Partida Rol por web

Draconis Ignis

CODEX - Fabulae Et Historiae

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05/08/2019, 18:06
Magister

Desde principios de siglo, las hostilidades entre la Corona de Aragón y el Reino de Castilla comenzaron a incrementarse por rencillas que se remontaban a décadas atrás. La constante disputa por la pertenencia del Reino de Murcia y las ambiciones personales de los respectivos reyes y sus súbditos llevaron al inicio de la guerra en 1356. Por entonces gobernarían Pedro I en Castilla y Pere IV en Aragón, dando nombre al conflicto. Aunque la guerra estaba formalmente declarada, ambos reinos se encontraban en un momento de desgaste debido a otros enfrentamientos, hambrunas y la propagación de la Peste Negra, teniendo una gran dificultad a la hora de realizar levas y financiar sus ejércitos. Por ello optaron por recurrir a sus aliados para reforzar sus frentes: Pere IV recurriría a Enrique de Trastámara, hermano bastardo del rey de Castilla, y sus tropas exiliadas en Francia, mientras que Pedro I se reforzaría aliándose con Inglaterra, Portugal, Granada y rebeldes valencianos.

Las fuerzas estaban muy desequilibradas y pronto Castilla comenzó a avanzar por el territorio aragonés, conquistando numerosos pueblos y castillos. Para frenar esta situación, Pere IV pidió una tregua que daría comienzo en 1361, un año antes del comienzo de la historia.

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26/08/2019, 20:09
Magister

Paralelamente a la guerra con la Corona de Aragón, la casa real castellana libraba su propio conflicto interno. Alfonso XI tenía un claro heredero, Pedro I, pero también tuvo diez hijos ilegítimos a los que colmó de privilegios. Uno de ellos, Enrique de Trastámara, se convertiría en el más importante de ellos al conseguir el condado de Trastámara y otros numerosos títulos y propiedades por el noroeste de la península.

Tras la muerte del Rey Alfonso XI y el coronamiento de Pedro I, sus hermanos bastardos huyeron temiendo una criba. Estos protagonizaron una serie de rebeliones a lo largo del reino, y el nuevo rey tomó represalias, capturando y ejecutando a Leonor de Guzmán, amante de su padre y madre de los bastardos. Este conflicto provocaría un clima de inestabilidad en el reino, y al entrar en guerra Castilla con la Corona de Aragón, Enrique de Trastámara se uniría a las fuerzas de Pere IV.

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02/09/2019, 01:33
Magister

El término de Sacre se encontraba en el linde de la Corona de Aragón al comienzo de la Guerra de los dos Pedros. Era un antiguo territorio encerrado entre bosques y montañas ocupado desde antes de la conquista romana, no siendo más que una humilde aldea. Su historia se pierde hasta el periodo de Al-Ándalus, donde se reformaron las antiguas estructuras y se plantaron grandes campos de cultivo para su explotación agraria. Tras la conquista de Jaume I el territorio pasó a manos de los barones de Lliçana, quienes han gobernado en Sacre durante cien años. 

Las gentes de Sacre han estado viviendo ajenas a los conflictos del exterior durante años, pero durante la Guerra de los dos Pedros las tropas de Pedro el Cruel asaltaron el territorio y derrotaron a los barones de Lliçana en combate. Al firmarse la tregua, el término de Sacre pasó a ser territorio castellano, y concretamente pasó a ser posesión del Conde Onofre de Munter, quién se ha trasladado a vivir al castillo y ha traído unos cuantos colonos consigo.

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19/04/2022, 17:23
Magister

En la versión ampliada de Historia de regibus Gothorum, Vandalorum et Suevorum, el arzobispo San Isidoro de Sevilla relató con sus propios ojos como fue testigo de un milagro. Al parecer, una temible criatura llevaba siglos aterrorizando a aquellos desdichados que se atrevían a adentrarse en las montañas en las que tenía su guarida. Poco a poco, esta bestia comenzó a atacar con más frecuencia el Regnum gothorum, acabando con la vida de cientos de valientes guerreros. Finalmente, el rey Leovigildo, a su regreso de las campañas en el reino Suevo y en Sierra Morena, decidió ponerle fin él mismo.

Guiado por el arcángel Miguel, el rey hizo frente a la terrible bestia en las desoladas montañas en las que habitaba. Allí mantuvo un largo combate que duró al menos un día, y fue justo al amanecer cuando logró abatir al dragón. El arcángel, para asegurarse de que estaba muerto lo atravesó con su lanza, dejándolo clavado en la tierra.

Tras la muerte de Leovigildo, este fue enterrado sobre la tumba del dragón para mostrar su superioridad sobre el mundo de las bestias que habían amenazado la paz del reino.