Partida Rol por web

Han pasado quince días desde que recibisteis las notificaciones oficiales de la adquisición de una plaza en la unidad especial de meta agentes del Cuerpo Nacional de Policía. En la carta se os emplazaba en una dirección, en Madrid, en un barrio de las afueras de clase obrera y ciertamente degradado por la más baja inmigración y la pobreza evidente en sus calles. Se trata, y eso se hace evidente en cuanto os acercáis al lugar, de unos antiguos cuarteles del Cuerpo Nacional de Policía, gastados por el tiempo y con una decoración y estructura que se remonta a tiempos en que este país era una dictadura en lugar de una democracia.

En la entrada se interpone en vuestro camino un agente de la Policía Nacional, correctamente uniformado y con modales exquisitos, quien os solicita identificación y pregunta si contáis con cita previa. Al informarle de vuestra situación, sin inmutarse comprueba vuestros nombres en una lista que saca de la garita y, tras encontraros en ella, hace una llamada por emisora. A los pocos instantes aparece otro agente, para escoltaros a través de varias explanadas ajardinadas, un par de barracones, y un largo pasillo del edificio principal, hasta llegar a la puerta de lo que parece un sencillo aula de formación para los agentes policiales, llena de pupitres mirando hacia una mesa de escritorio que se encuentra ante una amplia pizarra.

Espere aquí. -Es todo lo que dice el agente antes de marchar.

Cada vez más me gusta haber tomado la decisión de dejar atrás mi hogar. Había esperado con bastante impaciencia que llegara el día en que por fin obtendría el medio para cumplir mi más preciado secreto. En mi camino hacia el lugar indicado en la invitación, pude notar el abandono, la desolación y la decisión de los humanos de ignorar y hacer como si no hubieran visto nada. No puedo evitar enarcar una de mis finas cejas cuando noto que lo paupérrimo del lugar se extiende hasta la fachada del cuartel.

No, sin embargo,  a la rectitud e impecabilidad del agente que me recibe en la puerta cuyo brío y marcialidad hubiera podido pintar mil paredes de los edificios a la redonda. Me sorprende que no se sienta intimidado, puesto que soy precisamente pequeña para el promedio femenino de las mujeres que seguramente está acostumbrado a ver.

Cuando otro agente me escolta, lo sigo sin hablar mucho. Pero si observo el ritmo de vida, el cuchicheo de aparatos y de voces, el pasar de páginas o teclas siendo presionadas en cubículos que me sorprenden por su practicidad y eficiencia.

Noto varias miradas sobre mí, algunas disimuladas otras no tanto, mientras ando por el pasillo. Poco a poco me acostumbro a que los humanos me observen con mucho interés, me refiero de manera carnal.

Soy una mujer guapa, de figura voluptuosa. Mi cuerpo curvilíneo es además lo que ellos denominan como “atlético”. Aunque antes lucía una piel pálida, mis constantes salidas y excursiones sobre el mar, me la han dotado de un atractivo y uniforme color bronceado que hace resaltar mis ojos de un clarísimo color aguamarina los cuales están custodiados por unas largas y curvas pestañas oscuras. A diferencia de mi hermana que lleva un cabello del color del sol, yo lo llevo de un dorado muy oscuro y profundo.

Termino viendo la habitación, con esas mesitas pequeñas y una gran tabla verde con anotaciones y un escritorio delante de todo. Hay algunas personas dentro, seguramente el resto de reclutados.

— ¡Qué tal! —mis labios sensuales, se juntan pronunciando aquellas palabras con una despreocupación jovial, mi mirada es intensa, guiño un ojo mientras levanto la mano en señal de saludo.

Me muevo con suavidad y sensualidad a través del lugar y tomo asiento en una de las carpetas y aunque sé que hay cosas más importantes en las que debería estar pensando. No puedo evitar pensar en que, hasta ahora, no vi ni un solo policía comiendo una dona.

Me siento como un pez fuera del agua, la gran ciudad es un hervidero donde las hormigas atareadas van de un sitio para otro con la máxima rapidez posible. Acostumbrado a la tranquilidad de mi aldea y a la naturaleza abundante de allí, Madrid parece una jungla de hierro, cemento y cristal. Una pequeña tristeza invade mi ser mientras sigo avanzando hacia la que creo que es la dirección correcta... aunque evidentemente no lo es y tengo que preguntar varias veces... la gente me mira extraño, voy con la ropa que suelo acostumbrar a llevar cuando estoy en la aldea, quizás no estén acostumbrados a tanto ruralismo. Pantalon vaquero con una camisa ancha de cuadros acompañado de un zurrón pequeño de cuero donde llevo mis cosas personales, además del DNI, cosa que no suelo llevar normalmente, pero me dijeron que me acostumbrara a llevarlo aquí. Además a la espalda llevo una mochila donde llevo algo de ropa normal más la especial. Nadie me tuvo que decir que mi vestimenta "especial" llamaría la atención de la autoridad en menos tiempo de lo que canta un gallo. Además de todo eso una bolsa de deporte grande era todo lo que necesitaba para llevar mis armas especiales. 

...

Fuera como fuera finalmente he llegado a mi destino. Ha sido dificil pero lo he conseguido. Rebusco entre mis cosas para entregar el dni a los guardias que custodian aquel sitio. El lugar parecía deteriorado pero no le presto especial atención, ahora me interesa abrir la puerta del aula donde me han mandado y ver lo que me espera. Mientras me coloco mi largo pelo rubio detras de las orejas reviso el lugar con mis ojos azul electrico, una simple pasada me es suficiente y termino de entrar a lo que sera mi nuevo futuro.

-Encantado de conocerles señores y señorita - por el momento parecia la única mujer en el lugar y bastante despampanante - me llamo Toraño

Me levanté con resaca por los gritos de la Conchi. Demasiado botellón ayer en el poligono, pero insiste en que llegue temprano a mi nuevo curro. Y que me ponga guapo. Así que me pongo mi mejor chandal (un adidas) y mis mejores playeras salgo de casa. Después de un par de transbordos, me bajo en un barrio chungo de la periferia. Un par de gitanos me lanzan malas miradas, pero no me dan ningún miedo. Yo he crecido en estas mismas putas calles, así que si quieren que nos liemos a hostias, que se pongan a la cola. No tardo mucho en encontrar el edificio de los maderos. Hay que joderse, el Meco currando de chapa, quien me ha visto y quien me ve. Aunque, mirandolo por el lado positivo, no podía esperar a que me dieran la placa para retregarsela a Palomo por la cara. Menudo retrasado.

Un poli estirado me recibe y me hace enseñarle el DNI para entrar. Luego me acompaña por esta mierda de pocilga deprimente hasta otro tío que me lleva a un aula. ¡Una puta clase! ¿Es que estamos todos gilipollas?

- Menuda mierda...- mascullo. En la clase hay una especie de hippie con el pelo largo y una jamona que parece salida de un catalogo de playboy, pero estan sentados obedientemente en los pupitres. Cruzo la sala y abro la ventana del barracón sin mediar palabra y salto a la gravilla del exterior. Saco un pitillo mal liado y me lo llevo a los labios.

- Tanta prueba y tanta mariconada para acabar yendo a clase...- digo, al aire más que a nadie.- Si quisiera perder mi tiempo así me iría a sacar el graduado...- enciendo el piti pasando de todo. Ya es bastante malo que me obligen a estar aquí cómo para que encima nos den lecciones.

-mierdamierdamierdamierda....- No dejaba de  pensarlo desde que aquella carta le había llegado a casa.- ¿la habían pillado?,no...seguro que no a no ser que...- meneó la cabeza para quitarse de encima esa mala idea mientras se colocaba las solapas de su abrigo negro hacia arriba en un vano intento de ocultar su rostro.

Con cierto respeto, esquivó la podedumbre que reinaba en aquel barrio, evitando cualquier contacto indeseado. El hedor le picaba en las fosas nasales  consiguiendo que torciese el gesto varias veces. Incluso llegó a sentir el sabor de la bilis en su boca cuando la nausea fue a mayor. Sin saber como, consiguió evitar dar un vomitivo espectáculo ante la puerta de lo que  parecía ser una antigua comisaria.

El tipo de la puerta no encajaba en el dantesco cuadro de aquel barrio. -demasiado limpio .- pensó mientras  este miraba su identificación. Cuando se la devolvió, la joven chasqueo su lengua fastidiada; como si recordase haber hecho algo mal.

Una vez dentro,  la muchacha miraba de un lado a otro intentando descubrir por que razón o causa la habían mandado venir.- menudo marrón... bueno , es mejor que ir a clase de química...- pensó mientras una  debil sonrisa se dibujaba en su rostro. Pensar en tonterias conseguía quitarse el miedo de encima, aunque continuase temblando cual hoja. Cruzó las estancias extrañada de que el interior de la cochambrosa oficina tuviese mejor aspecto. Cuando llegó a algo que semejaba un aula, observó  a los dos individuos que habian hablado.

La primera mirada, quizas por envidia o por vete a saber que, se clavó en la extremadamente guapa mujer. Esas curvas, ese contoneo, esa voz angelical... era todo lo que ella no era. Aquella mujer era alta como un pino manso mientras que ella era tan bajita como una mesilla de noche. Tenía suerte de no estar gorda, pero  apenas tenia curvas. Cada vez que se miraba al espejo  veía una tabla de planchar.Y que decir de la voz, comparada con esa diosa bronceada, ella sonaba como una cacofonia puesta del reves. - jodeeer, ¿que coño hago aqui?-

El otro tipo  de cabellos rubios y estilo salvaje/ tarzan de los monos, le llamo la atención. No solo por que mostrase mas de lo que sus "inocentes" ojos  hubiesen visto alguna vez; sino porque   tenía unos modales adorables. Se preguntó en silencio si todo lo de ese fornido muchacho era suyo,porque estaba claro que la  la mujer exotica era todo silicona...-por favor que sea silicona...-

Timidamente, se acurrucó en uno de los ultimos pupitres, sin mucho ruido. Sacó su movil y unos auriculares y se hundió en su musica mirando fijamente a su pupitre.-¿ que hago yo aqui?  Joder ,que mal rollo....-

Los cubos de hielo bailaron un instante mientras se fusionaban con el wisky que esta persona mantenía en su mano, la notificación de su elección yacía en el piso mientras que las ganas de levantarse de aquel sillón era proporcionales a esperar cuatro horas la atención en un banca. Los labios del sujeto se movían lentamente mientras formulaba algún balbuceo inentendible, una nueva figura ingreso en la habitación y se coloco a su lado – Que vas hacer? – pregunto confiada y casi como la de un padre preocupado por su hijo, el rosto se giro mirándole sin decir palabra alguna, solo un movimiento de aceptación basta para despegarle del asiento y guiarle hasta aquella habitación que no había visto en tantos años; como lo había logrado? Hasta para él era un crudo misterio.

Poco a poco ensamblo el traje sobre su cuerpo finalizando con aquella mascara que comenzaba a analizar sus componentes y otras cosillas de interés, coloco sus armas y tras algunos minutos decidió comenzar el día. Tomo su lugar sobre el Aerodeslizador y finalmente saliendo por la parte superior del lugar se puso en camino para participar de aquella reunión.

-.-.-

El aire parecía no tocarle mientras uno de sus pies aceleraba el vehículo aéreo dejando una estela detrás y un sonido muy característico, quizás solo tardo unos minutos o una hora de viaje desde su lugar de residencia eso ni él podía saberlo, al llegar a las coordenadas de detuvo sobre las instalaciones y luego bajo del aparato para tocar tierra; un hombre se le acerco para pedirle datos o papeles, los ojos detrás del visor se quedaron fijos sobre la figura del Agente. El observador extrajo los mismos y la notificación que le invitaba a participar de dicho encuentro a esa hora y en ese lugar, el guardia termino por revisar y le indico a donde ir, los pasos eran lentos como si estuviese readaptándose al traje, los años no venían solos y eso traía diferentes dolores.

Fuera de esas barracas un sujeto algo extraño fumaba un cigarrillo, al parecer no había llegado nadie aun, camino hasta ingresar en la sala observando a la mujer puesto que era la más… como decirlo… era similar a un cartel de las vegas que decía * Aquí!! Aquí!!*, Luego estaba el otro sujeto rubio con un aire a hombre de la selva y más atrás una Niña; -Menudo grupo de Super… - Pensó para sí buscando una de las paredes cercanas a la puerta.

Desde detrás de la máscara que llevaba puesta las palabras salieron – Colócate en posición y espera mas instrucciones – Declaro llevándose dos dedos hacia el oído derecho, luego su mirada detrás de aquellos cristales rojos les observo a cada uno de los presentes – Mi nombre es Observador y llevo más años que todos ustedes en este juego, así que si no saben… no estorben -

Apuré el cigarrillo y me arrimé a la ventana, sentándome en el alfeizar mirando hacia dentro.

- Apuesto a que te llaman así porque te gusta mirar eh, rey del sado- comenté, viendo que el recién llegado era un bocazas.- Además, ¿Que mierda sabes tu? ¿Como sabes que, no se, SuperWomanSecret, aquí presente, no lleva mil años haciendo esta gilipollez?- Añadí, mientras negaba con la cabeza y empezaba con parsimonia a liarme otro cigarrillo.- Espero que las putas horas de formación estén pagadas, porque esto es aburrido de cojones...

Cuando llego el tipo embutido en esa especie de traje de neopreno que daba cierto cangelo, la muchacha levantó levemente su vista de la pantalla de su movil. las palabras de aquel tipo demostraban experiencia y una mala aptitud hacia el trabajo en equipo.- menudos humos...-

Iba a volver a hundirse en su musica cuando  se percató del tipo  que estaba fumando.A simple vista le parecia uno de esos imbeciles que evitaba en el instituto. De esos que van de gallitos  y mejor no caerles mal. Cuando le escupió aquellas palabras al tipo del traje, en la mente de la muchacha ya había comenzado una pelea de egos, a ver quien la tiene mas larga, y ese tipo de cosas que los niñatos de su clase hacian en el recreo.

Pero el tio del traje no parecia  ir de farol..- ostia que mal rollo, ahora esta claro, me he equivocado de sala...-

Se dedicó a encojerse es su pupitre y así evitar que  se percatasen de su presencia. En el ultimo caso, usaría aquello que sabia hacer mejor...

Bajó de la furgoneta negra sin identificación alguna mucho antes de llegar al cuartel y recorrió las manazas que le separaban de él a pie. La inmensa figura de Bastión contrastaba con la imagen decadente de aquellas calles como la noche lo hacía con el día. Mientras que todo aquello a lo que alcanzaba con la vista estaba cubierto de mugre, él iba impoluto. Mientras que a su alrededor solo había pobreza, él iba uniformado con una brillante armadura de escamas dorada. Estaba completamente fuera de lugar aunque por lo menos la sobrevesta roja evitaba que pareciera una estatua andante.

Tomo la decisión de viajar hasta allí en cuanto tuviera tiempo libre para estudiar bien la situación desde la posición de su alter ego. Como Bastión podría limpiar las calles de delincuencia, pero como el empresario que era podría abrir programas de reinserción o bancos de alimentos para los vecinos mas afectados. Quizá incluso una clínica o un centro de desintoxicación. Fuera como fuera, algo tenía que hacer. Porque podía. Y porque quería.

Con todos esos planes en mente llegó hasta la puerta de la comisaría dónde fue recibido por un correcto agente que le pidió una documentación que Bastión no llevaba con él. Le explicó extensamente quién era, por qué estaba allí y le hizo entender su situación. Si iba enmascarado no era por estética o vicio. Era por necesidad. Porque tenía personas que proteger. Personas que estarían en peligro si su identidad se llegara a conocer. Tras unas llamadas y un par de comprobaciones, finalmente le franqueó el paso. Y aquello estaba bien. Policías cumpliendo con su trabajo, no había nada mejor que eso por lo que sentirse orgulloso.

Recorrió las instalaciones siguiendo a otro agente, llevando extremo cuidado de no romper o tirar nada a su paso. Con sus mas de dos metros diez, lo abultado de la armadura, el inmenso escudo que llevaba y la maza dorada que colgaba de su cinto era imposible moverse con gracilidad. Agradeció que hiciera un rodeo a través de los patios ajardinados aunque se llenara las botas de barro al hundirse en la tierra. Tras él iba dejando un rastro perfectamente reconocible de pisadas del cincuenta.

Por fin llegó hasta el aula de enseñanza en la que ya estaban todos reunidos. Se agachó para entrar y repasó a los presentes con la mirada antes de saludar. Solo uno de ellos iba uniformado, los demás, en ropa de calle. Se guardó para si mismo ss impresiones sobre el grupo, aunque por un momento se sintió realmente viejo.

- Buenas a todos. Soy Bastión, un placer - Saludó con voz profunda*, alzando una enorme manaza enguantada y esbozando una cálida sonrisa bajo el poblado mostacho pelirrojo que asomaba de su casco. Sin saber dónde colocarse, pues estaba claro que los pupitres no podrían acomodar su hercúlea figura, se quedó al fondo de brazos cruzados.

La puerta del aula se abre y aparece un hombre mayor, delgado, que oculta las arrugas de su vista cansada tras unas gafas graduadas. Su pelo es completamente blanco, como la camisa que acompaña a su traje gris. Pero lo que más llama vuestra atención es el bastón de madera oscura en el que se apoya en sustitución de la pierna derecha, lesionada o lisiada. Con su evidente cojera pasa a vuestro lado sin prestaros una especial atención, hasta llegar a la mesa principal y tomar asiento pesadamente. Entonces entrecruza los dedos de las manos sobre la mesa.

Observador, es un placer contar con tu inestimable experiencia. Espero de ti que seas un ejemplo para los más jóvenes. -La mirada que cruza con Observador y Chafakra provoca una súbita reacción de vergüenza en ambos- Bien, me presentaré. Mi nombre es Juan Pedro Lázaro, enlace gubernamental con el Departamento de Asuntos Metahumanos del Departamento de Interior. Fui precursor y creador del primer grupo de superhéroes gubernamental del estado español, Iberia Inc, y ahora soy el encargado de organizar este. A su pregunta... ¿Chafakra? Por dios, cada día os ponéis nombres más difíciles... Bueno, las horas de formación son pagadas. De hecho, todo el desempeño de vuestro trabajo estará muy bien pagado, me atrevo a decir. Este no es un trabajo de ocho a tres, nadie va a contar vuestras horas ni vais a fichar. Se os pagará un buen sueldo por estar disponibles para cuando se os necesite, estar preparados para todo y dar el cien por cien en momentos de crisis. El resto del tiempo podeis dedicaros a lo que se os antoje. Hasta aquí... ¿Preguntas?

- Es la abreviatura de Chafakraneos- explico, sin bajar del alfeizar.- Y si tengo una pregunta, ¿En Iberia INC tenian un cuartel general o algo así? Espero que no sea esto, porque hasta ahora tiene bastante mala pinta.

Juan Pedro sonríe, una sonrisa paternal y condescendiente. Parece difícil que este tipo caiga mal, es como esa persona que, nada más concerla, imprime un aura de confianza, como si en realidad fuera un viejo amigo.

Por supuesto, Iberia Inc cuenta con una base de operaciones completa, moderna y automatizada. Se encuentra en Sevilla, oculta bajo el lago de la Isla de la Cartuja. La construimos alli aprovechando las obras de la Exposición Universal. Para vosotros se va a construir otra, aunque los detalles de localización y equipamiento aún son alto secreto. Mientras tanto, podreis ocupar temporalmente la base de Iberia Inc., aunque eso vaya a suponer algunos contratiempos que os detallaré más tarde.

Me encojo de hombros. Pues menuda mierda tener que ir hasta Sevilla, pero por lo que dice de la base antigua tiene pinta de ser un sitio "to guapo". Yo solo pido que tenga una tele tocha para poder enchufar la play...

Sabía que había visto a ese señor que peinaba canas en algún otro lado. Algo en su cabeza le  decía que ya se conocian. Apagó la musica de su movil y descolgó sus auriculares de sus oidos para escuchar con atención lo que ese  trajeado anciano   les comunicaba.

Estaba tremendamente confusa. -¿Iberia inc?¿ grupo?- nada de eso estaba en la escueta invitación. Se disponía a  levantar la mano par preguntar el porque de su presencia en este vario pinto grupo,cundo la socarrona  voz del fumador  que se hacia llamar chafakra ,sonó igual de soez como el había parecido al principio.

Sonrió cuando el anciano le respondió  en un tono tranquilo y pausado, como si aguardase una pregunta de ese estilo. Tragó saliva y levantó timidamente su mano derecha ,esperando su turno para preguntar.

- señor,¿pu..puedo preguntar que hago aqui?..y..yo no soy un..una super..lo que sea...- la voz de la muchacha de cabellos negros sono al fondo, muy debil como si  temiese  alzar su voz. Notó como sus mejillas se encendian  al tiempo que las miradas se clavaban sobre ella. Por su cabeza pasaban mil y una formas de escabullirse, pero ninguna ocurrió.

Juan Pedro parece sinceramente desconcertado ante la pregunta. Se ajusta las gafas tratando de recuperar la compostura y levanta nuevamente la mirada hacia la joven.

Bueno, te presentaste a las pruebas, si no recuerdo mal. Y sacaste una buena puntuación, suficiente para ser adjudicataria de una plaza en este equipo. Y no deberías ser tan modesta con eso de que no eres super... según los informes que manejo tienes cualidades que te hacen única, además de un historial que desearás dejar atrás.

La referencia al historial te pone nerviosa. Es como si conociera el estilo de vida que llevabas antes... Como si conociera tu verdadera situación actual.

Iba a responder o algo peor cuando el Tío de cabello cano ingreso en el salón, Observador pronto se puso firme ahora esquivando la mirada y bajando la cabeza en un gesto de saludo hacia el que pronto revelaría unas pocas cosas, quedo allí por algunos segundos tras las primeras palabras del sujeto – A si lo hare – Pronto respondió ante el pedido o quizás una burla oculta en la compasión.

Se mantuvo en silencio nuevamente mientras las preguntas salían de algunos de los presentes y las respuestas por igual, comprendía que esto de trabajar en equipo le costaría aun a su edad ser el mentor o ayudante de varios críos eso si le ponía en una posición de querer mandar todo a la mierda y volver a sus antiguas maneras; pero los tiempos cambian y quizás adaptarse a ellos sería lo mejor por el momento.

Toraño se quedó pensativo mientras escuchaba al resto presentarse. Habia de todo, aunque Toraño haria lo que fuera necesario para caer bien a todos, le gustaba. Acercandose a Enlace Toraño bajo la voz un poco

-No te preocupes pequeña, normalmente a la gente en las primeras citas se le va la fuerza por la boca, tienen que demostrar que son los mejores del lugar. Ademas si estas aqui seguro que vales mucho asi que animo vale? - guiñandola un ojo Toraño se dirigio ahora al hombre que habia entrado - trabajaremos unicamente nosotros juntos? No participaremos hombro con hombro con más superheroes?? - seguramente Toraño estaba pensando en las 4 feminas que protegian la naturaleza, quizas pudiera verlas...disfrutaba de su compañia, al menos de casi todas de ellas

Juan pedro se encoge de hombros ante la pregunta de Toraño.

Eso dependerá de las circunstancias. Vosotros trabajaréis para el Gobierno Español, el ordenamiento jurídico constitucional y, excepcionalmente, los intereses nacionales en el extranjero. Como este proyecto está apoyado con capital privado, tenemos un convenio de colaboración con varias entidades empresariales que podrían solicitar nuestra ayuda. Si en el transcurso de cualquiera de esas operaciones vuestros intereses coincide con los de otros meta humanos, podéis considerarlos como aliados. Ahora bien, si la pregunta es si hay algún tipo de colaboración permanente con empresas como Superhéroes Inc u otros grupos... la respuesta es no. Salvo con Iberia Inc, cuando... sí, cuando aparezcan.