Partida Rol por web

Vienen con nosotros, no han llegado hasta aquí para que puedan irse sin más. Bien, vayamos al pueblo, parece no se ha extrañado de vernos por aquí demasiado.

El minotauro se preparó para emprender de nuevo el camino

Bajando del carro con la sangre fría que caracterizaría a un reptil, Baigron se unió al resto del grupo, mas que nada por que no había oído la conversación con el aldeano y a buen seguro algo de interés podrían haber sacado del anciano.

¿Como la ido la conversación? pregunto al resto del grupo ¿ sabemos si pueden ser amistosos o hostiles?.

 - Por lo que parece, podían ser amistosos, pero eso podría cambiar al llegar a la aldea. - Respondí pensativo. Parecía que la mejor opción sería arriesgarse y entrar, manteniendo la guardia alta en todo momento, pero no tenía claro si llevar a los prisioneros con nosotros sería muy buena idea.

Salgo de los matorrales tirando de Desdemona.

- Bueno, tras ver lo que ha pasado, quizás sea seguro adentrarse en el pueblo....el campesino ha visto a un draconiano y a un miembro de las ordenes solamnicas, y no ha hecho ningún alborto....

No parecía necesario comentar nada sobre los goblins. Zoak lo había dejado claro.
 

Kartag se estaba impacientando, con tanta palabrería. No entendía las preocupaciones del mago.

Asintiendo a la reacción del imponente minotauro llamdado Zoak y del caballero Leviathan, exclamó:

Sigamoslé, refiriendose al campesino. En la villa encontraremos respuestas.

Respecto a los goblinoides, merecen la libertad en mi opinion! mirando a todos, buscando apoyo en su decisión.

Creo sinceramente, que Lobo de la noche, no es nuestro enemigo! Y deberiamos brindarle la oportunidad de avisar a otros de su raza, para que no corran la misma suerte que su pueblo y caígan en las manos corruptas del broncineo .

Ese es mi voto! ahora pronunciaos y partamos ya en busca de esa pieza del puzzle.

Iniciando el descenso tras la decisión, con la idea de encontrar respuestas en aquella fonda.

Anubis estaba muy preocupado por un recibimiento hostil. No compartía esa preocupación, pero no por ello había que crucificarlo. No es una persona acostumbrada a los enfrentamientos, sino más bien un estudioso. Los demás guerreros versados en el arte de matar, buscamos, y a veces disfrutamos con el enfrentamiento, contra criaturas del mal. Muy bien se ha comportado tras un combate de sangre, gritos y muerte por doquier. Anubies es nuestra parte cauta, a la que ignorarla puede meternos en problemas.

- Anubis, ya hemos hecho lo que nos has pedido y reconoce que no ha puesto el grito en el cielo el buen campesino. Parece una comunidad de lo más abierta de mente. De hecho nos esperaban, según sus palabras- me encojo de hombros- no los defraudemos siendo unos viajeros comunes- teniendo a un minotauro, dos draconianos y una hembra de otro plano, estaba más que satisfecho con nuestro impacto- donde tu ves problemas, yo veo una gran puesta en escena.

Comparto con Kartag que el chaman goblin, no ha hecho nada en los último días, como intentarse escapar o algo parecido, está más que rendido a nuestras exigencias, sería de buena persona liberarlo. Sin embargo es nuestras responsabilidad y liberarlo en esta ciudad perdida en el tiempo no parece lo más indicado.

- Kartag, compañero, estoy de acuerdo que Lobo de la Noche ya no es nuestro enemigo, pero las circunstancias son delicadas, seguro que hay algún sitio donde puedan reternerlos, los presentaremos como lo que son, nuestros prisiones y que los mantengan bajo custodia mientras estamos en el pueblo- me dirigo al shaman de piel verde- ¿Lo entienes Lobo de la noche?

Hablan en un antiguo común que es dificil de enteder, pero nuestro aspirante a hechicero parece que lo entiende con fluidez y después de mi última intervención será mejor que hable él.

-Venga Anubis no pongas mala cara, te prometo que no hablaré más- le guiño un ojo, complice o quizás dando a enteder que es una broma. Lo que pasa que Leviathan casi nunca bromea...

 - No son los aldeanos los que me preocupan, si no quien pueda habitar la torre. - Le recordé. - Y sobre los goblins, creo que será mejor soltarlos, a estas alturas, es ridículos seguir reteniéndolos. Lo mejor es permitirles que vuelvan a sus hogares, con sus familias...

-Hemos encontrado esta ciudad perdida en el tiempo gracias a un mapa, y confías que lleguen a su casa por sus propios medios, me huele a que quieres desacerte de ellos, y ahora es nuestra responsabilidad mantenerlos una vez llegados tan lejos.- y resoplo- y yo no temo a nada, ni a la torre ni a sus habitantes.
 

- Anubis, compañero, no olvides que el pueblo de estos seres fué masacrado. No sabemos si por esos no muertos que persiguen a Desdémona o porque quemaron tierra para salir en la búsqueda de la misma. Yo mismo exigí retenerlos, y asumo toda la responsabilidad. Por ahora estoy deacuerdo con Leviathan en lo que presentarlos como nuestros prisioneros se refiere.

La Tiefling escuchaba mientras todos iban dando sus opiniones, mientras, con una maestría que deja estupefacto a mas de uno, recoge su pelo, tapando a la perfeccion los pequeños cuernos que se enrollan desde su frente, agarrando todo con el torque que le trajo Kartag, y, con ayuda de un polvo y un pequeño bote de crema, maquilla su cara, haciendo que ese tono grisaceo, ceniciento, que presenta habitualmente, torne a un pálido que podría hacerla pasar por Silvanesti. Solo los labios, de tinte azulado, quedan de la original Desdemona: es dificil reconocer su linaje planar semidemoniaco!!

- Y bien?? Estoy guapa??, os pregunta, con una mueca picarona.

- Por mi, cuando querais podemos entrar a ver que nos ofrece esta Villa tan peculiar...

Bien, vayamos al pueblo. Si queréis soltar a los goblins por mí vale, en definitiva fue a por vosotros a por los que fueron a matar o a capturar. Vayamos a ver qué nos depara el destino.

Zoak apretó ligeramente las piernas para que su equino se pusiera en marcha.

Cuando el gigantesco solámnico pronunció su nombre, Lobo de la Noche se encontraba, como tantas veces desde que se enteró de la aniquilación de su Tribu, absorto en sus pensamientos. Apenas comía, y sólo bebía cuando le ofrecían agua. Se devanaba los sesos para tratar de entender por qué los Espíritus les habían abandonado, qué habían hecho mal para ganarse ese castigo. Pasados unos minutos, fue consciente de que el guerrero llamado Leviathan se había dirigido a él. Con voz vacua habló, sin dirigirse a nadie en particular, su piel cetrina aún más mustia que de costumbre:

- Para qué nos manteneis cautivos?? No somos una amenaza... Estamos acabados. Nos reuniremos con el Espíritu del Lobo pronto..., dijo, sin ninguna energía en la voz, los ojos vidriosos. Su compañero explorador, con menos inteligencia, quizá no entendiendo las connotaciones de lo ocurrido en el poblado goblin, simplemente miraba de su chamán a los compañeros, asintiendo, y repitiendo, una y otra vez:

- Sí, sí, los buenos goblins volverán a casa, y juran no volver a atacar a humanos!!

La duda sobre qué hacer con ellos aún flotaba alrededor de ellos, plantados al lado de aquel riachuelo...

Encima de goblin, tonto!

- Lobo de la Noche, quizás no has escuchado bien pero tu poblado fue arrasado no sabemos porqué fuerza. Es más tus congéneres pueden estar siguiendo a ese draconiano tan terrible que os tenía atemorizados para darnos caza. Entiendelo, la circunstancia no es propicia...Sois mi responsabilidad.

Volvió a repetir con gesto serio, pues la discusión se estaba alargando demasiado con respeto a los goblins. Tarben no se arriesgaría que el chaman engordase las fuerzas del draconiano de bronce. Tampoco se arriesgaría a que muertos de hambre y sin nada se tuviesen que dedicar a asaltar pobres viajeros. A estos goblins les quedaba un largo entrenamiento moral y los acompañaría en su camino....Todo hubiese sido mucho más fácil si hubiese llegado a haber consumado el reto que ofreció....ahora el camino será mucho más largo, y esperaba que sus compañeros no lo hiciesen mucho más complicado.

- Por mi parte nos podemos poner en marcha......

Luego miró a la chica

- wow!........s...si.....si que estás cambiada. Sería complicado que así os descubriesen.

 - No sabemos lo que nos espera, podemos estar poniéndolos en peligro todavía mayor al llevarlos con nosotros. Creo que lo mejor es darles algunas provisiones y dejarles marchar. En mi opinión, retenerlos sin una causa realmente justificada es una canallada.... - Razoné con diplomacia.

Barrí el aire con la mano para dejar zanjada la cuestión.

-Basta Anubis, los goblins se vienen, ya está decidido, si tienes miedo del futuro, da la vuelta y vuelve a tu torre- Leviathan se estaba molestando que no se hiciera entender- La chica azul, está disfrazada, hemos tanteado el terreno, tenemos un documento que nos avala, Tarben se ha tomado como responsabilidad su protección, no voy a permitir que digas que es una canallada. Pongamos en marcha y deja ya los miedos y las dudas.

- Mis congéneres??!!, grita el chamán, mirando aTarben, con más energías las que le habéis visto hacer gala desde que Kartag contó lo que vio en el poblado goblin,  quizá eres tú el que no ha entendido bien: MI POBLADO HA SIDO ARRASADO, ENTIENDES?? ARRASADO!!! El que no estaba muerto, estaba muerto en vida, alimentándose de los cadáveres!! El Hijo del Bronce se ha desecho de nosotros como el que desecha una un plato vacío..., tras lo que se desmorona en el suelo de la carreta, quedando en un mutismo total.

Por su parte, su compañero, habiendo escuchado las voces del chamán, parece, con su mente rudimentaria, entender lo que ha pasado con su pueblo, y se desmadeja también llorando a moco tendido.

Tras dejar clara su postura los Escuderos de la Corona, colocais a los goblins en la carreta, y al paso de vuestras monturas, os vais acercando a la Villa de Delembert. No hay que se muy perspicaz para darse cuenta de que los lugareños no reciben visitas a menudo, pues todas las miradas se dirigen hacia vosotros, en su mayoría con miedo, aunque algunos simplemente fijan su mirada en vosotros mientras pasais, haciendo un alto en sus quehaceres, y, todas las conversaciones que pudieran estar manteniendo, sin excepción, cesan al acercarse vuestro nutrido grupo. Todos son humanos, y por los rasgos, todos, sin excepción, parecen ser Abanasinios.

Enfilais una calle con una ligera pendiente hacia la derecha, de cara a llegar a la calle principal, que, segun el mapa, se dirige hacia la Plaza del Mercado (o del Pozo). La Posada de la que habla el mapa, os quedará a la izquierda, así que podreis ver si es a la que se refería el anciano campesino, o no. Vais dejando atras casas de una planta, construidas en madera tratada para la humedad, a derecha e izquierda, con picudos tejados de paja y tejas de madera, tambien tratados, pero, cuando el camino de tierra por el que venís desemboca en la calle principal, empiezan a aparecer construcciones de hasta dos plantas, con basamento de piedra. Las caras serias, silenciosas, os dan la bienvenida tambien por aquí: de una carretero que lleva leña, de una madre que lleva a sus retoños a algun lado, apartándolos incluso de vuestra vista... Y, de pronto, aparece la Posada: un edificio de piedra de dos plantas, con el segundo piso en madera, y tejado a dos aguas de tejas de madera tratada. Tal y como dijo el viejo, y a diferencia lo que reza en vuestro mapa, un cartel de madera cuelga, perezoso en la brisa de la mañana, de un banderín, sobre la puerta: Fonda del Jabalí.

Frente a la puerta, bajando los dos escalones de madera que la separan del suelo de tierra, hay una barra de madera para atar las monturas, aunque tratándose de una fonda, quizá tenga una cuadra o similar...

 Miré el sitio según íbamos entrado y adentrándonos en la aldea. No parecía que nos recibieran con loa brazos abiertos, pero al menos, de momento, no nos recibían con con horcas y antorchas.

 Una vez que llegamos enfrente de la posada, cuyo nombre diferente al del mapa me indicaba que aquí habían notado el paso del tiempo, como nos había insinuado la conversación con el campesino, les pregunté a mis compañeros, en voz baja, para no ser oído por oídos indiscretos:

 - ¿Y que hacemos con los goblis?. No creo que sea buena idea entrarlos dentro, a estas alturas...

 A ver que se le ocurría a las eminencias, porque ahora tocaba montar guardias para vigilarlos y llevarles comida, y estaba seguro de que eso llamaría la atención.

-Tarben, quédate con los prisioneros, Asthor, encargate de los caballos, el resto entramos- me dirigo a la puerta con toda mi estatura, ¿no han visto extranjeros hace tiempo?, pues toma dos tazas- vamos

Mientras pienso eso entro abriendo la puerta de par en par, dando un fuerte golpe sin querer contra el tope de la puerta. Con ambos draconianos a los flancos, la misteriosa hembra, el musculoso minotauro y un hechicero completan el grupo, que entra con seguros pasos en la fonda de la ciudad. Paseo la mirada por la tarbena con la cabeza bien alta por encima de mis dos metros, y con tranquilidad me pronuncio con voz grave.

-Hola- digo levantando una mano.

El minotauro acercó al caballo a la carreta y, estirándose, se acercó a los goblins.

Bien, escuchadme, permanecéreis con nosotros en calidad de prisioneros pero estareis bajo nuestra protección. Garantizamos vuestra seguridad y si os portáis bien no os ocurrirá nada malo. Si no la liais habrá más posibilidades de que salgáis de todo esto con vida ¿de acuerdo?

El minotauro aguardó una segundo hasta tener claro que el goblin chamán había entendido sus palabras.

Cuando alzó su astada testa Levi ya se había acercado a hablar con alguien. El minotauro siguió sus pasos.