. - No sea que se enteren en tu casa y tengas fiesta esta noche.

- Impresionante - Reconoció cuando Icantia salió del agua - Muy impresionante. - Buscó una toalla  se la acercó para que se secara. Por suerte, el poblado bigote y el yelmo eran mas que suficiente para ocultar que tenía la cara roja como un semáforo.

Se volvió en ese momento para echarle un vistazo al recién llegado, el tipo de suministros. Un chaval joven que por poco se atraganta al ver a Icantia como si fuera la primera diosa de la belleza semidesnuda cabalgando las olas como una salvaje amazona que había visto en toda su vida. Desvió la mirada, repentinamente nervioso. Se recolocó la maza en el cinturón y comprobó las cinchas del escudo que llevaba a la espalda.

- A parte de todo el tema del equipo nuevo... ¿Tenéis gente que sepa reparar el que traemos? ¿O nos tenemos que hacer cargo por nuestra cuenta? - Un tipo que llevaba una armadura de escamas, una maza y un escudo de más de cincuenta kilos de peso necesitaba mucho más que un funcionario y unos formularios, necesitaba un herrero. Y no uno cualquiera, sino un experto, porque su equipo no era una réplica de esas cutres que se veían por ahí, era una auténtica reliquia.

Cuando Chafakra se lleva al agente Gutierrez a un lado, pronto se hace evidente que no le presta demasiada atención. En su lugar, no para de observar de reojo a Icantia, aunque con cierto disimulo. Finalmente abre el maletín y extrae en documento, tendiéndoselo a Chafakra.

Anote sus datos personales y, donde pone "solicita:", ponga escopeta y, barra, o fusil de asalto, y uniforme coherente". Del vehículo no se preocupe, ya se han encargado de ello.

La voz grave e imponente de Bastión hace que Carlos parpadee sorprendido, como si acabase de despertar de un sueño. Mira al grandullón y responde dubitativo.

Pues... emm... ¿Eso es una armadura? Haría falta un herrero, pero supongo que podríamos subcontratar uno...

Sentir el agua y moverme a través de ella, no solo había quitado el entumecimiento de mi cuerpo si no que además, había traído consigo un sentimiento de calma, de tranquilidad. Sentada, quité lo que quedaba de la humedad de mi cabello con la toalla que amablemente me acercó Bastión, asentí agradecida con un movimiento de cabeza observando al corpulento hombre alejarse hacia donde estaba el resto. Sin embargo, no se me pasó desapercibido, cuando me entregó la toalla, que su calor corporal se había incrementado ligeramente.

Si no fuera por ese casco, juraría que está ¿sonrojado?

Sonreí y negué, mientras me secaba el cabello, recordando el vitoreo del caótico y enérgico Chafakra, comprendí casi todo lo que había querido decir, exceptuando lo del zapatero que otra vez, escapó a mi conocimiento.

Sequé lo que pude de mi cuerpo y atendí de pronto a la llegada del joven muchacho. Iba vestido impoluto, con el traje perfectamente planchado. Llevaba el cabello oscuro corto y también cuidadosamente peinado. Sus ojos eran un poco rasgados y tenía un mentón bastante varonil. Me recordó a uno de esos marinos recién enlistados, dispuestos a cumplir a toda marcha y al pie de la letra con su deber.

Mi mirada se encuentra con la suya cuando menciona que se encuentra a nuestra entera disposición, si no fuera porque estamos en medio de un edificio gubernamental, juraría que esta intentando ligar. No obstante, me encuentro repentinamente halagada.

Las primeras preguntas que hacen mis nuevos compañeros de equipo son bastante acertadas, mucho quizás porque saben exactamente lo que necesitan para empezar a trabajar.

Así que equipo, ¿no? No me viene mal. Solo que no se me ocurre inmediatamente una idea de lo que requiero. -pienso, mientras me visto con los vaqueros nuevamente. Recojo la camiseta y los zapatos y los cargo en una mano.

Camino hacia el grupo, pero Chafakra me gana por una mano y rodea al joven con un brazo intentando sonsacarle lo que puede de equipo.

— Agente Gutierrez... -lo llamo por su nombre, tratando de lograr su atención, una vez abriera el maletín con los formularios- Me gustaría solicitar un traje hecho a medida para no estar teniendo que... -levanto mi camiseta y mis zapatos- ...ya sabe.-sonrío- Algo que me siente bien, resistente, que soporte daño y balas -miro a observador- la humedad y que sobretodo sea de secado rápido. -mantengo la mirada algo seria sobre el- Sobre armas no tengo mucha idea al respecto-me encojo de hombros- pero si no tienen un tridente, prefiero no cargar con nada -sonrío preguntándome si captará la broma.

Me doy media vuelta, pero no doy ni dos pasos cuando de pronto me detengo como si olvidara algo. Y de hecho lo hago ¿habré sido muy demandante? 

Regreso hasta donde estaba el grupo. 

- Muchas gracias por su trabajo, Agente Carlos- me acerco y le doy un suave beso en la mejilla.

No se si me tiene que dar un formulario o no, pero retrocedo algunos pasos y me cruzo de brazos aguardando.

-lo que faltaba...- pensó la joven mientras Icanti hacia gala de su exhuberante anatomia. Se miró de arriba a abajo tan solo para confirmar el abismo  que habia entre ellas dos. Se percató de que en cuestión de segundos la mayoria de los presentes no habian dejado pasar la oportunidad de  congelar dicha imagen en su retina. mas de alguno, sobretodo ese tal agente Gutierrez, no perdía la oportunidad de seguir las curvas de la mujer aun en ropa interior.

Enlace se  ruborizó al pensar en algo extraño y chocante, sobre todo después de creer que esa tal Icantia era de la otra acera.Bueno, en su mente de adolescente, cuando ella le preguntó sobre el porno...pues, la imaginación se habia desbordado.

-* Tapate, so guarra..*- una especie de susurro mental acompañado  con una leve jaqueca se presentó en tu cabeza. Por suerte ya habias sentido algo por el estilo hacía unos minutos....

Toraño se habia quedado expectante de las habilidades de Icanthia pero cuando empezó a desvestirse todo eso pasó a segundo plano y su belleza lo era todo, nunca antes habia visto a una mujer tan exhuberante, una mujer tan bella. Chafa habia realizado algun comentario mordaz, pero Toraño no habia prestado ni atencion, solo habia ojos para aquella diosa de la belleza. Toraño se acercó a ella e intento disimular su rubor que cada vez le llenaba mas su cara.

-Es un honor tenerla en el grupo señorita Icanthia - Toraño le cogió la mano y le dio un beso en el dorso apartandose un poco de ella e intentando no mirarla mucho para que su rubor no se viera 

El agente Gutierrez, ante la petición de la bella Icantia y tras el gesto cariñoso de ofrecerle un beso en la mejilla, se apresura a extraer un formulario de su maletín, pero en lugar de ofrecérselo a ella lo pone sobre la tapa del maletín y comienza a rellenar los datos personalmente con una amplia sonrisa.

¡Por supuesto, señorita! Y creo que tengo algo mejor para usted. Tenemos el prototipo de un uniforme anfibio basado en las teorías atlantes sobre hidrodinámica aplicadas a la aerodinámica. Ofrece protección y la capacidad de planear fuera del agua. Estaba trabajando en ello la señorita... bueno, señora... no, aún señorita, Aquaviva...

Juan Pedro Lázaro carraspea, haciendo ver a Carlos Gutierrez que ha metido la pata, ante lo que el joven agente se gira hacia Icantia nervioso, sin saber qué decir.

¿Aquaviva se iba a casar?

Miré el papel con desconcierto un segundo. ¿Tenía que rellenar uno para cada cosa que quería?¿O uno para todo junto?¿Si me rechazaban una cosa me rechazaban todo? Tío, esto es más difícil que el insti, joder. Pero entonces la jamona acude en mi ayuda. Al parecer tiene al tipo del inventario en el bolsillo, así que no veo porque no puedo aprovecharme de ello. Por la patria, es decir.

- Uf, que bien que nos eches una mano, tronco- comento, dejando el impreso que acaba de darme encima del maletín con todo el descaro.- Es que yo siempre me lío con el papeleo, son complicaciones y más complicaciones... seguro que a ti se te da mucho mejor. Y ya que vas a hacer el de Icantia...- comento, mientras me voy.- Recuerda, una buena escopeta o un fusil de asalto y un traje que se estire. Nada hortera- advierto,- tampoco es plan de ir de tunos. Ya si eso te invitamos a cañas un día de estos, ¿eh guapa?- remató, guiñandole un ojo a Icantia con actitud cómplice.

Otra cosa no, pero escaquearme de currar, joder, ese si era mi superpoder.

- Y dime, monina, ¿Que hacéis en Atlantis para pasar el rato?- le pregunto, ya de paso,- porque en el AquaShock aparece una ciudad subterránea, pero solo son unas ruinas llenas de yonkis locos... un poco como mi barrio, pero no pareces salida de un sitio así.

Creo que me ha confundido con otro... -Replica el agente Gutierrez con un recien descubierto descaro- Que tenga una cortesía con la señorita no significa que vaya a hacer lo mismo con todo el mundo. Ese no es mi trabajo. Usted verá si entrega su solicitud así o la rellena correctamente...

- Veeenga, Gutierrez, enrollate, tío- le digo, girándome hacía él de nuevo.- Diría muy poco de tu espíritu de equipo que tuvieras favoritismos y quedaría la mar de interesado, la verdad. Además, para ti es un momento y sabes como va, hombre. No te cuesta nada apuntar lo que queremos ahora y dejarnos a nosotros lo de salvar el mundo y eso ¿no? Eso sería genial. ¿A que sería genial, chicos?- pregunté en voz alta, buscando apoyos a mi alrededor.- Incluso se te puede ocurrir algo en que nosotros no hayamos pensado, como lo del traje para nuestra compañera, eso ha sido buena idea.

El repiqueteo en mi mente me abordó de una forma tan abrupta que busqué inmediatamente su fuente con la mirada.

- No lo vuelvas a hacer -remarqué mirando a la menuda figura, quizás con un poco más de dureza que el que planteaba inicialmente, mucho por la sensación de invasión y mareo que había provocado.

No pude agregar nada más porque pronto el gigante rubio había tomado una de mis manos entre las suyas y besado el dorso de la misma con una galantería que no había observado en el mundo moderno de los humanos durante mis cuantiosos paseos.

- Muchas gracias Toraño - respondí y lo observé perpleja notando aquel ligero rubor que por consideración, decidí pasar por alto y no mencionar. Sonreí con amabilidad.

Hasta que el agente Gutierrez llamo nuevamente mi atención, hablando mientras rellenaba el formulario por mi. Un gesto que no se me pasó por alto y que de cierta manera me gustó. 

- Agente Carlos, puede decirme Icantia -asiento y me acerco para ver lo que esta llenando. Escuchando con atención sobre la tecnología atlante, hasta que mi rostro se tornó pálido como un papel y un gran malestar abordó mi interior hasta dejar escapar el aire de mis pulmones.

¿Se... se iba a casar...? ¿Ella se iba a casar y no nos lo dijo? ¿Seria una boda humana? ¿Cuando seria? ¿Donde seria hecha? ¿Con quién? ... porque.... porque no me lo dijo...

Mis ojos miraron el suelo, como si rebuscara algo entre mis memorias o como si estuviera pensando profundamente en algo. Sentí un dolor angustiante en el pecho, ella no me lo habia contado, quizas intencionalmente o quizas... quizas queria darnos una sorpresa. Quizas habia estado por decirnoslo antes de desaparecer.

Si. ¡SI! eso era lo más lógico.

El carraspeo de Juan Lázaro y la mirada nerviosa de Gutierrez

¿O acaso quería mantenerlo en secreto?

No presto ni atención a las palabras de Chafakra, solo sabia que estaba siendo otra vez un impertinente. Y que esta vez, no me causaba gracia.

-   ¿Te gusta armar jaleo y quedar de tonto, no Chafa? -me llevo las manos a la cintura- No seas flojo y deja de molestar a Gutierrez.  Si quieres saber que hacemos los Atlantes en nuestro rato libre tendrías que primero que hacerte una idea de nuestro hogar, cuando termine te llevo al fondo de la piscina y me dices que tal se siente respirar agua. Mientras tanto, deja de molestar que el caballero me esta ayudando. - Me cruzo de brazos, jalo un banquito y me siento junto a Rodriguez - Eres muy amable, discúlpalo, como ves es bastante impertinente -agrego con suavidad, ignorando a Chafakra, que estos momentos no hace mas que interponerse entre esta gran revelacion y yo. - Bueno, regresando al tema, esta tecnología sin duda facilitará mi desempeño en el campo, el planeo puede darme unas ingeniosas ventajas

Me cruzo de piernas con decoro, mientras apoyo uno de mis dedos en el formulario que rellena Carlos como si repasara algo. Mi mirada busca la de Juan Pedro Lázaro y al encontrarla pregunto- ¿Y quien era el afortunado novio? -mantengo un tono despreocupado, como quien habla del clima o de alguna otra trivialidad. Tras lo cual mi mirada, regresa y busca la de Carlos para luego volver hacia la de Juan Pedro.

Juraría que sabe porque estoy aquí.

Gutierrez está a punto de responderle algo a Chafakra, y por su expresión parece que iba a ser algo ingenioso, pero la intervención de Icantia le disuade de hacerlo. Cuando ésta pregunta por el asunto del futuro matrimonio de Aquaviva, parece dudar sobre si responder a eso o no, y finalmente el carraspeo de Juan Pedro hace que guarde silencio.

Ejem, ejem, quizás no seamos nosotros los más adecuados para informar sobre este asunto. De hecho, estoy seguro de que no lo somos. -La mirada que le lanza al agente hace que este se encoja de vergüenza- Desde que Aquaviva llegó a nosotros y se unió al grupo, albergó siempre una cierta sensación de aislamiento. Tras perder contacto con su hogar, y sintiéndose diferente y fuera de lugar entre nosotros, siempre nos preguntamos los motivos por los que seguía permaneciendo a nuestro lado. Finalmente, conoció a alguien que comprendía sus sentimientos, alguien que también había sido arrastrado a vivir lejos de todo lo que había conocido y amado, y se apoyaron el uno en el otro. Acababan de anunciar su compromiso, para dentro de un año, cuando desaparecieron. El afortunado es Melkart.

Me encojo de hombros.- Vale, vale, como quieras- respondo, cogiendo el ya arrugado papel de la solicitud.- Lo rellenaré yo, lo haré mal, luego necesitaremos esta mierda en algún momento, no lo tendremos y todo se irá a la mierda. Por mi vale, las noticias del corazón son más importantes, supongo. ¿Tienes un boli?- le pregunté a Gutierrez

Los nuevos rostros y nombres iban lentamente tatuándose en la mente del Observador mientras se mantenía en silencio detrás de la máscara de sado como había dicho con anterioridad el tío tocapelotas que si no fuera por los años y la cierta etiqueta del lugar le hubiera puesto una bala entre las cejas antes que este pudiera hacer su magia; observo a cada uno en su espectáculo de aquellos poderes que poseian, pese a no conseguir lo deseado con algunos de ellos. Las palabras fluían con cada pregunta mientras la ultima en mostrar sus habilidades la tal Icantia  dejo a más de uno boquiabierto en especial al rubio.

Dentro del traje se dibujo una sonrisa mientras tomaba un nuevo lugar entre la gente sin dejar de lado las últimas palabras de Lázaro que le llamaron mucho la atención, se giro ante Gutiérrez estirando la mano – Necesito uno de esos – dijo esperando la hoja para llenar la misma con el pedido.

Escucho con atención a Juan Pedro Lázaro sigo su mirada y noto la reacción que tiene sobre Gutierrez. A pesar de todo me siento un poco mal por la manera en que el pobre ha quedado.

¿Perdió contacto?

- Espero no haber metido en problemas al agente Gutierrez, Sr. Lázaro. Especialmente porque él parece un agente muy capaz. -lo miro a los ojos y luego sonrío a Gutierrez- No se puede tapar el sol con un dedo, si bien no son los más adecuados para revelar este tipo de noticias. Es lo que hay, entre tanto caos estoy segura que la familia de ambos estarían más que agradecidos de contar con al menos esta pequeñez. -respondo centrando mi atención en Lázaro, dejando que infiera a que me refiero. - Da esperanza ¿sabe? Bueno, ya los encontraremos para que puedan volver, casarse y salvar al mundo otra vez. 

Tomo uno de los bolígrafos que están sobre la mesa y se lo paso a Chafakra. 

Toraño seguía embobado mirando a Icantia, aunque el hablar de objetos le hizo pensar durante una pequeña fraccion de segundo que el tambien necesitaria algo, aunque no tenia el conocimiento de que

-Yo... ejem, yo tambien necesitaria algo, quizas algun complemento para el arco para mejorar sus usos...pero no conozco nada de lo que tendran por aqui

Una vez dicha la frase Toraño siguió mirando a Icantia embobadamente sin mirar ni hacer caso a nadie mas