Partida Rol por web

—Allure se ha dedicado a saltar en todos los montones de nieve que ha encontrado —dijo Gabrielle. Lo cierto es que el detalle era muy mono—. Estábamos diciéndole que se estaba retrasando.

Le guiñó el ojo al demonio que no se sentía como tal.

Ayla suspiró y se sentó pesadamente en algo que debió ser un trozo de la cara de una estatua en su día. Apenas distinguías un ojo y media nariz. Dejó ir un suspiro de alivio al hacerlo.

—Quieres unirte a los Guardas, ¿verdad?—soltó tras un instante de silencio mientras se cruzaba de brazos con expresión detectivesca.

Alexei frunció el ceño cuando vio la torre. Entendía perfectamente lo que decía Lynn por mucho que Ayla fuera más pragmática. La clérigo tenía razón. Si el teyrn Logahin se hubiera comportado como debiera en lugar de dejarse llevar por la codicia, muchas vidas se habrían salvado y mucho sufrimiento se hubiera evitado.

—¿Que habrá encontrado?—preguntó entre dientes con un deje de sorpresa.

Pero antes de tener una respuesta Ayla le hizo LA pregunta. Al joven guerrero le sorprendió pues era algo que nunca había compartido con nadie. ¿Cómo se había dado cuenta?

Idiota, ¿no has visto como te has puesto con el cáliz?

—Sí—le respondió honestamente sin motivos para negarlo—. Si salimos vivos de ésta claro.

—Es divertido—Allure se puso en jarras levantando la barbilla como si acabase de alegar la defensa más respetable e indiscutible del mundo—. Ya podía haber más "nieve" de esta en más sitios.

Allure: Amistad (+5)

—Descuida, adonde vamos te hartarás de nieve...

Lynn esbozó una sonrisa sesgada.

—Y yo que creía que Gabby había encontrado algún elemento histórico de nosequecosa y se había puesto a examinarlo—dijo—. De este sitio la verdad es que no me extrañaría. Ya sólo pasar por la sombra de eso me pone la piel de gallina...

Señaló la torre de Ishal que se alzaba silenciosa al final del puente.

—Vamos, Alexei y Ayla nos están esperando.

Seguisteis a la clériga recorriendo la mitad de puente que quedaba (en la que Allure encontró dos cúmulos más de nieve) y al final, a la sombra de la torre de Ishal, os encontrasteis a Alexei aguardándoos en pie y a Ayla que se había sentado a descansar sobre algo que debió ser un trozo de la cara de una estatua en su día. Apenas distinguías un ojo y media nariz de la misma.

Aunque en ese momento se bajó y se puso a caminar con cierto deje de impaciencia.

Ayla entornó un ojo pero no dijo nada al respecto. En lugar de ello, miró en dirección al puente y cambió a otro tema.

—No sé. Pero puedes preguntarles—dijo—. O podemos hacer una porra.

Se quedó un momento en silencio y repentinamente se bajó de la roca.

—Aunque estaría bien salir de aquí enseguida...

Ayla recordará eso.

Nada más llegar, Allure torció el gesto como si le hubiese llegado un aroma desagradable o algo así.

—Hay algo feo en este sitio...

—¿Podríamos darnos prisa y salir de aquí?—preguntó Ayla—. Es decir, no habéis encontrado nada, ¿no? Pues... ¡Oh, mierda!

Se apretó las palmas contra las sienes con un marcado gesto de molestia crispándole el rostro.

—Vámonos ya, por favor.

—¿Pasa algo? ¿A qué viene tanta pr... ?

Una explosión cortó a mitad la frase de Lynn. Explosión que tuvo lugar pocos pasos a la espalda de Ayla y lanzó a la apóstata contra vosotros haciéndola aterrizar de bruces, aunque la onda expansiva también hizo tropezar a Asthan que se cayó de espaldas e hizo trastabillar a la clériga.

Algo a medio camino entre el rugido de las llamas y el rugido de una bestia llenó el aire que repentinamente se había caldeado. La luz anaranjada lo invadió todo y una figura familiar apareció literalmente de ninguna parte en medio de una explosión de fuego y lúcilos que revolotearon en el aire como un enjambre de furiosas luciérnagas.

En principio creísteis que iba a atacaros pero no lo hizo, (lo cual ya era toda una anécdota tratándose de quien era) el demonio, que ahora se encontraba a unos pocos metros frente a vosotros, hizo de hecho todo lo contrario: clavó las afiladas garras incandescentes en el suelo provocando que la nieve se derritiera  a su alrededor y se aplanó contra éste en un gesto que se os antojó similar al de un animalillo molesto al que acabasen de castigar.

—¡OTRA VEZ VOSOTROS!—protestó—. ¡¿Por qué teneis que estar en todas partes?! ¡Sólo quiero que me deje en paz de una maldita vez! ¡Pero vosotros estáis en todas partes!

—¡Mira quien habla!—barbotó Ayla mientras escupía nieve, aún en el suelo

El demonio hizo un gesto de irritación curiosamente humano, cruzando los largos y desgarbados brazos sobre el pecho.

El detalle de atrezzo de si os caisteis o trastabillasteis o se os metió una hormiga gorda en el ojo con la explosión, lo dejo a vuestra discrección.

El hecho de que Asthan estuviera a punto de caer hizo trastabillar a Lynn quien, al estar a punto de caer, hizo trastabillar a Gabrielle quien, al estar a punto de caer, hizo trastabillar a Alexei.

Cuando todos se recuperaron del efecto dominó, Gabrielle quedó algo confundida por lo que acababa de decir Rhagos.

—Sólo el Hacedor tiene el don de la ubiquidad —respondió la maga—. ¿Qué es eso de que sólo quieres que te deje en paz? Explícate.

Una explosión y de pronto Alexei veía como todos sus compañeros se le echaban encima. Otra vez. Aunque al menos esta vez le vino de frente. Sin embargo el joven guerrero no tuvo tiempo de decir nada porque cuando vio el fulgor rojo y la ardiente figura de Rhagos su impulso fue el de desenvainar el alfajón y lanzarse contra el demonio. Sin embargo las palabras de Gabrielle sirvieron de freno, al menos de momento, quedándose sólo a medio camino con el arma en alto.

Puede que a la maga le interesase qué relación había entre Ayla y Rhagos, pero igual de interesante iba a ser cuánto tiempo iba a ser capaz de controlarse Alexei.

—¡Es estúpido humano y su magia maldita!—protestó el demonio—. Me ató a la fuerza y si no la mato no va a deshacerlo.

Señaló a Ayla.

—No me gusta mezclarme con humanos. Sólo traen problemas. ¡Si de mí dependiera no saldría ni del Velo!—añadió a la queja—. ¡Pero por culpa de esa estúpida atadura tengo que hacerlo! ¡Y lo odio!

Resopló por... bueno, francamente no parecía que tuviese nariz, pero el sonido que emitió fué como si hubiese resoplado por una. De hecho, hasta soltó una nube de vaho condensado debido al aire tan caliente que emanaba.

—¡Si pudiera reducirlo a cenizas me libraría de esto! Pero no puedo porque es más poderoso que yo. ¡¿Por qué tiene que ser todo tan complicado?! ¡No quiero seguir sus estúpidas órdenes! ¡Quiero que me deje en paz!

—Lo que me faltaba por ver... un demonio de la Cólera ermitaño.

—Bueno, con lo gruñones que son a mí no me suena raro.

Rhagos se fijó en Allure al oirla hablar y percibisteis como las dos ascuas candentes que eran sus ojos se volvían más grandes y redondas.

Gabby frunció el ceño, extrañada. ¿Rhagos conocía de algo a Allure o se había sorprendido por su naturaleza dual espíritu/demonio?

—No somos amigos de Adrath, precisamente, sino todo lo contrario. Me temo que terminaremos peleando contra él, podrás volver al Velo entonces —dijo Gabrielle. Por muy tentador que fuera reclutar la ayuda del demonio, ninguna maga colegiada en su sano juicio lo intentaría. Aunque la cólera fuera el demonio más fácil de engañar —. Pareces sorprendido de ver a Allure. ¿Por qué?

—¡¿Podéis acabar con ese desgraciado?!—por una vez, se notó algo más que enfado en el tono del Demonio: sorpresa. Los ojos de la criatura de hecho titilaron en algo que debía ser un parpadeo. Luego retornaron a su aspecto huraño. Interactuar con humanos definitivamente no era su pasatiempo favorito, aunque respondió a la pregunta:—. Porque no arde.