Partida Rol por web

El viento, mucho mas leve que durante la tormenta, como si de verdad la Diosa del Mar se hubiera calmado tras el asesinato del Capitán, os da la bienvenida a la cubierta, cuando sigues a Verithiel escala arriba. Nada mas salir, echas un vistazo, esperando que, pese a no haber tenido mucho tiempo, Asthor haya llevado a cabo tu mandato:

- También quiero que se lo digas al "Cabrón", es muy importante, subid ambos y ocultaros..., recuerdas, con una mueca de fastidio, al ver a Gosper, el "Cabrón", apoyado en la borda contraria, con solo un pila de cordada por delante. Sorprendentemente, Verithiel no parece percatarse de su presencia. De Asthor, ni rastro. Otro vistazo rápido te permite localizar tu espada familiar, metida en su funda, pero con el nudo quitado, para una fácil extracción.

Aparentemente, no repara en que le sigues, pero tus palabras le hacen pararse, tras lo que se gira con un semblante expectante:

- No puede esperar, Caballero??, tras lo que deja pasar un par de segundos, y continúa: - Pues si que debe ser convulsa, amigo, porque estas francamente lejos de ser "directo"..., tras lo que se planta en la cubierta, con las manos en la espalda. No te pasa desapercibido que manipula algo bajo la levita.

- Ehh??!!, dice el goblin con un gritito, cuando el minotauro vuelve a girarse hacia él, y le habla: - El Rubio...??!! A uno...??!! Noooooo!!! El Rubio le decía a uno que las comprara, y las guardara. Era el secreto de uno y de él. Y decía a uno como preparar la sopa para Tinker... Pero uno ha debido hacerlo maaaaaaaaallllll!!! Buaaaaaaaaahhh!!!!! Tinker se puso maaaaloooo!!!!, acaba, antes de hacerse un ovillo en el suelo, llorando a moco tendido...

Tras eso, os mirais: O es un autentico genio, o no parece mentir.

El cocinero os mira con cara de pocos amigos, y dice: - Señores, por favor, vale ya!! No ven que le están haciendo daño??!!, tras lo que se agacha, y levantandole del suelo, le da un trapo, con lo que el goblin se suena sonoramente, y deja de llorar. El cocinero y el goblin se centran en sus cosas, y con sorpresa, pareciese que nunca hubieseis estado allí...

Con poco mas que hacer allí, os girais, dispuestos a salir de la cocina, de camino al Camarote, donde aguardan vuestros compañeros.

Tarben  y Kostar a su espalda se dirigen hacia las cocinas donde (tengo entendido) estan Zoak y Anubis.

Tras decirle un par de palabras a Kostar con ademanes de "Tranquilo, tronco" Se acerca ha sus amigos, que justo salen por el umbral de la cocina.

- A ver, compañeros creo que aquí ha pasado un malentendido. Me he prestado para intentar solucionarlo de una manera pacífica. 

Luego mira a Anubis.

- Leviathan me dijo que solicitábais de mi atención. Si es importante, quizás sea menester hablarlo. Antes o después ...depende de tu juicio, amigo.

Respiro profundamente y me yergo en mi estatura, mis ojos se ensombrecen, cuando hablo serio, hablo serio de verdad, dejo que mi naturaleza violenta asome.

- Primer oficial, en cuanto pongamos un pie en tierra, me veré obligado a denunciarle a las autoridades por el asesinato del capitán- mi postura es recia- además de inducir a un caballero de solamnia con artes mágicas y por conspirar y envenenar a otro miembro de la tripulación. Si lo acepta de forma honorable y admite sus crímenes le dejaré que opere con normalidad en el barco. En otras circunstacias, lo encerraré en su camarote.

Doy un paso a detrás y me pongo yo también las manos detrás de la espalda.

- Primer oficial, si intenta algo contra mi persona, le aconsejo que no lo haga o las consecuencias pueden ser muy malas para usted- mi tono suena a piedra, más ronca, pura amenaza.

Kostar se mantiene detrás de Tarben mientras este habla a sus compañeros con voz tranquila y fraternal. Tiene la cara congestionada y una respiración entrecortada, como si le costara respirar.

Sorprendentemente, su mano no se apoya en el pomo de su alfanje. Pero, tampoco os pasa desapercibida la mirada de odio que os hecha, a Anubis y Zoak.

- Rápido, caballero, al grano…!!, dice escuetamente, con un tono contenido, aunque peligroso. Vuestra puta conversación tendrá que esperar..., escupe con rabia.

Su cara, hasta ahora con el rictus apesadumbrado, va tornándose en otra muy distinta, con una media sonrisa, y un fondo peligroso en los ojos. Con un rápido movimiento de cabeza, mira alrededor y, pese a que Gosper está a la vista, parece no verle!!. Tras eso te mira y dice, sin apenas separar los dientes:

- Y quien te ha dicho que vayamos a tocar tierra en algún sitio donde tu opinión se tenga en cuenta...??, tras lo que, como esperabas, separa los brazos, aunque no desenvaina su sable, y, aunque no eres muy ducho en esos menesteres, le oyes murmurar en el idioma de la magia, con cara de confianza, al creerte desarmado.

Tal como lo suponía es un practicante de la magia y atacándome ha demostrado su naturaleza maligna. Con testigos que apoyen mi acto. Meto la mano hacia detrás y con un poderoso tirón, desenvaino los dos metros de pesado acero solapado. Sólo uso a Damocles si es necesario, nunca la uso para amenazar. Que la justicia guíe mi mano. 

Uso la inercia para dejar caer la espada de arriba a abajo y luego afianzando el pie en la cubierta, echo mi peso para detrás y doy un golpe ascendente y mortal usando toda las fuerzas de mis hinchados brazos.

No pertenecemos a la tripulación Kostar, por si se te ha olvidado. No puedes mandarnos como si fuéramos uno de tus marineros. Aquí puede que haya habido un asesinato, si quieres entenderlo bien y si no que te den por culo. 

Me la suda que te enfades como un puto crío cuando le quitan su juguete pero una cosa te voy a decir y que no se te olvide... la próxima vez que desenfundes el arma contra mí o contra uno de mis compañeros será la última vez que lo hagas. ¿Te ha quedado claro?

El minotauro ya se había cansado de los insultos y las malas maneras de aquel marinero. Le había llamado hijo de una vaca y por menos de eso había entablado combate. Esta vez se había contenido... pero que metiera a sus compañeros por medio había sido el detonante.

Los ollares del minotauro resoplaron por la furia. Los músculos, tensos como maromas de barcos, abultaban bajo la gruesa piel de pelo. Un hilo de rabia le comenzó a resbalar por el hocico mientras los grandes molares blancos como la nieve se apretaban unos con otros.

El arrebato de furia de Zoak, harto ya de los malos modos del marinero, hace que este, bastante vapuleado ya en su ego en los dos ultimos dias, de un paso atras, y no pueda aguantar la mirada del minotauro, aunque a regañadientes, mientras balbucea:

- Pu-pu-pues por e-e-eso, no sois tripulación, po-po-por lo que no teneis..., tras lo que, levantando la mirada hacia el minotauro, decide dejar morir la frase, y vuelve a bajar la vista al suelo, abriendo y cerrando la mano derecha, pero lejos del pomo de su alfanje.

Tarben miró horrorizado la respuesta del minotauro. No por las amenazas, si no por las consecuencias que podrian acarrear......por suerte parece que Kostras ha aprendido a ser mas cometido con sus palabras y sus gestos. Y eso era digno de agradecer.

- Kostar, me alegro que hayas entendido que la violencia solo genera mas violencia. Te recomendé antes que me dejaras hablar a mi,.... Ves acabas de crear un enfrentamiento que nos retrasa mas que ayudarnos. 

Mira a sus compañeros.

- Os conozco. Sois mucho mas razonables de lo que habeis mostrado ahora. No os culpo, pues ante violencia pocas respuestas no violentas son opcion. Pero ahora que se han calmado los animos por parte del marinero, que tal si nos explicais que está pasando.

Ajeno al parecer a tu intento de intimidarle para que se rindiese, dado lo contundente de tu diagnostico sobre el asesinato del Capitán, el semielfo saca ambos brazos de detrás de la espalda, y enseguida empieza a conjurar algo, pero tu entrenamiento para leer el guión de un combate te hace desenvainar a Damocles en un único, aunque exigente movimiento, y antes de que el semielfo pueda acabar de lanzar su magia sobre tí lanzas un golpe lateral, destinado a abrir su abdomen, justo al final de las costillas...

Claaaaannnkkkk!!!, resuena el metal perfectamente modelado de tu ancestral espada contra otro metal, el que se escondía debajo de la túnica azul con la que se había vestido el Primer Oficial!! Ahora entiendes los sudores que ha pasado el semielfo en la Asamblea. A través del corte que le has producido en la levita, y en la túnica, puedes ver que porta un camisote de mallas: - Así que te habías prevenido contra esta eventualidad, eh, zafio??, piensas, mientras, aprovechando tus largos y poderosos brazos, traes de vuelta a Damocles con un movimiento ascendente.

El semielfo, ensanchando su maligna sonrisa, dice: - Creo que el que sufrirá las consecuencias serás tu, zoquete solamnico!!, tras lo que, con un paso atrás se lanza a realizar la parte final de su conjuro... pero tú no has dicho la última palabra e, invirtiendo el movimiento ascendente de tu espada, flexionas los brazos con un gruñido, metiendo toda la potencia de los abdominales en el golpe: ante la mirada atónita y atemorizada del Oficial, Damocles se hunde desde el hueco que hay entre el hombro y el cuello del semielfo, cortando acero, carne, hueso, y musculo por igual siguiendo su movimiento natural, hasta mitad del abdomen. El semielfo se derrumba sobre la cubierta, escupiendo sangre por boca y nariz, mientras, en un movimiento espontaneo, suelta intenta tapar la enorme herida por la que se le va la vida a borbotones.

Con un movimiento de cabeza destinado a evitar que la mas que probable rociada de sangre te nuble la vista, ves como el Cabrón abre mucho los ojos, sorprendido por tu magistral golpe, aunque no hace ademán alguno de correr para acercarse a socorrer al desgraciado, si no que sobreponiendose a la sorpresa inicial, con ambas manos entrelazadas sobre su barriga, empieza a andar lentamente hacia ti.

De detrás del palo mayor, ves salir a Asthor que, como le ordenaste, se había ocultado completamente de la vista. Ante la imagen del semielfo practicamente partido en dos, desangrandose sobre la cubierta, y tu, con parte de tu cuerpo cubierto de la sangre del mestizo, no puede mas que correr hacia la borda del otro lado, vaciando completamente el contenido de su estómago por la barandilla.

Recordando que La Araña quedó haciendo guardia, sin bajar a la Asamblea, levantas la vista para ver al negro ergothiano con ambas manos tapando su boca, abierta de par en par, tal es la cara de sorpresa por lo que acaba de presenciar.

El viento, practicamente ha quedado en una fresca brisa, tras la tormenta, y el oleaje, casi es un vaiven facilmente soportable.

Todo tiene un límite caballero, no toleraré ni un solo insulto más por Kostar o por ningún otro marinero. El próximo saldrá volando por la borda y si se resiste le partiré por la mitad con la espada. 

El minotauro no apartó ningún momento la mirada de Kostar. Los ojos inyectados en sangre dejaban muy claro que sus palabras no albergaban ningún mínimo de duda.

Poco a poco la furia fue abandonando su cuerpo y, al fin, miró a su amigo.

Debemos hablar, pero no aquí. Por un momento sus ojos volvieron a Kostar.

​Te hago responsable de lo que le pueda pasar al pequeño Puko. Si le pasa algo te aseguro que correrás su misma suerte.

De vuelta a Tabern... vayamos al camarote, me he cansado de que nos tomen por simples payasos de feria.

Pasado el momento de sorpresa inicial, el fibroso vigía agarra una enorme caracola, y da 3 profundos silbidos:

- Fiiiiiuuuuuuuuuuu!!! Fiiiiiuuuuuuuuuuu!!! Fiiiiiuuuuuuuuuuu!!!

Pasado unos segundos, un estruendo por toda la coca habla de que se ha puesto en marcha un protocolo de emergencia sin precedentes.

Kostar, tras mirar intensamente al Minotauro, algo recobrado en su ego, opta por no decir nada, soltando solo el aire de forma sonora a traves de los dientes, tras lo que se gira, y se dirige hacia la cocina.

Con las palabras del Minotauro aun flotando en el aire, os dirgís hacia el Camarote Comunal, para ahí, reuniros con Leviathan, y hablar, juntos de una vez, de todo lo indagado sobre el misterioso asesinato del Capitán Bornegar. No habeis hecho mas que entrar en el Camarote Comunal, en el que practicamente todos los marineros se encuentran degustando la tostada cerveza que se ha empezado a servir por orden del Capitán en funciones, Verithiel, cuando, de pronto, suenan, procedentes de la cubierta,3 profundos silbidos:

- Fiiiiiuuuuuuuuuuu!!! Fiiiiiuuuuuuuuuuu!!! Fiiiiiuuuuuuuuuuu!!!

No sabeis muy bien a qué se debe, pero, tras tres segundos en los que parece pararse el tiempo, la practica totalidad de los marineros, tras mirarse entre ellos, nerviosos, dejan las copas de madera en la que beben cerveza rapidamente donde pueden, por lo que muchas derraman su exquisito líquido por el suelo, y se dirigen, a la carrera, hacia las puertas de acceso al hall de subida a la cubierta, mientras desenvainan sus armas: mayormente grandes cuchillos, garfios, algun alfanje o sable, y hachas de mano.

Con el revuelo, no podeis estar seguros, pero juraríais que ni Verithiel, ni Gosper, ni Leviathan o Asthor está entre la maraña de gente que se dirige hacia cubierta...

Estuve tentado a negarme a marcharme con el minotauro cuando ocurrio eso. Rapidamente agarro a Zoak y digo: -Vamos! , y tiro con fuerza para arriba.

 Al ver la situación, solo pude deducir una cosa, mientras seguía a mis compañeros:

 - ¡Nos atacan!.

 Definitivamente, este está siendo una porquería de viaje. Con lo bien que estaba yo en casa...

Con lentitud deliberada para bajar mis pulsaciones. Guardo a mi gigantesca espada a dos manos en su elaborada funda negra. Ante toda la excitación reinante lo mejor es que me quede tranquilo hasta que todo se aclare.

Me siento con las piernas cruzadas en el suelo de la cubierta y coloco mi espada en mi regazo. Con todavía gotas de la sangre del humano antes llamado Verithiel, chorreando por mi cara. Mantengo la mirada tranquila por saber que el culpable ha muerto, paciente, espero el desenlace.

El desconcierto se apoderó del minotauro ante todo aquel ajetreo. Pero ante el apremio de sus compañeros les siguió mientras desenfundaba su arma.