Partida Rol por web

En cuanto la atención recayó sobre ella, Lynn dejó de juguetear tirándole de los mofletes a Gabrielle y la agarró repentinamente por los hombros, como si se "escondiera" detrás de ella.

—¡No!—tartamudeó—. Digo, ehhh... no pero sí.

Astucia canturreó divertido:

«Ya estamos otra vez negando lo evidente... »

Leliana se echó a reír.

—¡Qué vehemencia!—dijo tratando de quitarle unos cuantos nervios de encima—. ¿Sí o no?

Lynn sonrió con timidez.

—Lo que pasa es que soy novata—explicó—. No merezco aún ese título...

—Tonterías—Leliana sonrió sacudiendo una mano—. Un título no determina lo que eres; si vas a encantar runas para ayudar a la capilla, entonces eres encantadora. Da igual que sean las primeras, ¡son runas!

Lynn parecía contenta con el hecho de que una heroína nacional le dijera algo como eso porque no replicó. Se había puesto colorada y todo. Leliana volvió a responder a Gabrielle.

—Qué curioso, parece que últimamente todos los magos estuvierais buscándoos unos a otros; ella me preguntó por un mago también, un tal Cale, o Colan, o algo así... no sé quién es. Desde luego no un oriundo de Lothering—recordó—. En cuanto a lo de la taberna, yo estaba fuera cuando ocurrió así que no sé a santo de qué vino el altercado. Sólo sé que un rato después de que ella entrase dentro, empezó a escucharse el barullo, duró poco y en determinado momento la vi salir a toda prisa. Por una ventana. Aunque igual no fue cosa de ella y simplemente se vio envuelta en el lío como les pasó al resto de parroquianos.

Se encogió de hombros.

—El otro mago que vi... bueno, no era un mago, era un Tranquilo. Aunque ese no me preguntó nada.

 Resultaba sospechoso. La sospecha era una herramienta de la cautela y de la curiosidad, la duda era un instrumento poderoso para desatar grilletes, incluso aquellos que no se muestran, invisibles ahogando las muñecas y el cuello de una persona. A Dreren no le bastaban dos casos para establecer una regla. Aquello no seguía ningún método claro de estudio, era más como una suposición...lo que no muy tarde le llevó a pensar que se trataba de un vicio en su forma de expresarse que trataba de resultar cómica a pesar de que el asunto no estaba carente de seriedad.

 - Cole. - ayudó el mago - Buscaba a Cole.

 Se trata de un aprendiz del círculo que debería estar en Lothering, o haber estado aquí, junto con su maestro. Era cercano a la maga de la que hablamos, es posible que esté buscando ayuda.

 Tiene recursos como para costearse algo de alimento, o los tenía el día que permaneció en Lothering, ahora es posible que lo tenga algo más dificil. - Se refería a Ayla, porque era evidente que había comprado runas al tranquilo dado su testimonio, es decir, que mientras estuvo en la posada, tenía suficiente dinero. No tener la capacidad de pagar no resultaba entonces un motivo claro para que hubiese alboroto...

 Aún así, Leliana había presentado una pista crucial para entender mejor los movimientos de la maga pelirroja, debían preguntarle al tabernero.

 - Es muy loable por tu parte que hayas decidido venir a ayudar.

 Lo cierto es que si no tuviese asuntos más apremiantes, no me importaría permanecer aquí durante el tiempo que hiciese falta para ayudar a solucionar el estado de la villa.

—¿Cole?—Lynn pareció inquieta—. ¿Por qué iba a buscar a Cole si está con su maestro? Ella es... es decir, sería "contraproducente" para ella toparse con un Encantador Superior, ¿no? Ya me entiendes...

Leliana pareció concluir algo.

—Oh... ya entiendo. Vaya—sonrió entonces con la misma expresión de cuando le había sonreído al chiquillo—. Os deseo entonces toda la suerte del mundo encontrando a esa chica.

Recogió de nuevo su laúd y se lo colgó al hombro.

—Yo debería volver a la capilla. Si queréis cualquier cosa, allí estoy—dijo, luego miró a Gabrielle—. ¡Ah! ¡Y cuando vuelvas al Círculo, dale un abrazo a Wynne de mi parte! Prometo que le escribiré pronto, ella siempre tan constante con las cartas y yo tan desastre...

Si no teníais nada más que decirle, se pondría en marcha hacia la capilla.

—Yo se lo daré —respondió a Leliana. Pensó durante unos momentos y al final se decidió a preguntarle a la bardo con los ojos brillantes: —. ¿Cómo es la Urna de las Cenizas Sagradas? ¿Qué se siente al estar allí?

Leliana arqueó las cejas con la pregunta, luego pareció inexplicablemente agradecida de ella.

—Ya me parecía raro a mí que Wynne no le hubiese hablado a su aprendiz del mejor momento de su vida—dijo. luego pareció tomarse unos segundos para responder—. Es... bueno, indescriptible. No es más que una pequeña urna de mármol blanco, sin adornos ostentosos, ni florituras; y sin embargo tú te sientes todavía más pequeña.

Se encogió de hombros sin perder la sonrisa.

—La primera vez que pisé aquella sala me sentí como la persona más afortunada del mundo; estaba pisando unas baldosas y respirando un aire centenarios, no me sentía digna de aquello pero había algo más... una sensación que no se parecía a ninguna de las otras sensaciones que haya sentido en toda mi vida, una sensación maravillosa que emanaba de todo el lugar. La única forma de saberlo es estar allí: describirlo es imposible.

Los labios de Gabby se curvaron en una sonrisa emocionada.

—Me gustaría ir allí en peregrinación, algún día —dijo Gabby—. Gracias a vosotros es posible. ¡Adiós Leliana! Encantada de conocerte.

  Dreren observó distanciado la información que revelaba Gabrielle sobre sí misma consciente o no al hacer ciertas preguntas. Podían ser metas establecidas únicamente por el contacto con su maestra. Me sonaba...en realidad, resultaba terriblemente familiar. La meta de Terria o lo que ella esperaba de mi, se había convertido, en efecto, en lo que había marcado mis deseos.

 Como si eso fuera a cambiar algo.

 Reemplazar una enfermedad...por otra.

  Tuve la sensación de que no sería la última vez que viesemos a aquella mujer tan entregada a la ayuda que tanto necesitaba Lothering. Y no pude evitar imaginarme a Balaena hablando con Leliana como una imagen que se antojaba curiosa y no tanto cómica en mi cabeza.

 Me despedí con cordialidad y también con exigida discrección, apenas inclinandome para hacerlo. Me mostré agradecido por su contribución. Después busqué la taberna con mis propios ojos y evitando obviar cual debería ser nuestro destino, compartí lo poco que podría decirse que sabía sobre la situación en la que nos encontrabamos:

 - Cole estaba bastante unido a Ayla. - miró a Lynn, pues era más un recordatorio que una nueva noticia. - no creo que considere un gran problema a su maestro.

 Entrelíneas Dreren confirmaba lo que pensaba: Cole sería capaz de abandonar a su maestro, o incluso ocultarle información sobre ella.

 Aunque quizás, no conociese tan bien a Cole como pensaba...

 - ¿Recuerdas su nombre? - Añadió interesandose por el maestro de Cole, emprendiendo el camino como si Leliana no hubiese interrumpido sus pasos.

Lynn se mordió la uña del pulgar mientras reanudabais la marcha hacia la taberna.

—Sí, pero... —dudó al parecer por el mensaje entre líneas de Dreren—. No deja de ser un Encantador Superior. Es una locura pretender engañarlo si Ayla está... bueno, a estas alturas la verdad es que ya no sé qué pensar.

Frunció suavemente el ceño ante la pregunta, buscando algún dato en su memoria.

—Wallan... Walgan... ¡Ay!—chasqueó los dedos con impaciencia—. ¡Wallace! Eso. Ese es el nombre de su maestro, el Encantador Superior Wallace.

 Wish dio unos pasitos con sus delicadas ancas sobre el cuello y el hombro de Lynn, justo bajo su coleta. Su tacto siempre era frío, sin embargo normalmente no era nada húmedo. Era fácil sentir los extremos de las ancas únicamente, como un cosquilleo leve, casi como un escalofrío.

 Se preparaba para hablar, es así como aclaraba su voz, algo áspera pero siempre tratando de ser sincera:

 - Es posible que encontrase una forma de avisar a Cole sin advertir de su presencia al maestro Adrath.

 No debemos subestimar todo el tiempo que pasaron juntos. Es como si Dreren quisiera enviarle un mensaje a Lynn. - explicó para todos, pero quizás más con cortesía hacia Gabrielle - es posible que pudiese comunicarse con ella mediante alguna señal que cualquier otro pasaría inadvertida.

 En ese supuesto, el maestro no sería un problema y Ayla conseguiría de Cole lo que quiera que esté buscando.

 Wish cerró su ojo derecho y se acicaló con el anca con cierta parsimonia.

 - Puede que sólo quiera saber si la están siguiendo y a quien ha enviado el círculo. Si realmente se libró de su filactería, o cualquier otra información que pueda ayudarla a mantenerse al margen el tiempo suficiente.

 Parecía que Wish daba por hecho que después de cierto tiempo, dejarían de buscar a un "mago perdido".

Leliana se rascó la barbilla.

—¡Oh! ¿Tú eres el hermano de la discípula de Wynne?—dijo—. Vaya, Lothering es un pañuelo.

Rió un poco entre dientes.

—No necesito que me paguen para hacer feliz a la gente—dijo—. Tocaré lo que quieras aunque antes debo atender unos asuntos en la capilla; la Madre Algenara está hasta arriba de cosas y no quiero dejar que las haga todas ella sola.

Señaló con un pulgar hacia atrás, a la propia capilla, como para ilustrar aquello. Luego volvió a bajar el brazo.

—Después de la hora de comer volveré aquí al pozo, puedes pedirme la canción que quieras entonces—respondió—. Pero a cambio quiero que borres esa cara tan larga, serah Derek.

Sonrió.

No se había enfrentando nunca a un adversario al que el acero no pudiera herir. Era un hombre sencillo acostumbrado a una vida sencilla con problemas mundanos. Se había enfrentado a la escoria en forma de la Ruina, pero por muy engendro que fueran una buena puñalada acababa con sus miserables vidas. Ahora tenía que poner el descanso de un amigo en manos de algo que no entendía.

- ¿Por qué siempre la magia parece ser la única solución? No dejaré a un amigo atrás, sea mortal o demonio a lo que me tenga que enfrentar.

Gracias por su tiempo hermana, le ha dado esperanza a alguien que la necesita. -

La Hermana Clarice asintió y entrelazó las manos a la espalda modestamente.

—Me... Me alegro, Serah—respondió algo confundida al parecer porque no terminaba de entender a qué te referías, pero sonaba sincera—. De nada.

No respondió a la pregunta sobre la magia ya que era retórica, todo el mundo sabía que sólo los magos pueden permanecer conscientes en el Velo a voluntad. Aquello y su poder nato les había convertido por tanto en el objetivo de los demonios desde tiempos inmemoriales y era lógico que fueran quienes mejor supieran cómo lidiar con ellos.

Tú dirás qué haces ahora, o si regresas ya a la taberna (coméntamelo en el offtopic)

Gabby parecía abstraída, más pensando en sus cosas que en lo que tenían entre manos.

—Quizá Cole aún ande por aquí. El Tranquilo nos dijo que viajaba sola.

Gabrielle: 300 PX

Dreren: 300 PX y 1 PM

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