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Dragonlance - Reconquistando Silvanesti

La Reconquista de Silvanesti

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13/04/2020, 15:10
Tareth el Tuerto

Lo que Gwyndrahir acababa de decir me halagaba. Ser merecedor de poder portar aquel arma prodigiosa era todo sería todo un honor para él, aunque no obstante, no le correspondía a él, ni a Gwyn decidir aquello. Le importaba mucho la opinión de Nalvius, como también la de Elspeth, aunque a decir verdad, ellos tampoco era quienes para decir sobre algo tan grande. Por ello, lo más lógico era decidirlo entre todos. 

Gracias por tus ánimos Gwyn, pero ésto es más grande que yo, si. Y que tú,  y que todos nosotros. Si que lo es... - Respondió el tuerto. - Debemos decir si. Debemos hacerlo... - Miró de nuevo al resto buscando sus opiniones. 

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13/04/2020, 18:12
Gwyndrahir

Cuando el tuerto le habló, dejó de jugar con el estandarte y se acercó a él - No nos quedan mucho tiempo de sol y tenemos mucho por hacer... yo puedo cargar con estas cosas hasta que encontremos el medallón y salgamos de aquí si no quieres tomar todavía la lanza, pero mejor no perder más tiempo ahora que ya bastante desperdiciamos con Lord Erithalas... ninguno de nosotros quiere pasar otra noche aquí - dijo en voz baja aconsejando a su amigo, pero no lo suficientemente bajo como para que el resto no escuchase.

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13/04/2020, 18:27
Director

Incluso para el monje, nada versado en las artes arcanas, el poder mágico de la lanza resulta evidente en forma de una agradable vibración que recorre su cuerpo al contacto con ella. Incluso a pesar de no ser un lancero consumado, el arma está bien equilibrada y tiene la sensación de poder blandirla con la misma soltura que su soris titulado. Casi como si la lanza tuviera voluntad propia para ser usada en la batalla.

—Los kirath viajamos ligeros —recuerda la exploradora semihumana a un público al que nada de eso parece importarle lo más mínimo, por lo que se aventura a sugerir a continuación—: Si vamos a llevárnoslo con nosotros, creo que en la bolsa mágica que Zeverúth y yo adquirimos en Rocío Matinal entrará todo.

Los ojos en blanco y los carraspeos incómodos, no solo entre la embajada de Silvamori, acompañan al monólogo de Gwyn. Solo cuando éste termina su caricaturesca interpretación de la entrada triunfal de Tareth compareciendo ante Alhana, el resto se aventura a intervenir.

—¿Por qué se le sigue permitiendo hablar a este bufón? —pregunta Ghïlmeril, con indisimulado desprecio, a nadie en particular—. Si hay aquí alguna opinión que merezca ser escuchada sobre el reparto de las armas, esa es indudablemente la mía y ninguno ha tenido la decencia de pedirla. Pero os la daré de todos modos. No será ningún zarrapastroso kirath quien decida asuntos tan importantes estando presente un verdadero soldado de la Protectoria. La milicia que protege Silvanesti, dice el gordo... La mayoría de los kirath no son más que correveidiles con ínfulas —mirando significativamente a Gwyn, añade—: algunos, ni eso.

»Yo no sirvo al tuerto, ni le reconozco como mi líder. ¿Quién de aquí lo hace? Porque al único que he escuchado decir semejante mamarrachada es al seboso. El mismo embustero que se llama a sí mismo héroe y que afirma que liberó Sithelnost de los draconianos. Hasta donde sé, la ciudad sigue siendo un nido infecto de estas criaturas. ¿Tú qué dices al respecto, tuerto? Ah, calla, que nunca estuviste allí... Otro héroe.

—Basta Ghïlmeril, esto es precisamente lo que buscan los enemigos de nuestra patria, dividirnos y enfrentarnos —interviene Nalvius, mirando ceñudo no a su escolta sino a Gwyn, dejando clara qué opinión le merecen las intenciones del rechoncho kirath—. Una Dragonlance no es un tesoro, ni un botín que podamos repartirnos como comerciantes en un día de mercado. Es un artefacto poderoso, sí, y sagrado también. Es más que un arma, más que una herramienta para nuestra lucha; es un símbolo de esperanza para todos nosotros en la reconquista de Silvanesti.

»Zeverúth ha hablado sabiamente y a la sabiduría siempre conviene escucharla. El portador de la Dragonlance ha de ser quien mejor uso le dé y Tareth ha demostrado en numerosas ocasiones ser un auténtico maestro a la hora de blandir acero y magia, sin menoscabo de las valiosas aptitudes de los demás. Que sea él quien lleve la lanza no es una cuestión de justicia, sino de conveniencia para todos nosotros. Y cuando haya otro portador más apto, sea de los kirath o de la Protectoría, me oiréis fallar igualmente a su favor.

—Yo no le disputaré a nadie la posesión de esa lanza —interviene Ashe, dejando claro que ella no piensa postularse y haciendo que Ghïlmeril se carcajee solo con la mera posibilidad de que lo hiciera—. Ninguna decisión que tomemos al respecto podrá ser tan mala como lo sería dejar que Gwyn empuñe un arma con la que pueda herirse a sí mismo o a otros.

—Entonces parece que hay un acuerdo. Ghïlmeril, te rogamos que aceptes llevar la espada de plata en reconocimiento a tu indiscutida valía —interviene Elspeth, zanjando con inteligencia la discusión—. La espada más noble para nuestro más insigne guerrero. Un arma digna de un rey para el campeón de la Protectoría.

El soldado veterano acepta la vaina enjoyada con un gruñido infantil, como un niño que se ha quedado sin el regalo que quería y que debe conformarse con el premio de consolación, que es mejor que no tener ninguno.

Las protestas de Gwyn están a punto de hacerse oír nuevamente cuando otra voz le toma la delantera. La voz de Lithiniel surgiendo de su anillo encantado que ahora lleva Tareth:

—Tareth, está aquí de nuevo, Erithalas piensa dominarme, no creo que pueda sobrevivir, pero si lo hago y me encontráis, desconfiad de mí, puede que esté bajo su influjo y en ese caso prefiero que me matéis a continuar siendo la mascota de nadie. Que no te tiemble el pulso amigo, y recuerda tu promesa... Si por algún hado del destino consigo salir de aquí íntegra intentaré demostrártelo de alguna forma, si Renan va conmigo será una buena señal.

Las ominosas palabras de la druida caen sobre vosotros como una lluvia helada y después, el silencio.

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13/04/2020, 20:38
Gwyndrahir

El desprecio por el rechoncho kirath era una constante en el grupo, tan sólo Tareth tenía una actitud distinta con él, tal vez porque el tuerto estuvo en su lugar más de una vez en el pasado. Gwyn cada vez estaba más decidido a no escuchar más a los diplomáticos y su inútil escolta, pero no iba a contradecir a Tareth abiertamente, además, tras dar muchas vueltas al asunto, terminaron aceptando su propuesta y entregándole la lanza a su amigo. Sin embargo le quitaron la espada delante de sus ojos, qué le pasa a esta gente? me roban todo! pensó indignado, Ghilmeril era arrogante, orgulloso e inútil por igual, cuyo único mérito era haber nacido con privilegios, para el kirath el soldado había sido elegido como escolta sólo por su ineptitud, para asegurarse que los diplomáticos nunca obtuviesen el medallón. Pero antes de poder protestar se escuchó la voz de Lithiniel.

- Os lo dije! Ir allí era una completa pérdida de tiempo! Pero claro, aquí todos me desprecian y nadie me escucha, pero al final de cuentas ustedes son mucho más tontos que yo! - dijo molesto, lo único que habían logrado era perder horas de sol, agotarse, ganarse el odio del poderoso señor del Silvanost y por si eso fuera poco, regalarle un nuevo sirviente leal, aunque le quedaba el consuelo de haberse librado de la druida dentro del grupo - Ashe, tu orgullo y el de Lithiniel nos dejaron mucho peor que antes! Y tú, Nalvius, está claro que has perdido el favor de los dioses, tú apoyaste esa estupidez, ya no te guía la sabiduría divina, eso está a la vista de todos! - dijo señalando al venerable.

- Me acusas falsamente de que quise matarte pero no es verdad, acepto que fui negligente al cerrar los ojos, tuve miedo de Lord Erithalas y lo admito sin avergonzarme, pero no cometí ningún crimen. Fueron los dioses los que quisieron bañarte en sangre y estiércol en el mismo momento en que consagrabas a Astarín un templo disputado entre E'li y Chemosh, en lugar de restaurar el del Rey Bardo... y fueron ellos los que guiaron la flecha a tu corazón por haber descuidado la misión para la que fuiste enviado de la cual depende el futuro de nuestra  reina sólo por seguir un capricho absurdo sin el menor de los sentido!... acéptalo, ya no están contigo, le has fallado y por eso nos castigan a todos! - Gwyn se mostraba indignado, si hubiesen seguido su sugerencia y la de de Tareth, probablemente ya tendrían el medallón con ellos, pero todos respetaban a un venerable descerebrado y sin carácter que los guiaba hacia la derrota. Ahora sólo le quedaban unas pocas horas antes que Lord Erithalas viniese por ellos. Tan enojado estaba Gwyn que se olvidó de la espada de plata y no la reclamó.

Notas de juego

Vaya, lo que faltaba ;)

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13/04/2020, 21:10
Tareth el Tuerto

Tareth no podía creer que todos, salvo quizás Ghïlmeril, estuvieran de acuerdo en que fuera él quien portase aquel arma legendaria. Nunca se había sentido tan respetado, ni tan privilegiado como en aquel momento y aunque nunca había querido ser el líder de aquel grupo, por mucho que el arrogante soldado de la Protectoría lo negara, empezaba a sentirse como tal. Sólo esperaba que no se le subiera a la cabeza. 

- Será un honor portar la lanza sagrada hasta que encontremos a un más digno portador o hasta que pueda ser depositada en un lugar... - Tareth tenía el corazón en un puño.

Levantar aquel artefacto era sin duda una de las cosas mas emocionantes e importantes que le había sucedido en si vida. Pero entonces y en medio de aquella frase de agradecimiento, Lithiniel habló y dijo lo.que Tarerh se temía desde un principio. Gwyn comenzó a hablar. De nuevo lanzaba acusaciones y trataba de causar división entre los que debían permanecer unidos. 

Nunca debimos dejerla allí... - Dijo el tuerto. - ¡Tenemos que volver, si! ¡Lord Erithalas sigue vivo!  ¡Debemos derrotarle ahora que está débil! - Miró a Nalvius esperando su confirmación. - Si no lo hacemos ahora, será más fuerte luego, si que lo será... - Y luego miró a Gwyndrahir con tristeza. - Es tu odio lo que tienes que evitar... si... eso acabará contigo. Rencor y venganza no te ayudarán a conseguir tus objetivos y no te harán feliz... si, no serás feliz nunca con odio, no... - Resopló apesadumbrado. - Sólo cuando entiendas eso serás libre. ¿Bien?

Entonces le habló al anillo.

¡Sal del templo, si, ves al sol! ¿Eh? - Y miró a los suyos esperando que estuvieran con él. 

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13/04/2020, 22:06
Director

El clérigo de Astarin no se molesta en responder a Gwyn; en su lugar, mira a Tareth, baja la cabeza y niega lentamente, como avergonzado por su decisión.

—Decidió quedarse y nosotros, partir sin ella. Quedarse solo en Silvanost es una temeridad que todos asumimos aun sabiendo que algo como esto podría suceder. No desandaremos el camino recorrido para llegar hasta aquí. No arriesgaremos nuestra misión por una elfa oscura.

—A mí no me miréis —interviene la semihumana, a pesar de que nadie la ha mirado, como si necesitara justificarse—, de estar en la situación inversa, todos sabemos que ella no movería un dedo por mí. Nunca lo ha hecho, así que no contéis conmigo más que para destruir su cadáver cuando vuelvan a convertirla en una asquerosa no-muerto.

—¡Héroes de Sithelnost! Valiente panda de cobardes sois, abandonando así a una camarada —bufa Ghïlmeril—. Yo iré con el tuerto si nadie más piensa hacerlo.

—Es tarde para Lithiniel Elfaoscura —sentencia Elspeth, con la tristeza reflejada en sus claros ojos—. Nos ha llevado horas recorrer este laberinto para llegar hasta aquí y os llevará horas salir de él. Aunque quisiéramos, no hay nada que podamos hacer para ayudarla. Su destino está en manos de los dioses. Solo podemos seguir adelante y llevar a cabo nuestra misión para que su vida y su muerte no hayan sido en vano.

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14/04/2020, 08:13
Tareth el Tuerto

Tareth miró con tristeza a Nalvius. Sus prejuicios acababan de ser delatados en ese preciso instante. Acababa de llamar elfa oscura a Lithiniel dando por buenas las acusaciones de un traidor. Uno de los muchos elfos corruptos que no ayudaban a que la causa común avanzara. Por elfos como aquel que había decretado la traición de la druida a su propia raza y la había desterrado, el pueblo de Silvanesti se estaba desmembrando. Nalvius debería ser consciente de ello, pues ellos mismos habían sido enviados para socavar su misión. El tuerto negó con la cabeza. Aquel elfo le acababa de defraudar.

Sabía que Ashe, Zéveruth, Gwyndrahir o la propia Elpseth se negarían a regresar a por Lithiniel, pero no lo esperaba de Nalvius. Como tampoco esperaba el apoyo de Ghïlmeril. Era un elfo arrogante y clasista pero por una vez había demostrado honor y camaradería, que era precisamente lo que faltaba en aquel grupo de rufianes que se hacían llamar héroes. Por desgracia Elspeth tenía razón en algo y era que por mucho que corrieran, Lithiniel ya estaba sentenciada.

Gracias Ghïlmeril. - Le dijo posando su mano sobre el hombro del soldado. - Gracias si... - Suspiró. - Pero Elspeth está en lo cierto, si que lo está. Por desgracia lo está. - Cerró su único ojo y tardó unos segundos en abrirlo. - Está condenada. No llegaríamos a tiempo, no... - Tragó saliva. - Su destino depende únicamente de ella misma. Debemos continuar. Si...

Esperaba que Ghïlmeril lo comprendiera. Era un hombre testarudo e impetuoso, al que hacer cambiar de opinión era casi imposible. No obstante, los argumentos de Eslpeth eran los acertados. Por mucho que corrieran, llegarían tarde para salvar a Lithiniel de su destino. Tareth nunca quiso dejarla sola en ese lugar y rodeada por aquella niebla misteriosa y de apariencia peligrosa. Pero sabía que hace cambiar de opinión a la druida era todavía más complejo que hacerlo con Ghïlmeril. 

Debemos seguir... - Repitió. Y no lo dudó. Se puso de nuevo al frente del grupo para seguir investigando aquel lugar.

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14/04/2020, 16:08
Gwyndrahir

Gwyn abrió los ojos con asombro y desconcierto cuando Tareth propuso regresar por Lithiniel. La orgullosa y demente elfa los había puesto en ese aprieto sin sentido, había insistido en descansar cuando era hora de explorar y aprovechar que era de día y que él mismo había encerrado al poderoso señor de Silvanost para encontrar el medallón, había convencido al venerable de regresar al templo a dar muerte a un inmortal cuando habían llegado hasta la torre y podían cumplir con su misión, y ahora que estaban dentro a pocos pasos del medallón lograba persuadir al tuerto de que abandonase sus propias ideas de terminar eso sólo por protegerla. Lo ha hechizado, eso pasó, se metió en su cabeza! pensó aterrado.

De todos modos bajó la cabeza y asintió sin objeciones cuando su amigo lo reprendió y le dio una lección de vida. Hacía tiempo que había dejado de ser feliz y nunca lo sería, el monje había asesinado a su amada y debía entenderlo porque si la cazadora muriese él estaría igual. Sus amigos habían muerto, su familia también, había sido despreciado desde que tenía memoria y sus compañeros lo odiaban más que a sus propios enemigos. Pero a Gwyn nunca lo había motivado el odio, de lo contrario ya le hubiese cortado el cuello cuando dormía a todos los que lo fastidiaban, y las palabras de su amigo le mostraron que los demás lo percibían de ese modo. Fue por eso que se contuvo de comentar lo que realmente pensaba de abandonar todo por ir en busca de la druida.

Nalvius omitió hacer comentarios ante sus acusaciones, seguramente movilizado por la culpa e incapaz de defenderse, debía ser duro para alguien que ofreció su vida a los dioses ver cómo estos le daban la espalda. Pero pese a haber caído en desgracia divina, se le ocurrió una idea sensata después de tanto tiempo, tal vez Lithiniel lo había embrujado a él también y ahora que estaba lejos se liberaba de su influencia. Como si de un milagro se tratase, Ashe también habló con sensatez, y esta vez no siguió los caprichos de la druida. La Túnica Blanca demostró que pese a ser orgullosa tenía sentido común y algo de inteligencia, algo de los que Ghilmeril carecía.

La voz de todos ellos hizo que el Jefe cambiase de idea, un alivio para Gwyn que le había prometido permanecer junto a él y no quería volver a ver a Lord Erithalas por nada del mundo. Sin embargo podía notar la incomodidad de su compañero, el rechoncho kirath se detuvo a observar su expresión con más detenimiento y asintió como si reafirmase sus sospechas. Un hechizo de amor, sí que eres una bruja lista y despiadada, pensó. Dejó en el piso el arcón y el estandarte, cuidando que la linterna no se tumbase, era un ritual que debía hacer con cuidado previo a cualquier acción y cada vez lograba hacerlo más rápido. Puso luego su mano en el hombro del tuerto - Sé que te gusta, pero no temas, Lithiniel estará bien y la volverás a ver - le sonrió.

Entonces volvió a realizar el ritual, pero a la inversa, cargando cada cosa poco a poco, y mientras lo hacía le explicó porqué decía eso - Lord Erithalas es inmortal, lo hemos comprobado, pero Lithiniel también, nada puede matarla. Nadie ha podido tampoco someter su voluntad completamente, también lo hemos visto, a ella le gusta hacer lo que quiere y que todos estén tras de ella, no al revés. Lo vi con mis propios ojos, su carne estaba podrida y era un no muerto mucho más horrible y peligroso que el Senescal, y aún así, se rebeló contra el nigromante y volvió a la vida. Pobre Lord Erithalas... - seguramente ese no muerto jamás había tenido un contrincante como ella - Pero él no sabe esas cosas, ya lo dijo ella recién, está tratando de dominarla. Cuanto tiempo falta para que él no la soporte más en el templo? minutos?... y él no puede escapar hasta dentro de unas horas, así que le ordenará salir para librarse de ella. Lo más probable es que la envíe tras nosotros, porque a Lord Erithalas le gusta cazar y teniendo una mascota la usará para rastrear su presa, y luego vendrá por nosotros al anochecer... así que descuida Tareth, Lithiniel estará bien y la verás de nuevo - se paró de nuevo, con todo encima y miró al resto - Continuamos?-

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14/04/2020, 16:53
Lithiniel
Sólo para el director

Tras lanzar el mensaje de advertencia destinado a su compañero, la druida sentía que poco más le quedaba por hacer, su sino estaba de nuevo marcado por la muerte, o por la no-muerte, algo mucho peor, por lo que devanándose los sesos por averiguar la mejor forma de salir de allí, optó por conjurar una enorme bola de fuego, no sólo por el poderío del hechizo sino por inundar de luz aquel lugar.

Tras hacerlo, tapándose con su capa, se internó en la misma, como si buscase su suicidio, algo impensable para los elfos, pero que por fortuna no pareció que dañara a la mujer, abrigando en aquella esfera ígnea la única posibilidad de salvación, pues esperaba que le sirviera de escudo y de arma a la vez, si aquello fallaba sólo le quedaría rezar a los dioses para que tuvieran al menos la benevolencia de tener una muerte rápida y no servir a aquel nigromante, era lo único que podía pedir llegado a ese punto y sin duda los dioses tenían una deuda que saldar con ella, pues pocos seres en Krym habían pasado tantas penalidades como ella...

- Tiradas (1)

Motivo: ini

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+3)=13 [10]

Notas de juego

Bueno, pues lo dicho, si no gano la iniciativa tira tu por mi para conjurar el hechizo. En los turnos sucesivos iré lanzando más cosas según pueda, mientras voy en la bola.

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14/04/2020, 19:27
Lord Erithalas

A través del anillo te llega la voz de Tareth:

¡Sal del templo, si, ves al sol! ¿Eh? —pero está claro que el tuerto ha perdido la noción del tiempo y no es consciente de que fuera el sol ya ha caído.

El demacrado noble avanza hacia ti, aunque lo hace con paso vacilante y cara de disgusto, como si le repugnara tener que hacerlo. No tiene más armas que sus manos desnudas pero eso no le disuade de atacarte.

Tratas de golpearle con tu bastón para mentenerle a raya pero esquiva tu golpe y te asesta un guantazo que a punto está de lanzarte al suelo de espaldas. No es tanto su fuerza, que resulta más que notable para su debilitada apariencia, sino el modo en que se alimenta de tu energía para acrecentar la suya.

Te das cuenta de que estás perdida pero eres una luchadora tenez y jamás te das por vencida. Intentas recitar las palabras de tu sortilegio para conjurar una enorme bola de fuego pero el dolor juega en tu contra y no salen más que unas volutas de humo oscuro cuando tratas de invocar tu hechizo.

—Ya eres mía y lo serás hasta el fin de los tiempos —declara un confiado lord Erithalas, cuyas fuerzas aumentan tan deprisa como disminuyen las tuyas.

Está tan seguro de sí mismo, que se queda muy sorprendido cuando consigues esquivar el que podría haber sido su golpe de gracia. Aun así, ya no tienes ninguna esperanza de escapar con vida de esta situación.

- Tiradas (7)

Tirada oculta

Motivo: Iniciativa. Erithalas

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+10)=24 [14]

Motivo: Lithiniel. AdO

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+4)=14 [10]

Tirada oculta

Motivo: Erithalas. Ataque

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+5)=23 [18]

Tirada oculta

Motivo: Erithalas. Daño

Tirada: 1d6

Resultado: 2(+4)=6 [2]

Tirada oculta

Motivo: Lithiniel. Conjurar a la defensiva

Tirada: 1d20

Dificultad: 17+

Resultado: 17(+6)=23 (Exito) [17]

Motivo: Lithiniel. Prueba Concentración

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 2(+6)=8 (Fracaso) [2]

Tirada oculta

Motivo: Erithalas. Ataque

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 5(+5)=10 (Fracaso) [5]

Notas de juego

Conjuros preparados:
-0: crear agua, orientación divina x2, resistencia x2
-1: buenas bayas, flamear, curar heridas leves x2
-2: ráfaga de viento, sabiduría de búho, esfera flamígera

Lithiniel → 5/11 [sufre una pérdida temporal de 2 niveles1 a causa de la consunción de energía]
1: -4 a las pruebas de habilidad, características, ataques, salvaciones y NL; -18 pg máximos; pierde la capacidad de lanzar conjuros de nivel 2 y de transformarse en animal.



Como sabes, Lithiniel es un personajazo que me encanta y que siempre he hecho lo imposible por salvar, incluso a pesar de sí misma. Tendría que haber muerto cuando la secuestraron los nigromantes de Tirintaal, pero la mantuve "viva" como momia para que pudiera seguir jugando y recobrar su aspecto original. Tendría que haber muerto en Rocío Matinal tras perder su duelo con Alirion Laravander, pero la mantuve con vida y la declararon elfa oscura en su lugar. Pero ahora, a la tercera va la vencida. Una vez más ha escogido estar sola, incluso previendo que esto iba a ocurrir y que estaba debilitada. Esta vez no voy a poder salvarla de su destino. Otros personajes no tuvieron ninguna oportunidad: Tërevan, Erindel... Pero ninguno de ellos tenían el carisma de la druida y sus pérdidas me dolieron menos.

Ahora Lithiniel será asesinada por lord Erithalas y se levantará como un engendro vampírico esclavizada por él. Si sus aventuras continúan algún día, será como PNJ a las órdenes de su señor, defendiendo Silvanost de los héroes que quieran purificar la capital. Hasta entonces, la historia de la druida tristemente termina aquí. Era un combate casi imposible de ganar, pero había que intentarlo hasta el final, fiel a su espíritu combativo y desafiante.

Me gustaría seguir contando contigo como jugador a pesar de la pérdida de tu PJ y por eso te ofrezco que lleves a cualquiera de los siguientes: Elspeth, Nalvius o Ghïlmeril. Con independencia de si decides continuar o no, a Lithiniel le queda un último turno y la oportunidad de despedirse de sus compañeros, si quiere hacerlo, por medio del anillo de comunicación en un último post.

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14/04/2020, 23:16
Zeverúth

La elección de Tareth le pareció adecuada, aunque no la verborrea de Gwyn. Cualquier simpatía que pudiera haber sentido por él cuando había encerrado al senescal en el templo, se había esfumado por completo tras comprobar que no mejoraba en sus acciones. Se preguntaba incluso si su presencia no llegaría a ser perjudicial para el grupo a la larga, porque la salud mental de cada uno se tambaleaba cuando tenían que aguantarlo durante mucho tiempo sin descanso. 

Estuvo a punto de recordarle a Ghïlmeril que habían sido los kirath quienes le habían salvado la vida una y otra vez, cuando la voz de Lithiniel resonó a través del anillo.

Negó con la cabeza varias veces mientras la elfa avanzaba en su narración, Lithiniel sin duda se lo había buscado. Solo el soldado de la Protectoría clamaba por ir a salvarla, ya que incluso Tareth había cambiado de opinión en el último momento. Pero la mayoría llevaba razón, era imposible llegar a tiempo.

- Lo único que podemos hacer por ella es recuperar su cuerpo e intentar enterrarla debidamente cuando salgamos de aquí - era lo mínimo que podían hacer, una dura forma de recompensar las veces que la druida los había sanado, aunque fuese siempre con condicionantes. Ignoró por completo la ingente cantidad de chorradas que decía Gwyn.

Ten cuidado con el anillo, Tareth, ahora lo tiene que tener el senescal y quizás pueda escucharnos - aunque Lithiniel nunca había sido santo de su devoción, saber que estaba siendo asesinada, pidiendo ayuda desesperada y que ellos le daban la espalda, hacía que se le formase un nudo en la garganta. Había sido compañera suya después de todo, y ni la mitad de dañina que podía ser Gwyn, pero ahí estaba, abandonada a su suerte por sus terribles decisiones, sin que nadie en absoluto intentase jugarse el pellejo por salvarla, ni siquiera el perrito faldero que había tenido durante un periodo de tiempo y que ahora había cambiado de amo, ese despreciable ser que no paraba de hablar para desgracia de todo aquel que pudiera escucharlo. Lo que le había pasado a Lithiniel no le pasaría a Ashe, por ella sería capaz de recorrer cielo y tierra si hiciese falta, y sabía que era recíproco.

¿Se recoge lo que se siembra? 

Mientras avanzaban, se preguntaba casi con morboso deleite como moriría Gwyn y quien de todos ellos intentaría salvarlo.

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15/04/2020, 08:35
Tareth el Tuerto

Lo tendré... - Dijo el tuerto. - Si que lo tendré.

Podía ser que incluso Lithiniel ya no fuera ella misma. Podía ser que quien hubiera hablado a través del anillo, no fuera otro que el propio senescal haciéndose pasar por la druida y convocándoles a una trampa mortal. No podría fiarse más de aquel anillo. Una lástima perderlo, pero ya no había vuelta atrás. Quizás, una vez hubieran obtenido el amuleto de las estrellas, pudieran regresar en busca de lo que quedaba de Lithiniel y recuperar el anillo, pero mientras tanto, tendría que darlo por perdido.

Vamos a seguir. ¿Bien? - Dijo con dolor. Pues no le gustaba abandonar a nadie, aunque lo cierto era que Lithiniel siempre se empeñaba en ponerse en peligro y nada podía hacer ya por ella. Pensándolo con cabeza, no les quedaba más remedio que avanzar.

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16/04/2020, 19:14
Lithiniel
Sólo para el director

Las órbitas de los ojos de la druida se abrieron hasta un tamaño considerable, este era sin duda su final, algo que no era ajeno a ella, pues había pasado demasiadas veces por situaciones así, pero algo le decía en su interior que esta vez no había escapatoria posible, y lo peor de todo es que iba a hacerlo como una elfa oscura... Habría preferido morir en Rocío Matinal, allí al menos se habría ahorrado el ritual de destierro que le realizaron y podría ir tranquila a reunirse con su amado Tërevan...

No obstante, los dioses tenían un castigo peor para ella, no les bastaba con negarle el descanso que se merecía, así como su reencuentro con sus seres queridos, sino que además pasaría el resto de su existencia a merced de aquel nigromante, que eran los enemigos que más odiaba en todo el mundo. Así pues, maldiciendo a las deidades que permitían aquella perversión se retorció intentando librarse de su funesto destino, algo inútil, por lo que con su último aliento uso el anillo y profundamente desesperada dijo:

- ¡Tareth! es mi final, ¡no puedo hacer nada! - dijo con un terror que helaba el alma -no sólo voy a morir, sino que Erithalas planea esclavizarme para toda la eternidad... -expuso casi sin fuerzas pues su mente se hallaba tan atormentada por dicha posibilidad que ya apenas sentía nada que no fuera desesperación- por favor amigo, si no podéis con el nigromante, acabad al menos conmigo, merezco morir con dignidad, por piedad... -concluyó como la más triste de las súplicas pues su cuerpo temblaba ante el propio miedo que deparaba su no-muerte, no obstante con su último aliento dijo nuevamente- recuerda tu promesa Tareth, que sepan que he muerto por la injusticia acaecida sobre mi, ¡que paguen todos ellos!- dijo finalmente, sacando de aquel sentimiento de venganza las únicas fuerzas que encontraba para asumir con entereza lo que iba a acontecer...

Tras ello, y recordando que aún le quedaba un asunto más por hacer, miró a su fiel águila, y le dijo:

-Renan, atrás, vuela libre y lejos de aquí, que nadie te impida jamás ser libre y disfrutar de tu vida, mientras tú aún respires, una pequeña parte de mi estará contigo y me ofrecerá cierto consuelo... -dijo en apenas un susurro audible, pues su energía vital abandonaba su cuerpo y sin duda no deseaba ese futuro para el águila.

Así pues, con la mirada perdida viendo como la rapaz abandonaba su estancia, su mente se centró en aquel ser, reflejo de la libertad que ella nunca tendría y recordando lo feliz que había sido surcando los cielos con él. Sin duda Renan era lo único que le quedaba y en él depositó su último recuerdo esperando así que parte de su ser se fuera con él y no sufriera el destino que padecería todo su cuerpo...

Notas de juego

Vale, listo, me ha dado una pena tremenda, pero en fin ya está hecho XD. Ya me vas diciendo cómo hacer lo de Ghilmeril y todo eso.

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16/04/2020, 20:38
Director

Todavía estáis debatiendo sobre la conveniencia de seguir adelante cuando la voz aterrorizada de Lithiniel suena una vez más a través del anillo:

—¡Tareth! es mi final, ¡no puedo hacer nada! No sólo voy a morir, sino que Erithalas planea esclavizarme para toda la eternidad... Por favor amigo, si no podéis con el nigromante, acabad al menos conmigo, merezco morir con dignidad, por piedad... Recuerda tu promesa Tareth, que sepan que he muerto por la injusticia acaecida sobre mí, ¡que paguen todos ellos!

Después, el silencio.

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16/04/2020, 21:12
Tareth el Tuerto

- No nos marcharemos sin librarte de tu condenada, hermosa mía, no, no lo haremos. - Le dijo al anillo. - Y cumpliré mi promesa si no muero antes. Si, tenlo por seguro...

Tareth bajó la mirada. Estaba triste por la druida. No merecía aquel final como bien había dicho. Era una elfa cabezota, con sus propias ideas y desde luego muy difícil de tratar, pero Tareth había visto su interior y era bueno. Merecía una muerte digna, era lo menos que podía hacer por ella. Eso y limpiar su nombre, algo que pensaba hacer si regresaba, algo que estaba por ver.

No podemos dejarla aquí. Ni muerta lo merece, no... - Les dijo a sus compañeros. - Pero no ahora... Antes tenemos que hacer lo que hemos venido a hacer... Si... Eso haremos... - Dijo mientras unas lágrimas bajaban por sus mejillas.

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16/04/2020, 22:41
Zeverúth

Era realmente agónico seguir avanzando mientras la druida dedicaba sus últimas palabras. Incluso si fuese una desconocida sería difícil de escuchar la última súplica antes de la muerte, porque ya sabían como acabaría, y ni siquiera ella merecía eso.

No había palabras de consuelo para alguien que iba a morir asesinada de manera inminente, y todo lo que se le ocurría al monje se tornaba en algo absurdo para decir en ese momento, por lo que dejó que la última voz que escuchara fuese la de Tareth, el único al parecer que la había comprendido finalmente.

Se acercó a él y puso una mano en su hombro, intentando darle el consuelo. Ya no había vuelta atrás.

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16/04/2020, 23:11
Gwyndrahir

Tareth no reaccionó ante sus palabras de consuelo ni ante su mano en el hombro, tan sólo respondió al monje. El rechoncho elfo pensó que era porque prefería no quedar en evidencia con sus tiernos sentimientos hacia la orgullosa y despiadada druida, los cuales quedaron expuestos cuando corrió una lágrima por su mejilla después del siguiente mensaje. El monje contenía en silencio el dolor de su amigo, provocado completamente por la estupidez de su némisis, el ser más destructivo e indestructible que existía en esas tierras.

El mensaje de Lithiniel parecía inverosímil, ella se había resistido a la voluntad de Lord Erithalas antes pero ahora, tal vez por eso, el Senescal pensaba ir más allá con ella, y cazarla como lo había amenazado a él en el templo. Por qué no escapa? Él había logrado salir de ahí, con astucia y destreza, pero la druida no había sido capaz de hacerlo, si tan sólo hubiese dado unos pasos más el sol la hubiese protegido. Y el lugar consagrado? El centro del templo había sido consagrado a Astarin, y el rechoncho kirath recordaba cómo la niebla verde no se posaba en esa área. Acá hay algo raro, o nos miente, o es una completa inútil. Ambas cosas podían ser posibles para Gwyn, y en cualquiera de los dos casos se merecía lo que le estaba por ocurrir. El pequeño elfo no se preocupaba en lo más mínimo por lo que había escuchado. Sin embargo, nunca había visto al tuerto llorar, y eso lo conmovió.

- Tareth, se que sueña extraño, para ti es la primera vez... pero enamorarse de un no muerto no es algo tan duro ni difícil. Drielae había muerto un milenio atrás cuando nos comprometimos, Terevan fue un zombi y le fue leal a Lithiniel, ella fue una momia y... bueno, era demasiado orgullosa y egoísta para querer a nadie, pero con Kenthalas se llevaba muy bien, eran amigos aún cuando él era un elegido de E'li. En ese estado es posible conservar la amistad, Kilayariel era el antiguo dueño de ese anillo, era un no muerto nigromante amigo mío... - Gwyn señaló con el mentón la mano del líder, el anillo de un amigo que ahora portaba su otro amigo - Lithiniel ya ha pasado por esto una vez, y créeme, ni la muerte puede con ella... pero depende de ti aceptarla como es- tal vez sólo Tareth podía entender realmente qué era aceptar al otro con un aspecto que aterrorizaba al resto, podía ser que su tuerto amigo lograse la misma hazaña que él había alcanzado con Drielae.

- Si decides acabar con ella lo haré yo por ti así no tienes que cargar con eso toda tu vida, prometo que no le dolerá y será rápido. Pero... no por ella, sino porque me doy cuenta que la quieres... es que la ayudaré para que eso no sea necesario - le prometió a su jefe - Basta con acabar con el indestructible Erithalas para que Lithiniel sea libre e inmortal, cuando eso suceda, ustedes dos podrán vivir un amor eterno, tú aún puedes lograrlo todavía... - miró un instante al monje, el que había matado a Drielae y a la cazadora que había acabado con Terevan1, ellos le habían arrebatado a Lithiniel y a él la posibilidad de ser felices. Sin embargo, Gwyn llevaba a su amada fantasma consigo así como la druida llevaba a su ex esposo zombie consigo también, los dos habían hecho lo posible para conservar algo de ellos, tal vez era en lo único en que se parecían. Tareth sin embargo aún estaba a tiempo de poder concretar lo que ellos no pudieron y vivir con su amante no muerto por siempre.

- Sigamos, y quédate tranquilo amigo, con Drielae te ayudaremos - le dijo desde lejos, porque poner una mano en el hombro le representaba bajar todo lo que había cargado y estaba aburrido de hacerlo una y otra vez.

Notas de juego

1 Tengo una laguna, me acuerdo que Ashe y Zeveruth combatieron con el zombi de Terevan, aquella vez en que la druida le ordenó al no muerto que matase a su amigo Gwyn (Tareth, el afecto entre Gwyn y Lithiniel es enorme como puedes ver, y en esa época estaba en el pico más alto XD), pero no recuerdo cuál de los dos dio el golpe de gracia, creo que fue una flecha de la cazadora.

Nota: Miss... voy sembrando lo que hablamos alguna vez ;)

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17/04/2020, 14:05
Tareth el Tuerto

¿Qué la quiero? - Preguntó Tareth ante las insinuaciones de su rechoncho compañero de desventuras. - No yo... - Dijo extrañado y aparentemente confundido.

Lo cierto era que no se había parado pensar en aquello. Tareth no había estado enamorado nunca de una mujer. Si quería a personas, quería a todos sus compañeros, o al menos los apreciaba, pero no había sentido nunca hasta ahora amor en el sentido romántico de la palabra. Al menos no que él supiera. No obstante, era evidente que algo sentía por Lithiniel y hasta que Gwyndrahir no le hizo caer en la cuenta de ello, no lo supo. Podía ser que tuviera razón, aunque aquel kiriath no estaba todavía en condición de admitirlo y mucho menos de asumirlo.

- Cumpliré la promesa que le hice, si. Limpiare su nombre, si y también vengaré su muerte. - Asintió con la cabeza. - No dejaré que su cuerpo se marchite como un no-muerto, no eso estaría mal, muy mal. - Resopló. - Pero debemos asumir que nada podemos hacer por ella. No podemos... está demasiado lejos. No podemos volver en su ayuda, ahora no. Debemos hacer lo que vinimos a hacer. Si. Eso tenemos que hacer... - Se quedó callado por unos momentos. Pensativo y se secó por última vez las lágrimas que dejaron de brotar de sus ojos. - Luego, si es posible y sigo con vida... entonces cumpliré mi... palabra... - Dijo aquello último con un mero murmullo. Alzó la vista de nuevo y se encaminó a seguir adelante. Cuanto antes cumplieran con su misión, antes podría dedicarse a lo que realmente le importaba en ese instante. 

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18/04/2020, 02:41
Director

Todavía estás despidiéndote de Renan cuando lord Erithalas cae sobre ti. Le basta un golpe para fulminarte. Caes al suelo pero ya no sientes dolor. Durante un instante crees escuchar el aleteo de tu águila alejándose y una voz saliendo del anillo que no consigues entender. Tal vez sean solo imaginaciones tuyas. No importa. Ya nada importa.

Tus fuerzas te abandonan rápidamente. Quizá demasiado rápido pero eso casi es una bendición para ti en estos momentos.

Con la confianza de que tus compañeros vengarán tu muerte y restaurarán tu perdido buen nombre, te entregas a la oscuridad sabiendo que la muerte no es más que la evolución natural de todas las cosas. Todo tiene su momento y el tuyo ha llegado a su fin.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Erithalas

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+5)=19 [14]

Tirada oculta

Motivo: Erithalas. Daño

Tirada: 1d6

Resultado: 5(+4)=9 [5]

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18/04/2020, 13:22
Ghïlmeril

El guerrero escuchó con la mirada llena de terror el agónico final de la druida, aquello lo había marcado más de lo que le gustaría admitir, ya era bastante duro saber que no podían hacer nada como para encima tener que escuchar semejantes gritos desesperados. Sin duda el nigromante lo había permitido a conciencia para torturarlos aún más. Así pues, sin saber bien qué decir ante tal triste final, el elfo clavó la mirada en todos aquellos que se habían negado no sólo a auxiliarla, algo que como bien había recalcado el Tuerto, estaba fuera de su mano, sino que encima, ni si quiera en su último aliento tuvieron la decencia de mostrar un mínimo de respeto, por lo que enfurecido dijo:

-¡Vergüenza debería daros! ni en sus últimos respiros tenéis la decencia de al menos no criticar a dicha dama -dijo marcado por el poco respeto a la muerte que profesaban los presentes, incluido Nalvius, del cual esperaba mucho más por su oficio, por lo que mirando continuó diciendo- Nalvius, si esa mezcla de cerdo y kender -añadió señalando a Gwyn- lo siguen contando como uno de nuestra raza, me niego a creer que Lithiniel sea una elfa oscura, no conozco si lo que dijo es cierto o no, pero sí tengo claro que en virtud a sus actos, al menos se merece el beneficio de la duda, y te puedo asegurar que si está en lo cierto y me han mandado a mi propia muerte, no desistiré hasta purgar de la protectoría toda la corrupción que hay, ¡el mío es el oficio más digno para un elfo y no permitiré que ni la escoria kirath ni la ambición desmedida lo emponzoñen! -exclamó levantando el tono más de lo necesario pues pensar en dicha posibilidad lo enervaba sobremanera- tú, Tuerto, cuando acabemos aquí pienso darle a esa mujer la dignidad que no le ofrecieron en vida, pero no te equivoques, no lo hago porque te consideres el líder de estos apestados, sino porque es lo correcto, sigue así y quizás algún día pueda mirarte sin sentir tanto asco... -dijo entre una mezcla de respeto y repulsión por todo lo que simbolizaba el guerrero arcano.

Notas de juego

Saludos de nuevo XD, no sé donde estamos, pero por mi podemos seguir.