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Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

La Reconquista de Silvanesti

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01/01/2020, 19:28
Director

2 Sirrimont del 353 A.C.

Solo lleváis un día establecidos en el nuevo campamento y todavía debéis encontrar un modo de convivir todos juntos.

Después de ayudar a la embajada a cruzar el Thon-Rishas, Tareth condujo con la ayuda de Ashe y Zeverúth a los diplomáticos hasta el lugar que Lithiniel había escogido para plantar su roble encantado. Para entonces, la druida ya había terminado de reformar su interior por medio de la magia. Siete diminutas estancias circulares diseñadas para albergar o aprisionar a los recién llegados y que no despertaron por igual la admiración de todo el mundo.

Ghïlmeril y Lormaen, los soldados de la Protectoría enviados para escoltar a la delegación, pronto mostraron su desagrado con el alojamiento que Lithiniel había dispuesto para ellos. Con sus yelmos emplumados y sus capas escarlata hondeando llamativamente al viento se han estado paseando por los alrededores del campamento demostrando su desconfianza y su desprecio hacia todos por ser kirath en lugar de "auténticos militares". Especialmente hacia Ashe por no ser ni siquiera una elfa y hacia Tareth por su feo aspecto.

Los delegados de la misión encomendada por el Sinthal-Elish a Silvanost han demostrado en cambio ser muy diferentes de sus guardias.

Elspeth es una joven y circunspecta maga Túnica Blanca que acaba de superar recientemente su Prueba de Alta Hechicería y para ella esta es su primera oportunidad de demostrar al Cónclave de magos y a sus superiores de la Casa de Mística que estaba preparada para cualquier cosa. Rubia, ojos claros, tan alta como Ashe pero con una belleza mucho menos exótica y más fría... da la sensación de ser una distante princesa silvanesti por su actitud y la tiara de diamantes y oro blanco que adornaba su cabeza. Aunque con educación, no tardó en dejar claro que tampoco se quedaría en la monástica celda que Lithiniel había construido para ella.

Nalviusduil, o Nalvius como prefiere que le llaméis, es tan alto como su compañera maga y lleva su oscuro cabello recogido en una cola de caballo. Viste de verde y amarillo con piedras preciosas, porta al cuello un medallón de plata en forma de arpa y lleva a la espalda una llamativa mandolina de madera oscura que toca siempre que tiene ocasión aunque no siempre os parezca oportuno. Es angustiosamente delgado para su estatura, casi enfermizo dirías; y, sin embargo, hay algo en su actitud que os resulta amigable y digno de confianza.

Es un declarado clérigo de Astarin, el dios-rey de los bardos, y también un entusiasta admirador de los llamados Héroes de Sithelnost. Parece saberlo casi todo de la gesta que Lithiniel, Gwyn y Ashe llevaron a cabo allí en compañía de Tërevan, Erindel y Kento. Ha prometido componer una canción en vuestro honor algún día y le entusiasma la idea de compartir aventuras con vosotros. Pese a que le habéis dicho varias veces que deambular por la Pesadilla no es seguro, él está convencido de que con vuestra ayuda, llegar a Silvanost será coser y cantar.

Por el momento, mientras trata de persuadiros para que os unáis a su causa, ha aceptado de buen grado el reducido dormitorio arbóreo de Lithiniel, considerando un auténtico honor recibir la hospitalidad de Lithiniel Moldeadora de Roble. Una hospitalidad que la druida no ha hecho extensiva ni a Ashe ni a Zeverúth después de que ambos hayan ridiculizado la grandiosidad del refugio prometido.

Ninguno de los dos confiaba en la capacidad de Lithiniel para cumplir con las expectativas que generó en Rocío Matinal y han traído consigo dos grandes tiendas de campaña, cada una con capacidad para albergar a cuatro personas en su interior. Han montado las dos cerca del roble, ocupando cómodamente la carpa verde y dejando la gris para Elspeth y sus guardias.

Tareth no consiguió regresar a Rocío Matinal y seguramente hubiera muerto en el bosque de no ser por Zeverúth y Ashe, así que no ha podido traer las cosas que Lithiniel le encargó. La mula de la druida murió en extrañas circunstancias hace casi una semana y pareja formada por el monje y la exploradora semihumana no han traído consigo más bestias de carga, sino que se han valido de una bolsa mágica para guardar en ella cuanto necesitaban, incluida una caja encantada que contiene una cantidad de provisiones que hasta la fecha parece ser ilimitada y que han decidido no compartir por el momento ni con Gwyn ni con la druida, que tienen grandes cantidades de comida almacenadas en una de las habitaciones del interior del roble.

Notas de juego

Todos estáis plenamente restablecidos y podéis preparar los conjuros que estiméis oportunos para la próxima jornada.

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02/01/2020, 18:43
Tareth el Tuerto

Si, lo siento... - Dijo Tareth. - Cuando aquel ser se me acercó y comencé a perder la cordura... - La mirada de Tareth, la de su único ojo, mostraba preocupación y sobresalto. - ...pensé que no lo contaría, no... - Sonrió amargamente. - Eso pensé, si... 

Tareth acababa de contar aquella historia de nuevo. Cuando regresaba en busca de Ashe y Zeverúth fue emboscado por un ser incorporal. Ese abominable monstruo se metió en su cabeza. Le introdujo ideas suicidas y empezó a destruir su mente rápidamente. Tareth pudo defenderse, aunque no las tuvo todas consigo a que lograría sobrevivir, pero lo hizo. Derrotó a aquel incorporal corrupto, a aquella pesadilla asesina y pudo ver un nuevo amanecer.

No obstante, aquel tramo de historia era el que menos recordaba. Tras el incidente, se vio perdido, sólo y aturdido. Era como un niño perdido en medio de un peligroso bosque, pues su mente había sufrido grandes daños debido a la acción de aquel ser tenebroso. Casi no podía pensar más que un animal, pero lo peor era que no tenía el instinto de supervivencia de uno. El hambre y la sed se convirtieron en un grave problema y sólo la aparición de Ashe y el monje, sus salvadores, lo había podido contar.

Fue horrible, si... - Sonrió aliviado. - Muy horrible en realidad.

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03/01/2020, 00:11
Gwyndrahir

- Encima que ves sólo la mitad, te ataca un ser traslúcido, vaya suerte la tuya - comentó el rechoncho elfo que escuchaba esa historia por primera vez, y le parecía de lo más interesante. Le costaba darse cuenta si el tuerto se había recuperado del daño mental que ese ser incorpóreo le había hecho o no, porque su modo de hablar era tan contradictorio y poco articulado como antes, Gwyn no notaba diferencia. - Puedes hacer una canción sobre esto, Nalvius? La parte horrible podría servir para asustar a los niños y que se porten bien- la idea de inmortalizar las desventuras de su tuerto compañero lo entusiasmaba.

- Puedo, si quieren, contarles en detalle el ataque que recibimos por la noche en este mismo árbol mientras la Moldeadora de Roble descansaba. También fue horrible, pero terminó con la muerte de la pobre mula, toda su carne comida por cientos de ratas, sus vísceras se desparramaban sobre el agua podrida empapadas de sangre y estiércol, y en casi un abrir y cerrar de ojos sus huesos se hundieron en el pantano y se perdieron para siempre... eso sí fue horrible de verdad. - el pequeño kirath ponía la peor cara de asco que podía poner.

- Es triste que la servicial mula, que nos acompañó por tanto tiempo, muriese de un modo tan cruel, pero su destino fue el mismo que el de casi todos nuestros compañeros... salvo el Túnica Blanca, ese fue un caso especial - se interrumpió, no quiso agregar ningún detalle más porque habían acordado no contar una palabra acerca de Kenthalas a la pareja de traidores que habían abandonado al mago a su suerte - Yo creo que ella tal vez esté contenta, ya no tiene que cargar en su espalda las cosas pesadas que Lithiniel le hacía llevar, ya no pasa hambre porque casi no le daba de comer, ya no la hechizan para obligarla a entrar a la Pesadilla contra su voluntad, y ya no siente el terrible miedo que la acosaba desde que entró a Silvanesti... pobrecita, su vida se había vuelto en un martirio - hizo una pausa por si alguno quería agregase algún detalle más sobre esa desgracia.

Entonces, como si recordase algo importante que había olvidado, abrió su mochila y sacó de ella una criatura del tamaño de un perro, algo chamuscada, atravesada por un virote. Tenía alas de murciélago, patas de insecto, cuerpo peludo y un largo pico que parecía una daga manchado con la sangre de la mula. - Está lleno de estas criaturas peligrosas... y de ratas también... y de árboles que te atacan al pasar, pero estas pueden chuparte la sangre y son muy molestas. Quiere verlas de cerca, señorita Elspeth? O usted señor Nalvius? Apuesto a que nunca vieron algo así - el rechoncho elfo sostenía del virote el cadáver del pequeño monstruo, como si fuese un trofeo de guerra.

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03/01/2020, 03:31
Elspeth

—Por lo que cuentas, debió atacarte algún tipo de no-muerto espectral —comenta la maga ante el relato de Tareth—. Hay muchas almas atormentadas que tienen poder para corromper el cuerpo o la mente de sus víctimas y ninguna es débil. Que lograses sobrevivir tú solo a semejante encuentro habla mucho y muy positivamente de tus aptitudes, puedes enorgullecerte de ello. Nosotros no nos hemos topado con ningún muerto viviente en nuestro camino, pero sí con cosas escalofriantes a las que seguramente unos veteranos como vosotros ya estaréis acostumbrados. Ruidos, cosas que explotan porque sí, animales y plantas enfermos... Es un alivio para todos que nos encontrases, Tareth.

A continuación escucha la historia de Gwyn con más desagrado que interés, compartiendo la misma repugnancia que éste se esfuerza por demostrar. Solo cuando el narrador hace gala de su intrepidez mostrando su putrefacto trofeo, la Túnica Blanca decide expresar con palabras lo que ya revela su rostro, que no es precisamente admiración.

—Puag, aparta eso de nosotros, por favor. No es más que una estirge nauseabunda. ¿Cuánto lleva muerta, una semana?, no es la clase de cosas que nadie querría coleccionar. ¿Y dices que la llevas ahí guardada en la mochila con tu comida y el resto de tus cosas desde entonces?

Por su expresión es posible que piense que el tuerto no fue el único en sufrir alguna clase de trauma psicológico reciente. Sin embargo, opta por cambiar de tema.

Has mencionado antes a un hermano Túnica Blanca. ¿A quién te refieres y qué le sucedió? Esa sí promete ser una historia digna de ser escuchada.

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05/01/2020, 00:01
Gwyndrahir

Gwyn volvió a guardar en su mochila a la criatura de la cuál acababa de aprender el nombre. - No se preocupe señorita Elspeth, ya está muerto, no se va a comer las raciones ni va a usar las cosas que hay en el bolso - le contestó, entendiendo que esa era la preocupación de la delicada dama. Luego la elfa le preguntó acerca de su compañero mago, él miró dubitativo a Lithiniel y a Tareth, pero la idea de que Nalvius pudiese hacer una canción acerca de él resultaba ser una tentación irresistible para el rechoncho kirath.

- Se llama Kenthalas Quinnay, es un poderoso Túnica Blanca, un amigo y un kirath. Pertenece al campamento del Fénix Azul, el mejor campamento kirath, el más valiente y mas eficaz, del cual nuestra líder, Lithiniel, y también yo, formamos parte. - asintió hacia la druida - Otro poderoso mago que vestía ropas rojas, Nikolaus J´lasveinn, un hombre muy amable que nos dio algunos regalos, lo trató con gran respeto y mencionó a su padre, Laucian Quinnay, que parece ser alguien muy importante entre ustedes - Gwyn no tenía idea de cómo era la organización de los magos, más allá de los tres colores que Kento le había explicado que los diferenciaban - Se enfrentó a los Túnica Negra de Tirintaal, y junto a la druida y a mi, los vencimos a todos, uno de ellos era un amigo mio, pero bueno, después de matar a la druida y convertirla en momia, ya no pude protegerlo más - dijo excusándose por no haber podido impedir su segunda muerte - también nos acompañaban ellos dos, pero no los cuento porque abandonaron al mago a su suerte, sin importarles si sobrevivía o no - negaba con la cabeza, con una expresión de indignación y con la mirada puesta en la Túnica Blanca - pero Tareth nos prestó su único ojo para seguir su paradero - aclaró luego.

- Lo cierto es que él nos sacó de la Fortaleza Irda de Tirintaal, un lugar tan increíble como tenebroso. Él se lanzó al portal y nos guió hasta nuestro bosque a través de un túnel de luz y de mundos más allá de nuestra imaginación - entonces se detuvo, mirando de reojo a Ashe y a Zeveruth - disculpe, señorita Elspeth, pero prometí no revelar el paradero de nuestro amigo en presencia de los dos traidores, es por respeto a él, espero me entienda -

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05/01/2020, 13:48
Tareth el Tuerto

- Ve de lo que le hablaba... - Le dijo el tuerto al oído a Nalviusduil. - Y así se pasan todo el tiempo, si... - Sonrió ante la evidencia. - Todo el tiempo, si... - Se encogió de hombros. - Y luego en cambio, son capaces de cualquier cosa. Hacen proezas que solo a la altura de los grandes elfos están. Son difíciles, si, pero eficaces en lo suyo...

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05/01/2020, 15:46
Lithiniel

Lithiniel recibió con gesto serio a los nuevos llegados, no estaba contenta tras la inutilidad de Gwyn para vigilar, no obstante pese a que la mayoría de los enviados no valoraban su creación arbórea, sí que asintió con agradecimiento y respeto al bardo, el cual parecía el más sabio de todos ellos; por lo que antes de que la situación se desmadrara aprovechó para hacer valer su autoridad por lo que dijo en tono impositivo:

-Me alegra teneros al fin aquí, pero me veo obligada a dejar claros varios puntos, el primero de ello es que no tenéis ni idea del peligro que corréis, pero no me cabe duda de que pronto aprenderéis -dijo advirtiendo más que amenazando- me trae sin cuidado que vosotros dos queráis dormir en vuestras tiendas antes que en el árbol, mi labor es proteger a los diplomáticos que son Elspeth y Nalvius, y si vosotros dormís fuera mejor para nosotros, vuestros gritos nos servirán para alertarnos del peligro -añadió con cierta jactancia- por lo que vos señora Elspeth me temo que no tenéis elección, puede que el sitio sea pequeño pero estoy trabajando en ello, os aseguro que es despertar dolorida a no despertar... -expuso dejando claro que en ese punto no tenía elección- por otro lado, nadie puede salir del campamento sin nuestra autorización, y cuando lo haga lo hará siempre con protección, no hace falta que diga que no debéis comer ni beber nada que no haya purificado yo previamente, y os recomendaría también no tocar nada- continuó enumerando los principios a los que debían atenerse- en cuanto a lo de viajar a Silvanost, no os diré que no sea posible, pero antes de acometer dicha tarea, que es sin duda la más peligrosa, deberéis demostrarnos que sabéis respetar las normas y que podéis sobrevivir en esta Pesadilla, por lo que os recomiendo empezar cuánto antes y podéis hacerlo fortificando la zona, poniendo trampas y elementos para detectar a posibles enemigos con tiempo suficiente, yo por mi parte seguiré con mis tareas de mejorar el refugio y preparar comida y agua -concluyó recorriendo con la mirada a todos los presentes- si alguien desea desafiar estos preceptos lo animo a que lo haga ahora y con gusto lo pondré en su lugar, no hay tiempo para más pérdidas de tiempo y cuánto antes colaboremos entre todos más posibilidades de sobrevivir tendremos... -dijo finalmente.

Tras ello escuchó como Gwyn la increpaba por lo de la mula, y aunque luego la defendía en su narración sobre Kento, parecía estar jugando a un juego que no le hacía la menor gracia, por lo que dijo con seriedad:

-La mula murió porque preferiste resolver el asunto por ti mismo y no despertarme, de lo contrario, podría haberte orientado en el acto, pues es uno de mis dones y no habrías acabado con ella dando vueltas en ciénagas peligrosas- dijo para luego referirse a todos en tono de advertencia- que quede claro lo que pasa cuando uno intenta hacerse el héroe en solitario, siempre hay bajas, así que antes de pensar que podéis con la situación, aseguraos que el resto del grupo ha sido avisado al menos... -continuó diciendo con su característico tono de advertencia.

Finalmente viendo que el bardo parecía el más afín a ella, llamó su atención diciendo:

-Señor Nalvius, podéis tomar la habitación que más gustéis, han sido todas cauterizadas para evitar humedades y con el tiempo podré ir añadiendo más detalles, de momento hay una improvisada zona de baños, que aunque el agua está fría, servirá para evitar vivir como bárbaros; os recomiendo que la planta baja me la dejéis a mi por si ocurre algún incidente, pero lo dejo a vuestra elección -dijo con respeto hacia el elfo.

Una vez terminó la presentación, y si nadie la requería, se puso a seguir mejorando su refugio...

Notas de juego

Vale, un par de cosas, ¿los 15 de oro que le di al tuerto los recupero?

Por otro lado, ¿la puerta del árbol la puedo considerar puesta ya en el tiempo que ha pasado? sino será lo próximo que haga, también está el tema de la ducha, no sé si está aún, si no es así es algo que también tengo que hacer. Según entendí creo que al menos el tonel con agua si está, ¿no?

Yo por mi parte pienso seguir fortificando el lugar, si no está la puerta, mi idea es usar el hechizo de moldear madera para cerrar por dentro el árbol y de esa forma que nada ni nadie entre; y cuando esté, pues que tenga unos soportes detrás para poder bloquearla con un pesado tablón.

Por cierto, ya que no tengo saco, usaría para dormir la mochila con la muda de viaje dentro como almohada y la capa como lecho, que Terevan es muy cómodo siempre XD.

Los conjuros son los siguientes:

-Nivel 0: crear agua, detectar veneno, purificar comida y bebida, conocer la dirección y orientación divina.

-Nivel 1: flamear x2, buenas bayas, detectar animales o plantas

-Nivel 2: deformar madera x2, gracia felina

-Nivel 3: transformar piedra, crecimiento vegetal


La idea es empezar a moldear la ladera que está junto al árbol para que para llegar a la entrada de madera haya que recorrer un pequeño pasillo en la ladera antes. También lanzaría el hechizo de crecimiento vegetal sobre el roble para empezar a ensancharlo. También lanzo detectar veneno en la zona para asegurarme que no hay nada peligroso cerca.

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05/01/2020, 20:37
Director

Nalvius se esfuerza por tomar notas de la historia que Gwyn os cuenta a todos, haciendo preguntas allí donde las ideas le resultan inconexas y matizaciones cuando al información del kirath difieren con las que él mismo tiene. Las propias dudas del clérigo sobre la veracidad de lo que escucha, el comentario de Tareth y la afirmación de Elspeth de que Nikolaus Jólasveinn no existe y no es más que un cuento kender, son los que dan pie a que una divertida Ashe sugiera a los presentes que desconfíen de cuanto Gwyndaewar les cuente.

—Lo que dice el pobre está siempre tan alejado de la verdad que cuando nos acusa a Zeverúth y a mí de traidores en realidad me siento halagada —termina apostillando la mestiza semielfa con una carcajada—. Siendo así, podéis imaginar qué cabe esperar de aquellos a quienes alaba.

Uno de los guardias escupe en el suelo antes de mascullar:

—Asquerosos semihumanos...

Y vuelve a escupir después de escuchar las palabras con que Lithiniel se dirige a la delegación diplomática.

—Escúchame bien, kirath zarrapastrosa, porque yo solo te voy a dejar claro un único punto: si te vuelvo a oir hablar en ese tono voy a arrancarte la ropa, voy a coger mi lanza y voy a metértela por el...

—¡Por los dioses, Ghïlmeril! —exclama Nalvius horrorizado, interrumpiendo al mando de la Protectoría antes de que éste termine la frase— No hay ninguna necesidad de ser descorteses con nuestros amables anfitriones. Ellos solo nos dicen lo que a su entender y desde su experiencia es mejor para nosotros.

—Entonces vamos a aclarárselo para que no se equivoquen —interviene la Túnica Blanca con el ceño fruncido después de las osadas palabras de la druida—. Ninguno de los presentes estamos bajo las órdenes de los kirath'algos y, aunque apreciamos vuestro criterio bien formado como experimentados guardabosques, cualquier asunción por vuestra parte de que tenéis algún ascendente sobre nuestra presencia en nuestra patria común es un error.

»El Hijo Venerable Nalviusduil y yo misma únicamente respondemos ante el pueblo soberano de Silvanesti, representado por el Sinthal-Elish, que es quien nos envía. Y nuestros escoltas lo hacen atendiendo a las órdenes directas de sus mandos, quienes a su vez también responden ante los Cabezas de las Casas. Son ellos, Lormaen y Ghïlmeril, los responsables de velar por la seguridad de esta misión y cualquier alusión a su incapacidad o desconocimiento, o cualquier pretensión de usurpar sus competencias son agravios que hacen bien en no tolerar estando su honra y su vida en juego como lo están.

»Llevamos más de una semana viajando por los bosques patrios y hasta la fecha hemos sobrevivido, de modo que no consentiremos la condescendencia ni las asunciones paternalistas de nadie. Por supuesto, agradecemos tanto la hospitalidad como la ayuda prestada hasta el momento y agradeceremos también en nombre de la nación Silvanesti cualquier ayuda posterior que nos queráis brindar en el futuro.

»Estamos convencidos de que sois individuos altamente capacitados, tal y como varios de vosotros habéis probado sobradamente en el camino hasta aquí, y os sugerimos que no tengáis la pretensión de asumir que nosotros no lo somos también. No nos habrían enviado aquí de no ser así, os lo garantizo.

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06/01/2020, 00:58
Gwyndrahir

Lithiniel volvió a culparlo por la muerte de la mula una vez más, pero Gwyl en esta ocasión no la contradijo, cualquiera que la escuchase podía darse cuenta que hacerlo sería una mala idea. Estableció normas rígidas que le costó memorizar y le impuso a la maga el lugar en dónde dormir, le guste o no. Se lo merece, pensó hacia sus adentros, todavía estaba indignado por la negación de la Túnica Blanca acerca de la existencia de aquél amable y generoso Túnica Roja. Se mordió los dientes para no insultar a la maldita cazadora cuando cuestionó su historia, y se sumó al elfo cuando escupió a los pies de su mal arriada compañera. Un hilo de baba quedó colgando de su boca mientras le dedicaba una larga mirada cargada de odio que lo mantuvo al margen de lo que sucedía alrededor hasta que los gritos comenzaron.

Notó sorprendido que Elspeth tenía un carácter tan endemoniado como Lithiniel, y un orgullo igual de repugnante. Invocaba la autoridad de las casas, del Sinthal Elish, de su torre de hechicería y de su linaje, como si eso tuviese algún valor en esa tierra maldita. - Señorita Elspeth, muy lindo discurso, pero todos esos a los que nombra no han podido recuperar nuestro bosque en todos estos años, y haciendo alarde de una inútil pomposidad no va a lograr cambiar eso. La Pesadilla los venció a todos... así que poco importan sus títulos aquí, para las monstruosidades de Silvanesti usted es un elfo como cualquier otro, la comerán y luego la cagarán como lo hacen con cualquier otro ser vivo... lamento que no se haya dado cuenta, pero las cosas son así - entonces se puso de pie y avanzó hacia un costado de Lithiniel.

- Ella es nuestra líder, no importa si lo merece o no, si es justo o no, lo es y punto. Todos los que se han opuesto han muerto, sin importar su rango ni el afecto que le mostraron. De todos los que estamos aquí es la única que regresó de la muerte, la única a la que el bosque le obedece, además ha estado trabajando toda una semana en hacerles una casa bonita para que estén protegidos, pero usted es tan orgullosa y desagradecida, que la desprecia...  Elspeth, su cabello es muy rubio, su vestidura es muy blanca, pero su corazón es tan negro como este bosque, no se sorprendan si la naturaleza se enfada con usted y esta noche cae un rayo sobre su cabeza! - dijo en tono amenazante, pero dio un paso atrás de la kirath temiendo alguna represalia - Los invito amablemente a que recapaciten y la obedezcan, o se atengan a las consecuencias. Yo me enfrenté a ella una vez, y apenas sobreviví, no voy a hacerlo nuevamente, diga lo que diga yo estoy de su lado -

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06/01/2020, 09:01
Ashe

Estoy tan acostumbrada a ser despreciada por mi herencia mestiza por los silvanesti "puros", que no veo sentido en escenificar mi contrariedad por la pésima educación de Ghïlmeril. Lo que sí considero importante es desmontar una vez más las falsedades de Gwyndaewar para que los embajadores no nos metan a todos en el mismo saco.

—Está claro cual es la clase de liderazgo tiránico y coercitivo que a Lithiniel le gustaría ostentar y que ejerce impunemente contra los pusilánimes. Recuerdo que en nuestra estancia en Tirintaal reconocimos un líder temporal de nuestro grupo y ese fue Zeverúth, jamás la druida.

»Ni ella tiene ascendente jerárquico alguno sobre ninguno de los presentes, ni lo tiene desde el punto de vista moral. A duras penas puede ser reconocida como una igual y mucho menos como una superior, salvo para aquellos tan cobardes y serviles que quieran reconocérselo por miedo a las represalias físicas.

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06/01/2020, 09:22
Nalviusduil

Los ojos de Elspeth centellean de cólera apenas contenida ante las amenazas hechas por Gwyn en nombre de la druida, pero el clérigo de Astarin interviene antes de que la Túnica Blanca pueda replicar, empeorando la situación.

Ya veo lo que me decías, amigo Tareth —comenta con una sonrisa serena—. Es evidente que existen algunas discrepancias entre nosotros pero estoy seguro de que entre todos seremos capaces de encontrar también algunos puntos en común.

»Por ejemplo, supongo que a todos nos preocupa nuestra patria y nos duele el estado en que se encuentra. E imagino también que todos deseamos su pronta recuperación para que nuestro pueblo pueda regresar a su hogar lo antes posible. Y asumo también que a todos nos preocupa que ese regreso se haga en condiciones seguras. ¿Me equivoco?

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06/01/2020, 17:40
Tareth el Tuerto

Tareth sonreía ante el dantesco espectáculo que estaban proporcionando sus compañeros, por llamarlos de alguna forma, al cuerpo diplomático que había sido enviado a una muerte segura. Fuera como fuera, aquella nueva discusión venía a reforzar su relación con Nalvius, de quién parecía haberae ganado la confianza.

Pese a que sonreía, aquello no le hacía ninguna gracia. Empezaba a estar hasta los mismísimos de aquella recurrente historia. Quién faltó a quién, quién tuvo la culpa de qué, quién engañó a quién... Sabía que no se llevarían bien nunca, pero al menos tendrían que intentar convivir en paz. ¿Tan difícil era olvidar? No importaba que se perdonaran, pero si no olvidaban sus rencillas, aquello se volvería ininsoportable.

Si... eso es, si. — Estaba contento de que alguien comprendiera el suplicio que era compartir viaje con sus compañeros. — Siempre están así. No sé cómo no los han matado ya. — Amplió su perturbadora sonrisa. — Tienen algo especial, si. Los dioses les quieren, si. Seguro que si...

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08/01/2020, 19:00
Zeverúth

Si había alguna forma de dar al traste con todo, Lithiniel y su siervo sin duda darían con ello. Con cada sílaba que la druida había soltado por su boca, había dejado más que claro que no entendía absolutamente nada, ni de la vida, ni de su posición, ni de lo que tenía que hacer. Aquello era demencial, y ojiplático el monje presenciaba como en breves momentos sus compañeros iban a conseguir fastidiarlo todo. Tan solo las historias apocalípticas de la muerte de la mula de Lithiniel y el ataque que sufrió Tareth eran aprobadas por Zeveruth, el resto era una verborrea totalmente innecesaria que hizo desear al monje que la druida y su esclavo perdiesen la lengua para siempre.

Incluso ante el vulgar ataque hacia Ashe tuvo que contenerse, sabía que la seguridad de todo el grupo estaba por encima del orgullo individual. Tan solo le dedicó una mirada de disculpa a la semielfa por no intervenir, y cuando hubieron terminado todos de hablar, contestó:

Ante todo pido disculpas en nombre de mis compañeros Lithiniel y Gwyn. Son fieros, como Tareth dice, pero nuestras múltiples aventuras les han afectado, hasta el punto de que no diferencian la realidad de la ficción. No hagan caso de absolutamente nada de lo que haya podido decir Lithiniel o Gwyn, nuestra vida está ligada a nuestra amada patria, por lo que estamos a su disposición y les ayudaremos en todo lo que esté en nuestra mano, sin entorpecer el trabajo de sus dos escoltas. 

Le hizo una inclinación a la maga y a su compañero.

Mis señores, pueden dormir donde deseen. Mi compañera Ashe y yo trajimos tiendas de campaña por si desean estar más cómodos en ellas, sin menospreciar al árbol que Lithiniel ha modelado. 

Cuando calculó que todo estaba más calmado, se dirigió al escolta que había escupido.

Amigo... sin ella estaríamos todos muertos, yo que tú no sería tan rápido haciendo juicios, puede que algún día tengas que agradecerle seguir vivo, te lo aseguro. 

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08/01/2020, 19:31
Gwyndrahir

- Ja, esto es insólito! - dijo el rechoncho elfo - cómo es que les da la cara para hablar así?- le dijo al monje y a la cazadora. Cada vez que esos dos hablaban se le hacía un nudo en la garganta, para el kirath estaban mucho mejor cuando se separaban que cuando volvían a estar juntos, un par de minutos compartidos eran suficientes para generar interminables peleas. El único que estaba excluido era Tareth, que a veces estaba de un lado y a veces del otro, tan molesto como entretenido por la situación.

- Mire señor Nalvius, no entiendo su pregunta, me pierdo un poco - dijo en tono de disculpa - Silvanesti está un poco feo, es cierto, pero es gracias a eso que los draconianos no lo han conquistado. Nuestro problema son los dragones oscuros y sus seguidores, hemos vencido unos cuantos y ellos son una amenaza real, éstos árboles llevan años así y no se van a mover de dónde están, cuál es el apuro para reconquistar el bosque si no podremos defenderlo después? No, mi prioridad son esos reptiles, después de acabar con ellos, podremos dedicarnos a esas cosas lindas como retomar nuestro hogar y cantar dulces canciones por nuestras hazañas, pero hasta entonces, debemos ocuparnos de lo que importa, por más duro que resulte. Así que no, no todos buscamos eso que menciona - su tono no era hostil hacia el clérigo, ese elfo era el único que los había tratado gentilmente y que además respetaba a Gwyn como si fuese un héroe, sólo con eso ese elfo se había ganado su eterna simpatía. Sin embargo el kirath no pensaba como esos diplomaticos soñadores, la vida era dura, la muerte se había llevado a todos sus seres queridos, y los draconianos de la diosa dragón pronto acabarían con su raza, no tenía tiempo para ponerse a pensar en lo lindo que sería tocar la lira en el hermoso jardín de Silvanesti.

Entonces, como si le fuese imposible evitarlo, volvió a dirigirse a su actual pesadilla, Zeveruth y Ashe. Antes, cuando Lithiniel estuvo muerta, otra era su pesadilla, pero eso había sido tan horrible que prefería dejarlo en el olvido - Monje asesino y mentiroso, entiendo que quieras defender a tu amante mestiza, pero es indefendible! Escupitajos es lo menos que se merece, por su insolencia y por robarnos también. No hay modo que estos nobles guardias puedan llegar a estar agradecidos hacia ella, ninguno de nosotros lo está, salvo el tuerto que se perdió en el bosque. Con qué derecho hablas de gratitud por salvar la vida tú, que te he rescatado de la mierda de los hobgoblin y aún así no has dudado en matar a mi compañera?  No tienes cara para mentirnos a los ojos a todos nosotros! -

- Múltiples aventuras? - cada palabra del monje había indignado al rechoncho elfo, más incluso que las acusaciones de la cazadora en contra de la indiscultible líder del grupo -La única aventura que has tenido es revolcarte con Ashe! Después de sacarte del estiércol, te vi ahogarte cuando enfrentamos la serpiente, caíste inconsciente cuando enfrentamos los zombis, te escondiste cuando enfrentamos la estatua, dejaste morir a tus dos superiores, perdiste todos los objetos mágicos que te dimos, abandonaste a Kenthalas y no te daban las piernas para correr cuando la fortaleza temblaba, y todo eso en un par de días! Cómo es que no tienes vergüenza de ti mismo? Los dos apestan - dijo lleno de odio, siempre desde atrás de la druida -Los del campamento el E'li son una desgracia para los kirath - eso incluía al tuerto que se había perdido al andar solo, aún con un mapa en la mano, pero no se la agarraba con él, porque le divertía su modo de ser.

Entonces se dirigió a los dos diplomáticos y sus guardias - Todas esas palabras dulces que estos dos les dicen, no las crean. Hace una semana estaban viendo cómo raptarlos y ahora se hacen los amigos con ustedes... lo mismo hicieron conmigo, me traicionaron, me robaron, y mataron a mis seres queridos sólo porque ya estaban muertos! A Drielae, a Tërevan y a Kiyalariel... ustedes terminarán igual si van a esa carpa, ellos son así, se visten de corderos pero por dentro son escorpiones - entonces dejó de hablar, ya parecía que no le quedaba aire, y se lo veía más relajado, como si se hubiese deshecho de una pesada carga.

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08/01/2020, 23:45
Nalviusduil

Aunque Zeverúth y Tareth se esfuerzan cada uno a su modo por apaciguar los ánimos de la embajada, estos están bastante encendidos ya después de las palabras de Lithiniel y especialmente las nada sutiles amenazas de Gwyn. Puede escucharse a Lormaen que venir aquí fue un error y que lo más seguro es abandonar de inmediato el campamento. Ghïlmeril va más allá y sugiere no seguir el consejo de su compañero sin antes haber cortado algunos cuellos.

El seguidor de Astarin hace señas a sus escoltas con las manos para permanecer sosegados mientras Gwyn retoma la palabra. Nalvius parece confundido al principio y se le oye balbucear con visible y creciente desconcierto:

—¿Dragones? ¿Pero de qué dragones estás hablando? —su mirada interrogante va de unos a otros y por el modo en que algunos os encogéis de hombros constata que no es el único que se encuentra perdido— ¿De verdad vuestra prioridad son los dragones y no el bosque? ¿Qué clase de kirath sois vosotros?

Sin embargo, su desconcierto inicial va dando paso a una actitud más desconfiada que curiosa a medida que Gwyn da paso a su ataque dialéctico contra el monje y para cuando el rechoncho kirath llega al punto de que los diplomáticos serán asesinados por Zeverúth y Ashe, las armas ya han abandonado sus vainas.

El arco de la exploradora semielfa apunta directamente en dirección a Lithiniel, tras la que Gwyn se ha parapetado, y podéis escucharla acusar a Gwyn a voz en grito de ser el único saco de estiércol y el único cobarde que hay aquí.

No es la única, también los escoltas de la Protectoría han echado mano a sus espadas y se han colocado hombro con hombro interponiéndose entre vosotros y la pareja de protegidos. Ambos lanzan miradas recelosas a unos y a otros, sin tener muy claro si deben atacar a los kirath que les han traído hasta aquí, a los dos que acaban de conocer o directamente mataros a todos. Algo parecido se adivina en la mirada ceñuda de Elspeth, quien ya sostiene su daga en una mano y el saquillo de componentes de conjuro en la otra.

—Se han vertido aquí acusaciones muy graves —comenta con seriedad el hasta ahora amistoso músico—. Acusaciones de mentiras, de traiciones, de robos, de asesinatos, de nigromancia... Todas ellas, cuestiones demasiado espinosas como para ser juzgadas o tratadas siquiera por nosotros. No nos compete mediar entre vosotros, ni dictaminar la culpabilidad o inocencia de ninguno, ni la veracidad o la falsedad de lo escuchado.

»No alcanzo a comprender por qué nos habéis traído hasta aquí y si vuestra intenciones eran aviesas —continúa, dirigiendo su atención al trío formado por Tareth, Zeverúth y Ashe—. Lo que sé es que nos habéis tratado con amabilidad estos dos días y no nos habéis causado ningún daño, de modo que no tenemos nada contra vosotros. Si alguno pecó de pensamiento, que Quenesti Pah le perdone o Kiri-Jolith le castigue; yo preferiría no tener que hacerlo.

»En cuanto a vosotros dos —continúa, dirigiéndose a Gwyn y a Lithiniel—, nada os debemos ni nos debéis a nosotros. No os hemos causado daño alguno, ni lo hemos recibido; de modo que no hay deudas ni asuntos pendientes entre nosotros. Pero una cosa sí te diré, Gwyndrahir, veo en ti una oscuridad que me inquieta y por eso no compartiré techo contigo esta noche.

»Hoy agradeceremos la hospitalidad de los kirath y dormiremos una última vez en la tienda de campaña que tan amablemente nos habéis ofrecido, si es que la oferta aún sigue en pie. Al alba la dejaremos vacía y seguiremos nuestro camino, separándonos como amigos. No hay ninguna necesidad de derramar sangre, ni tal cosa está en mi ánimo si vosotros me permitís evitarlo.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Zeverúth: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 7(+2)=9 [7]

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09/01/2020, 00:37
Gwyndrahir

Gwyn no entendía porqué el clérigo se sorprendía al hablar de los draconianos, tan mal informados están los diplomáticos? pero no hubo tiempo de hablar al respecto, varios desenfundaron sus armas todo se puso mucho peor que antes, él estaba un tanto desconcertado que no atino ni a moverse siquiera, siempre detrás de la druida. El elfo parecía el más sensato, frenó lo que podría haber sido un combate sangriento, habló sobre la ausencia de deudas de unos con otros, y el rechoncho elfo a punto estuvo de darle la razón. Pero luego, las palabras que le dirigió, fueron como un puñal para el kirath. De todos los presentes, el único que había mostrado un respeto genuino por él había sido Nalvius, como lo había hecho también el Túnica Negra Kiyalariel, pero el clérigo era mucho más amable con todos y venía mostrando gratitud hacia la druida. Sin embargo, ahora despreciaba el trabajo de toda una semana como el resto de la orgullosa comitiva, y decía hacerlo sólo por la presencia de Gwyn, que al parecer, resultaba oscura e inquietante para él.

Por primera vez el rechoncho elfo cambió su postura, bajó los hombros y habló en un tono calmo y amargo - Me duele saber que me juzga sin conocerme, y que no cree una palabra de lo que le dije, pero no puedo cambiar eso. Si puedo salvarles la vida y ayudarlos a que muestren un poco de gratitud hacia Lithiniel, que ha hecho mucho por ustedes cuatro y sin embargo no le devuelven mas que desprecio - era lo que pensaba, no hablaba en un tono provocador, sino mas bien apagado - Puede que no le deba nada, pero ella hizo mucho por usted, señor Nalvius, mucho realmente, una semana de duro trabajo, y hasta murió su animal, así que un poco de gratitud no está de más, o es que para representar a las casas y ser diplomático hay que despreciar el esfuerzo de los de abajo?-

- Duerman en el árbol, yo dormiré en la tienda. Así al menos verán el amanecer... - dijo mirando ahora a la Túnica Blanca - No se por qué no escuchan nada, por qué no se dan cuenta que es una zona peligrosa y que esa carpa de tela no los va a proteger de ningún peligro, y en cambio el árbol si. Si van a marcharse mañana, al menos muestren respeto por la legendaria heroína Lithiniel, que ha levantado un árbol sagrado sólo para ustedes, en lugar de preferir dormir en una incómoda tienda que vale dos monedas de cobre y que ya debe tener feo olor - entonces calló, resignado, y se sentó en el piso.

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09/01/2020, 10:15
Tareth el Tuerto

Tareth parecía idiota en ocasiones, pero no lo era. Gwyndrahir en cambio, había demostrado no tener más cerebro que una babosa con demencia senil. Acababa de revelar sus planes, acababa de enfrentar de nuevo al grupo y casi provoca una matanza. A Tareth le gustaba cumplir las órdenes que se le daban, pero lo cierto era, que muy difícil lo iban a tener si al amanecer se marchaban los diplomáticos.

Difícilmente les harían cambiar de opinión. Mas cuando el inepto de Gwyn no cerraba su puta bocaza llena de estiercol. ¿Qué podían hacer ahora? Sólo se le ocurrían opciones en las que alguien acabara muerto. Pero para empezar tenían que sacar de allí al estúpido de Gwyndrahir.

Tareth se acercó a su rechoncho amigo y pasó un brazo sobre su hombro. Que fuera un idiota no le convertía en su enemigo, pero si en alguien peligroso para susel intereses.

¿Me acompañas, amigo? — Le preguntó amablemente tirando de él de forma disimulada, para alejarle del lugar. — Creo que conviene recoger leña, si... conviene... — Le dijo de forma convincente.

Entonces miró a Zeveúth con un claro mensaje en suel único ojo. "Yo me llevo al capullo de Gwyndrahir, tú arregla su estropicio". Y es que de todos los tarados con los que le había tocado tratar, el monje era el que mejor dotes diplomáticas había demostrado poseer. Por otra parte, ¿Quién le hubiera dicho a Tareth, que en un grupo de cincola kiriath, él seria el que tenía las mejores habilidades sociales? Desde luego, la misión estaba abocada al fracaso...

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09/01/2020, 18:18
Lithiniel

La situación se había desmadrado mucho más de lo que la druida pudiera haberse imaginado si quiera, esperaba reticencia a que se cumlpieran sus normas, pero esperaba que tras hacerles entender que lo hacía únicamente por su seguridad acabaran los problemas, pero no había sido el caso, y mucho menos cuando el estúpido de Gwyndrahir soltó aquel detalle que para lo único que servía era para incitar mayor caos si cabe; por lo que aunque en un primer momento pensó responder a lo dicho por los diplomáticos, todo se fue al traste con dicha intervención, y más aún cuando la malnacida de la mestiza le apuntó a ella sin ningún motivo, pues por una vez se había cuidado de no decir nada encontra de Zeveruth o ella delante de aquel cuerpo, pero se veía que era tan zoquete como al cobarde que tenía detrás de su espalda...

Así pues, y apartando a Gwyn de un manotazo para que dejase de usarla como parapeto, se hizo a un lado y dijo para todos los presentes:

-Estoy totalmente de acuerdo con vos Nalvius, no me cabe duda de que yo en vuestra situación haría lo mismo y ya me parece demasiado generoso que os quedéis esta noche; si en algo sirve explicar mis motivos de porque soy tan estricta con vuestra seguridad es porque le prometí a alguien que ya no está entre nosotros -djo mirando disimuladamente a su capa- que no dejaría que ningún inocente elfo sufriera en la Pesadilla, y por eso, teniendo ya cierta experiencia en lo que pasa si no se acatan dichas medidas lo antes posible, me veo obligada a intervenir desde el principio, por muy imperativo que pudiera sonar -aclaró esperando al menos que no la vieran como una loca más- no obstante, la convivencia ya parece impracticable, no insistiré más en mi petición pues entiendo que ahora los verdaderos enemigos parecemos nosotros, tan sólo os deseo la mayor suerte en vuestro viaje, y si por alguna inclemencia del destino vuestra vida corre peligro en este bosque, mi roble se ve a bastantes leguas a distancia, podéis vovler cuando queráis y espero que para entonces valoréis mejor estar en este lugar pese a sus inquilinos, que estar en el temible bosque... -concluyó para acto seguido dirigirse a su árbol y proseguir con sus cuidados diarios así como demás tareas de mantenimiento, no sin antes añadir algo que se le había quedado en el tintero- por cierto, el túnica roja Nikolaus sí que existe, este árbol es la prueba de ello, pese a mis habilidades, todo habría sido imposible sin la semilla mágica que el me dio, que hizo que alcanzara este tamaño en unos instantes -dijo finalmente un poco sin venir a cuento, pero que por algún motivo la druida tenía la extraña necesidad de defender al ilustre mago.

Finalmente, Lithiniel se alegró de que Tareth se llevase a Gwyn, sin duda su carácter había ido a peor desde que se habían asentado allí, no sabía si era por el lugar o por alguna otra cosa, pero cuando creía que por fin había aprendido de sus errores cometía una impertinencia aún mayor...

Notas de juego

Bueno, ha sido un placer conocerte Elspeth, lo bueno si breve... XDDD.

En fin, yo he invertido demasiado aquí como para irme ahora, así que supongo que nos dividimos ^^.

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09/01/2020, 18:45
Zeverúth

Aquello se había ido al traste por completo, no había salvación posible. Tan solo la mesura y la tranquilidad conseguirían que no acabasen aún peor de lo que estaban. Levantó sus brazos en señal de rendición, pidiéndole a Ashe que bajase su arma despacio, y con buen humor, comenzó a hablar:

Yo haría lo mismo si me encontrase a ese par de locos en el bosque, con sinceridad - intentó transmitir tranquilidad y serenidad en su tono - nosotros estamos acostumbrados a estos dos, pero imagino que para vosotros es extraño y chocante encontrar a unos elfos tan atípicos. Reitero las disculpas de antes, y pido perdón de nuevo por las nuevas ofensas que nuestro compañero os haya podido hacer - bajó las manos despacio - es cierto que sois libres de ir a donde queráis, y nos sentimos muy honrados de poder compartir refugio con vosotros esta noche. Si hay algo más que podamos hacer por vosotros, o si conocéis algún remedio que cure la demencia o el orgullo, os agradeceríamos que nos lo hicieseis saber. Por lo demás, nuestras tiendas están a vuestra disposición, y nuestras provisiones también, a la par que nuestra ayuda o guía. Lo que necesiten, mis señores, no tienen más que pedirlo.

Quitarle hierro al asunto era lo único que podía hacer. Al lado de esos dos, era mucho más seguro adentrarse en el bosque que permanecer más tiempo allí. Siguió dando argumentos tranquilizadores:

Solo me queda remarcar, que si nuestras intenciones hubieran sido aviesas, hubiéramos tenido muchas oportunidades durante todo el trayecto. Lo único avieso es la mente de nuestro compañero, retorcida y malformada tras tantos encontronazos con criaturas de todo tipo. Es totalmente inofensivo, se lo aseguro, tan solo puede herir con su lengua a quien cometa el error de escucharlo. Y en cuanto a mi compañera Lithiniel, perdió a su marido en batalla, y aunque no es justificación para su impetuosidad, siempre quedan secuelas tras una gran pérdida. 

Tras ello, realizó otra reverencia.

Amamos a nuestra patria, y solo deseamos proteger a nuestros congéneres, las hazañas de ellos lo demuestran, arriesgando su vida para salvar al reducto que quedaba oculto en Silvanost. A mí me salvaron también, y decidí compartir su camino en agradecimiento eterno, aunque las consecuencias sean aguantar su desgaste psicológico. No me queda más que decir, espero que este incidente no enturbie demasiado el resto de horas que nos quedan por compartir.

 

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09/01/2020, 21:08
Elspeth

Después de lo escuchado, empiezo a vislumbrar la realidad entre la sarta de mentiras vertidas en nuestros oídos.

—Que llevéis una semana trabajando para nuestra llegada solo significa dos cosas: que nuestro encuentro no fue una afortunada casualidad y que ese árbol no fue pensado como un refugio en el que estar protegidos, sino como una prisión destinada a mantenernos cautivos contra nuestra voluntad. Algo que confirma el hecho de que no os importe que nuestros guardias se queden fuera.

Guardo mi daga, aunque me aseguro de mantener mi saquillo de componentes para conjuro al alcance de mi mano.

—Acepto vuestras disculpas y vuestra hospitalidad pero, como ha dicho Nalvius, lo mejor será que nos separemos al alba. Haremos uso de nuestras propias provisiones, pero os agradecemos que nos pretéis la tienda de campaña por esta noche. ¿Quién sabe cuándo volveremos a dormir a cubierto? Aún nos queda un largo viaje hasta Silvanost.

El árbol de la druida no puede probar la existencia de un ser imaginario y de hecho no prueba nada. Hay muchos magos de Alta Hechicería capaces de crear un objeto semejante y de hecho es relativamente fácil y barato adquirir uno si sabes qué tiendas visitar, pero yo tampoco tengo el menor interés en insistir en el asunto si ella prefiere creer en cuentos de kenders.

Lo que quiero es retirarme lo antes posible a la tienda de campaña para poder preparar los conjuros para la próxima jornada y eso es lo que hago tan pronto como me aseguro de que Ghïlmeril y Lormaen se turnarán esta noche para montar guardia. Yo misma me ofrezco a realizar algún turno para que nuestros escoltas puedan descansar y no tener que depender en ningún momento de la cada vez más dudosa protección de estos kirath.