Partida Rol por web

Tabin no pudo evitar soltar una exclamación de incredulidad cuando las dos flechas fallaron. ¡Maldita sea, Ulfe! Todo el plan a la basura. Aquello sólo hizo aumentar el enfado de la semielfa hacia el humano, aunque supiera que no había sido culpa suya. Pero ahora tenían que entrar en combate abierto y podrían dar la alarma.

Habiendo desenvainado previamente las espadas cortas, Tabin buscó un acercamiento hacia los mercenarios para trabarse en cuerpo a cuerpo. Podía llegar a ellos más rápido que el resto, pero tuvo la precaución de avanzar sólo hasta donde el enano y el paladín pudieran. No quería enfrentarse a cuatro ella sola.

Kayle había aprovechado para amartillar la ballesta mientras Ulfe preparaba sus flechas, cuando el bárbaro disparó, se quedó un instante congelada siguiendo la trayectoria del proyectil y cuando éste erró el blanco parpadeó con una ceja más alta que otra en un genuino (y cómico) gesto de extrañeza.

—Ya.

Le salió aquello del alma aunque no con malicia; entre que estaba segura de que Ulfe acertaría y la vehemencia con la que el bárbaro había dicho lo de "enviar al mago al infierno" el resultado se le antojaba surrealista.

"Bueno, un plan nunca sobrevive al contacto con el enemigo".

Tras apañárselas para encogerse de hombros mentalmente, suspiró. ¡La ponía más nerviosa Nanthleene con su negativo tremendismo que los propios mercenarios! Por suelte la elfa tuvo éxito lanzando su hechizo. Kayle echó a correr detrás de sus compañeros blindados.

Fue a detenerse un instante para apuntar con la ballesta y disparar pero de alguna forma incomprensible no vio una grieta en el terreno y tropezó. Trastabilló un par de zancadas y no llegó a caerse pero perdió por completo el disparo.

La maga gruñó dirigiéndole un ceño acusador a la grieta en el suelo como si estuviese regañándola mentalmente o algo así y rápidamente volvió a centrarse en el combate mientras pensaba que ahora igual sí que tendrían que verse obligados a utilizar el conjuro de silencio...

Anda que empezamos bien el combate con las tiraditas...

Kayle se mueve a B4.

La batalla era así, a veces los planes salían bien y a veces no... las flechas de ulfe fallaron, pero el divino Corellón prestó su ayuda.

-¡Los dioses del bien están con nosotros! ¡Vamos Glimgmar!.-Y se dispuso a correr hacia los mercenarios...

 - ¡Nuestra victorria serrá parra ellos, Ánder! ¡¡Por Morradin!

 Y no mentía, rescatarrían a aquellas pequeñas criaturras de las fauces de los viles y de sus crueles garras. El corazón le dio un vuelco al observar a Nanthleene y no pudo evitar dedicarle unas precipitadas palabras de consuelo enano:

 - ¿¡Perdidos!? ¡¡Jah!! ¡Ánder y Glimgmar se encargarrán! - había devoción en aquellas palabras.

 Una mirada furtiva a Ulfe denotó un brillo de esperranza, agradecía, por un lado, que hubiese fallado. Así podría dar cuenta de aquel mago él mismo, con su hacha. Matar a alguien a distancia erra sorpresivo, util...si, perro no erra honorrable...quizás no lo merrecierran, perro Glimgmar les darría una lucha digna y o el mago y los mercenarrios caían o Glimgmar lo harría.

 ¡ Ahhhh! ¡Perro no se lo pondré nada fácil! ¡No señor!

 - ¡Permaneced unidos! ¡golpead hasta arrebatarles la vida, o hasta que rindan sus armas! ¡Que Morradin nos de Glorria en el combate!

 rezaba advirtiendo de su llegada, quizás así los mercenarios se fijasen en él y Tabin podría acercarse sin ser vista. Corría como una roca rodando colina abajo...aunque lo cierto es que iba mucho más lento. Erra más efectivo en las distancias cortas.

 Golpeó su escudo con el hacha, reclamando la atención de los mercenarios, erra una estrategia intimidatorria, mucho ruido podría hacerles creer que erran muchos y bien dispuestos además de bien armados, así, Glimgmar pondría a prueba sus corrazones.

 ¿Os pagarrán lo suficiente?

 Pensaba sarcásticamente enano.

 Sus palabras trataban de hacer brotar el fulgor de la batalla en los corazones de sus compañeros, gracias a su lentitud pero paso seguro, comprobó como Kayle perdía el paso...pero no hubo reproche, sólo ensalzamiento del grupo. ¡Aquello funcionarría! ¡Lo harría!

 - ¡Carrgaaad!

—¿Pero qué demonios...?

Los mercenarios desenvainaron sus desenvainaron sus espadas y alzaron sus escudos, preparándose para el enfrentamiento inevitable.

—Protege al mago —le dijo uno al otro—, o nos arrancará la piel a tiras.

El aludido gruñó e hizo lo propio, colocándose frente al mago con el escudo alzado. El que había hablado retrocedió un paso, aprestó su escudo y se colocó delante de sus compañeros que amartillaban las ballestas, listo para protegerlos pero sin molestar su línea de tiro.

Los Mercenario By D se colocan totalmente a la defensiva, ganando un bono de +4 de esquiva a la CA.

Serlorn Druir seguía convertido en una estatua inmóvil: rígido e incapaz de moverse.

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INICIATIVAS
1. Mercenarios B y D (totalmente a la defensiva)
2. Serlorn Druir (paralizado e indefenso)
3. Kayle
4. Ánder
5. Nanthleene
6. Mercenarios A y C
7. Tabin
8. Ulfe
9. Payne
10. Glimgmar

Turno de Kayle y Ánder

Kayle esbozó una pequeña sonrisa traviesa al ver que los mercenarios se ponían tan... juntitos. Se le había ocurrido una idea que quizá fuese algo arriesgada pero podía funcionar. No obstante, en cuanto se percató de que amartillaban las ballestas ya no le hizo tanta gracia.

—¡Nantheene!

Agitó una mano en el aire para llamar la atención de la elfa, luego señaló con urgencia al grupo de mercenarios y se llevó un dedo a los labios como quien pide silencio. En cuanto se cercioró de que había captado su mensaje, giró sobre los talones y salió disparada como una racha de huracán hacia donde se encontraban Glimgmar, Tabin y Ánder.

—¿Te importa que aproveche la cobertura de ese escudo tuyo durante unos metros?—dijo al enano con una sonrisita inocente mientras corría a su espalda. Entonces guiñó un ojo y añadió a modo de explicación críptica:—. Voy a hacer que os reciban "bailando".

Si les disparaban tendría que agazaparse porque ella era más alta que Glimgmar pero eso evidentemente le daba lo mismo. Lo que necesitaba era estar lo suficientemente cerca para intentar poner en marcha la idea que se le había ocurrido.

Kayle se mueve a A10

-¡Ballesteros! ¡Estáis violando las leyes de Nesmé! Reteniendo ciudadanos secuestrados y conspirando junto a dragones malignos. ¡Arrojad las armas y afrontad un juicio justo!

Ander continuó avanzando, su enorme arma en las manos, sin importarle las posibles flechas de los mercenarios.

Nanthleene sollozó al darse cuenta de que el desenlace del combate bien podría depender de sus conjuros. Elevó una nueva plegaria a Corellon con la voz temblorosa de los nervios. Uno de los mercenarios le fue a contestar algo a Ánder, pero sus labios se movieron sin producir sonido alguno. El conjuro de la elfa dorada había funcionado.

Los mercenarios amartillaron sus ballestas, haciendo girar los tornos sin producir sonido alguno. Ambos apuntaron a Ánder, que era a quien tenían más a tiro. Sendos proyectiles surcaron el aire como dos avispas furiosas, y rebotaron contra la armadura del paladín sin causarle ningún daño.

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La zona afectada por el silencio está sombreada. Os recuerdo que si entráis en ese área no podréis hacer ningún sonido sin posibilidad de TS alguna. Esto incluye hablar con vuestros compañeros o lanzar conjuros con componente verbal.

INICIATIVAS
1. Mercenarios B y D (totalmente a la defensiva, silenciados)
2. Serlorn Druir (paralizado, indefenso y silenciado)
3. Kayle
4. Ánder
5. Nanthleene 
6. Mercenarios A y C (silenciados)
7. Tabin
8. Ulfe
9. Payne
10. Glimgmar

TURNO DE TABIN

La semielfa sonrió, contenta de que algo les saliera bien al fin. Sin sonido, la lucha y la alarma quedarían amortiguadas y aún podrían entrar en el templo sin llamar la atención.

Con las espadas apuntando hacia atrás para moverse más ágilmente, Tabin adelantó a Ánder y se colocó ante sus enemigos, preparada para contraatacar al primer movimiento.

Ulfe torció levemente el gesto cuando uno de los mercenarios se interpuso en su línea de tiro. Intentó buscar algún resquicio para acertar al mago tal y como habían planeado, pero los dos proyectiles acabaron clavándose en el escudo del guerrero.

Payne avanzó cautelosamente por el campo de batalla, ligeramente agazapada y tratando de no ofrecer un blanco tentador para los ballesteros.

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INICIATIVAS
1. Mercenarios B y D (totalmente a la defensiva, silenciados)
2. Serlorn Druir (paralizado, indefenso y silenciado)
3. Kayle
4. Ánder
5. Nanthleene
6. Mercenarios A y C (silenciados)
7. Tabin
8. Ulfe
9. Payne (totalmente a la defensiva)
10. Glimgmar

TURNO DE GLIMGMAR

 ¿Qué clase de combatiente erres? Se preguntó sobre Kayle, preguntar aquello en medio de una carga...sólo le hacía sentirse lento, más lento que los demás, y en parte erra cierto.

 ¡Esperrad ahí! ¡Yo también quierro golpearles!

 Glimgmar no llevó la vista atrás, sino que observaba en frente con la disposición de llegar cuanto antes a la verdadera batalla. Sabía que generalmente había que correr, su idea de la infiltración bien habría servido para acercarse más y golpear desde cerca ¡quizás realizar un duelo que decidiese todo, un duelo honorrable! Perro poco podían hacer con brrujos que servían a otros brrujos...aunque Glimgmar pensaba lo mismo, por extensión de las loviarritas y sus mercenarios como de su propio grupo.

 - ¡AhhjaJAJAJAH! ¡Goza de la prrotección de un hijo de Morradin!

 ¡Que las flechas choquen contra mi escudo y correen el himno de nuestrra victorria!

 Lo que en lengua común podía traducirse por un: ¡Clarro que sí!

 - ¡Dejad algo parra mi!

 Insistió completamente sumido en el fulgor de la batalla, pocos razonamientos tenían cabida en aquel momento en la cabeza del enano que corría todo cuanto le permitían sus piernas y el peso de su armadurra, liviana, en cualquier caso, parra él.

 Alzó el escudo en un posición apropiada, aunque no perdía la vista del frente, verría venir las flechas...a pesar de que ante su impotencia, Ánder era objetivo de los intentos por dañarle de aquellos mercenarios.

 Protegerría a Kayle, los protegerría a todos.

 - ¡Ocupaos del mercenarrio que protege al mago! ¡Yo darré cuenta de los demás! - Propuso, aunque aún los veía lejos.

 Ya falta poco, ya falta poco.

 No le importaba cubrir con su escudo la posición de Payne, erran un grupo de guerrerros, de aventurreros...les guiaba un único propósito, un buen propósito...incluso a aquellas brrujas.

El ataque que esperaba Tabin no tardó mucho en llegar: el mercenario le descargó un espadazo tan pronto como la vio llegar. Tabin detuvo el golpe con su espada corta, pero la potencia del golpe le dobló la muñeca.

El mercenario que protegía al mago observaba la escena con nerviosismo, pero no se movió de su posición.

Tabin recibe 3 puntos de daño.

Entonces pasó lo peor que podía pasar: el mago se sobrepuso al encantamiento de Nanthleene y recuperó la movilidad. Al principio con movimientos torpes, pero cada vez con más fluidez.

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INICIATIVAS
1. Mercenarios B y D (el D está totalmente a la defensiva; B y D silenciados)
2. Serlorn Druir (silenciado)
3. Kayle
4. Ánder
5. Nanthleene
6. Mercenarios A y C (silenciados)
7. Tabin
8. Ulfe
9. Payne (totalmente a la defensiva)
10. Glimgmar

TURNO DE KAYLE

—¡Perfecto! ¡Así se hace!

Kayle tenía que admitir que le daba pena ver a la elfa tan angustiada pero aquél no era el momento de acercarse a darle unas palmaditas de consuelo así que trató de calmarla un poco así.

Estuvo apunto de echarse a reír con el entusiasmo del Glimgmar; el enano convertía la tensión de una carga mortífera en el alborozo de una celebración. Aunque tenia la sospecha de que para él no había mucha diferencia entre ambas cosas... pero lo cierto es que tal torrente de optimismo era de agradecer.

Corrió tras él pero cuando atisbó por el rabillo del ojo que el otro mago comenzaba a moverse, gruñó algo en aurano. ¡Maldito fuera!

Ahora tenía que hacer dos cosas, y tenía que hacerlas muy rápido. Mientras amartillaba de nuevo la ballesta desviándose a buscar una nueva cobertura (y espacio) rogó a Mystra tener suerte y que le salieran bien.

Kayle se mueve a v12

-Allá vamos.-dijo Ánder en cuanto estuvieron al alcance. Tabin ya se había lanzado y había recibido un pequeño golpe. Y aunque a Ánder le parecía que el mago era el más peligroso y debían hacer algo para neutralizarlo, no podía ¡no podía! dejar a la joven expuesta.

Así que avanzó sin más consejos, sin un ¡Flanquead! o ¡Concentrar los ataques! que hubiera sido lo propio. Se introdujo en la zona silenciada y golpeó con fuerza al mercenario que tenía enfrente.

Era curioso como su espada golpeaba, reventaba la armadura y hacía que la sangre volara... todo en completo silencio.

El mandoble de Ánder atravesó la fina camisola de mallas del mercenario como si fuera seda y se abrió camino a través de piel, carne y hueso hasta casi cercenarlo por la mitad. El paladín recibió una lluvia de sangre y vísceras, en medio de un silencio surrealista.

La sacerdotisa de Corellon, por su parte, extrajo una flecha de su aljaba. La encajó en el arco, buscó un hueco y disparó. La flecha silbó por el aire y acertó en el hombro del mago. A juzgar por sus aspavientos debía estar aullando de dolor, pero no produjo sonido alguno.

Los ballesteros dejaron caer sus armas para desenvainar sendas espadas cortas. Maldecían a Ánder por haber acabado con su compañero, pero el sortilegio de Nanthleene amortiguó sus insultos. Se arrojaron sobre el paladín, rodeándolo. Uno de ellos consiguió abrir un hueco en su guardia y clavarle la espada corta por entre las junturas de la armadura.

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Ánder ha matado al mercenario D; recibe 6 puntos de daño.

INICIATIVAS
1. Mercenario B (silenciado)
2. Serlorn Druir (silenciado)
3. Kayle
4. Ánder (silenciado)
5. Nanthleene
6. Mercenarios A y C (silenciados)
7. Tabin
8. Ulfe
9. Payne (totalmente a la defensiva)
10. Glimgmar

TURNO DE TABIN