Partida Rol por web

Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

Capítulo I

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07/07/2019, 10:16
Director

Gwyn forcejea en vano entre los brazos de su captor, retorciéndose y tratando de librarse pero todo es inútil. El desnudo no-muerto lo martiene agarrado férreamente. El difunto Tërevan ni siquiera hace ademán de defenderse cuando el monje se le echa encima armado con el soris de Thorian y comienza a golpearle con saña.

Ashe apresta sus tres últimas flechas, lanza dos en el mismo disparo y la tercera en una rápida sucesión. La primera hace diana en el cuerpo del guerrero zombi; la segunda, en cambio, alcanza superficialmente al inquieto Gwyn cuando trataba de soltarse. La última, le atraviesa la cabeza a Tërevan de parte a parte y éste se desvanece frente a vosotros como la niebla arrastrada por el viento.

Es entonces cuando el regordete ladronzuelo, libre al fin, corre a comprobar si Lithiniel también se ha ido para siempre. Para su alivio o consternación, constata que la druida aún respira y que simplemente se ha desmayado a causa de su traumática vuelta a la vida.

- Tiradas (7)

Motivo: Iniciativa Zeverúth

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+7)=20

Motivo: Tërevan: Presa

Tirada: 1d20

Resultado: 15(+7)=22

Motivo: Tërevan: Disparos

Tirada: 2d20

Resultado: 13(+7)=20, 1(+7)=8 (Suma: 28)

Motivo: Tërevan: Disparos

Tirada: 1d20

Resultado: 19(+6)=25

Motivo: Ashe: Daño

Tirada: 2d8

Resultado: 1(+2)=3, 8(+2)=10 (Suma: 13)

Motivo: Ashe: Daño

Tirada: 1d8

Resultado: 3

Motivo: Gwyn: Sanar

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+2)=20

Notas de juego

Ashe → 20/28
Gwyn → 17/24 (conjuros gastados: curar heridas leves x3)
Kenthalas → 11/15
Leithan → -2/26 (conjuros gastados: curar heridas leves x3; estable)
Zeverúth → 26/27

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08/07/2019, 03:15
Gwyndrahir

Gwyn sonrió cuando sintió que el corazón de Lithiniel aún latía, el desmayo no parecía ser una complicación mayor para ella - Está viva, se pondrá bien - le dijo a los demás. La ironía de la vida hacía que fuese él el único que podía ayudar a que sanase, ahora que el cinturón había desaparecido. Si seguía siendo un monstruo, no se lo agradecería, y si volvía a ser su amiga, entonces no olvidaría lo que estaba por hacer. Decidió correr el riego y ayudarla - Ayúdenme a sacarla de la sala, que descanse un poco. Luego la atenderé hasta que se recupere - él no estaba apurado para salir de la torre, no iba a cometer la locura de enfrentar al espectro con ella en ese estado. Además, aún había un montón de paneles que tocar.

El arco estaba en el piso, pensó que se pondría contenta si lo veía a su lado cuando despertase, así que lo puso con el resto de sus pertenencias cerca de dónde habían dejado a la druida. - Kento, le dejaré el arco como pidió, si no puede usarlo, te lo dejaré a ti, pero... te pido me des la vara de Elen-del, tú no la usarás y a mi me servirá para comprar otro arco cuando volvamos al campamento. No es mucho lo que pido - dijo, considerando que aquello era justo, después de todo, ya había cedido las gemas también.

Se acercó luego a los paneles y vio los restos de Terevan. Qué se dice cuando alguien muere dos veces? se preguntó, sin saber qué expresar por él. Un zombi no era peor que una momia o una fantasma, a él no le hubiese molestado que siguiese con ellos, pero la egoísta momia lo había sentenciado a ser destruido cuando le ordenó que atacase a un compañero, tal vez fue lo mejor para él.

Pensó por un momento si traer de regreso a Drielae no la condenaría a una existencia miserable, pero ella había vivido por un milenio junto a un ogro muerto, dos hijas zombis y ejerciendo de esposa y madre como un fantasma, así que lo que estaba por hacer no podía ser tan malo para ella. Se puso frente a uno de los paneles negros - Como les dije antes, es mi turno de tocar esto una vez más - les dijo, esperando que todos se retirasen como habían hecho. 

Notas de juego

Este post lleva varias acciones largas (mover a Lithiniel, sacar las cosas fuera, acercarse al panel, pedir la varita a cambio del arco de la druida para comprarse otro arco luego), pero si están de acuerdo, las pasamos rápido y toco varias veces el panel negro como iba a hacer antes.

Se va a parar frente al 6to panel negro y va a esperar hasta que todos salgan (como pasó con la momia). Luego lo va a girar... hasta que aparezca Drielae! (es decir, las veces que haga falta!). 

Miss, nos queda probar tu idea después ;)... vamos que nos quedan como 15 nada más XD (broma master, no desesperes!)

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12/07/2019, 20:44
Director

Ayudado por Gwyn, el monje saca a la inconsciente Lithiniel de la estancia circular y la deposita suavemente en el pasillo, lo más lejos posible del cadáver del ogro que se encuentra ya en avanzado estado de descomposición.

Cuando el rechoncho kirath le ofrece el arco que no le pertenece a cambio de la varita de Elen-dal, Kenthalas no puede sino mirar con suspicacia a su interlocutor y sugerirle que si lo que quiere es dinero, Tirintaal está lleno de tesoros desechados por valor de varios miles de piezas de acero. Más de los que ninguno podéis acarrear. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia piensa entregarle un artefacto capaz de reanimar a los muertos a un individuo al que considera inestable, no demasiado digno de confianza y sin ningún conocimiento de las artes arcanas.

Lo que sí hace el seguidor de Solinari es examinar el arco encantado de Lithiniel. Trata de tensarlo pero pronto se da cuenta de que su fuerza no le permite sacar de él todo su partido. Tampoco Ashe, ni el propio Gwyn son capaces de doblegar la recia madera. Únicamente Zeverúth tiene la fuerza necesaria para emplear todo su potencial. Valiéndose del monóculo irda, Kento evalúa entonces las propiedades del arma y su hallazgo le estremece tras estudiarlo con interés durante varios minutos.

El arco no presenta marca, ni grabado alguno, no tiene nombre pero la magia irda que potencia a la de Kenthalas es capaz de comprender el complejo tapiz arcano que ha encantado el arma. Se trata de un objeto mágico y muy poderoso además; imbuído con la energía del Orden y creado específicamente para sembrar la destrucción entre los elfos.

Mientras tanto, ninguno se opone a que Gwyndaewar haga uso nuevamente de los paneles, pero los demás os quedáis fuera sabiendo que la caótica magia del artefacto podría arrebataros todas vuestras posesiones o incluso la vida tal vez. Sorprendentemente, Gwyn descubre con frustración que ahora le resulta imposible darle la vuelta a ninguno de los paneles por más fuerte que lo intente.

Tampoco Ashe, ni Zeverúth consiguen hacer funcionar el artefacto cuando Gwyn se da finalmente por vencido. El único que no lo ha intentado hasta el momento ha sido Kento y tampoco parece ansioso por intentarlo.

Notas de juego

Ashe → 20/28
Gwyn → 17/24 (conjuros gastados: curar heridas leves x3)
Kenthalas → 11/15 (conjuros gastados: detectar magia)
Leithan → -2/26 (conjuros gastados: curar heridas leves x3; estable)
Zeverúth → 26/27

Arco largo compuesto (FUE +3) +1, axiomático y azote de elfos [+1 a las tiradas de ataque [-2 con FUE<16, +2 vs elfos], +1+FUE a las tiradas de daño [+2d6 de daño a criaturas caóticas, +2d6 vs elfos], -1 nivel temporal a cualquier criatura caótica mientras lo sujete] (32.700 po)

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14/07/2019, 17:00
Gwyndrahir

Kento se opuso a entregarle la vara, Gwyn no entendía porqué se oponía - Yo no puedo usar una vara arcana y tú no es vas a usarla tampoco, no veo cuál es el problema - dijo por lo bajo, pero la idea de quedarse con las estatuillas para solventar el costo de un arma nueva le parecía suficientemente buena como para dejar eso atrás. El arco no le servía, así que comenzó a pensar en la ballesta que se compraría en el campamento.

Se dispuso luego a tocar los paneles, primero levemente, luego con más fuerza, e insistió unas cuantas veces hasta darse por vencido. Ni él ni nadie más pudo usar la máquina Idra nuevamente.- Esa momia antes de morir rompió el aparato - dijo, odiando a la monstruosa criatura aún después de su muerte. Tenía la esperanza de que la druida recuperase su cerebro y su corazón, ahora que no estaba podrido, y volviese a ser la que antes era, así que no trasladó sobre ella su ira y dejó de insistir con los paneles, aceptando que no podían ofrecerle más satisfacción que la que sintió al haber presenciado la agonía de su peor enemiga.

- Voy a revisar un poco esto - dijo, antes de marcharse, recorriendo esa sala y la anterior, buscando en detenimiento en las paredes, en el altar, en cualquier mueble que hubiesen pasado por alto y en las pertenencias del ogro. Falta el otro cetro, pensó, recordando que el fantasma le había hablado sobre él, y eso podía significar que había aún más lugares por explorar.

Notas de juego

Máster, Gwyn se tomará el tiempo que haga falta como para poder usar la opción de "elegir 20" (superaría una dificultad de 26) en la búsqueda de objetos, puertas secretas y trampas. Estimo que si bien no es mucho lo que hay para revisar, le va a llevar un buen tiempo el hacerlo con calma.

Otra cosa, no se si tienes un mapa de esta ala como para ver si nos quedó algo sin revisar (como hicimos con la otra ala), que ya estamos levantando campamento para volver a Silvanesti ;)

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14/07/2019, 19:35
Director

Aunque Gwyn registra la estancia de arriba abajo, tomándose su tiempo para desesperación de todos los presentes, no logra descubrir en ella el segundo cetro de control que estaba buscando. Ni el cetro, ni ninguna otra cosa.

Decide entonces registrar por completo la torre y a los demás no os parece mal, siempre y cuando podáis disfrutar de la comodidad que ofrecen los aposentos de Drielae mientras Gwyn se dedica a lo suyo.

Es precisamente en las estancias privadas de la difunta dama elfa donde el tenaz Gwyndaewar, después de explorar sin éxito todo el edificio, encuentra lo que estaba buscando: una réplica exacta de su cetro de platino rematado con un enorme topacio. El cetro que, según Kento, es una de las llaves para activar el Portal que os permitirá regresar a Silvanesti.

A parte de este artefacto, no hay nada más digno de consideración en el dormitorio de Drielae. Todo el lujoso mobiliario que visteis en su momento no fue más que otra ilusión creada por la elfa para engañar vuestros sentidos. Allí todo está podrido y corrompido por el paso incontable de los años.

Kento aprovecha el tiempo de inactividad para preparar sus conjuros; Zeverúth para meditar y rezarle a su dios, Matheri; y Ashe para fabricar un puñado de flechas con el que alimentar su vacío carcaj con los restos que encuentra por ahí.

Para cuando Lithiniel despierta, todos estáis ya impacientes por marcharos de allí. Ashe quiere tratar de llegar directamente a la torre de control, deseosa de regresar al hogar. Kenthalas, en cambio, se niega a marcharse sin haber probado antes las cuatro gemas mágicas que ahora tenéis en vuestro poder y que el gran Ärlithel codició durante siglos.

Será vuestro criterio quien rompa ese empate y determine a dónde dirigiréis vuestros pasos a continuación: a la torre de control o de regreso a la torre arcana.

- Tiradas (1)

Motivo: Flechas Ashe

Tirada: 1d8

Resultado: 8

Notas de juego

Creo que está bastante claro, pero por si acaso: estáis en 49.

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15/07/2019, 19:48
Lithiniel

La druida al fin recuperó la consciencia, había estado durante horas soñando, sí, soñando, hacía días que no lo hacía, desde que era una hedionda momia, y aunque no era consciente de su cambio de forma aún, si que le reconfortó en cierta forma recuperar esa sensación de "vida".

No obstante, la alegría fue mayor si cabe, pues conforme abría los ojos de nuevo, veía sus delicadas manos, para acto seguido pasarlas por su tersa piel y comprobar que volvía ser la misma, la emoción era tal que no pudo evitar exclamar:

-¡No ha sido un sueño! ¡vuelvo a ser yo! -gritaba de alegría llorando de la emoción pues desde que Drielae le negase la ayuda, había asumido su infernal ser.

Tras unos instantes de asombro y regocijo, Lithiniel se secó las lágrimas y de pronto cayó en todo lo que había acontecido, el mural, su marido, la magia, demasiadas emociones en un sólo instante; sin duda su nuevo aspecto era gracias al panel, su procedimiento había sido el correcto y había sido recompensada. Así pues, tras enterarse de lo acontecido dijo:

-No debíais haberle hecho eso a Tërevan, pero no diré más, sólo espero que esté en el lugar que se merece... -dijo únicamente intentando limar las asperezas- en cuanto al arco, si lo que Kento dice es cierto, voto por que se lo quede Zeveruth, es el único que puede sacarle todo el provecho -aclaró en una actitud bastante diferente a la que había tenido como momia- en cuanto al destino, para mi no hay duda, debemos ir a por las gemas, demasiado hemos sufrido para ahora que es cuando más cerca lo tenemos dejarlo de lado, eso sí, debemos ir preparados contra el espectro, Kento, ¿puedes encantar nuestras armas para poder hacerle daño? creo que las armas convencionales no surten efecto -expuso poniéndose de parte del mago, pues no olvidaba que durante su existencia como momia había sido el único que la había defendido y eso no lo olvidaría.

Tras ello se quedó esperando la opinión del resto, evitando tener trato con Gwyn, pues tampoco olvidaba lo que le había hecho, así como que por su locura casi le hace perder la posibilidad de volver a la vida...

Notas de juego

Máster los hechizos los miro luego que le toca el pc a Miss XD.

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16/07/2019, 00:18
Zeverúth

Era cuanto menos curioso como Lithiniel había vuelto a ser ella misma, con la misma energía de siempre, haciendo que el tiempo que había pasado como una momia se fuese olvidando poco a poco de la mente del monje. 

Aceptó el arco con un leve asentimiento de cabeza, tensándolo al máximo y haciendo que sus musculosos brazos temblasen por el esfuerzo ligeramente, dejando claro que lo usaría en toda su plenitud cuando fuese necesario. El tema de hacia donde ir no le pillaba de improviso, pero la idea que tenía era clara: quería salir de allí, volver a su mundo y olvidarse de la avariciosa idea de obtener algo de aquellas poderosas gemas, las cuales era posible que tuviesen una magia parecida a la de los bloques y no fuese precisamente bueno lo que obtuviesen de ellas. Había atacado a Elen-dal en su momento, y luchado contra los otros también, pero no por codiciar sus gemas, sino por defender a sus compañeros y salir de allí lo antes posible, por lo que se posicionó de parte de Ashe.

Deseo volver a casa, llevo demasiado tiempo aquí... - el recuerdo de la tortura recibida y de su sargento cocinado lo castigaba aún, deseaba volver, olvidar todo lo que había pasado allí, beber hasta caer incosciente y apostar el sueldo de un mes en una partida de cartas. ¡Esperaba que los demás pensasen lo mismo!

Notas de juego

Estoy con Ashe, para casa.

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16/07/2019, 01:27
Gwyndrahir

Pasó unas cuantas horas revisando aquella ala de la torre, había lugares que apenas había visto y otros en los que nunca había entrado. Fue sumamente respetuoso con lo que encontró en el laboratorio de su casi amigo Kiyälariel y más aún en la sala de su casi novia Drielae, y si bien esta última ya no lucía como antes, encontró allí lo que estaba buscando. Agarró el cetro con sus dos manos y lo llevó hacia su pecho. Cuando salvemos Silvanesti lo alzaré y estarás allí conmigo.

La druida despertó bastante después, Gwyn la observó en detenimiento. Se la veía feliz, hacía tiempo que sonreía de ese modo, pero aún así no sabía si su corazón seguiría podrido o no, y prefirió no sacar conclusiones antes de tiempo. Lo primero que le llamó la atención fue que no los insultó a nadie en ningún momento, y hasta mostró buenos deseos hacia su ex marido, al cual la momia había tratado como a un esclavo insignificante. Lo segundo, fue que en vez de disponer del arco a voluntad como la momia pretendía, se limitó a decir que votaba por su destinatario, como si la voluntad de los demás importase en algo. Eso era suficiente muestra para él, el monstruo ha muerto.

Ella no lo miró, él no podía leerle la mente ni saber en qué pensaba, pero se acercó a ella y con voz amistosa le dijo - Me alegro de verte bien - sonrió, sin esperar que ella le dijese nada. Había perdido a muchos amigos allí, y por más que no siempre se llevaba bien con la antigua Lithiniel, siempre se protegieron mutuamente y hasta le había salvado la vida a la druida en una ocasión y se alegraba de tenerla de vuelta con ellos. - Si quieres ir por esas gemas, iremos - le dijo en voz baja con tono protector. - Voto por ir hacia las gárgolas - dijo luego con entusiasmo, desempatando.

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16/07/2019, 18:34
Director

Imponiéndose por mayoría simple la opción de probar las gemas y conscientes de que divididos seréis presas fáciles de este lugar de pesadilla, los cinco os ponéis nuevamente en marcha sabiendo perfectamente qué es lo que os aguarda en el camino hacia la torre arcana.

Antes de la batalla, el seguidor de Solinari os advierte de que os enfrentáis a un enemigo diferente a cualquier otro que os hayáis medido hasta el momento, pues no tiene una estructura física que dañar y tanto las armas mágicas como los conjuros pueden fallar al tratar de alcanzarla.

Por el mismo motivo, vuestras propias armaduras os brindan una pobre protección contra un ser que puede atravesarlas con la misma facilidad con que atraviesa paredes. Consciente de ello, Kento no duda en desprenderse de su armadura de cuero sabiendo que únicamente servirá para dificultarle la realización de sus conjuros.

Preparándose para el encuentro con el espectro, Kenthalas lanza un conjuro de armadura de mago sobre sí mismo y, sobre el arco de Ashe y la espada de Lithiniel, sendos conjuros para encantar temporalmente sus armas. Por su parte, Gwyn dispone ya de la espada mágica de Thorian y Zeverúth tiene su nuevo arco para tratar de hacer frente a la criatura incorporal.

Notas de juego

Ashe → 26/28
Gwyn → 22/24
Kenthalas → 15/15 (conjuros gastados: arma mágica x2; armadura de mago; +4 CA)
Leithan → 3/26
Zeverúth → 27/27

Momento de lanzar los últimos conjuros y hacer los preparativos finales antes de la batalla ;)

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16/07/2019, 23:19
Lithiniel

A la druida no le hizo mucha gracia el tono cómplice con el que le había hablado en voz baja Gwyndaear, por lo que aunque se apartó del mismo, no dijo ni hizo nada más, seguía sin perdonarlo pero la vida le había dado una segunda oportunidad y no quería desperdiciarla trayendo viejas rencillas que no ayudarían en nada.

Así pues, cuando todos se prepararon para la batalla, ella hizo lo propio, curándose a sí misma en primer lugar pues sin duda era la que peor aspecto presentaba. Tras ello usó su conjuro de orientación divina en todos los miembros del grupo incluida ella misma, menos en Gwyndaear, sólo tenía cuatro y tenía claro quienes serían los beneficiarios... Tras ello, y lo más importante de todo, cuando salieron al puente que salía de la torre, llamó a su fiel Renan, se había sentido vacía desde hace mucho, y aunque creía que era por ser momia, al volver a la vida esa sensación la acompañaba pues sin duda necesitaba a su fiel águila a su lado. Es por ello que se concentró en convocar un animal a su lado, esperando con todo su corazón que fuera su amada rapaz.

Finalmente cubrió a Zeveruth de cierta magia para resistir la magia espectral, al mismo tiempo, mejoró su capacidad ofensiva sacando su estoque en una mano y convocando sus bolas flamígeras en la mano hábil. Por último, potenció la agilidad de la semihumana y la suya propia. De esta forma, ya se sentía preparada para acometer a cualquier enemigo...

- Tiradas (2)

Motivo: curar heridas moderadas

Tirada: 2d8

Resultado: 16(+11)=27

Motivo: Convocar aliado natural

Tirada: 1d20

Resultado: 8(+4)=12

Notas de juego

Con el nuevo curar heridas me curo en nada XD. Uso orientación divina en todos menos en Gwyn, los gasto todos. Por otro lado, intento convocar de nuevo a Renan, no sé si usando dicho hechizo es la forma correcta o si tendría que hacerlo de otra forma, si no sale por la tirada (no sé si es necesaria dado que no estamos en combate) probaría con usar mi aptitud de druida para cambiar algún hechizo y usarlo.

Gasto también flamear (dejo el estoque sacado en la mano del escudo), protección contra la energía y las dos gracias felinas. 

Pd: la espada que quiero que dote de magia es el estoque, es la que pienso usar de ser necesario

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16/07/2019, 23:51
Zeverúth

El monje rezaba a Matheri.

Incluso en los momentos en los que pensaba que en aquella tierra inhóspita había sido abandonado, Matheri le demostraba que eso era falso, que siempre había estado con él, y que todo formaba parte de una prueba más en su vida para convertirlo en alguien mejor.

Una vez hubo terminado, se levantó y se acercó a sus compañeros con rostro sereno. No ambicionaba nada que le pudiesen dar las gemas, ni siquiera el arco que tan gentilmente le habían cedido, pero la decisión de sus compañeros había sido clara. Se acercó a Ashe, y colocando una mano en su hombro le dijo:

Pronto estaremos de vuelta en casa, estoy seguro

La semielfa parecía que era la que peor lo estaba pasando, sin duda las pruebas a las que había sido sometida habían sido crueles y su voluntad se estaba mermando, nada que ver con la cruel criatura caótica con aspecto angelical que ahora llamaba a su familiar para no sentirse sola, por lo que sintió la necesidad de reconfortarla.

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17/07/2019, 19:11
Director

Con sus poderes plenamente restituidos y aun acrecentados tras su trágico paso por la no-muerte, Lithiniel no tarda nada en restablecerse por completo de sus heridas.

A continuación, la druida despliega buena parte de su magia, prodigándose con sus compañeros en una auténtica demostración de su poder y de que su vínculo con la naturaleza ha sido restaurado. A través de los límites del tiempo y el espacio, Renan acude a la llamada de su perdida ama, chillando de alegría y describiendo círculos por encima de vuestras cabezas.

Por su parte, el monje se mentaliza para la batalla que va a tener lugar muy pronto y, cuando se acerca a Ashe para tratar de animarla, ésta le responde con una sonrisa cansada:

—Eres un buen hombre. Si pudiera volver atrás y escoger nuevamente entre venir aquí o seguir en Silvanesti, volvería a elegir rescatarte de este lugar de pesadilla. Incluso aunque tres buenos kirath hayan dado su vida por la tuya, yo siempre escogería de nuevo sacarte de aquí.

Preparados para lo que os aguarda, regresáis a la torre de entrada. Estáis en la primera planta y para llegar a la torre arcana debéis subir a la segunda. Las escaleras no están lejos. Cruzáis la primera puerta y llegáis al gran salón donde os encontrasteis por vez primera con Elen-dal; parece que haya transcurrido una vida desde entronces.

Tan solo diez metros os separan de la escalera de caracol que sube a la planta de arriba. Ni rastro del espectro. Avanzáis con las armas preparadas y tan silenciosamente como os lo permiten vuestras armaduras y el peso de vuestras pertenencias.

Llegáis hasta el rellano de las escaleras y nadie ha tratado de deteneros. Empezáis el escenso con la creciente esperanza de salir de la torre sin toparos con vuestro enemigo. Alcanzáis la segunda planta y el espectro sigue sin aparecer. Recorréis el curvo pasillo y llegáis hasta el primer puesto de defensa goblin, allí donde fuisteis recibidos por Yavog el hobgoblin. El lugar está sembrado con los cadáveres de vuestros enemigos trasgoides asesinados. Solo tenéis que cruzar una última sala y llegaréis hasta el puente.

Crece en vosotros la esperanza de que el espectro no os haya oído o haya sido destruido al morir el gran Ärlithel, pero no os permitís relajaros. Siguiente sala, más goblins muertos y ni rastro del espectro. Cruzáis la última puerta y...

Llegáis hasta el puente. Echáis a correr sin mirar atrás, con el mar embravecido rugiendo a vuestros pies. Recorréis los escasos veinte metros que os separan de la torre arcana y miráis hacia atrás, jadeantes e incrédulos. Lo habéis conseguido. Habéis logrado llegar hasta aquí sin tener que enfrentaros a vuestro temible enemigo y casi os sentís decepcionados por ello.

Notas de juego

Ashe → 26/28
Gwyn → 22/24
Kenthalas → 15/15 (conjuros gastados: arma mágica x2, armadura de mago; +4 CA)
Leithan → 26/26 (conjuros gastados: curar heridas moderadas, convocar aliado natural I, orientación divina x4, gracia felina x2, flamear)
Zeverúth → 27/27

Asumo que Lithiniel no gasta "protección contra la energía" ni "filo flamígero" ahora que sabe que no funcionan como ella esperaba.

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19/07/2019, 17:24
Lithiniel

La alegría al ver a su fiel compañero y de una pieza fue una sorpresa inesperada, por lo que sin dudarlo ni un instante abrazó a Renan acariciándolo con mimo y dándole una baya que había conjurado en agradecimiento a su presencia, acto seguido le dijo varios elogios en la lengua druídica y lo colocó en su hombro sintiéndose mucho mejor con su presencia...

Tras ello empezó el enorme suspense por encontrar al espectro, el cual por suerte o por desgracia no encontraron a su objetivo, por lo que antes de cruzar el último puente, colocó una trampa mágica en su entrada por si el espectro la llegase a activar, aunque dudase que sirviese para mucho.

Finalmente, y sorteando todos los cadáveres que habían dejado a su paso, miró a los demás y les dijo:

-Bien, hagamos lo que hemos venido a hacer, es hora de que las gárgolas nos cuenten su secreto... -dijo esperando que el grupo la siguiese y se preparase para un descubrimiento sin igual- ¿tienes listo el hechizo de comprender idiomas Kento? -le preguntó esperando que el mago hubiera pensado en dicho problema.

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19/07/2019, 19:37
Zeverúth

Agradecido por las palabras de la semielfa, esbozó una sonrisa.

Haría lo mismo por ti - aseguró con sinceridad.

Después de cruzar el puente, aunque la recién renovada druida se mostraba optimista ante la ausencia del espectro, el monje no parecía igual de confiado. Si no estaba allí guardando el lugar, podría estar en otro lugar perfectamente y pillarlos desprevenidos. Empuñando su arco, siguió a la elfa al encuentro de las gárgolas, esperando que aquella nueva incursión fuese realmente fructífera y no se arrepintiesen eternamente de no haber vuelto a casa cuando tenían la oportunidad.

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19/07/2019, 21:00
Director

Cruzáis esta planta de la torre de extremo a extremo hasta llegar donde se encontraba el trono de Oglugo ocultando la trampilla de bajada al nivel inferior. La delgada cuerda de seda de Ashe os permite bajar sin dificultad y, aunque sabéis no os resultará muy cómoda a la hora de trepar de regreso, no tenéis ninguna soga convencional hecha de cáñamo que utilizar en su lugar.

Tal y como recordabais, en el centro de la amplia sala os aguarda un altar de mármol negro rodeado por cuatro pedestales del mismo material sobre el que descansan otros tantos bustos. Los bustos presentan los rasgos característicos de los desaparecidos Altos Ogros; dos varones y dos damas, cuyas edades cubren el amplio abanico que abarca entre la niñez y la senectud. Todos ellos tienen esculpidos unos medallones alrededor de sus cuellos de mármol y los cuatro están vacíos, como si alguien hubiera arrancado de las oquedades el emblema representado en estos colgantes.

El seguidor de Solinari invoca entonces su magia para comprender las palabras de los bustos parlantes y, una tras otra, va colocando en cada colgante la gema cuya forma concuerda exactamente con cada uno de ellos. La amatista facetada del draconiano sivak Kielrax en el de la mujer más joven, la esmeralda que adornaba el sombrero de Kiyälariel en el del niño irda, el rubí arrancado del esquelético pecho de Elen-dal en el medallón de la anciana y el zafiro que hacía las veces de pomo para la daga de hueso del gran Ärlithel en el del varón de mediana edad.

A medida que las cabezas van hablando, recitando una palabra cada una, Kenthalas va traduciendo para vosotros de manera simultánea:

—Sobre el altar deposita tu ofrenda junto con un beso, una lágrima y una gota de tu sangre como catalizadores del objeto a encantar. Lo que está dormido puede despertar y lo que no existe, ser creado; sueña, pues no hay imposibles.

El aprendiz de mago guarda silencio, meditando sobre lo que todos acabáis de oír y acariciando con ademán distraído el monóculo hechizado que no se quita ni de día ni de noche y que, antes que a él, perteneció al difunto Erindel.

—Creo que es una especie de transmutador arcano, capaz de crear o mejorar objetos mágicos, sacrificando objetos de valor equivalente —teoriza Kento con una convicción que a cualquiera de vosotros le resulta difícil refutar. Está claro que ha aprendido mucho en su paso por Tirintaal—. En el santuario del nigromante fuisteis vosotros quienes os arriesgasteis de modo que ahora permitidme a mí que sea el primero en poner a prueba mi teoría.

La sala está llena de valiosas obras de arte antiguas y también anda por allí el encantado camisote de mallas de Thorian que ninguno de vosotros ha podido llevarse, junto con el equipo de combate de los goblins que os presentaron batalla en este lugar. Todos estos objetos los va recogiendo Kenthalas y depositando sobre el altar de mármol.

A continuación, usa su daga para practicarse un pequeño corte en la yema del dedo índice de su mano izquierda y se lo lleva al ojo que no tiene el monóculo para obligarse a lagrimear. El seguidor de Solinari se arrodilla frente al saturado altar, besándolo con devoción antes de apoyar en el frío mármol su mejilla como si fuera un sacrificio voluntario aguardando el hacha del verdugo. Cuando la solitaria lágrima ensangrentada se derrama sobre el altar, un resplandor dorado lo ilumina todo durante un instante, cegándoos.

Para cuando volvéis a recobrar la vista, descubrís que buena parte de los objetos depositados como ofrenda se han desvanecido. Kento está indemne pero parece sorprendido y emocionado.

—Puedo... puedo sentirla. ¡Algo ha despertado en su interior! —exclama, llevándose la mano derecha al pendiente conectado al monóculo con una fina cadena—. ¿Vosotros también podéis sentirlo? ¿No? Creo que ve a través de mis ojos y oye por mis oídos, pero yo también veo por los suyos con una nitidez como nunca antes había visto.

Kento extrae de su mochila el libro de hechizos de Kiyälariel y, tan pronto como pone su diestra sobre él, en la portaba aparecen escritas en plata las iniciales "K.Q." de su nuevo dueño.

—Es fascinante. ¡Puedo leer la escritura mágica, detectar los objetos encantados e incluso identificarlos por medio del monóculo sin necesidad de lanzar conjuro alguno!

- Tiradas (1)

Motivo: Kento: prueba de INT

Tirada: 1d20

Dificultad: 20+

Resultado: 15(+5)=20 (Exito)

Notas de juego

Ashe → 26/28
Gwyn → 22/24
Kenthalas → 15/15 (conjuros gastados: arma mágica x2, armadura de mago; +4 CA)
Leithan → 26/26 (conjuros gastados: curar heridas moderadas, convocar aliado natural I, orientación divina x4, gracia felina x2, flamear, buenas bayas, trampa de lazo)
Zeverúth → 27/27

Os iba a dejar intentar descrifrar qué querían decir las cabezas parlantes pero Kento ha tenido suerte (y muy buen bonus de INT) en su tirada, así que él lo resuelve por vosotros y se lleva la experiencia :P

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20/07/2019, 19:54
Zeverúth

El monje observó como el mago había conseguido mejorar su monóculo mediante ese sencillo trueque, por lo que con cierta parsimonia fue recogiendo objetos de valor que no podían cargar y depositándolos en el altar al igual que había hecho su compañero y amigo. 

Tenía claro que arma quería mejorar, el soris. Fue la primera arma que le concedieron tras su cautiverio, y la había utilizado para proteger a su grupo, el cual había dejado de ser un simple grupo para él, ya que con el paso del tiempo se habían convertido en amigos. No deseaba nada, pero necesitaba defenderse, y pensaba consagrar ese soris a la defensa de sus compañeros y de Silvanesti. Pidió prestada la daga a Kento, y copiando cada gesto que hubiera hecho el mago anteriormente, realizó el ritual y esperó a que las estatuas le diesen la respuesta.

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20/07/2019, 20:45
Director

A la vista del prodigio contemplado y sabiendo que varios de sus compañeros no eran particularmente atentos con los demás, el monje decide dar un paso al frente y seguir las indicaciones que Kento os ha traducido mientras aún queden tesoros que ofrecer en sacrificio a las invisibles deidades que dotan de magia al transmutador arcano.

Su sangre y sus lágrimas manchan el viejo soris de Thorian y, besándolo, lo deposita sobre el altar todavía repleto de valiosa artesanía irda.

El estallido de luz que sigue a esta acción os ciega a todos y, un instante después, el arma arquetípica de los defensores de Silvanesti se ha convertido en una nueva versión de sí misma. Ahora está tallada mágicamente con los nombres de los kirath que han fallecido defendiendo heroicamente su patria; muchos de ellos son desconocidos por su portador, pero reconoce los de Thorian, Erindel, Tërevan, Ecthelion y los de los difuntos miembros de su patrulla.

Maravillado, Kenthalas solicita examinar el artefacto. Tras unos minutos contemplándolo con detalle sentencia:

—Entre tantos nombres, hay uno que destaca más que ningún otro: Caladrithal; creo que es el suyo propio, en honor de su creador, Thorian Caladrun. Únicamente un elfo silvanesti de pura sangre puede empuñar este soris sin sufrir las consecuencias de tal atrevimiento. Está claro que es un arma mágica, pero creo que es algo más; un objeto legendario cuyos poderes completos ni yo mismo puedo anticipar.

El seguidor de Solinari devolvió el arma a su legítimo propietario.

—Lo que sí puedo decirte es esto, Zeverúth: por medio de la palabra de mando "tärcil", una vez al día, tu soris te permitirá crecer temporalmente hasta el doble de tu estatura. Emplea con prudencia este conocimiento porque sus efectos se desvenecerán al cabo de unos pocos minutos. No solo serás más grande, sino también más fuerte, pero será más fácil golpearte y a las criaturas menores que tú les resultará más sencillo esquivarte.

Sobre el altar todavía quedan algunas estatuillas y figuras de los Altos Ogros, pero menos de la mitad de las que originalmente había en la sala. Está claro que tendréis que empezar a sacrificar algunas de vuestras pertenencias si queréis que todos puedan disfrutar de este maravillos hallazgo.

Notas de juego

Descripción del arma en la sección de "notas" de la ficha del personaje ;)

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20/07/2019, 23:38
Director

Ya no quedaban muchos tesoros en la sala y, recordando que Lithiniel había sido dada a los abusos en el santuario del gran Ärlithel, Gwyn decidió tomar la delantera antes de que no quedase nada que ofrecer en el altar.

Su pequeña ballesta goblin vino a sumarse a todo lo que pudo encontrar que pudiera ser considerado de valor. Las tallas de los irda, el equipo de combate de Kielrax, las alabardas de sus escoltas, arcos, armaduras de cuero... Más que un sacrificio, aquello parecía el bazar de un mercader de Tarsis, pero aquello no le importaba al resuelto Gwyndaewar.

Lo que sí le importaba era tener que llorar y sangrar, pero ambas cosas eran una molestia asumible a cambio de conseguir lo que quería. Se limitó a soltar una única lágrima y una solitaria gota de sangre, pues incluso de eso pensaba entregar lo mínimo posible a unos dioses que tan poco le habían dado en su vida. Ellos ya tenían tanto como él se merecía.

Tras el estallido de luz que siguió al ritual de transmutación, en el altar todavía quedaban algunas figuritas de los Altos Ogros, junto con una ballesta que en nada se parecía ya a la que Gwyn había depositado allí. Era algo más grande e incorporaba una mira telescópica que permitía a su propietario apuntar a los órganos vitales de sus presas desde una larga distancia.

Era un arma magnífica y temible, ideal para causar grandes daños a criaturas desprevenidas y Gwyndaewar se sintió complacido imaginándose a sí mismo oculto entre la maleza, al acecho, acabando con sus enemigos de un único y certero disparo en el corazón. Tal vez por ello se sintió receloso cuando Kento se acercó a examinar su nueva ballesta.

—Está encantada, no hay duda —comentó el seguidor de Solinari antes de que Gwyn se la quitara de las manos de malos modos—.  Si pronuncias la palabra "landroshien", una vez al día ocultará a su portador de todas las miradas durante unos minutos. ¿Qué nombre le pondrás? Porque un arma así bien se merece un nombre.

Notas de juego

Descripción del arma en la sección de "notas" de la ficha del personaje ;)

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21/07/2019, 00:51
Ashe

Ashe sabía bien lo que quería y cuando escuchó de labios de Kento que debíais tener miedo a soñar, tomó la decisión. Al igual que Zeverúth ella quería un arma pero, a diferencia de éste, no quería un soris sino el arco maravilloso que había empezado a construir con sus propias manos a partir del fémur de dragón que Nikolaus Jólasveinn le había regalado.

Mientras sus compañeros saqueaban los cada vez más escasos tesoros de la sala, la exploradora semielfa había bajado al nivel inferior y rescatado da la inundada herrería la sangrienta cimitarra de cristal que ninguno de vosotros se había atrevido a reclamar cuando estuvisteis allí.

En verdad era un arma terrible, que se alimentaba con la sangre de sus víctimas para infligirles un tormento mayor y Ashe no quería que un objeto así siguiera en el mundo. Y en Tirintaal menos que en ninguna otra parte. Decidida a ofrecerla en sacrificio, regresó junto a vosotros y la depositó en el altar después de retirar todo lo que todavía había sobre él.

Colocó después el libro titulado "En pos del Brinziil", que detallaba las instrucciones para fabricar armas de artesanía élfica, y también el hueso de dragón blanco. No sabía si sería suficiente y tampoco quería mendigar a ninguno de sus compañeros de modo que vació sus bolsillos de sus piedras de lapislázuli y de todo el dinero que tenía. Deseó en su fuero interno que aquello bastase y se arrodilló junto al altar de mármol negro.

Las lágrimas brotaron en un incontenible manantial cuando se permitió por primera vez desde su llegada llorar por sus compañeros caídos. Lloró por todos los que había perdido. Lloró por su patrulla, por Lothas, Tasarë y Keradriel que habían muerto al poco de regresar a su patria después de tantos años de exilio. Lloró por Ojos de Luto que había caído tratando de guiarlos hasta Sithelnost y lloró por los horrores y la desesperación que presenció allí. No lloró por Erindel, pero sí lo hizo por Térevan a quien tanto había querido y admirado y también por Thorian, a quien había amado carnalmente y por quien sentía ternura a pesar de su carácter imposible. Lloró por la belleza marchita de Tirintaal, que en algún momento debió ser gloriosa, y lloró también por Silvanesti, corrompida por aquel que debía protegerla de todo mal. Y lloró más que por ningún otro, por sí misma. Por ser una mestiza despreciada por hombres y elfos; por tener que luchar tan duro cada día para demostrarse que no era menos que ninguno.

Todavía con lágrimas en los ojos y arrodillada, besó su arco y lo dejó sobre el altar. Después, con un gruñido de rabia, cogió su daga y apretó su hoja en la palma desnuda de su mano. El fogonazo que surgió cuando la sangre se derramó la hizo caer de espaldas pero, cuando su vista se aclaró de nuevo, descubrió que sobre el altar únicamente quedaban un puñado de monedas y un arco delicado y precioso hecho de hielo.

Se vendó la mano herida, guardó las monedas y cogió el arco con temor reverencial. Estaba agradablemente frío, pero no hacía daño al tacto ni comenzó a derretirse al entrar en contacto con el calor vital de su dueña. Ashe lo tensó y el arco se dobló con la facilidad de un arco de juguete. Pensó que no serviría, pues un arco tan fácil de tender difícilmente lanzaría muy lejos las flechas. Tiró de la cuerda para poner a prueba su rigidez y soltó.

Una saeta de hielo brotó de la nada y voló unos diez metros antes de desvanecerse en el aire. La exploradora sonrió ante el prodigioso truco de magia pero aquello no era verdaderamente útil salvo si volvía a quedarse sin flechas. Colocó uno de los proyectiles que estaban repartidos por el suelo de la habitación y disparó de nuevo. La flecha surcó el aire dejando tras de sí una gélida estela e hizo diana en la lejana columna que la arquera había escogido exactamente allí donde ella había apuntado.

Con los ojos humedecidos todavía por las lágrimas, Ashe besó su arco helado sabiendo que ya jamás lo abandonaría.

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21/07/2019, 02:53
Gwyndrahir

Gwyn arrebató de las manos el arma a Kento, que a los ojos del rechoncho elfo había estado tocando demasiado tiempo su preciosa ballesta. Recorrió con sus manos la madera curvada y observaba en detalle el ingenioso mecanismo. La tomó entre sus manos y miró a través de la mira, se imaginó a la momia delante de él. Me hubiese encantado estrenarla contigo, pensó. Luego sonrió, un par de lágrimas brotaban de sus ojos, un arma así era algo con lo que había soñado desde pequeño y creyó que jamás alcanzaría. Gracias. Aquellas palabras no sólo eran para los Irda que habían muerto milenios atrás,también para los dioses porque al menos uno parecía estar ayudándolo, también para cada uno de los que habían hecho posible que estuviese allí, para cada uno de los que había perdido en el camino, y para cada uno de los que generosamente habían contribuido con sus bienes para esa justa causa. - Se llamará  Justicia Silenciosa, y su veredicto será implacable y letal! Y todos temerán su juicio!- dijo alzándola en alto. Luego se encogió de hombros y la guardó entre sus pertenencias, para que los demás no la viesen demasiado

Notas de juego

Semejante regalo se merecía al menos un post breve ;)