Partida Rol por web

Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

La Reconquista de Silvanesti

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09/04/2020, 21:16
Tareth el Tuerto

- Lithiniel, soy Tareth, el tuerto. No estoyd dentro dela anillo no. Sólo hablo a través de éste. No te fíes del gas. El Lord podría seguir vivo. Busca puertas secretas y registra bien la sala. Allí podría estar la clave, si... Podría ser así. ¿Eh?

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10/04/2020, 18:06
Lithiniel

La druida salió corriendo tras sus compañeros, no pensaba ir con ellos, pero había algo importante que tenía que decirles, por lo que tras escuchar la voz de Tareth en su mente, los alcanzó lo más rápido que pudo y sacándose las flechas, el carcaj y el arco se dirigió en primer lugar a la exploradora y dándole las saetas le dijo:

-Esto seguramente será más útil en tus manos, yo apenas puedo utilizar el arco de Tareth y de nada servirán si me quedo atrás -expuso ofreciéndole los proyectiles, pues por muy mal que se llevase con la semielfa aún no era tan mezquina como para privarles de un bien que ella no necesitaba, o al menos necesitaba menos que ellos- y a ti Tareth te devuelvo tu arco, muchas gracias por haberlo compartido conmigo pero sea lo que sea lo que me pase no quiero que acabe olvidado junto a mi cadáver si ese es mi destino, pues apenas puedo manejarlo correctamente y prefiero recurrir a otros medios antes que usarlo -añadió con intención de no afear semejante préstamo sino por zanjar una deuda que consideraba aún activa- como sabéis me quedaré en el templo intentando recuperar fuerzas, y como ya habéis visto no puedo expulsar la niebla que hay en él, no hay otro sitio donde pueda descansar con relativa seguridad, teniendo en cuenta que estoy sola, por lo que para bien o para mal la mejor opción es esa, con esto os quiero decir que es probable que la esencia del senescal aún pueda dañarme más si cabe, o poseerme y cuántos menos medios le de para dañaros a vosotros, mejor... y por ese motivo quiero devolveros también la lanza; pues armada con un palo y un escudo no creo que os pueda perjudicar mucho -aclaró cabizbaja temiendo que ese fuese su porvenir y esperando al menos que el guerrero entendiera mejor la devolución- y eso era todo, ya que no puedo ayudaros yendo con vosotros, quería aportar algo, si todo sale bien, me convertiré en águila y os daré alcance rápidamente -concluyó dejando claro que si por ella fuera habría continuado hasta el final.

Tras ello se dio la vuelta y volvió al templo donde le deparaba un aciago destino...

Notas de juego

Bueno, eso era todo, tenía que entregar dichos objetos en mano y por eso debía reunirme.

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10/04/2020, 18:28
Lithiniel

Tras volverse y encaminándose a su refugio, le respondió al Tuerto por el mismo medio que este lo hizo en un principio:

-Gracias por el aviso Tareth, haré lo que dices pero no aguardo muchas esperanzas, de todas formas, mi prioridad es descansar para intentar alcanzaros lo antes posible; no obstante, sí que te quería pedir un favor personal, pues veo en ti el que sea el único amigo que me queda, a parte de mi fiel águila, y es lo siguiente, pase lo que me pase, tanto si muero o si sufro un destino peor, prométeme que intentarás limpiar mi nombre, eres el único en el que puedo confiar y es lo único que me permitirá descansar tranquila en el otro mundo -dijo bastante apenada aunque sin saber si dichos sentimientos se transmitían también por el anillo- bueno, eso y que el malnacido de Alirion Laravander pague por sus crímenes- concluyó corrigiéndose y teniendo claro que esas eran las únicas metas vitales que le quedaban- adios amigo, ha sido un placer conocerte -dijo finalmente a modo de despedida.

Notas de juego

Allirion es el oficial que nos mandó la misión de secuestrar a los enviados, para ponerte en situación XD.

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10/04/2020, 18:38
Lithiniel
Sólo para el director

Una vez en el templo de nuevo, se dispuso a hacer lo que le encomendó el Tuerto examinando el lugar por si encontraba algo interesante, pero parecía bastante minimalista...

Así pues, acariciando a su fiel animal, le dijo a modo de orden:

-Renan, vigila, si percibes algo extraño despiértame -añadió como si la entendiese a la perfección, aunque ella sabía que sólo entendería la orden de vigilar.

Tras ello, y tras intentar ventear la neblina entre el águila y ella de forma infructuosa, se acomodó en la zona final del templo, arrullándose en su valiosa capa, sin dejar de sentir el cariño que una vez su amado le profesó y encontrando el descanso algo más animada en aquel infierno de pesadilla...

- Tiradas (2)

Motivo: Buscar

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+3)=12 [9]

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+7)=20 [13]

Notas de juego

Dejo tiradas de avistar y buscar por si sirven para algo, pero lo dudo.

Los conjuros:

-0: crear agua, orientación divina x2, resistencia x2

-1: buenas bayas, flamear, curar heridas leves x2

-2: ráfaga de viento, sabiduría de búho, restablecimiento menor (dudas en el off)

Y eso es todo, ese es el caso en que pueda descansar sin problema claro, supongo que hasta nuevo aviso me tendrás esperando, pues necesito descansar 4 horas como mínimo, ¿no?

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10/04/2020, 19:29
Director

Os alejáis de la capilla consagrada ahora al Rey Bardo, abandonando allí a su suerte a Lithiniel. O tal vez sea ella quien os ha abandonado a vosotros en vuestra peligrosa búsqueda.

Aunque cada paso os hace temer que podáis ser emboscados en cualquier momento por fuerzas oscuras, alcanzáis finalmente el corazón de la capital élfica sin que nadie os salga al paso.

En cada una de las ocho esquinas de la plaza reconocéis un edificio emblemático de la capital élfica: los desmoronados templos en los que se rendía culto a cada uno de los dioses de la Luz, el Palacio de Quinari donde vivía la familia Real de Silvanesti y la Torre de las Estrellas, desde donde el Orador de las Estrellas Lorac Caladon gobernaba vuestra patria desde hacía más de trescientos años.

—Están selladas mágicamente y el único modo de abrirlas es con la llave de Quinarost —declara Nalvius, señalando las enormes y marmóreas puertas dobles de la torre, de 10 pies de altura—. Afortunadamente, la propia Alhana nos la entregó cuando estuvimos en Rocío Matinal.

El clérigo de Astarin extrae del interior de sus ropas una delicada cadena que ha llevado al cuello todo este tiempo, oculta, y de la que cuelga una ornamental llave de unos quince centímetros. Es una pieza de aspecto extraordinariamente delicado, hecha de cristal fundido y trenzada con hilos de platino.

Las columnas que no se han venido abajo, esculpidas en forma de impresionantes guerreros elfos, cobran vida al paso de Nalvius cuando éste se encamina hacia las puertas. Los pétreos defensores, armados con escudos y espadas hechas del mismo mármol que sus cuerpos, le miran al pasar pero permanecen en su lugar sin hacer ademanes violentos. ¿Quién sabe qué harían si no fuese el portador de la Llave?

Cuando el clérigo la introduce en la cerradura y empuja las puertas hacia el interior, éstas se abren con un espeluznante chirrido y un grito desgarrador surge de las entrañas de la torre. Sin embargo, cualesquiera que sean las amenazas del interior, ninguna de ellas sale a recibiros.

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10/04/2020, 22:17
Tareth el Tuerto

De nuevo la voz del tuerto surgió del anillo que le había entregado.

- ¡Oh hermosa! Aprendí tiempo atrás que lo que piensen de ti no es importante. ¡No, no lo es! Sólo importa hacer lo que está bien. ¿Si? Pero si me lo pides lo intentaré, si... Eso haré. 

Entonces se cortó la comunicación. O eso parecía, pero no. Tareth volvió ha hablar.

Confío en ti más que en ningún otro. ¿Si? ¡Se valiente! ¡Vivirás! Vendré a por ti en cuanto pueda. ¿Eh?

Y entonces llegó el silencio.

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10/04/2020, 22:54
Tareth el Tuerto

Pues aquí está... - Dijo Tareth contemplando aquel magnífico lugar. - Si, aquí está... - Miró a Nalvius. - ¿Y ahora qué?

Tareth nunca había estado en la Torre de las Estrellas. No la conocía y tampoco sabía cómo era la joya que buscan ni dónde podía estar. Lo cierto era que las puertas de la Torre parecía que habían permanecido cerradas hasta si llegada, lo que podía augurar que nadie había pisado el interior de aquel lugar en mucho tiempo. Eso era bueno de ser así, pues significaba que era más complicado que el mal hubiera penetrado tras aquellos muros y también que alguien hubiera robado el amuleto. 

Tareth desenfundó su espadón. Aún así no se daba ni un pelo de lo que podía encontrar tras aquella puerta. No lanzaría ningún conjuro para potenciar el combate, pues de momento nada auguraba que fuera a producirse, pero aún así se sentía más seguro apretando la empuñadura de su arma. 

Cuando le dijeran que estaban preparados para entrar, lo harían, pero no antes. Además, antes de penetrar tras aquellos muros quería comprobar una cosa. Se concentró en las auras mágicas que pudieran provenir del interior y guardó silencio unos instantes.

Notas de juego

Lanzó detectar magia con aptitud sortilega.

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11/04/2020, 00:38
Director

Puedes percibir auras mágicas flotando en el ambiente. Por todas partes y, por supuesto, también en la Torre de las Estrellas. Pero ninguna que puedas percibir con claridad pues muchas de ellas se entremezclan, procedentes de diversas fuentes. Las más cercanas, los numerosos artefactos mágicos que tanto tú como tus compañeros lleváis.

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11/04/2020, 00:50
Zeverúth

Cuando el clérigo se abrió paso, el monje lo miró con curiosidad. Aquel detalle de la llave no lo había contado Nalvius, y se preguntaba si tendría más secretos guardados aún.

El tuerto sacó su espada y se quedó quieto en una postura que resultaba inquietante, por educación y respeto esperó a que se moviese antes de entrar él también.

Lo más difícil ya está hecho, la potencial amenaza ya no está y la entrada está abierta, ¿Os dijo Alhana donde podía encontrarse el medallón con exactitud? - preguntó sin titubeos, y luego se dirigió a Ashe - ¿Estás preparada para formar parte en la principal historia de la reconquista? - aquella acción, de ser cierto lo que contaban los diplomáticos, sería recordada y admirada por todo su pueblo. Una sonrisa tranquila se dibujó en el rostro del monje, deseoso de entrar a la Torre

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11/04/2020, 19:21
Gwyndrahir

Gwyn cedió el anillo de Kiyalariel a Tareth, no porque fuese su jefe, había tenido otros jefes y no se lo hubiese entregado, ni porque estaba prisionero porque eso era algo pasajero, sino porque el tuerto, al igual que el muerto vivo, habían sido dos de sus mejores amigos, y tal vez las únicas personas que lo habían respetado además de la hermosa Drielae. Lo que fuese que el líder murmuró sobre el diminuto objeto hizo que la druida saliese del templo a toda velocidad, y para sorpresa del rechoncho kirath Lithiniel comenzó a despojarse de cada una de las pertenencias que había reclamado con anterioridad. Para Gwyn aquello no tenía el menor de los sentidos, no sólo el despojarse de algo lo cual ya era insensato de por sí, sino deshacerse de lo que le habían dado los demás cuando ella pedía a viva voz que se lo diesen. Las armas que les daba no le servían a ninguno de los presentes pero podrían haberle servido a ella para defenderse, pero lo más irónico para él fue la excusa, porque la druida no era menos peligrosa desarmada, su fuerza venía de la naturaleza y su poder destructivo no tenía rival dentro del grupo. Sólo si te cortases la lengua estaríamos a salvo, pensó mientras la observaba regresar al templo.

Ashe, Zeveruth y él habían recorrido antes la zona, tal vez eso ayudó a que llegasen a la Torre de las Estrellas sin sobresaltos pese a la sensación ominosa que sentían al avanzar. Podía ser también que ahora que el Señor de Silvanost era Tareth y no Erithalas eso hubiese influido también, pero se guardó para sí sus conjeturas porque el nuevo Senescal le había ordenado guardar silencio. El edificio era imponente, aún con la corrupción alrededor podía dejar a cualquiera sin aliento, las dos columnas de piedra que aún estaban en pie los miraban, Gwyn sentía que era a él a quién buscaban, lo siento, no sabía que era tu primo al que dimos muerte en Tirintaal, se disculpó en silencio para calmar a los guerreros. La disculpa surgió efecto al parecer porque Nalvius pasó con la llave como si nada fuese a ocurrir, y así fue. 

Gwyn avanzó con el cofre a cuestas y el banderín inclinado, siguiendo de cerca a Tareth. El grito que se escuchó desde dentro le dio escalofríos, la torre no estaba vacía pero sí se mantuvo cerrada por años, así que lo que había dentro hacía tiempo que estaba sin comer. Tragó saliva pero esta vez no manchó sus pantalones, estar callado ante algo así era difícil, llevar la pesada carga lo era más, pero entrar esposado y desarmado a ese infierno era la locura más grande que Gwyn había hecho en toda su vida. Suspiró, tenía que entrar, tenía que llegar hasta lo más alto de esa torre, él y no otro era el portador de la llave de Tirintaal, y había jurado alzar el milenario cetro irda en el centro de Silvanesti para liberarla de una vez por todas, había tenido esa visión cuando había estado a poco de morir y no iba a titubear ahora que estaba a pocos pasos de cumplir su promesa.

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11/04/2020, 20:46
Director

La confianza y el buen humor del que Ashe había hecho gala al poco de despertarse se había ido desvaneciendo rápidamente durante el encuentro con lord Erithalas y ahora apenas quedaba rastro de su autoconfianza. Aun así, se obligó a dedicarle una sonrisa forzada a su amante cuando éste la animó a adentrarse en la Torre. El carcaj con las flechas de Lormaen estaba medio vacío, pero ahora tenía las que ella misma había fabricado pensando que Tareth les daría uso.

—Ahora solo tenemos que entrar y recuperar el Medallón de las Estrellas —contesta Nalvius con naturalidad a la pregunta del tuerto, como si la respuesta fuera obvia—. La torre ha estado cerrada desde que nuestra reina estuvo aquí con los llamados Héroes de la Lanza para poner fin a los horrores que atormentaban a su padre y para darle sepultura en los Jardines de Astarin.

—Yo pensaba que encontraríamos el Medallón en el Palacio de Quinari —interviene Elspeth, señalando un suntuoso edificio de cuarzo rosa situado en el extremo opuesto de la plaza al que ni el abandono ni la magia han terminado de arrebatarle su antiguo esplendor—. Al menos eso es lo que me dijeron en la Torre de Alta Hechicería, en el bosque de Wayreth. A fin de cuentas, esa es la residencia de la Casa Real.

—Y tal los magos no se equivocaran —responde el sacerdote de Astarin—, o tal vez sí. El Orador Lorac gobernaba Silvanesti desde la Torre de las Estrellas y aquí es donde la reina Alhana lo encontró, prisionero de magia perversa e incontrolable. Eso es lo que me dijo en confesión y también que el Medallón no debía andar lejos de su legítimo dueño, pero que su padre no lo llevaba encima cuando lo encontraron. Sugiero que exploremos la torre estancia a estancia y, si no hallamos lo que estamos buscando, tiempo habrá de registrar el resto de la ciudad. ¿Qué pensáis vosotros?

—Yo en lo único que pienso es en que quiero irme de esta maldita ciudad antes de que se ponga el sol —replica Ghïlmeril con un involuntario escalofrío, mirando cómo el astro ha comenzado ya su arco descendente en el cielo—. Así que, decidáis lo que decidáis, hacedlo deprisa.

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11/04/2020, 22:09
Tareth el Tuerto

- Me temo, mi buen Ghïlmeril, que eso es poco probable.  - Le sonrió al guardaespaldas. - Si, eso me temo... - Posó una mano sobre el hombro de aquel elfo orgulloso. - Entremos pues...

El tuerto no se lo pensó mucho más. Tenían que registrar toda la torre. Edo les iba a llevar mucho tiempo, pues la Torre de las Estrellas no era precisamente un lugar pequeño. Sospechaba que si el medallón se encontraba en aquella localización, no estaría precisamente a la vista. Estaba casi seguro que tendrían que invertir todo el resto del día en aquello y aún así se quedarían cortos. Además, dudaba que no hubiera en el interior de la Torre alguien o algo que les pusiera en apuros.

Y Tarerh dio el primer paso. Esperaba no tener arrepentirse de no haberse quedado a descansar con Lithiniel. Esperaba que no tuvieran que echarle de menos. Tragó saliva y se armó de valor. Aquello iba a ser duro...  

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12/04/2020, 18:17
Gwyndrahir

Gwyn estaba convencido que el lugar en que se hallaba el medallón era la Torre, pero sólo porque se veía de lejos y porque el Rey Lorac vivía allí, pero la Túnica Blanca dijo que los Magos le dijeron otra cosa, puede que sean los mismos arcanistas que se habían llevado a Kenthalas y seguían sus pasos. Y si tiene razón Elspeth? Le daba igual en realidad dónde estuviese el medallón, el sólo quería llegar a la cima de la torre más alta de Silvanost, en el centro exacto1 de Silvanesti, y alzar el Cetro de Drielae en la cima de la Torre de las Estrellas. Le parecía buena idea hacerlo de noche, porque las estrellas serían el manto perfecto para la gran liberación, pero a su vez la idea de estar rodeado de ilusiones y no muertos durante otra noche no le hacía ninguna gracia.

El interior del edificio estaba oscuro, así que mientras los diplomáticos exponían sus ideas él tomó una linterna2 de su mochila y la colgó en la punta del estandarte, y tras fijarla con un nudo y encenderla, volvió a cargar la capa con el cofre y a alzar el banderín, que ahora iluminaba lo que había delante. Después de eso, siguió de cerca a Tareth en silencio.

Notas de juego

1 Ideas de Gwyn, que no se si estamos en el centro del bosque XD

2 Linterna Ojo de Buey (ilumina como un cono de 60' y 120' con sombras). Tengo la linterna, yesca y pedernal para prender, cuerda para atarla, pero no encuentro el aceite (yo creí que había comprado en Rocío Matinal, pero no podría asegurarlo con certeza). Para cubrir esto, Tormenta, te parece considerar que la linterna está llena (1 carga de aceite, que serán unas 6 horas) ?

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12/04/2020, 18:32
Lithiniel

-Gracias por tu apoyo Tareth, pero no te preocupes por mi, hace tiempo que siento la llamada de los dioses y me da la sensación de que reclamarán mi presencia más pronto que tarde... -dijo apesadumbrada- agradezco tu fe en mi y ten por seguro que no lo lamentarás; ahora intentaré descansar pues lo necesito para la prueba que me aguarda, si algo interrumpe mi sueño intentaré avisaros si está en mi mano -concluyó mirando el anillo asqueada pues le traía unos recuerdos terribles...

Al mismo tiempo, no hizo mención a los piropos que Tareth le dispensaba, quizás por timidez o porque directamente no parecía tener oídos para ellos.

Notas de juego

Máster, no me deja editar el post anterior con los hechizos, cambio el de restablecimiento menor por esfera flamígera.

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12/04/2020, 21:53
Director

Las horas pasan en monótona soledad. La capilla parece un lugar seguro, pero tienes la sensación de que en Silvanesti nada lo es realmente de modo que te sumes en un inquieto duermevela del que despiertas continuamente imaginando que la niebla verde que flota en lo alto trata de asfixiarte.

Renan está a tu lado pero no da señales de percibir ninguna amenaza, aunque tampoco puede decirse que le agrade estar posada en el sucio suelo de mármol y el cadáver destripado del clérigo de E'li descomponiéndose a vuestro lado.

Tus escasas heridas sanan en este tiempo de descanso y tienes ocasión de preparar nuevamente tus sortilegios. Incluso te sobra tiempo para registrar de arriba abajo el lugar en busca de puertas secretas o algún objeto de valor pero no encuentras nada. La capilla ha sido concienzudamente desvalijada.

Hace muchas horas que el conjuro de luz de Elspeth se desvaneció y tus ojos se han ido adaptando progresivamente a la cada vez más escasa claridad diurna que se filtraba a través de la puerta. Sin embargo, ahora la oscuridad es prácticamente total y tanto tu mascota como tú os alarmáis cuando escucháis una voz familiar sonando desde la entrada de la capilla.

—Vaya, vaya, querida, parece que al fin nos hemos quedado solos tú y yo —te giras en dirección a la voz y descubres una figura que no distingues bien avanzando hacia ti—. ¿Cómo era aquello que dijiste? Ah, sí, ya lo recuerdo. Que jamás podría ganarme tu obediencia ciega. Bueno, permíteme que lo dude, Lithiniel Elfaoscura.

Su siniestra carcajada hace que se te hiele la sangre en las venas.

Notas de juego

Conjuros preparados:
-0: crear agua, orientación divina x2, resistencia x2
-1: buenas bayas, flamear, curar heridas leves x2
-2: ráfaga de viento, sabiduría de búho, esfera flamígera

Lithiniel → 25/25 [sufre una pérdida temporal de 2 niveles1 a causa de la consunción de energía]
1: -2 a las pruebas de habilidad, características, ataques, salvaciones y NL; -4 pg máximos; pierde la capacidad de lanzar conjuros de nivel 3 y de transformarse en animal.

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12/04/2020, 21:56
Director

El interior de la Torre de las Estrellas se ha convertido en un retorcido laberinto de pasillos colapsados, paredes derruidas y escaleras destrozadas. Allí donde miréis, veis los restos arruinados del antiguo esplendor silvanesti. Muebles astillados, tapices desgarrados, bustos desfigurados...

Para avanzar tenéis que trepar entre los escombros en ocasiones, o reptar por el suelo para colaros por alguna oquedad que os permita alcanzar la siguiente sala, por lo que no os queda más remedio que liberar a Gwyn de sus ataduras para no dejarle atrás. En una ocasión, incluso, Elspeth debe hacer uso de su magia para que Zeverúth pueda alcanzar un techo y arrojaros desde allí una escala de cuerda por la que ascender.

Aquí todo parece en calma, aunque de vez en cuando descubrís el cadáver ensangretado de algún montaraz de la Protectoría enterrado bajo los cascotes de una pared o techado que se ha venido abajo. Seguramente los últimos guardaespaldas del Rey Lorac, los últimos leales que permanecieron con él mientras todos los demás huiais hacia el exilio.

Vuestro ascenso por la laberíntica torre os lleva entonces hasta lo que antaño fue la armería real, o parece serlo al menos a juzgar por las perchas para armaduras que se encuentran desnudas y los vacíos soportes para armas instalados en la única de las cuatro paredes que no se ha venido abajo.

Aunque está claro que se han llevado de aquí buena parte de su contenido original, atesorado durante siglos, todavía podéis rescatar de entre los escombros unos cuantos objetos de utilidad: una ornamental armadura completa algo abollada pero perfectamente funcional, un pesado escudo de acero blasonado con el símbolo de la Casa Real de Silvanos y una vaina de espada chapada en plata con azabaches en cabujón protegiendo y conservando una preciosa espada también de plata en cuya hoja el armero grabó el nombre "Zaimaiel".

Sin embargo, todas estas cosas son fruslerías comparadas con el verdadero tesoro oculto en esta sala. Un suave resplandor dorado bajo los escombros es el que os revela la existencia de algo enterrado. Algo que Tareth identifica como un objeto mágico de un poder tan abrumador que lo deja temporalmente aturdido. Cuando la suma de vuestros esfuerzos consigue desenterrarlo, lo que descubrís es nada más y nada menos que una de las legendarias dragonlance.

No se trata de una pesada lanza de caballería pensada para ser llevada a la batalla por un jinete de dragón, sino una de menor tamaño en su versión de lanza de infantería. Un artefacto que, según os explica Nalvius con profundo respeto, fue forjado en tiempos de la Tercera Guerra de los Dragones para desterrar a la Reina de la Oscuridad, hace ya más de mil trescientos años. Ni a ella ni a sus malignos dragones cromáticos se los había vuelto a ver desde entonces hasta que irrumpieron en Ansalon hace cuatro años.

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12/04/2020, 23:53
Zeverúth

El ascenso por la torre había sido tortuoso, pero la recompensa había valido la pena. Anonadado, observaba el objeto legendario con profundo respeto. Un arma tan poderosa que había dejado aturdido a Tareth. Ansiaba conocerlo mejor, por lo que pidiendo permiso a los demás, intentó tomarlo entre sus manos. Siglos de historia se entrelazaban en la forja de tan maravilloso artefacto, y sería abrumadora la cantidad de momentos históricos que habría vivido.

No podemos dejarlo aquí - esperó a que los demás estuvieran de acuerdo - y si tiene tanto poder como presentimos, debe portarlo quien mejor uso le dé - eso descartaba totalmente a Gwyn, el que suponía que se lanzaría el primero para reclamar la propiedad del descubrimiento. 

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13/04/2020, 00:05
Tareth el Tuerto

Si, no podemos dejar nada de todo esto aquí, no, no podemos.  - Afirmó el tuerto. - Todas son armas de bella manufactura, armas que pertenecieron a nuestros antepasados, si, claro que lo son... - Argumentó el tuerto mientras miraba fascinado aquel arma legendaria. - Dejar todo aquí sería un sacrilegio. Podrían los muertos vivos hacerse con ello. ¡Si, si que podrían! - Alzó la voz terriblemente enfadado. - No... Tenemos que llevárnoslo y ponerlo a salvo, si. Sobre todo la lanza, si...

Tareth nunca antes había visto un objeto tan maravilloso. Le hubiera gustado tocar la dragonlance y blandirla en combate,  pero no se sentía digno de ello. Al fin y al cabo, no era más que un kiriath. Que hacer con aquel artefacto no dependía de él, como tampoco de ningún kiristh y por supuesto, no dependía de Gwydrahir.

¿Qué hacer con ello? - Le preguntó a Nalvius y también a Eldpeth. - ¿Qué debemos hacer? - Reiteró la pregunta. 

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13/04/2020, 07:35
Gwyndrahir

No era fácil andar entre escombros ni ascender la empinada torre, pero entre todos lo estaban logrando. Gwyn no podía quejarse, al poco tiempo de estar dentro le quitaron los grilletes y eso le dio bastante más comodidad para moverse, aunque igual avanzaba lento por el peso que cargaba. El rechoncho kirath mantenía sus labios completamente cerrados como el Jefe le había ordenado, y no se quejó en ninguna ocasión, tal profundo era su silencio que ya empezaba a extrañar su propia voz. Al llegar a la sala de armas, un dorado resplandor lo hizo suspirar, sus ojos reflejaban el brillo de la lanza legendaria que podía vencer a los dragones. Sin embargo antes que pudiese moverse el monje se adelantó rumbo al artefacto con la intención de tomarlo entre sus manos. Tareth parecía más impresionado aún que él, y con sabiduría propuso lo mismo que hubiese propuesto Gwyn, llevarse todo eso de allí.

Pero algo no andaba bien en su jefe, debía ser el pedazo de cerebro que se le había salido por el ojo, porque insistía en consultarle a Nalvius por cada cosa. Por qué lo hace? Él es el jefe, cada vez que les pregunta algo nos metemos en más problemas, pensó sin poder descifrar qué pasaba por la mente de su amigo. Entonces rompió el silencio para proteger Tareth de su propia indecisión - Haremos lo que tú ordenes, Jefe. No son los diplomáticos los que tienen que elegir qué se hace con las armas, sino los kiraht - afirmó convencido de lo que decía - No somos la milicia que protege Silvanesti? No nos llaman héroes por haber librado a Sithelnost de los draconianos? Acaso esta arma no fue creada para vencer a sus padres, los dragones? No somos bendecidos por los dioses en boca del venerable que los representa? Entonces qué mejor que uno de nosotros para portarla, que somos héroes kirath elegidos por los dioses para vencer a los draconianos y sus malvados progenitores? Qué duda hay que es por intervención divina que esta arma legendaria ha sido protegida de toda la corrupción de Silvanost? Y si los dioses nos la revelan a nosotros en este momento tan desesperado para los elfos, no es acaso un signo claro de que su voluntad es que la tengamos? - miró a Nalvius fugazmente, el clérigo era el experto en ese tema.

- No somos tantos, no será difícil decidir quién la lleve. Ashe es buena con las flechas, tendría que dejar su arco para usar la lanza y eso sería un desperdicio. Lithiniel está obsesionada en vestirse con madera y prefiere un palo a una lanza, ya lo ha dicho cuando salimos del templo. El monje tiene un soris maravilloso que tomó del cuerpo aún tibio de su sargento, pero que ahora es suyo y demostró ser un arma formidable, así que tampoco usaría la lanza. Quedamos sólo dos...- dijo Gwyn con una amplia sonrisa - Yo... no soy bueno con los disparos, tan sólo tengo una daga pequeña y ahora no porto ningún arma... así que... - hizo una pausa y miró a Tareth a los ojos - podría usar a Zaimaiel, que es más fuerte que una daga y nadie se pelea por ella - miró la funda ornamentada pero no hizo ademán de agarrarla, le habían prohibido portar armas aunque no quedarse con ellas - La Dragonlance debes portarla tú, Tareth. Eres nuestro líder, si llegamos aquí ha sido por ti, te la has ganado... no piensan lo mismo ustedes? - miró entonces a los miembros del Sinthal-Elish - Además si entras en Rocío Matinal llevándola, todos podremos ver la cara que ponga el traidor de Lareth Thlörendil cuando te vea con ella y con el medallón de Alhana - el rechoncho elfo parecía disfrutar de la idea de ver a ese demente lamentar el trato que les había dado.

Entonces tomó el banderín y lo blandió en el aire como si fuese una lanza - Y vencerás a todos nuestros enemigos tú solos - y lanzó una estocada al aire - Electruuusss, Rayuss, y entonces una luz cegadore saldrá de ella mientras hundes su punta dorada en el vientre de los dragones de Takissis! - se quedó haciendo piruetas con el asta, entretenido con su batalla imaginaria, mientras los demás decidían qué hacer.

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13/04/2020, 13:29
Lithiniel
Sólo para el director

La druida que tras las horas de inactividad se imaginó que aquel nigromante no la molestaría, justo cuando pensaba marcharse aquella maléfica voz resonó a su espalda, sin duda sabía lo que se le venía encima por lo que haciendo honor a su promesa usó su anillo y pensó telepáticamente:

-Tareth, está aquí de nuevo, Erithalas piensa dominarme, no creo que pueda sobrevivir, pero si lo hago y me encontráis, desconfiad de mí, puede que esté bajo su influjo y en ese caso prefiero que me matéis a continuar siendo la mascota de nadie -expuso pensando lo que probablemente fueran sus últimas palabras como ente libre- que no te tiemble el pulso amigo, y recuerda tu promesa... -añadió con seriedad, sabiendo el temible destino que se le veía encima- si por algún hado del destino consigo salir de aquí íntegra intentaré demostrártelo de alguna forma, si Renan va conmigo será una buena señal -concluyó a sabiendas de que si aquel ser dominaba su mente sería bastante difícil ocultarle nada de su ser.

Notas de juego

Bueno máster, antes de que se inicie el combate quiero mandar este mensaje a Tareth, al ser un pensamiento no creo que ocupe parte de mi turno, pero si no es así indícamelo.

Por otro lado tengo varias dudas, la primera es que me extraña que entre todas las horas que llevo ahí el nigromante no me haya dicho nada hasta ahora, por lo que entiendo, y dado que no me queda nada por hacer allí dentro supongo que el tipo me asalta mientras me dirijo a la salida, ¿puedo saber la posición aproximada del nigromante? y cuánto me falta hasta la salida.

Por último y lo más importante, se me ha ocurrido una estrategia pero no sé si es viable, entiendo que este turno por ser el primero seguramente será el único en el que tengo la posibilidad de conjurar sin tirada, aunque me extraña que no me pidas iniciativa, pues según entiendo Erithalas lo tengo bastante cerca. De todas formas, en el supuesto de que pueda conjurar, ¿podría crear la esfera flamígera y usar la resistencia mágica de mi capa para ganar resistencia al fuego y de esta forma introducirme dentro de la misma y desplazarme a la misma vez que voy dentro de la bola? es lo único que se me ocurre para intentar salir con vida, en caso de que pase de nuevo la dominación claro, que ya veo que no.

Pd: no marco a Tareth porque entiendo que no estoy sincronizado temporalmente con él, ya le das el mensaje cuando veas.